domingo, 1 de diciembre de 2024

Elda y la máquina de escribir

Gabriel Segura
29 agosto 2020
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Elda y la máquina de escribir

El siglo XX había llegado. Elda ya gozaba del rango de ciudad desde agosto de 1904. Mas rápido que lento, la pujante industria del calzado iba proliferando creándose empresa tras empresa y construyendo fábrica tras fábrica. Elda iniciaba un crecimiento industrial y demográfico. Los 6.166 habitantes de 1905 se tornaron en 8.028 en 1910. Incremento de población que pronto tendría consecuencias en el urbanismo eldense con la creación de nuevas barriadas obreras. Elda dejaba atrás su pasado de pueblo agrícola y se iniciaba un más que interesante proceso de transformación en ciudad industrial.

Y la industria trajo la modernización, propiciando que los adelantos técnicos y la última tecnología del momento fuera llegando a Elda, caso de la electricidad en septiembre del año 1900.

La administración municipal tuvo que “ponerse las pilas” para adecuar el aparato administrativo a una realidad económica y social cambiante. Y si los empresarios propiciaron la electrificación de la ciudad, fue el ayuntamiento quien introdujo otros adelantos de la época, caso del teléfono en junio de 1905, ante las reiteradas peticiones del Juzgado Municipal y del puesto de la Guardia Civil. Por su parte, la Secretaría Municipal también se sumó a los nuevos tiempos del recién estrenado siglo XX. Y aquel cambio llegó de la mano de un invento revolucionario en las cuestiones administrativas: la máquina de escribir.

Hace 109 años. Agosto de 1911. Desde hacía un año el gobierno municipal de la ciudad estaba presidido por José Joaquín González Payá, hijo del que también fuera alcalde José Joaquín González Amat, ambos adscritos a las filas conservadoras. A propuesta de la Secretaría Municipal el ayuntamiento adquirió una máquina de escribir. Sería el 27 de agosto de 1911 cuando la primera máquina de escribir entró en la ciudad. Se trataba de un máquina “Smith Premier, nº 10, con carro C” y fue adquirida por el precio de 1.250 pesetas; siendo pagada en varios plazos.

Años más tarde, encontramos que el Ayuntamiento ya contaba con un parque más amplio de máquinas de escribir. Así en 1930 el Ayuntamiento disponía de tres máquinas, de las marcas Mollet, Royal y Underwood. Aún pasarán muchas décadas hasta que la máquina de escribir eléctrica llegue a la administración municipal eldense, para ser pronto sustituida por los ordenadores personales. Pero con el permiso del lector, esas crónicas las dejaremos para el siguiente cronista oficial.

 

Gabriel Segura
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