Pedro García, tres generaciones de zapateros

I A Vicen, mi mujer A mis hijos y nietas A mis padres y hermanos A modo de prlogo 5 Acerca de Pedro 7 01 LOS COMIENZOS 11 02 EL ZAPATO DE MUJER 29 03 LOS PRIMEROS VIAJES 49 04 PEDRO GARCA 1965-1970 61 05 CARESSA 89 06 ALLURE 105 07 EL RELEVO 125 Eplogo: un legado 151 Apuntes personales 153 Retazos de una conversacin con Vicen 169 Mara, Pedro y Mila 171 Candela, Claudia y Zahara 179 A modo de prlogo Este libro no es solo la relacin de hechos de mayor o menor trascendencia que han acontecido a lo largo de mi vida profesional en el sector del calzado, es tambin, o pretende serlo, la historia de tres generaciones de zapateros. Mi padre estuvo en mi puesto antes que yo y mis hijos me han sucedido. Es importante tomar conciencia de que en un plan empresarial de larga trayectoria y que quiera cumplir ciertas expectativas, el protagonista debe ser el proyecto, no quienes lo llevan a cabo, puesto que ellos solo son las herramientas de las que se vale para llegar a su objetivo. Sin duda, la marca Pedro Garca no sera lo que es ahora sin la intervencin de mi padre, la ma y la de mis hijos. En ocasiones y ante multitud de casos de empresas familiares con trayectorias truncadas cuando una generacin ha dado paso a la siguiente, me han preguntado cmo se consigue que esa transicin no afecte el avance de la compaa. Cmo se logra pasar el relevo con xito sin que la empresa se resienta. Para m, todo empieza con una nica palabra: motivacin. Es preciso, antes que cualquier otra cosa, que aquellos que te deban suceder se entusiasmen por la actividad que van a ejercer. Es importante que disfruten del negocio, sin presin, sin imposiciones ni apremios. Para ello es necesario que experimenten todo lo que tiene de satisfactorio y enriquecedor. Y la misin de quien se va del silln es enserselo. Despus de un tiempo supervisando su actividad, es conveniente darles todo el protagonismo. Dejarles hacer sus cambios en la empresa. Aunque cometan errores. Es obligado, por supuesto, dimensionar la magnitud de los posibles fallos para impedirlos antes de que sucedan. Pero si no ven su labor reflejada en la compaa y no estn satisfechos de cmo la han hecho crecer, nunca la considerarn del todo suya. Y lo es. Por ltimo, si todo funciona como debiera, si quien te sucede tiene aptitudes y t has sabido transmitirles conocimientos y traspasarles valores, debes aprender a dejarles hacer. Aunque sigas retrasando la fecha de tu jubilacin definitiva una y otra vez, has de tener muy presente que son ellos los que toman ahora las decisiones y t eres la voz de la experiencia que se limita a aconsejar. Pedro Garca Vidal Acerca de Pedro STUART WEITZMAN Diseador y empresario Antes de mi llegada a Espaa, Pedro ya estaba vendiendo en Amrica. Yo no lo conoca personalmente, pero haba visto sus zapatos en B. Altman, unos grandes almacenes de Nueva York, frente al Empire State Building. Fue Leonard Taicher quien nos present. Pedro ya era lo que es hoy. Inteligente e internacio- nal. Muy diferente al del tipo de empresario que iba a encontrar en Espaa en los siguientes arios; haba viajado y era fcil trabajar con l porque entenda el mercado. Tena adems un buen equipo y, cuando Caressa le dijo que haba que relanzar mi marca, se asegur de que el producto saliera como yo quera. Si no hubiera sido por Pedro, probablemente ahora estara en Italia fabricando zapatos. MIGUEL MARTNEZ Director tcnico de produccin de Pedro Garca desde 1939 a 1989 Entr a trabajar en la fbrica del padre el catorce de junio de 1939 y, al poco tiempo de estar all, me dieron la llave. Era el primero en entrar y el ltimo en salir. Recuerdo que, la primera vez que vino Leonard Taicher a visitar la fbrica, Pedro me present como su hermano. El padre de Pedro era un hombre ejemplar, en el trato con los dems, en la constancia en el trabajo, en todo; y su hijo estuvo desde su infancia aprendiendo de l. Pedro Garca Amat, el padre de Pedro, nunca esper que ninguno de los operarios de la fbrica le pidiera un aumento de sueldo. Cada cierto tiempo me preguntaba quin pensaba yo que mereca cobrar ms por su trabajo. Siempre se preocup de que los trabajadores estuvieran contentos. Luego, su hijo hizo lo mismo. Con Miguel, en la cadena de produccin. ROQUE MIRALLES Ex representante sindical y empresario Cuando era representante sindical, ayud a conseguir un crdito para crear una sociedad annima laboral que se llam Selecta Shoes. Ah es cuando empec a conocer a Pedro. Aunque la cooperativa funcion bien, a finales de los arios ochenta tuvo que plantearse su cierre. Los trabajadores me contaban que Pedro enfrent muy bien todo aquel conflicto. Tengo setenta y tres aos. En Elda siempre hubo una gran demanda de mano de obra y la gente iba de un sitio a otro. Pero de El Elefante, la fbrica del padre de Pedro, y de las empresas que cre su hijo, no se iba nadie. La gente se jubilaba con ellos despus de veinticinco y treinta aos. No recuerdo una empresa como esa. JUAN NAVARRO Empresario de calzado. Fundador de Kurhapies Pedro entendi que el futuro estaba en la exportacin. Durante muchos aos su punto fuerte fue Amrica. Luego, con el tesn que lo caracteriza, su forma de traba- jar y la ayuda de sus hijos, consigui vender zapatos en Italia. Para m, que soy fabri- cante, esto tiene mucho mrito. Triunfar en Italia con un artculo de moda dentro del sector del lujo es muy difcil. Muchos lo intentaron, pero Pedro lo consigui. En el Rainbow Room del Rockefeller Center cenando con Vicen y el matrimonio Navarro. JULIN SNCHEZ Propietario de Sacha London Pedro ha sido siempre un hombre muy convincente. Lo que ms aprecio de l es ese poder para negociar que tiene cuando quiere algo. Reconozco los zapatos de Pedro Garca en los escaparates. Han conseguido crear una marca con personalidad. JOAQUN PLANELLES Comerciante de/sector textil con Textil-in Pedro es un hombre inquieto. Constantemente est pensando en algo, propo- niendo, trabajando en nuevos proyectos. Siempre ha sido as. Elda ha tenido buenos empresarios y Pedro ha sido uno de ellos. Su producto es de calidad. Pedro ha sabido hacer diseo, moda y crear marca. Abri mercados y eso trajo consigo la creacin de nuevas fbricas, sistemas de produccin y miles de puestos de trabajo en este pueblo. PACO NAVARRO Ex director general de banca internacional Conoc a Pedro en Nueva York en el ario sesenta y siete. Se present en la oficina de Banesto donde yo era director adjunto y nos hicimos amigos. No era el nico fabricante espaol de calzado que intentaba introducirse en este mercado tan dif- cil, pero Pedro lo estudiaba a fondo porque siempre tuvo claro que quera entrar con su propia marca. Con Jack Hinton lo logr y muchas revistas se fijaron en sus zapatos. Por ejemplo, Hatpers Bazaar le dedic artculos en varias ocasiones. Sin embargo, tuvo que renunciar a su proyecto y asociarse con una importante compa- a americana que se llamaba Caressa. El padre de Pedro confi mucho en l, Jack Hinton tambin, y Leonard Taicher supo desde el principio que era su hombre en Espaa. Leonard era duro, muy duro y, sin embargo, a Pedro lo apreciaba mucho. Los hijos de Pedro lo han hecho muy bien. Han aprendido de l; contaban con su experiencia y ayuda. Probablemente en Espaa no hay nadie que conozca el mer- cado de zapatos de gama alta como Pedro Garca. De verdad, ha sido una vida de lucha, pero sabiendo hacer las cosas que deba hacer y en su momento. Paco en su despacho de Manhattan, cuando lo conoc. 01 LOS COMIENZOS TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS 12 LOS COMIENZOS Cuba Era el ario 1910. Con querencia de aventura y animado por las cartas que reci- ba de un primo instalado en la isla de Cuba, mi abuelo Pedro tom la deci- sin de subir a un barco que habra de atracar un mes despus en el puerto de La Habana. Viaj con su segunda esposa y dos hijos fruto de su anterior matri- monio. Mi abuela, su primera mujer, haba muerto muy joven y los dos hijos que le acompaaban eran mi padre, que tena por entonces ocho aos, y mi ta Encarnacin, que le segua por orden de nacimiento. En Cuba nacera mi to Andrs. nicamente qued en Elda una hija mayor llamada Salud. Emigr para probar fortuna en las Amricas, como uno ms entre tan- tos espaoles que tambin lo hicieron por aquellos arios. Sin embargo, al lle- gar, todo lo que el primo le haba escrito en sus cartas sobre lo fcil que era hacer dinero en la isla result ser una verdad a medias. Los aos de Cuba fue- ron tiempos difciles para toda la familia, de trabajo duro y, en ocasiones, de no tener ni qu comer. Iban all donde escuchaban que se asalariada y, en los diez aos que se prolong su estancia en la isla, llegaron a recorrerla de oeste a este. Probaron primero en La Habana, despus en Cienfuegos, en Camagey y en Santiago, para regresar al final del dece- nio al punto de partida. Mi padre, llamado tambin Pedro, no tuvo ocasin para ir a la escuela y con la ayuda de unos cuadernillos aprendi a leer y a escribir l solo. Lo haca por las noches, en casa, cuando mi abuelo no lo reclamaba para ir a trabajar. Seguramente hubiera querido ser un nio entre otros ms, sentado en un pupitre, atento a lo que el maestro tena que decirle. Sin embargo, a mis hermanos y a m siempre nos dijo que, aun sin fortuna y sin medios, con esfuerzo y voluntad, un hombre poda llegar a ser lo que se propusiera. Los tres hermanos, Encarnacin, Andrs y Pedro Garca Amat, mi padre, en Cumana-yagua, Cuba, en 1912. necesitaba mano Cuba fue el pas donde mi padre se hizo hombre. 13 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS Mi padre siempre habl de una manera entraable de la isla. Cuba fue el pas donde mi padre se hizo hombre y siempre habl de una manera entraable de la isla. Esos aos lo marcaron y mucho. De todos los nombres que repeta en sus historias recuerdo en especial el de Cumanayagua, en la regin de Cienfuegos. Nos contaba que all la familia lleg a ocupar un boho. Fabricado con tabla de palma y techo de guano, no era ms que un nico habitculo, cocina y dormitorio al mismo tiempo, donde l, sus padres y hermanos se hubieron de sentar durante un tiempo a hacer las alborgas y otros tipos de calzado que luego vendan a los campesinos. Mi familia proceda de Elda, un pueblo zapatero de Alicante, y esta fabricacin artesana les debi de resultar bastante familiar. Pienso que la Cumanayagua que vivi mi padre no tiene que haber sido muy diferente de la que conoc yo, hacia el ario 1996, cuando en un viaje que realic a Cuba descubr que el lugar del que tanto me haba hablado eran dos nicas calles, donde se concentraban las poco ms de cuarenta viviendas de la localidad. En las afueras, pude ver los bohos. Fue con dieciocho aos cuando mi padre regres a Elda y a la isla la con- serv en las letras de la msica que trajo de all. De mi infancia, recuerdo los dis- cos pesadsimos de metacrilato de setenta y ocho revoluciones que reproducan el punto cubano, las guajiras y otros ritmos que mi padre guard y que acostum- braba a hacer sonar alguna que otra noche de verano en la terraza de nuestra casa. Confiaba en que algn da podra visitar Cuba de nuevo y ese momento lleg, pero treinta y cinco aos despus, a mediados de los cincuenta. En ms de una ocasin mi madre lleg a reprocharle a mi padre, aunque siempre cario- samente, su considerable apego a la fbrica y lo poco que haban viajado juntos, cuando ya pudieron permitrselo. l, para celebrar sus bodas de plata, quiso prando dos billetes de avin. En un clper va Azores, llegaron hasta Boston. Dedicaron varios das de ese viaje a visitar Nueva Ybrk y Miami, para volar necesariamente y corno destino ltimo a Cuba. Ya en la Habana, mi padre se haba preocupado de reservar una habitacin en el hotel Gran Amrica, pero esa primera noche en la isla no transcurri precisamente, como caba esperar, entre las sbanas limpias de una cama de hotel, sino entre las paredes de una celda de la antigua fortificacin del Morro, convertida por aquellos arios en prisin. compensarla com- 14 LOS COMIENZOS La polica dijo haber hallado irregularidades en sus permisos de entrada al pas y fueron arrestados. Ya en el Morro, se les permiti hacer una llamada. Afortunadamente, mi padre llevaba entre su documentacin el nmero de tel- fono de alguien con cierta influencia en la isla y a las diez de la maana del da siguiente, gracias a las ges- tiones de esa persona y de la United Shoe Machinery Company, eran puestos en libertad. Ms tarde supimos que mi madre haba pasado toda la noche llorando, quiz mi padre tambin, pero nunca nos lo dijo. En el fondo era la Cuba de mi && padre, no la de mi madre. Ira& et&& b I ti 1 hl ul ull I Tm. SK...5111 cdc,- C - tAr--444., 4LY,,2 t.1,-24.sor.9/ 7 -Le ~,-/144.(i- Aunque las autoridades les concedieron finalmente un permiso de veinte das para estar en el pas, mis padres decidieron aban- donarlo antes de que expirara el plazo de su estancia. Desconozco lo que este viaje signific para mi padre y qu recuerdos le trajo entonces, pero s que a su regreso volvi a traerse a Cuba en su msica, aunque esta vez la guajira y el punto cubano haban sido desplazados por el chachach y otros ritmos ms modernos. Sigo atesorando entre viejos papeles fami- liares esa libreta suya en la que fue anotando, con una meticulosidad propia de l, todo lo que consider que mereca recordarse de ese viaje. Ni el hambre que pas en su infancia ni la des- afortunada noche junto a su mujer en el Morro arios despus, mermaron nunca el cario que siempre guard hacia la isla. Mi madre, en cambio, siempre tuvo de su paso por La Habana un recuerdo en el que se alternaban el horror y la ancdota. El da del inesperado arresto en Cuba mi padre escriba en su libreta: da 2 sbado / a las 6 maana el polica nos llam para desayunar caf [con] leche / acompaado del mismo y otros detenidos fuimos a otra nave destinada a comedor / una vez que tomaron caf salimos al parque y esperamos que dieran las 8,30 que llegaran el jefe de inmigracin y unos oficinistas / as fue, me fui a ver a este seor y nos prest ayuda para localizar a dos direcciones que llevaba [de] United Shoe... Anot de forma meticulosa en una libreta todo lo que quera recordar del viaje a Cuba. 15 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS 16 LOS COMIENZOS El oficio Concluida la aventura americana del abuelo y de regreso a Elda, hacia 1920, es cuando mi padre realmente se hizo zapatero emplendose en la fbrica de Francisco Vera Santos, una de las ms importantes de aquellos aos. All empez a aprender de verdad la profesin y se especializ en recortar los cantos de los zapatos, inicindose en el oficio de desvirador. Al final de su estancia en Cuba, la familia haba conseguido hacerse con algunos ahorros, pero por razones que imagino polticas ese dinero nunca sali de la isla, as que mi padre tuvo que empezar con limitados recursos a fabricar sus propios zapatos. Mi abuelo le habilit en el domicilio familiar de la calle Hilarin Eslava, en el nmero 5, una estancia para que la utilizara como taller y, con medios muy bsicos, empez a hacer zapatos de primera calzadura, que son los que se compra para los recin nacidos. Su produccin era sencilla, no necesitaba inversin en maquinaria, y sigui adems trabajando en otras fbricas, donde iba adquiriendo 1-lacia 1920, es las habilidades de cada uno de los oficios asociados a la elaboracin del calzado. cuando mi padre Pronto la habitacin empez a quedarse realmente se hizo pequea, pero no fue hasta el ao veintiocho cuando pudo adquirir un solar situado frente a la casa zapatero. paterna. All encarg inicialmente la construccin de una planta baja donde instal su fbrica y empez con la produccin de series o, lo que es lo mismo, de chicarro, que es como nombramos en la industria al zapato para nios de diez a quince aos. En unos arios, y con las sucesivas ampliaciones, el negocio llegara a ocupar dos plantas de quinientos metros cuadrados, con sus respectivos talleres, y una vivienda. Mi madre, Milagros, no conoca el oficio cuando se cas. Haba tenido un novio antes, pero esa primera relacin no sigui adelante y mi padre, que ya se Fachada de la primera fbrica, en la calle Hilarin Eslava de Elda. 17 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS haba fijado en ella, pudo entonces invitarla a salir y declararse. Tras un tiempo de noviazgo, se casaron precisamente el ario en que se produjo la famosa huelga del hilo, en 1930, que tuvo paralizada a la industria del calzado de Elda durante un mes. El negocio de mi padre estuvo, al igual que el resto, afec- tado por la protesta de las aparadoras que exigan que, adems de El ao los zapatos, se les entregara el hilo para coserlos. Finalmente, los veintiocho fabricantes cedieron y la produccin se reanud. La fbrica ya produca chicarro y mi padre necesit que mi construy madre se incorporara al negocio para ayudarle. Saba cmo utilizar la primera una mquina de coser porque mi abuela haba trabajado en una sas- trera familiar y, una vez domin la fbrica. tcnica, estuvo en disposicin de controlar el acabado de los zapatos que las opera- rias cosan en sus casas. Al principio, mis padres vivieron en una casa alquilada donde nacera su primera hija, mi hermana Mara Salud, en el ao treinta y uno. Tres aos despus la segu yo. Interior de la fbrica Calzados El Elefante, de la calle Hilarin Eslava 6-8. 18 LOS COMIENZOS Para jardines, Valencia; para calzados, El Elefante. Calzados El Elefante Tena dos arios cuando sobrevino, en el ario treinta y seis, la guerra civil. Mi fami- lia viva en la casa que se haba acondicionado en el mismo edificio de la fbrica, en la planta superior. Pero, ya desde el principio de la contienda, el gobierno haba ordenado la confiscacin del inmueble y mi padre haba sido enviado al frente, donde fue nombrado jefe de intendencia. Se nos orden tabicar la puerta que comunicaba con los talleres y de esta forma nadie pudo tener, durante aque- llos aos, un acceso directo a las instalaciones desde la vivienda familiar. Ignoro si en este tiempo la fbrica lleg realmente a producir. Por suerte para nosotros, la posicin donde haba sido asignado mi padre se encontraba no muy lejos de Elda, en el Troncal. Cuando las circunstan- cias se lo permitan, se presentaba en casa y traa con l algo de comida que consegua sustraer del campamento para que no pasramos hambre. Mi madre no estuvo sola. Su madre, mi abuela, viva con nosotros y el nacimiento de Antonio, mi tercer hermano, tuvo lugar en este escenario de escasez e incer- tidumbre, en el ao treinta y ocho. De entonces, yo ape- nas guardo recuerdos propios, la mayora son heredados. Mi hermana, unos aos mayor que yo, asegura que mis padres llegaron a ver en una ocasin al mismo Juan Negrn desde la terraza de nuestra casa, que daba a la calle donde se encon- traba la puerta principal de las llamadas Escuelas Nacionales. Esto ocurra en los ltimos das de la guerra, cuando el que habra de ser el ltimo presidente de la Repblica utilizaba las Escuelas para reunirse con lo que quedaba de su equipo de gobierno. Su campamento se hallaba en una finca llamada El Poblet, a unos veinte kilmetros de Elda, y probablemente esta historia fuera cierta. Una vez acabada la guerra, mi padre regres y no tard en enviarnos a Palma de Mallorca junto a mi to Antonio, el nico hermano que le quedaba con 19 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS P[ O PU CARIA/WAT CALZADOS DE CABALLERO FLEXIBLES 20 LOS COMIENZOS vida a mi madre. Era viajante y el alzamiento nacional le haba sorprendido en Andaluca, con los muestrarios de zapatos de la fbrica. Se las haba arreglado para enviar a su mujer, Paulita, a Casablanca y despus a Palma, donde ms tarde se reuni con ella. All un buen amigo los acogi. El tiempo que pasamos en Palma fue el que necesit mi padre para tratar de poner orden en el negocio. Sin solvencia econmica y con grandes dificul- tades para localizar materias primas, consigui que antiguos clientes importan- tes de la zona de Andaluca le adelantaran dinero. Eran propietarios de algunos de los mejores establecimientos de zapatos de Crdoba, Granada, Sevilla y La Lnea de la Concepcin. Al haber quedado en zona nacional, su dinero no haba perdido valor, como ocurri con la moneda de los que habamos permanecido en territorio bajo autoridad del Los hombres gobierno republicano. Tras la guerra, no tenan stocks y todos ellos necesitaban con urgencia mercancas que ven- y mujeres que der. Le prestaron ese dinero en efectivo a mi padre y l trabajaron pudo abastecerse de pieles y otros materiales para hacer- les zapatos. Una vez la fbrica empez a producir, trajo a con mi padre su familia de vuelta a Elda. luego lo hicieron En la posguerra empieza prcticamente mi infan- cia. Recuerdo que, al principio, las restricciones de luz conmigo. durante el da obligaron a que en la fbrica se tuviera que trabajar en turnos de noche hasta que con la ayuda de un motor Otto disel de un cilindro he retenido el nombre del modelo a pesar de los aos transcurri- dos, un alternador y una excitatriz, se consigui generar corriente elctrica en el edificio y se pudo reanudar el trabajo durante el da. No sabra decir con precisin cuando la normalidad empez a ser lo habi- tual, pero mi padre, al ao de haber puesto de nuevo las instalaciones a produ- cir, consider que era el momento para fabricar zapato de caballero y lo hizo con el nombre de El Elefante. Contrat adems una curia en Radio Andorra, la radio comercial que todos los espaoles oamos en aquella poca, que publici- taba nuestro producto con el eslogan: Para jardines, Valencia; para calzados, El Elefante. Desde casa, mi padre nicamente tena que cruzar un pasillo para llegar a su oficina o entrar en las instalaciones de cortado y aparado. Debajo, los casi En el cartel de finales de los cuarenta se anuncian las tres marcas que comercializaba la fbrica Pedro Garca, Calzados El Elefante. 21 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS treinta operarios se ocupaban de la parte mecnica de la confeccin y del proceso de expedicin del calzado. De esos aos, me reconozco en ese nio de ocho aos que desde la terraza de la vivienda familiar, situada en la primera planta, mira lo que sucede abajo, en el taller. Me gustaba mezclarme entre los operarios y me entretena all dentro con cualquier cosa. Sin quitarme la ropa de dormir, bajaba a la fbrica por- que saba que haba gente trabajando. Los empleados me gastaban bromas y alguno de ellos incluso se haca cmplice de mis juegos, hasta que alguien me enviaba de regreso a la casa. Miguel Martnez, un muchacho que haba empezado a trabajar con noso- tros a la edad de quince arios, estaba en los talleres. Viva en nuestra misma calle y mi padre se haba presentado un da en su casa, porque tena noticias de que a su padre se lo haban llevado detenido tras el fin de la guerra. Le haba ofrecido un trabajo y Miguel haba entrado en la fbrica como aprendiz. Con el tiempo se convertira, primero, en la mano derecha de mi padre. Luego, en la ma. Pepe, el de la Suela; Joaqun, el encargado; Jess Tordera, con las expediciones; Enrique, el del .Y1,1111 Acabado; Pepe, el del Saque, que extraa los zapatos de la horma; el modelista Manuel Pastor; los dos empleados de administracin, Julio, apodado el Chato, y Andrs Gonzlvez, el Sevillano, y, por ltimo, Carmelo Prez, son esos otros nombres que estuvieron y figuran en los inicios del negocio familiar. Mi lugar estaba y estara entre ellos. Todos me vieron crecer, porque lo normal era que los hombres y mujeres que trabajaron con mi padre luego lo hicieran conmigo. Muchos me acompaaran en el futuro en cada una de mis etapas de fabricante. Tambin mi to Andrs, hijo de la segunda mujer de mi abuelo, se encontraba como uno ms entre todos nosotros haciendo zapatos. Mientras fue un nio, haba sido mi padre quien se haba ocupado de su educa- cin y, despus, haba entrado a trabajar en la fbrica convirtindose con los aos en su persona de confianza dentro del rea de produccin y embarque. A los dieciocho aos, con mi padre y parte del equipo de El Elefante, celebrando San Jaime y Santa Ana en la fbrica. 22 LOS COMIENZOS Mi madre era espontnea, cariosa, clara y cercana. La familia Tena doce aos cuando naci mi hermano Pepe, el menor. No s si fue enton- ces, o poco despus, cuando mi padre lleg un da a casa con Cari, hija de mi ta Encarnacin, que haba fallecido. Mi prima se qued entonces con nosotros y mi madre la educ como si fuera su propia hija. Cari solo dejara la casa familiar, bastantes arios despus, para casarse. De Milagros, mi madre, conservo la imagen de una mujer espontnea y abierta, muy cariosa. Clara y cercana, su figura contrastaba con la reconocida formalidad y seriedad de mi padre, quien no necesitaba palabras para reprendernos por un mal com- portamiento. Una nica mirada suya bastaba. Al principio, ella haba tenido que estar en la fbrica y la abuela haba pasado ms tiempo en la casa cuidando de mis hermanos y de m. Ms tarde, cuando el negocio lo posibilit, mi padre busc a la primera maestra de aparado que tuvo la fbrica, Encama, que susti- tuy a mi madre en su puesto y ella dej de trabajar. Del ario cuarenta y seis, durante el funeral de la abuela, cumplidos los doce arios, guardo una imagen par- ticularmente emotiva de mi madre. Pude verla llorar y me acerqu a ella. Senta su soledad. A m tambin me dola haber perdido a mi abuela. No podra concebir mi infancia sin su voz y presencia, pero haba cierta resignacin en m hacia lo inevitable de su muerte. Sin embargo, mientras obser- vaba a mi madre, fui consciente de su vulnerabilidad y la de todos nosotros. Si bien era la abuela la que nos haba dejado, era mi madre quien me preocupaba. No he olvidado cmo rec para que a ella no le pasara nada. Mis padres, Pedro y Milagros, alrededor de 1950. 