jueves, 12 de diciembre de 2024

El retorno de PISA

Jesús María `Pitxu` García Sáenz
9 diciembre 2016
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El retorno de PISA

La presentación de los resultados de PISA este 6 de diciembre suena un tanto a secuela de gran producción cinematográfica, a la altura del interés mediático que genera, para bien o para mal, o un tanto a amenaza, no sé si fantasma o no, para cualquier responsable educativo retratado en la clasificación.

Una de mis primeras entradas en este blog Conceptos educativos: PISA se refería a dicha iniciativa de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) conocida por esas cuatro sencillas letras, PISA (Programme for International Student Assessment o Programa para la Evaluación Internacional del Alumnado), que cada tres años, como ave migratoria de paso, acampa en nuestros periódicos y tertulias varias. En ella abordaba con brevedad una serie de cuestiones problemáticas asociadas al, con toda certeza, más influyente informe en el campo educativo:

  • Qué mide (y qué no mide PISA).
  • Cómo se interpretan y se extrapolan sus resultados a gusto del intérprete.
  • Cómo influyen (y cómo no influyen) en los sistemas educativos y en las aulas, más allá de los grandes titulares y su huella residual al cabo de unos días en el común de las y los mortales.
  • A quién o quiénes beneficia PISA o qué mercados alimenta esta iniciativa (aplicación, recomendaciones...).

Con el mismo espíritu crítico me enfrentaba en la mañana "del día P" a la publicación de resultados de PISA 2015, edición en la que el que el protagonismo rotatorio recaía sobre la competencia científica. No solo a la puesta en escena, difundida en directo a través de Internet, sino a la sucesión de noticias apocalípticas o laudatorias, nunca se sabe hasta no ver la puntuación, sobre nuestro sistema educativo.

Y los números (parece que lo único que realmente sigue importando, aunque el común de las y los mortales no sepa ni de dónde salen ni, pongamos, qué diferencia abismal puede haber entre un 500 y un 485) han determinado que España, así, en global, mejora. Según el Ministerio de Educación "se sitúa, por primera vez en la historia, al nivel de los países más avanzados del mundo".

No han faltado tampoco declaraciones desde las consejerías de educación autonómicas sacando pecho cuando tocaba o prometiendo mejorar en la siguiente convocatoria porque, lo crean o no, las comunidades del mismo país difieren en sus resultados. Bastante. Las buenas se postulan para la Champions y las malas se limitan a luchar por el ascenso.

Ayer éramos mediocres o malos y hoy jugamos (casi) en primera división. Bueno, en realidad hemos avanzado unos puntos en Lectura, prácticamente nos hemos mantenido en Matemáticas (vale, dos puntitos más) y hemos bajado en Ciencias con respecto a 2012, lo que ocurre es que la media de la OCDE ha empeorado más. Ya se sabe, mal de muchos...

En este debate interior me hallaba cuando me he topado con las palabras de Andreas Schleicher, cabeza visible del informe, en las que apunta para España, en global, a "la concentración excesiva en la legislación y las normas" como elemento distractor de la calidad de la enseñanza y menciona la incidencia de las repeticiones, el necesario empoderamiento del profesorado o la no menos apremiante financiación suficiente... Casi he dado gracias a PISA por existir y hacernos partícipes de sus inauditas  revelaciones.

De veras me sigo preguntando por qué se banaliza tanto con estas cuestiones. Por qué, así lo he leído en Twitter en un símil acertado, encaramos PISA como una especie de concurso de Eurovisión, un poco picados y picadas por el amor patrio (nacional o autonómico) pero, en fin, como meras y meros espectadores, aparezca alguien con aptitudes canoras o el Chikilicuatre. Dan ganas de sugerir que eliminen la puntuación numérica, es como poner notas con decimales al alumnado de primero de Primaria, y se limiten a las recomendaciones, sean cuales sean. Al menos alguien las leerá.

He visto la presentación y, más allá de los números, y de lo que pensemos de PISA, se han dicho algunas cosas interesantes (costará verlas en los titulares) pero que apuntaban a urgencias, a líneas políticas, tal vez consabidas pero poco implementadas. Citaré un ejemplo, la brecha de género en el desempeño relativo al ámbito de las ciencias. Un caso en que la responsabilidad, como bien se ha señalado, ni es exclusiva de la escuela ni siquiera tiene su raíz en ella.

Denle vueltas.

Para saber más:

educaLAB PISA 2015 Preguntas liberadas / Marco teórico.

PISA 2015 Resultados clave (en español)

Retransmisión de la presentación de resultados PISA 2015

.be

SÁNCHEZ CABALLERO, Daniel. "Guía para entender PISA, el examen de la educación que muchos citan y pocos comprenden". eldiario.es. 04/12/2016

Jesús María `Pitxu` García Sáenz
Jesús María `Pitxu` García Sáenz
Acerca del autor

Jesús María "Pitxu" García Sáenz (Vitoria-Gasteiz, 1970) es doctor en Filosofía y Letras (sección Filología Hispánica) por la Universidad de Deusto. Como profesor de Secundaria ha trabajado en el IES Azorín de Petrer y en el CEFIRE de Elda, en la asesoría de plurilingüismo y en las de referencia sobre programas europeos y coeducación.

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