Aunque hoy el día San Blas no figure en el panteón religioso de las devociones eldenses presentes en templos, altares, ermitas o en el patronazgo de fiestas, no siempre fue así. La vinculación de San Blas con Elda o de Elda con San Blas es mucho más antigua de lo que nos imaginamos, pues se remonta a principios del siglo XVII. Sabemos de la existencia en 1632 de una ermita dedicada al santo obispo armenio, en la que se situaba también una de las cruces de término que flanqueaban las entradas y salidas a la villa de Elda. Ermita y cruz situada en la intersección de las actuales calle Mariana Pineda, avenida de Chapí y calle La Cruz. Calle esta ultima que toma el nombre de la denominada “Cruz de San Blas” o “Creu de Sent Blai”, que es como aparece referenciada hace ya 392 años. Lugar donde, una vez desaparecida la ermita y la cruz, se ubicó la conocida como “fuente de los burros”, lugar de abrevado de las caballerías a la salida o entrada a la ciudad.
La ermita de San Blas también conoció el peregrinaje extraordinario de la Virgen de la Salud en julio de 1756 durante la temible plaga de langosta que se abatió sobre los campos y la huerta de Elda. Rogativa popular para invocar la protección conjunta de la Virgen y del santo obispo, dada su condición de santo auxiliador ante los graves peligros.
Hasta la urbanización de aquel paraje con el crecimiento urbano de las décadas centrales del siglo XX, aquella partida fue conocida, como ya hemos comentado, como “la Cruz de San Blas”.
Topónimo agrícola y antigua advocación eldense que quedó plasmada desde principios del siglo XX en el nomenclator del callejero de nuestra ciudad en la calle San Blas, situada en paralelo a la avenida de Chapí.
Estrecha vinculación de los eldenses con San Blas que motivó que el santo obispo y mártir contara desde el siglo XVIII y hasta su destrucción en 1936, con un altar propio en el antiguo templo parroquial de Santa Ana. Altar situado en el lado del Evangelio, a la entrada de la iglesia, junto al baptisterio.
