Camino de fuego y pólvora: Carmen Cebrián y Andrea Laín, Falleras Mayores de Elda
Tras ser proclamadas Fallera Mayor y Fallera Mayor Infantil de Elda, Carmen Cebrián y Andrea Laín, aún comparten un sentimiento: “Todavía no nos lo creemos”. “Estoy muy contenta y orgullosa de representar este cargo. Cuando dijeron mi nombre en la elección pensé en lo orgullosa que estaría mi comisión, San Francisco de Sales, aunque no me lo imaginaba y por eso estuve llorando toda la gala”, afirma Andrea Laín, Fallera Mayor Infantil de Elda 2024. Carmen Cebrián, Fallera Mayor de Elda 2024, vive también en la incredulidad de haber sido la elegida, asegura que no puede dejar de pensar en quienes le han inculcado la fiesta, que son su Falla Huerta Nueva y su familia. Tienen claro que se trata de un “increíble” momento que no olvidarán nunca.
Debajo de la mantilla de Fallera Mayor Infantil hay un niña de 11 años que el próximo curso pasará a 6º de Primaria en el colegio Antonio Machado. Más allá de la falda, el corpiño y la banda de Fallera Mayor se encuentra una mujer de 21 que está realizando un Grado de Higiene Bucodental en el IES Leonardo da Vinci de Alicante. Ambas son las embajadoras de esta fiesta, una que comenzaron a sentir desde muy pequeñas y que Cebrián define como “germanor” (hermandad) el alma de las Fallas de Elda.
Son sus familias y amigas las responsables de haberles inculcado su pasión por esta fiesta, quienes les han allanado su travesía hasta este momento y les han enseñado todo sobre el vivir de las Fallas de Elda.
En el que será su camino como representante de las Fallas de Elda, Andrea Laín indica lo “maravilloso” de vivir así estas fiestas y lo “feliz” que le hace representar a todos los menores de la ciudad. Por su lado, Carmen Cebrián destaca el orgullo y del honor que supone para ella ostentar este cargo por la admiración que ha sentido siempre por la Fallera Mayor, ya que esta figura ha sido para ella “un ejemplo a seguir”.
Las dos falleras están deseando vivir juntas la Cridà, que solo viven las Falleras Mayores de Elda, y como señala Carmen Cebrián: “Es cuando todo comienza y ese todo lo iniciamos nosotras”. Difieren al indicar lo que más les apasiona de la fiesta del fuego. Para Cebrián es la ofrenda de flores porque para ella allí se reúnen todas las delegaciones y “están todas las emociones a flor de piel”. “Ahí es cuando se nota que la gente de Elda y de fuera también vive la fiesta”, afirma. Sin embargo, Andrea Laín apunta a la Cremà: “Es el momento definitivo de las Fallas. Allí te olvidas de todo porque solo puedes ver el fuego y pensar: ‘Esto ya es lo último que nos pasará. Ya acaban. Qué pena’. Es para mí lo más bonito”.
Las máximas representantes de las fiesta del fuego este 2024 manifiestan que las Fallas de Elda contribuyen a la identidad y la cultura de la ciudad y auguran una larga vida a esta celebración, pero reconocen la necesidad de que más gente se acerque a ellas para su supervivencia: “El sentimiento que se le tiene a las Fallas se contagia y por eso los falleros tenemos que intentar que los jóvenes, que son los que menos conocen esta fiesta, se unan”, declara Carmen Cebrián.
Juntas se miran a los ojos para ver el futuro y soñar con que serán recordadas como representantes de las Fallas de Elda. Porque del 26 al 29 de septiembre, que es cuando tendrán lugar, escribirán a fuego su legado, uno que por siempre para ellas olerá a pólvora. Un historia grabada con pasión y de un arte efímero que se prende con el calor estas fiestas.
