Venta ambulante: mercados y puestos callejeros
Podemos afirmar que desde inmemorial la venta ambulante ha sido una práctica habitual en muchos lugares de España y por supuesto también de Petrer. Puestos de todo tipo, de verduras, hortalizas y frutas se instalaban puntualmente en la zona situada delante del viejo mercado municipal en lo que en la actualidad es oficialmente la plaça del Derrocat. Además, había puestos donde se vendían melones, puestos de cascaruja, puestos de venta de productos de limpieza, de ropa para el hogar, de ropa para mujeres, de cestas, de juguetes y de pescado en la plaça de Baix. Todo tipo de objetos que podamos imaginar se vendieron desde siempre en los aledaños del mercado, extendiéndose en algunas ocasiones a la calle Cánovas del Castillo y a algún que otro punto del pueblo. Con anterioridad el mercado al aire libre se hacía en la plaça de Dalt, conocida durante muchos años como la plaza de Salamanca.
Hoy y, tras el paso del tiempo, dentro de este tipo de venta de puestos ambulantes nos quedan dos mercados. Uno se celebra todos los lunes en la calle La Huerta y otro que se instala los martes y los viernes en los aledaños del mercado de La Frontera, desde 1989 en que se inauguró convirtiéndose en todo un referente. A estos mercados, sobre todo al de la calle La Huerta, le llamamos la plaza porque en nuestro pueblo decimos “vamos a hacer la plaza” y como es lógico imaginar en los puestos de los mismos se venden los productos más diversos. Principalmente se venden frutas y verduras, aunque podemos encontrar todo tipo de alimentos: aceitunas, huevos, latas de conservas, hierbas medicinales, productos dietéticos… También se venden flores, menaje, ropa, bolsos, zapatos, ropa de hogar, bisutería juguetes, entre otros.
Por lo que respecta a la venta por las calles, atrás quedó el paso de los vendedores callejeros de granizados y helados y, con ellos, nombres como Pere el Fayago y Ricardo Pebrella y, más recientemente, Rafael el Chambitero que vendía helado de Guillermo el de La Jijonenca y colocaba su carrito en la Explanada. Guillermo también contrataba a dos chicos de Xixona que se desplazaban a las cuevas y a las casas de campo vendiendo granizados y para llamar la atención de los vecinos tocaban con dos tejas a modo de castañuelas. Otra venta que se hacía por las calles y por las casas que hoy nos puede resultar muy curiosa fue la de cortes de trajes para caballeros. Los vendía Miguel que subía a Petrer todas las semanas y también vendía ropa de hogar: mantelerías, juegos de cama, toallas que las mujeres le iban pagando semanalmente. Miguel fue un gitano muy popular en nuestro pueblo, iba ataviado o enrollado con una especie de sábana blanca que hacía de macuto y le servía para depositar todo el género que llevaba. Encarna vendía el mismo tipo de productos y subía de Elda. También Marín, que vivía en la calle Cervantes, recorría las casas vendiendo cortes de traje de caballero que después cosían o bien las mujeres de la casa o se llevaban a las modistas para que los confeccionara.
Nuestros mercados están repletos de vida a fecha de hoy, pero antes, cuando se acercaban las fiestas patronales era frecuente que nuestras calles se poblaran de vendedores aprovechando que éstas estaban mucho más transitadas y la venta sobre todo de juguetes para los niños era importante. Durante las fiestas se desplazaban hasta Petrer fotógrafos que traían artilugios como coches, motos, caballitos, bambis, etc. y los más pequeños se inmortalizaban, en algunas ocasiones con el traje de festero. Casi con toda seguridad, en las cajas de latón o cartón que se conservan en muchos hogares hay alguna de estas simpáticas fotografías.
La venta ambulante en la actualidad no es muy frecuente y prácticamente se centra en los mercados. Entre los escasos productos que se venden hoy por las calles destaca la venta de queso fresco y durante el verano es frecuente ver pasar alguna furgoneta anunciando la venta de sandías y melones. Por otra parte, hasta algunas de las numerosas partidas rurales de nuestro término se desplazan furgonetas totalmente acondicionadas ofreciendo productos frescos y congelados.
