El Rotary Club homenajea a Ana María Sánchez con el premio Emilio Castelar y la actuación de Melomans
La soprano Ana María Sánchez recibió ayer el premio Emilio Castelar a título póstumo en el Auditorio ADOC. Este galardón se creó en 2019 por el Rotary Club Elda Vinalopó con motivo de su 25 aniversario, para premiar a personas relevantes de la ciudad y de la comarca, pero la pandemia impidió que se pudiera entregar en su segunda edición de 2020 a la destacada cantante lírica eldense. El grupo vocal y teatral Melomans, compuesto por antiguos alumnos de canto de Ana María Sánchez, ofreció su espectáculo Se canta, pero no se toca!
El presidente del Rotary Club Elda Vinalopó, el notario Alejandro Pérez, explicó que la elección de Ana María Sánchez obedece a que "premiamos a personas que queremos que sean un referente para los jóvenes por su esfuerzo y el trabajo constante a la hora de alcanzar sus metas, y un ejemplo de ello es Ana María, que empezó tarde a cantar, pero hizo realidad su sueño".
Recogieron este galardón su viudo, José Francisco Rubio, y su hijo, Miguel Ángel Rubio, que agradecieron al Rotary Club este homenaje a la soprano. Su viudo quiso leer las hermosas palabras que en una ocasión le dedicó un crítico musical a Ana María Sánchez, pero tuvo dificultades para terminar porque estaba muy emocionado. La cantante falleció en el mes de septiembre del pasado año, pero llegó a saber había recibido este premio del Rotary Club Elda Vinalopó, al que se sentía muy unida y junto al que había ofrecido tres conciertos benéficos.
La periodista Desireé Poveda repasó la trayectoria de la soprano internacionalmente conocida, que comenzó su carrera cuando ya contaba con 35 años. Recordó sus actuaciones en los teatros más importantes del mundo, así como los elogios de la crítica especializada, pero además, destacó la faceta humana de Ana María Sánchez, a pesar de ser una diva del bel canto.
El grupo valenciano Melomans ofreció a continuación su espectáculo Se canta pero no se toca! Sus cuatro componentes cantaron a capela, con el humor como vehículo, temas de todos los tiempos, sin más instrumentos que sus magníficas voces, desde melodías de Disney hasta canciones de Raphael. El grupo está formado por Edu Escartí, Gonzalo Manglano, Javi Reig y Pau Ferrer, quienes pusieron el broche final a esta segunda edición del Premio Emilio Castelar. Se trata de cuatro cantantes líricos con una sólida formación académica, de hecho, como recordó Gonzalo Manglano ayer sobre el escenario, fueron alumnos de los cursos de perfeccionamiento que impartió Ana María Sánchez en Elda: "Estamos muy honrados y emocionados de poder estar aquí, de hecho, llevamos haciendo este espectáculo desde 2019 y estamos más nerviosos que nunca. En este mismo auditorio, Ana María fue nuestra profesora y nos decía una frase que recordamos siempre: 'La música es la mejor manera de agradecer al universo todo lo que nos ha dado, en forma de canción'".
El público despidió al grupo en pie entre grandes aplausos.