Manuel Arellano, candidato al Nobel de Economía: “Mis técnicas de análisis de datos se utilizan de forma habitual en finanzas, política y medio ambiente”
Manuel Arellano nació en Elda y vive en Madrid desde 1991. Con anterioridad vivió diez años en Inglaterra, donde impartió clases de Econometría en la Universidad de Oxford. El año pasado fue seleccionado como uno de los principales candidatos para ganar el Premio Nobel de Economía por desarrollar un método para el análisis de datos de panel que es aplicable tanto en estudios económicos como de finanzas, ciencia política, geografía o del medio ambiente. En la actualidad es profesor e investigador en la Fundación del Banco de España, CEMFI, además de dirigir las tesis de varios estudiantes de doctorado. Una brillante carrera que prosigue con nuevos proyectos y la publicación de sus trabajos en revistas de investigación, además de ejercer como conferenciante por todo el mundo.
¿Cuál ha sido su mayor hallazgo en materia económica? ¿Qué ha representado para usted?
Una parte importante de mi trabajo es la investigación en econometría, que se resume en discernir qué datos hacen falta y qué cálculos son necesarios para dar respuestas convincentes a preguntas que nos ayuden a entender el mundo y mejorarlo. En el campo de la econometría he estado principalmente interesado en el desarrollo de métodos para el análisis de datos de panel socioeconómicos. Los datos de panel son observaciones repetidas en el tiempo sobre los mismos sujetos, tales como hogares, empresas o países. Estos datos son una rica fuente de información, pero encontrar herramientas útiles para analizarlos ha supuesto retos difíciles. En un artículo con Steve Bond y en otro con Olympia Bover publicados en los años 90 desarrollamos nuevos métodos para estimar el efecto de una política u otra variable de control utilizando datos de panel. Estos métodos se han mostrado útiles en una amplia clase de aplicaciones en economía, finanzas, ciencia política, geografía o estudios ambientales, por mencionar algunos. Se han convertido en herramientas estándar utilizadas habitualmente por los profesionales en la econometría aplicada y la estadística social. La popularidad que han alcanzado estas técnicas nunca ha dejado de sorprenderme.
¿La docencia sigue ocupando un lugar importante en su carrera?
Por supuesto. Empecé a dar clases de econometría en la Universidad de Barcelona en 1979. Tras el doctorado, di clases de econometría en la Universidad de Oxford, luego en la London School of Economics y desde 1991 hasta hoy en el CEMFI, Fundación del Banco de España y una de las principales escuelas de postgrado de economía de Europa. Otro aspecto importante de mi docencia es dirigir tesis doctorales. Actualmente, dirijo o codirijo las tesis de cuatro estudiantes de doctorado en el CEMFI. Me entusiasma enseñar y a la vez aprender de mis estudiantes. Creo que es una forma en la que puedo ser útil a los demás.
¿Qué organismos preside o dirige en la actualidad?
He presidido varias asociaciones científicas de economistas. La última y la más intensa fue la presidencia de la Econometric Society en 2014, que es una prestigiosa asociación internacional fundada en Cleveland en 1930. Durante ese año presenté conferencias presidenciales en Taiwan, Tasmania, Adís Abeba, Toulouse, Sao Paulo y Boston. Actualmente, soy miembro del Consejo Científico del European Research Council (ERC). Se trata del órgano de gobierno del ERC que es la agencia que financia la investigación más puntera que se produce en Europa en las ciencias físicas, biomédicas y sociales, incluidas las ciencias económicas. Esta actividad me ocupa bastante tiempo, pero es muy gratificante, tanto por el contacto estrecho con los científicos como por la oportunidad de contribuir al ERC que es una de las grandes historias de éxito de la Unión Europea.
La publicación de artículos y libros acaparan parte de su labor como como analista económico. ¿En qué medios publica en este momento?
Yo me dedico más a la publicación de avances científicos que a los trabajos de divulgación o de debate sobre políticas económicas. Este tipo de trabajos suelen aparecer en revistas especializadas de difusión internacional que utilizan el inglés como lingua franca. En la ciencia actualmente el inglés cumple el papel del latín en la época de Isaac Newton. Nos permite que podamos entendernos investigadores de todo el mundo rápidamente en una actividad que está completamente globalizada. Mis dos últimas publicaciones más significativas han aparecido en la revista Econometrica.
¿Cómo recibió la noticia de su posible nominación a los premios Nobel de Economía?
La organización que calcula el impacto de los científicos por medio de sus citas (Web of Science) anuncia anualmente unos nombres en cada campo que los medios interpretan como predicciones al Nobel, pero que en realidad se trata de nuevas incorporaciones a una reducida lista de científicos con muchas citas de la que suelen salir los premios Nobel en un momento u otro. En cualquier caso, muy contento por la distinción aunque un poco abrumado por todas las explicaciones que tuve que dar a familiares y amigos.
¿En qué parcela está centrada ahora su carrera?
