Itinerarios de memoria democrática en la provincia de Alicante Elda

ITINERARIOS DE MEMORIADEMOCRTICA E N LA PROVI NCIA DE ALICANTE Elda JOS RAMN VALERO ESCANDELL CARLOS SALINAS SALINAS Itinerarios de memoriademocrtica Elda Jos Ramn Valero Escandell y Carlos Salinas Salinas Itinerarios de memoriademocrtica Elda Reservados todos los derechos. Cualquier forma de reproduccin, distribucin, comunicacin pblica o transformacin de esta obra solo puede ser realizada con la autorizacin de sus titulares, salvo excepcin prevista por la ley. Dirjase a CEDRO (Centro Espaol de Derechos Reprogrficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algn fragmento de esta obra. Jos Ramn Valero Escandell y Carlos Salinas Salinas, 2024 de esta edicin: Comisin Cvica de Alicante para la Recuperacin de la Memoria Histrica ISBN: 978-84-1302-276-5 Depsito legal: A 454-2024 Imagen de cubierta: Voluntarios de Cruz Roja a la puerta del sindicato CNT, en la entonces calle de Canalejas. Cartografa: ngel Snchez Pardo Fotografas: Jess Cruces Lago Composicin y diseo de cubierta: Marten Kwinkelenberg Impresin y encuadernacin: Imprenta de la Universidad de Alicante Con nuestro agradecimiento a cuantas personas e instituciones han contribuido a que este itinerario de memoria democrtica haya sido posible. ndice Presentacin ..........................................9 Elda, el final de un tiempo de progreso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 1. Plaza de Arriba e iglesia de Santa Ana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .19 2. La plaza del Ayuntamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23 3. Papelera Vidal y calle Nueva baja . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 4. Casino Eldense y calle Nueva alta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 5. Teatro Castelar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 6. El Sindicato . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 7. La plaza de Sagasta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 8. Chalet de Porta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47 9. Escuelas graduadas Emilio Castelar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51 Bibliografa bsica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 9 Presentacin Una de las pretensiones de la Comisin Cvica de Alicante para la Recuperacin de la Memoria Histrica es contribuir al conocimiento de la historia reciente de la ciudad de Alicante y de su provincia. En los ltimos aos, tal aspiracin ha cristalizado en la edicin de libros y fo lletos divulgativos que han sido amplia mente difundidos. La memoria democrtica sintetiza el esfuerzo de las sociedades para encon trarse con su pasado, asumindolo y va lorndolo con respeto y ponderacin. En los ltimos aos, el movimiento memo rialista ha impulsado y apoyado una sig nificativa demanda social sobre la memo ria, que se apoya en los cuatro principios que sustentan el derecho internacional humanitario: verdad, justicia, reparacin y garanta de no repeticin de las vio laciones de los derechos humanos. Esta demanda ha motivado que un amplio es pectro del arco parlamentario asumiera y llevara en su agenda programtica la memoria democrtica, que es asunto que tambin preocupa y ocupa a Gobiernos, instituciones, asociaciones y colectivos en los diferentes territorios, que desplie gan actuaciones e iniciativas para identifi car, preservar y divulgar acontecimientos pretritos que contribuyen a explicar a la ciudadana su pasado y su historia. Pese a ello, desgraciadamente, la me moria democrtica contina siendo en nuestro pas una asignatura pendiente que apela de manera especial a uno de los periodos ms infaustos de su histo ria contempornea: la Guerra Civil y sus consecuencias. Durante largos aos se ha hurtado al relato histrico la impor tancia de la ciudad y de la provincia de Alicante, pese a que una y otra merecen ocupar un lugar destacado en l, porque conforman el territorio en el que con cluy la guerra y desde el que parti al exilio el ltimo Gobierno de la Segunda Repblica. Tambin porque la provincia acoge escenarios y vestigios cuyo cono cimiento permite entender el significado y las consecuencias de la rebelin militar para el conjunto del pas. El trabajo que incluye esta publica cin pone en valor algunas de estas face tas del devenir histrico. Las guas e itine rarios propuestos documentan una parte importante de la memoria democrtica de la provincia de Alicante, desconocida en muchos casos para sus propios ha bitantes. Contienen diversos recorridos, ilustrados con fotografas, planos y tex tos explicativos rigurosos, que acercan el conocimiento de la historia reciente y su significado para la convivencia de mocrtica. Se da continuidad as a otro 10 trabajo previo, circunscrito a la ciudad de Alicante, financiado con ayudas reci bidas de la Conselleria de Participacin, Transparencia, Cooperacin y Calidad Democrtica del Gobierno Valenciano y del Ayuntamiento de Alicante. Libretos y flyers , con los QR de cada itinerario propuesto, se pusieron a disposicin de entidades, organismos, centros educati vos, operadores tursticos y del conjunto de los ciudadanos, siendo muy bien aco gidos por las diferentes instancias. La publicacin que presentamos en 2022 extenda la red de itinerarios a otros municipios de la provincia en los que se desarrollaron importantes acon tecimientos durante los aos de la Gue rra Civil: Monvar, Orihuela y Dnia. Y en esta ocasin hemos escogido, para continuar con esta labor, otras tres im portantes localidades de la provincia, Elda, Cocentaina y Sant Joan. Un equi po multidisciplinar de profesores, histo riadores y archiveros han seleccionado rutas significativas, que se ofrecen de talladas, documentadas e ilustradas en las pginas de la gua correspondiente a cada localidad, incluyendo relatos, documentos e imgenes que orientarn el recorrido de los visitantes, proporcio nndoles un acercamiento visual, intuiti vo y no exento de rigor a unas realidades histricas generalmente desconocidas. La Comisin Cvica agradece al equi po integrado por Jos Ramn Valero Es candell, Carlos Salinas Salinas, Alejan dro Barber Mir, Josep Antoni Pujol y Gaspar Belmonte el valioso trabajo de investigacin y documentacin que han llevado a cabo, que contribuir signifi cativamente a la difusin de la historia democrtica de las tres localidades, es pecialmente de los hechos, institucio nes, organizaciones y personas que pro tagonizaron los aos de la Guerra Civil. Tambin expresa su reconocimiento a la Secretara de Estado de Memoria De mocrtica, del Ministerio de la Presiden cia, Relaciones con las Cortes, sin cuya ayuda, a travs de la convocatoria de subvenciones destinadas a actividades relacionadas con la recuperacin de la memoria democrtica y las vctimas de la Guerra Civil y de la Dictadura, corres pondiente al ao 2023, no hubiese sido posible materializar esta publicacin. As mismo, agradece la inestimable ayuda recibida de la Universidad de Alicante, a travs del Archivo de la Democracia y del Servicio de Publicaciones, que ha resultado primordial para la edicin de las guas. Cuantos hemos contribuido a su edi cin esperamos que interesen a los ciudadanos de los respectivos municipios y a las personas que los visitan. Ojal constituyan un peldao ms para lograr en el inmediato futuro un amplio reper torio de guas y documentos que favo rezca el conocimiento y la difusin de la memoria histrica y democrtica de la provincia. Alicante, junio de 2024 Comisin Cvica de Alicante para la Recuperacin de la Memoria Histrica 11 Fuente: Datos propios y ortofoto de 2023 de la Comunitat Valenciana en RGBI y de 25 cm de resolucin. Ortofoto 2023 CC BY 4.0 Institut Cartogrfic Valenci, Generalitat Valenciana. Elaboracin propia. 12 Fuente: Datos propios y Cartografa Oficial de la Comunitat Valenciana a escala 1:5000. 214 (rev. 2024) CC BY 4.0 Institut Cartogrfic Valenci, Generalitat Valenciana. Elaboracin propia. 