Elda se rinde al bando moro
El bando moro se ha hecho con el Castillo de Embajadas, prueba de ello es que la bandera de la media luna ondea ya desde lo más alto. La pólvora ha sido la encargada de anunciar a Elda que comenzaba la conquista con la Embaja Mora. Esta ha sido la primera embajada de Alberto Rodríguez como embajador Cristiano, y ha demostrado estar a la altura del papel que dejó por todo lo alto Isidro Juan Gallardo. Una repentina lluvia ha hecho acto de presencia entre el Alardo y la Estafeta y Embajada Mora, que ha limpiado las calles para que la embajada se pudiese desarrollar con normalidad, eso sí, con 40 minutos de retraso.
La ciudad ha revivido las cruentas batallas que se produjeron hace varios siglos entre cristianos y musulmanes en la península. La plaza de la Constitución y la calle Colón y el numeroso público que las ocupaba han sido testigos de cómo los dos bandos se enfrentaban en una batalla que ha ganado el bando de la media luna, encabezado por su embajador, David Juan Monzó, que ha interpretado con brillantez su papel. Tanto Monzó como Rodríguez han lucido su nueva vestimenta, el moro un elegante traje negro con tonos bronce y el cristiano un atuendo guerrero en el que predominaba el azul y el plata.
Más de 500 tiradores han iniciado la mañana protagonizada por la pólvora con el alardo en el que la comparsa de los Cristianos han recordado a su compañero fallecido, el cámara José Joaquín Sarabia, y durante el primer tramo del acto no han disparado en señal de duelo, momento emotivo que ha concluido con un disparo de su hermano, el también cristiano Jesús Sarabia, y uno conjunto protagonizado por el cañón que el año pasado estrenó la comparsa Cruzados Mágicos, a la que pertenecía Sarabia. Casualmente el alardo pasa por la puerta de la que era la casa de Sarabia, en el edificio Elda, frente a la sede de la Comparsa de Cristianos. Allí se ha vuelto a repetir un homenaje a Sarabia con un disparo conjunto. Otras comparsas han querido sumarse a esta señal de duelo sencilla pero llena de significado y han disparado conjuntamente a las puertas del edificio Elda. En los chalecos de los festeros se podía ver el pin “1x JJ Sarabia”.
Cuando la última comparsa, la de Moros Musulmanes, concluía el alardo, un chaparrón ha caído en la ciudad, pero el agua ha servido para limpiar las calles y prepararlas para lo que venía, la Estafeta y Embajada Mora. El acto ha podido desarrollarse con normalidad con unos 40 minutos de retraso, de hecho, un intenso sol ha salido durante la puesta en escena y el público ha utilizado los paraguas para procurarse una sombra.
Así la Estafeta y Embajada Mora han comenzado pasadas las 12 horas con la disputa verbal entre los embajadores. Cuando ha salido del castillo el embajador Cristiano, Alberto Rodríguez, en la que es su primera embajada, ha recibido los aplausos de su comparsa así como del público, en señal de calurosa bienvenida. También se estrenaban Alejandro Sánchez y Juan José Conejero como centinelas cristiano y moro, respectivamente.
Así tras el desencuentro de ambos ha arrancado la lucha de pólvora por el Castillo de Embajadas. Paso a paso las tropas Moras han conseguido conquistar la plaza y derrotar al bando de la cruz. Entonces ha sido el turno de la pelea con espada entre los dos embajadores que ha acabado con la muerte del cristiano en el mismo castillo. El moro ha sido aplaudido y vitoreado por sus tropas, que miraban desde la plaza.
El lunes será el momento de la reconquista cristiana. Pero antes, esta tarde, la celebración continúa con la Triunfal Entrada Mora a partir de las 18 horas.