El Buen Amor llega a Elda
Aún a pesar de haber llegado físicamente a Elda con una semana de antelación, fue el domingo 29 de marzo de 1992 cuando Elda recibió con todos los honores que se merece la ocasión, una nueva talla de Jesucristo Crucificado para la Semana Santa.
Desde que en 1988 se recuperasen las cofradías y procesiones de la Semana Santa en Elda, más allá del Triduo Pascual, la cofradía del Santo Calvario sacaba a procesionar al Cristo del Buen Suceso como talla de Jesús Crucificado. La consolidación progresiva y la cada vez mayor presencia social motivó a los responsables de la cofradía a adquirir una talla en propiedad. Y para ello dirigieron sus miradas al foco imaginero de Sevilla. Y allí al escultor onubense José Pérez Delgado (1931-2010), conocido artísticamente como Encinasola, su lugar natal, y formado en el taller de otro gran imaginero sevillano Antonio Castillo Lastrucci.
Una vez la talla estuvo terminada, el viernes 20 de marzo de 1992, a las 20 horas y en un camión alquilado para la ocasión, la expedición formada por Ramón Gonzaléz Amat, como conductor y Emilio y David Sempere, marchó con destino a Sevilla. El sábado 21 en el taller de Encinasola se gestionaron todos los documentos, se realizó el pago final al imaginero y tras la despedida al Cristo realizada por toda la familia del escultor, pues ya le consideraban un miembro, se emprendió el viaje de vuelta a Elda, llegando sobre las 19 horas de ese sábado. La talla del Crucificado de Encinasola fue debidamente guardada en un local propiedad de Andrés Moreno Amat, presidente de la Cofradía del Santo Calvario.
Sería el domingo 29 de marzo, hoy hace 28 años, cuando la nueva talla de Jesucristo Crucificado se incorporaba a catálogo de imaginería religiosa eldense. Se realizó la entrada en la ciudad. Poco antes de las 18 horas. descendió de la furgoneta que la condujo hasta el cruce de la calle Jardines con Antonio Maura, la popular esquina del guardia, donde unas 2.000 personas la esperaban para arropar su traslado. Desde allí y en marcha de romería fue conducida hasta la iglesia de Santa Ana, que a partir de aquel momento se convirtió en su casa, donde pasó a presidir el presbiterio. Tras su recepción por parte de la cofradía del Calvario y de Ramón González Amat, como presidente de la Hermandad de Cofradías de la Semana Santa, en representación de todas las cofradías penitenciales eldenses, fue bendecida por don Enrique Garrigós Miquel, cura párroco de la misma; siendo conocida a partir de aquel momento como Cristo del Buen Amor.