13 Elda, el final de un tiempo de progreso La Guerra Civil en Elda se asemejaba a la de cualquier lugar de Espaa en mul titud de aspectos: la quiebra profunda de la convivencia previa, con una notable violencia a cargo de grupsculos radica les no controlados; el alistamiento inicial masivo de voluntarios que marchaban al frente con ms entusiasmo que prepa racin; la socializacin de las clulas productivas locales; la aparicin de ca rencias en el proceso productivo (falta de mano de obra, acceso a las materias primas, acaparamiento especulativo), y la creciente plaga del hambre, que para buena parte de las familias no alcanz la gravedad de la de algunos aos de posguerra. Cuando el 18 de julio de 1936 gran parte de los mandos del ejrcito traicio n su promesa de lealtad constitucional a la Repblica, a una democracia frgil pero nacida de la voluntad y el entusias mo popular, y apoy los intereses de los grupos privilegiados, de los que muchos militares de alta graduacin formaban parte, en esa fecha, Elda era el princi pal centro fabril de la industria zapatera espaola, que segua progresando de manera decidida pese a todas las difi cultades surgidas tras el Crac de 1929. Como reflejo de ello, el incremento demogrfico de la ciudad fue entonces el ms intenso de los ltimos siglos: la poblacin se haba doblado holgada mente entre 1922 y 1935, algo nico en toda la provincia. Pas de ser el sexto ncleo urbano del Vinalop al mayor del interior provincial tras Alcoy. Cen tenares de personas llegaban cada ao, sobre todo de los pueblos vecinos (Mo nvar, Pinoso) y de poblaciones cer canas como Almansa y Yecla. La inte gracin fue bastante rpida y ayudaron a rejuvenecer la poblacin. Gentes de otros lugares, la cada vez mayor ani macin sobre la carretera Madrid-Ali cante, la actividad comercial y sus numerosos viajantes le aportaban un aire cosmopolita. Las ideologas tambin cambiaron en esos aos. El republicanismo de los eldenses era entusiasta, orgulloso de la conversin de la figura de su paisano Emilio Castelar en un mito del nuevo rgimen: bastantes fabricantes apoyaron opciones progresistas, en especial las de Azaa y Marcelino Domingo. Entre los obreros, el tradicional predominio anarquista, arraigado por su control del Sindicato nico del Ramo de la Piel, estaba siendo limitado por una crecien te influencia socialista, que tambin atraa a gentes de profesiones liberales y a la pequea burguesa. Estaba bien 14 representado en numerosas entidades, incluida la junta directiva del Casino Eldense. Era apreciable la secularizacin de la vida local, no solo expresada en el publico anticlericalismo de la mayora, sino tambin en la animada actividad de cines, teatro y salas de baile; o en las vestimentas y peinados juveniles, tan di ferentes a la negrura triste y paramilitar de los franquistas de posguerra. No obs tante, no desaparecieron las procesiones septembrinas, aunque en los aos trein ta, los nuevos deportes y las concurridas verbenas eran el centro de las celebra ciones festivas. Otras dos grandes caractersticas, una de cal y otra de arena, destacaban antes del golpe del 18 de julio. Por un lado, la puesta en marcha de numerosas iniciativas locales, entre las que destaca la atencin preferente a las cuestiones educativas, con la rpida construccin de las escuelas graduadas Emilio Castelar (hoy, Padre Manjn) y varias aulas distri buidas por distintos barrios, incluida la Estacin de Monvar; pero tambin con las primeras colonias infantiles en la pla ya o un peridico escolar dirigido por las alumnas ( Pensamiento Escolar ). Adems, la creacin del Banco de Elda en 1933, el nico provincial si descontamos los de carcter familiar, con un consejo de ad ministracin totalmente compuesto por empresarios del Valle; la nueva estacin de ferrocarril y el proyecto de mercado municipal que qued en suspenso por la guerra. Pero tambin fue un tiempo plagado de huelgas y reivindicaciones; casi todas impulsadas por los anarquistas, que lle garon al enfrentamiento directo con la guardia civil, con varios heridos y un obrero muerto en 1933; pese a ello, o a causa de ello, el nivel de vida del obrero eldense era envidiado por los trabajado res de pueblos cercanos. El 18 de julio, la industria del calzado estaba en huel ga, mientras se negociaban las bases de trabajo, sin que volviese la normalidad hasta varios das despus. Los primeros meses despus del le vantamiento fueron muy duros en va rios aspectos: debilidad absoluta de la corporacin municipal republicana, que acab sustituida por un Consejo Los aos 20 y 30 fueron los de mayor crecimiento porcentual de la poblacin de los ltimos siglos. 15 Municipal encargado del da a da; y un Comit Antifascista, de mayor carc ter poltico; el incendio de la iglesia de Santa Ana y asaltos a la casa abada, a un centro recreativo patronal y a alguna vivienda de significados derechistas; la huida de algunas familias burguesas, cuyas fbricas fueron incautadas (Indus trias de la Piel Socializadas) y la creacin de una entidad comercial y productiva (la SICEP), que integraba a muchas otras empresas; el asesinato y encarcelamien to de algunos personajes representativos de la Elda conservadora; el alistamiento de muchos miembros de partidos y sin dicatos obreros, adems del fuerte pro tagonismo inicial de los milicianos en la vida cotidiana. Los nacimientos se des bordaron en 1937, casi el doble que en 1935; en parte debido a la celebracin de numerosas uniones libres, muchas de ellas acordadas cuando el novio parta al frente. Conforme el Consejo Municipal re cuperaba el control de la situacin se fue normalizando la vida diaria. As, en los meses de invierno: el fin de la vio lencia indiscriminada; la atencin pre ferente a los problemas de fabricacin de calzado; la reconversin de parte de la industria para las necesidades blicas; medidas para solucionar el problema de los abastecimientos; la llegada de refugiados, y el apoyo material a los frentes. La Guerra Civil en Elda tuvo varias particularidades destacables: en primer lugar, una ingente labor de acogida que fue aumentando con el transcurso de Anuncio de Rodolfo Guarinos, S.A. en el Programa de Fiestas de 1935. En cinco aos esta gran fbrica haba aumentado su produccin en 600 pares diarios. 16 la guerra; a mediados de la misma, el alcalde informa a la superioridad que Elda acoge a ms de 2.500 refugiados. Comenz con la llegada de algunos grupos escolares de Madrid. Despus alo jaron a evacuados de todas las edades procedentes de distintas zonas, adems de los numerosos heridos del frente que llegaban a la estacin ferroviaria. La la bor de instituciones como Socorro Rojo Internacional posibilit una respuesta aceptable a un reto difcil tan diverso (grupos de escolares, evacuados, ayuda al frente, hospitales). Desde 1938, Elda se convirti en centro de una importante industria blica, con el desplazamiento del personal e instalaciones desde zo nas ms prximas al frente. Finalmente, hasta el Gobierno de la nacin organiz aqu alguna sede estratgica. Esta labor de acogida estuvo facilitada por la rela tiva tranquilidad vivida en una ciudad alejada de los frentes, bien comunicada con Madrid, Valncia, Alicante, Murcia y el mar, que nunca fue bombardeada, al contrario que otros ncleos urbanos prximos (Villena, Alcoy y casi todas las costeras). La guerra dificult, pero no trunc la dinmica transformadora de la so ciedad y la economa eldenses. Cabe destacar la creacin de una institucin econmica seera: el Sindicato de la Industria del Calzado de Elda y Petrel (la SICEP), una iniciativa pactada entre patronos y obreros, con el apoyo del Comit Local Antifascista, que supuso la creacin de una estructura comercial gil y un original sistema productivo; aunque acab absorbida por la COICS (Cooperativa Obrera de la Industria del Calzado y Similares), otra organizacin local que agrup a las grandes fbricas incautadas. Desde el punto de vista educativo, hubo varias iniciativas no tables, como la creacin del Instituto Obrero, gestionado por la federacin de enseanza de UGT, y pequeas bibliotecas puestas en marcha por al gunas organizaciones. Conectando las necesidades fabriles del calzado y la mejora de la formacin profesional, surgi en octubre de 1936 el Ateneo Ar tstico de Modelistas y Patronistas, que impuls la creacin de una Escuela de Artes y Oficios, con la singularidad de Membrete de la Cooperativa Obrera de la Industria del Calzado y Similares (COICS). Se observa tachada su denominacin anterior: Industrias de la Piel Socializadas. Archivo Municipal de Elda (AME). 17 poner en marcha una fbrica donde se realizaban las prcticas. El xito de esta iniciativa fue casi completo cuando el gobierno del doctor Negrn public el decreto de creacin en Elda, el 13 de marzo de 1937, de la Escuela Profesio nal de la Industria del Calzado y Deri vados de la Piel, de mbito nacional, en terrenos cedidos por la sociedad El Progreso; y posteriormente aprob la dotacin presupuestaria de la misma, sin que llegase a realizarse por la de rrota republicana. La mayor particularidad local es el traslado a Elda de la Subsecretara del Ejrcito de Tierra del gobierno Negrn a las escuelas Emilio Castelar, desde el 25 de febrero de 1939; adems de otras instalaciones del Servicio de Inteligen cia Militar y la publicacin de algunos boletines ministeriales. Tambin se es tablecieron personalidades del bando republicano. Es lo que algunos histo riadores han denominado Gobierno de Elda, aunque fueron solo unos das. Por supuesto no hay nada parecido a ca pitalidad alguna. Negrn a su regreso a Espaa tras la cada de Catalua volvi a establecer la capital en Madrid. Va rios lugares del valle estuvieron ligados a este episodio casi final de la guerra: la finca El Poblet (Petrer), residencia de Negrn, conocida como posicin Yuste; los chaletitos de La Jaud, alojamiento por unos das de destacados dirigen tes comunistas (Dolores Ibrruri, Pa sionaria , Togliatti, Lster, Alberti), o el aerdromo monovero de El Fond, el lugar que mejor simboliza la derrota del gobierno legtimo. Parece ms que Tarjeta del Sindicato de la Industria del Calzado de Elda y Petrer (SICEP). Incluye sus depsitos en las grandes ciudades. Fuente: AME. 18 probable que la ubicacin de organismos gubernamentales en torno a Elda, uno de los lugares mejor comunicado por ferrocarril y carretera en la zona an en poder de la Repblica, cercano a sus puertos mediterrneos, fue el in