Vivo en Madrid desde 1991 y con anterioridad viví diez años en Inglaterra. Mi actividad principal sigue estando en el CEMFI, dedicado a la docencia y la investigación y también contribuyendo al desarrollo institucional de nuestro centro. Por lo demás, también estoy involucrado en la actividad de las agencias públicas de investigación europea y española.
¿Qué cree que se podría hacer para mejorar la situación industrial de la zona?
Me gustaría tener datos para poder valorar la actividad económica eldense. A falta de ellos me tengo que limitar a un comentario general. Tengo la impresión de que Elda está especializada en sectores de tecnología media y baja que ofrecen poco potencial de crecimiento salvo por la creatividad y la innovación de procesos. Destacar en estos márgenes no es fácil, pero una ventaja de Elda puede estar precisamente en su gran especialización, ya que un factor importante para la innovación son las aglomeraciones de talento en un lugar determinado. No se trata sólo de crear buenas condiciones para la vida de las empresas sino también de las personas. El que el pueblo sea un lugar atractivo para vivir también contribuye a retener y atraer el talento. De todas maneras lo más importante es facilitar que los jóvenes eldenses tengan la máxima información y oportunidades para formarse de la mejor manera posible. Lo que funcionó bien para nosotros no va a funcionar necesariamente bien para nuestros hijos.
¿Cómo ve el futuro de Elda?
Entre 1950 y 1990 la población de Elda creció vertiginosamente. Desde entonces se ha estabilizado con una ligera tendencia a la baja en los últimos 10 años. El grueso de la población está ahora en la franja de los 35 a los 50 años. En ausencia de inmigración, dentro de 20 años Elda será un pueblo envejecido en el que la mayoría tendrá entre 55 y 70 años. Por otra parte, entre todas las ciudades españolas con más de 25.000 habitantes, Elda es la que tiene los precios de la vivienda más asequibles. Quizá paradójicamente esta situación pueda convertirse en un activo en el futuro, especialmente si la calidad de vida en el pueblo se mantiene o mejora.
Se habla de una nueva crisis económica, casi inminente, ¿qué dimensión cree que tendrá?
Los ciclos económicos han estado presentes desde los tiempos bíblicos. Por tanto, tarde o temprano se producirá una nueva crisis económica. Actualmente hay indicios preocupantes de estancamiento en algunas economías europeas y como es sabido también incertidumbres importantes sobre la configuración de la Unión Europea en el futuro inmediato, pero las consecuencias para nuestra economía a medio plazo no son fáciles de anticipar. No obstante, no creo que la nueva crisis económica, cuando se produzca, se parezca a la anterior, ni en dimensión ni en sus características.
Recientemente recibió el “Premio Emilio Castelar” del Rotary Club Emilio Castelar, ¿qué representa en una carrera repleta de éxitos?
Me siento muy honrado por el premio del Rotary Club. Recibir un premio en el pueblo de uno es el que produce un sentimiento más grande. Además el Club Rotario Elda-Vinalopó está asociado a la memoria de mi querido tío Paco González, que fue uno de sus miembros fundadores. También me gusta el nombre del premio. Emilio Castelar llevaba a Elda en el corazón y fue un hombre de altura que dejó un buen recuerdo en nuestra historia.
¿Qué le gusta hacer cuando visita su ciudad natal?
Siempre he venido a Elda con regularidad. En Elda estaban mis abuelas y mis tíos y años después también mis padres. Llegar a Elda siempre ha sido emocionante. Mi hermana vive en La Coruña, pero Elda sigue siendo nuestro lugar de encuentro. Mis hijos han pasado prácticamente todas sus Navidades en Elda y parte de los veranos. Mi mujer, Olympia, se conoce el pueblo como la palma de su mano y no conozco a nadie que le guste recorrerlo caminando de punta a punta más que a ella. A mí también me gusta pasear por Elda y sus alrededores. Contemplar el valle desde Bolón es impagable. Me encanta encontrarme con mi familia y mis conocidos. ¡Tantos rincones del pueblo que están llenos de recuerdos!
¿Qué proyectos de investigación tiene en marcha?
En mis proyectos de investigación en curso estoy interesado en cuantificar la incertidumbre de las familias y las personas acerca de sus ingresos futuros y entender cómo esta incertidumbre afecta a nuestras decisiones más básicas, como qué gastar, qué ahorrar o qué trabajo hacer. Hemos encontrado una asimetría en el riesgo del ingreso que varía con la distribución de la renta que no se había observado anteriormente, básicamente porque no se habían utilizado las herramientas de observación adecuadas, a pesar de que existían los datos de base. También hemos encontrado que estos riesgos asimétricos se transmiten al consumo y que lo hacen en diferente medida según los tipos de hogares dependiendo de sus activos y de la edad. Estos resultados importan para la evaluación de las políticas impositivas y asistenciales. Es una línea de investigación que me parece muy prometedora, especialmente por las oportunidades cada vez mayores de utilizar micro datos provenientes de los registros de las administraciones públicas.