Pilar Dominguez, cajera: “Esta crisis sanitaria nos ha hecho visibles a la sociedad”

Pilar Domínguez Tomás es cajera en el supermercado Dialprix de la calle Joaquín Coronel de Elda, situado entre la Gran Avenida y la Plaza Castelar. Ha vivido en primera línea la evolución de la crisis sanitaria, desde el pánico general de la población que se lanzó a comprar de manera compulsiva productos por si se agotaban, hasta la situación actual de calma tensa. Ella misma cuenta sus vivencias.

“Los primeros días fueron especialmente difíciles para todos con las noticias que llegaban. Tuvimos que aprender muy rápido, entre otras cosas, a mantener la calma y a transmitirla a un consumidor preocupado en un primer momento por el abastecimiento de productos más que por el propio contagio. Todavía comentamos los compañeros las compras compulsivas de los primeros días en las que el papel higiénico era el protagonista en esa montaña de productos que llenaban los carros de los clientes en nuestro súper. Días después se sumaron las harinas y levaduras.  A continuación veíamos cómo se terminaban los chocolates y las palomitas de maíz de nuestras estanterías… es como si todo el mundo se hubiera puesto de acuerdo en comprar los mismos artículos al mismo tiempo.

Aunque trabajo en primera línea, no he tenido miedo al contagio, afortunadamente cuento con un equipo de buenos compañeros y nuestra empresa Musgrave rápidamente puso en marcha medidas para mantener unas normas de seguridad para nosotros y nuestros clientes como son la distancia social, el aforo máximo permitido, uso de guantes para realizar las compras y geles desinfectantes, la desinfección de carros, cestas etc... a los trabajadores también nos proporcionaron pantallas faciales.

En medio de esta situación, me ha sorprendido de manera positiva la cercanía y la unión con los clientes. Esta crisis sanitaria ha puesto de manifiesto el agradecimiento y reconocimiento de nuestros clientes por el esfuerzo que hemos realizado mis compañeros y yo en el supermercado Dialprix y esto ha sido muy motivador e importante para todos. Sacas fuerzas de flaqueza cuando recibes un sincero “gracias”, una frase amable o una sonrisa que no esperabas. Uno de los rasgos de identidad de nuestra empresa es la proximidad a los clientes y lo estamos viviendo de una manera especial. Esta empatía y acercamiento con nuestros clientes, con lo que piensan y nos cuentan, sigue resultándome emocionante. El alejamiento social en el que nos encontramos ha provocado que, fuera de lo que es el núcleo de la familia con la que convives, quizás seamos nosotros las siguientes personas con las que han tenido un contacto directo.

Ya han pasado los primeros días de incertidumbre que tuvimos al principio de la crisis sanitaria y en la actualidad, y en general, los clientes vienen más tranquilos y siguiendo las normas impuestas por el estado de alarma.

Creo que a la mayoría de personas esta crisis nos cambiará la forma de ver la vida, valorando más el tiempo que tenemos, nuestras relaciones con la familia y los amigos... también a valorar la naturaleza, respetarla y  disfrutarla. Hemos vivido en una sociedad, en una economía global  donde el valor humano se había perdido o estábamos dejando de darle importancia, y espero se recupere después de esta crisis sanitaria y social.

No he dejado ni un momento de trabajar en el supermercado, al igual que mis compañeros y, mirando a la sociedad en la que prácticamente todo se ha parado, me siento privilegiada y agradecida por tener este trabajo que es también un servicio y que nos ha hecho visibles a la sociedad”.