Aprendizaje-servicio
En la entrada de esta semana me gustaría traer al blog una metodología por desgracia demasiado desconocida para su potencial formativo: el aprendizaje-servicio, representado en ocasiones por sus siglas ApS o AySS (aprendizaje y servicio solidario).
¿Qué se entiende por aprendizaje-servicio? Se trata de una metodología educativa que combina e integra en el mismo proyecto el aprendizaje basado en el currículo académico y el servicio a la comunidad desarrollando tareas que satisfacen sus necesidades. Esto supone beneficios en el ámbito del aprendizaje de las personas, por la motivación que da un enfoque activo de lo aprendido, el contexto real de aplicación y el protagonismo a la hora de desempeñar tareas y aprender mediante ellas. Por otro lado, dota de mejoras a la sociedad por medio de dicha participación, diríamos que no solo en el propio afrontamiento de esa carencia y servicio concretos sino en el del fomento de una ciudadanía activa que permita actuar ante muchas otras exigencias sociales semejantes.
La idea de protagonismo ciudadano y de un sentido de la educación me parece fundamental en tanto que a través de la filosofía del aprendizaje-servicio no se entienden fuera de un contexto actualizado. No se trata solo de preparar a personas para enfrentarse a necesidades futuras sino de contar con personas y promover un aprendizaje significativo en sus vidas y en las de las y los demás, de ahí el componente solidario que se afirma en algunas aproximaciones y definiciones, desde el momento actual y de forma activa.
Por supuesto la aplicación de esta metodología requiere de esfuerzos notables, esfuerzos, en primer lugar, debidos a la escasa cultura de colaboración y de alianzas entre escuela y comunidad. También a lo costoso del diseño de propuestas de trabajo y su adaptación a la realidad, su planificación, su desarrollo, su evaluación y modificaciones pertinentes para la sostenibilidad de estos proyectos. El hecho de que sea necesario reorganizar tiempos, espacios y agrupamientos "naturales" no solo para el servicio sino para la reflexión sobre él puede ser otra dificultad inherente a muchos de ellos. Una más, creo que muy en la línea de las planteadas por el aprendizaje basado en competencias, tendría que ver con la integración y coordinación curriculares del proyecto, la consistencia de este para desarrollar los elementos presentes en el currículo.
Todos estos obstáculos o retos no son cuestiones insignificantes pero no resultan insalvables para que surjan proyectos con un extraordinario carácter transformador tanto del panorama escolar, de quienes aprenden y enseñan como de la comunidad en la que se desarrollan. La existencia de estos exponentes, el sentido profundo que aportan al aprendizaje y su valor educativo deberían ser el mejor aliciente para la difusión y generalización de esta metodología.
¿Se percibe el ApS como algo muy lejano? De hecho, existen experiencias bastante próximas. Comentaré una que me parece un fantástico ejemplo. Desde el curso 2008- 2009 tiene lugar en Monóvar e implica al CEIP (Colegio Público de Educación Infantil y Primaria) Mestre Ricardo Leal y, por otro lado, al Centro Ocupacional El Molinet, gestionado por la Mancomunidad del Vinalopó, cuyos usuarios y usuarias son personas adultas con discapacidad. Para quienes no los conozcáis, son centros colindantes, solo separados por una valla, que hasta ese momento vivían literalmente de espaldas.
He oído varias veces contar a Vicente, director del colegio, la anécdota sobre cómo un incidente, un conflicto derivado de la cercanía de ambos pudo reconducirse y transformar el recelo de la comunidad escolar en un proyecto educativo emocionante. El resultado ha sido durante todos estos años el desarrollo, dentro de un proyecto de innovación ampliamente reconocido, de actividades en el ámbito artístico (cerámica, plástica y confección) y medioambiental (huerto escolar) tutorizadas por alumnado del centro ocupacional en las que ha participado el del CEIP Mestre Ricardo Leal, la interacción en diversas celebraciones de los dos centros, el compartir y aprovechar espacios...
Pero no solo eso, ni mucho menos. Hay que sumar la visibilización de la diversidad como algo normalizado y respetable, el crecimiento en conciencia sobre la igualdad y la inclusión, el empoderamiento de personas marginadas o minusvaloradas por su discapacidad, el contacto entre familias y personal de dos centros tan diferentes, la colaboración y compromisos entre otras instituciones como el Ayuntamiento y la Mancomunidad...
Tantas y tantas cosas por las que apostar en educación. Un camino que no siempre ha sido de rosas, como las que puedan crecer ahora en su jardín, un trayecto ejemplar. De acuerdo que puede ser muy singular por darse circunstancias como la contigüidad, pero los dos centros estaban igual de cerca cuando no tenían ningún contacto. En este caso, como en muchos otros, el contexto es fundamental para el aprendizaje-servicio pero no más que la voluntad y la visión a partir de él de una oportunidad para la mejora y la respuesta a las necesidades y al aprendizaje.
Para saber más:
Centre Promotor d'Aprenentatge Servei.
Red Española de Aprendizaje-Servicio.
Jesús María "Pitxu" García Sáenz (Vitoria-Gasteiz, 1970) es doctor en Filosofía y Letras (sección Filología Hispánica) por la Universidad de Deusto. Como profesor de Secundaria ha trabajado en el IES Azorín de Petrer y en el CEFIRE de Elda, en la asesoría de plurilingüismo y en las de referencia sobre programas europeos y coeducación.