La Casa Cuartel de Elda ya es municipal

Desde su inauguración en septiembre de 1933, la casa cuartel de la Guardia Civil, de Elda, ha sido un edificio emblemático de la ciudad, tanto por su volumen y magnitud como por la importancia, el respeto, e incluso, el temor social que la benemérita institución ejerció durante décadas.
Un 17 de marzo de 1945 la corporación municipal eldense se hacía con la plena propiedad de la casa-cuartel eldense tras amortizar la deuda de 46.000 pesetas que tenía adquirida con 184 accionistas.
Su construcción entre 1932 y 1933, promovida por el Ayuntamiento de Elda para garantizar unas dignas condiciones al puesto eldense frente a las precarias condiciones del cuartel provisional (1904-1933) habilitado en el barrio Rafael Romero (actual calle Poeta Zorrilla), contó con la participación económica de los principales empresarios eldenses, interesados en tener lo más próxima posible a la Guardia Civil para reprimir las cada vez más frecuentes movilizaciones, tumultos y huelgas obreras.
Para financiar la obra el ayuntamiento emitió acciones de la casa cuartel que fueron vendidas a particulares, por las cuales el municipio adquirió la obligación de ir abonando interés y amortizando deuda en la medida de sus posibilidades. El estallido de la guerra civil y las extremas necesidades de los primeros años de la década de los cuarenta impidieron hacer frente a aquella obligación. Sin embargo, la llegada a la alcaldía eldense del empresario José Martínez González (1943-1956) fue acompañada de una mejora sustantiva de la gestión económica municipal, del incremento de la recaudación y de las ayudas extramunicipales. Situación que permitió que la corporación municipal aprobase en pleno la cancelación de todos los títulos de accionistas de la Casa Cuartel de Elda que obraran en poder de particulares, procediendo a abonar intereses debidos y capital pendiente.
Con aquella decisión, el Ayuntamiento eldense consolidó, hoy hace 76 años, la plena propiedad de la Casa Cuartel de la Guardia Civil, que desde 1933 acoge a la Guardia Civil en régimen de usufructo.
Hoy en día, y con una mínima presencia de agentes de la Guardia Civil para servicios y cometidos puntuales, el destino del edificio eldense todavía duerme en el limbo de las decisiones políticas.