23 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS Probablemente fui un buen hijo y no creo recordar haber causado demasiado sufrimiento a mis padres. Aunque en aquellos tiempos ningn muchacho tena ms opciones que hacer lo que se le mandaba. Era responsable y, adems, el mayor de los varones. Me gustaba la fbrica y, desde muy pronto, mi padre supo que iba a ser quien continuara con el negocio. Esa conciencia anticipada de mi vocacin me marc y es ahora cuando me enorgullece reconocer que lo mo con los zapatos fue un maridaje desde muy temprano. Si de nio corra a la fbrica para jugar, ahora cruzaba la puerta familiar que nos separaba de los talleres dispuesto a observar y a enterarme de lo que all suceda. Disfrutaba entre mquinas, ruidos y operarios. Cumplidos los doce arios, sin abandonar la escuela, empec a pasar ms tiempo en el negocio, pero junto a mi padre; no en un puesto fijo, sino haciendo un poco de todo. En cuanto llegaba una mquina nueva me entusiasmaba y me una a quien estuviera intentando hacerla funcionar hasta que logrbamos ponerla en marcha. Mara Salud, mi hermana mayor, se incorpor tambin muy joven y ayu- daba a mi padre en la oficina, pero cumplidos los veinte aos se cas y se fue a vivir a Alicante. Mi hermano Antonio, que me segua en orden de nacimiento y que fue el ms afectivo de los hombres de la familia, por lo general bastante introvertidos y poco dados a expresar sus emociones, no estableci esa relacin estrecha y vital que yo experimentaba con la fbrica. Seguramente porque no la haba vivido del mismo modo, puesto que estudi en un internado, y porque tena otra idea de lo que quera hacer con su vida, aun- que nunca se lo dijo a mi padre. A pesar de que acab quedndose con nosotros en el negocio de los zapatos, lo senta de una manera diferente a m. Las circunstancias de Pepe fueron otras. Mucho ms joven que yo, naci en 1945, mi padre le dio la posibilidad de que se preparara en lo que le gustara. Estudi, al igual que Antonio, en rgimen de inter- nado, en un buen colegio; y luego vivi en Suiza y Pars donde continu su formacin y trabaj. Cuando con dieciocho aos regres a Elda, se incorpor a la empresa familiar, que era ya una gran fbrica con un nmero importante de empleados. A los tres aos, con mi hermana Salud, que entonces tena siete. 24 LOS COMIENZOS Mi padre Mi padre, tal como me gusta recordarlo. Acuda casi a diario al casino del pueblo. All, entre la una y media y las dos de la tarde, le esperaban sus amigos de toda la vida para jugar su partida de domin. A las tres estaba de regreso en la fbrica para encerrarse en ella y cumplir con una jornada ms. Todo lo que le apartara de su orden primordial, que era el trabajo, acababa por molestarle. Tambin esas partidas, que se extendan en la sobre- mesa poco ms de una hora, estaban subordinadas a la medida y prudencia que l mismo se marc, incluso para las cosas que le gustaban. Fue un gran aficionado a los coches y los pri- meros que compr fueron los que llegaban de Europa tras la guerra, ya viejos, en los que siempre haba algo que no funcionaba. Conducir con l a Alicante, a tan solo treinta kilmetros de Elda, en uno de estos auto- mviles era prcticamente una odisea. O el carburador se obstrua, por la suciedad de gasolina, o se pinchaban las ruedas con ms frecuencia la de la que a m me habra gustado y haba que hacer una o dos paradas en el camino para repararlas. En la larga lista de coches que pasaron por sus manos, recuerdo al menos el nombre de cinco modelos, todos de segunda o tercera mano, incluido un Auburn descapotable. El primer vehculo en buen estado que compr lleg despus de ese inventario de coches usados de corta vida y fue un SEAT fabricado en Barcelona. Pero su gran coche, el Triumph ingls, no lo adquirira hasta que tuvo ms de setenta arios, cuando mi hermano, residente en las Islas Canarias, pudo conseguirlo a un buen precio. Poda haberlo Era un hombre de inteligencia y claridad de ideas fuera de lo comn. 25 A menudo lo buscaban ara cargos de epresentacin LOS COMIENZOS comprado mucho antes, pero era un hombre esencialmente austero. Quera que todos sus hijos supieran el valor del dinero, lo que costaba ganarlo, y esta era una de sus maneras de hacmoslo entender. De una gran exigencia moral para los que lo tomamos como modelo, llev una vida ejemplarizante. Querer ser tan perfecto como l despert en m la voluntad de ponerme a su altura. Nunca se cans de repetirme que un da tendra que tomar las riendas del negocio y ser su renovador y que, para hacerme acreedor de ese puesto, no bastara con haber nacido su hijo, sino que tendra que ganarme ese lugar. Y tuvo razn. La gente en la fbrica me respet antes de que mi padre me pasase el control y la direccin del negocio. Tuvo que delegar en m por- que, al ser el mayor y el mejor preparado, era el ms capacitado en aquel momento. Si tuviera que explicar por qu mi padre lleg a ser una figura de peso den- tro y fuera de su fbrica, dira que era un hombre de inteligencia y claridad de ideas fuera de lo comn. Tambin era en extremo habilidoso con sus manos y, aunque la mayor parte del tiempo tena que estar atendiendo el negocio, nunca descuid los rudimentos de su oficio ni el trabajo manual. Cuando me responsabilic de la direccin de la fbrica, quiso ocupar un puesto ms entre sus empleados, pegando suelas o formando parte de la cadena de produccin, desde donde poda tener un mayor control sobre la calidad y dar ejemplo de lo que era la fabricacin artesana de un zapato. Sigui subiendo a las oficinas, pero menos, para aclarar alguna cuestin referente a la fbrica que le preocupara o fumarse uno de sus cigarrillos. En 1982, durante el mandato de Santiago Rodrguez-Miranda Gmez como ministro de Trabajo y Seguridad Social, se le concedi la Medalla al Trabajo. Los propios trabajadores la solicitaron para l. Sus prioridades, es cierto, fueron siempre su familia y la fbrica, pero tambin era consciente de que, como empresario y fabricante de un pueblo con una industria importante, tena que apoyar los intereses del sector y de su gente. A menudo lo buscaban para car- gos de toma de decisiones y de representacin pblica y, cuando se dirigan a l Pedro Antonio Toms Moreno, delegado provincial del Ministerio de Trabajo en Alicante, le impone a mi padre, en nombre del ministro, la Medalla al Mrito en el Trabajo en 1982. En 1970, mi padre saluda a S.A.R. Don Juan Carlos, entonces Prncipe de Asturias, en una recep-cin ofrecida al Comit Ejecutivo de la Feria del Calzado de Elda. 27 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS para proponerle ese puesto de responsabilidad, aceptaba. Lleg a ser un hom- bre importante en Elda: presidente de la comisin gestora de la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa, teniente de alcalde del Ayuntamiento, presidente en el Sindicato Vertical de la Piel y miembro del Comit Ejecutivo de la Feria Internacional del Calzado. Lamento profundamente no haberme encontrado fsicamente a su lado en el momento en que falleci, aunque la noche anterior la habamos pasado juntos. Durante sus ltimos arios de vida, mis padres haban vivido cerca del mar. Hablaba con ellos a diario y una tarde a la semana conduca hasta su casa para hacerles compaa. A l segua contndole cosas de la fbrica. Sin embargo, tras el fallecimiento de mi madre, un mes de junio, mi padre pareca no desear seguir en este mundo ms tiempo del necesario. Era poca de ferias y yo me encontraba en Nueva York vendiendo zapa- tos; mi hermano Pepe, en Puerto Rico. Los dos volamos esa misma noche para poder lle- gar a tiempo al funeral de nuestra madre. Mi padre la sigui un ao despus. Fue consumindose gradualmente. Me reconforta, al menos, saber que fui fiel a mi origen familiar y mi entrega personal y afectiva a ellos fue absoluta. Mis padres en el da que a mi padre le dieron la Medalla al Trabajo. 28 02 EL ZAPATO DE MUJER TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS 30 EL ZAPATO PARA MUJER Madrid Mndame a Pedro para que estudie aqu y conozca la parte comercial del nego- cio. As le habl un da mi to Antonio a mi padre y en el cuarenta y ocho, con catorce arios, mi padre resolvi enviarme a Madrid para que aprendiera la venta al detall de zapatos. Desde la posguerra tarda, mi padre y mi to haban sido socios en la fbrica y propietarios de Calzados Vidal, un establecimiento madrileo en la cntrica calle Fuencarral, nmero 115. El ao de mi llegada a la capital, la socie- dad ya se haba disuelto. Mi padre se haba quedado con la fbrica y Antonio, con la tienda. Mi to, adems, haba adquirido Calzados Dalvi, tambin en Fuencarral, en el nmero 137, y yo viva con l y su mujer Paulita en el tico del edificio de la glorieta de Quevedo, a dos minutos de las tiendas. Por aquel entonces, el agente de ventas de mi padre en Madrid era Jorge Flux Mut, familia de los Flux de Mallorca, conocidos fabricantes de calzado en su segunda o tercera generacin y crea- dores de futuras marcas como Lottusse o Campen Mi to se lo haba presentado a mi padre y, desde el ao cuarenta y cinco, l se haca cargo de la representa- cin de nuestros zapatos. Yo estudiaba, trabajaba en las tiendas y acompaaba a Jorge y a su hijo Lorenzo, a quien por entonces su padre estaba introduciendo en la venta al por mayor, en sus visitas a los clientes. Nuestra fbrica era la nica en Elda que produca una lnea de caballero diseada con calidad y nuestros zapatos se vendan en las mejores tiendas de Espaa, aunque centrbamos ms nuestro negocio en Madrid, donde competamos con los buenos fabricantes de calzado de Mallorca y Menorca. Entre nuestros clientes podra nombrar a dos importantes grandes alma- cenes madrileos que por aquellos aos estaban incorporando, en su sistema de Al inicio de mis estudios, en 1946, con doce aos, en la calle General lvarez de Castro de Madrid. Mndame a Pedro para que estudie aqu y conozca la parte comercial del negocio. 31 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS ventas, una estructura por departamentos. Comercialmente, esto era una nove- dad que traan a Madrid los empresarios Pepn Fernndez y Ramn Areces. Los dos haban vivido en Cuba y trabajado en los almacenes El Encanto de La Habana. De regreso a Espaa, Pepn y un socio, Csar Rodrguez, haban creado Galeras Preciados. Ramn haba fundado El Corte Ingls abriendo su primera tienda de la calle Preciados. Ramn conoca a mi padre y saba de su vida en Cuba. Era un empresario excepcional que disfrutaba con su negocio y le importaba vivir su da a da, y ello inclua tratar directa- mente con los comerciales. Despus, eran sus responsables de compras los que se ocupaban de cerrar pedidos, pero l quera conocer per- sonalmente a sus proveedores. Acuda a ltima hora de la tarde, una vez cerradas las puertas a los clientes, a la sala que El Corte Ingls habili- taba para que nosotros, los agentes, pudiramos mostrar nuestros zapatos. Entonces, yo tena autntica prisa por saberlo todo del negocio. A Ramn le caa en gracia verme con tan poca edad y tan desenvuelto entre tanto ven- dedor curtido y sola detenerse a hablar conmigo. El da que Llegamos a tener nuestras conversaciones y recuerdo me incorpor a haber recibido buenos consejos de l. El tiempo pas y tras dos arios volv a Elda, filas formalic donde todava tena que finalizar mis estudios de peri- taje y ayudar a mi padre en el negocio. Fue el servicio mi relacin militar el que me devolvi poco despus a Madrid. con Vicen. Era el ario cincuenta y dos y me present con die- ciocho arios como voluntario. Calcul esta decisin porque no quera que en el futuro algo pudiera interrumpir mi dedicacin por entero a la fbrica. El mismo da que parta de Elda hacia Madrid para incorporarme a filas, un diez de sep- tiembre, formalic mi relacin con Vicen, mi novia. Mi familia conoca a la suya, 32 EL ZAPATO PARA MUJER la familia Mira, desde haca arios. Su padre tena un almacn de pieles en Elda y sus tos, dos tiendas de zapatos en Valencia. El matrimonio Mira tena cinco hijas. De nias, Juana, algo mayor que Vicen, entraba y sala de nuestra casa con total familiaridad porque era amiga de mi hermana Salud. De un modo ms dis- creto, Vicen tambin se presentaba casi cada da en nuestro domicilio porque era quien recoga a mi hermano Pepe, bastante ms pequeo, para recorrer juntos el camino a la escuela. Con mi regreso a Madrid, yo iba a estar fuera ms de un ario y quisimos hacer nuestro noviazgo oficial. Ella en Elda, y yo en la capital, hicimos lo que entonces hacan todos los novios en nuestra misma situacin: escribirnos cartas. Sin contar el periodo de instruccin que hice en Getafe, pas todo el ser- vicio en el Ministerio del Aire en la calle Quintana, en el mismo Madrid. Tena las tardes libres y quise estudiar de nuevo. Me matricul en la universidad, en unas cuantas asignaturas de profesorado mercan- til. Saba que no iba a poder completar los estudios, porque mi puesto iba a estar en la fbrica, y procur que esas clases a las que asist pudieran serme tiles ms adelante, cuando tuviera que asumir la direc- cin del negocio paterno. Lorenzo, el hijo de Jorge Flux, haba tomado el relevo en la comercializacin de nuestra lnea de zapatos. Era solo unos aos mayor que yo y com- partamos ideas y el mismo mpetu de dos hombres jvenes que queran destacar y hacerse un nombre. Todo lo que Lorenzo y yo sabamos de zapatos y de venta al por mayor se lo debamos a su padre. Jorge no solo nos haba introducido en el negocio de la venta al por mayor, sino que tambin nos haba presentado a los clientes ms importantes y, con su aval, empezamos a generar nuestras pro- pias relaciones dentro de la profesin. Me desped definitivamente de Madrid cuando me licenci y regres a Elda para quedarme all. En la fbrica, mi padre me estaba esperando y los arios que siguieron me centr en explorar el mercado interior y potenciar las ventas en el norte del pas, Madrid y Andaluca. Inclu entonces en mi agenda de tra- Con todo cario, Vicentita. La primera foto que me mando Vicen, con dieciocho aos, mientras yo haca el servicio militar. Lorenzo Flux, en 1950, en el Port de Pollerna. 33 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS bajo los viajes peridicos al extranjero cruzando la frontera y conduciendo hasta Francia o Italia. Eran pases a los que poda llegar fcilmente en coche, donde se hacan zapatos de calidad y haba buenas marcas. No pensaba en vender calzado a franceses ni a italianos, ya que no tena- mos capacidad ni condiciones, sino en acceder a las ltimas tendencias en moda visitando escaparates. De todo lo que vea, me llamaban la atencin las tiendas de Bruno Magli y de Charles Jourdan por el planteamiento de marca. Su modo de hacer empresa dentro del calzado de alta gama para mujer despertaba mi curiosidad y especulaba con la idea de que, un da, podra aventurarme y fabricar un producto como el de ellos. Desde luego, no me propona hacerlo en aquellos momentos. Con veintitrs aos, en lo alto del puerto de montaa de La Jonquera, en la frontera de los Pirineos, en uno de mis primeros viajes a Francia. 34 EL ZAPATO PARA MUJER Armio Hasta el ao cincuenta y seis nos habamos dedicado a fabricar exclusivamente zapato para caballero. Pero un da, Lorenzo Flux me habl de una pequea fbrica tambin de Elda, Calzados Armio, emplazada en la calle Vitoria. l llevaba su comercializacin, adems de la nuestra, y me cont que Francisco Martnez Bel, su propietario, haca un buen trabajo en el diseo de zapato para mujer y tena gusto, pero su empresa atravesaba un momento complicado financieramente. No era industrial y haba adquirido una deuda de seiscientas mil pesetas con un proveedor de pieles, La Curtidora, que tena a Carlos Pastor como gerente. Habl con Francisco y, a cambio del cincuenta por ciento del negocio, me hice responsable de la deuda. Nuestra sociedad dur exactamente un ario. En mis viajes al exterior, haba observado que el sector del zapato para mujer era un mercado en crecimiento y con posibilidades. Pero mi socio, aunque era un buen mode- lista, careca de visin comercial, con lo que la lnea no ter- minaba de arrancar. l no quera continuar con la fbrica y yo me qued con todo el negocio. No necesit prctica- mente financiacin, pues ya haba logrado pagar la deuda y el capital se haba quedado a cero. Coincidi que, por entonces, mi padre se haba tras- ladado a vivir a un edificio de siete plantas de viviendas, cuya construccin haba contratado l mismo en un solar de su propiedad, situado detrs de la fbrica. A cada uno de sus hijos nos haba regalado un piso y mi madre y l se haban instalado en la primera planta. Desde su nueva casa, l poda acceder directamente al negocio a travs de un pasillo que comunicaba con el edificio de viviendas. Tras la mudanza, la planta superior, o la parte que haba sido el antiguo domicilio familiar, haba quedado libre. Mi padre, que desde el principio haba A finales de los cincuenta, empec a poner Pedro Garca en los zapatos de seora. 35 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS estado de acuerdo en que nos quedramos con Armio, me impuso la condicin de que trasladara la pequea fbrica de la calle Vitoria a la nuestra, para que yo pudiera centralizar la direccin de las dos lneas. Pepe Vera, ayudante de mi anti- guo socio, se vino conmigo. Tena diecisis aos. Durante un ao lo haba visto ayudar a mi anterior socio en la confeccin de patrones y me gustaba como haca su trabajo. En el centro de la planta superior, instal mi oficina y, donde antes haba estado la casa de mis padres, ubiqu la fbrica de seora. Debajo, en la planta inferior, mantuve la lnea de caballero. Necesit organizarme. Era fabrican- te, no diseador, pero tena criterio para distinguir qu modelos podan funcionar comercialmente, as que adems de prepa- rar muestrarios, tena que hacer el trabajo de un line builder desarrollando el producto. Compraba maquetas a los diseadores ita- lianos y con una visin global de lo que era el mercado, al que acceda viajando por Francia e Italia, le daba instrucciones a Pepe, ahora el modelista de la fbrica, y creaba la coleccin. Con el tiempo, tambin l me acompaara en estos viajes para conocer las tendencias en calzado y juntos poder definir las colecciones. Lleg un momento en que nuestros zapatos, tanto de hombre como de mujer, se vendan en los mejores establecimientos del pas y ramos competi- tivos en el sector de calzado de gama alta. Sin embargo, nos hallbamos muy lejos de la calidad y diseo de las mejores marcas europeas. Empec tambin por estas fechas, muy a finales de los cincuenta, a poner el nombre de Pedro Garca en los pares de zapatos que fabricbamos de seora. Fue igualmente en este momento, en el cincuenta y ocho, cuando Vicen y yo celebramos nuestra boda. La luna de miel fue un viaje en coche por la Costa Azul e Italia, en el que reconozco que no me pude abstener de mirar escaparates para seguir la ltima moda europea en calzado. 1 3.600 EUR o 5.086 USD Pepe Vera, el patronista/ modelista de Armio, en 1956. Tendra unos diecisis aos. 36 EL ZAPATO PARA MUJER Los primeros sesenta Soaba con un futuro mercado exterior para mis zapatos, pero ni siquiera tena- mos una feria de calzado donde poder mostrarlos, y esta carencia era una ms entre las tantas deficiencias tecnolgicas y organizativas que sealaban a la industria zapatera espaola en la poca. Por fin, un grupo de amigos fabricantes nos propusimos fundarla. La idea naci en una tertulia del Moto Club de Elda, una sociedad de ocio en la calle Cervantes. Desde finales de los cincuenta, la mayora de nosotros habamos acudido regularmente a las citas anuales de la Semaine du Cuir en Pars y a las ferias de Parabiago y de Vigevano, cerca de Miln. As que, siguiendo el referente de los italianos, nos comprometimos a ir dando forma a ese escaparate, en principio, local. La mayora tenamos fbrica propia, menos Roque Carpena. Aunque trabajaba en el sec- tor del calzado, no era empresario y dispona de ms tiempo que el resto. Los fabricantes le apoyamos y l asumi la responsabilidad de su creacin. Fue un gran acierto porque Roque lleg a hacer un buen trabajo. La primera Feria del Calzado e Industrias Afines se inaugur en el ario sesenta en el patio de las Escuelas Nacionales de Elda. A Roque se le nombr director general. Yo acud con un estand propio con FERIA NACIONAL DEL CALZADO E INDUSTRIAS AFINES TRLOGO 4 POSITORES zapatos de El Elefante y algo de Armio. Todo muy rudimentario en sus inicios, la feria ira creciendo y adquiriendo proyeccin internacional llegando a tener su propio edificio y con Roque en su direccin. Tambin de aquellos arios, recuerdo a Imanol Uribe y nuestro intento fra- casado de crear una marca comn de zapatos junto a otros productores, aunque l no lo era. Entonces los fabricantes vivamos a la sombra de los comerciantes. En Cartel de la primera Feria del Calzado e Industrias Afines de Elda en 1960. 37 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS realidad, ramos los hermanos pobres de la industria del calzado. Con Manolo me gustaba hablar de estas cosas. De origen vasco, haba salido de Espaa y vivido muchos aos en El Salvador y tena otras ideas. Su hijo es el director de cine Imanol Uribe. A Uribe tenamos que llamarlo Manolo, pues el rgimen prohiba el uso de los nombres vascos. Era importador de maquinaria de calzado y un da, proba- blemente en una feria del sector, me coment que echaba en falta la presencia de marcas importantes. En aquel momento yo ya estaba pensando en crear la ma propia, aunque no lo haba hecho porque empresarialmente no tena fuerza. Tom la iniciativa y, como tena buena relacin con el resto de los fabrican- tes, reun a unos cuantos, los mejores de Elda y de Ciudadela en Menorca, para invitarlos a que juntos creramos una marca comn de zapato de alta gama para mujer. La idea era venderla en las tiendas ms prestigiosas de cada ciudad importante del pas. Nos interesaba sobre todo atraer a aquellos clientes con ms de una tienda en propiedad, para que dedi- caran uno de sus establecimientos a ven- der la marca en exclusiva. La nueva firma solo podra tener un cliente en cada capi- tal. Fabricaramos un primer muestrario con la idea de distribuirlo en sus estable- cimientos y, adems, impondramos un cinco por ciento adicional a los zapatos que fabricramos para poder financiar el coste de la publicidad. Queramos utilizar la televisin como soporte publicitario. Su serial comenzaba a llegar a todo el territorio y, en poco tiempo, la mayora de los hogares espaoles podra tener su propio aparato. Calzados El Fifo, Orbi, Calzados Ximo, Olvido, Styl, Roseta de Menorca y algunos ms nos pusimos de acuerdo y citamos en el hotel Plaza de Madrid a los comerciantes que habran de vender nuestros zapatos. Uribe entr a formar parte del proyecto como asesor. Entre cincuenta y sesenta propietarios de los mejores establecimientos de calzado de toda Espaa acudieron ese da al Plaza. La reunin no fue larga. Cuando estos, acostumbrados a tener el control de las ventas en el mercado, comprendieron que los fabricantes queramos participar El tercero desde la izquierda es lmanol Uribe, presentando su stand a las autorida-des. A su izquierda, el director general de la feria, Roque Carpena. Las modelos posando delante del hotel Castellana Hilton de Madrid, donde se celebraba Moda del Sol. 38 EL ZAPATO PARA MUJER Recuerdo las prisas y expectacin detrs de la pasarela de Moda de/Sol. 39 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS en la gestin de la marca, empezaron a cuestionar la propuesta. Era yo quien se haba ocupado de exponer todos los detalles del proyecto y, por las respues- tas que empezaron a escucharse, no tard en darme cuenta de que no bamos a llegar a compromiso alguno. Como no quise generar un enfrentamiento, puesto que tenamos que seguir vendindoles zapatos, zanj la discusin y di por termi- nada la reunin. Tuve la prudencia de callar lo que realmente pensaba dada nuestra situacin de inferioridad en el sector. A diferencia del calzado, la industria de la moda haba sido capaz, en aquellos mismos arios, de organizarse y poner en marcha una ini- ciativa como la que yo haba intentado llevar a cabo, aunque sin xito, y haba creado Moda del Sol. Tras este nombre se hallaba un grupo de empresarios textiles, la mayora catalanes. Presentar sus diseos conjuntamente, bajo esta marca, les estaba reportando mayor presencia en las pasarelas europeas. Su diseador era Jos Mara Fillol y era Pedro Garca quien vesta los pies de las modelos durante los desfiles. A cam- bio, nuestro nombre apareca en las revistas y la publicidad de la poca, junto a la etiqueta Moda del Sol. La presenta- cin de las colecciones de temporada se celebraba en el hotel Castellana Hilton de Madrid. Recuerdo las pri- sas y el estado de expectacin que se viva detrs de la pasarela porque era yo el que estaba ah en persona para probar los zapatos a las modelos. Vicen me ayuda a mostrar unos zapatos en uno de los certmenes de Moda del Sol. Presentar sus diseos conjuntamente les reportaba mayor presencia en Europa. 40 EL ZAPATO PARA MUJER La nueva factora Pedro Garca haba sido, muy al comienzo, el nombre que yo imprima en algu- nos de los zapatos para mujer que salan de fbrica, aunque sin un proyecto real de marca detrs. Despus supe que poda ser el nombre de ese zapato femenino de alta gama que yo quera llegar a hacer un da, y la coyuntura poltica y econ- mica me ayud. Los tecncratas haban ocupado posiciones en el gobierno y se hablaba de ciertos planes de desarrollo que estaban gestndose desde las carte- ras ministeriales que ellos controlaban. Su poltica eco- nmica era aperturista y la propuesta base consista en potenciar una industria orientada al exterior. Desconoca los detalles ni quin podra beneficiarse de esos apoyos, pero quise creer que quiz mi proyecto pudiera encajar en esas ayudas a la exportacin. La suerte o la casualidad quiso un da que me encontrara jugando una partida de tenis con el minis- tro de industria, Gregorio Lpez-Bravo, que junto a Laureano Lpez Rod y Jos Mara Lpez de Letona (los llamados tres Lpez), Alberto Ullastres y Manuel Fraga Iribarne, estaba apoyando estos nue- vos planes. Los empresarios madrileos Antonio y Manolo Bravo, propietarios de las mejores tiendas de cal- zado del pas y compradores , de nuestros zapatos, eran pri- mos hermanos de Gregorio. Me hallaba de visita en su cha- let madrileo de Somosaguas y el ministro, que viva en la misma urbanizacin, se acerc a saludarlos. Finalmente, todos Por casualidad jugu una partida de tenis con Gregorio Lpez-Bravo. Mis buenos amigos, los hermanos Manuel y Antonio Bravo Ros. 41 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS Me haban aprobado un crdito de veinte millones de pesetas. acabamos en la pista disputando esa partida de tenis. Antonio y Manolo, bue- nos amigos adems de buenos empresarios, salieron en mi ayuda sin proponr- selo, presentndome a su primo como un fabricante de calzado, creador de una marca importante de zapato, que adems tena un planteamiento de futuro y un proyecto muy claros. Aprovech las palabras de mis amigos para contarle al ministro que en aquel momento estaba buscando el modo de dotarme de una nueva fbrica, con tecnologa moderna que me capacitara para competir y salir al mercado exterior con mi marca. Gregorio crey que lo mejor era enviarme a ver a Rodolfo Martn Villa, por entonces director general de Industrias Textiles y Varias, a quien podra exponerle mi proyecto. A los pocos das, Martn Villa me recibi en su despacho y me plante que le preparara un dossier para poder estudiar mi propuesta. Unas semanas despus estaba de nuevo en su despacho con un expediente muy trabajado de lo que era Pedro Garca, con planos, informes, balances y todo tipo de docu- mentacin que pudiera justificar que mi nombre deba estar incluido en esas ayudas a la industria. Me propona hacer una gran fbrica y era consciente de lo ambicioso del proyecto, pero era el primero en creer en l. A los dos meses recib una notifi- cacin oficial. Me haban aprobado un crdito de veinte millones de pesetas. El diez de septiembre de 1965 inauguramos la nueva fbrica. Haban transcurrido dos aos desde la con- cesin del crdito y ahora tenamos una gran fbrica que doblaba en dimensiones al proyecto inicial, con una larga cadena de produccin y dos lneas de fabricacin, una de mujer y una de hom- bre. El director general de comercio, Ramiro Matarranz, y el entonces goberna- dor civil de Alicante, Luis Nozal, aparecen en las fotos que se tomaron ese da, junto al resto de invitados. Los cuatro mil metros cuadrados de talleres a la salida de Elda reempla- zaron los quinientos metros originales de la fbrica que mi padre haba levan- tado dentro del pueblo en el ao 1928. Editamos, en ese momento, un libro donde apareca la historia de Pedro Garca, con mi padre y todos los que enton- ces participaban en el proyecto. Mis hermanos Antonio y Pepe, mi to Andrs, Miguel Martnez, Lorenzo Flux, Pepe Vera y el resto del personal de adminis- 44 EL ZAPATO PARA MUJER tracin, gestin y ventas. Tambin Jack Hinton, mi agente de ventas internacio- nal, y todo su equipo de Londres, Nueva York, Australia y el rea de la British Commonwealth asomaban por sus pginas. Tenamos una fbrica dos veces superior a lo que se haba previsto inicialmente. Tanto Gregorio Lpez-Bravo como Martn Villa, por diferentes motivos y en distintos momentos, vinieron a conocer las instalaciones. Tambin S.A.R. el Prncipe Juan Carlos, por invitacin nuestra, la visit. Un diecinueve de febrero de 1985, veinte arios despus de que mis ami- gos Antonio y Manolo Bravo me presentaran a su primo Gregorio, tuve ocasin de saludar por ltima vez al entonces ya exministro. Este da me encontraba solo, haciendo tiempo en la sala Club Fiesta de Iberia, en el aeropuerto de Barajas, en Madrid. Mi vuelo procedente de Nueva York acababa de aterrizar y el avin que me iba a llevar de regreso a casa no tena prevista su salida hasta las nueve. Todava eran las siete de la maana. Fue a esa hora cuando hizo su entrada en la sala Gregorio. En un primer momento no me reconoci, pero se acord de m en cuanto le habl de nuestro primer encuentro en casa de sus primos. Apenas hablamos unos minutos porque su vuelo estaba a punto de despegar y una azafata vino a recogerlo para acompaarlo hasta su avin. La nueva fbrica estaba situada a la salida de Elda, en la Carretera de Alicante. 