El Clot de la Sal, en tierra de nadie
Las Salinetas, también llamadas Clot de la Sal, constituyen un famoso paraje natural, situado en el término municipal de Novelda, aunque a dos minutos de Elda. Y su mayor reclamo son sus aguas curativas.
Debido a las propiedades medicinales de las aguas, se permitió la explotación comercial de estas a lo largo de toda la segunda mitad del siglo XIX y primer tercio el siglo XX. El balneario de Salinetas, construido entre 1857 y 1858, e inaugurado un 3 de marzo de 1858, pronto adquirió fama nacional, y consiguió atraer a gran parte de la burguesía y corte madrileña de la época. El balneario vivió su época de mayor esplendor entre los años 1875 y 1900, quedando establecida la temporada de baños entre el 15 de mayo y el 15 de octubre.
Debido a la alta concentración de sal (aproximadamente 250 gramos por cada litro de agua) que hay en la zona, la temperatura del agua ronda los 22 grados durante todo el año. Estas aguas poseen unas propiedades distintas a las del mar, siendo hasta 10 veces más saladas.
Actualmente, Las Salinetas presentan una imagen de dejadez muy distinta a la de antaño. Apenas queda agua y hay restos de basura a lo largo de todo el paraje.
Varios vecinos de Elda, asiduos a visitar la zona, hace unos años crearon una asociación para poder mantener en buenas condiciones el Clot. Y, según cuenta uno de sus antiguos miembros, “construíamos mesas y asientos con troncos, para aquel visitante que quisiera utilizarlos, pero al día siguiente nos lo encontrábamos todo destrozado. Incluso rompieron parte de los restos del antiguo balneario”. Además, añade que “ya se dejó de intentar mantener en condiciones todo esto, porque no sirve para nada, a nadie le importa esta zona ni se preocupa por ella”.
A pesar del estado en el que se encuentra el paraje, es una zona muy visitada los fines de semana, y suele haber un gran volumen de bañistas de diferentes puntos de la provincia.
Aunque este vecino de Elda lamenta la situación actual del Clot, afirma que “seguimos viniendo a diario, incluso hay un hombre que aparta las piedras del camino él mismo para que el acceso sea más fácil”.