Cierre del CEFIRE de Elda: el qué y el cómo

Mi última entrada en este blog en torno a la actividad del CEFIRE de Elda se remonta a diciembre de 2017 y abordaba la aniquilación (del latín tardío annihilare, “reducir a la nada”) de su biblioteca virtual, la pérdida deplorable de miles de recursos útiles para las y los docentes recogidos y puestos a su disposición en la red durante 17 años.

No cesan las adversidades. La semana pasada asistimos, con tristeza, al anuncio de cierre de nuestro centro de formación del profesorado. Digo con tristeza como usuario, como coordinador de formación de mi instituto. Lamentablemente, no solo Elda, sino toda la comarca a la que daba atención pierde su CEFIRE y pasará a estar supervisada desde los de Alcoi o Elx.

El anuncio de Conselleria se realizaba el pasado viernes con un titular grandilocuente que había suprimido cualquier mención a la clausura: “Educación refuerza su apuesta por la internacionalización educativa con la creación de un nuevo CEFIRE específico en Castellón”. ¿En qué puede beneficiar al profesorado de nuestra zona la nueva configuración? Creo que en poco. Por ejemplo, es cierto que contaremos con un CEFIRE de referencia en internacionalización estratégicamente ubicado (a dos horas y media en coche) pero perderemos una asesora sobre proyectos internacionales de gran experiencia a veinte minutos a pie desde nuestra puerta.

Digo también con tristeza porque durante más de una década he formado parte de ese CEFIRE y he tratado de aportar, como el resto de mis colegas de las asesorías, lo mejor de mí en el servicio al profesorado de nuestra área territorial. Hemos luchado mucho durante mucho tiempo entre esas cuatro paredes en el ámbito de los recursos y de la formación continua en condiciones a veces muy insuficientes de medios y personal. A pesar de la pena, creo que podemos estar satisfechos de la mayor o menor ayuda proporcionada a tantas compañeras y compañeros a lo largo de décadas a la hora de dignificar su tarea de enseñar.

No cuestionaría el cierre del CEFIRE de Elda si no concurrieran elementos que refuerzan mi desconfianza sobre sus motivos y beneficios. No lo cuestionaría si viniera acompañado de una explicación clara sobre las razones de su clausura en términos de mejora para nuestro profesorado. El cierre de un CEFIRE no es algo inusual. Recuerdo que un gobierno de signo distinto al actual cerró los CEFIRE de Elx y de Alcoi, hoy resucitados, los mismos que se harán cargo de nuestras necesidades. En aquel momento parecía más lógico mantener un CEFIRE en la tercera ciudad más poblada de la Comunidad Valenciana y escapa todavía a mi corto entendimiento por qué razón, se decidió salvar el de Elda. El problema no es el cierre sino la falta de reflexión sobre la eficacia y eficiencia de un modelo concreto de formación del profesorado y de una configuración de los CEFIRE que responda a criterios educativos, el problema no es solo el qué del cierre sino el cómo.

La impresión que produce la noticia es la de una improvisación errática en materia de formación del profesorado, una más de un conjunto de políticas que lejos de buscar un consenso mínimo, unas líneas maestras de actuación que puedan ejecutarse en un plazo suficiente para estimar su éxito o fracaso, propician un bautizo de napalm con cada cambio de gobierno sobre los precarios andamios del gobierno anterior o convierten la formación del profesorado en objeto de cambalache o en mero instrumento para marcar territorios e influencias ajenas a su cometido.

Hace unas pocas semanas, el personal del CEFIRE de Elda nos reunió a todas y todos los cordinadores de formación de los centros educativos de su zona de influencia para anunciar las novedades del Plan anual de formación. En dicha reunión se presentaron y se pusieron a nuestro servicio para cualquier demanda que pudiéramos tener durante el curso. Sic transit gloria mundi. Ni yo, ni cualquier asistente nos hubiéramos imaginado jamás un aviso de cierre tan inminente como el que se plantea, con el curso empezado, con asesorías ya asignadas a nuestros centros, en medio del proceso de diseño de su formación. Apostaría a que estos compañeros y compañeras que nos ofrecieron su disponibilidad tampoco lo imaginaban, o lo supieron disimular muy bien.

No es el qué, es el cómo. El anuncio del cierre del CEFIRE no ha sido tal. Ya he adelantado que se sustrae del titular, pero es que ni siquiera se cita en el cuerpo de la noticia. Copiaré la única mención de la palabra “Elda” en toda la nota de prensa:

Por su parte, los CEFIRE territoriales ya existentes son: Alicante, Alcoy, Castelló de la Plana, Elche, Gandia, La Nucia, Orihuela, Sagunto, Torrent, València, Vinaròs y Xàtiva. Alcoy y Elche atienden la formación de profesorado de Elda.

Habéis leído bien. En ningún lugar se habla de cierre de nada. En ningún lugar aparece el sintagma “CEFIRE de Elda”. Modo aniquilación (del latín tardío annihilare). Como si diera vergüencita deslizar una mala noticia después de anunciar a bombo y platillo las glorias de la renovada formación del profesorado. Sin hacer manifiesta ni justificar una decisión, sin ser consecuente con ella.

Así nos va.