Elda estrena gasolinera

Un martes, 29 de septiembre de hace 63 años (1959), Elda daba un nuevo salto adelante. A la entrada a Elda de la carretera nacional N-330 abría sus puertas la primera estación de servicio para automovilistas. No fue el primer sitio de venta o expedición de combustible para vehículos a motor en Elda, pero si la primera gasolinera tal cual concebimos hoy este tipo de establecimientos.

La nueva estación de servicio, de moderna arquitectura, recibió el nombre de Idella, con el que todavía es conocida hoy en día. Topónimo comercial que ha llegado incluso a extenderse a la denominación del paraje donde se sitúa. El acto de inauguración, además de con las autoridades municipales locales, contó con la presencia de José Mª Amat Martínez, cura párroco de la iglesia parroquial de Santa Ana.

La apertura de la Estación de Servicio “Idella”, situada en la partida del Puente Nuevo, era fruto de la necesidad de abastecer adecuadamente y en condiciones de seguridad al cada vez más numeroso parque automovilístico eldense, que venía a evidenciar el cada vez mayor crecimiento demográfico que empezaba a experimentar Elda a finales de la década de los años cincuenta del siglo XX.

A este respecto hay que recordar que Elda abrió la década de los 50 con una población de 20.6699 habitantes, y que con un incremento anual constante, llegó a 1959 a los 28.386, es decir, en apenas diez años Elda creció un 37,13 %.

Desde aquel “punto de modernidad” que fue la Estación de Servicio Idella, Elda siguió abriendo sus puertas a toda España, dando servicio a los miles de vehículos que cada vez con mayor frecuencia se desplazaban desde Madrid y provincias del interior hacia la costa mediterránea. La E.S. Idella, con su nueva arquitectura, fue todo un símbolo del desarrollo por el que había apostado la ciudad y que no había hecho más que empezar.

No hay que olvidar que a finales de septiembre de 1959 hacia escasos días que había cerrado sus puertas, con un éxito arrollador, el I certamen local de la industria del calzado, que en 1960 se convirtió en Feria Nacional del Calzado y en 1961 le fue concedido el carácter de feria internacional. ¡Ya no había vuelta atrás!