Dos hermanas con alma de coleccionistas
Las hermanas Vicen y Loli Sáez Monzó son archiveras autodidactas, afición que han desarrollado casi como un estilo de vida. Su casa es un auténtico museo perfectamente organizado con álbumes repletos de recortes de prensa y de revistas, así como varias colecciones de estampas, sellos, cromos, fotos y objetos traídos de sus viajes. Siempre han vivido juntas en armonía, primero con sus padres y ahora ocupándose por las tardes de sus sobrinos-nietos a la vez que continúan ampliando sus álbumes con nuevas publicaciones, en buena parte del periódico Valle de Elda.
Cuando algunas instituciones como la Hermandad de Cofradías quiso organizar su archivo, acudieron a ellas. Del mismo modo, les han pedido su colaboración otras entidades como la Escuela Infantil El Mirador al cumplir 25 años, y han cedido material para exposiciones del Museo Etnológico, así como fotos para las revistas locales Alborada, Moros y Cristianos, Fiestas Mayores o Semana Santa.
La exposición organizada por Valle de Elda junto con el Ayuntamiento para celebrar los 120 años del Teatro Castelar y los 25 de su reinauguración que se inauguró el pasado día 11 de septiembre, ha contado con parte de sus fondos ya que su padre fue proyeccionista de cine en el mismo, y ellas guardan afiches, carteles y todo tipo de objetos como las primeras gafas para ver cine en tres dimensiones de los años 40.
Vicen y Loli Sáez podrían haber sido archiveras, pero han trabajado como aparadoras. Vicen formó parte de la plantilla de la firma Kurhapies hasta que la empresa cerró y, posteriormente, ambas continuaron realizando su trabajo en casa, lo cual les permitía cuidar, primero a su madre, Dolores Monzó Navarro, quien tuvo una salud frágil desde su juventud, y luego a su padre, Miguel Sáez Ruano. Hace unos años sus padres murieron y ellas ya están jubiladas.
Nacieron en Elda, "enfrente de la fuente de los burros" comentan, de madre de origen monovero y padre almanseño, aunque se consideraron siempre de aquí porque llegaron a nuestra localidad siendo todavía niños.
El cine
La más importante vinculación de las hermanas Monzó con la vida cultural de la ciudad viene a través del cine, ya que su padre fue proyeccionista durante más de cuarenta años, primero en el Teatro Castelar, luego en el Cine Ideal y posteriormente en el Cine Gloria. Desde niñas se aficionaron al séptimo arte a través de los centenares de películas que pudieron ver.
Siempre han coleccionado recortes de prensa y las estanterías de su casa constituyen una hemeroteca con álbumes que guardan ordenados cronológicamente artículos de la prensa local y provincial publicados en torno a Elda sobre todo tipo de temas, así como los folletos que se han editado en la ciudad: "En la Biblioteca de Elda, en la Casa de la Cultura antes, hay mucha información de Elda desde el año 1956 porque se fundó el Valle de Elda, pero de los años 40 al 56 hemos tenido que buscar en muchas publicaciones", afirman.
Junta Mayor de Cofradías
El primer encargo que recibieron para organizar un archivo fue de la Junta Mayor de Cofradías de Semana Santa ya que cuando ésta resurgió en el año 1987. El presidente de la entidad, Ramón González, actual presidente de la Cofradía de los Santos Patronos, les pidió crear el archivo de la misma, cosa que hicieron hasta el año 2004.
Su vinculación con la Junta Mayor viene porque ambas decidieron pertenecer a la Cofradía de la Verónica en el año 1988, de la cual posteriormente formaron parte de su directiva durante 17 años. No obstante, dudaron mucho sobre a qué cofradía unirse, pues su abuela materna había sido miembro de la Cofradía de la Soledad, mientras que su abuelo materno era quien ayudaba a bajar la imagen del Nazareno cuando la familia Amat la custodiaba en el segundo piso de su vivienda de la calle Antonio Maura. Vicen y Loli se decidieron por la Verónica porque recordaban con emoción cuando eran niñas y veían salir su imagen del antiguo colegio de las Carmelitas en la calle San Roque.
Por lo general, las instituciones gestionan el presente y el futuro de sus entidades, pero no suelen interesarse por dejar memoria de lo que hacen, así que organizar el archivo de la Hermandad de Cofradías resultó complicado ya que en Elda no se guardó casi nada. Vicen y Loli tuvieron que recurrir a la Biblioteca Pública de Alicante, a la que iban todos los viernes de cada semana durante muchos meses. Para ello debían viajar hasta Alicante en el autobús de línea de ida y de vuelta ya que ninguna conduce. A este sacrificado pero gratificante trabajo, dedicaban largas horas, que interrumpían para comerse un bocadillo al mediodía en la placeta que existe junto a la biblioteca. En sus investigaciones descubrieron que la hermosa imagen de la Soledad eldense llegó a la ciudad en el año 1946, y como corría el año 1996, dio tiempo a que celebraran los 50 años de la misma. Como dato curioso, ambas recuerdan que a su padre le encargaron instalar un foco al final de la calle Nueva para alumbrar la llegada a Elda de la espectacular imagen del Sepulcro, con el Cristo y la urna, a la iglesia de Santa Ana en el año 1943.
