De la calle Las Eras a José Perseguer (II) De la Miami a la heladería Casildo

Comenzamos el paseo por esta calle del corazón de Petrer y lo haremos con un recorrido detallado por la parte que corresponde a los números impares. Será un recorrido por los espacios y por el tiempo ya que, en algunas ocasiones, nos permitirá adentrarnos en comercios y pequeños negocios casi seculares. Nos detendremos y nos daremos cuenta de la vida que había detrás de cada uno de estos pequeños negocios que se convirtieron en proyectos vitales para hombres y mujeres que pusieron su ilusión, buen hacer y pasión en los mismos. Conoceremos tiendas que ya forman parte de la historia de Petrer y a personas que permanecieron muchos años detrás de un mostrador. Nos remontaremos incluso a la primera mitad del siglo XX, época en que la gente iba muy justa de dinero y no había muchos productos para vender. Igualmente estaremos en el Petrer de los años 50 y principios de los 60, unas décadas de expansión económica para el país y para el pueblo. Tiempos de cambios en el comercio, que ahora parecen increíbles. Evocaremos una calle llena de vida, una calle de mucho tránsito, muy atractiva para abrir negocios y a la que la gente le gustaba acudir y encontrarse con la alegría y el atractivo de comercios y bares. En fin, la alegría de un pueblo vivo. Estoy segura que os sorprenderá, y lo vamos a poder ver a lo largo de estos trabajos, como una calle de pequeñas dimensiones albergaba tanta y tanta vida.

Empecemos ya nuestro itinerario. A fecha de hoy y desde hace ya algunos años, se inicia la calle José Perseguer con la fachada de la Clínica Veterinaria Derrocat a la que se accede por Cánovas del Castillo. Este espacio fue el almacén y tienda de piensos propiedad de José María Bernabé Sarrió el Tort de Maties y su esposa Remedios Poveda Vicedo la Pintà, donde además vendían almendras, harina, legumbres y granos. En la memoria de los que conocimos este almacén están los sacos apilados y cargados de todos estos productos. La vivienda la tenían en el piso superior, con entrada por Pedro Requena. En los años ochenta estuvo en lo que hoy es la clínica veterinaria la Caja de Ahorros de Valencia.

Pero retrocedamos por un momento a los años 50 del pasado siglo y centrémonos y adentrémonos en lo que fue el nº 1 de esta calle donde María del Carmen Francisca (Paquita) Visedo Jover (Agost, 1933 – Elda, 2018), más conocida como la Miami o Marifrans, una mujer moderna y valiente, tuvo su tienda. Sus padres tenían comercio en Agost y cuando ella era muy pequeña se trasladaron a Murcia para seguir con el oficio. La Miami, como la llamaban en Petrer, fue una mujer emprendedora, adelantada a su tiempo y abrió a principios de los 50, con tan solo 17 años, una mercería a la que le puso de nombre Miami. El nombre de la tienda se debió a que ella era una gran lectora y por entonces devoraba novelas de origen americano y, por eso, eligió ponerle a su tienda el nombre de la mítica ciudad de Florida. En su tienda hacía, fundamentalmente, jerséis a medida con una máquina especial que adquirió en la ciudad de Murcia. Y vendía todo tipo de prendas de punto como rebecas, niquis, suéteres, mambos, chaquetas, vestidos, trajes de baño… Igualmente y, así aparece en la publicidad de su pequeño negocio, comerciaba con artículos de mercería, perfumería, paquetería, loza y cristal. Pero ésta no fue la única tienda que tuvo Marifrans a lo largo de su vida, ya que esta mujer tuvo gran visión para los negocios y llegó a tener abiertos al público la friolera de diez establecimientos de confección de ropa, dos de ellos en Petrer, tres en Elda y uno en Alicante, Novelda, Villena y Caudete. Estos no fueron sus únicos negocios ya que cuando se casó con el eldense Francisco Pérez García, también perteneciente a una familia de comerciantes los Petroleros, abrió una fábrica de cajas en la calle Cervantes nº 3, y en la parte de arriba de la misma montó un salón de belleza. En 1971 se trasladó a Elda y abrió un salón de belleza y una peluquería por todo lo alto y la boutique Marifrans. Su hermana Pepita la de Tomaset tenía una tienda muy cerca de la de la Miami, en la calle Gabriel Payá, en la que vendía lanas. Hoy, la tradición comercial de esta audaz mujer perdura en su hija Mari Ángeles que tiene una tienda de ropa en Elda, Dándara.

