Una Entrada Cristiana histórica
Elda saboreó ayer la primera de sus dos Entradas, la Cristiana. A las 18 horas pocos eran los huecos que quedaban a lo largo del recorrido para ver el desfile y miles de personas se disponían a disfrutar de este acto que supone un verdadero espectáculo para la vista y para el oído. Horas antes los festeros se afanaban en maquillarse, peinarse y vestirse para lucir lo mejor posible en este primer gran desfile. Los Estudiantes fueron los encargados de abrir la Entrada con un boato histórico, como ocurriese el día anterior con el infantil, que sorprendió por su mimada puesta en escena y por ser cien por cien eldense. Fue un homenaje a la ciudad, a sus fiestas y a sus personajes más ilustres como Emiilo Castelar o El Seráfico.
Como es tradición, la AMCE Santa Cecilia abrió el desfile como símbolo de la importancia de la música en la fiesta. Tras la agrupación eldense y los estandartes del 75 aniversario portados por jinetes, llegaba a lomos de su caballo el Embajador Cristiano, Alberto Rodríguez, y los estandartes de las cinco comparsas del bando de cruz.
Entonces llegó el momento más esperado, el boato de la Comparsa Estudiantes, que este año, como las fiestas, también celebra su 75 aniversario. Como viene hacendo esta comparsa, su boato cumplió con creces las expectativas del público. Eligieron celebrar el resurgir de la fiesta mostrando con sumo detalle una historia, la de los Moros y Cristianos y la de Elda en cinco grandes bloques. Abría el boato la soldadesca para recrear el origen de la fiesta, pues pocas eran las poblaciones que no contaban con ella para defender las localidades. Este bloque estuvo representado por festeros de la comparsa de Cristianos de Sax.
Seguía un homenaje a las fiestas de inicios del siglo XIX, de las que se tiene constancia gracias a los escritos del ilustre Emilio Castelar, para este bloque contaron con la colaboración de Petrer, Alcoy y la Falla Fraternidad. También se quiso rendir homenaje a hombres ilustres de aquella época, como el terrateniente y amante del patrimonio local, Lamberto Amat, el párroco de Santa Ana, Gonzalo Sempere, el historiador y poeta, Juan Rico y Amat, el político José Maestre Vera, el poeta El Seráfico – Francisco Ganga-, uno de los primeros fabricantes de calzado, Rafael Romero, el exdirector de la AMCE Santa Cecilia, Ramón Gorgé el médico de los pobres, Manuel Beltrán, y el poeta Francisco Laliga. Cerraba el bloque para la sorpresa de todos el presidente de la I República española, Emilio Castelar, que había bajado de su pedestal y saludaba sobre una carroza convertida en Plaza Castelar, con el mítico león a sus pies y el templete de fondo.
Tanto cuidaron hasta el más mínimo detalle, que repartieron pipas como las de antaño, "pipas de Castelar", como eran conocidas, despertando la nostalgia de muchos.
Continuaba el homenaje al inicio de la fiesta, un baile entre El Platanero y la Yaya alrededor de la hoguera de San Antón, la chispa que hizo que en 1944 volviesen los Moros y Cristianos. Para ello un grupo bailó las danzas tradicionales en honor a San Antón, con la primera mítica fotografía de las fiestas de fondo, hecha junto a la ermita del santo anacoreta, en 1944, en blanco y negro. Entonces llegó un homenaje a los pueblos vecinos de Sax, Villena y Petrer por su apoyo a la fiesta en un gran bloque compuesto por festeros de estas localidades codirigido por cabos con solera el alcalde de Elda y Estudiante, Rubén Alfaro, y de los Moros Viejos y Nuevos de Villena: Miguel Victoriano Navarro "El Tito" y Nacho Rodes. Concluyó el boato con un bloque de Estudiantes que representaba a los primeros estudiantes y músicos, con trajes antiguos y una elaborada puesta en escena.
Este aplaudido inicio dio paso a la capitanía de los Estudiantes para guiar a las escuadras, que desfilaban con desparpajo y alegría a lo largo del recorrido conformando una bonita marea negra y blanca. Sus volteretas y trajes especiales fueron muy aplaudidos por el público. No les faltaba el bicornio, lápices, tenedores y cucharas. En esta comparsa se pudo ver al presidente de la Unión de Festejos de Petrer, Vicente Escolano Mateo, dirigir una escuadra. Un orgulloso padre con su hija, Emilio y Laura Alfaro, dirigían la comparsa como capitán y abanderada.
Seguían los cascabeles de los Zíngaros, quienes con soltura y brío derrochaban energía marcando el paso con la música de sus panderetas. El rojo y el blanco con toques de azul predominaron en la mayor parte de los trajes especiales, complementados por diademas de flores. Esta nutrida comparsa, compuesta en su mayoría por mujeres, contó con un gran escuadrón con cabo batidor y la cerraba el tradicional Mogollón así como "La Tribu", abierta para sorpresa del público por un hombre encima de un gran balón. Sus jóvenes capitanes, Gloria Tomás y Víctor Santos, guiaron a la comparsa derrochando felicidad.
Tomó el relevo la comparsa Contrabandistas, con miles de volantes abriéndose paso al son de los pasodobles. Los cabos despertaban los aplausos del público con sus danzas y entre las escuadras no han faltado las flores y abanicos, símbolos de esta comparsa en la que predominó el color rojo en muchos de los trajes. Para conmemorar su 75 aniversario, salieron las capitanías de los últimos 25 años intercalados en el desfile. María del Mar y su cuñado David Gómez conformaron la capitanía que señalaba el camino a su comparsa.
La comparsa Cristianos continuó desfilando con elaborados trajes entre los que destacaban los complementos metálicos y, cómo no, las tradicionales espadas cristianas. Si por algo se distingue esta comparsa es por los elaborados maquillajes, que llamaban la atención al público. La capitanía conformada por Lorena Collados y Daniel Aldeguer ha sido la encargada de abrir el paso de las tropas cristianas.
Cerraban el bando cristiano los Piratas, la comparsa más multitudinaria, conformada por más de 70 escuadras. Las calaveras y los tonos plata, marrón y amarillo tiñeron todo el recorrido en el que se vieron trabajados maquillajes y trajes con toques negros y dorados. Noelia Vicente y José Vicente, padre e hija, saludaban desde lo alto de sus caballos y sonreían por la cálida acogida del público.
Las marchas cristianas y los pasodobles dieron paso a las marchas moras. Los Moros Realistas iniciaron el bando de la media luna, seguidos de los Huestes del Cadí, Moros Musulmanes y Moros Marroquíes. El desfile concluyó en la calle Padre Manjón pasada la medianoche.
Hoy continúan las fiestas desde primera hora. La Diana ha tenido lugar a las 8 de la mañana, seguirá la Ofrenda de Flores a las 11:15 horas y a las 12:30 horas la Solemne Misa Festera. Por la tarde será la Majestuosa Entrada Mora a partir de las 18 horas.