Viajar
Otra de las aficiones de ambas es viajar. La maestra de aparado Hermila Martínez Sogorb les enseñó dos cosas, el oficio y el amor por los viajes. Esta mujer les introdujo el gusanillo de recorrer el país porque la geografía y la historia son sus otras aficiones. Todavía recuerdan el verano de 1977 porque pasaron quince días conociendo España y Portugal en el primer viaje que realizaron en sus vidas. Luego salieron con sus padres, posteriormente solas, y ahora con sus sobrinas, a las que adoran.
Además de objetos de sus viajes, les encantan tres conocidas sagas de la historia del cine: Indiana Jones, StarWars y James Bond, por lo que tienen objetos de todas ellas. Insisten en que "también nos gustan las películas antiguas de los años 40 y 50".
Con el mismo orden metódico con el que archivan sus documentos, han compuesto sus propios álbumes de varias temáticas: cromos de Walt Disney, sellos de trajes regionales o de la serie enciclopédica Vida y color "que comprábamos al salir del colegio de doña Purita en los carricos del Cine Coliseo", recuerdan divertidas.
Exposición del Teatro Castelar
Las hermanas Monzó han colaborado con la exposición que montó el periódico Valle de Elda para celebrar el 120 aniversario del Teatro Castelar y los 25 años de su reinauguración. Además de sus fondos documentales, su abuelo materno Salvador Monzó Sanchís fue acomodador del mismo en los años 40 y su padre, Miguel Sáez Ruano, trabajó como operador de cine desde el año 1943 hasta 1946, donde sustituyó como proyeccionista a Enrique Esteve Sepulcre, que había desempeñado este trabajo por un breve tiempo en el Castelar y durante toda su vida en los cines Alcázar y Coliseo.
Miguel Sáez fue proyectista durante un tiempo en el Teatro Castelar y también en el cine Ideal, pero su principal trabajo durante más de veinte años lo llevó a cabo en el Cine Gloria, donde empezó a proyectar desde el primer día que lo abrieron y terminó el último día en que cerraron, es decir, entre 1963 y junio de 1985, fecha que coincidió con su jubilación. Eran años de intenso trabajo: por la mañana desempeñaba su oficio de cortador en Calzados Proa, hasta que cerró, y todas las tardes de la semana, incluidos los sábados y domingos, se iba al Cine Gloria. Sus hijas recuerdan que el cine entre semana empezaba a las 6 de la tarde, mientras que los fines de semana las sesiones comenzaban sobre las 4:30 de la tarde. Y él estaba allí unas dos horas antes preparando las bobinas en la cabina de proyección.De su padre heredaron sus hijas la meticulosidad en el trabajo. Entre sus tesoros más preciados, guardan una libreta en la que él registraba cada una de las películas que proyectaba en el Cine Gloria, indicando el número de rollos, la empresa productora, la duración del film o si la cinta tenía algún defecto.
Vicen y Loli han aportado a la exposición de los 120 años del Teatro Castelar dos manuales de proyección, la fiambrera que su madre le preparaba a su marido con la cena cuando se iba a trabajar, así como su carnet profesional de proyeccionista, junto con una lupa para analizar las cintas de celuloide, unas gafas de tres dimensiones de los años 40 y 50 para que los espectadores vieran las películas más modernas y cintas de películas, afiches y carteles varios como el de la película "Lo que el viento se llevó", entre otras cosas.
Aficionadas a la zarzuela y moras musulmanas
Con su madre visitaron muchas veces el Cine Cervantes para disfrutar de las zarzuelas, una afición que tienen desde entonces, de hecho, son fervientes seguidoras de la Agrupación Lírica de Elda y guardan discos y cassettes de decenas de obras del género chico. Recuerdan que en Fiestas Mayores traían zarzuelas al Teatro Cervantes: "Nosotras veíamos las procesiones, cenábamos un bocadillo con mi padre, veíamos el cine y luego con nuestra madre nos íbamos al Cervantes a ver la zarzuela", comentan.
Además del cine y de la zarzuela, a ambas les gustan mucho las fiestas de Moros y Cristianos y han pertenecido a la comparsa de Moros Musulmanes desde pequeñas. Ya de mayores, "Loli salía y yo hacía las fotos", afirma Vicen, que es una gran aficionada a la fotografía, por ello, una de las cosas que más orgullo les produce es que su sobrina-nieta Conchi Ruiz será abanderada de la comparsa en 2026.