tento de preparar una evacuacin orga nizada de la poblacin ms susceptible de padecer represalias, similar a la que se realiz en Catalua. El 28 de marzo de 1939 entraron las fuerzas franquistas en Elda, los naciona les , aunque aqu llegaron primero los fasci italianos y despus dejaron una guar nicin de mayora marroqu. Su primer acto fue destrozar a martillazos la placa que dedicaba a Buenaventura Durruti la calle Jardines. En esa misma calle se ubicara durante ms de un ao la sede de la comandancia militar de la plaza, el centro decisorio de las llamadas fuer zas de ocupacin. Muy cerca, a pocos metros, el cine Cervantes se convirti en campo de concentracin durante muchos meses, aunque existieron otros centros de detencin en la ciudad y cen tenares de eldenses fueron repartidos por Monvar (plaza de toros, convento de capuchinos), las crceles alicantinas y diversas prisiones mucho ms lejanas. Varias decenas de ellos ya no volvieron nunca. Las nuevas autoridades locales, nombradas directamente por el coman dante militar o por el gobernador civil comenzaron a implantar con violencia la dictadura franquista. Un itinerario sobre la Elda de la Gue rra Civil obliga a reducir drsticamente los lugares a recorrer. Salvo que quera mos realizar un circuito maratoniano, resulta de todo punto imposible abar car espacios bsicos como la posicin Dakar, en las casitas de la Jaud, donde se estableci parte de la direccin del PCE; el entorno fabril de la Estacin MZA (despus Renfe), que acogi a talleres de armas de la Unin Naval de Levante; la fbrica de la escuela profesional; el cha let Villa Paca, la colonia escolar ministe rial; la parte alta de la Plaza de Castelar, entonces convertida en zona de zanjas para instruccin militar; el cuartel de la Guardia Civil, que an conserva en su fa chada el escudo republicano de Espaa; unos jardines de la Cruz de los Cados, de esttica hitleriana, y algunos refugios de difcil adaptacin a la visita. Por eso, trataremos de explicar aquellos aos a travs de una ruta fcilmente accesible vinculada al centro urbano. 19 1. Plaza de Arriba e iglesia de Santa Ana Hoy resulta difcil reconocer cmo era la vieja Plaza de Arriba. Conectada con la plaza de Abajo o del Ayuntamiento, a ella se entraba solo por calles estrechas y por algn callejn, como el del Toril, que la conectaba con la anterior Santa Ana, una iglesia ms pequea que la ac tual. Era uno de los espacios centrales de la antigua Elda, bien conectado con el castillo, a travs de la calle del mismo nombre y, aunque todo el barrio viejo ya estaba en clara decadencia, todava era el lugar donde se celebraban los merca dillos ( la plaza , de ah el nombre que to dava da alguna gente mayor al mercado) y la feria de la Inmaculada, adems de contar con algunos comercios. La pla za de Arriba, de Topete desde el ltimo tercio del siglo xix, cambi su nombre a alcal zamora en 1932, tras la visita del interior del refugio de las plazas. Foto: J. cruces. 20 presidente a Elda, pasando en la Guerra Civil a denominarse de Juan Moll Ol mos, en recuerdo del anarquista eldense abatido por la Guardia Civil; y a Revolucin Nacional Sindicalista con la llegada de los franquistas. En el centro se construy a finales de 1938 el refugio antiareo, con su acce so principal en la plaza, rehabilitado re cientemente. Es de corredor abovedado, se ubica a doce metros de profundidad entre las plazas de Arriba y de Abajo, parece inconcluso y nunca lleg a ser utilizado. Elda nunca fue bombardeada, pero no pareci demasiado preocupada, aunque despus del bombardeo de Alcoy del 22 de septiembre, y tras el trauma de los bombardeos en Alicante (el del Mer cado del 25 de mayo produjo ms vcti mas que el de Guernica), y la orden del gobernador civil de organizar la Defensa Antiarea Pasiva, comenz la construc cin de varios: el de las plazas, el del tea tro y casino, el de la calle Tenera, otro cercano a la calle Independencia y va rios en fbricas de calzado o armamento; desde la de Rivas, cercana a las escuelas graduadas, hasta el barrio de la Estacin. El ayuntamiento colabor con una impor tante cantidad y otras entidades tambin aportaron dinero o trabajo. Frente a la plaza de Arriba es bien vi sible la iglesia de Santa Ana, inaugurada en 1945. La ciudad, mayoritariamente Situacin y emplazamiento del refugio antiareo de la plaza de Arriba segn Francisco Blanco Lifante, Jos David Busquier Corb y Juan Jos Mataix Albiana. 21 proletaria, fue un destacado foco de anticlericalismo, muy arraigado en buena parte de la poblacin. En mayo de 1931, poco despus de ser proclamada la Re pblica, tras la celebracin de un acto monrquico en Madrid, Elda se sum a las protestas de buena parte del pas y en la maana del da 11 un grupo muy numeroso asalt la iglesia parroquial, produjo un incendio y da algunas imgenes y objetos de culto. La rela cin entre iglesia y ayuntamiento entre 1931 y 1936 fue difcil. Chocaron ante el intento eclesial de mantener el cato licismo como credo oficial en lo pbli co. Por ejemplo, se trat de impedir las misas pblicas en el hospital municipal, pero se permitieron las procesiones y se reconoci la propiedad diocesana de una ermita junto al hospital de la calle San Roque. Esta difcil relacin se rom pi definitivamente tras el 18 de julio y, aunque el alcalde republicano trat en vano de proteger el edificio en los pri meros das, el 21 una multitud incendi la iglesia y destruy la prctica totalidad de sus elementos. Ms an, el templo fue completamente arrasado, reducido a solar, cuando la presin de los grupos ms radicales, como los miembros de la FAI (Federacin Anarquista Ibrica), oblig al Ayuntamiento a aprobar la de molicin, pese a que el Gobierno cen tral haba dado orden de evitar que los edificios religiosos fuesen destruidos. Tampoco pareca el Ayuntamiento con forme con la idea: Elda careca todava de mercado, la iglesia estaba junto al lugar donde se celebraban los mercados semanales y convertir la vieja parroquia Jvenes posando sobre las ruinas de la vieja Santa Ana. Fuente: lavirtu.com. 22 en suelo era una decisin costosa. Parece ser que un discutible informe tcnico municipal que avisaba del peligro de ruina permiti la sinrazn. Despus de la guerra, una de las pri meras decisiones del nuevo ayuntamien to (la Comisin Gestora) fue poner en marcha la reconstruccin, creando rpi damente una comisin local pro-recons truccin en la que se integraron buena parte de las fuerzas vivas. Ni siquiera funcionaba an la Junta Nacional para la Reconstruccin de Templos Parro quiales (1941), que subvencion la obra, aunque buena parte del dinero surgi de aportaciones supuestamente voluntarias de las empresas y de sus trabajadores. Con gran celeridad, se adquirieron las nuevas imgenes, campanas apadrina das por eldenses de la oligarqua local en el acto de bendicin y otros orna mentos y objetos. Para dar a la iglesia una extensin mucho mayor de la ante rior, no se dud en derribar la manzana de casas que ocupaba la parte trasera del actual templo, cuyos propietarios cedieron gratuitamente el valor de ena jenacin de las viviendas situadas entre las calles San Francisco, Los Giles y la conocida como Puerta del Sol. Signo de los tiempos, en el proyecto de Serrano Peral figura dibujada en qu parte de la fachada deba estar situada una cruz de los cados. La jerarqua catlica se con virti en un claro apoyo legitimador del poder franquista. Proyecto de la nueva Santa Ana, de Antonio Serrano Peral. Reservaba un espacio en la fachada para cruz de los cados. Fuente: Revista Nacional de Arquitectura. Construccin de la iglesia de Santa Ana. Al fondo an estaban las casas derribadas. Fuente: lavir tu.com. 23 2. La plaza del Ayuntamiento La popularmente conocida como Plaza de Abajo estaba igual que ahora, presidi da por el edificio del Ayuntamiento, ms pequeo y diferente al actual. En 1936 era la Plaza de la Repblica, ms cerrada que hoy, con algunos comercios. En los das siguientes al 18 de julio la corpora cin se vio impotente para mantener una normalidad que el levantamiento haba dinamitado. El alcalde careca de medios y apoyo popular para oponerse a des manes como el incendio de la iglesia o la violencia contra algunos derechistas, fruto de la respuesta airada de las prime ras semanas ante las primeras noticias de detalles de la cruenta rebelin. En los primeros das el poder efectivo fue asumido por los sindicatos obreros, UGT y CNT, y por el llamado Comit An tifascista, en el que tambin participaron Plaza del Ayuntamiento. Lectura pblica de los Trece Puntos del Gobierno, el 22 de mayo de 1938. Foto: Alborada. 