Los Embajadores recrearán batallas épicas
Las Embajadas de Moros y Cristianos se han convertido en una cita ineludible para cientos de personas gracias no solo a la calidad de las mismas sino a su vistosidad y al talento de sus embajadores moro y cristiano, David Juan y Alberto Rodríguez, respectivamente. Ambos llevan tres meses ensayando para recrear dos batallas épicas, que conllevan hípica, interpretación y el arte del duelo.
A días de volver a meterse en el papel de dos de las figuras más relevantes de la fiesta, de vestir sus trajes de embajadores, Juan afirma que tiene "muchas ganas, hemos retomado los ensayos con algo de presión, que es necesaria, pero con muchas ganas de volver a la plaza y disfrutar de las embajadas". Rodríguez añade que este año en lugar de seis meses, han tenido que intensificar los entrenamientos en tres meses a causa de la pandemia, "estamos trabajando mucho con intensidad para que todo salga bien".
La ausencia de la fiesta, como al resto de la población, se les ha hecho larga y dura, "había días que me ponía a repasar el texto y tenía que parar, era una autotortura, se me saltaban las lágrimas, pero llegó el Fin de Semana Festero en marzo y nos dimos cuenta de que sí, que volvía todo y eso es importante". Juan admite que en 2020, antes de la llegada de la pandemia, tenían previstas novedades para engrandecer las embajadas, pero han tenido que aparcarlas hasta 2023 por la falta de tiempo.
Así, en marzo comenzaron a ensayar de nuevo, no solo los textos y las clases de hípica sino las clases de esgrima con la Sala de Armas de Elda y su entrenador Adrián Baños: "Ya estábamos familiarizados con las armas desde 2019, pero hemos tenido que trabajar mucho, estamos agradecidos con Adrián y con la Sala de Armas de Elda porque nos ayudan mucho y porque además escenificarán una vez más con nosotros la batalla en la plaza", explica Juan. Rodríguez añade que "a veces creemos que no somos capaces de hacer algo pero Adrián nos hace ver que es posible y nos ayuda a que la escenificación mejore".
El presidente de la Sala de Armas, José Luis Gil, señala que "tienen un entrenamiento medieval para que no quede como una coreografía falsa, sino que sepan pelear, lo que queda mucho más realista, pelean con soltura e incluso pueden improvisar". El secretario de este club, José Alberola, afirma que trabajan con gusto y esperan poder continuar colaborando en las embajadas.
Gracias al esfuerzo de ambos, cada embajada es única. Para David Juan será el quinto año en el que se mete en el papel del embajador del bando de la media luna, mientras que Alberto Rodríguez defenderá el de la cruz por tercer año, y el objetivo de ambos es que "las embajadas evolucionen, que sean atractivas. Se puede decir lo mismo de muchas formas, nos planteamos retos para mejorar, pero manteniendo la base; la intención es sacarle todo el partido posible gracias al buen equipo que hacemos junto a los centinelas", explica Juan.
¿Qué sienten durante las embajadas? "Muchas emociones a la vez, cuando subo al caballo entro en el papel y nos olvidamos de todo, las sensaciones las tenemos después, al acabar", explica el embajador moro. El cristiano afirma que "no vemos a la gente a nuestro alrededor, solo somos nosotros dos y nuestros centinelas; cuando termina todo ya sentimos el subidón, pero mientras tanto estamos muy concentrados, pues tenemos que cumplir con una gran responsabilidad".
Su principal temor, explican, es perder la voz: "A veces llevamos palestina aunque haga calor, nos cuidamos mucho y tenemos una pequeña adicción al propóleo durante unos días", bromean.
La Embajada Mora será el sábado y la Cristiana el lunes. A pocos días de esta fecha, agradecen el apoyo de los eldenses y recalcan que trabajan con mucha ilusión y ganas para devolver parte del cariño de la población: "Intentamos aportar, darle un empujón y que, cuando nos marchemos, quienes tomen el relevo sigan esta línea para que continúen siendo unos de los actos más multitudinarios".
