Las catas para localizar la cripta del primer conde de Elda empezarán de forma inminente
Los estudios arqueológicos previos a la construcción de la nueva escuela infantil Santa Infancia se llevarán a cabo en las próximas semanas. Estas catas, imprescindibles para poder construir el centro educativo que lleva más de 13 años en aulas prefabricadas, podrían sacar a la luz el enterramiento del primer conde de Elda, Juan Coloma, que se hallaba en una cripta bajo la iglesia del antiguo convento Nuestra Señora de los Ángeles de los monjes franciscanos. La previsión es que la obra comience de forma inminente, así lo ha anunciado el edil de Urbanismo, Eduardo Timor, quien ha indicado que la misma empresa que realizará las catas se encargará de llevar a cabo el proyecto del edificio, que después saldrá a licitación.
El concejal ha explicado que el proyecto se debe realizar tras las catas, puesto que hay que analizar qué hay bajo el solar y su importancia arqueológica e histórica. Una vez comprueben si existen restos y su valor, se realizará el siguiente paso que es la construcción de la escuela infantil.
Lo cierto es que la ubicación exacta de la cripta en la que se enterró a Juan Coloma se perdió hace muchos años. El derribo del antiguo convento franciscano en 1941 enterró y envió al olvido una parte de la historia patrimonial e histórica de Elda, algo a lo que la ciudad parece acostumbrada, pues pocos son los elementos patrimoniales que quedan en pie.
La historia
El antiguo convento e iglesia Nuestra Señora de los Ángeles, de la orden franciscana, fue construido en el año 1562, por encargo del mismo Juan Coloma. Bajo el altar del templo mandó instalar el panteón familiar, donde años después descansarían tanto sus propios restos mortales como los de su familia. El convento tenía tres plantas y permaneció abierto hasta que en 1836 los monjes se marcharon definitivamente. Permanecería cerrado hasta 1862, año en el que sufrió un expolio. Entones se abrió como hospital de distrito para atender a los pobres de los partidos judiciales del Alto y Medio Vinalopó, es decir, las localidades situadas entre Aspe y Villena.
Tres décadas después, en 1892, el edificio se convirtió en manicomio provincial para acoger a personas con enfermedades mentales. Tras la Guerra Civil, en 1939 la Diputación de Alicante decidió cerrarlo y trasladar a los pacientes al Hospital psiquiátrico de Santa Faz. El 3 de marzo de 1941 comenzó su demolición. Elda perdió así una de sus edificaciones más emblemáticas. Desde entonces la cripta de los Coloma permanece soterrada y en el olvido.
Durante más de una década el solar permaneció vacío, pero en 1954 comenzó la construcción de los bloques de viviendas sociales conocidos entonces como Luis Batllés, actual “Mujeres del Calzado” y Matilde Ucelay, en el cruce de las calles Virgen de la Cabeza y Santa Bárbara, así nació el barrio Virgen de la Cabeza. Sobre los restos del convento e iglesia se desarrolló el barrio y se construyeron dos centros educativos: el Grupo Escolar Virgen de la Salud –edificio que ahora ocupa la Hermandad de Cofradías- y la escuela Infantil Santa Infancia.
La escuela tuvo que ser desalojada por problemas de aluminosis y fue derribada en 2015. Su alumnado está alojado en aulas prefabricadas en el interior del colegio Virgen de la Salud, a la espera de la construcción del nuevo edificio que se prometió hace años. Las familias han solicitado a los sucesivos gobiernos tanto locales como autonómicos la construcción del nuevo colegio en su anterior localización, la calle Brunete. Hace cinco años se anunció que el primer paso sería realizar unas catas y un estudio arqueológico para descubrir qué hay bajo el terreno.
La esperanza no se ha perdido. Aunque se desconoce dónde se encuentra exactamente la cripta, los expertos confían en que en el subsuelo pueda permanecer intacta la cripta de la familia condal y esta es una oportunidad única para comprobarlo, aunque las catas se realizarán en solo una parte del terreno que ocupaba el convento.
Las catas podrían recuperar una parte de la historia perdida de la ciudad en un año señalado, pues Elda está celebrando el “Año Coloma”. Si además apareciesen los restos del primer conde de Elda, Juan Coloma, el hallazgo sería la guinda del pastel.