Atrás quedaron los vendedores de arrop i tallaetes entre los que se encontraba uno que venía de Novelda, los regalissieros que vendían regaliz de palo fresco, de las vendedoras de bambas y otros dulces perfectamente ordenados en su banasta de mimbre, de la vendedora de quesos, de la churrera, del vendedor de sardinas, de la arenera que vendía arena para fregar. Si por un momento cerramos los ojos, todavía hoy, nos vienen al recuerdo y podemos imaginar y escuchar las voces y los sonidos de todas estas personas que recorrían nuestras calles para ofrecernos sus productos y con ellos darnos un poco de felicidad. También y, dentro de estos recuerdos está uno algo más reciente en el tiempo, nos estamos refiriendo al sonido que anunciaba la llegada del afilador de tijeras y cuchillos, un oficio artesanal en extinción. Hace ya mucho tiempo que el oficio de vendedor ambulante casi dejó de existir, quedó muy atrás. Hoy prima la venta por internet, todo se compra a través de las grandes plataformas comerciales y los oficios de antes al igual que los vendedores ambulantes son ya historia pasada. La cercanía que nos daban estas personas se ha perdido, también se está acabando el comercio tradicional y con él ese contacto directo entre comprador y vendedor. Los tiempos que corren y la instalación de grandes superficies se han encargado de que el pequeño comercio esté cada vez más en declive. Es tarea de todos mantener lo poco que nos queda.
Si os ha gustado esta crónica y os ha traído recuerdos os invito a que entréis en bibliopetrer.petrer.es, concretamente en la revista Festa 92 y que disfrutéis del trabajo que publicó en la misma Vicent Navarro Tomàs que lleva por título “Gent i oficis d’abans”, seguro que os gustará. Como siempre son las fotografías las que acompañan y le dan valor a esta sección Som de Petrer dentro de El Carrer, una publicación municipal muy longeva y muy querida por todo el pueblo.
Queremos finalizar y desde estas líneas mostrar nuestro agradecimiento a esos hombres que nos dejaron sus fotografías que son testimonio vivo de nuestra historia. En esta ocasión manifestar gratitud a José Esteve y a Vicente Villaplana. Y, por supuesto desear una larga vida a El Carrer que inicia con este número una nueva etapa, sepamos siempre apoyar y valorar lo nuestro.
M.ª Carmen Rico Navarro cursó estudios de Geografía e Historia en la Universidad de Alicante, licenciándose con Grado con la presentación del estudio sobre la tradición alfarera de Petrer, obtuvo la calificación de sobresaliente por unanimidad (1996).
Desde 1983 es Técnico de Archivos y Bibliotecas del Excelentísimo Ayuntamiento de Petrer. Estudiosa de la historia y los temas de Petrer, su localidad natal, de la que es cronista oficial desde 1994.
Es autora de varios libros y trabajos de investigación entre los que destacan: Del barro al cacharro: La artesanía alfarera de Petrer (1996), Azorín y Petrer (1998), Catálogo del pintor Vicente Poveda y Juan (1998), Apuntes para la historia de Petrer: Vida y obra del presbítero Conrado Poveda (2000), Las calles de Petrer (2002), La lectura en Petrer (2005), Historia de la sanidad en Petrer (en colaboración) (2006), Un siglo de música, publicación que obtuvo el Premio Euterpe (2006), Petrer 1935: Un pueblo en blanco y negro (2007) y El marquesado de Noguera: Un señorío nobiliario en Petrer (en colaboración) (2014). Además ha escrito numerosos artículos en periódicos y revistas especializadas.
Ha dirigido la revista cultural Festa en distintos periodos (1988-1994, 1997-1998 y 2001) y las colecciones de monografías “Vila de Petrer” y “L’Almorxó”.
Además fue la primera pregonera de las fiestas de la Virgen del Remedio en 2015 y es buena conocedora y una apasionada de las fiestas de San Bonifacio colaborando siempre con todas las directivas.
M.ª Carmen se ha dedicado durante muchos años a investigar y divulgar el patrimonio local. Por todo lo expuesto y porque siempre ha sido una amiga y estrecha colaboradoras de Valle de Elda le damos la bienvenida y os invitamos, a partir de hoy, a leer y a disfrutar de sus Crónicas de Petrer.