45 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS afectsimo amigo Yo llegu a Alicante una hora despus. El taxista que me conduca a Elda escu- chaba la radio y fue de este modo cmo me enter del accidente areo que se haba producido esa misma maana, cuando un avin con destino a Bilbao se haba estrellado en el Monte Oiz. Era el aparato en que viajaba Gregorio. Al llegar a casa telefone a Antonio y a Manolo quienes me confirmaron la noticia de su muerte. No hubo supervivientes. Madrid, 18 de junio de 1.968 Sr. Don Pedro Garca Amat Gerente de PEDRO GARCIA, S.L. Carretera de Alicante s/n ELDA Mi querido amigo: Recuerdo con verdadera satisface:6:1 las mltiples atenciones que me han dispensado en mi reciente visita a su fac-tora, por las que le doy las mas expresivas gracias, felicitndo-le, al propio tiempo, por la estupenda obra que han llevado a ca-bo y por la que, estoy seguro de ello, van a realizar en adelante. Con este motivo, le enva un cord 1 saludo su - ,-- pl. Arriba: mostrndole nuestro producto a Lpez-Bravo, a la izquierda de la foto, durante su visita. Izquierda: Gregorio Lpez-Bravo, Ministro de Industria, tras su visita a la nueva fbrica, le dirigi una carta de agradecimiento a mi padre. Madrid, 18 de junio de 1968. Mi querido amigo: Recuerdo con verdadera satisfaccin las mltiples atenciones que me han dispensado en mi reciente visita a su factora, por las que le doy las ms expresivas gracias, felicitndole, al propio tiempo, por la estupenda obra que han llevado a cabo y por la que, estoy seguro de ello, van a realizar en adelante. Con este motivo, le enva un cordial saludo su afectsimo amigo Gregorio Lpez-Bravo. 46 EL ZAPATO PARA MI JJER Las importadoras El inicio de la dcada de los sesenta fue un momento favorable para la venta de zapatos espaoles porque las grandes importadoras extran- jeras estaban desembarcando en el pas en busca de precios com- petitivos. Gracias a ellas, no tuve necesidad, en aquellos momentos, de encontrar una salida para cubrir nuestra produccin porque el mer- cado exterior vena hasta nosotros en busca de una buena relacin calidad-precio y llegamos a factu- rar miles de pares de zapatos, sobre todo a compradores norteamerica- nos. Claro que con el nombre que ellos nos pedan y con las condicio- nes que ellos nos marcaban. Fueron los hermanos Mariano y Rafael Cidn, importantes agen- tes de compras del pas, quienes nos presentaron a uno de nues- tros mejores clientes, los Edison Brothers Stores de St. Louis, en Missouri. Tenan ms de quinientas tiendas dedicadas exclusivamente a la venta de calzado en sus diferen- tes divisiones, repartidas por distin- tos estados, entre las que se incluan Chandlers o Leeds, y operaban adems con varias marcas en el mer- cado. Era una compaa con rcords de ventas y altos beneficios y les produjimos diferentes lneas con diversas calidades. Jimmy Stuart, agente de compras de Chandlers, estaba a cargo de la lnea de los Edison Brothers que ms se ajus- taba al zapato de tipo medio alto que nosotros elaborbamos y fue al que ms vendimos. Dale Gilger, responsable de la lnea de zapato Albert Durrell, de calidad alta, tam- bin nos haca buenos pedidos para Alexanders Department Store. Mi relacin personal con Gilger fue, adems, la ms importante dentro de la compaa. Fabricamos menos para Willard Fonarow, comprador del zapato dress casual, ms eco- nmico, y para George Savage, responsable de Qualicraft. Todos ellos dentro del mismo grupo empresarial. 47 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS Con Gregory Peters, agente de la Karls Shoe Stores, llegamos a cerrar una operacin por la que le pro- dujimos a la compaa que repre- sentaba, un gigante de la venta al detall en los Estados Unidos, unos cincuenta mil pares de una sanda- lia plana que tena una gran venta en Amrica. Ampliamos el negocio e hicimos tambin aparados para firmas como la alemana Dorndorf, una destacada fbrica de zapatos y botas que nos enviaba las pieles ya troqueladas para el aparado. La australiana, David Jones y la tam- bin norteamericana, Adlay Stores fueron otros clientes nuestros de aquellos primeros aos sesenta. Esta ltima la representaba Aurelio Rodrguez Salvador, a travs del grupo Metasco, con quien llegu a mantener una relacin de amistad que ha perdurado en el tiempo. Fabricbamos casi todo lo que nos pedan porque no tenamos capacidad para enfrentarnos con nuestra propia marca a otros mer- cados exteriores. De hecho, cuando me lanc a crear Pedro Garca, un zapato para mujer de diseo y cali- dad con proyeccin internacional, necesit reestructurarme y buscar nuevos sistemas de fabricacin con controles de produccin y calidad ms acorde con nuestros competi- dores en Europa. 48 03 LOS PRIMEROS VIAJES TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS El primer mercado exterior en el que me aventur fue Inglaterra. 50 LOS PRIMEROS VIAJES Londres Con la nueva fbrica, al aumentar la produccin, adquir unas necesidades de venta mayores que las que haba tenido hasta el momento. Tambin me di cuenta de que fabricar caballero y seora en las mismas instalaciones no era rentable ni conveniente. Adems, era la marca para mujer la que yo quera potenciar en todo el mundo y el mercado internacional se mostraba ms receptivo hacia este zapato. As que opt por eliminar la produccin para hombre y dedicarme solamente a la fabricacin de Pedro Garca. Decid salir fuera del pas a vender y el primer mercado exterior en el que me aventur fue Inglaterra. Todava conservo la tarjeta de registro del hotel donde me aloj con el da de mi llegada, un treinta y uno de marzo de 1965, y el precio de la habitacin. Sesenta libras con calefaccin y limpieza de zapatos, sin deducciones ni posibles descuentos si prescinda del desayuno. Se trataba del hotel President, en Russell Square, localizado en el rea de Bloomsbury. Ni Italia ni Francia eran pases en los que me poda haber planteado abrir mercado no hubiera podido com- petir con Jourdan o Magli, pero llevaba exportando cal- zado a los Estados Unidos ya Australia desde 1961 as que, cuando se me present la oportunidad de viajar y explorar por m mismo el mercado ingls, no lo dud. En una feria nacional haba entablado amistad con un asesor de empresas compradoras de Inglaterra. Esta persona me habl de la British Shoe Corporation, ms conocida por sus siglas BSC, y me asegur que, a travs de una serie de contactos suyos, podra conducirme hasta su central en Leicester. La BSC controlaba el cuarenta por ciento de las ventas de calzado en todo el pas con sus diferentes divisiones. Resguardo del hotel President, donde me aloj en mi primer viaje a Londres. Sin deducciones por no desayunar y con la sugerencia de que se echara el cerrojo por la noche. Hotel President RUSSELL SQUARE. LONDON, W.C.1. Telephone : TERminus 8844 Cables: HOTELPRES, London, W.C.I. Room Charge Date for az The aboye charge includes Breakfast, 1-leating, Television, Boot-cleaning, etc. No de-duction is made for Break-fast if not taken. Cheques not taken in payment of Accounts. PLEASE BOLT YOUR DOOR AT NIGHT. 51 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS Compramos billetes para el nico vuelo que, una vez a la semana, cubra el tra- yecto desde Valencia hasta Londres en uno de los famosos aviones Comet de la compaa British European Airways, los primeros a reaccin que hubieron en Europa con motores incrustados en las alas. Sin haber apenas dormido en toda la noche, puesto que nuestro avin haba despegado a las tres de la madrugada, lle- gamos al aeropuerto de Heathrow. Esa misma maana, mi acompaante, un agente de ventas conocido suyo y yo llegbamos hasta la central de la BSC en Leicester. Nuestra visita fue ms breve de lo que haba imaginado. Desplegu mi muestrario ante el comprador que nos recibi, l lo mir, lo estudi, pero cuando se puso a hablar de precios me di cuenta de que la BSC no era la compaa con la que me interesaba trabajar. Era evidente que mis zapatos no encajaban en el tipo de producto que esta empresa comercializaba, as que regres a Londres en compa- a del asesor y el agente. Fue casualidad, a la maana siguiente, cru- zarme en el pasillo del hotel con dos chicas espao- las empleadas en el hotel. Tenan curiosidad por saber quin era porque, al limpiar mi habitacin, haban visto entre mis cosas varias revistas en espaol y queran que se las prestara. Una de estas chicas era Berta Corts. Tena dieciocho arios y acababa de instalarse en Londres donde comparta una casa con su hermana Adela, unos arios mayor que ella. Adela era dependiente en una boutique de Bond Street y Berta, cuando le cont que era fabricante de zapatos, insisti en presentrmela. Hablaba muy bien ingls, conoca la ciudad y, adems de alguna tienda independiente que ya tena previsto visitar, Adela me indic otras en las que crey que tena cabida el tipo de zapato que fabricaba. Sin intermediarios ni referencias, con l nico crdito de mis zapatos y la compaa de estas dos hermanas de Betanzos, a las que ped que en sus horas libres fueran mis intrpretes, me recibieron en tiendas como Russell & Bromley, T Elliott, Kurt Geiger y Carvela. Consegu pedidos desde el primer da, no muchos, pero suficientes para no des- Mis primeros clientes en Londres fueron Russell & Bromley, T Elliot,Kurt Geiger y Carvela. 52 LOS PRIMEROS VIAJES cartar Londres como un posible mercado futuro. Aunque los zapatos que por el momento les bamos a fabricar no llevaran el nombre de Pedro Garca impreso, sino el que ellos me indicaban, no me preocup demasiado. En aquellos aos, en Londres, no haba tantas tiendas independientes y las que me interesaba ver, las ms importantes, las conoc ya en ese viaje. A fin de cuentas, haba logrado entrar en la BSC y poda hacerme una idea de cmo funcionaba el mercado ingls del sector del zapato. Mi relacin con las hermanas Corts no concluy aqu. No les volv a pedir que fueran mis intrpretes, pero en los viajes que con posterioridad realic a Londres las llamaba y quedbamos en algn lugar de la ciudad para saludarnos. Luego Adela enferm de cncer y falleci. Ocurri todo muy rpido. Berta decidi regresar a Betanzos donde haba nacido. Adela y Berta Corts La seccin de acabado (en primer trmino), de la fbrica, ultima en su residencia el primer pedido para de Euston, Londres Russell & Bromley en 1965. en Londres. 53 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS 54 LOS PRIMEROS VIAJES Nueva York Apenas haban transcurrido unas semanas de mi viaje a Londres, cuando recib una invitacin del Ministerio de Comercio para volar a Nueva York en lo que se llamaba una misin de prospeccin de mercado. La Oficina Comercial Espaola contaba conmigo y con otros empresarios de Elda, que fabricbamos un zapato de tipo bottier de calidad media alta, para organizar una muestra de calzado espa- ol en los bajos del emblemtico Pan Am Building. No lo dud, acept la invita- cin y en junio varios fabricantes de la localidad viajbamos a Nueva York en el mismo vuelo. Era el ao 1%5. La lluvia nos recibi en el aeropuerto. Era de noche y me encontraba especialmente afectado por el jet lag. Intentaba, adems, no perder de vista mi muestrario que se encontraba repartido en las diez maletas que haban viajado conmigo desde Espaa. Mi primera imagen de la ciudad de Nueva York fue la que pude entrever a travs de la lluvia y las ventanillas del taxi que me condujo al hotel Commodore en la calle 42, donde me iba a alojar, junto al mismo Pan Am Building. Desde mi hotel poda llegar, a travs de un pasaje, a la terminal de Grand Central, desde donde se acceda al lobby del famoso edificio y, subiendo las escaleras autom- ticas, al mezzanine, donde se hallaba el Spanish Trade Center. All estaba citado a la maana siguiente. Mi primera noche en Nueva York no fue precisamente como la haba previsto. Cuando me encontr finalmente solo, en mi habitacin de hotel, tras todas esas horas de vuelo que me parecieron interminables, sucedi algo con lo que no contaba. Me hund y llor, con la nica compaa de esas diez maletas llenas de muestras de zapatos. La viabilidad de mi proyecto dependa enteramente de m y de lo que ocurriera en los prximos das. Si no consegua pedidos, no podra mantener la fbrica ni arrancar con la En el mezzanine del Pan Am Building se encontraba la Oficina Comercial Espaola. Con la experiencia del jet lag y la responsabilidad me desmoron 55 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS proyeccin internacional que me haba propuesto darle a Pedro Garca. Pens en mi familia. Mis hijas Mila y Mara eran muy pequeas y Pedro todava no haba nacido. Me tranquilic, cog papel y un bolgrafo y escrib una carta a Vicen que ella estim tan entraable que la ha conservado hasta hoy. Cuando me levant a la maana siguiente, me dirig directamente a la ofi- cina del Spanish Trade Center. Supe que haba vuelto a ser yo mismo cuando, al cruzar la puerta de la oficina y dar mi nombre en recepcin, la secretaria del agregado comercial, Qu llev a Bob Daisley, comprador de B. Altman & Company, a atenderme Virginia Cadwell, pronunci las palabras que ms estaba necesitando or: Le estbamos esperando, Sr. Garca. El agregado espaol, Fernando Escribano, me recibi enton- ces y se puso a mi disposicin para cualquier cosa que pudiera necesitar. Ese mismo da haban sido invitados a la presenta- cin de la muestra importantes compradores de calzado de Nueva York. En una sala que se haba preparado como espacio de exhibicin, los fabricantes fuimos organizando nuestros muestrarios y, cuando todo estuvo listo, nos dedicamos a esperar a que llegaran los primeros clientes. Pasaron varias horas y en ese lapso de tiempo acudieron muy pocos y ninguno al que pudiera vender. Comprend que era intil seguir esperando y me decid a salir por mi cuenta a ensear mis muestrarios. El agre- gado se ofreci a ayudarme y, desde su oficina, llamaron a algunos almacenes con cierta calidad y me concertaron citas para los das siguientes. Mi ingls de dos aos de universidad careca de fluidez y precisin. Ped un intrprete y Fernando me recomend a la chica que me haba recibido en la oficina el primer da. Virginia era argentina y llevaba solo unos meses viviendo en Nueva York. Si mis zapatos encajaran o no en el gusto americano, lo iba a saber al da siguiente cuando la intrprete y yo empezramos a cumplir con esa ajustada agenda de encuentros que me haban preparado desde la oficina comercial. Durante los preparativos de mi viaje en Espaa, me haban aconsejado visitar los almacenes y las tiendas independientes porque eran los mejores sitios de venta. Sin embargo, en la prctica me di cuenta de que el acceso a las tiendas no era fcil si no tenas establecido algn contacto o te presentabas acompaado de un agente de ventas norteamericano. Fue as. Quienes me recibieron en esta En 1965, con treinta y un aos, en la sala de muestras de la fbrica, preparando el viaje a Nueva York. 56 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS Spanish Sh from Pedr Garca retail $2 58 LOS PRIMEROS VIAJES ocasin fueron los compradores de los departamentos de calzado de los grandes almacenes, pero no los encargados de compras de las tiendas independientes. La primera visita que realic fue a B. Altman & Company, que se loca- lizaban frente al Empire State Building. Eran unos almacenes muy exclusivos en el centro de Nueva York que ya no exis- ten. All me atendi un simptico y atento Bob Daisley, comprador de la seccin de calzado. Una persona extraordinaria a quien, adems, le gust mi muestrario. Result ser el primer cliente que me inyect opti- mismo hacindome un pedido de prueba. Todava sigo preguntndome qu le llev a alguien como Bob, comprador de uno de los mejores establecimientos de Nueva York, a hacerme un hueco en su agenda sin haber odo hablar de m ni de mi marca. Aunque tampoco poda imaginar que pocos meses despus B. Altman llegara a anunciarse en la prensa americana haciendo publi- cidad de mis zapatos con un eslogan en el que se poda leer Spanish Shoes from Pedro Garca retail $221. Un establecimiento que me impact fue Bloomingdales. Nunca antes haba estado en unos grandes almacenes con ese punto de sofisticacin. Habl primero con el responsable de la seccin de Contemporary Shoes, donde estaban a la venta los zapatos de calidad media y alta. Mr. Rubberfield, el comprador, un hombre ya mayor, me dej un poco confundido cuando, tras presentarse, me pre- gunt por Espaa. No saba en qu lugar del mapa ubicarla. Al igual que me haba pasado con Bob Daisley, result ser una persona entraable, con el que s gener cierta amistad y al que llegu a visi- tar incluso cuando se jubil y dej de trabajar para los almacenes. Guardo ano- tado en un papel los primeros cuatrocientos pares que me encarg. Luego me dirig a la cuarta planta, donde se encontraba el zapato de lujo, y all Jim Blick me hizo tambin un pequeo pedido. A Hana Mackler, la merchandising manager de Bloomingdales, la conocera despus, en mis siguientes viajes. From Spain. Pedro Garcias bracelet sisar, sling in a fiesta o bright flower patenta. From the Alienan Collection. shoe sa Ion. second Loe Fifth Avenue, and brunch atores. 2000 Mis zapatos gustaron en Nueva York. El emblemtico Bloomingdales uptown de Nueva York, en Lexington Avenue con la 59. B. Altman & Co. anuncia un bracelet strap sling de Pedro Garca disponible en la tienda de la Quinta Avenida (The New York Times, 9/1/1966). 59 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS E111 III III 10 F 0 roo ou so: go Ala EIE EU. Ef19 r1 U! htl III Al fondo, los almacenes Bergdorf Goodman. En primer trmino la marquesina de la entrada principal del hotel Plaza de Nueva York. Miss Bergdorf, la lnea joven de prt--porter de Bergdorf Goodman, anuncia dos modelos en charol de Pedro Garca (The New York Times, 19/4/1967) Mis precios eran buenos y la calidad lo suficientemente competitiva para que mis zapatos se vendieran. Adems, a diferencia de Londres, hubo compa- as en Nueva York que desde el principio compraron Pedro Garca con el nom- bre impreso en el zapato y en la caja. Era una marca nueva europea y llegaron a la conclusin de que mi producto posea el suficiente diseo y calidad para venderse con mi nombre. En Saks, en la Quinta Avenida, todava no quisieron comprarme ningn par, y en Abraham & Straus me aseguraron que en mi prxima visita a los Estados Unidos vol- veran a recibirme. Tampoco me hicieron entonces ningn pedido. Regres a Espaa seguro de mi pro- yecto. Mis zapatos gustaban en Amrica. Ahora, todo dependa de m y de cmo con- siguiera sacar provecho a esa primera toma de contacto con los almacenes y las tiendas independientes. Y esta vez sin la mediacin de las grandes importadoras. 1 Zapatos espaoles de Pedro Garca, precio de venta al pblico, 22 dlares. PATENTLY BIAS: Shny block oecants the diagonal. Bone or block kid wink block pat. 524.Add 70o f,moil cocho, No c. bd trile,BERGDORF GODDMAN SUS BEFLECTOR, A gay potent bebo, backlod woh noble. block. red whine ponlo, with robot buckle and hool, or brown parear with bold $22 60 04 PEDRO GARCA 1965-1970 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS 62 PEDRO GARCA, 1965-1970 Mi agente Jack Hinton Haba transcurrido un mes desde mi primer viaje a los Estados Unidos cuando se person en la fbrica un norteamericano de nombre Miles W Read. Apareci sin ms. Era explorador de mercados y haba aterrizado en Espaa para localizar fabricantes de calzado; visitaba las instalaciones y luego enviaba informes valora- tivos a sus clientes en los Estados Unidos. Su llegada no pas desapercibida entre los trabajadores. Utilizaba un parche en un ojo y esto le daba un aspecto un tanto peculiar. Ti-as ver las ins- talaciones y hablar conmigo, tuvo que formarse una buena opinin de noso- tros y de nuestro producto porque se despidi entregndome una tarjeta que me presentaba ante un cliente suyo llamado Jerry Nliller, de la firma I. Miller de Nueva York. Miles me aconsej entonces que no tardara en concertar una entrevista con este cliente. No tena previsto volar a Estados Unidos tan pronto. Acababa de regresar. Pero, a las pocas semanas de la visita de Miles, y sin ninguna relacin con su paso por la fbrica, recib una llamada del presidente del Sindicato Vertical de la Piel en Madrid. Quera invitarme a participar junto a otros empresarios en una exposicin multisectorial de productos espaoles en el Spanish Trade Center de Nueva York. La muestra iba a ser en agosto. No confiaba demasiado en que los esfuerzos de la Oficina Comercial Espaola por convocar a potenciales compradores norteamericanos de calzado a su sede en el Pan Am Building diera ms frutos que durante mi ltimo viaje, pues se trataba de una feria ms generalista. La conveniencia de aceptar la invitacin, sin embargo, la supe calibrar desde el primer momento. Saba, por mi anterior experiencia, cmo acceder a los compradores estadounidenses y tena conmigo la tarjeta que me haba entregado Miles W. Read con la direccin de Jack Hinton con su Rolls y su monculo, en Londres, en los aos sesenta. Un hombre con monculo y un traje muy ingls segua nuestra conversacin. 63 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS Miles W Read se despidi entregndome una tarjeta que me presentaba ante su cliente, Jerry Miller. Jerry Miller, a quien supuestamente iba recomendado. Hubiera sido un error no realizar este viaje. El nico fabricante de calzado invitado era Pedro Garca. Cuando en agosto cruc la puerta del Spanish Trade Center, no sent el extraamiento de la primera vez, sino la familiaridad de lo que ya conoca. Desde Elda haba concertado citas con algunos de los compradores, para los que ya estbamos realizando pedidos de prueba, y el resto de mi agenda termin de prepararla en Nueva York con la ayuda del personal de la oficina y de Virginia Cadwell. Esta vez s que me iban a recibir los agentes de compras de Henri Bendel y la compradora de Bergdorf Goodman. A ninguno de ellos haba podido acceder en mi primera incursin a las tiendas de Nueva York durante el mes de junio. Adems, volv a visitar Saks Fifth Avenue y Abraham & Straus y, en esta ocasin, las dos procedieron a formali- zar el pedido de prueba que me haban prometido en mi anterior viaje. En la oficina de Jerry Miller me present acre- ditado con la tarjeta que Miles Read me haba hecho entrega en su visita a Espaa. Ocupaba el cargo de director ejecutivo de la I. Miller Shoe Company, por entonces un negocio fami- liar con tiendas muy selectas en Nueva York. Nada ms conocernos me pareci percibir que en su conversacin y gustos haba algo que lo distingua de otros compradores norteamericanos que haba conocido hasta el momento. De trato afable y fcil, Jerry era el ms joven de los hermanos. Su cuidado aspecto y modales le daban cierto aspecto intelectual y bohemio. En realidad, fue esto ltimo lo que me llam la atencin. Los Miller eran principalmente comerciantes y fabri- cantes. Una de las lneas que vendan era la de la diseadora norteamericana Margaret Jerrold, que era adems la mujer de Jerry. Cuando le ense el muestrario, me habl sin rodeos. Mi producto no se ajustaba al estn- dar de imagen de sus tiendas. Trabajaban con una seleccin de marcas europeas como Jourdan, Bally o Magli y, por supuesto, la lnea de su mujer Margaret Jerrold, que era el distintivo de los establecimientos de la I. Miller Shoe Company. 