Izquierda Unida condiciona su respaldo a los presupuestos a medidas como el ahorro de agua o el problema de la vivienda
El grupo municipal de Izquierda Unida anunció que condicionan su voto a favor de los presupuestos municipales de 2018 a que el equipo de gobierno del Partido Socialista y Compromís acepte las diez medidas que piden se incluyan en el borrador de los mismos "con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos" con partidas para realizar cada una de sus peticiones, según el portavoz Iñaki Pérez. Los ejes de sus propuestas son la gestión directa de los servicios públicos y paralizar la privatización del servicio de jardinería, así como de la piscina de San Crispín y la limpieza pública; programa de participación ciudadana como experiencia piloto con un presupuesto de 50.000 euros; resolver el problema de la vivienda con un presupuesto inicial de 100.000 euros; y aplicar un programa de capturas de las colonias de felinos.
Asimismo, plantean la necesidad de aplicar una política de ahorro del consumo de agua para resolver los problemas de suministro, así como la implantación del sistema terciario de la depuradora; crear un plan estratégico acerca del modelo de ciudad; reducir gastos superfluos de promoción del equipo de gobierno; aumentar los recursos a servicios sociales y programas de inserción socio-laboral; aumentar la partida de patrimonio histórico y memoria democrática para recuperar el casco histórico y cambiar el nombre de algunas calles y, por último, finalizar las obras de la calle Séneca.