“El Aragonés”, alcalde de Elda
Tras el convulso mandato del falangista José Mª Batllés Juan al frente del Ayuntamiento de Elda (1940-1943), y su destitución por el gobernador civil de la provincia, el 28 de enero de 1943, hoy hace 75 años, accedía a la alcaldía de Elda el empresario José Martínez González. Aquella corporación municipal, designada por el Gobierno Civil estuvo integrada por Miguel López Mora, como primer teniente alcalde; Julio Beneit Navarro, como segundo; y Antonio Porta Rausa, como tercer teniente alcalde. Figuraban como gestores: José Vera Millán, Joaquín Guijarro Pujalte, Juan José Amat Pérez, Maximiliano Aguado Bernabé, Francisco Juan Amat; Rafael Gras Anaya, José Arráez Verdú, Gabriel González Vera y Pedro Bellot Escandell. Sin embargo, la toma de posesión efectiva del nuevo alcalde no tuvo lugar hasta el 3 de febrero por hallarse de viaje de negocios.
La figura de José Martínez González y, sobretodo, su paso por la alcaldía de Elda (1943-1956) ha sido incorporada al imaginario popular eldense como un gran alcalde, preocupado como ninguno por su pueblo, sus ciudadanos y el desarrollo económico del mismo. Su elección como procurador en Cortes, en abril de 1949, le permitió tener acceso directo a los ministerios en los que conseguir financiación para todos sus proyectos.
Su trágico final en accidente de tráfico contribuyó a ensalzar aquel sentimiento positivo hacia su figura y su gestión municipal, de la que ha quedado un imborrable recuerdo entre los eldenses. Percepción basada en la trepidante cantidad de actuaciones y obras públicas de primera necesidad promovidas en Elda gracias a su gestión, caso de la ampliación del Hospital Municipal (1944); recuperación de las Fiestas de Moros y Cristianos (1944); construcción de dos nuevos lavaderos públicos (1947 y 1948); Mercado Municipal (1945) y Lonja de Frutas y Verduras (1947); construcción de una segunda torre en la iglesia de Santa Ana y ampliación del Matadero Municipal (1946); reforma y ampliación de la Casa Consistorial (1947-1948); ampliación y reforma de la plaza Castelar, con construcción del quiosco-templete (1948); municipalización del servicio de abastecimiento de aguas potables (1949); apertura y alineación de la Gran Avenida; construcción de la ermita de San Crispín y plantación de la pinada (1951-1952); inicio de las obras del alcantarillado (1952-1955); inauguración de la Biblioteca Pública Municipal (1952); compra en Salinas de pozos de agua potable (1952-1953); inicio de la pavimentación de las calles de toda la ciudad (1954-1955); ampliación del cementerio municipal (1954); apertura de la calle Dahellos y de la avenida de Novo Hamburgo (1955); construcción de la primera depuradora de aguas residuales de Elda (1955); edición de la revista Alborada (1955); etc, …; es decir, toda una serie de mejoras urbanísticas y dotacionales para una población en crecimiento constante que, en 1943, tenía 20.615 habitantes y en 1956 ya había alcanzado los 28.151 habitantes.