64 Jerry Miller a finales de los 60, en su showroom de Nueva York con Vick Markin, CEO y compra-dor de la tienda Joseph Salon de Chicago, con quien mantuve muy buena relacin. PEDRO GARCA, 1965-1970 Margaret diseaba un zapato de concepto muy americano y era, sin duda, una buena diseadora con una marca reputada en los Estados Unidos. Utilizaba, adems, la horma americana con cuatro anchos, mientras que los fabricantes europeos internacionales aplicaban el mismo calce comn exportable a todo el mundo. Lo que mostr ese da a la compaa no estaba a la altura de las marcas que ellos distribuan, pero Jerry no descart que ms adelante pudiera alcanzarla y fabricarles zapatos. Me propuso que le preparara varios modelos de saln con el tipo de horma con el que trabajaba su mujer y recuerdo que llegu a fabricarles un pedido de prueba de veinte o cua- renta pares con el calce americano que l mismo me facilit. Aunque esto fue todo lo que hice para la I. Miller Shoe Company, me vino muy bien aprender a hacer zapatos con cuatro anchos. Nuestra conversacin haba sido seguida la mayor parte del tiempo por un hombre de aproximadamente cin- cuenta arios, con monculo y vestido con un traje de estilo muy ingls, que haba entrado poco despus en el des- pacho de Miller. Sentado a nuestro lado observ que, en un momento dado, estudiaba entre sus manos algunos de los modelos que haba trado conmigo y, cuando lo consider oportuno, rompi su silencio para decir que le gustaba lo que haca. En su opinin, mis zapatos tenan suficiente fuerza como marca y crea que podran venderse bien en los mercados europeo y norteamericano. Antes de contestar, mir sorprendido a Jerry. Segua sin saber quin era el hombre que haba permanecido todo ese tiempo sentado a mi lado. Entonces Jerry se disculp por no habernos presentado antes. De origen ingls, se llamaba Jack Hinton y era el agente internacional de ventas de Charles Jourdan y socio de Miller en la representacin del fabricante francs para el rea de los Estados Unidos. Hinton me cont entonces que el grupo norteamericano Genesco acababa de comprar el ochenta por ciento de la marca Charles Jourdan, con fbricas y tiendas incluidas, y el acuerdo iba a entrar en vigor en el plazo de tres meses. JERRY MILLER Cle /AT fiderIng 3cj.toC Jerry bldler besara one id die most kens.. natnes in (he shoe businesa. lila grandfather hienden I Miller. the itaindacturer and retador o! wornenh aboesnitiowned for thentaahioninialny and densa, bina ted al licerfield Aeadenn arel Brown University. Jerr:s kern traeneal in pulules and diplornacy ap.,,enlh iuwards a carera tn Iba for. elan sumer,- unid he una inevitable drawn to the family business Staning in the nonom. he ileon mastered aadeae,lahanl. mui.....b.ght Genes.. he %vent nif a,I Int own, atare icga bush leas that evenioally niade biaza one o che mora visible. antrolate and tuTected entrega-enema in the .haela-duay. Today, hl. Shee Ola nterna-11unally known and admirad fea che dne Mudar quality and wyle of weanen4 mima, hatea tamal. Jerry Millar cuece haz itenbayant 111. red caree, hopo* Jon the way to ce ett ett. (ethehtutet an km* flap T Con esta dedicatoria Jerry Miller, dueo de la de I. Miller Shoe Company, firmaba su libro a mi hijo Pedro cuando fue su profesor en el Fashion Institute of Technology: Pedro, ha sido divertido tener al hijo de mi viejo amigo, Pedro, en mi primera clase. Eras excepcional. Todo lo mejor, Jerry. 65 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS Conoca personalmente a Roland Jourdan, hijo menor de Charles y gerente de la firma, porque lo haba visitado en su fbrica de Romans-sur-Isre y tambin haba coincidido con Charles, el mayor de los hermanos, comprando el reputado tafilete de la fbrica de Rodrigo Sancho a la salida de Valencia. No sala de mi asombro. Haca unos meses haba hablado con Roland sobre la posibilidad de fabricarles zapatos en Espaa, pero no habamos tenido tiempo de concretar el acuerdo. Ahora, Roland posea nicamente el veinte por ciento de las acciones y la nueva compaa propietaria iba a organizar su propia red de ventas. Desde haca aos haba seguido la trayectoria de empresa y de marca del francs. Era uno de mis grandes referentes, junto a Magli, y con la venta a Genesco perda su identidad como negocio familiar para formar parte de un grupo mucho mayor de zapatos y accesorios. Mi des- concierto fue todava mayor cuando Jack, tras explicarme que dejaba de representar a Charles Jourdan, me pro- pona que nos viramos en Londres en unos das y me entregaba su tarjeta de visita. Esto suceda un jueves. Jack Hinton quera ser mi agente de ventas internacional. Carol Ashley, del Graeme Hinton, el equipo de Jack Hinton, hijo de Jack, tena a se responsabilizaba su cargo la zona de de la representacin Inglaterra. de Pedro Garca en Australia. 66 PEDRO GARCA, 1965-1970 Creacin de marca Un Rolls-Royce conducido por un chfer con gorra de plato vino a recibirme cuatro das despus a Heathrow. En un pequeo despacho en la trastienda de la tienda que Charles Jourdan tena en Old Bond Street, Jack Hinton me estaba esperando. Vi entonces la ltima coleccin que el dise- ador francs haba preparado. Los zapatos eran maravi- llosos y es cierto que, en la primera coleccin de Pedro Garca que prepar con Hinton, hubo algn modelo en el que nos dejamos influir por su estilo. Las otras firmas que representaba Jack las ges- tionaba, con el resto de su equipo, en una oficina que se hallaba en el nmero 22 de la misma calle. Su hijo Graeme y Carol Ashley estaban all ese da y les ense el muestrario que haba llevado a los Estados Unidos. Era muy europeo y fresco y les gust mucho. Me haba preocupado de que lo que estbamos vendiendo con el nombre de Pedro Garca fuera moda y creara tendencia. Me present ante ellos como algo ms de lo que era entonces porque quera venderle a Hinton una organizacin de empresa y potencial de produccin que todava no tena y les mostr las fotos de las nuevas instalaciones. Realmente impresionaban. Si me permit hablar as, fue porque tena la certeza de que en un futuro cercano podra llegar a ser mucho ms de lo que era en aquellos momentos. Jack me propona convertir Pedro Garca en un nombre internacional. Antes, quiso que tuviera claro que, aunque l lograra introducirme en el mercado de la alta moda, al final todo iba a depender enteramente de que supiera dise- ar y fabricar. El proyecto iba a ser viable nicamente si era capaz de conseguir que las colecciones llegaran a tener la suficiente calidad e imagen para la marca que bamos a crear. Regres a Espaa a prepararlo todo y Hinton me sigui una semana despus para conocer la fbrica. Un Rolls-Royce conducido por su chofer me recibi en Heathrow. 67 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS De sus aos como agente de Charles Jourdan y otras firmas, Hinton se haba ase- gurado una valiosa cartera de clientes muy selectos en medio mundo. Yo conoca bien la industria de calzado haba crecido en una fbrica, tena adems capaci- dad y experiencia produciendo para grandes importadoras, pero no tena contactos ni medios para fundar esa imagen Nunca permiti de marca que Hinton me prometa. que nuestro Le di la representacin de mis zapatos en Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania y todo el territorio producto se de influencia de la British Commonwealth y l se encarg de organizar a todo su equipo con Graeme, en la oficina de vendiera con Londres, y Carol, en la de Sdney. En Estados Unidos la ofi- otro nombre. cina de Jack se encontraba en el piso cincuenta y ocho del Empire State Building y estaba dirigida por Crislayne Montgomery. Este era el mercado que a Jack le interesaba en especial y me introdujo en las mejores com- paas americanas. Juntos dedicamos cuatro aos a expandir la marca de Pedro Garca. l nunca permiti que nuestro producto se vendiera con otro nombre. Yo no habra podido imponerme, pero Jack s. Tena prestigio dentro del sector y des- pus de tantos arios se haba ganado la confianza de sus clientes. Lo acom- paaba a todas las ferias importantes en Chicago, Nueva York, Houston y Las Vegas. Progresivamente fuimos ga- nando visibilidad en el mercado, no solo en el de los Estados Unidos, sino tambin en el de Canad y Europa. Recuerdo que hicimos un viaje a Toronto solo porque Jack quera que conociera personalmente a un compra- dor de Pedro Garca llamado Leonard Simpson, propietario de Town Shoes. A nuestra llegada al aeropuerto Hinton haba citado a varios agentes de relacio- Pgina anterior: nuestra tienda en Santa Cruz de Tenerife, que diriga mi hermano Antonio, junto a la de Valencia. Imagen publicitaria de Pedro Garca en 1968. 70 PEDRO GARCA, 1965-1970 nes pblicas, llamados en el entorno anglosajn PR, y me present como el fabri- cante europeo con ms futuro en aquellos momentos. En Nueva York, Hinton conoca a los PR mejor posicionados y ms influyentes. Vivian Infantino, una de las ms respetadas en el pas, ayud a que en aquellos arios nuestro nombre apareciera con regularidad en la prensa especializada, intentando potenciar siempre una imagen a nivel internacional. Nuestros esfuerzos para crear marca dieron sus frutos. Lleg un momento en que, cuando se hablaba en Estados Unidos del buen zapato con sello europeo, adems de Charles Jourdan en Francia y Bruno Magli en Italia, se sealaba al espaol Pedro Garca. Vivian Infantino, una de las PR ms respetadas de los Estados Unidos, ayud a que nuestro nombre apareciera con regularidad en la prensa especializada. 71 TRES GENERACIONHS ZAPATI-SOS Amigos. Nueva York. Fuera de los negocios, no conoca a nadie en Nueva York y aprovech mi segundo viaje para visitar el nico banco espaol que tena una oficina de representacin en los Estados Unidos. Era Banesto. En la sucursal de Elda me haban preparado una carta de presentacin para su direc- tor adjunto, Paco Navarro. Me pre- sent en su despacho y me recibi. Esa misma noche cenbamos juntos en un restaurante. Descubr en Paco un amigo leal cuya relacin se fue consolidando desde muy pronto. Le o bromear una vez diciendo que yo haba sido ms una amistad que una asociacin comercial o financiera. Tena razn. Yo viajaba cada dos o tres meses a Nueva York. Le invitaba a las presen- taciones, haba buena simbiosis y nos hacamos compaa. No siempre salamos solos. Tambin se nos una o nos unamos al grupo de cinco o seis espaoles que entonces tenan fijada su residencia en Nueva York, como Mariano Bguena, secretario general de la Cmara de Comercio, o Ramn Rico, jefe de puerto de Iberia... A fin de cuentas, la colo- nia espaola de esta ciudad en los sesenta no era muy numerosa y todos queramos llevarnos bien. Dejar a un lado por unas horas nues- tros trabajos y disfrutar de algunos buenos ratos juntos. A veces, no poda evitar llevrmelos al terreno de los negocios y Paco o Mariano me aclaraban dudas de tipo comercial. Tambin Ramn lleg a sacarme en ms de una ocasin de un aprieto. La bodega de los aviones de Iberia llev durante aos los muestrarios y cajas de zapatos de Pedro Garca y de las otras compaas para las que fabriqu. Paco es el registro ms fiel y docu- mentado de mis primeros aos en los Estados Unidos. Dej Nueva York en el ao setenta y dos, pero hasta entonces compart con l todo lo que fui encontrando mientras apren- da la forma de hacer negocios en este pas. Nos seguimos viendo con frecuencia y disfrutamos de una rela- cin de amistad nica que los dos hemos cuidado durante ms de cua- tro dcadas. 72 SUN HO! SIGHT THE POWER OF OUR NEW FLOWER COLOR ENSEMBLES Doman provocativas! Exuberant total look knits lead the dash for +he sun, and on +o Spring. Dacron* polyester/wooi coa-1s escor+ bold printed short sleeved nyion body dresses. 1. 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I , o ,* 0 4 4 e.4 .,1,I ,1.1.,4.1.ts ,ops 4, ,k1 , * , ) , . , ,4 1 * .4 , 1 4 .11 4 4 , ,01 1 1 4 : , : *.: I : :. .4,.. V . 4 IP 4 4* 1 ) 1 ) TI I ,* 0 . e , 4 % 4 4 , 4 1 00 o :o , 4 ( . 1/ . ,,, ,, ,4 9 .0 , . . , % ... 4 4 . o l % 11 t 4 .., ,, ic, ,,,, o ., o . o o . 4 ,. 1 ,. 4 ip e o o . i , , 0 .I t P , o O ,, , 0 , , J 1 o O t 1 0 4. o 04, o , , ,, . o 4 O , . o ; * 4, :, o 0 o .. , 0,., y 4;, 0 , k , o . o J& ., , 0.0 .,. o. 0 y . .5 ., O , 0 * , 1, , ol O 0 O o , , ,,, ,, , to , , 0 . . , O , 0 0O , o o ,7 % *,, 1 o .,.. o ,, e . 9 , o o o : ,.:4 *,, 4, IDO , ; JULY: SWINGING TO A TUNE CALLED LIFE GETTING A BOOT OUT OF FASH ION HEADING SOUTH OF THE BORDER STRUTTING IN TOP TICKET TARTANS SWAGGERING IN GUARDSMENS CAPES PIVOTING ON THE LEGS WE LOVE FOR FALL The boot we lave for fall; the most evenng boot of them ah. Black satin, glove-smoothed up the leg, taking a sparkling stand on a raised sale ringed in rhinestones. Aboye the new high heel and new round toe, a tiny knee-high bow, flickering, too, with rhinestones. By Christel of Copenhagen. About $60. At Thayer McNeil. Triumph black silk stockings. -17 7-7 ---- Harpers Bazaar, US, julio 1970 Arriba: Lincoln Sunday Journal & Star, Lincoln, Nebraska, 20/11/1972 PEDRO GARCIA STYLED IN SPAIN Lel us introduce you ro he comlort and styling od Pedro Sarda. Handsomely crafted Sparn 000 oIl he European verve and detarling you love. Law beal rnoccassin In navy camel-color ornOollt leather with pelle metal trim, $22. Teilored pump In black or red lealher, $25. C. Soft leather slip-on OS,,.,, or black, 525. D. The clamo porro In black or carnel.color auecle wlth a 2000 of golden olor, $22. 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Right, 1765: have dinner in a two-piece dress of brown cotton. Basic. 10 to 20. $1.50. This page, the skirt of 1765 opposite, this time in yellow with 7053: white jacket, checked top. Special. 10 to 18. $2.00. Accessories, from top: Echo scarf. Mimi di N pin. Pedro Garcia sandals. Alart bangles. Glamour, UK, marzo 1967 25 Pgina 80: Glamour, UK, marzo 1968 PEDRO GARCA, 1965-1970 Nombres Las temporadas que me desplazaba a los Estados Unidos con Jack, trabajbamos sin descanso buscando como afianzarnos en el mercado y viajbamos por prc- ticamente cada estado del pas. Lo cierto es que Jack insista en presentarme a todo el mundo. Todos ellos, la creme del sector comercial de la Jack me alta moda. Todos, parte del grupo de relaciones ntimas de Jack introdujo en en Amrica. Joseph Salon, la mejor tienda de Chicago en los sesenta, el sector ms estaba regentada por Vick Markin, su Chief Executive Offcer (CEO) y comprador. Lo conoc gracias a Jack. Era adems amigo exclusivo de ntimo de Jerry Miller. A Jesse Wachtel, tambin CEO, pero de la la moda. importante compaa importadora de calzado del pas, Midland Atlantic, me lo present Markin en una cena ntima que organiz en su casa en Chicago. Jesse y yo volve- ramos a coincidir en unos arios, trabajando para una compa- a llamada Caressa. Alfred Wexner, del crculo de amistades de Jack, pero del rea de Houston, era el presidente de las Wexner Companies Inc. En Chicago, Robert Lanterman nos compraba zapatos para Marshall Field & Company y, en Nueva York, Seymour Lesney lo haca para Abraham & Straus. Irene, la compradora de Bergdorf Goodman, era muy buena amiga ma y ms tarde lleg a trabajar con nosotros. Crea en Pedro Garca. Tambin vendamos en Bloomingdales, B. Altman, Macys y los mejores almacenes y tiendas de cada estado. Tambin, en las canadienses Town Shoes y Mayfair. En Europa, recibamos rdenes de pedido del grupo alemn GEB, com- prador de una red de tiendas entre las que se encontraban Prange (Dusseldorf), Zumnorde (Mnster), Kmpgen (Colonia) y los grandes almacenes Kaufhof y Alfred Wexner, presidente y propietario de las Wexner Companies Inc. de Houston, en los aos setenta. Con l mantuve una relacin muy cordial. 81 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS Karstadt. En Inglaterra, uno de nuestros mejores clientes era Russell & Bromley. A su comprador, Bill Johnston, lo haba conocido en mi primer viaje a Londres. Despus, recuerdo verlo a menudo acompaado de Roger Bromley que, en el futuro, llegara a dirigir el negocio familiar. En Londres, adems, Pedro Garca se venda en las dos boutiques de Mary Graeme, propiedad de Hinton; y en Australia y Nueva Zelanda, era Carol quien controlaba las ventas en David iones y dems puntos de distribucin. Otro mercado era el espaol. Mi her- mano Antonio estaba dirigiendo las dos tien- das que habamos abierto de Pedro Garca en Valencia y Tenerife, con la idea de ir consoli- dando una cadena de establecimientos repar- tidos por diferentes ciudades. Mi hermano Antonio en la tienda de Valencia. 82 PEDRO GARCA, 1965-1970 Otras colecciones Norteamrica en particular representaba una parte muy importante de nuestra facturacin, aunque debo puntualizar que todo lo que fabricamos durante esos arios no fue nicamente nuestra marca internacional. Para poder financiarla, tenamos que seguir vendiendo a compaas importadoras, como Edison Brothers y otras, pero lo hacamos con modelos diferentes y con sus pro- pios nombres en las plantillas. En Europa circulaban, adems, los zapatos de otras firmas internacionales que se comercializaban a tra- vs de la agencia de representacin de Jack y salan de la fbrica de Pedro Garca en Espaa. Las colecciones de International Set, diseadas en nuestras instalaciones por la britnica Judith Bowker, concentraban la esencia del zapato ingls fiel a una base clsica, pero moderna en acabado, sin perder un punto de discreta elegancia. Nada que ver con los zapatos de Christel of Copenhagen. Originales y atrevidos, exhiban avanzadas siluetas, hormas y coloridos que se impondran mucho despus. Jack y yo nos ponamos de acuerdo cuando haba que disear una nueva coleccin para estas firmas y Judith o Christel viajaban hasta Elda para definir los zapatos de la temporada. Despus de cinco o seis das de trabajar con Pepe Vera, regresaban a casa. A Christel precisamente le pagaba un royalty por el nombre y el diseo de entre cien mil y doscientas mil pesetas que, adems, yo mismo le entregaba en mano el ltimo da. No he olvi- dado esta suma porque recuerdo que una vez, con las prisas Christel volaba de regreso a Copenhagen, guard esa cantidad en el bolsillo de su abrigo. Al cabo de unas horas me llam desde el aeropuerto. No le haba expedido una factura por- Las colecciones de International Set y Christel of Copenhagen salan de nuestra fbrica. La diseadora britnica Judith Bowker y Pepe Vera trabajando en la coleccin de International Set. 83 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS que cre que no era necesario. Naturalmente, anotaba cada una de esas cantida- des en los libros de contabilidad de la compaa. Christel estaba detenida por no haber declarado el efectivo que la polica de aduanas haba hallado en su abrigo. Le haban confiscado su dinero y me telefoneaba para que le ayudara a pagar la fianza y poder as salir del pas. Das despus, el departamento de Delitos Fiscales de Hacienda me inves- tig. No pens que tuviera nada que esconder porque todos los movimientos contables de la compaa estaban reflejados en los libros, incluyendo los pagos a Christel y tambin las cantidades que yo entregaba regular- mente a nombre de Jack Hinton. Tuve que explicar que Jack era mi agente de ventas internacional y que esos pagos eran sus comisiones, que unas veces le abonaba a travs del banco y otras, en mano. A los pocos das me levantaron un acta de infraccin por evasin de capital y lo mismo hicieron con Jack que tuvo que desplazarse hasta Madrid para declarar. Nos procesaron. La cantidad que haba pagado a Hinton hasta el momento sumaba quince millones de pesetas2, pero el juez no consider estos hechos una accin fraudulenta, sino ms bien desconocimiento de la ley y nos eximi de la pena de crcel, aunque nos impuso una multa de siete millones y medio3a cada uno. Para nosotros era imposible abonar esa can- tidad de una sola vez, no disponamos de ese dinero, y se nos concedi un plazo de cinco arios para hacerlo. El juez encargado de nuestro caso haba sido el mismo que haba dictado la sentencia del empresario Vila Reyes, propietario de Matesa, acusado de beneficiarse fraudulentamente de crditos oficiales. Su caso haba estado rodeado de un gran despliegue meditico. Para Jack y para m todo se resolvi del modo ms sorprendente. Llegamos a abonar nicamente las dos primeras cantidades de la multa. En julio de 1969 se decret un indulto con motivo del nombramiento de Don Juan Carlos de Borbn como sucesor de Franco. Nuestros nombres estaban incluidos. 1 Entre 600y 1.200 EUR o entre 870y 1.740 USD 2 90.152 EUR 130.630 USD 3 45.076 EUR 65.315 USD Modelos de la coleccin de Christel of Copenhagen aparecidos en Vogue Pattems en septiembre de 1967. 84 PEDRO GARCA, 1965-1970 La decisin Hacia el ao setenta, Jack y yo habamos logrado posicionar internacionalmente Pedro Garca, que era exactamente lo que nos habamos propuesto. ramos un nombre importante en la industria del calzado de alta moda y tanto la prensa como el lugar que ocupbamos parecan avalamos. La realidad, sin embargo, era otra. Lo que llegu a crear requera tener que hacer frente a una infraestructura de costos importantes, con doscientos trabajadores a mi cargo y una necesidad de inversin constante, pues parte de ese proyecto consista en ampliar ventas y desarrollar una slida organizacin empresarial y de gestin de imagen, con estrategias publicitarias y de relaciones pblicas. La necesidad constante de financiacin me preocupaba y trabajaba en idear soluciones alterna- tivas que nos reportaran otros ingresos, pero lo que realmente me consuma, y colocaba a Pedro Garca en una situacin delicada e incierta, era esa otra necesidad de responder al nombre creado con la calidad perfecta. Sin embargo, muy a mi pesar y aun con todos mis esfuerzos, el problema persista con cierta repercusin en la imagen y economa de la empresa. En pases competidores, un sistema de sindicatos libres negociaba las relaciones entre empresarios y trabajadores y los aumentos de salarios se correspondan con aumentos en productividad y calidad, que las propias aso- ciaciones sindicales garantizaban. Aqu, sin embargo, todo estaba centralizado a travs de los llamados sindicatos verticales, donde nada era negociable y hubiera sido impensable introducir controles de calidad y nuevos sistemas de produccin en aquellos aos. Lleg un momento crtico en que Pedro Garca ya no pudo garantizar la calidad que se nos exiga. El acabado de nuestros productos tena que ser alto, Hacia finales de los sesenta, habamos logrado posicionar internacionalmente Pedro Garca. 85 Iiiranecesario responder al nombre creado con una calidad perfecta. PEDRO GARCA, 1965-1970 Del futuro del negocio dependa la economa de mis padres y hermanos. dado el segmento de mercado al que nos dirigamos, y me era imposible estar en la fbrica todo el da. Adems de dirigirla, necesitaba organizar los muestra- rios, viajar y conseguir pedidos. Miguel Martnez, que haba empezado siendo la mano derecha de mi padre con diecisis arios, se ocupaba de la produccin durante mis ausencias. Conoca perfectamente la empresa, pero no poda hacer mucho ms. No era un problema de tipo directivo, sino social. Salarios bajos, pero seguros, y un sistema que paralizaba cualquier iniciativa empresarial independiente. En la Espaa de la poca, tenamos muchas ilusiones, pero tambin arrastrbamos un lastre de deficiencias otros pases. La compaa perteneca a toda la familia. Sin embargo, el que mejor conoca la situacin en que nos encontrbamos era yo. Diriga la fbrica y saba los ries- gos que podamos correr si no consegua solucionar el problema de la financiacin. Estaba solo en esto. Era el nico que poda tomar una decisin sobre el futuro de un negocio del que dependa no solo mi eco- noma, sino la de mis padres y hermanos, y esto para m representaba una gran carga. Poda pedir ms crditos para continuar con el proyecto de Pedro Garca, que era mi ambicin personal de marca, con lo cual endeudaba ms a la com- paa y a la familia, o buscar un socio industrial con el que hacer caja de venta y cubrir as todas las garantas y dinero que mi padre haba comprometido en el negocio. Despus de mucho estudiarlo, tom la decisin ms dolorosa para m, pero tambin la ms prctica para mi familia, que era buscar ese socio que me ayudara con la obtencin de ms pedidos para llenar la fbrica. Confiaba en que esta persona tambin pudiera apoyarme con el proyecto de Pedro Garca o, si no era factible, estaba dispuesto a relegarlo a otro plano y posponer su desarrollo para otro mejor momento. Una primera oportunidad me la ofreci Greg Peters, que era el agente de compras de la Karls Shoes en Espaa. Le haban llegado noticias de que Pedro Garca estaba buscando un socio y me organiz una entrevista con Harry Karl, el presidente de la compaa, que por aque- lla poca estaba casado con la actriz Debbie Reynolds. Harry Karl, el presidente de Karls Shoes, y su mujer, la actriz Debbie Reynolds. y retraso industrial respecto a 87 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS Recib una carta del matrimonio Taicher,Leonard y Bette, propietarios de Caressa. Recuerdo que me recibi en su mansin de Los ngeles, en Beverly Hills. Greg Peters me acompaaba. La entrevista no se prolong mucho. De hecho, creo recordar que Harry Karl y yo apenas intercambiamos unas palabras. Nos invit a Greg y a m a pasar a su despacho y, a los pocos minutos, un empleado de la casa irrumpi en la habi- tacin para avisarle de que Debbie y los nios estaban esperndole en la playa. El Sr. Karl pareci entonces tener prisa por cerrar cuanto antes nuestro trato. Se dirigi a Peters y le dijo: - How much does this guy cost Is it a half a million dollars More My wife is waiting for me.1 Me di cuenta de que no era el socio ideal para Pedro Garca. No me ofreca garan- tas ni a corto ni a largo plazo. Y lo que era ms importante, el Sr. Karl y yo no tenamos nada en comn. A los pocos meses, de regreso a Elda, recib en la fbrica una carta del matrimonio formado por Leonard y Bette Taicher, principales propietarios del grupo Caressa Inc. La carta iba firmada por la misma Bette. Buscaban un fabricante espaol de zapatos y queran conocerme personalmente. Claro que ellos ya conocan lo que Pedro Garca representaba por entonces como nombre en los Estados Unidos. 1 Cunto cuesta este tipo Medio milln de dlares Ms Mi mujer me est esperando. Bette y Leonard Taicher. Aunque Bette no figuraba en el organigrama, estaba implicada en el diseo y comercializacin de las colecciones de Caressa. 88 05 CARESSA TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS 90 CARESSA La visita de Bette y Leonard Era el ario setenta, hacia el mes de septiembre, cuando recib en la fbrica a Leonard y Bette Taicher. Norteamericanos de origen judo, los Taicher eran los accionistas mayoritarios de Caressa Inc., una potente compaa pblica posi- cionada en el mercado de valores. Productores e importadores de calzado para mujer, tenan fbrica propia en Miami con una produccin de dos mil pares de zapatos diarios. Leonard era el presidente del consejo de administracin y su CEO. Si bien el nombre de Bette no figuraba en el organigrama de la compaa, ms tarde llegara a la conclusin de que ella era la mano derecha de su marido. Mientras l se haca cargo de la direccin, Bette tomaba las decisiones sobre el diseo y la comercializacin de las colecciones. Era muy intuitiva, conoca la moda y tambin la industria. Cuando Leonard y Bette Taicher se presentaron en Elda, Caressa ya distribua en los Estados Unidos zapa- tos fabricados en Espaa de una lnea llamada SRO que se produca en Elche. Miguel Hernndez, su fabricante, y Leonard haban cerrado un ao antes un acuerdo de sociedad y Caressa tena ahora la propiedad de la marca SRO y del cincuenta por ciento de la fbrica de Miguel. Satisfechos con los resultados, los Taicher haban emprendido la bs- queda en Espaa de un nuevo fabricante y socio. Queran producir su lnea pro- pia, llamada Caressa, a costes ms bajos de los que tenan en Miami. Pedro Garca tena un nombre en Amrica y por eso me buscaron. Vieron las instalaciones, me conocieron y consideraron que podra ser provechoso para ambos que nos asociramos. Yo tena una marca que se estaba vendiendo en el mercado americano con Jack Hinton y ellos podran potenciar su venta, presen- Imagen de una de las presentaciones organizadas por Caressa. Los Taicher aparecieron en el momento adecuado. 