Resuena Aula Suzuki, un método educativo para aprender violín y otras habilidades musicales

Resuena Aula Suzuki abre sus puertas por tercer año, un lugar donde los niños aprenden más que a tocar el violín. Suzuki es un método educativo, donde niños desde los tres años aprenden a tocar el violín de forma natural. Su base es la lengua materna, es decir, que aprenden a tocar el instrumento de la misma forma que aprenden a caminar o escribir, a través de la repetición de sonidos, escucha pasiva de canciones, imitación del padre y del profesor y de la práctica diaria.

El método Suzuki va más allá, no sólo aprenden a tocar el violín sino que desarrollan otras habilidades como la motricidad fina y gruesa, la concentración, el desarrollo auditivo, la memoria, el equilibrio, el trabajo en equipo, así como el vínculo que se crea con los padres al compartir una actividad conjunta diariamente. Además se trabaja desde pequeños una correcta posición y una base musical adecuada para que en un futuro, el que lo desee, pueda ser un gran instrumentista.

Resuena Aula Suzuki está dirigida por la profesora Rebeca Guill Jurado, violinista eldense. Resuena Aula Suzuki es el único centro del Medio Vinalopó que cuenta con la titulación necesaria para poder impartir este método. Rebeca Guill es profesora con estudios superiores de violín, especializada en nivel 3 en esta metodología recibida en San Sebastián y titulada por la European Suzuki Association, ESA, y por la Asociación Española de Método Suzuki, AEMS.

Resuena, junto a Denota Studio Suzuki Alicante, organizaron el pasado 16 de septiembre en Alicante el primer "Play Together" de la provincia, donde los cinco centros con profesores especializados de la provincia participaron en un increíble concierto que contó con la interpretación de más de cien niños de edades comprendidas entre los 3 y 13 años. Un acto único en la zona dirigido en el escenario por las profesoras de Alicante, Orihuela, Yecla, San Miguel de Salinas y Elda, que acompañaron a sus alumnos con canciones de Suzuki, Bach, Lully o Brahms. Los niños interpretaron una treintena de piezas de memoria con un alto nivel, en un acto al que asistieron cientos de personas