24 algunos partidos de izquierda; fueron ellos quienes practicaron la incautacin de la industria local y la transformacin de la economa, pero se mostraron in capaces de frenar a algunos radicaliza dos, ms o menos incontrolados que, so pretexto de fomentar la revolucin y la accin directa, ejercieron numerosos actos violentos con total arbitrariedad. Finalmente, el 26 de agosto de 1936, se constituy el Consejo Municipal, que susti tuy a la anterior cor poracin y cont con la representacin de las centrales sindica les (cinco miembros CNT y otros tantos de UGT) ms dos representantes de Iz quierda Republicana, dos del PSOE y uno comunista. El mayor peso de los socia listas en el nuevo consejo fue compen sado otorgando a los cenetistas la pre sidencia; es decir, con otro nombre, la alcalda. La nueva corporacin s supo reducir en poco tiempo el descontrol de algunos milicianos y rebajar drstica mente su nmero, encauzar la economa local apoyando las iniciativas ms sensa tas (y tambin ms originales: el Ateneo de Modelistas y Patronistas, la Escuela de Artes y Oficios, la SICEP, la COICS), organizar la acogida de los centenares de refugiados que llegaban a Elda y gestionar el abastecimiento de vveres, cada vez ms difcil conforme avanzaba la guerra. En esta labor destac el pa pel asumido por el alcalde anarquista Manuel Bellot Orgils, que pacific la convivencia y goz de la aprobacin popular hasta que fue llamado a filas y dimiti del cargo. Algn episodio, como Manuel Bellot Orgils, primer presidente del Consejo Municipal de Elda, y su familia. Publicada por Juan Vera en Alborada , n. 46. Natalia Tendero Gil, la primera concejala eldense. 25 su defensa de las monjas del hospital, fue atestiguado por las propias religiosas, aunque nada de ello le evit ser conde nado a muerte como escarmiento para la poblacin, la clave esencial de la nue va justicia al revs franquista. En los ltimos meses, la vida diaria se fue deteriorando ante la falta absoluta de materias primas, la imposibilidad de lo grar un abastecimiento suficiente en una poblacin donde la agricultura se haba reducido al mnimo, pese a los esfuer zos por recuperarla, incluso mejorando el sistema de regado. La creacin de cooperativas de consumo no consegua tampoco los recursos necesarios. Mien tras, seguan llegando ms evacuados y cada derrota minaba la moral. El 13 de marzo de 1939 se realiz el ltimo Con sejo, en el que se oblig a dimitir a la re presentante comunista, Natalia Tendero Gil, la primera mujer eldense en acceder al cargo de concejal. El 27 de marzo se realiz una reu nin informal en el Ayuntamiento y el ltimo alcalde anarquista el tercero, el segundo tambin fue llamado a filas se encarg de entregar el poder a los fran quistas; en un primer momento a des tacados derechistas locales, la mayora grandes empresarios, y enseguida a las fuerzas de ocupacin. El comandante de la plaza nombr una comisin gestora con solo dos miembros, seal evidente de quien ejercera realmente el poder. En julio, los nuevos nombres de decenas de calles dejaba clara la cultura ideol gica del rgimen vencedor: desaparecie ron los apellidos de eldenses, incluidos los empresarios y se pobl el callejero de generales franquistas, la calle Pars pas a denominarse Roma, la plaza de la Repblica se dedic al fundador de Falange, la calle Porvenir pas a Alc zar de Toledo, la de la Paz a Victoria. El Ayuntamiento y la Falange local se convirtieron en entusiastas informantes y colaboradores de las fuerzas de ocupacin (los informes de la Guardia Civil, del alcalde y del partido a veces eran idnticos). Uno de los primeros alcaldes, el falangista Batlls, acababa los plenos con el canto del Cara al Sol, aunque la reunin concluyese de madrugada. Por debajo de tanta parafernalia, todos los funcionarios municipales sufrieron un proceso de depuracin, sustituyn dose los demcratas por afectos a la Ayuntamiento de Elda en la posguerra. Foto de Alberto Navarro en Elda, 1832-1980. Industria del calzado y transformacin social . 26 dictadura. Ser excombatiente (del bando vencedor, por supuesto, una rareza en Elda) ofreca ms posibilidades de traba jo que una capacitacin profesional. Desde la plaza del Ayuntamiento la calle Pursima llevaba hacia la mayor f brica, la de Rodolfo Guarinos, incautada por CNT-UGT y convertida en Alianza Proletaria, la mayor de las cinco que constituan las Industrias del Calzado So cializadas (despus, COICS). En ella pa rece que se establecieron los modelistas y patronistas del Ateneo. All se coloc el reloj de la desaparecida Santa Ana. El ritmo de las horas pasaba a ser marcado desde la mayor de las fbricas: la sirena fabril sustitua a la campana eclesial. Frente al Ayuntamiento y hasta la ca lle Nueva transcurra la entonces estre cha calle de Coln, plena de todo tipo de comercios; todava muy transitada, pero ya en paulatina decadencia ante el auge de la calle Nueva, va hegemnica desde los aos veinte en la nueva zona de paseo: Nueva-Maura-Jardines-Mdi co Beltrn (hoy, Ortega). LOS TRECE PUNTOS DEL GOBIERNO DE NEGRN 1. La independencia de Espaa. 2. Liberarla de militares extranjeros invasores. 3. Repblica democrtica con un gobierno de plena autoridad. 4. Plebiscito para determinar la estructuracin jurdica y social de la Repblica Espaola. 5. Libertades regionales sin menoscabo de la unidad espaola. 6. Conciencia ciudadana garantizada por el Estado. 7. Garanta de la propiedad legtima y proteccin al elemento productor. 8. Democracia campesina y liquidacin de la propiedad semifeudal. 9. Legislacin social que garantice los derechos del trabajador. 10. Mejoramiento cultural, fsico y moral de la raza. 11. Ejrcito al servicio de la Nacin, estando libre de tendencias y partidos. 12. Renuncia a la guerra como instrumento de poltica nacional. 13. Amplia amnista para los espaoles que quieran reconstruir y engrandecer Espaa. [Enero 1939] El pueblo funcionaba bastante bien, a pesar del ambiente de tragedia que a todos nos envolva. Las instituciones estaban bien regidas y administradas: hospitales, asociaciones benficas y de ayuda social sobre todo, tan diferente de aquellos convulsos y trgicos momentos del principio de la contienda. Prez rosas, emilio: Un tiro de gracia, concejala de cultura. Ayuntamiento de Elda, Elda, 2007, pg. 82. 27 3. Papelera Vidal y calle Nueva baja La calle Nueva, o de Fermn Galn desde 1931, era entonces un orgullo de Elda, smbolo de su pujanza y crecimiento. Era el espacio para el paseo y la relacin social, tambin para la manifestacin ocasional y las compras habituales. En ella estaban la mayora de los mejores comercios eldenses, varias sastreras, alguna cafetera y la sede de entidades locales. Una de ellas, Papelera Vidal, era la mejor librera y tienda de discos. Ini ciativa del maestro Juan Vidal que tam bin haba fundado la primera imprenta, se haba trasladado all en 1935, mostran do las principales novedades culturales en sus amplios escaparates. Hoy, reha bilitada por la asociacin La Tertulia, si gue conservando la imagen de antao. Esquina de las calles Coln y Nueva en la actualidad. En primer plano, la casa de los Vera Milln. Al lado, la papelera Vidal. Foto: J. Cruces. 28 El taller de Juan Vidal (tambin conocido como Tipografa Moderna) adems de la venta directa de libros, discos y material escolar tambin public buena parte de la prensa local, como el socialista Rebelin , algunos folletos culturales y muchos impresos para las empresas eldenses. Du rante la Guerra Civil, sin abandonar todo ello, tambin se encarg de imprimir los billetes que Elda, como otros municipios, emiti para tratar de suplir la carencia de moneda fraccionaria. Con la instalacin de la Unin Naval de Levante en el valle, la fbrica firm un contrato de exclusividad con la empresa Vidal, encargndole realizar todos sus im presos y formularios. Ms tarde, cuando el presidente Negrn intent establecer in fraestructuras guber namentales, tambin se ocup de imprimir algn boletn minis terial, aunque no hay prueba alguna de que editase la Gaceta de la Repblica , precursora del BOE. Desde la puerta de la antigua librera se pueden ver otros edi ficios cercanos muy ligados al periodo b lico. El ms importan te de ellos es la Casa de la Viuda de Rosas, entonces un edificio de usos mltiples: la sede comercial de curtidos en la planta baja, su residencia fa miliar, en el principal, Entrada de la papelera Vidal poco antes de su cierre definitivo. Foto: lavir tu.com. 29 y viviendas de alquiler en el piso alto. En el piso primero, requisado en guerra, se esta bleci el Socorro Rojo Inter nacional (SRI), organizacin vinculada al PCE, dedicada a labores de solidaridad. En Elda el SRI desarroll una densa red asistencial. Con taba tanto con militantes de partidos obreros como republicanos o personas in dependientes de toda con dicin, hasta superar los 1.200 asociados. En colabo racin con otras entidades, como Cruz Roja, los Amigos Cuqueros y la Solidaridad Internacional Antifascista, anarquista, se dedic a la asistencia hospitalaria a los soldados heridos llegados del frente, a la acogida de grupos escolares y de eva cuados, en su mayora de Madrid, Mlaga y Asturias, al envo de ropa y alimen tos al frente y a la organiza cin de colectas benficas. Fue el principal soporte del Consejo Municipal a la hora de afrontar la llegada de ms de 2.500 evacuados, y del Ministerio de Defensa en la gestin de los hospitales militares: Casino, Casa de Porta, Saln Mundial de la calle San Jos. Ninguno exclusivo de las brigadas internacionales. Entre sus gestores destacaron los jvenes Anto nio Escribano, socialista, y Armona Gil, que fue adquiriendo un protagonismo creciente. Escribano march al exilio en el buque Stanbrook; y Armona, hija del alcalde republicano del 18 de julio, empresario y entonces encarcelado, la mayor de