91 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS tndola como una divisin ms de su propia compaa, pero distinta, con ms calidad y prestigio que las lneas de SRO y la suya propia. Adems, podran uti- lizar la fbrica para producir sus zapatos, pues el potencial de nuestras instalacio- nes era mucho mayor del que se requera para surtir el mercado de Pedro Garca. Nos sobraba fbrica y, en lo que se refiere a mi situacin financiera, Leonard y Bette aparecieron en el momento adecuado. No poda postergar ms la bsqueda de ese socio que tanto estaba necesitando. La oferta de Caressa Inc. representaba una propuesta de asociacin concreta y un planteamiento claro de continuidad y crecimiento. Como importadores, me podran ayudar a reforzar y costear la comercializacin de Pedro Garca en los Estados Unidos y, adems, fabricara los zapatos de Caressa. No fue una decisin fcil. Tena que elegir entre conver- tirme en fabricante para Caressa, posiblemente a tiempo completo, o continuar con mi propia marca solo, y era plenamente consciente de todo lo que arriesgaba si no lograba resolver mi situacin finan- ciera y estructural. El negocio perteneca a todos, pero yo haba sido el propulsor de Pedro Garca como marca internacional de gama alta. Era el ms No fue una decisin fcil pero decid unirme a Caressa. implicado personalmente y el nico que poda disponer sobre el futuro de la compaa. Controlaba la empresa. Mi padre tena sesenta y ocho arios, aunque segua acudiendo regu- larmente a la fbrica, y mis hermanos no podan asumir la responsabilidad de una decisin de ese tipo. Antonio, que controlaba las tiendas, no estaba al tanto de los problemas de direccin y Pepe, a pesar de que ocupaba un puesto den- tro de la empresa, era demasiado joven. Opt por unirme a Caressa, porque estaba seguro de que con este acuerdo podra solventar los problemas finan- cieros que gravaban la empresa y, tambin, porque pens que quiz pudieran ayudarme tcnicamente a mejorar los niveles de calidad en la produccin. Consult la decisin con mi padre. Siempre lo haba hecho as. Le expli- qu que, si nos asocibamos con Caressa, las obligaciones contradas y las garan- tas que la familia estaba asumiendo quedaran rescindidas y l podra disponer libremente de su patrimonio y cobrar un alquiler por el inmueble. Quise tambin Arriba: Leonard Abajo: Walter Singer, Taicher, presidente presidente ejecutivo del consejo de (CEO) de la misma administracin de compaa, tambin Caressa Inc. en 1971. en 1971, ao en el que me incorpor a Caressa. 92 CARESSA hablar con mi padre de un asunto que llevaba tiempo angustindome y le comu- niqu mi intencin de irme desvinculando, poco a poco, de esa gran responsa- bilidad de seguir cargando sobre mis espaldas el futuro de los bienes y negocios de la familia. Adems, siempre haba dependido econmicamente de mi padre, porque era quien administraba la economa de sus tres hijos y, si lograba cerrar un trato con Caressa, por primera vez podra negociar un salario propio para m. Desde el primer momento dej claro a Caressa que el nombre de Pedro Garca como marca quedara excluido de la sociedad que creramos. Sospech que, al formar parte de un grupo importador, el precio de venta de Pedro Garca en los Estados Unidos se incrementara y esto perjudicara las ventas de mis zapatos, as que quise proteger el nombre de la lnea por si en un futuro quera volver a relanzarla. Adems, como condicin para la firma del acuerdo, prev exi- gir a Caressa una cantidad mensual para mi padre mientras estuviera activo en la fbrica y la garanta de una posicin dentro de la compaa para mi hermano Pepe. Las tiendas, de las que se ocupaba Antonio, no entraban en el acuerdo. La nueva sociedad que cre junto a Leonard Taicher se llam Manufacturas del Calzado Pedro Garca. La firma tuvo lugar en el hotel The Plaza durante la ce- lebracin de la feria de otoo de la Fashion Footwear Association of New York (FFANY). Era el mes de agosto de 1971. Leonard, junto con sus abogados, me esperaba en una de las suites que Caressa utilizaba como showroom para la feria. No quise aparecer solo ante Taicher y le ped a Paco Navarro que me acompaara. Antes de este da, me haba reunido en diferentes momentos con Leonard y sus asesores para concretar los trminos del acuerdo, as que Paco y yo nicamente tuvimos que hacer una lectura minuciosa del documento y, como todo lo que les haba exigido estaba ah, firm. Primero necesit familiarizarme con el sistema de trabajo de Caressa y me desplac a Miami para conocer sus instalaciones. Tena que seguir creando y fabricando Pedro Garca, pero tambin establecer un calendario de produccin de la lnea propia de Caressa, aunque en Espaa. Pepe Garca Vidal, mi hermano, en la poca de Caressa. 93 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS Los zapatos de Caressa eran de calidad media y se vendan muy bien en el mercado estadounidense. La compaa organizaba el diseo de las colecciones enviando a su une builder fuera del pas para estudiar lo que ya estaba funcio- nando y tener as una base de la que partir. Bette era quien controlaba todo el proceso y se desplazaba con frecuencia a Europa, sola o con la persona asignada a la coleccin. A raz de nuestra sociedad, esperaban que mi modelista, Pepe Vera, y yo diramos ms frescura a las colecciones y acomparamos a Bette y al une builder en estos viajes de investigacin de tendencias de moda. De tanto en tanto, Leonard se una a estas expediciones y juntos recorramos Europa, condu- ciendo hasta los puntos que ms nos interesaba visi- tar. Ocasionalmente, la compaa tambin contrataba La fbrica de a diseadores independientes con cierto prestigio los Taicher en para que nos marcaran pautas de diseo. Recuerdo los nombres del italiano Andrea Pfister o el del fran- Miami produca cs Philippe Model, que se haba iniciado en el sec- tor de la moda como diseador de sombreros. 2.000 pares de zapatos diarios. 94 CARESSA El compromiso con Caressa Las obligaciones que haba adquirido con la compaa norteamericana consu- man todo mi tiempo y energa. Es cierto que, ya no tena que preocuparme por las ventas y la distribucin, sino exclusivamente de la elaboracin de muestrarios y su produccin, pero precis dedicar cada vez ms tiempo a la lnea de Caressa y no tard en descuidar, y bastante, la de Pedro Garca. Leonard haba confiado en que mi marca podra seguir comercializndose y vendindose con Jack Hinton, pero transcurrido un ario, ocurri lo que era de esperar. Al formar parte de un grupo importador, el precio de mis zapatos se increment entre un veinticinco y un treinta por ciento, lo cual afect seriamente a las ventas. Caressa decidi entonces sus- pender la distribucin de Pedro Garca en los Estados Unidos, con el consi- guiente pago de una indemnizacin millonaria a Jack Hinton. Su contrato para la venta exclusiva de Pedro Garca en este pas no expiraba hasta pasados los diez arios. Sin embargo, los zapatos seguan vendindose en otros pases, donde Caressa no tena derecho a los bene- ficios de su comercializacin, y haba un mercado establecido. Mi hermano Pepe, que en aquel entonces ocupaba un puesto en produccin, quiso desvincularse de Caressa y dej la compaa. Yo entonces me qued con su participacin en la empresa y, a cambio, constituimos entre los tres hermanos y mi to Antonio, que haba vendido su tienda en Madrid, una comercial llamada Vidal Internacional. La mayora de las acciones iban a estar a nombre de Pepe. En el despacho de la fbrica de Elda, en 1973, durante el periodo en el que trabaj con la compa-a estadounidense. 95 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS Leonard me propuso transferir toda la produccin de Miami a Espaa. Vidal Internacional se cre inicialmente para seguir distribuyendo los zapatos de Pedro Garca dentro y fuera de Espaa, con Jack Hinton como su agente inter- nacional. Estados Unidos haba quedado excluido del trato. Aunque al princi- pio estuve asesorndoles en todo lo que poda, mis obligaciones con el grupo Caressa me impidieron implicarme ms en el proyecto. En tan solo un ao las ventas de los zapatos de Caressa se haban incre- mentado enormemente y, como ya no tenamos que fabricar Pedro Garca, Leonard me propuso transferir toda la produccin de Miami a Espaa. La idea no me pareci mal, porque de esta forma bamos a producir ms, y acept. Trasladar toda la fabricacin de Caressa a nuestras instalaciones conllevaba mucho riesgo y Leonard quiso asegurarse de que todo iba a estar contro- lado, as que transfiri parte de su personal tcnico, organi- zativo y administrativo a Elda. Fui ganndome progresivamente la confianza de Leonard. Las ventas aumentaban a un ritmo mucho mayor de lo que Caressa haba previsto y llegamos a tener cuatrocientos noventa y nueve operarios. Si hubiera sobre- pasado en uno este nmero, hubiramos tenido que ajus- tarnos a la normativa para grandes empresas, y eso hubiera supuesto un incremento de gastos y una mayor presin social, con lo que siempre intentbamos mantenernos por debajo de los quinientos trabajadores. Lleg un momento, sin embargo, en que a pesar de que funcionbamos a pleno rendimiento, no ramos capaces de absor- ber ms produccin. Los pedidos no paraban de entrar. Finalmente, Leonard me propuso que localizara nuevas fbricas con las que poder asociarnos. Yo ya comparta con Leonard el cincuenta por ciento de Calzados Mayka. Un amigo y empresario vinculado al sector textil, Joaqun Planelles, me haba vendido su veinticinco por ciento de acciones y, adems, gracias a su media- cin, haba comprado el mismo porcentaje de otro de los socios. El resto de la fbrica perteneca a Julin Snchez, que proceda de la banca, y a Jos Antonio Garca, responsable de produccin. En el ao setenta y uno, tras asociarme al grupo Caressa, yo haba vendido a Leonard la mitad de mis acciones de Mayka, es decir, un veinticinco por ciento. Por ello, cuando me urgi, un ao despus, a que le buscara nuevas fbricas, quiso que lo hiciramos en las mismas condicio- 96 CARESSA nes que lo habamos hecho con la primera y as adquirimos la de Rafael Sirvent Cant y la de Joaqun Bernabeu. Leonard y yo reunamos siempre el cincuenta por ciento de las acciones de las compaas que comprbamos. Los recelos, sin embargo, del resto de socios determinaron que, al poco tiempo, deci- diera deshacerme de todas mis acciones y le vend a Leonard ese veinticinco por ciento de mi participacin en cada una de las sociedades. Los fabricantes locales se sentan ms tranquilos teniendo como nico socio a la compaa nor- teamericana. A cambio, pact con Leonard un acuerdo econmico que pudiera beneficiamos a los dos. Su condicin era que, junto a su equipo, me responsabilizara de la produccin en las cuatro fbricas y de todo el negocio que quera generar hacia Amrica. Llegamos a producir tres mil pares diarios en mi fbrica y otros tres mil en las dems y, a medida que se haca necesario reforzar los niveles de pro- duccin o de calidad, Caressa ampliaba su equipo tcnico en Espaa. Enviaba a hombres de su plantilla en los Estados Unidos, como al mexicano Raymond Domit que se instal en Elda y durante aos hizo el seguimiento de muestrarios y de la confeccin de construcciones nuevas en pisos, tacones, etctera. Tambin contrat al norteamericano Warren Weitzman, hermano del empresario Stuart Weitzman, para vigilar la produccin durante unos meses. Otro tcnico, Max Weinstock, viaj hasta Espaa para cubrir el puesto de tcnico de calidad. Tena ms de setenta arios y no fue precisamente un encargado muy popular. Su modo de eliminar los pares defectuosos era hacerlos pedazos mientras lanzaba improperios a los operarios. Leonard lo tena en alta estima, pues se haba jubilado en la compaa, y contaba, al igual que Raymond, con toda su confianza. 1111-0, 11......en eellaellen Una pgina publicitaria que anuncia la venta de los zapatos de Caressa en Lord & Taylor de Nueva York (The New York Times, 16/9/1971). El xito de Caressa durante los aos setenta y ochenta fue enorme. 97 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS Probablemente los mejores vendedores del pas estaban en Caressa. Neil Hardy controlaba la Costa Oeste. Ed Mulvey, Florida. Henry Taicher, hermano de Leonard, y su mujer Florence, Nueva York y alrededores. El influyente Warren Wallace, el rea de Chicago. Pero, de todos ellos, el hombre clave de Leonard siempre fue Arthur Stamberg, jefe de ventas de la lnea pro- pia de Caressa. Tuvimos muchas discusiones. Eran roces normales que se producan cuando tenamos que pactar los precios de compra. Mientras yo defenda mis intereses, Arthur lo haca con los de Caressa. Aunque he de decir que, fuera de la mesa de negociaciones, nos lle- vbamos muy bien. La oficina y showroom de Caressa en Nueva York se hallaba en el nmero 4 de la calle 58, junto al edificio de Bergdorf Goodman. Presentbamos cuatro colecciones anuales a travs de la FFANY. Dos principales, en agosto y febrero, estos das y dos inter-season fines, en junio y diciembre. El showroom durante se quedaba pequeo y alquilbamos varias suites en el hotel The Plaza, frente a las oficinas, en la misma Quinta Avenida, a la altura de la calle 59 o Central Park South de Manhattan. Adems de los eventos organizados por la FFANY, los vendedores de Caressa tenan tambin sus propias presentaciones en las ferias correspon- Viv Caressa como dientes a sus reas de venta, principalmente en Las Vegas, Houston, Chicago y Florida. Si fuera mi propia En Espaa, mi interlocutor directo con compaa. Caressa era Frank Cauce, un ejecutivo de origen cubano que envi la compaa para ejercer de controller. Tena toda la confianza de Leonard y acab ganndose la ma por muchas razones. Frank conoca bien a Taicher. Cuando Leonard y yo tenamos nuestras diferencias, sin dejar de defen- der nunca la poltica de Caressa, que era quien le pagaba, pactaba conmigo con- diciones que consideraba ms ajustadas a la realidad y era capaz de defenderlas ante Taicher, quien al final flexibilizaba su postura. 100 CARESSA Lo aprend todo sobre la importacin a EE .UU. y a fabricar un zapato con calce americano. El xito de Caressa durante los arios setenta fue enorme. Leonard nunca imagin un incremento de su negocio tan importante. El acierto fue la magnfica rela- cin que se logr entre la calidad, el precio y el diseo. La compaa consigui alcanzar un volumen de produccin de diecisis mil pares diarios de zapatos. Un sesenta por ciento del total sala de SRO, la fbrica de Elche. El resto eran los zapatos de todas las dems divisiones que se fabricaban en Elda. Viv Caressa como si fuera mi propia compaa y en los aos que trabaj para Leonard, aprend lo inimaginable sobre el negocio de exporta- cin e importacin en los Estados Unidos. Los mejores agentes de ventas y de com- pras, los cientos de clientes, el acceso a uno de los mercados ms potentes de aquellos arios. Todo esto me lo dio Caressa. Aprend, adems, a fabricar un zapato que calzara bien con medidas americanas, con las hormas, anchos y medios puntos imprescindi- bles en ese mercado. Viajaba a los Estados Unidos, donde me reuna con el fine builder y Arthur Stamberg, para concretar los precios que ajustbamos en funcin del tipo de zapato. Tras las ferias, regresaba a Espaa para preparar pruebas de calce y organizar la produccin en todas nuestras infraestructuras operativas, en espera que llegaran los pedidos para ponernos a fabricar. Llegu incluso a producir los primeros zapatos del norteamericano Stuart Weitzman en Espaa. Su familia haba tenido que cerrar la fbrica de Massachusetts y Stuart, que se estaba haciendo cargo del negocio familiar, busc a Leonard para que le fabricara el calzado en Espaa. Llegaron a un acuerdo. Weitzman aportara las marcas de su padre, Mr. Seymour y Martinique, que l mismo iba a disear y vender, y Caressa producira los zapatos y los importara a los Estados Unidos. Seis meses despus de estar fabricando para Stuart en nuestras ins- talaciones, tuve que renunciar al proyecto. Sus marcas eran de mucha ms calidad que la de Caressa y era inviable mantener dos lneas de produccin tan dispares. Con Arthur Stamberg, hombre de confianza y jefe de ventas de la marca Caressa, en uno de los ccteles de presentacin de la coleccin. En la seccin de corte de la fbrica, supervisando la produccin. Alrededor del ao 1975. 101 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS Stuart me pidi entonces que le localizara a un buen fabricante en Elda y pens en Manufacturas Styl. Conoca a uno sus propietarios, Manuel Belmar, y se lo present. Despus, a peticin de Stuart, interced entre Leonard y Manuel y este le vendi sus acciones. Los otros dos socios industriales de Styl eran los hermanos Luis y Miguel Martnez Alberola. A partir de entonces, Styl se dedic a producir los zapa- tos de Weitzman. Pasados los arios, Stuart, que ha sido un empre- sario muy hbil, se desvincul de Caressa y cre su propia marca. Hoy tiene la firma de calzado Stuart Weitzman, muy consolidada dentro de la industria del zapato de la alta moda, y tiendas propias repartidas por todo el mundo. Stuart Weitzman, diseador de la marca con el mismo nombre. Fabriqu los primeros zapatos del norteamericano Stuart Weitzman en Espaa. 102 CARESSA Selecta Shoes En el ao setenta y nueve se produjo una devaluacin del dlar que supuso un descenso muy importante de las ventas para Caressa. Otras fbricas asociadas a la empresa, al contar con una infraestructura de costes ms baja que la nuestra, pudieron seguir produciendo con precios inferiores, pero nuestra compaa no. Los gastos fijos eran demasiado elevados. Disolvimos nuestra sociedad y acor- damos el cierre de la fbrica. De haberla mantenido abierta, hubiera sido un desastre financiero y social. Como Leonard no estaba all, tuve que afrontar por mi cuenta la proble- mtica social derivada de la paralizacin de la produccin y dirigirme a los traba- jadores para anunciarles el cierre. Al descontento de los propios empleados, se sum el de las instituciones. Nuestra fbrica haba sido referente de la provincia por el volumen de ventas y los puestos de trabajo que generbamos. Ni el delegado de trabajo de Alicante ni el gobernador civil ni el gobierno central ni, por supuesto, los sindi- catos deseaban que varios cientos de trabajadores se quedaran sin su puesto de trabajo en una todava emergente democracia. Tuve varias reuniones en el Ayuntamiento con represen- tantes polticos, el abogado laboralista Antonio Garca Miralles presidente de las Cortes Valencianas cuatro arios despus y los sindicatos mayoritarios locales, Unin General de Trabajadores (UGT), Comisiones Obreras (CCOO) y Unin Sindical Obrera (USO). Tanto me presionaron que, finalmente, convine en estuLa totalidad de los miembros de la sociedad annima laboral Selecta Shoes a la puerta de la fbrica en 1981. 103 TRES GENERACIONES DE ZAPAIVROS diar posibles frmulas para evitar el cierre y les plante la creacin de una socie- dad annima laboral (SAL), que en aquellos arios estaban siendo respaldadas por crditos del gobierno, con el objetivo de producir un zapato de ms calidad. Este era el tipo de producto que entonces yo perciba con futuro, en un pas donde los costes de produccin iban en aumento. Repart las acciones de la empresa entre todos los empleados que quisieran formar parte de la SAL. A cambio, exig garantas de que bamos a poder alcan- zar los suficientes niveles de productividad y calidad para ser competitivos en el mercado exterior. Nombr jefe de personal a Juan Jos Garca, un integrante del comit de empresa que representaba a uno de los sindicatos, la t jGT, y haba tra- bajado en la fbrica. Me asegur tambin de que Miguel Martnez, que se haba incorporado a la compaa con mi padre a finales de los aos treinta, continuara como jefe de produccin. En administracin mantuve a Domingo Botella, que haba desempeado funciones similares durante los aos de Caressa, y el puesto de jefe de compras lo ocup Florentino Prez. Pact un salario para m de un dos por ciento de la facturacin, por dirigir la sociedad annima laboral y hacerme responsable de las ventas. Durante unos meses el gobierno nos dio un respiro, permitindonos tener la fbrica paralizada, con los empleados cobrando salarios del Fondo de Garanta Salarial (FOGASA), mientras preparbamos la nueva andadura de Selecta Shoes Internacional, que fue el nombre que le dimos a la nueva SAL. Conseguimos un crdito oficial para ponerla en marcha como Pepe Vera haba decidido que- darse en Caressa, me dediqu a confeccionar nuestro primer muestrario con Jos Juan Monz, que haba sido su ayudante. Finalmente, la primera coleccin de Selecta estuvo lista. El nombre de la lnea iba a estar en funcin de las gestiones que lograra llevar a cabo en los Estados Unidos para comercializarla. Tena muy claro que el mercado en el que quera seguir mantenindome era el norteamericano, que conoca bien y donde me senta a gusto. Lo cierto es que tena muy buena rela- cin con influyentes importadores estadounidenses y poda aprovechar esta cir- cunstancia para retomar la venta en este pas. 104 06 ALLURE TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS lhe si IllTdreainx aw of Embrear by .411ure. BLOOMINGDALES MARSHALL FIELDS SAKS-FIFTH AVENUE J W ROBINSON BURDNES 106 Al A A121,: Quera que los Taicher fueran los primeros en ver la coleccin. Famous Viaj a Nueva York con un primer muestrario de la nueva lnea que queramos lanzar desde la recin creada Selecta Shoes. Me instal en el hotel Essex House en Central Park South, entre la Sexta y la Sptima Avenida, prximo a las oficinas de Caressa y telefone a Leonard. Habamos cerrado de forma amistosa nuestra anterior sociedad y quera que l y Bette fueran los primeros en ver la coleccin. Necesitaba un socio importador y distribuidor en el mercado americano que financiara la operacin y no descartaba que Caressa fuera esa compaa. Cuando escuch mi voz al telfono, se alegr. Adems de Caressa, haba barajado otros gru- pos, competidores suyos, a los que recurrir si l no mostraba inters en el proyecto. Pero, a las pocas horas de mi llamada, l y Bette se presentaron en el hotel. Recuerdo que hablamos de cmo haba resuelto el cierre de la fbrica, con la creacin de la SAL, y reunido un buen equipo tcnico. Les ense unas pri- meras muestras de lo que aspiraba que fuera la nueva marca. Quera dotarla de mayor calidad, les expliqu, para diferenciarla claramente de lo que en el pasado haba fabricado para la compaa, y darle un precio superior a la lnea de Caressa, pero inferior a las marcas de Stuart Weitzman. La idea pareci gustarles; tambin los zapatos. Leonard me propuso direc- tamente que desarrollramos el proyecto juntos. Nuestra primera sociedad haba durado diez aos y los dos creamos posible trabajar juntos otros diez ms si se daba el caso. Antes, sin embargo, quera que su jefe de ventas Arthur Stamberg viera el muestrario. Estaba en la oficina y solo tena que cruzar una calle para reunirse con nosotros en el Essex House. Arthur estuvo de acuerdo con Bette en que la coleccin tena posibili- dades. Para m, sin embargo, el muestrario era una pequea representacin del El modelo Famous de Allure, diseado por John Higdon, a la venta en Bloomingdales, Marshall Fields, Saks Fifth Avenue, J.W.Robinsons y Sakowitz (Vogue, US, marzo 1982). 107 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS fleur y la calidad que poda alcanzar la lnea. No lo dije, al menos en ese preciso momento y en esa habitacin de hotel, pero me daba cuenta de que el muestra- rio no tena la fuerza necesaria para crear marca. Qued con Leonard en que nos veramos en unos das para concretar algunos aspectos de nuestra nueva asociacin y aprovech para localizar a Walter Singer. En el pasado este amigo haba sido presidente y CEO de Caressa, junto a Bob Mulholland, vicepresidente ejecutivo. Ni l ni Bob continuaban en la compaa por entonces. Pero yo necesitaba una opinin sincera y confiaba en el criterio de Walter. Cuando le mostr la coleccin, con contundente franqueza profesional, me dijo: La lnea es solo correcta. Confirm lo que yo ya sospe- chaba, que le faltaba diseo. Y me dio un consejo: Ve a ver a John. Era de John Higdon de quien hablaba. Los dos lo conocamos. Arios atrs haba diseado un par de colecciones para la lnea SRO de Caressa, pero ahora tena una marca pro- pia de zapatos con su nombre y yo saba que estaba teniendo John era un problemas para su comercializacin. di seador Aun sabiendo que Leonard y John haban tenido sus diferencias arios atrs, me decid y cit a John en un bar cer- excepcional, cano, en la esquina de la Sexta Avenida con la calle 58. Al no contar con respaldo financiero, haba dejado de comercializar su propia lnea y le propuse que fuera l la persona encargada de disear la ma. Pareca estar interesado en mi oferta, pero al nombrar a Leonard le dije que confiaba en que Caressa quisiera financiar el proyecto, John dud y se ech atrs. Tena sus reservas. No confiaba en que Taicher quisiera verlo de nuevo dentro de la compaa. Logr, sin embargo, ganarme su confianza y le ped que dejara en mis manos las negociaciones. Si llegamos a un acuerdo con Caressa, lo tranquilic, nicamente tendrs que preocuparte de disear porque de la lnea, y de responder ante Leonard, me ocupo yo. John era un diseador excepcional, capaz de trabajar y utilizar el color como nunca haba visto hacer a nadie, y un gran une builder, con ideas muy claras sobre lo que poda funcionar en el mercado y venderse. Sin embargo, ms all de que creyera firmemente en la excelencia de John como diseador, en aquel momento lo que me preocupaba era convencer a Leonard de que l era nuestra mejor opcin. El propio John no crea que lo consiguiera. 