Descubren en Petrer un silbato de unos 1.000 años de antigüedad
Una familia de Petrer ha donado al Museo Dámaso Navarro una nueva pieza histórica, un silbato andalusí cuya cronología oscila entre el siglo XI y mediados del XIII que está relacionado con la alquería de Puça, por lo que se va a incorporar al proyecto arqueológico que se está realizando sobre el territorio de Bitrir. Al parecer es un silbato de juguete para los niños, pues el de los adultos tenía un tamaño superior y este tiene tres centímetros de largo.
La pieza fue hallada por la pareja Lidia Bravo y Rodrigo Miralles en la partida de Puça, concretamente en las proximidades del Molino La Reja, cuando, a finales del pasado año, estaban realizando una excursión por la zona y habían parado a almorzar. Lo vieron y les pareció curioso. Cuando Lidia y Rodrigo encontraron la pieza, la llevaron a casa y se la enseñaron a su hija Lucía, quien, hasta que Rodrigo llevó la pieza al Museo, la colocó como un elemento más de su belén por la forma de vaca o buey que tiene el silbato.
Desde el Museo Dámaso Navarro y el Ayuntamiento agradecen enormemente el gesto de la familia que ha hecho aumentar el valor de la historia de Petrer, pues las comprobaciones pertinentes realizadas por el equipo técnico del Museo han determinado que se trata de una pieza de gran valor histórico como es un silbato cerámico del periodo andalusí. El director del Museo, Fernando Tendero, ha subrayado que “este silbato es único en nuestra zona y son piezas poco frecuentes en el registro arqueológico de este periodo, por lo que, debido a su buena conservación y a su singularidad, cuando termine su clasificación y estudio irá a las vitrinas del Museo Dámaso Navarro para que pueda ser admirado por todos los visitantes”.
Además, el equipo de arqueólogos del proyecto también pudieron examinarlo y valorar muy positivamente el hallazgo que se incluirá en el plan general de investigación “Territorio Bitrir/Petrer (siglos X-XV).
Ahora Petrer lo expondrá y desde el área de Cultura y Patrimonio planean plasmarlo en 3D, el primero se lo regalarán a la familia que lo descubrió y también planean que sea un nuevo símbolo del patrimonio petrerense, por lo que se podría repartir desde Turismo.