cuatro hermanas, apenas fue molestada; perseguir a Socorro Rojo hubiera demostrado que gentes de todas las ideologas y clases haban ayudado a mantener el esfuerzo solidario. Foto de la calle Nueva en los primeros aos treinta. En la primera planta de la Casa de la Viuda de Rosas estuvo la sede local de Socorro Rojo Internacional. Foto: lavirtu.com. 30 La casa de los Vera Milln (conocida como de Pepe Barata ), en la esquina de Coln y Nueva, data de 1928. Sirvi en los primeros das de posguerra como cen tro secundario de detencin. Al otro lado de la librera, est el edificio de la Gran Pea totalmente transformado, centro re creativo de los eldenses ms ricos. Fue asaltado en los primeros momentos de la guerra y reconvertido despus en sede de la Juventud Socialista Unificada, en la que convivan, no siempre en completa armo na, los jvenes socialistas y comunistas. Hoy la calle Nueva est abierta hacia la carretera de Monvar; hasta hace pocas dcadas no lo estaba. En la fachada de rribada se situ la tribuna presidencial de algunos desfiles conmemorativos del 18 de julio, en la que desfilaban obligatoria mente tras la pancarta de cada empresa los trabajadores eldenses (se conserva el documental de 1942). Slidos y magnficos edificios, sobre todo los de la calle Nueva; la oriental fantasa en la decoracin del Casino Eldense; la suntuosidad de las sucursales de los bancos; el inusitado movimiento de la poblacin flotante; el andar nervio so de los indgenas; las conversaciones mercantiles que se enta blaban en las mesas de los cafs, fueron motivos para que el seor notario de Prodes se convenciera de que se encontraba en una de las poqusimas poblaciones espaolas dignas de una ms eficaz proteccin estatal (p. 140). Garcs Garcs, Pedro: Santa Espaa. Novela histrica , Paraninfo, Madrid, 1950, pg. 14 0 . Membrete de Socorro Rojo Internacional de Elda. AME. 31 4. Casino Eldense y calle Nueva alta El edificio del Casino Eldense era el ms destacado de la calle Nueva. Creado en 1904, tras varias mejoras viva en los aos treinta su etapa de esplendor, con un nmero de socios muy superior al actual pese a ser una ciudad mucho ms pequea. Numerosos textos y fo tografas recuerdan su belleza. Era el reflejo de una sociedad burguesa. Entre sus asociados predominaban las clases medias, pero tambin bastantes traba jadores cualificados del calzado (en cargados, viajantes, oficinistas, algn especialista). Excepto el anarquismo, to das las ideologas se encontraban repre sentadas. Contaba con un bello jardn, espacios recoletos donde conversar las parejas o reunirse los ms jvenes, que comunicaba la calle Nueva con la de Jardines. Vista reciente de la escalera del Casino Eldense. Foto: J. Cruces. 32 Al comenzar la guerra, la CNT intent incautar el edificio, en su estrategia por controlar distintos lugares de la zona cntrica (Coliseo, Casa de las Beltranas, fbrica de Casto Pelez), y lo consigui durante un breve tiempo, hasta el punto de que los socialistas ofrecieron alguna dependencia de su nueva Casa del Pue blo (en el Saln La Mundial) para que los socios del Casino dispusiesen de un local donde reunirse. Pronto se destin el magnfico edificio para una labor im prescindible: instalar el pabelln prin cipal de la Clnica Militar n. 4, dentro de la red hospitalaria establecida en el Vinalop interior. All se organizaron to dos los servicios necesarios para acoger y cuidar a los heridos, que casi siempre llegaban por ferrocarril. Socorro Rojo y Cruz Roja colaboraron activamente en esta labor. Durante dcadas, muchos re cordaron la imagen de heridos paseando por calles prximas, a veces con mule tas, vendajes o pijama. Al acabar la con tienda, muchos so cios, entre ellos parte de la junta directiva, fueron expulsados del Casino Eldense, siguiendo las instruc ciones del coman dante de las fuerzas de ocupacin, que fue quien eligi a sus nuevos dirigentes. Entre los que sufrie ron mayor represin estuvieron quienes formaban parte de la logia masnica local empresarios y profesionales liberales, casi en su tota lidad miembros del Casino y algunos destacados partidarios de la Repblica vencida. Aunque disfrut de nuevas pocas de bonanza, el Casino Eldense jams volvi a ser el mismo; prueba de ello es que pocos aos despus se invit a reincorporarse a quienes haban sido expulsados, si no exista impedimento legal grave para ello. El casino estaba rodeado por otras instalaciones emblemticas de la vida econmica y poltica de la ciudad. Des de 1933 en la acera de enfrente se en contraba la primera sede del Banco de Elda, una iniciativa de los empresarios locales, a cuyo frente se encontraba n gel Vera Coronel, gobernador civil de Zaragoza en el momento del golpe de Estado, notable miembro de Izquierda Republicana y el primer represaliado el dense de toda la guerra, detenido por los militares desleales el mismo 18 de julio. La solidaridad de los heridos en la clnica militar de Elda fue resaltada por Rebelin (28 octubre 1938). 33 Tambin el edificio donde SICEP (Sindicato de la Industria del Calzado de Elda y Petrel) estableci su razn social, pro bablemente el mismo lugar donde estuvo la Asociacin de Fabricantes de Cal zado de Elda y Petrel, la ms importante de la patronal nacional, en la que trabaj como oficinista el escritor Enric Valor en los aos en que empez a publicar. En ambas sociedades, Banco de Elda y SI CEP, intervino destacadamente Toms Guarinos Maestre, tambin represaliado en la posguerra. En aquella misma zona estuvo el Crculo Republicano donde a mediados de diciembre de 1930, tras la detencin de los militares implicados en el levantamiento antimonrquico de Jaca, hubo en Elda un intento de procla macin republicana. Cierra la calle Nueva la Casa de las Beltranas, en recuerdo de las hijas del m dico Beltrn, que la construy y tambin dio nombre a la calle, hasta que en guerra pas a denominarse Francisco Ascaso y despus General Mola. La vivienda fue incautada y all convivieron alguna orga nizacin de signo anarquista (no coinci den las fuentes) y numerosas familias eva cuadas que se hacinaban en su interior. El 18 de julio de 1942, segn el documental conservado, un enorme retrato de Franco dominaba la fachada mientras desfilaban obligatoriamente mujeres y hombres, la mano de obra del calzado. Fachada de la Casa de las Beltranas. Foto: J. Cruces Lago. 34 Yo era uno de tantos jvenes que estuvieron presentes en la proclamacin, que creo que hizo un fabricante de Izquierda Republicana, seor Gil, apoyado seguramente por otras personalidades de los partidos republicanos. Una vez acabado el acto, en la am plsima calle Nueva, los jvenes, con banderas republicanas, fueron al castillo, situado en un cerro que mira de frente a la estacin del ferrocarril. Plantamos la bandera y nos quedamos expectantes mirando la lnea ferroviaria, porque entonces comenz a salir un tren largusimo y muy oscuro, del tnel, que est bastante ms all de la estacin. Era un convoy enorme, que pareca que no acababa nunca de salir. Cuando par, bajaron ms de mil soldados de la Legin, que calaron bayoneta y se dirigieron a paso de carga a tomar la ciudad. No dispararon, pero persiguieron a aquella inmensa juventud, algunos de los cuales creo que fueron detenidos, y la mayor parte nos perdimos por los olivos y las montaas prximas. Qu fracaso! Ni que decir tiene que nos desquitamos el da 14 de abril, en la misma calle Nueva y escuchando la misma proclamacin. serrano, Rosa: Enric Valor. Converses amb un senyor escriptor , Valncia, Tndem edicions, 1995, pgs. 55-56. Todas las decisiones de la vida diaria, como la eleccin de la ejecutiva del Casino en 1939, estaban controladas por la dictadura franquista. Fuente: Archivo Casino Eldense. 35 5. Teatro Castelar Por la plaza de Antonio Porpetta, inexistente en los aos treinta, llegamos a la fachada principal del Teatro Castelar; muy diferente al de entonces, pero que recuerda a muchos elementos de aquel, antao con fachada mucho ms modes ta y rodeada por una verja. Su extensin es la misma. Desde 1904 haba sido el principal centro cultural de Elda, esce nario de numerosos actos culturales, entre los que destac especialmente la celebracin del centenario de Castelar el 7 de septiembre de 1932, con participa cin de Miguel de Unamuno, entonces uno de los intelectuales ms conocidos y admirados del pas. Haba ofrecido gran nmero de espectculos teatrales: un cartel todava registra las actuaciones consecutivas de la Xirg y ya se repre sentaba cada ao Don Juan Tenorio o dos tubos un real , un clsico del humor eldense, cuyo autor, Emilio Rico Albert, tambin sufri las crceles franquistas. Al final de su vida, Enric Valor recordaba Fachada actual del Teatro Castelar. Foto: J. Cruces. 