108 ALLURE Ese mismo da, tras dejar a John, me dirig directamente a las oficinas de Caressa. Cuando pronunci el nombre de John ante Leonard, su cara se transform. John es muy bueno, pero, sinceramente, no es la persona con la que querra trabajar. Muy seguro de m, le respond: T no vas a estar con l. Quien va a estar voy a ser yo y s a lo que me expongo. Nadie hubiera podido hacerme cambiar de opinin. Estaba convencido de que John era la persona que iba a poder imprimir identidad a la lnea. Bette me apoy y Leonard acept que John fuera nuestro diseador. Si bien desconfiaba de que con l la lnea pudiera tener continuidad, no quera dejar escapar el proyecto y me anim a que siguiera adelante. Financieramente no implicaba para la compaa riesgo alguno. Al menos, hasta que la lnea estu- viera terminada. Fue el propio Leonard quien propuso llamar Allure a la nueva firma. Era una marca que tena registrada desde haca unos arios y que nunca antes haba utilizado. Allure me gust. Sugera algo atractivo, misterioso y, al mismo tiempo, delicado y elegante. John viaj conmigo a Espaa y comenzamos a preparar esa primera colec- cin de Allure junto a Juan Jos Monz, nuestro modelista. Necesitaba el trabajo y le puso a la coleccin unas ganas terribles; y no fue el nico, todos queramos que la lnea fuera perfecta y tuviera xito. Higdon tena un concepto muy claro Con parte del equipo de Allure en la town-house. De derecha a izquierda: Richard Morano, Bill Vines, Timothy Higdon, Judy Shugg, John Higdon, Jeffrey Higdon, Bruce Nelson y yo. 109 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS Di visen un saln que se fabric en veinticuatro colores y que llam Famous. de lo que quera. Su idea era crear una silueta bottier utilizando el tafilete fino o kidskin que trabajaba Rodrigo Sancho en Espaa, con tacn stdetto y tambin plano. La base era un saln con hueco invertido: el pes- punte quedaba oculto. El diseo del zapato, limpio. Diseara modelos clsicos tipo T-strap (con una tira en forma de T), sling-back (con el taln descubierto), quarter strap (atados al tobillo y con el taln cubierto) y con lazos, o simplemente p/ain pumps (zapatos saln). Todo muy sencillo, donde lo que prevaleciera fueran las lneas esti- lizadas que junto al tafilete en la piel del empeine y en la del forro, en el mismo tono, imprimira un aspecto ori- ginal a la coleccin. El precio retail o de venta al pblico en los Estados Unidos tendra que estar entre los 75 y 100 dlares. Adems, pensaba darle a la colec- cin mucho colorido. Tanta era la obsesin de John por el color que el primer modelo que dise fue un saln con un tacn de cuatro centmetros que se fabric en veinticuatro colores y que llam Famous. John era un artista y la lnea result exquisita. En enero del ochenta y uno volamos a Nueva York para hacer la presenta- cin de ese primer muestrario aprovechando la feria de temporada de la FFANY. John me sugiri que fuera Judy Shugg la que se encargara de prepararlo todo. Haban trabajado juntos antes y Judy eligi como showroom un apartamento en el edificio residencial Hampshire House en Central Park South de Manhattan. A nuestra llegada, sin embargo, me encontr con una sorpresa. Caressa se haba despreocupado de los prepa- rativos hasta el punto de que tuve que garantizar con mi propia tarjeta de crdito el alquiler del espacio. En el apartamento no haba nadie representando a la com- paa. Eran John y Judy quienes en realidad se haban estado ocupando de todo, sabiendo que contaban con mi respaldo. La Hampshire House estaba al lado del hotel The Plaza donde exponan sus lneas algunas de las mejores firmas. Leonard no apareci en el showroom Pgina anterior: John admiraba los zapatos como si fueran joyas. Recuerdo sus palabras: What a beauty! (Pu belleza!). Timothys, un reputado comercio multimarca, anunciaba un zapato saln de Higdon (O Magazine, Dallas Fort Worth, Agosto, 1982). 112 ti.. re.dy-towtmer pum!, from .11ure in 12 exciting readY-t0-weo,..1.,. 68. echisped by iohn higdon, 1982 recipient of tirnothys relativo foohion owor0. sokovocz yorepo on cho porkwicy ALLURE hasta el da previo a la presentacin, cuando la coleccin estuvo preparada y expuesta. Bette le acompaaba. Su sorpresa fue total. No era para menos. La lnea impresion de un modo que no habamos previsto. El primer da recibimos la visita de compradores de la talla de Bloomingdales, Saks Fifth Avenue, Nordstrom, Federated Stores y Neiman Marcus; tambin de Harold Kaplan, que controlaba por entonces las compras de la I. Miller Shoe Company; de Alfred Wexner, de Wexner & Jacobson; y de Jim Verdon, de Shoe Box Stores, en el sur del pas. La mayora, convocados por noso- tros. Cuando Leonard vio lo que estaba ocurriendo, entonces s, no quiso retrasar por ms tiempo la firma de nuestra nueva sociedad. Disponer los trminos de nuestra relacin comercial no fue fcil. Allure sera una divisin ms dentro del grupo Caressa Inc., como lo eran SRO, Caressa y Stuart Weitzman. De un lado yo estara a cargo de la supervisin de la SAL en Espaa en todo lo referente a la fabricacin de Allure; del otro, La coleccin impresion de un modo que no habamos previsto. y my nem yyyt yyyy. ec0 YAYA y YOYO.. IYYMI 4 li. IIIK elrt ITA MON. . DAV AND NI 1.111 001111.14 y yos le Cer. Or Yela ha Yea rnkrY VOY yikin Ye*. Yidn :Ir Y paY Ye* Y ead mil ea kerman da 7600 Y Yna yry 11.9 y yhyl myl SICO C. A. PY/ Y Y n al y Ylon Yes 1==. blaDmingdc quera ser el presidente de esta divisin para tener opcin a acoplar los precios de fbrica con los de venta en los Estados Unidos asumiendo, desde luego, la responsabilidad de darle a la lnea de Allure la rentabilidad que Caressa necesitaba. La compaa sera la responsable de controlar la tota- lidad de la operacin, pagar a John y a los agentes de ven- tas, los gastos de alquiler de oficinas, showrooms y personal, el cobro a clientes y los pagos a Selecta Shoes con carta de cr- dito. Fue necesaria la intervencin de un asesor financiero del consejo de administracin de Caressa para que Leonard y yo nos pusiramos de acuerdo con respecto a mis honorarios por todo el trabajo que iba a desempe- ar durante los prximos arios. Cuando finalmente esa cantidad estuvo pactada, firmamos. La presentacin de la segunda coleccin de Allure se hizo en el hotel Le Parker Meridien en la calle 57 porque, tras el xito inicial de enero, tuvimos En el anuncio de Bloomingdales, otros modelos de Allure aparte del Famous: dOrsays, sling-backs, fisherman sandals, pumps y nude sandals (New York Times Sunday, New York, 6/12/1981). 113 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS 1 14 ALLURE que ampliar el espacio de exposicin. Sin embargo, a partir de la tercera, apro- vechando el incremento de las ventas, quisimos tener una oficina propia. Hasta el momento el control de clientes se haba llevado desde la oficina de Caressa. Lo lgico hubiera sido ir al nmero 1370 de la Avenida de las Amricas, donde se concentraban las oficinas de algunas de las mejores compaas de calzado, pero los precios de alquiler eran muy altos y no terminbamos de encontrarnos cmodos en ese espacio. Tuvimos suerte, a John le llam la atencin una townhouse de tres plantas en la calle 63 esquina con Madison y, por menos dinero de lo que hubiramos pagado por un espacio en la Avenida de las Amricas, la alquil. Fue todo un acierto. Utilizar una casa adosada en una zona residencial para presentar colec- ciones era algo que no se haba hecho antes y supuso un cambio importante. En aquel momento tena sentido que intentramos vender de una manera dife- rente, aprovechando el empuje de la novedad que supona la lnea. La responsa- ble de la oficina y de la atencin a los clientes era Judy. Completaban el equipo de ventas el propio John y sus dos hijos. Ms adelante, se incorporaran Richard Morano, que adems de estar en la oficina apoyando a Judy era vendedor; Barbara Levine, en el rea de la Costa Oeste; Ron Rosniak, en el Este; y Steve Shirley, en Florida. Era el presidente de Allure. Junto a todo lo que supuso para m esta nueva experiencia de dirigir la divi- sin en los Estados Unidos, comenc a relacionarme de una forma ms directa y personal con clientes y compra- dores tan influyentes como Al Wexner, Seymour Lesney, Judy Guilliard o Jim Verdon, entre muchos otros. Recuerdo con mucha simpata al dueo de Bob Ellis Shoes, Morris Kalinsky. Regentaba en Charleston este negocio indepen- diente de zapatos que l mismo haba fundado en los aos cincuenta. Nos visi- taba durante las ferias y, a diferencia de otros presidentes de compaas con los que llegu a intimar, Kalinsky mostraba verdadero inters por conocer detalles sobre el diseo y fabricacin de nuestros zapatos. Me interrogaba sobre lo que ocurra por aquellos aos en la industria de la moda europea y, tambin, por la tcnica de produccin empleada en nuestro producto. Hace un par de aos, des- graciadamente, me enter de su fallecimiento. Las modelos durante una de las presentacio-nes en el basement de la townhouse, todas llevan el Famous. A John le llam la atencin una townhouse y la alquil como showroom . 115 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS Hace unos aos paseaba por el Meatpacking District de Manhattan, muy cerca de donde se encuentra nuestro showroom, y me sorprendi encontrar una tienda fantstica. Diseo y calidad por igual, tanto en zapatos como en complementos. El nombre del establecimiento era Jeffrey. Ms tarde supe que su dueo era Jeffrey Kalinsky, hijo de mi amigo Morris. Aunque no lo conozco personalmente, s que en estos momentos est asociado con los grandes almacenes Nordstrom, donde ocupa el puesto de Executive Vice President of Designer Merchandising. 116 ALLURE John abandona Allure Leonard no intervino nunca en la fbrica, tampoco tena por qu. Asum en mi persona toda la responsabilidad y, marcando las distancias respecto a mi etapa anterior, francamente pens que gracias al equipo que haba conseguido reu- nir a mi alrededor con Miguel Martnez, Juan Jos Garca, Domingo Botella, Florentino Prez, y algunos nombres ms, no tendra que preocuparme tanto de la calidad ni de la productividad ni de ningn otro problema interno referente a la fabricacin. Mi gente estaba all para controlar proveedores, personal y tiem- pos de entrega y asegurarse de que Allure alcanzara los estndares que necesi- taba una lnea de esa proyeccin. La calidad haba sido, desde los aos sesenta, mi asignatura pendiente y quise creer que, a travs de una compaa donde los propios trabajadores eran tambin propietarios, iba a resolver el problema. Realmente, durante unos aos, la fbrica funcion e incluso gener beneficios. De puertas adentro, la mejora de calidades, sin embargo, fue parcial y mi presencia fue reclamada en la fbrica ms veces de las que me hubiera gustado. No obstante, Selecta Shoes lleg a recibir un premio a la calidad que yo mismo recog en Miami en nombre de la compaa. A mi regreso, la fbrica entera lo celebr. Tena la responsabilidad de la lnea en los Estados Unidos y viajaba a Nueva York todos los meses. Me faltaba el tiempo que hubiera necesitado para estar al tanto de cada uno de los problemas que surgan en la cooperativa y que superaban al equipo tcnico y de administracin. Fue un tiempo de mucha tensin y responsabilidad. Cuatro aos despus de la creacin de Allure, en el ochenta y cuatro, sufr un infarto. Los mdicos lo atribuyeron al estrs. Ese mismo ao se cumplieron las predicciones de Leonard con respecto a John. Un buen diseador, nadie puede ponerlo en duda, pero era complicado trabajar con l y sus cambios de temperamento nos trastornaban a todos. Al prin- cipio estuvo relativamente tranquilo, muy pendiente de las colecciones, asegu- 117 Allure sin John no era Allure y con John no poda existir. TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS rndose de que todo saliera bien, hasta que simplemente dej de estarlo. Quiz el xito de la lnea tuvo mucho que ver y la subida vertiginosa de las ventas de Allure hicieron que en ocasiones perdiera el control. Se exceda en la fbrica, apareca y desapareca sin dar explicaciones, tomaba decisiones por su cuenta y nuestros mejores clientes tuvieron que habituarse a ver al diseador de Allure presentando las colecciones con pantaln corto, chancletas y camiseta arrugada. John era as. Todos lo conocamos y nos contenamos porque John era el alma de Allure. Mi aprecio hacia l y hacia su mujer Deborah era absoluto y sufra por no encontrar el modo de imprimir un giro a esta situacin. Finalmente, por su propia iniciativa, dej la compaa. Sin embargo, Allure sin John no era Allure, y con John no poda existir. Cuando se march, tuvimos que recurrir a otros diseadores independientes. Hacia 1987, Leonard invit a Roland Jourdan para que ocupara el puesto de John de forma continuada. Pens que Roland poda aportar algo a la lnea, pero no fue as. Pasados unos meses se confirm lo que todos sos- pechbamos, sin John la lnea nunca lleg a ser la misma. Las colecciones no tenan el impacto anterior y, a finales de 1988, Allure entr en una fase de declive agravada por una nueva crisis monetaria que afect de forma muy seria las ventas. La peseta haba experimentado una apreciacin frente al dlar. No fue nicamente Allure quien se resinti por las malas previsiones econmi- cas, sino que mi posicin dentro del grupo norteamericano se debilit. Cambios internos en la compaa empezaron a sucederse. Leonard y Bette abandonaron Caressa Inc. y vendieron sus acciones. Aunque Donald, su hijo, permaneci en la empresa unos meses como presidente del grupo, decidi igual- mente poner a la venta su parte de las acciones y los nuevos propietarios designa- ron a Gilbert Fields como su sustituto. Nunca pude entenderme con l como lo haba hecho en el pasado con el matrimonio Taicher. Tampoco con la nueva direc- tiva. Dej de sentirme a gusto en Caressa. No haba manera de que nos pusira- mos de acuerdo en cmo intentar recuperar los niveles de venta anteriores. 118 ALIA SE El final de Selecta Los problemas de venta de Allure precipitaron el desplome y fin de Selecta Shoes. Estados Unidos haba sido y era nuestro nico mercado. La devaluacin del dlar del ochenta y ocho, junto a la falta de pedidos, acentu las tensiones ya existentes y aboc a la cooperativa a una situacin complicada social y financie- ramente. Juan Jos, que haba sido el jefe de personal desde su creacin, ya no estaba en la fbrica y su sustituto, Jos Miguel Oliver, no estaba tan familiarizado con la problemtica social. Mi primer paso, dada la situacin de inviabilidad econmica en la que nos encontrbamos, fue convocar una asamblea general y proponer el cierre. La compaa todava estaba en condiciones de pagar a proveedores y accionistas y hubiramos podido recuperar una parte del dinero. Esta hubiera sido la decisin ms acertada en una sociedad de capital privado: liquidar la compaa dejando la empresa sin deudas. Pero nuestra sociedad era una annima laboral, que en el pasado haba obtenido beneficios y repartido dividendos, y la mayora vot por continuar trabajando. Nadie quera perder su puesto de trabajo. Ibdava menos, aquellos a quienes les quedaban apenas unos aos para empezar a recibir sus pensiones de jubilacin. El gran error por el que se sucedieron despus todos los problemas fue que tuvimos que recurrir a crditos que luego no se pudieron devolver. Para el desarrollo normal de la SAL y hasta que los pedidos volvieran a entrar, necesitbamos esos fondos. Cuando finalmente conseguimos el crdito, tuve que ausentarme de la fbrica durante semanas y dedicarme exclusivamente a buscar soluciones de venta, que era lo ms urgente. Viaj a los Estados Unidos donde me reun en varias ocasiones con la nueva direccin ejecutiva de Caressa, pero no logr nuevos pedidos y rompi- La cooperativa se vio en una situacin complicada social y financieramente. 119 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS mos nuestra relacin comercial. Estudi posibilidades de negocio con otros com- pradores norteamericanos e incluso contempl opciones de mercado en otros pases. Es cierto que bamos vendiendo, pero no lo suficiente. Tras el desastroso balance de junio de 1989, se aprob en junta general que la compaa presentara suspensin de pagos. Fue un desastre social y eco- nmico en el que me llev la peor parte, pues me vi sometido a una gran presin, tanto por parte de proveedores, con los cuales tuve que cumplir con mis obli- gaciones como administrador en lo que consider que era mi responsabilidad, como por parte de un grupo de trabajadores y socios de la propia cooperativa, que llegaron incluso a presentar una querella criminal contra m y Domingo Botella, el contable. rIbdo tuvo que resolverse en un proceso judicial largusimo que no se cerrara hasta el otoo del noventa y cinco, seis arios despus, en un juicio que se celebr en la audiencia provincial de Alicante. Los dos fuimos absueltos de todo lo que se nos imputaba. En el transcurso de cuarenta aos administrando y dirigiendo diferentes sociedades haba llegado a enfrentar el cierre de dos empresas. La primera vez, a principios de los aos setenta, haba tenido que liquidar la compaa fami- liar. El coste, en todo caso, fue personal. Sacrifiqu mis propias ambiciones de marca, pero pude garantizar los puestos de trabajo de todos los empleados y segu fabricando zapatos para otra compaa. La segunda vez, en el ochenta y uno, el cierre de Manufacturas del Calzado Pedro Garca, S.A. lo haba resuelto apoyando la creacin de una sociedad annima laboral, Selecta Shoes. Aqu un viejo proyecto haba dado paso a otro nuevo. Sin embargo, ahora su liquidacin, perdido el mercado para nuestros zapatos y la falta de apoyo social, se tradujo en un proceso complicado, muy costoso en lo econmico, que lleg a injerir en mi intimidad familiar. El fracaso de la SAL haba sido una responsabilidad compartida, pero volv a encontrarme solo a la hora de afrontar todo lo que desencaden. Las con- secuencias fueron graves y los juicios y las reuniones con abogados se prolonga- ron aos. A mi favor tengo que decir que siempre actu con la responsabilidad y honestidad que mi situacin y posicin requeran. Imagino que el tiempo se habr encargado de ponerlo todo en su lugar. Aquello fue un episodio de mi vida que tuve que aprender a cerrar. 120 Al RE Adis a Amrica y Leonard Con la desaparicin de Allure y el cierre de la sociedad clausur una etapa esen- cial de mi vida. Haba estado produciendo zapatos para Amrica durante casi treinta aos. Primero lo haba hecho para las primeras importadoras norteameri- canas, que descubrieron en la Espaa de los sesenta la posibilidad de fabricar a costes ms baratos. Luego, sobrevino el despegue internacional de Pedro Garca, con Jack Hinton como agente internacional de la marca. Un proyecto, mi pro- yecto, en el que haba puesto todas mis expectativas y que se prolong apenas cinco aos: del sesenta y cinco al setenta. Tras Pedro Garca, lleg Caressa, con quien estuve diez aos desarrollando la lnea propia del grupo y otros diez creando y fabricando Allure. La prensa siempre me trat bien en este pas. A finales de los aos sesenta ya se hablaba de los zapatos de Pedro Garca; y en los ochenta, siendo presidente de Allure, la revista Footwear News me dedic una entrevista firmada por Barbara Barker. La fotografa que la acompa- aba era un retrato familiar en el jardn de mi casa en Elda con Vicen, nuestra hija Mita y nuestra nieta Zahara. En ese reportaje dejaba claro en qu consisti mi sueo profesional con el producto de Allure. Buscaba la belleza, franca y simple en palabras de la periodista, siluetas ligeras como plumas, sin trucos, en tafiletes sedosos, colores vivos y looks limpios. Pero tambin quise hacer hinca- pi en que eran colecciones diseadas desde una perspectiva vendible, es decir, comercial. Garca catapult Allure en un negocio de doce millones de dlares continuaba Barker , vendiendo trescientos mil pares al ao a ms de cien clientes en Estados Unidos. Durante un tiempo, Allure fue un verdadero xito. Con los noventa me desped de Amrica sin la certeza de regresar 121 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS FOOTWEAR NEWS., MONDAY, JULY 22, 1905 Garcias Allure dream: `sellable beauty By BARBARA BARRER ELDA, Spain Pedro Garcia knew what he wanted and he went after it. Five years ago, as president ami founder of Caressas Allure division, he had a dream: not just to make pretty shoes at commercial prices; the idea was loftier than that. Garcia was after beauty, plain and simple: feather light sil-houettes with no tricks, in silky kidskins, rich colors, and clean looks. Commercial, too, akhough, I bate the word commercial, I like sellable better. Nobody knows the Allure concept better than I do. Its quality, uncomplicated, class, young lady shoes for the 25-40-year-olds who have or are making money We dont sell shoes, we sell beauty. The success of Allure is the fines and finishing. A second generation shoe-maker (bis fathers business began in Cuba in 1912), Garcia catapulted Allure into a $12 million business, selling :300,000 pairs a year lo over 100 cus-tomers in the U.S., including major department stores and in-dependents . He is targeting 400,000 pairo for 1986 and a gross of $20 million within two years. A native here, about whm there is never a discouraging word, Garcia, 50, walks to work every day. Walking and a 35-foot sailboat, moored at bis summer house an hour south of Alicante, are a few of his favorite things, along with a penchant for sweatshirts. mak-ing popcorn at Christmas, pho-tography, foreign automobiles, music and a do-it-yourself elec-tric train. Al 16. 1 wanted to be a pilot in the air force. My father never pressured me into the shoe busi-ness, but he needed me. I wont press my children to do anything they dont want to do Twenty-five-year-old Mila Garete works with Garcias younger brother Pepe Garcia, who manufactures shoes ter Two City Kids and John Higdon out of here. Twenty-two-year-old Mara Garcia is a psy-chologist. Garcias real pride is two-year-old granddaughter, Zahara, a winsome little creature whoskips formalities and calls her grand-father by bis first name Then there is bis work. Allure is a hobby; its not like work at all. Over the years, designing dignitaries have come and gone, until finally the lines creative and economic realities are back in the hands of the man who thought it all up in the first placa. Im really happy new. For about a year and a hall, Allure has had continuity. Its better than ever. Before, everybody was waiting for the next change. Now we have a solid image, and thats important to the customer.The concept of Allure is the same as always, but more so. I dont think anybody makes a bet-ter pump than we do. When talking about Allure, he says we and us, explaining, Customers know Cm behind it. Garcias factory, a tidy 4,500-square-meters spread over Urce stories on the fringes of Ibis town, produces 2,000 pairo a day and employs 120 workers. Several years ago he sifted off shares of the business to bis workers, a controversial move at the time. I was criticized by both sides, but now all the workers own a piece of the factory. They are making more money than they did when 1 was the owner. . And so am Labor problems dont exist in my factory, quality problems dont exist. My team here is so good, this place can run without me, which gives him time to build the line, with help from %stand Jourdan, and go to New York every other month. Allure In at-home disco with roulotte wheel has five sales representatives in the U S. For spring, Allures fashion statement is femininity at its most refined, also puro Ameri-cana and pared-down basics. There is no hesitation about the line, five different lasts including a shelled-out pump, plain or with a curved teardrop vamp orna-ment, an oponed up semi-dorsay, an anklewrapper, T-strap and a crisscross thin-strapped style with a little snipped toe A new pointy toe last is slightly walled on a 21/8 heel or the perfect height ter today, he said. 122 A round toe character is in the production stage, along with san-dalized looks and a few out-and-out sandals, just to tell the cus-tomer were in there, too. Im thinking wedges, certainly in lower heights; Im not sure about the high. Coloca have always been a strong point, subtle, lush, un-predictable. This season, the palette takes in the strongs, fuchsia, yellow, jade, as well as the new pastels like mint and shrimp, and the neutrals. Garete sayo the U.S. consumer will be hard hit if President Re-agan imposes quotas on shoe im-porta, as recommended by the International Trade Com-mission. Prices will go up and the consumer wont like it Presi-dent Reagan will do something. It depends on what kind of shoes he wants to stop. 1 dont think quotas will really hurt us. With EEC membership, it we lose 10 per cent of our U.S. business, the Europeas market will more than makc up for it. The Common Market is going to be good ter the shoe business, but its going lo require things that Spain is not prepared for, like the flood of Europeas prod-ucts. In the beginntng, it will be very, very difficult. We have a lot to clean up in our own house before we go into the next one. There is nothing to clean up in Garcias house. He takes care of ose house and wife, Vicen, to whom bebas been married for 27 years, takes care of the other, a one-story, fourbedroom house that is so well looked after, it glistens Every room in the house faces the garden, busily land-scaped with different kinds of palmo and beech trees. Downstairs, Garcia fiddles in bis discotheque, which has a bar, strobe lighting and a roulette wheel. This is the way to live when you work hard. Gorda and two-year-old grand-daisghter Zahora ALLURE Leonard era un hombre muy duro pero del que aprend mucho. Con los noventa me desped de Amrica, sin la certeza de que llegara el da en que pudiera regresar a este pas con mis zapatos. Despus de tantos arios, y con la ventaja de poder verlo todo con la distancia necesaria, creo que pas la prueba sobreviviendo en este difcil mercado. Leonard y yo llegamos a formar un buen equipo. No tenamos gran cosa en comn, pero nos entendamos. Yo contaba con su aprecio y l con el mo. Era un hombre muy duro, en absoluto generoso cuando se trataba de hacer nego- cios, pero del que aprend mucho. Los dos tenamos carcter y recuerdo momentos de gran tensin en que llegamos a sobrepasar ciertos lmites y enfrentarnos abiertamente. Al final acababa por imponerse la cordura. Bette ayudaba entonces a limar asperezas y dispona y organizaba nuestras reconciliaciones. Por otro lado, sin duda, guardo tambin en la memoria episodios muy agradables que tuvieron lugar durante mi sociedad con Leonard Taicher, ins- tantes que tienen que ver con Allure y Caressa. Era habitual que cerrramos las ferias con una fiesta en un hotel o alguna sala singular, como colofn a das de tra- bajo intenso. Pero en una ocasin, despus de una de las ferias de otoo inverno de la FFANY durante la poca de Allure, celebramos la fiesta final en el velero del hijo de Leonard, Donald Taicher. La embarca- cin nos llev a todo el equipo e invitados por el ro Hudson rodeando la isla de Manhattan que nos ofre- ca unas vistas impresionantes. Fue memorable. Otro de los recuerdos de aquella poca que guardo con particular afecto es una placa de agrade- cimiento de la que me hizo entrega Leonard en el transcurso de una cena organizada en Nueva York, en el ario 1984. Llevaba ms de una dcada fabricando zapatos y colaborando con Caressa y haca tan solo cuatro que haba creado y desarrollado la lnea Allure, como una divisin ms del grupo. En la placa poda leerse: For your many years of service, dedication and cooperation. Caressa Inc. could not be what it is today without your help. We love you.1 El veintids de julio de 1985, la publicacin especializada Footwear News me dedic un art-culo por el xito de Allure. El titular dice El sueo Allure de Garca: belleza vendible. Con esta placa, Caressa me agradeca la labor realizada con Allure. Me la entregaron en una cena organizada en Nueva York en 1984. 