En este mismo lugar, después de la Miami, estuvo la tienda de electricidad y sonido propiedad de Alfonso García Soriano (Yecla, 1909 – Petrer, 1988) en la que vendía material eléctrico (enchufes, bombillas…), además de realizar instalaciones eléctricas y arreglos de electrodomésticos de la época. Esta tienda la cerró tras su jubilación en los años 70. Alfonso vino a Petrer de adolescente, sus primeros trabajos como electricista fueron en una de las cerámicas que había en el Camino Viejo de Elda y en la fábrica de Calzados Luvi y, los fines de semana, trabajaba como aposentador del Cine Cervantes. Después hizo trabajos de electricista para el Ayuntamiento. Alfonso siempre iba con su escalera al hombro ya que se encargaba de llevar el mantenimiento eléctrico del pueblo, instalando las luces y el sonido de las fiestas. Sobre los años 50 montó un pequeño taller en la calle José Perseguer nº 15 con el nombre de “Radioelectricidad. Alfonso García Soriano", "servicio de altavoces y reparación en general para trasladarse años más tarde al nº 1 de esta calle.

El local donde estuvo primero la Miami y después Alfonso era propiedad de Antonio Juan Maestre el Sastre que tenía su vivienda en la calle Pedro Requena nº 4. Estaba casado con Dolores Laliga Ventura, hermana del carnicero José María el Roig, y su hijo Antonio Juan Laliga fue jefe de extranjero del Banco de España en Madrid. Esta casa la compró José María Bernabé y en la actualidad vive un nieto suyo.

A continuación, en el número 3 de la calle abrió la que fue la primera heladería que hubo en Petrer, la de Casildo Máñez Sánchez (Petrer, 1914 – 2000). Pero en ese mismo local que poco después se convirtió en heladería, Casildo, ya en 1947, alquilaba y reparaba bicicletas y, en 1950, se ofrecía para instalar motor a las mismas. Después, cambió las bicicletas por el helado. En Petrer, con anterioridad a Casildo, hubo vendedores ambulantes de helados como Pere el Fayago, Ricardo Pebrella o Teresa la Torratera que vivía en la calle Miguel Amat en lo que hoy es la Casa del Fester y vendía helado por las calles de Petrer, a finales de los años 40, siendo famoso su mantecado y sus chambis, pero heladería propiamente dicha no hubo antes a Casildo. Él abrió en los años 50 como Heladería Casildo y al frente de la misma estaba su mujer María Iniesta Herrero (Sax, 1918 – Petrer, 2007). De esta heladería eran muy típicos los granizados de café, agua cebada, limón y horchata, también chambis y polos de menta que tras comerlos dejaban huella en la boca tiñéndola de un intenso color verde. Este establecimiento de venta de helados posteriormente obtuvo la concesión de la marca Frigo, empresa española fundada en 1927, dedicada a fabricar y comercializar helados que forma parte desde 1973 de la multinacional Unilever. Entre los clientes más asiduos se encontraba el célebre médico eldense D. José Pertejo que subía muchas noches a Petrer a tomar helado. Casildo tenía un carrito de helados que recorría el pueblo vendiendo helados, traspasó su negocio a Armando Francés Camarasa y María Teresa Francés y a partir de ese momento fue la Heladería Fama, Abrieron en total cuatro heladerías "Fama": dos en Elda, en la calle Pedrito Rico y en la Avenida Alfonso XIII y dos en Petrer, una en La Frontera y la otra en la que antes fue de Casildo. En 1993 todavía estaba la heladería Fama en el nº 3 de la calle José Perseguer. Finalmente las cerraron todas. Fueron los únicos heladeros que no llevaron carritos, aunque él tuvo uno en Bañeres, su localidad natal, antes de llegar a Petrer y a Elda.
Volviendo a Casildo tenemos que decir que fue un hombre emprendedor y pionero en muchos ámbitos. Entre sus muchas facetas vitales destacar que fue él quien abrió la primera librería en Petrer, en la calle Miguel Amat, junto a un laboratorio fotográfico. También tenía una “parada” a la puerta del ayuntamiento en la que vendía prensa y cómics, convirtiéndose en un clásico del antiguo mercado de la plaça de Baix. También fabricó zapatos y zapatitos para muñecas.

