Los alcaldes pedáneos de Elda
A los escasos días de la constitución del nuevo Ayuntamiento salido de las elecciones municipales del domingo 12 de abril de 1931, el nuevo alcalde de Elda, Emérito Maestre, procedió al nombramiento de los alcaldes pedáneos de las diferentes partidas eldenses.
La figura del alcalde pedáneo, elegido discrecionalmente por el alcalde del municipio, es una figura contemplada por tradición en la legislación española en materia de Régimen Local, que recoge y estipula su funcionalidad y obligaciones.
Dada la corta extensión del término municipal eldense tras la segregación territorial y jurisdiccional de Salinas, no fue Elda un pueblo con pedanías densamente pobladas al igual que sucedía en Mónovar o Villena; si bien es cierto que la propia actividad agropecuaria de la entonces villa sí que propició la existencia de una gran cantidad de población residente, pero de forma dispersa, en las diferentes partida rurales del agro eldense, tanto en el secano como en la zona de huerta.
Desconocemos si aquellos alcaldes pedáneos o “alcaldes de barrio” tuvieron continuidad tras la euforia inicial o si fueron víctimas de la inestabilidad municipal generada por las disensiones políticas inmediatas surgidas entre los republicanos radicales y los socialistas que integraban la coalición ganadora.
Pero de lo que sí que estábamos seguros es que aquella iniciativa administrativa de corte político debió responder a una de las propuestas de la conjunción republicano-radical socialista que se alzó con la abrumadora mayoría en el consistorio eldense aquel abril de hace 88 años. Nombramientos que debieron tener la finalidad de dar voz y presencia en el Ayuntamiento a los problemas de todos los eldenses que residían y trabajaban en las diferentes partidas rurales del término municipal.
Recuperar su historia, tan desconocida, es necesario; así como recuperar la memoria de aquellas personas que tuvieron la responsabilidad y el compromiso de trabajar por sus conciudadanos.