36 con nostalgia las sesiones teatrales y cinematogrficas de aquel magnfico lu gar en los aos que vivi en Elda. Hubo tambin numerosos mtines con inter vencin de polticos destacados, desde ngel Pestaa a Martnez Barrio, aunque el ms recordado fue Santiago Carrillo, el secretario general de la Juventud So cialista Unificada (JSU), que fue boico teado por los anarquistas ms extremos. Al principio de la guerra, el teatro fue incautado por la Comisin de Espect culos Pblicos CNT-UGT, formada por los trabajadores de los tres cines locales (las tres ces: Castelar, Cervantes, Coli seo) y continu proyectando todo tipo de pelculas. Aunque se prefera el cine americano, eran frecuentes las pelcu las revolucionarias soviticas y rodajes anarquistas, del estilo de Aurora de Es peranza o Barrios Bajos . Hubo all alguna asamblea de trabajadores y varios festivales benficos en favor de los sol dados del frente, de Socorro Rojo o de la poblacin evacuada, donde se recitaban poesas y canciones y se representaba alguna obrita. Los heridos podan acudir gratuitamente. Uno de los actos ms destacados y masivos fue el homenaje provincial de despedida a las Brigadas Internacio nales, que no solo abarrot el interior del teatro, sino sus accesos y est per fectamente reflejado en el peridico Programa de mano conjunto de los tres cines eldenses. Durante la guerra el cine americano segua siendo el preferido del pblico. Fuente: lavirtu.com. 37 socialista Rebelin del 12 de noviembre de 1938. Ante banderas y smbolos de todas las organizaciones polticas, sin dicales y solidarias, se les dedicaron poemas, intervinieron los alcaldes de Elda y Monvar, el presidente provincial del Frente Popular y varios brigadistas (un yugoslavo, un francs y un portu gus). Las dos representantes de Muje res Antifascistas fueron Armona Gil de La despedida a las Brigadas Internacionales fue uno de los actos de mayor acogida popular en el Teatro Castelar. Rebelin , 12 noviembre 1938. 38 Socorro Rojo y la miliciana anarquista Mara Bell Prez, madre de un beb, fusilada al ao siguiente en la tapia del cementerio de Santa Brbara. Al acabar el acto, los brigadistas participaron en una cena donde se les obsequi con un par de zapatos. Entre el Castelar y el Casino estaba otro de los refugios pblicos de Elda, con acceso compartido por el teatro y por el hospital. Muy prximo, en la calle Cervantes, el cine del mismo nombre, hoy desaparecido y transformado en un comercio supermercado, fue convertido tras la entrada de los franquistas en un campo de concentracin donde fueron internados durante varios meses ms de un centenar de republicanos eldenses, que no caban en la plaza de toros de Monvar o no se trasladaron a las crce les de Alicante. Para muchos de ellos fue tambin un lugar de tortura. Ante la fachada principal del teatro discurra la carretera general Alican te-Ocaa, la comunicacin ms rpida entre Madrid y el mar. En 1939, al final de la guerra, se haba convertido en la prin cipal arteria del territorio todava contro lado por la Repblica. Por ella circul el 6 de marzo el Gobierno de la Repblica hacia el aerdromo de Monvar. A fina les de ese mes, pasaron por all millares de personas derrotadas que solo posean la esperanza de encontrar en el puerto de Alicante un barco que les llevase al exi lio. Poco despus, desfilaron las tropas fascistas italianas como avanzada de los nacionales; o, en noviembre, en direc cin contraria, el cortejo que trasladaba los restos del fundador de Falange cami no de El Escorial, donde sera enterrado en el panten de los reyes de Espaa. Su paso por Elda fue recordado por Jos M. Gironella en Ha estallado la paz (19 6 6). Tramo de la calle Jardines entre el teatro y el casino. Fuente: Valle de Elda. 39 6. El Sindicato En la calle Menndez y Pelayo (hasta 1939, Canalejas) se encuentra abando nado el viejo edificio de la Casa Sindical, los sindicatos franquistas, el sindicato vertical porque agrupaba tanto a los tra bajadores como a los empresarios, no de manera voluntaria, sino como modo de control por el poder; en la prctica casi siempre en manos de los falangistas, que trataban de encubrir como superacin de la lucha de clases lo que no era ms que frrea sumisin de la estructura la boral a la patronal y al Movimiento. El edificio fue inaugurado a principios en 1961 y con la recuperacin de la demo cracia fue cedido a la CNT y CC. OO. No es casual que se construyera ese edificio all. Durante mucho tiem po, desde la poca de la Gran Guerra Mundial (1914-1918), los anarquistas Voluntarios de Cruz Roja ante la sede de la CNT. Todas las organizaciones locales estuvieron implicadas en el apoyo a los heridos. Foto cedida por Roberto Valero. 40 construyeron all su sede y la del Sindicato nico del Ramo de la Piel, adherido a la Confederacin Nacional del Trabajo (CNT), que en 1917 ya era la organiza cin hegemnica entre los trabajadores eldenses. El sindicato lleg a contar con su propia escuela, desempeada por pedagogos libertarios que organizaron una enseanza mixta para nios y nias, que potenciaba las excursiones y salidas fuera del aula y suprimi los castigos. La escritora y pedagoga racionalista Anto nia Maymn Gimnez, encarcelada des pus de la guerra hasta 1947, fue maestra de esta escuela desde 1918, durante ms de una dcada. La CNT fue duramente reprimida en la segunda mitad de los aos veinte, durante la dictadura de Primo de Rivera, pero resurgi con fuerza en 1931, con el rgimen republicano. Fue la gran pro tagonista de grandes huelgas durante la Repblica y rara vez alcanz un frente comn con los socialistas, que ya les dis putaban la hegemona sindical. El sindi cato anarquista edit Proa y posteriormente Nuevo Rumbo ; tambin foment diversas actividades culturales, entre ellas un orfen. Una parte del sindica to era pblicamente pacifista, pero otro sector ligado a la Federacin Anarquis ta Ibrica (FAI) era proclive a la llamada accin directa, que inclua la justifica cin de la violencia en determinadas situaciones. No fue fcil integrar al anarquismo en las organizaciones republicanas despus del 18 julio, pero supo llegar a acuerdos para adaptarse a una economa de gue rra y a un poder popular. As, se integra ron en el Consejo Municipal, que presi dieron durante toda la lucha. Acordaron incautaciones de empresas con la UGT; probablemente sus militantes se alista ron ms en defensa de la Repblica que cualquier otra organizacin; establecie ron cooperativas de produccin y con sumo y solicitaron cambios de nombres de calles para homenajear a sus afines (Durruti, Ascaso y el eldense Moll Ol mos). Potenciaron actividades culturales (teatro, peridico, biblioteca), siempre en polmicas sociales y laborales con las organizaciones marxistas. Muy cerca de la sede anarcosindi calista estaban los chalets incautados Membrete de la Federacin Local de Sindicatos nicos de la CNT. AME. 41 de dos de los mayores empresarios, Rodolfo Guarinos, en la calle Jardines; y Pedro Bellod, y su fbrica en la actual calle Dahellos. Hoy todo ello ha desapa recido. Al finalizar la guerra, el coman dante de las fuerzas de ocupacin utili z ambos chalets para fijar su vivienda y establecer la Jefatura de la Columna de Orden y Polica de Ocupacin. Fue el verdadero centro del poder en Elda hasta su partida en septiembre de 1940. No se pueden entender las detenciones, delaciones, consejos de guerra y fusila mientos ocurridos en la ciudad sin su in tervencin o aprobacin: la corporacin municipal y la Falange local fueron me ros auxiliares subordinados suyos. Enfrente, entre la carretera general y la calle de Ortega y Gasset, estuvo la vivienda del empresario A. Juan Bus quier, convertida en sede del Partido Comunista de Espaa. El PCE careca de representacin significativa en Elda hasta 1936, pero su importancia fue cre ciendo conforme avanzaba la contienda, hasta contar con ms de doscientos afi liados. Apoyado por muchos soldados, por sectores del pequeo campesinado y por profesionales liberales, en el Con sejo Municipal contaban con un repre sentante. Participaron en la Unin de Membrete del radio de Elda del Partido Comunista de Espaa. AME. Sede de la CNS, los sindicatos franquistas, inaugurada en 1961 sobre el solar de la CNT. Foto: Alborada . 42 Muchachas socialista, porque carecan de entidad suficiente para crear Mujeres Antifascistas, pero fueron los primeros en promover a una mujer, Natalia Ten dero Gil (1907-1996), al cargo de con cejala. Tambin impulsaron sociedades como Amigos de la Unin Sovitica y crearon la Productora Agrcola. Curio samente, o no, en su fachada estuvo la placa que dedic la calle Jardines al anarquista Durruti; aquella que destruy a martillazos el primer oficial falangista que entr en Elda. Despus la denomi naron Queipo de Llano. Signo de los tiempos, el empresario propietario de la vivienda, que haba emigrado al Marruecos francs, a Casa blanca, para evitar posibles represalias de los revolucionarios, tambin fue mo lestado por las autoridades franquistas. Una visin anarquista idealizada del funcionamiento de las fbricas eldenses: Es en las fbricas de Elda donde conoc una clase de delegados que ignoraba hasta entonces: la delegacin moral. En cada empresa, dos delegados, uno de la UGT y otro de la CNT, nombrados por sus compaeros de trabajo y sin que por ello dejaran de tra bajar juntos, codo con codo, estaban encargados de mantener la buena armona entre todos, de suscitar el entusiasmo y la concordia, de estimular, cuando fuera necesario, el sentido de la responsabilidad. Y, sin embargo, esta precaucin no pareca necesaria; no es menester imponer una disciplina me dicen mis compaeros porque desde el primer momento apareci la autodisciplina basada en la conviccin de que cada uno trabaja por la comunidad. leval, Gastn (1972): Colectividades libertarias en Espaa , Buenos Aires: Proyeccin, p. 17 7. 