123 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS Mi amigo y socio Leonard falleci en el ochenta y ocho en circunstancias que nunca llegaron a aclararse del todo. Su cuerpo sin vida fue hallado junto a la piscina de la casa que el matrimonio posea en Miami Beach. Haba cumplido aos. El fallecimiento pareca haber sido provocado por un golpe que haba recibido en la cabeza. Llevaba varias horas muerto y vesta ropa de calle. La prensa public rumores de todo tipo y probablemente alguien de forma intencionada le asestara ese golpe por el que perdi la vida. La noticia me lleg demasiado tarde para poder asistir a su funeral y mand mis condolencias a Bette y sus hijos Robert y Donald. Cuando arios despus me puse en contacto con Bette, se haba casado nuevamente. Su marido era rabino y vivan en Los ngeles. Intent res- catar algn viejo recuerdo. Bette me interrumpi y me pidi que no le hablara de su antigua vida. Hoy estoy casada y vivo muy feliz, me contest. De Donald nunca ms volv a saber. A Robert nunca le interes el negocio de los zapatos y lo ltimo que supe de l es que se haba hecho productor de cine en Los ngeles. setenta y siete Mi amigo y socio falleci en 1988 en circunstancias que nunca llegaron a aclararse. 1 Por tus muchos aos de servicio, dedicacin y cooperacin. Caressa Inc. no sera lo que es hoy sin tu ayuda. Te queremos. 124 07 EL RELEVO TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS 126 EL RELEVO La tercera generacin Al final de los aos ochenta haba concluido una etapa clave de mi vida, fabri- cando y embarcando ininterrumpidamente zapatos hacia Amrica. Podra haber buscado otro grupo de Estados Unidos con el que asociarme, pero el antiguo El antiguo proyecto de Pedro Garca segua ah, en mi cabeza. proyecto de Pedro Garca segua ah, en mi cabeza. Quera recuperarlo y, sin embargo, no quera hacerlo solo. Una cin- cuenta y siete aos. Recuerdo que mi amigo Stanley Silverstein, propietario junto a su hermano Mike de la lnea Nina Footwear de Nueva York, me telefone un da. Producan sus zapatos en Espaa y quera que hablramos en mi oficina. Se acerc y me propuso que me hiciera cargo del control de todo su negocio en nues- tro pas, tal como lo haba hecho en el pasado para Leonard Taicher. No llegamos a concretar nada y tampoco l volvi a insistir. Stanley me conoca bien, ramos amigos, y saba que segua aguardando el momento de intentar relanzar mi propia marca. Mi hija Mita haba nacido en el sesenta, Mara lo hizo en el sesenta y dos y Pedro en el sesenta y siete. Ninguno de mis hijos lleg a tener la relacin que yo tuve con la fbrica durante mi infancia y adolescencia, cuando me levantaba y lo primero que vea, tras cruzar la puerta de la casa de mi padre, eran los operarios en sus puestos de trabajo y gente entrando y saliendo de los talleres. Cuando tuve mi propia familia, evit hablar ms de lo imprescindible del trabajo delante de Vicen y mis hijos. Mila estudi danza. Los primeros arios de su formacin transcurrieron cerca de casa, en Alicante, luego en la Academia de Juan Tena en Barcelona. Continu en el Ballet Clsico y Contemporneo de Madrid, donde complet sus estu- dios y bail profesionalmente durante dos aos. La docencia vino despus. En Madrid, al principio, y ms tarde en el Puerto de Santa Mara, en el sur del pas. Al dar por terminada la etapa de Selecta, y con ella mi relacin con Caressa, me tom un tiempo para reflexionar navegando por las Baleares. 127 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS Nunca creo que pasara por la imaginacin de la mayor de mis hijas, Mila, dedi- carse a este negocio. Sin embargo, en el ario ochenta y tres, el embarazo de su primera hija, Zahara, la trajo de vuelta a Elda. Abandon la danza y la invit a que me acompaara en algunos de mis viajes por trabajo a Nueva York. Fue as como ella entr en este mundo. En aquel momento Mara se form como producamos Allure y Mila pudo conocer pedagoga, logopeda tamente el trabajo en la fbrica, pero tambin el de la mesa de negociacin, las tcticas de comer- y psicomotricista. cializacin y la venta. A mi lado, lleg a vivir la resaca del boom de Allure, los problemas que lle- varon a su desaparicin y mi adis definitivo al grupo Caressa. Aprendi mucho los cinco aos que pas dentro de la compaa importantes para ir constitu- yendo su personalidad y mtodo de trabajo en el sector de la moda, mientras asista a clases y se especializaba en el campo de la direccin de empresa. En el ochenta y siete prob incluso a lanzar una lnea propia de zapatos que llam Mila G, lo que le ayud a curtirse an ms en el mercado americano. La publicacin de referencia Footwear News entrevist entonces a tres jvenes 128 EL RELEVO Pedro estudi en la Ars Sutoria de Miln y en el Fashion Institute of Technology de Nueva York. matricularse en la empresarias, dos espaolas y una tercera norteamericana de origen cubano, que estaban desarrollando sus propias colecciones en los Estados Unidos. Sus nom- bres eran Mila Garca, Pura Lpez y Flori Silverstein. Pura era hija del fabricante espaol Antonio Lpez, un buen amigo, y el padre de Flori era Stanley Silverstein. Mara, la segunda de mis hijas, se haba formado como pedagoga, logopeda y psicomotricista. Haca lo que le gustaba y ni por asomo pensaba en vincularse profesionalmente a la industria del zapato. Tampoco creo que mi hijo Pedro, en un inicio, hubiera pro- yectado claramente dedicarse al sector del calzado. Lo que era evidente era que se senta muy atrado por el diseo en cualquiera de sus disciplinas. Por ello, cuando termin sus estudios en Madrid, decidi Escuela de Ars Sutoria de Miln, una de las ms prestigiosas en el diseo de calzado y patronaje. Pas por ella y despus se traslad a Nueva York, donde fue admitido en el Fashion Institute of Technology (FIT) de la State University. Aqu fue donde encontr a Jerry Miller, mi viejo amigo de la I. Miller Shoe Company, ejerciendo la docencia. Era su profesor y, al leer su nombre en una lista de clase, enseguida le pregunt por m. El periodo que Pedro pas en Nueva York, la influencia de la ciudad y la escuela, le ayudaron a despejar sus ltimas dudas; decidi vincularse de lleno al mundo de la moda y los accesorios y se plante entrar en el negocio familiar. Mara, Pedro y Mila en 1991. Pedro acababa de volver de Nueva York tras completar su formacin. Mila estudi danza, pero me acompa a Nueva York y entr en este mundo. 129 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS 13() EL RELEVO El retorno al proyecto inicial Era el ao noventa y uno cuando reun a mis hijos, Mila y Pedro, para pro- ponerles la recuperacin del proyecto original de Pedro Garca. Mila estaba en Espaa y Pedro se dispona a dejar Nueva York, tras haber concluido sus estudios. Levantar un negocio de esta envergadura iba a requerir por parte de todos un gran esfuerzo e inversin, pero estuvimos de acuerdo en acometer esta empresa los tres juntos. Abrimos una pequea oficina en el centro de Elda y creamos la comercial Mila y Pedro Garca, S.L., en cuya constitucin figuraban los nombres de mis tres hijos. Mara confiaba en sus hermanos y no le import cin la parte de patrimonio familiar que le correspon- da, con todos los riesgos que implicaba. Adems se incorpor al proyecto, formando equipo con Pedro, su compaera Dale Dubovich. Pedro y Dale se haban conocido en el FIT, en el Programa de diseo de accesorios de piel. Ella ya se haba graduado en Diseo de Joyas. En aquel momento, ni mi hijo ni Dale tenan experiencia previa en la fabricacin de calzado. Pedro proceda de una familia de zapateros y se haba formado en Miln y en Nueva York, Dale tambin tena for- macin especfica; pero uno no se hace diseador de calzado de un da para otro. Es un proceso largo, de aos. En lo que respecta a Mila, haba transitado prc- ticamente por todos los mbitos del negocio, desde el seguimiento y rutina del trabajo de fbrica, los viajes a Nueva York y las presentaciones, la definicin de colecciones sentada junto a los ms jvenes diseadores norteamericanos y los envos, hasta cuestiones de marketing y de empresa. Estaba muy familiarizada Con mis hijos Pedro y Mila en la fbrica, en 2006. poner a su disposi- En 1991 mis hijos y yo creamos Mila y Pedro Garca, S.L. 131 Junto a Pedro se incorpor al proyecto su compaera Dale Dubovich. TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS con este trabajo, pero le quedaba todava mucho por descubrir y aprender si un da iba a dirigir una compaa. Tena treinta y un aos. A pesar de lo que pudiera parecer, no me preocupaba lo que todava no tenamos. Yo iba a estar con ellos para que pudieran utilizar mi experiencia, asesoramiento y apoyo financiero. Los primeros diez arios no me despegu del negocio, siempre viviendo su presente empresarial. Dirigimos nuestro producto al mercado nacional y euro- peo. El potencial de mi hijo y de Dale como diseadores no despuntara hasta ms tarde y tuvieron que trabajar muy duro para que su talento fuera recono- cido. Durante el tiempo que necesitaron para evolucionar, tuvimos que buscar el modo de mantener e incrementar el negocio recurriendo a la fabricacin de zapatos para otras marcas, como la de la diseadora norteamericana Donna Karan o la firma alemana Strenesse. Sin embargo, nunca vendimos nues- tros diseos a ninguna otra compaa. El trabajo que sali del estudio de Pedro y Dale siempre llev impreso el nombre de Pedro Garca. No fue fcil decir que no. 132 EL RELEVO Peter Harris, actual presidente del Pedder Group, nos dio una oportunidad Posicionar nuestra marca en el mercado como Mita lo pasaban mal al ver que el mente como ellos hubieran esperado. Un primer acierto estratgico de necesitaba ms tiempo, y tanto Pedro proyecto no sala adelante tan rpida- venta y posicionamiento fue nuestra apertura hacia Asia. Aprovech tres viajes de prospeccin organizados por el Instituto Espaol de Comercio Exterior (ICEX) a Hong Kong, Taiwn y Japn para contactar con clientes de la zona. Cuando empezamos a enten- der el funcionamiento de este mercado y descubrir su empuje, buscamos la forma de hacernos un lugar en l y logramos que los exclusivos almacenes Lane Crawford decidieran apostar por Pedro Garca como la firma espaola con gran potencial como marca de diseador. Fue Peter Harris, actual presidente del prestigioso Pedder Group y entonces comprador de Lane Crawford, quien en aquel momento vio algo especial en Pedro Garca y nos dio una oportunidad. Hoy Lane Crawford es nuestro mejor cliente en Asia. Pero, entonces, estbamos solo dando los pri- meros pasos. Por entonces, la venta de zapatos de mi hermano Pepe en Puerto Rico haba bajado. Le invit a que se uniera a la compaa. Tena la propiedad de la marca de Pedro Garca en el Caribe, la compramos y se incorpor al equipo como ven- dedor en el rea asitica y, luego, en Oriente Medio. Pepe se ocup de incrementar las ventas en la zona. Pedro y Dale en su estudio situado en la propia fbrica. Peter Harris, presidente del Pedder Group, miembro del Lane Crawford Joyce Group. 133 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS EL RELEVO Pedro y Dale disearon los modelos `Amanda y Anaber y todo empez a ponerse en su lugar: Italia, Amanda y Anabel A partir del ao dos mil, nuestros zapatos empezaron a adquirir esa identidad propia que hoy nos caracteriza como marca. La recompensa a tanto esfuerzo fue que Italia, uno de los pases ms representativos en el diseo de calzado de gama alta, reconoci y supo valorar esos rasgos distintivos de nuestro producto. Pedro y Dale redisearon unas sencillas sandalias de planta anatmica a las que vistieron con delicados cristales Swarovski. Una idea muy simple, basada en el contraste de conceptos, y que dio un aire fresco a la coleccin. Fueron dos modelos que llamaron Amanda y Anabel y que, an hoy, seguimos fabricando, versionados de mltiples maneras. A partir de esas sandalias, todo empez a ponerse en su lugar. De hecho, hoy Italia tiene una parte importante de nuestra distribucin mundial. Mis hijos estaban tomando el pulso al negocio. Para entonces ya tena- mos fbrica propia, porque necesitbamos controlar ms que nunca la calidad y los embarques. Tanto Mila en el marketing como Pedro en el diseo lo esta- ban haciendo realmente bien. No me necesitaban tanto y fui cediendo poder a su favor, para que ellos tomaran parte de las decisiones en la compaa. Continuamos unos aos ms haciendo zapatos para diseadores conocidos, pero con miras a prescindir de esa fuente de ingresos a corto plazo. Pudimos hacerlo definitivamente a partir de dos mil cinco. En ese ario, Pedro Garca haba adqui- rid() un estatus propio y no fabricaba ms que sus zapatos. Entend tambin que mis hijos requeran de m otro tipo de ayuda. Me fui despegando progresiva- mente de las reas del negocio que ellos ya controla- ban bien y dediqu ms tiempo a actualizar nuestra empresa, atendiendo al crecimiento que estbamos teniendo. Recurr a la firma de abogados Baker & McKenzie para que me asesoraran y me ayudaran en lo que se llama hacer empresa, o sea, organi- La planta anatmica y el cristal se han convertido en un sello de identidad. 135 En 2006 abrimos la primera tienda de Pedro Garca en Madrid TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS zarla, y creamos Pedro Garca Enterprises, un holding que controlara cinco com- paas: Mila y Pedro Garca, S.L., Pedro Garca Brands, Pedro Garca Stores y Factora 03600. La ltima en crearse fue Pedro Garca Estudio. Cada una con una identidad propia, a la que sumamos la fbrica. La posibilidad de abrir una tienda en Madrid como imagen de la firma era un tema del que habamos hablado en varias ocasiones. Pero ni Mila ni Pedro tenan tiempo para abordar otras cuestiones que no fueran sus reas de tra- bajo, as que tom la iniciativa. Encontr un local de cincuenta metros cuadrados en el barrio de Salamanca, en el callejn de Jorge Juan. Cuando se lo cont a Pedro, result que l ya haba estado investigando en la zona y ese espacio en concreto le haba lla- mado especialmente la atencin. En el ao dos mil seis, finalmen- te, abrimos la primera tienda de Pedro Garca en Madrid. Cuando, a principios de los noventa, nos habamos propuesto cer el nombre de Pedro Garca tuve claro que Estados Unidos no era el pas idneo para empezar por su complejidad. Primero tenamos que tener un nom- bre en el resto del mundo y, cuando empezramos a ser reconocidos, podra- mos definir una estrategia para introducirnos en el mercado americano. Este fue nuestro planteamiento original y lo cumplimos. Una vez tuvimos identidad como marca y empresa, sobre todo en Italia, nos preparamos para entrar en los Estados Unidos. Para entonces se haba unido al equipo Andreas Kurz, una persona joven, muy expe- rimentada en el rea de comercializacin y de moda, tambin en todo el dispositivo meditico. Curiosamente, cuando empezamos a presentar- nos y a entablar contactos con la industria americana, se me recordaba ms por ser el fabricante de Caressa y Allure que por ser el creador de una marca propia. 136 restable- Exterior de nuestra tienda en el callejn de Jorge Juan de Madrid. Pgina anterior: Dorice (otoo-invierno 2009/10), un limpio laced-up bootie. Albany (otoo-invierno 2005/06), una satin ruffled ballerina. El modelo Charlot (otoo-invierno 2008/09), una Chelsea boot en castoro, otro material que nos identifica. Steffi (otoo-invierno 2011/12), un woven satin open-toe, es un paso ms en el satn, ahora trenzado. Las monk sandals timbradas (primavera-verano 2010). Nuestra primera interpretacin de las guarachas. up,... 11111t, r o Experimentando con el satn. El modelo es Emelyn (otoo-invierno 2010/11), un frayed satin oxford con cristal, tul y grosgrain. De nuevo en castoro, el modelo Charlize (primavera-verano 2011) es una tourist sandal pero de tacn. Pgina siguiente: a la derecha, el modelo Dior (otoo-invierno 2005/06), el primer xito en satn deshilachado. EL RELEVO De hecho, la primera vez que entr en la oficina de Anne Bass, presidenta de accesorios de Donna Karan, y me present, Anna le dijo a mi hija Mita, que me acompaaba: El nombre de Una vez tuvimos identidad en Italia, entramos en los Estados Unidos. tu padre es una leyenda en Amrica. Haba ven- dido miles de zapatos en este pas y quiz esto nos ayud a entrar en su mercado. Haba transcurrido un parntesis de veinte aos. En una suite del hotel Pierre de la Quinta Avenida presentamos, en dos mil cuatro, la lnea, inaugurando as una nueva etapa en los Estados Unidos. Fueron Mila y Andreas quienes se ocupa- ron de todo. Uno de los invitados era Christophe Desmaison, propietario y CEO de uno de los mejores showrooms de moda, lla- mado CD Network, en la calle 24 West. Hoy es nuestro agente en los Estados Jnidos. Ha ayudado a introducir Pedro Garca en el pas con el apoyo de Andreas. Un gran embajador de la marca all donde va. 145 TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS :. yo- . N 5,,,,,,, :_7 ; .....:., 51 45. (, :c gb `^- ,,.),: O l1-,.,,;-4 `,,,,,,y.7., .....45 es=,19 ,. oW, 2;k1,:,5,,e.,Ny,...,.00 1.ZSC & )1 - .z. 2�,... Y- ...--,`` .,,,:...-, - ,90, , ,:N., :. .. ,.) -)0 ,I ( tok - ,),,)(, 50,...r. po ,....-... 5 .,.., 4:y .e95.1 esc5.2.j.,,,,,Ssa 31:41 --r `:,0 cY591.,^59 16 1,,b(4 co0 cc ;;0 -Ocvss:.acPs CNLekS` erSC:513*1116 2...00 seaSS,1 VvO Czzwek__al;9 055.Wo cy te kkV`gasoV92Scese..e 12lko@Ve Yel11 146 ,ase12.50.113, o gr. $ Poe,oiasa vvo aro h0/0 gs*Gcoo 10-` .1 Se, 2kVtSsZ . g t,5 0 . 0 EL RELEVO Pedro Garca hoy En la actualidad, el equipo de diseo de la compaa, encabezado por Pedro y Dale, se ha convertido en un valor muy slido. Con los aos, Dale ha llegado a ser una figura clave en la compaa. Adems de ser la pareja de Pedro, existe entre ellos una excelente compenetracin profesional. Juntos disean las colecciones y, juntos tambin, han acometido la labor de concebir la marca, de imaginarla, visualizarla y construirla, ayudados siempre por colaboradores especializados. Nuestra renovacin de la identidad corporativa es solo la parte ms visible de todo ello. Mila siempre ha confiado plena y ciegamente en su hermano como responsable ltimo de esa funcin. El primer xito reconocido de Pedro y Dale fueron las mencionadas sandalias Amanda y Anabel, gracias a las que conseguimos asentarnos en Italia. Desde entonces, hemos afianzado una slida relacin comercial con este pas, que se vio oficialmente reconocida cuando, en dos mil Comercio Espaola en Miln nos otorg el Premio a la Mejor Pequea y Mediana Empresa Espaola en Italia. Sin duda, en esa gran acogida a nuestros zapatos, tambin ha tenido mucho que ver la labor de nuestros agentes de ventas italianos, Maria Cristina Butturini y su pareja, Pietro Gasparini. Despus, con la introduccin de Pedro Garca en Norteamrica, nuestro despegue internacional ha ido paulatinamente tomando forma. Es imprescindible mencionar aqu al resto de profesionales de nuestra actual red de ventas, sin la ayuda de los cuales ello no hubiera sido posible: Pepe Garca en Asia, Ana Arxe en Australia, Philippe Verschueren en Benelux, Alexander Pospisil en Alemania, Fanis Giagmouridis en Grecia, Mette Pedersen en Escandinavia y Tino Albert en Espaa y Portugal, adems de Christophe Desmaison en Estados Unidos, Cambiamos nuestra imagen corporativa en 2006. nueve, la Cmara de Fuimos premiados como Mejor PYME Espaola en Italia en 2009. 147 Estamos presentes en treinta y seis pases, en una seleccin de los mejores puntos de venta. TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS ya nombrado anteriormente. Y si la labor de nuestros agentes es fundamental, tambin lo es la de la persona que ejerce de enlace entre ellos y Mila. Esa profe- sional es Mar Pozo y lleva veinte arios con nosotros. Sin su colaboracin y la de nuestros representantes, Pedro Garca no sera lo que es hoy. Tambin debo decir que la presente notoriedad de nuestra marca vino, sin duda, de la mano del reconocimiento por parte de los medios de comunicacin. El impacto meditico que suscit una entrevista a Pedro y Dale, en el nmero de diciembre de dos mil cinco de la revista W, fue el detonante. A partir de ese momento, nuestras apariciones en la prensa internacional se multiplicaron. Empezamos a aparecer regularmente en Vogue Italia, British Vogue, Harpers Bazaat; Elle, Tatler, Cosmopolitan... a la vez que medios como el Harpers Bazaar britnico o el Footwear News americano solicitaban nuevas entrevistas. Los objetivos empresariales y de consolidacin de marca que nos haba- mos fijado se cumplan. Hoy estamos presen- tes en treinta y seis pases, en una seleccin de los mejores puntos de venta. Y, lo ms impor- tante, existe una estrategia clara y planes de actuacin definidos a medio y largo plazo. 148 Eplogo: un legado Aunque desde el ario dos mil haba ido progresivamente confindole a mis hijos el da a da del negocio, no fue hasta el dos mil cinco cuando la empresa empez a tener rentabilidad y buena posicin en casi todos los mercados. Mi presencia al frente de la compaa se hizo menos necesaria y decid intervenir nicamente cuando ellos me lo pidieran y cederles la direccin. Tengo claro que el futuro es de ellos, aunque siga siendo presidente del consejo de administracin. Tienen mi opinin y mi asesoramiento, pero las decisiones son suyas. Acudo cada da a la compaa para hacer un seguimiento del negocio y superviso los estados financieros, que es lo que me da una idea del presente. Cuando hay un tema que me preocupa o que considero que hay que cuidar, me reno con Mila y Pedro y tomamos decisiones conjuntas. Si ellos me necesitan para tratar algn tema en particular, tambin lo discutimos. Pienso que para que Pedro Garca haya sobrevivido tres generaciones hemos tenido que hacer algo bien. Me enorgullece haber tenido un padre como el que tuve y haber hecho de generacin sndwich. Antes fui el hijo de Pedro Garca, despus, durante mucho tiempo fui solo Pedro Garca, fundador del proyecto, y, en adelante, ser el padre de Mila y Pedro. Desaparecer del centro, delegar y asumir esta nueva situacin, no me resta fuerza. Al contrario, creo que es la trayectoria de la vida y lo que tena que hacer. Siempre agradec a mi padre que hubiera empezado un negocio de la nada, que tuve la oportunidad de continuar y ampliar y, ahora, agradezco a mis hijos su trabajo tan bien hecho. Sin ellos no hubiera sido posible llegar hasta aqu y cumplir con lo que haba sido un sueo durante mucho tiempo. Un sueo que persegu lo que dura una vida, no sin vacilaciones y miedos, y con mucho trabajo. Por eso digo que soy una generacin sndwich y mi agradecimiento se dirige a las dos partes. A mi padre, por su legado. A mis hijos, por haber deseado continuar con l. Ellos, adems, han heredado para mi satisfaccin el espritu zapatero, primero, de su abuelo y, despus, el mo. Apuntes personales Las bodas de oro de mis padres con todos mis. hermanos. De izquierda a derecha, Pepe, Salud, mis padres, yo y Antonio. Mis Hermanos Me gustara dedicarles unas lneas especiales a mis tres hermanos, Maria Salud, Antonio y Pepe. Mara Salud hered las buenas cualidades de mi padre. Trabajadora incansable, intuitiva y con visin de negocio. Sin embargo, en la Espaa de los cincuenta confluan el atraso industrial y la vigencia de una mentalidad tradicional y muy pocas mujeres desarrollaban una carrera profesional tras contraer matrimonio. Siempre he sostenido que, de haber permanecido a mi lado, me hubiera sentido menos solo cuando, al cabo de los arios, tuve que hacer frente a tantas cosas. Salud ha cumplido ochenta arios. Enviud. Pero nos vemos muy a menudo. Vive en Alicante arropada por sus cinco hijos y doce nietos. Ella y mi hermano Pepe estarn de acuerdo conmigo en que Antonio ocupaba un lugar nico en el seno de la familia. Era clido y buena persona. Desde nio se haba hecho querer por todos. Sin embargo, la expresin preocupada de mis padres por Antonio la asocio a sus problemas de salud derivados de una cada en su infancia y, ms tarde, de un gravsimo accidente de coche. Nunca dio seales de haber querido hacer algo diferente y desde el principio estuvo en el negocio familiar. Muri muy joven, a la edad de cincuenta y un arios. Su hijo Marco trabaja en Pedro Garca en el rea de patronaje. Su hija Carla es enfermera. Pepe, el menor, se prepar bien. Todos queramos que estudiara. Con veinte aos se incorpor al negocio. Yo necesitaba tener a alguien de confianza a mi lado y durante un tiempo tuvo el control de la produccin. Sin embargo, donde Pepe ejerca con decisin e iniciativa era en la venta. Al final, lo entend y se dedic a dirigir Vidal internacional, el negocio familiar que principalmente comercializaba Pedro Garca fuera de los Estados Unidos. Ms tarde particip con mis hijos y conmigo en el nuevo proyecto de Pedro Garca, responsabilizndose de las ventas en Asia. Desde hace unos aos su hijo Pepe Jr. trabaja con l, al mismo tiempo que atiende la comercializacin en los pases rabes. Ana, la mujer de Pepe, tambin est en la compaa, controlando la produccin de muestrarios y su distribucin a los vendedores. Hoy Pepe tiene sesenta y seis aos; sabe que tiene que empezar a cuidarse y su hijo lo reemplazar en sus largos viajes no en el control de clientes, que seguir gestionando mi hermano desde Espaa, lo que le reportar ms tiempo libre para descansar en su casa de la playa en la Manga del Mar Menor. 155 Navegar es mi gran pasin. Aqu en una regata a Torrevitja (Alicante). Mis aficiones Con la perspectiva de los arios, me doy cuenta de que mis aficiones siempre han surgido por una necesidad, han tenido un motivo concreto. En mi adolescencia me apasionaba el Nleccano ese juego para montar estructuras con piezas metlicas, as como la construccin de maquetas de trenes, coches y aviones; todo lo que desarrollara mi ingenio y mi paciencia. Muy temprano tambin, me interes por la fotografa y llegue a tener mis propios laboratorios, primero uno de blanco y negro y despus uno de color. No solo era un estmulo creativo, tambin haba una parte de formacin tcnica importante. Hered de mi padre la pasin por los coches y, luego, me desplac con ellos en mis viajes para orientarme sobre las tendencias de moda por Italia y Francia. Practiqu tenis durante veinte aos y gracias a ese deporte me mantuve en forma. Sin embargo, si una aficin he tenido en mi vida ha sido el mar; es mi gran pasin. Seguramente por lo cerca que lo tengo. Mi primer barco fue una canoa fuera borda de cinco metros. La bautic con el nombre de mis dos hijas: Mila-Mar. Mi segundo barco se llam Simptica, era un velero de siete metros con el aprend a navegar a vela. Despus, como siempre ocurre con la aficin nutica, quise ir a ms y me pas al motor. A los pocos aos me compr un crucero a motor de nueve metros y, ms tarde, otro un poco mayor, un Gallart de once metros, con el que ya comenc a hacer singladuras ms largas con la familia, por ejemplo a las Islas Baleares o hasta Puerto Bans, en Marbella. Pero no me olvidaba de la vela y acab comprando otro Gallart de trece metros y medio, un motovelero. Fue el mejor barco que tuve y continu con l bastantes aos. Como a m lo que siempre me ha gustado es manejar mis propias embarcaciones, lleg un momento en que, por edad, tuve que dejar la vela y empezar a bajar de eslora. Entonces compr una Sunseeker 31, con dos motores y de ms fcil manejo. Finalmente hoy tengo una Cobalt 262, con un motor de 325 caballos; un day crusier muy cmodo porque a mis arios es con lo que mejor me siento. Es ley de vida: cuando empiezas con esta aficin, primero vas subiendo de tamao y luego te ves obligado a bajar. Sin embargo, es ahora cuando realmente disfruto de la navegacin. Me doy cuenta de que antes, a pesar de que pasaba buenos ratos, era la necesidad de deshacerme del estrs lo que me empujaba al mar. Ahora, es solo el placer de navegar. 