Enfoque radical de la formación
El pasado martes tuvo lugar en Valencia una jornada para las asesorías de los Centros de Formación, Innovación y Recursos Educativos de la Comunidad (CEFIRE). En ella se trabajaron diversos aspectos relacionados con la formación permanente del profesorado, las dificultades y los logros actuales, el futuro modelo, las competencias y perfiles de los asesores y asesoras de formación y su congruencia con los del profesorado en función de calidad de la enseñanza y aprendizaje de nuestro alumnado, etcétera.
Nuestra jornada de trabajo y debate contó con algunas intervenciones externas en la sesión de la mañana. Me referiré en la entrada de hoy a una de ellas cuyo mérito, ya es bastante en los tiempos en los que estamos, fue no dejar indiferente a la mayoría del auditorio. Dentro de una actividad institucional de este tipo llaman la atención planteamientos tan radicales, en el sentido etimológico de la palabra, que prescindan de la hojarasca y ofrezcan un enfoque desde la raíz, desde los fundamentos. Me estoy refiriendo a la exposición de Agustín de la Herrán, profesor del Departamento de Didáctica y Teoría de la Educación en la Universidad Autónoma de Madrid, que no nos dejó indiferentes aunque fuera por distintas razones.
A algunos quizás les pareciera un ejercicio de demolición del sistema establecido muy difícil de reconducir en las circunstancias actuales, pero lo cierto es que surgieron verdades incómodas para cualquiera que se preocupe por extrañarse de vez en cuando de las dinámicas creadas y los automatismos en los que se ve inmerso el ejercicio de la práctica docente. Muchos son los obstáculos que nos permiten ahondar en esa conciencia educativa necesaria para la evolución social y la mejora desde esta evolución. En palabras del propio ponente: la educación se gestiona desde una ignorancia ignorante de sí misma, se utiliza para la parcialidad, para finalidades no pedagógicas. Son palabras duras pero nos obligan a calibrar nuestra inmadurez, directamente proporcional a las dimensiones de nuestro ego docente, o el peso de la "tribu" en la enseñanza, él diría tal vez en el adoctrinamiento, el peso de unos intereses más cuestionables que lo que habitualmente se cuestionan.
Excedería del tamaño de esta entrada presentar algo más allá de unas pinceladas sobre lo dicho. Me centraré en un aspecto que consideré importante. Desde un principio se criticaron paradigmas bastante aceptados por lo común en la formación: el currículo, la mejora desde la reflexión sobre la práctica, las competencias, las TIC... Nos acababan de hablar de ellas en la ponencia anterior y, desde este enfoque, casi se consideraban engaños.
La propuesta alternativa abandonaba este plano de formación basada en la mera acción, en lo práctico (pero desenraizado) y dirigía su atención hacia el interior, hacia nuestra conciencia. Más aún apuntaba a considerar necesidades educativas radicales, sin embargo, olvidadas o postergadas.
¿Qué constructos se proponían en este sentido?
Conciencia
Egocentrismo asociado a la mala praxis docente
Madurez personal
Autoconocimiento
Humanidad en evolución universal
Os invito a profundizar en cada uno de ellos a través de las lecturas que aparecen al final y, además, a hacerlo como nos propuso su autor, en una formación desde la pérdida o la renuncia, la de quien vacía parte de su cuenco para poder llenarse y no atosigarse o reventar por no querer prescindir de aquello que acumula o de lo que se rodea.
Al respecto, un pensamiento que también apareció durante la charla:
XI La utilidad de la nada
Treinta rayos convergen hacia el centro de una rueda, pero es el vacío del centro el que hace útil a la rueda./Con arcilla se moldea un recipiente, pero es precisamente el espacio que no contiene arcilla el que utilizamos como recipiente./Abrimos puertas y ventanas en una casa, pero es por sus espacios vacíos que podemos utilizarla/Así, de la existencia provienen las cosas y de la no existencia su utilidad.
Lao Tsé. Tao Te King
Para saber más
Jesús María "Pitxu" García Sáenz (Vitoria-Gasteiz, 1970) es doctor en Filosofía y Letras (sección Filología Hispánica) por la Universidad de Deusto. Como profesor de Secundaria ha trabajado en el IES Azorín de Petrer y en el CEFIRE de Elda, en la asesoría de plurilingüismo y en las de referencia sobre programas europeos y coeducación.