Cien años del jardín de la plaza Sagasta

Como fue habitual en Elda hasta la década de los años 80, con motivo de la celebración de las Fiestas Mayores, los primeros días de septiembre siempre fueron aprovechados por la diferentes corporaciones municipales, independientemente del color o del régimen político imperante, para realizar inauguraciones de edificios, instalaciones o dotaciones públicas.

Un martes, 5 de septiembre, de hace 100 años, en el preámbulo de las Fiestas Mayores de 1922, el Ayuntamiento de Elda presidido por José Catalán Gras, durante su tercer mandado (noviembre, 1921- abril, 1923) procedió a inaugurar la urbanización y ajardinamiento de la plaza Sagasta.

Espacio urbano nacido en el año 1902 al amparo de la creación del llamado entonces barrio de Rafael Romero, empresario y pionero de la industria del calzado, asociado al constructor y promotor urbanístico Damián Tudela, quién estaba llevando a cabo la construcción del dicho barrio.

Una vez conformado el cuadrilátero que define la plaza, durante 20 años aquella no fue más que espacio abierto, a modo de explanada cuadrada, utilizada para diversos usos: plaza de toros, atracciones de la feria; primeros columpios infantiles de Elda (1910); improvisado campo de fútbol para el primer partido del que tenemos constancia en Elda (1912), etc. Plaza en la que tanto durante los años 1914 y 1916, con motivo de la celebración del Día del Árbol ya se habían realizado plantaciones de ailantos, tan del gusto de la época.

Una de las medidas estrellas del gobierno municipal de Catalán Gras fue la urbanización y ajardinamiento de la plaza Sagasta, por entonces la más grande de la ciudad y tan demandada por los vecinos. Parterres ajardinados, bancos y una gran fuente central hermosearon desde entonces este recoleto espacio eldense. Tras la conclusión de las obras se eligió precisamente un 5 de septiembre del año 1922 para su inauguración, con gran concurrencia de vecinos y públicos.

La plaza Sagasta venía a sumarse a los espacios verdes (ajardinados) con los que poco a poco iba contando la ciudad para solaz de los vecinos, juego de los niños, reposo de los ancianos y punto de acopio doméstico de agua para los hogares. Primero fue la plaza de la Prosperidad (1919) y hace 100 años la plaza Sagasta.