43 7. La plaza de Sagasta La plaza de Sagasta era en 1936 un lugar vertebrador de Elda; en tres direcciones: al otro lado de la carretera, la vieja ciudad y las calles ms cntricas; hacia la salida de Alicante, el principal espacio fabril, con la mayora de las grandes fbricas, por ltimo, hacia Petrer, los nuevos barrios del Progreso y la Frater nidad y la plaza de Castelar. La procla macin republicana cambi su nombre a Mrtires de Jaca, los militares que en 1930 haban tratado de derrocar la mo narqua. Para el franquismo fue Mrtires de la Revolucin Nacional Sindicalista, es decir, otro recuerdo ms dedicado solo a sus cados. Junto a la plaza, al otro lado de la carretera, estaba el Coliseo Espaa, con trolado por los anarquistas al comen zar la guerra. Entre el cine y la plaza se Fotografa de la plaza de los Mrtires de Jaca en el Programa de Fiestas de 1935. 44 produjo el 13 de agosto de 1936 un tiroteo que culmin con la muerte de seis guardiaciviles, entre ellos el suegro del poeta Miguel Hernndez. Parece ser que haban sido llevados all desde un bar de la carretera, el Almanegra, porque alguien oy que preparaban sublevarse cuando llegaran a Albacete. No parece nada clara la narracin de los hechos que desencadenaron la tragedia. Una versin dice que los desarmaron para atacarles cuando no pudieran defender se; otra afirma que, una vez desarmados, el cabo intent sacar una pistola escon dida y desencaden la respuesta. Hay versiones claramente irreales, como la que sita el episodio el mismo da 18 de julio; o la que recuerda que iban a en tregarse desde el cuartel cercano, que ya no era utilizado porque unos aos antes se haba inaugurado el actual. Fuese en frentamiento o ejecucin, es recordado como el mayor acto represivo de la con tienda. No lo fue: el 16 de noviembre de 1939, fueron fusilados nueve eldenses en Monvar y Elda. Entre los ejecutados, mayoritariamente trabajadores del calzado, haba una mujer, la joven Mara Bell Prez, y el secretario del Sindicato nico del Ramo de la Piel, Elas Ibez Morcillo. Cabe preguntarse por qu ese da fue olvidado tan rpidamente en la memoria colectiva. La memoria demo crtica afronta todava mucha tarea por ha c e r. Ni unos ni otros fueron los nicos muertos violentamente en Elda. Aunque la ciudad no alcanz las mayores cifras de represin entre los municipios de po blacin similar, s hubo bastantes ms. Entre los represaliados iniciales, el cura Abad, prroco de Santa Ana, o Garca Soriano, escritor recordado. Entre los republicanos fusilados sobresalen dos figuras seeras: Luis Arrez, socialista, gobernador civil de Mlaga cuando la Desband e impulsor de la cooperativa El Faro de Petrer. Y ngel Vera Coro nel, empresario zapatero, gobernador civil de Zaragoza el 18 de julio, presi dente del Banco de Elda, destacado re publicano y expresidente del Deportivo Eldense. Mara Bell Prez, en una foto de posguerra. Fue fusilada el 16 de noviembre de 1939. Foto cedida por su hijo Gerardo Bell. 45 Adems de los fallecidos, en el segundo semestre del 36 hubo familias de empresarios huidas y decenas de deteni dos derechistas. Entre los represaliados del franquismo, cuyo nmero identifica do se va acercando al millar de perso nas, y sus correspondientes familias, en una ciudad de menos de veinte mil ha bitantes, cabe citar no solo a los encarcelados, sino adems a los depurados en el Ayuntamiento, los colegios y en algunas empresas. En Elda, un rasgo peculiar es el elevado peso de los empresarios y profesionales liberales entre los casti gados. No en vano muchos industriales, incluidos algunos de los ms impor tantes, eran azaistas, republicanos de izquierda. Adems, la masonera fue una institucin influyente en la ciudad, casi todos sus miembros fueron profesionales y empresarios. La represin contra los masones fue muy dura en aplicacin de la Ley de Represin de la Masonera y el Comunismo porque el franquismo pretenda con ella el expolio econmico y ganarse el apoyo del clero. La represin de posguerra busc la depuracin de la sociedad, una ciruga del cuerpo social, la restauracin del or den ms reaccionario, la purga al entor no de los encarcelados, el escarmiento, sofocar la vida del disidente. Tambin la separacin de los cargos de relevancia social, que fueron ocupados por afines al Masones eldenses en el penal de Burgos. Fuente: lavirtu.com. 46 rgimen que no siempre posean la preparacin profesional de aquellos a quie nes sustituan: la enseanza en todos sus grados fue el ejemplo ms notorio. En general, para todos los cuerpos de fun cionarios organizaron la incorporacin de colaboradores y excombatientes me diante unas oposiciones patriticas . Despus de la guerra, en un espacio anexo del Coliseo, donde posteriormen te se construy el Cine Alczar y hoy ocupa la plaza Mayor, se improvis un templo parroquial durante el tiempo que dur la construccin de la nueva Santa Ana. Un transformador cercano en la ca lle Jardines sirvi de campanario. En la primera misa, las banderas monrquica aguilea, falangista y carlista presidieron un acto en el que destacaba el protago nismo de las tropas de ocupacin y los paramilitares falangistas. Estaba nacien do el nacionalcatolicismo en Elda. Cmo ocurri la muerte de su padre Fue el trece de agosto. Yo ya no estaba en Elda; me haba venido a Cox porque eran fies tas y porque Miguel vena a Orihuela y no poda hacer el gasto de ir a Elda, siempre iba escaso de dinero. Mi madre y mis hermanos tambin haban Ilegado aquel mismo da. Un guardia civil de Cox, tambin residente en Elda, nos dijo que iban a destinarlos al frente. Uno de los guardias civiles concentrados dijo que cuando Ilegaran a Madrid se iban a sublevar. Se enteraron los milicianos y los desarmaron a todos. Un cabo, creo que un tal cabo Marcos, con una pistola secreta dispar y los milicianos contestaron. Murieron cuatro y uno qued herido y lo trasladaron al hospital. Hasta all fueron los milicianos para rematarlo pero las monjas le salvaron la vida, dijeron que estaba casi muerto. Creo que a los milicianos los encerraron luego, o eso nos contaron. valero escandell, J. R. Josefina Manresa: un dolor que se extiende por tres generaciones, Alborada, 19 8 6 . 47 8. Chalet de Porta Conocido hoy como Jardn de la Msica, el chalet fue la residencia familiar del industrial Antonio Porta Rausa des de el ao 1930, aunque solo exista la llamada Casa Grande, la que tiene una de sus dos fachadas principales hacia la calle Antonino Vera. El chalet ocupa una amplia manzana rodeada por una verja; cuenta con un bello y entonces recoleto jardn de aire modernista y amplio espa cio arbolado. Aunque se encuentra algo cambiado, todava evoca aquella poca. Al estallar el golpe sus propietarios vera neaban en Benidorm; fue asaltada y sufri un conato de incendio que fue pron to apagado por militantes socialistas. El chalet fue destinado a hospital de sangre, complementario de la clnica La Casa de Porta antes de convertirse en el Jardn de la Msica. Fuente: lavirtu.com. 48 militar instalada en el Casino, como lo fue una parte de La Mundial, saln de baile en la vieja fbrica de las perilli cas , en la calle San Jos, parcialmente ocupado por la Casa del Pueblo. En su mantenimiento colaboraron diversas entidades, como el Socorro Rojo o la Cruz Roja (hay una foto de una enfer mera de esta entidad en las escaleras que dan al jardn). Debi haber entre los heridos bastantes extranjeros, porque la gente record durante mucho tiem po que hablaban en otras lenguas; se lleg a pensar que era de las Brigadas Internacionales. No lo fue, pero s acogi a varios brigadistas. Cuando se organiz en 1938 el Co mit Local de Defensa Pasiva de Elda, form parte de los lugares a los que ha ba que dirigirse en caso de bombardeo, si el caso era grave. Tambin asistan la antigua sede de Cruz Roja, el hospital instalado en el Casino y la cercana fbri ca de los Vera. Si el caso era leve, de la cura se ocupaban el Hospital Municipal, la Casa del Pueblo (ubicado en La Mun dial) y el chalet de Puigcerver, donde hoy est la Junta Central Fallera. Antonio Porta Rausa, derechista mo nrquico liberal, fue nombrado conce jal en la posguerra, en la corporacin presidida por el falangista duro Jos M. Batlls. No era ningn ultraderechista ra dical y podra ser calificado como per teneciente al grupo de empresarios que alcanzaron el poder tras la cada polti ca de Batlls, vinculado a ellos hasta los primeros aos cincuenta. A l se debe, en un pleno celebrado horas antes del inicio de las fiestas de septiembre de 1940, la propuesta de conmutar la pena de muerte a los condenados eldenses. No era algo usual en esos tiempos. Tam bin estuvo entre los industriales que no tuvieron reparo a ofrecer empleo a sin dicalistas excarcelados. Saliendo del Chalet de Porta por la calle Ramn Gorg, nos encontramos frente al edificio donde estuvo la escuela privada y el domicilio de don Eliso Verd Sala, nacido en 1871, un viejo maestro al final de la contienda, faro moral para buena parte de aquellos eldenses, encar celado al final de la guerra; primero en Enfermera de Cruz Roja en la puerta interior del chalet de Porta. Foto: Alborada . 