Fallece el doctor Salgado
Nadie que esté leyendo esta crónica conoció al doctor Salgado. Quizás alguno de los más mayores oyó a su vez a sus mayores oír hablar de él. Sin embargo, Marciano Andrés Salgado y Sánchez-Barbudo, que así se llamaba, fue uno de esos personajes en la historia de todo pueblo que marcó a una generación, tanto por su dedicación vocacional a su profesión, su humanidad y altruismo con sus pacientes, como por su compromiso político para con sus conciudadanos.
Gracias al excelente y meritorio trabajo de Miguel A. Guill Ortega compartimos unas pinceladas de la biografía de este eldense de adopción, quién tiene meritos más que suficientes para que su nombre fuera recogido en el nomenclátor del callejero urbano. Pero permítame el lector no entrar en estas disquisiciones pues “son malos tiempos para la Lírica” por el simple hecho de ser hombre.
Médico cirujano, nacido en Navahermosa (Toledo) en 1875, estudió medicina en Madrid, finalizando sus estudios académicos en 1901. Brillante estudiante completó su formación con estancias en el extranjero y participación en diversos congresos internacionales. Desde muy pronto manifestó su compromiso político ingresando en el PSOE con anterioridad a 1898, manteniendo frecuente correspondencia con Pablo Iglesias, Juan Almela Meliá y Julián Besteiro. Inicio el ejercicio de su profesión en su pueblo natal en 1903, pasando por diversos destinos hasta recalar en tierras alicantinas donde sobresalió en su lucha para combatir el virus de la gripe española de 1918 en Elche, Villena, Orihuela y Torrevieja, llegando a realizar más de 20.000 vacunaciones en nuestra provincia.
Desde la localidad de La Unión pasó a Orihuela en 1925 y desde la ciudad episcopal llegó en 1926 a Elda, donde impulsó la creación de la Mutualidad médico-quirúrgica, de la que fue presidente, para dar cobertura sanitaria a la clase trabajadora. Tuvo consulta propia y colaboró con la Cruz Roja, facilitando asistencia médica de manera altruista a los más necesitados. En 1928 fue designado delegado de la Agrupación Socialista de Elda, asistiendo al XII Congreso Federal del PSOE; siendo elegido el 12 de abril de 1931 concejal del ayuntamiento por la conjunción republicano-radical-socialista, con un total de 768 votos, siendo el noveno concejal más votado. En el primer gobierno municipal republicano presidido por Emérito Maestre ostentó la delegación de Cultura, Seguridad Ciudadana y Beneficencia.
A los pocos días de tomar posesión, el doctor Salgado escribió una de las páginas más desconocidas de la historia de Elda que vino marcada por su valentía, templanza, firmeza y convicción. A la vista de los lamentables y detestables acontecimientos acaecidos el día 10 de mayo con el maltrato y vejación pública al concejal Francisco Alonso Rico y a don Luis Abad Navarro, cura párroco de Santa Ana, y en total desacuerdo con los mismos, el día siguiente, 11 de mayo de 1931, cuando la multitud enardecida por el celo anticlerical asaltó el templo parroquial eldense, y se disponía a prenderle fuego, el doctor Salgado, subido al púlpito arengó a los asaltantes conminándoles a desistir de sus intenciones. Con la autoridad que le confería el cargo municipal y el respeto con el que contaba como médico de la gente más humilde, conminó enérgicamente al gentío, gritándoles que aquello no era propio de hombres, que con esa actitud y esos hechos estaban deshonrando a la República y que lo que estaban haciendo era indigno y merecedor de desprecio. Tal fue la intensidad y convicción de sus palabras que consiguió que abandonaran el templo parroquial, sin llegar a consumar su total destrucción.
Con posterioridad, y a juzgar por el contenido del acta del pleno municipal del 9 de junio de 1931: “...el señor Salgado hace constar su protesta por los hechos reprobables ocurridos recientemente en la población y el atropello a ciudadanos indefensos como don Francisco Alonso y Cura Párroco, en cuyos sucesos los socialistas ni los afiliados a la Unión General de Trabajadores han tomado parte ni tenido intervención...”.
Hoy, se cumplen 82 años del fallecimiento del Dr. Salgado. Un viernes 10 de junio de 1938, en plena guerra civil y a los 63 años, fallecía en Elda, donde sus restos reposan junto a muchos de los que fueron sus pacientes.
Marciano Andrés Salgado es una de esas personas de nuestra historia que el paso del tiempo ha borrado del recuerdo colectivo, pero cuya memoria no debemos perder.