157 Con mis hijos, en mi primer barro, una canoa fuera borda que se llam Mila-Mar, en los aos 60. Naco: con l aprend a navegar a motor Era un crucero a motor Gallart de once metros. El Simptica, un velero de siete metros con el que aprenda navegar a vela Navegando con la familia por Cabo Roigy el Mar Menor En esta foto, con Vicen en la cubierta del Naco II. El Naco II fue mi mejor barco, un motovelerv de trece metros y medio marra Gallart con dos motores Volvo. CLUB DE CAMPO ELDA ,ALiCANTE, Hoy poe me cabe et honoe de pode4 atedentan a !ideo. esta obea que tanto hemos espeeado; EL 0,(712 DE CAIP,P0. Ceca que hemos Legado a meta que ho,e poco a& de un ao, todos pensbamos que eta un sueo; hoy, e, una teaiidad. fluesteaCiu4n4 cuenta desde ahoed con 14.1144 in45deo,:0,12.4 Depoettyas /7141~1C44. En ettas se padJut neacttcat toda cta,e de depa2te,; Tenis, gimnasta, liatactn, Petota, Latance,to, batonmano, Botos, etc. Espeeo que ahoxa que to tenemos cons,loidn, no dededaa, que dewil, ese eattlZt24111.0 con que hoy, to iniatamos y /asea a todos tos componentes de es (a SocieWod, que unido a se en-tuataaaa ponaan et uao4 tJo pasiJJ en ,La eqn.deiw,,,Ln de esta obea que a todos 1104 Sto ae testa dae otat) 1711441443 a todos tos socios poe La con4an3a depo,,~ en esta Di/Lec-Uva. A ta Caa de 11h04444 det Sueeste de Espaa poe AU cotahoeucin ecoru5mica. A i44 lattalidodes pon et apoyo y tos Matti.dade, que nos han ~atado / a Uded., Excetentt,tmo, Stas., poe da peesencta en et dZa de ha/. A todos pus. ,lucha, ataca,. r-a---e^ -V El original del discurso que pronunci cuando inauguramos el Club de Campo de Elda. Inaugurando el Club de Campo. De rodillas, Arturo, el restaurador; de pie, de izquierda a derecha, un tcnico instalador de las pistas de TennirQuick, Jaime Segarra, yo, Joaqun Planelles y Roberto Vend. En 2004, celebramos los cien aos de fundacin de la Sociedad Cultural Casino Eklense, reconstruyndolo. En la foto, de izquierda a derecha, Julin Snchez, Joaqun Planelles y yo. Mi pueblo En los ms de cincuenta aos que he cumplido fabricando calzado, me hace sentir especial orgullo haber sido el creador de miles de puestos de trabajo, directos e indirectos, en el pueblo zapatero donde nac. No es raro que me cruce en Elda con antiguos empleados que me paran y se dirigen a m con un entraable: Usted recuerda.... Claro que me acuerdo! Y son memorias agradables y oportunas. En esos encuentros hablamos del pasado que fue un buen tiempo y recibo sus palabras como el mejor de los reconocimientos. Quiero pensar que, adems, he representado bien a Elda all donde he ido, pues el nombre de Pedro Garca, as como la calidad y diseo del zapato que nosotros producimos, est asociado sin duda al lugar donde se fabrica, y esta es la mejor carta de presentacin que puedo regalarle a mi pueblo. En cada una de las cajas y bolsas con las que hacemos entrega de los zapatos a nuestros clientes, repartidos por todo el mundo, el nombre de Elda aparece junto al de Pedro Garca. En los aos sesenta ayud a levantar un club de campo en Elda con mis amigos ntimos Joaqun Planches y Roberto Verd y otros compaeros ms con los que, hasta aquel momento, habamos practicado el tenis donde buenamente podamos. No exista en nuestro pueblo ninguna instalacin apropiada. Con el Club, promovimos el deporte en general ya que, adems de las cuatro pistas de tenis, se aadi otra polideportiva, dos frontones y dos piscinas. Tras su inauguracin fui el primer presidente de la sociedad. Cuarenta aos despus, tambin con Joaqun Planelles y con Julin Snchez, que es otro buen amigo, acometimos la reconstruccin de la Sociedad Cultural Casino Eldense. En nuestra juventud haba sido el nico lugar de encuentro y esparcimiento de la poca, tambin el de nuestros padres. Era el aniversario de su fundacin y, por abandono y falta de actividad, pensamos que, si desapareca, se perdera un lugar emblemtico de nuestro pueblo. Fueron dos aos de intenso trabajo invertidos en recuperar socios y buscar frmulas de financiacin. Haba que recaudar casi un milln trescientos mil euros para poder remontar la sociedad y recuperar el edificio. Cuando pudimos reinaugurar el Casino, nos hicimos cargo de su direccin durante un ao y, en el momento que consideramos que nuestro tiempo all haba terminado, dimos paso a una directiva ms joven que se encargara de restablecer la vida social que el edificio haba tenido en el pasado, pero ms acorde con el momento presente que tocaba vivir. 161 En 1942, con ocho aos, disfrazado para las fiestas. Los tres amigos desde la infancia, Roberto, Pedro y Joaqun, vestidos de zngaros, en los aos ochenta. Joaqun Planelles, una zngara y yo desfilando en las fiestas de Moros y Cristianos en los aos setenta. He viajado mucho y, cunto ms he viajado, ms he sentido el fuerte vnculo que me une a mi pueblo. Ese sentimiento de pertenencia al lugar de origen es algo que he vivido desde la infancia. En las fiestas de Moros y Cristianos, una celebracin ldica en recuerdo al final de la ocupacin rabe en la pennsula, siempre he participado. Tienen un carcter alegre y todo el pueblo desfila. Las otras fiestas mayores, de carcter ms religioso, se celebran en septiembre. De ellas guardo recuerdos en los que se suceden imgenes de familia y amigos. Y ese vnculo que me ata a mis races llego a sentirlo entonces incluso fsicamente. Es una sensacin que repito cada ao el ocho de septiembre, da grande de esta fiesta dedicada a los patronos, la Virgen de la Salud y el Cristo del Buen Suceso. En la iglesia se canta un himno a la Virgen que llevo oyendo toda la vida. Ese canto me conmueve profundamente, no tanto por lo que toca a su raz mas religiosa, sino por lo que representa como sentimiento vivido de toda una poca. Por ello, el nudo que siento en la garganta al escuchar ese himno es real. Lo oa con mis padres y forma parte de ese lugar afectivo y emocional de sentimientos encontrados: los mos y los de mi gente. Al anochecen k Vitgen de la Salud sale en procesin. A medioda se corre k traca y la gente se protege de los petardos con paraguas. 163 Con Vicen, en nuestro viaje de novios, frente a la catedral de Miln. Nuestras bodas de plata. Las celebramos dando la vuelta al mundo. En la foto, en Filipinas, en el Gran Hotel Manila. Mis privilegios He cumplido setenta y siete aos y tengo por cierto que he sido un privilegiado en esta vida. He disfrutado de momentos familiares extraordinarios, trabaj en lo que me gustaba y afirmara que he alcanzado mis ambiciones como empresario, persiguiendo y sacando adelante un proyecto importante. Encontr, adems, una fantstica compaera, Vicen, mi mujer. Sin duda, la recompensa han sido mis seres queridos. Creo, sin embargo, que en cuestin de emociones, podra haber hecho ms. Siempre fui una persona afectuosa, pero no lo mostr tanto como lo senta. Con mis tres nietas s que he podido dar curso libre a mis sentimientos. Sin embargo, el amor que he profesado hacia mi mujer y mis tres hijos no pude expresarlo en su momento corno lo deba haber hecho. Quiero decir que, en el pasado, me hubiera gustado tener con mis hijos esa demostracin constante de cario que he podido mantener con mis nietas. Las causas: quiz porque ya no dedico tanto tiempo al negocio o, tal vez, porque sea cierto lo que se dice sobre la relacin entre padres e hijos, que no es la misma que entre abuelos y nietos. Como consuelo, cuento a mi favor con que he disfrutado de una vida larga y sana y he podido llegar a celebrar unas bodas de plata y unas bodas de oro que me han proporcionado, por unas horas, esa dimensin afectiva que he llegado a echar en falta durante tantos aos. Tengo un recuerdo ms que especial del aniversario de plata, porque todava vivan mis padres y mi hermano Antonio. Vicen y yo hicimos un viaje de un mes alrededor del mundo y, si mis clculos son correctos, ha sido la ocasin en que ms tiempo he estado apartado de la fbrica y de Elda. La celebracin de nuestras bodas de oro, en el ao dos mil ocho, la viv de forma diferente. Llegar hasta aqu y conmemorar cincuenta aos de vida compartida no se nos concede a todos. Fue en el transcurso de este da, rodeado de familia y amigos, cuando sent esa condicin de privilegiado que me ha acompaado siempre. 165 En k escalinata del Casino Eldense, el once de septiembre de 2008, celebrando nuestros cincuenta aos casados. Cuando hablo de mi familia, no puedo dejar de pensar en las cuatro hermanas de mi mujer; Pilar, Ana, Juana y Mara Adela. Y en sus compaeros: Pepe Miguel, Ventura Garca, Paco Belmar y Francisco Soborb. Decan de nosotros que ramos lo ms parecido a un clan. Tanto tiempo siempre juntos! Por ley de vida, tres de ellos ya no estn con nosotros. Que aqu estuvieran escritos sus nombres era importante. Anita es otro de esos nombres que no me perdonara omitir. Tampoco Vicen. Ha vivido con nosotros desde los doce arios. Mi hija Mila acababa de nacer y entr a trabajar en nuestra casa como niera. Era una adolescente, casi una nia. Fue mi mujer, sin embargo, quien en los primeros meses tuvo que cuidar de ella. Despus fue ella la que ayud a Vicen a criar a cada uno de nuestros hijos; y sigue con nosotros. Ha sido una segunda madre para ellos. Todava la reclaman. Y es una segunda abuela para mis nietas. He de reconocer que tambin he tenido la fortuna de tener buenos amigos y sigo conservando un pequeo grupo de amistades ntimas. Ellos y sus mujeres son tambin un privilegio. A dos los conozco desde la infancia. A los dems los conoc ms tarde. No es necesario que los mencione. Ellos saben quines son. Son muchas cosas las que tengo que agradecer a Dios; haberme dado salud y haberme permitido disfrutar de todo lo que ha puesto la vida a mi alcance. El clan Mira. De pie: Paco Belmar, Francisco Soborb, yo, Pepe Miguel y Ventura Garca; sentadas: Mara Adela, Viren, Juana, Pilar y Ana 167 Retazos de una conversacin con Vicen Vicen ha sido una mujer muy importante en mi vida. La conozco desde que tengo once o doce arios y empezamos a salir juntos, con otros amigos, cuando tena catorce. Formalizamos nuestra relacin al marcharme de Elda para hacer el servicio militar. Despus, regres a la fbrica y pasaba muchas horas all. Tambin viajaba. Nos veamos poco y eso adelant nuestra boda. Nos casamos jvenes. Yo tena veinticinco arios y ella veinticuatro. Al ario siguiente naci Mila. Vicen fue siempre mi gran apoyo. Cri a mis hijos y si son lo que son, se debe a ella. Fue Vicen quien los form como personas. Yo tena la responsabilidad del negocio familiar, tena que viajar constantemente. Ella nunca me puso ningn obstculo. Hubiera sido muy dificil hacer todo lo que tuve que hacer sin ella. 169 Vicen El trabajo para Pedro no es esfuerzo. Si falla algo, no le importa insistir. Y otra vez y otra vez... Y entonces se vuelve a ilusionar muchsimo. Es innato. Siempre he confiado en l. Saba que por una parte o por otra saldra. l ha sido muy trabajador y adems ha tenido visin. A Pedro le exigan muchsimo, Leonard y Jack. Era una cosa increble. Bette era muy simptica. Muy simptica. Me llevaba de compras por Miami. No te cuento lo que compraba Bette! Era rubia, muy extravagante vestida, muy americana. Tambin con mucho estilo. En su coche tena siempre una bolsita de higos porque no quera comer demasiado y recuerdo que mientras coma uno de esos higos se iba poniendo el rmel... Muy bueno. Esplndido. Me gusta este capricho y, si ha estado a su alcance, lo he tenido. Y ya! Lo he dicho hoy y ha venido al da siguiente con l, si ha podido. No ha tenido sonrisa fcil, pero ha sido un gran marido. Por supuesto! Muy buen padre. E hijo... No te quiero decir nada! Sus padres lo han adorado. Y l adoraba a sus padres. l necesita oler la fbrica. Ir y verla y decir: Bueno... aqu est! 170 Mara, Pedro y Mila Mi hija Mila haba nacido en el sesenta, Mara lo hizo en el sesenta y dos y Pedro en el sesenta y siete. Ninguno de mis hijos lleg a tener la relacin que yo tuve con la fbrica durante mi infancia y adolescencia, cuando me levantaba y lo primero que vea, tras cruzar la puerta de la casa de mi padre, eran los operarios en sus puestos de trabajo y gente entrando y saliendo de los talleres. Cuando tuve mi propia familia, evit hablar ms de lo imprescindible del trabajo delante de Vicen y mis hijos. 171 Mara Recuerdo a mi padre como una persona callada. Mi madre sola decirnos que era poco hablador. Ahora creo que su preocupacin por la empresa ocupaba gran parte de sus pensamientos. Yo todava no era consciente de la envergadura de sus negocios. La imagen que tena de l era la de un padre muy trabajador que o estaba en la fbrica o viajando. A su regreso, mis hermanos y yo lo perseguamos sin perder de vista la maleta que traa con l porque era impensable que se hubiera podido olvidar de nosotros. Siempre nos traa regalos. El da que mi hermano Pedro naci, mi padre vino a buscarme al colegio. Me sac de clase y fuimos a recoger a mi hermana Mila. A travs de una ventana, mi padre, que nunca ha sido una persona demasiado expresiva, gesticulaba e irradiaba felicidad intentando decirle a mi hermana, por seas, que se levantara de su pupitre y saliera fuera, que tena algo urgente que decirle. Me consideraba afortunada porque pensaba que tena el padre mas guapo del mundo. Lo adoraba. Con diecisis aos un da mi padre me pregunt si quera acompaarlo a Roma y ser su secretaria por unos das. Yo fui encantada. Me llev al Coliseo. He olvidado si hubo en ese viaje alguien ms con nosotros lo he borrado, nicamente me acuerdo de mi padre y de que bamos de escaparate en escaparate. Vive en Elda, con su compaero Poli, donde ejerce como pedagoga en el departamento de orientacin de un centro escolar desde hace diecisiete aos. Su hija Claudia naci en 1992. Es la ms joven de las tres nietas de Pedro. Estudia en la universidad junto a su prima Candela. 172 Admiro esa habilidad suya que tiene de adaptarse a circunstancias adversas. Tambin su generosidad, vitalidad, optimismo, sentido de la justicia y, ante todo, esa capacidad resolutiva particular de l siempre desde la templanza. Incluso en determinadas circunstancias personales delicadas de mi vida fue capaz de separar los afectos de la razn y encontrar una solucin. Un momento extraamente feliz que recuerdo junto a l fue el da en que le dieron la buena noticia de que haba concluido a su favor el largo proceso judicial motivado por el cierre de la cooperativa. La entereza que mi padre mantuvo durante los seis interminables arios que se prolong este penoso trance y el control que ejerci sobre sus preocupaciones, para que nosotros no nos inquietramos y sufriramos por l, fue asombroso. Mi padre y mis hermanos estaban por entonces inmersos en el relanzamiento de Pedro Garca. A pesar de la gravedad de todo lo que estaba ocurriendo, saber que mi padre quera y segua estando en el timn del barco con la ilusin de un nuevo proyecto, que dirigiran mis hermanos, me hizo tener la conviccin y seguridad de que iba a tomar la decisin adecuada: estar ah con ellos, ser una socia ms. El mundo empresarial realmente nunca me atrajo. Estaba orgullosa de mi padre y de lo 173 que haba conseguido, pero desde el principio supe que mi lugar era otro. Siempre le estar agradecida por haber respetado mi deseo de hacer algo diferente. Mi admiracin est con las tres generaciones de mi familia que se han dedicado a este negocio mi abuelo, mi padre, y mis hermanos, y agradezco enormemente que mi padre me diera la oportunidad de formar parte del proyecto. Mi padre siempre tuvo claro que sus tres hijos tenamos que estar juntos en esta nueva empresa, aunque yo lo hiciera nicamente corno socia. La ilusin de mi padre era poder llegar a ver esa continuidad en sus hijos. Nos educ para enfrentar los problemas abiertamente. Las cartas tienen que estar siempre hacia arriba, mostrarse, y esta tena que ser siempre nuestra tarjeta de presentacin, hiciramos lo que hiciramos. Esta ha sido la mejor de las herencias. 174 Pedro Los recuerdos mas vivos junto a mi padre en la infancia, tienen lugar en el mar. Durante muchos aos, todos los sbados por la maana bamos al puerto de Alicante para navegar por la baha y, muy posiblemente, acabar almorzando en la isla de Tabarca. Ninguno de los dos hemos sido nunca muy habladores, as que en estas pequeas singladuras nos limitbamos, yo, a aprender a navegar y, los dos, a disfrutar de la mutua compaa. Aquellos momentos fueron importantes para m, porque todo el conjunto de maniobras nuticas, clculos y precauciones que mi padre me ense, me aportaron un fuerte sentido de la responsabilidad y la organizacin. Luego, en mi adolescencia, se rompi esta rutina puesto que yo empec a tener otros intereses, pero nunca he dejado de sentir pasin por el mar y recientemente he retomado esta aficin heredada y la disfruto mucho. Mi incorporacin al negocio familiar ocurri de un modo bastante natural y, aunque recuerdo no aceptar de muy buena gana aquellas primeras prcticas de verano en la fbrica, ms tarde me di cuenta de que fue una experiencia bsica para decidir si quera continuar con la compaa. Aos despus, ya una vez integrado pero al principio de mi trayectoria profesional, sent de lleno el peso que supona ser el tercer Pedro Garca, despus de mi abuelo y mi padre. Y, en aquel momento, a la pregunta `T eres Pedro Garca, era incapaz de dar una respuesta Vive en Elda desde 1991 con su compaera, Dale Dubovich. Fijaron all su residencia, tras sus aos de formacin en Nueva York, para responsabilizarse del diseo del producto de la compaa, as como de su imagen pblica. 175 simple y llana. De hecho, la cuestin me oblig a evolucionar. Era Pedro Garca, el diseador Pedro Garca, la personificacin de la compaa Me oa dando excesivas explicaciones, no porque no deseara ser quien soy, sino porque Pedro Garca no era un proyecto nicamente mo. Aunque llevara mi nombre, en l nos habamos embarcado diferentes personas y era ms que yo mismo. Hoy en da mi respuesta a la pregunta es sencillamente afirmativa. Me enorgullece tener este nombre por todo lo que para m representa Con los aos me doy cuenta de cmo me ha ayudado mi padre y de lo inspirador que ha sido su ejemplo. Ha conseguido que sea ms que un diseador. Me ha mostrado qu significa ser empresario y los riesgos que esto lleva implcitos. Nos ha ayudado a Mila y a m a pensar en grande. Nos ha hecho ver que necesitas un equipo para poder crecer y, lo ms importante, que te has de ganar su respeto. El poder, es decir, la capacidad de ser escuchado por tus colaboradores y de que efectivamente sigan tus directrices, es algo que no se regala ni se hereda con el apellido, sino que se obtiene demostrando capacidad. Gracias a mi padre he aprendido a gestionar un equipo, seguramente de forma diferente a como lo haca l, pero a partir de un mismo protocolo. Como l lo aprendi de mi abuelo. 176 Mila Mi madre me cuenta que cuando nac, en enero del sesenta, haba nevado mucho en Elda y mi padre estaba constantemente llenando mi cuna de algodn para que no tuviera fro. Es algo que me gusta recordar. Es un gran negociador. Para m, siempre es fcil preparar una negociacin a do con mi padre. He aprendido muy bien de l que, cuando vas a negociar, debes haberte sentado antes en la silla de la persona que tienes enfrente. En mi adolescencia tuvimos enfrentamientos importantes. Era la mayor de mis hermanos y la ms rebelde. Pero l nunca zanjaba una discusin sin dejar una puerta abierta. Siempre ha pensado en grande. Es un gran empresario. Hay mucha gente con la que ha trabajado a lo largo de su trayectoria profesional proveedores, clientes, colaboradores que me recuerdan a menudo lo activo, internacional, implicado y carismtico que es. Y especialmente la constancia que tiene para lograr sus objetivos. Yo les contesto: A m me lo vas a decir! Muchas marianas de domingo, recuerdo ir con l y mis hermanos al Club de Campo a patinar. bamos todos impecables, tanto mi padre como nosotros. Siempre me sent muy orgullosa de ser su hija. Vive en Elda desde 1983 con su compaero, Ramn Fuster. Tiene dos hijas. Zahara, naci en 1983, es la mayor. Es diseadora grfica y trabaja en Nueva York. Candela es la pequea. Naci en 1990. Ahora estudia en la universidad. 177 En todo momento ha tenido una visin anticipada de lo que haba que hacer. Es muy intuitivo. Tanto Pedro como yo pensamos que, en estos ltimos aos, ha sido de gran ayuda que mi padre, analizando la situacin sin la implicacin minuto a minuto que tenemos nosotros, haya podido hacernos observar lo que nosotros no ramos capaces de ver. Y adems siempre lo ha hecho con gran delicadeza. Es un gran protector de su familia. Tanto mi padre corno mi madre han sido tremendamente generosos. Todo les ha parecido poco cuando se ha tratado de nosotros. Mi incorporacin al negocio familiar estuvo influida por el indudable convencimiento de mi padre de que mi carcter era el adecuado para este negocio. De adolescente nunca pens que acabara trabajando con l. Una vez en la compaa, ciertamente, no tuve dudas y siempre le agradecer su invitacin. Es muy emptico. Cuando lo conoces, tiene un no s qu cautivador, y esa primera impresin seria y distante se derrumba. Cuando quiere algo, lo quiere ya! 178 Candela, Claudia y Zahara 179 Candela Aunque pueda sonar a tpico, mi abuelo es una persona muy especial. Es mi referente y mi modelo a seguir. Me conformara con que mi trabajo me llegara a apasionar tanto como a l el suyo. Es cierto que ese mismo entusiasmo hace que no pueda dejar de pensar ni un instante en lo que le interesa o en el objetivo que tiene en mente en ese momento, pero a la vez con nosotras, sus nietas es afectivo, carioso, expresivo, cercano... Hace que las decisiones parezcan fciles, incluso las ms difciles. Recuerdo que, hace poco, en una comida, le coment mis dudas acerca de si estoy orientando bien mi futuro, y el consejo que me dio es que, en la vida, haga simplemente lo que me gusta. Que no me plantee nada ms, ni que piense en nadie. La vida no es fcil, y siempre vas a tener que luchar por lo que quieras, dijo. Pero, por supuesto, tambin me dijo que estudie, que la formacin es fundamental. Ah! Y antes de acabar, solo una ltima cosa: para m, mi abuelo no es serio. 180 Claudia La relacin que mantiene con sus nietas es muy diferente a la que ha tenido con sus hijos. Creo que es mucho ms emotiva y prxima. En especial, en mi caso, ha representado siempre la figura paterna. Me resulta complicado no dejarme nada de lo que supone para m, pero desde luego proteccin, seguridad, bondad, generosidad, humildad y... trabajo, trabajo y ms trabajo. Una percepcin que tengo de mi abuelo es que si quiere algo, lo persigue hasta que lo consigue. Y no se conforma con cualquier cosa, tiene que ser lo mejor. Hasta que no lo tiene, no deja de buscarlo. La mayora de las veces que hablo con l seriamente es sobre el futuro. Te hace sentir que si quieres, puedes. Siempre te da confianza, tranquilidad. Como l logra siempre las metas que se propone, te transmite que t tambin vas a alcanzar las tuyas, simplemente porque l te ha dicho que las vas a conseguir. Mi abuelo no es un abuelo ms; es el abuelo. 181 Zahara De Pedro yo siempre lo he llamado Pedro, recuerdo muchas veces sus consejos. Como cuando me dice: Haz lo que quieras, pero tienes que ser muy buena en lo que hagas. Da igual lo que sea, pero has de tener pasin por tu profesin. l es muy activo y eso siempre me ha inspirado. Es muy energtico, muy motivador. Cuando estoy con l, su compaa me llena; y no es necesario que hablemos mucho, es una cuestin de energa. l viaj a Nueva York siendo muy joven y creo que eso influy en la decisin de venirme aqu. Es algo que en cierta forma est en m, de un modo inconsciente, supongo, ms que consciente. Hay ciertos rasgos que comparto con l; sobre todo, la tendencia a la aventura. Explorar, descubrir. No quedarte quieto, investigar. En eso somos iguales. Y siempre me ha gustado que tenga tanto estilo. Me encanta. No es habitual hablar de moda con tu abuelo. 182 Mi agradecimiento a cada una de las personas que con su trabajo han ayudado a hacer posible esta empresa que inici mi padre en el ao mil novecientos veinticinco; y que hoy, ao dos mil once, continan mis hijos. PEDRO GARCA, TRES GENERACIONES DE ZAPATEROS 1a edicin: diciembre de 2011 Un proyecto de Pedro Garca Vidal editado por Mila y Pedro Garca, S.L. Textos biogrficos: Teresa Villarroya Edicin y textos corporativos: Carlos Serrat (gira visual communication) Direccin de arte y diseo: clase bcn Fotografas de las pginas 130, 132, 134, 137-144, 146 y 149: Daniel Riera, e Daniel Riera y Mila y Pedro Garca, S. L., 2011 de la edicin Pedro Garca Vidal y Mila y Pedro Garca, S. L., 2011 de los anuncios publicitarios de las pginas: 59, B. Altman & Co. y The New York Times Company; 60, Bergdorf Goodman y The New York Times Company; 73, Macys, Inc. y St. Louis Globe-Democrat; 74, Macys, Inc. y Buffalo Courier-Express; 77, Macys, Inc. y The New York Times Company; 77, Hovland-Swanson y Lincoln Journal Star; 77, Vogue Australia Cond Nast Publications; 97, Caressa y The New York Times Company; 106, Vogue US Cond Nast Publications; 112, Timothys y D Magazine; 113, Caressa y Bloomingdales Macys, Inc. de las imgenes de las pginas: 75, Harpers Bazaar UK; 76, Harpers Bazaar US; 78, Vogue UK Cond Nast Publications; 79, Glamour UK Cond Nast Publications; 80, Glamour UK Cond Nast Publications; 84, Vogue Cond Nast Publications; 122, Footwear News, Barbara Barker y Pedro Garca Reconocimiento de derechos de autor: expresamos nuestro mayor agradecimiento a los propietarios de los derechos de autor a quienes hemos intentado por todos los medios localizar para obtener los correspondientes permisos antes de la publicacin de este libro. Reconocemos su inestimable colaboracin y ayuda. Reservados todos los derechos de esta edicin para Mila y Pedro Garca, S.L. C. Italia, Parcela 46, 03600 Elda, Alicante www.pedrogarcia.com Prohibida la reproduccin total o parcial sin permiso del editor. Depsito legal: D.L.B. 16.855 2011 Fotocomposicin: Nova Era Impresin y encuadernacin: SYL, S.A. Impreso en la UE

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