49 Informacin preventiva del Comit Local de Defensa Pasiva ante posibles heridos en los bombardeos. Rebelin, 28 octubre 1938. Antigua sede de la Cruz Roja en la actual calle Elia Barcel. Foto: lavirtu.com. 50 Monvar y despus en su propio domicilio, reconvertido en centro de interna miento para gentes de edad avanzada y nula peligrosidad (Vicente Gil entre ellos). Tras la toma republicana de Teruel hubo en Elda celebracin, y para evitar disputas partidistas se le concedi el honor de portar la bandera tricolor que presida el acto; esa parece ser la causa de su detencin. Cuenta una ancdota que, cuando una seora fue a visitar a su marido, en cerrado en la plaza de toros de Mon var, le pregunt: Y t qu has hecho Nada, no te preocupes, si aqu estamos todos, est hasta don Eliso! 51 9. Escuelas graduadas Emilio Castelar Las conocidas como Escuelas Nuevas, Escuelas Nacionales y hoy colegio Padre Manjn, era el edificio del que se sentan ms orgullosos los eldenses de 1936, tal vez porque haban luchado largo tiem po por l. Obra del arquitecto Valls Ga dea, fue inaugurado el 7 de septiembre de 1932, el da del centenario del naci miento del poltico republicano, poco despus que el monumento a Castelar en la plaza de su nombre y en un acto donde Miguel de Unamuno se dirigi a los menores presentes. A los pocos me ses, las nias que le escucharon, guiadas por su maestra, publicaban un periodi quito interno, Pensamiento Escolar . La escuela graduada Castelar fue uno de los muchos ejemplos del esfuerzo re publicano en pro de la educacin pblica universal. Ya antes de inaugurarlo se haba puesto en marcha una pequea escuela en el Monte Calvario (la Giner Tarjeta postal de las Escuelas Graduadas en los primeros aos cincuenta. 52 de los Ros); y pronto se abrieron otras en los barrios del Progreso, la Fraterni dad y la Estacin de Monvar. La ampli tud y luminosidad de sus aulas, las bellas escaleras, el amplio saln de actos, todo chocaba con la realidad que haban vi vido los nios y nias hasta entonces. Es cierto que la primera piedra fue puesta por la corporacin monrquica de 1930, y que ya se contaba con un proyecto para ello, pero ni el plan era el mismo ni se haba ejecutado ms trabajo. Con la Repblica, la celeridad en la puesta en marcha fue modlica. Tambin surgieron interesantes ini ciativas educativas. Las principales es tuvieron referidas a la enseanza profe sional. Los modelistas y patronistas, los que actualmente son los diseadores del calzado, crearon en 1937 el Ateneo Artstico de Modelistas y Patronistas, tanto para coordinar y mejorar su propia formacin como para transmitirla a las nuevas generaciones. Con el apoyo de las industrias y del Consejo Municipal, pronto organizaron una Escuela de Artes y Oficios, situada en el barrio del Pro greso; e impulsaron la fbrica n. 6 de la COICS, en el barrio de La Estacin, donde se realizaban las prcticas en dis tintas ramas relacionadas con la piel. El xito de la experiencia atrajo el apoyo del Gobierno, que aprob y presupuest una escuela profesional en Elda de m bito nacional, que la guerra impidi de sarrollar. Tambin funcion un Instituto Obrero promovido por la FETE (Federa cin Espaola de Trabajadores de Ense anza de la UGT) y se intent impulsar una biblioteca con el apoyo de la lingis ta Mara Moliner, entonces directora de la Oficina de Adquisicin de Libros del Ministerio de Instruccin Pblica. Hasta 1939, el colegio sigui funcio nando con suficiente normalidad. Desde que comenzaron los problemas de abas tecimiento se cont con la ayuda de los Amigos Cuqueros, organizacin soli daria religiosa que puso en marcha una cantina escolar que distribua merienda a la infancia. El 25 de febrero de 1939, poco des pus de que el doctor Negrn regresara de Francia tras la cada de Catalua, el Ayuntamiento de Elda recibi instruc ciones de desalojar las escuelas Castelar y de buscar residencias discretas para alojar a algunas autoridades republi canas. Tuvo que hacerse todo rpida mente: cerrar la cantina escolar de los cuqueros, realojar en otras viviendas Sello de la Escuela Profesional de la Industria del Calzado y Derivados de la Piel. AME. 53 a familias de refugiados que ocupaban algunas casitas de las afueras, deposi tar el material escolar en las naves de la Industria Espaola del Calzado (don de hoy est el edificio Ernes, en la calle Juan Carlos I). La ubicacin en la ciudad fue decidida por Santiago Garcs, jovencsimo jefe del Servicio de Infor macin Militar (SIM), con el acuerdo del coronel Cordn, hombre de confianza de Negrn. Resulta evidente que el SIM tambin contaba con instalaciones en Elda, muy cercanas a la que haba de ser la Subsecretara del Ejrcito de Tierra, el centro de operaciones desde el que el Presidente Negrn, tambin ministro de Defensa, presumiblemente preten da organizar la evacuacin de quienes Mapa de las instalaciones gubernamentales en torno a Elda. Fuente: El territorio de la derrota . 54 quisieran exiliarse, igual que hizo durante la Retirada de Catalua. Fue el ncleo de varias instalaciones repartidas en sus alrededores, el motivo de todas las dems. La decisin de establecerse en torno a Elda se explica porque la carre tera Alicante-Ocaa y el ferrocarril Ma drid-Alicante se haban convertido en el eje vertebral del territorio an republica no. Haba en la cercana fciles enlaces a distintos puertos relativamente seguros (Alicante, Cartagena), adems de contar con algunos aerdromos prximos (Los Alczares, Onil, Monvar, Caudete). Un emplazamiento ms o menos similar en retaguardia, alejada de la costa, hubiera sido Villena, pero esta ciudad s haba sido bombardeada. La formacin del Consejo de Defen sa el 5 de marzo de 1939, otro autntico golpe de Estado, obligaba a una difcil disyuntiva: o el Gobierno parta al exilio o comenzaba una guerra civil entre re publicanos, cuando adems la Armada haba abandonado el pas desde Carta gena. El objetivo del llamado Gobierno de Elda dejaba de tener sentido y un final como el vivido en el puerto de Alicante pareca inevitable ante la actuacin de los nuevos gobernantes. Bajando por la actual calle Padre Manjn haba dos fbricas incautadas, la de Rivas y la de Pablo Maestre, in tegradas en la COICS. La primera fue una de las militarizadas para instalar en ella una factora de la Unin Naval de Levante, trasladada a Elda en 1938 por la proximidad de Valencia al frente de batalla. No fue la nica; haba otras na ves en el barrio de La Estacin (fbricas de Pedro Amat, Hiplito Juan, Francisco Vera); tambin trabajaba para las mis mas algn taller local y varias factoras de Petrer. Se produjo todo tipo de mate rial blico, desde tanquetas a granadas. Mientras tanto, la produccin de calza do estaba bajo mnimos por la cada de Catalua, la principal suministradora de curtidos. Al acabar la guerra, las escuelas Emilio Castelar no recuperaron ense guida la normalidad docente porque sus instalaciones pasaron a disposicin militar. En el saln de actos, donde lue go estuvo muchos aos la biblioteca municipal, se efectuaron en los prime ros meses 31 consejos de guerra; una siniestra funcin que no les pareci in compatible con la celebracin all de bailes dominicales. Estuvimos all, porque Uribe [el que fuera ministro de Negrn en representacin del PCE] tena una casita cerca. Recuerdo cuando tras el ltimo Consejo de Ministros vinieron all Uribe y lvarez del Vayo y varios subsecretarios. Venan hambrientos y en la casa ape nas haba nada que comer, una caja que haban mandado las Mujeres Antifascistas con vveres que mandaban de Suecia, caf, mantequilla y eso. Pusimos la mesa, Dolores hizo caf recuerda Irene y aquella fue la ltima conversacin antes del adis. valero escandell, J. R. Dolores Ibrruri: el recuerdo del adis, Alborada, 19 8 6 . 55 Bibliografa bsica AA.VV.: Elda, 1832-1980. Industria del calzado y transformacin social . Alicante, Instituto de Cultura Juan Gil-Albert Ayuntamiento de Elda, 1992. https://rua.ua.es/dspace/ handle/10045/26542. AA.VV.: La Guerra Civil en Elda, Alborada , 33, 1986. https://www.valledeelda.com/ hemeroteca/hemeroteca-de-elda/4067-alborada-numero-33-ano-1986.html. AA.VV.: Testimonis de pedra. 75 anys desprs de la Guerra Civil. Revista del Vinalop , 17, 2 0 1 4 . Historia de Elda , Vol. 2, coord. por Jos Ramn Valero Escandell, Alicante, Ayunta miento de Elda Caja de Ahorros del Mediterrneo, 2006. https://rua.ua.es/dspace/ handle/10045/26546. navarro Pastor, a.: Historia de Elda . Vol. 2, Alicante, Caja de Ahorros Provincial, 1981 Pay l Pez, P.: Ni paz, ni piedad, ni perdn. La guerra despus de la guerra y la erradi cacin del enemigo en el partido judicial de Monvar: la responsabilidad compartida (1939 -19 45), tesis doctoral dirigida por el Dr. Glicerio Snchez Recio, Universidad de Alicante, 2013. https://rua.ua.es/dspace/handle/10045/34535. Pay l Pez, P.: Violencia y responsabilidad:La represin judicial franquista en el mbito local . Valencia, Servei de Publicacions de la Universitat de Valncia, 2017. valero escandell, J.r.: El territorio de la derrota. Los ltimos das del Gobierno de la II Repblica en el Vinalop . 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