sábado, 23 de noviembre de 2024

Una tienda con más de cien años en el casco antiguo de Elda

El casco antiguo de Elda guarda entre sus calles uno de los negocios más antiguos de la ciudad. Se trata la pequeña tienda de José Pérez, situada en la esquina entre las calles Ramón y Cajal y Espoz y Mina, que cumple ahora 101 años abierta de manera ininterrumpida. De la antigua tienda de ultramarinos ha evolucionado a un pequeño supermercado donde se venden todo tipo de artículos.
Marta Ortega
27 octubre 2019
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Una tienda con más de cien años en el casco antiguo de Elda
José Pérez trabaja con una sonrisa cada día.

El casco antiguo de Elda guarda entre sus calles uno de los negocios más antiguos de la ciudad. Se trata la pequeña tienda de José Pérez, situada en la esquina entre las calles Ramón y Cajal y Espoz y Mina, que cumple ahora 101 años abierta de manera ininterrumpida. De la antigua tienda de ultramarinos ha evolucionado a un pequeño supermercado donde se venden todo tipo de artículos.

Cándida Cantó Vera abrió este negocio en 1918, ella y su familia lo llevaron adelante hasta que en 1969 se jubiló y lo vendió a la familia Pérez, que la tiene en propiedad desde hace medio siglo. Mari Carmen fue la primera de las hermanas de esta familia que regentó el establecimiento y lo hizo durante los primeros cuatro años, ya que en 1973 tomó el relevo su hermana Isabel y desde el 82 es José quien con la misma ilusión que el primer día abre cada mañana este pequeño negocio que no tiene nombre, "nunca lo tuvo, no hace falta, la gente la conoce y simplemente lo llaman la tienda de José".

José Pérez lleva 37 años al frente de este establecimiento y tiene claro que lo más importante es la clientela, pues él ha visto echar el cierre, uno a uno, al resto de negocios de la zona, y si él no lo ha hecho es porque sigue contando con compradores fieles a los que respeta con buenos precios y su trabajo honesto y humilde. Prueba de ello es que en 2007, cuando cumplió 25 años al frente de su tienda, sus clientas le hicieron un regalo, un cuadro que luce con orgullo en su comercio.

La situación de su negocio ya no es el que era, en gran parte debido a que el barrio está muy deteriorado: "Recuerdo estas calles con casas llenas de vida, de alegría, ahora todo está muy decaído". Él cree que es "por culpa de las autoridades, no hay ni un partido ni alcalde, da igual el color, que haya hecho algo por parar la caída de este barrio, lo han abandonado a su suerte, eso ha hecho que la gente se canse de vivir en la zona y se marche, también porque ha llegado gente que ha impuesto su forma de ser".

Las personas que acuden a la tienda en su mayoría son descendientes de antiguas clientas, y es que afirma que son muy fieles, pues incluso hay quienes se han mudado del barrio y siguen comprándole. Algunas son personas mayores con movilidad reducida, por lo que lo llaman por teléfono para hacerle el pedido y él se encarga, antes de abrir o tras el cierre, de llevarles la compra a casa.

¿Qué vende? De todo, afirma que es como un pequeño supermercado, ofrece desde congelado hasta fruta, pasando por carne, productos de limpieza y un sinfín de artículos, "excepcionalmente hasta chuletones", explica con alegría.

De las etapas más duras recuerda que a finales de los 80 y en los 90 vivió una mala época, pues había un grupo de personas enganchada a la droga y sufría numerosos atracos, tantos que los veía casi como algo habitual. También vivió otro en los primeros años de los 2000. Por suerte, esa época pasó.

Si algo caracteriza a José es su carácter afable y su trato afectuoso y cercano a sus clientes. Le gusta su trabajo y se nota, afirma que se "lo pasa bien" y que no le cuesta ir a su tienda cada día. A sus 58 años le quedan siete para jubilarse y no quiere ni pensar en ello porque disfruta con lo que hace.

Su horario es de 8:30 a 14 y de 17:30 a 21 horas, y aprovecha las horas en las que cierra para llevar los pedidos a las casas de sus clientes.

José Pérez no sabe qué ocurrirá con su negocio cuando se jubile. Su hijo Sergio es bailarín en el Teatro Real, en Madrid; puede que una sobrina se anime, pero teme que con su jubilación este histórico negocio eche el cierre para siempre, por lo que el barrio sufriría una pérdida más.

Esta tienda se encuentra entre las calles Ramón y Cajal y Espoz y Mina.

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