El local donde estuvo Casildo y la Heladería Fama fue propiedad del asturiano Melchor Mares, administrador de correos, quien realizo la reforma de la vivienda, en 1927, que tenía acceso por la calle Pedro Requena nº 6 y construyó el característico balcón acristalado tan típico de las viviendas del norte de España. En la actualidad esta singular vivienda, magníficamente conservada, y las partes traseras de la misma que dan a José Perseguer pertenecen a Eduardo Ibáñez Edu, el Pintor y a su mujer Luisa Rico, tras comprarlas a Josefa Mares de Lago, hija de Melchor. En los bajos de esta casa que dan a la calle José Perseguer n.º 3 estuvo durante muchos años la droguería de Juan Carratalá, en la actualidad Benjamín, y, al lado, había una heladería. Este local hace unos pocos años pasó a formar parte de la Droguería Benjamín, ampliándose así la droguería de Juan Carratalá.
Os espero el próximo mes que recordaremos la droguería de Juan Carratalá. Y, así, iremos caminando despacio, poco a poco, mes a mes, hasta llegar al final de la calle donde estuvo la fábrica de cajas de Leopoldo Pardines. Veremos como detrás de cada puerta había una familia y una historia que contar. Así que una poca de paciencia porque nos quedan muchas puertas que abrir, muchos lugares donde entrar y muchas historias que recordar. Por tanto, continuará… Hasta el próximo mes.

M.ª Carmen Rico Navarro cursó estudios de Geografía e Historia en la Universidad de Alicante, licenciándose con Grado con la presentación del estudio sobre la tradición alfarera de Petrer, obtuvo la calificación de sobresaliente por unanimidad (1996).
Desde 1983 es Técnico de Archivos y Bibliotecas del Excelentísimo Ayuntamiento de Petrer. Estudiosa de la historia y los temas de Petrer, su localidad natal, de la que es cronista oficial desde 1994.
Es autora de varios libros y trabajos de investigación entre los que destacan: Del barro al cacharro: La artesanía alfarera de Petrer (1996), Azorín y Petrer (1998), Catálogo del pintor Vicente Poveda y Juan (1998), Apuntes para la historia de Petrer: Vida y obra del presbítero Conrado Poveda (2000), Las calles de Petrer (2002), La lectura en Petrer (2005), Historia de la sanidad en Petrer (en colaboración) (2006), Un siglo de música, publicación que obtuvo el Premio Euterpe (2006), Petrer 1935: Un pueblo en blanco y negro (2007) y El marquesado de Noguera: Un señorío nobiliario en Petrer (en colaboración) (2014). Además ha escrito numerosos artículos en periódicos y revistas especializadas.
Ha dirigido la revista cultural Festa en distintos periodos (1988-1994, 1997-1998 y 2001) y las colecciones de monografías “Vila de Petrer” y “L’Almorxó”.
Además fue la primera pregonera de las fiestas de la Virgen del Remedio en 2015 y es buena conocedora y una apasionada de las fiestas de San Bonifacio colaborando siempre con todas las directivas.
M.ª Carmen se ha dedicado durante muchos años a investigar y divulgar el patrimonio local. Por todo lo expuesto y porque siempre ha sido una amiga y estrecha colaboradoras de Valle de Elda le damos la bienvenida y os invitamos, a partir de hoy, a leer y a disfrutar de sus Crónicas de Petrer.