Comienzan las obras para derribar el IES Azorín
Los trabajos de derribo del antiguo edificio del IES Azorín ya han comenzado. Una muy buena noticia para la comunidad educativa y la localidad de Petrer, pues llevan años esperando la construcción del nuevo instituto. Las obras de derribo y de construcción tienen un presupuesto de 12’5 millones de euros, a cargo de la Conselleria de Educación.
La previsión del plazo de las obras del nuevo IES Azorín es de 18 meses, con lo cual el Instituto debería de estar acabado en el segundo trimestre de 2024. El nuevo Azorín contará con un millar de plazas, tendrá 24 aulas de ESO, ocho de Bachillerato, cafetería y gimnasio. La intervención prevista también contempla demoler toda la urbanización existente para ejecutar una de nueva construcción que recoja los equipamientos deportivos y de zonas verdes que necesita un centro educativo de este tamaño.
Del mismo modo, se ha diseñado un sistema de generación de energía eléctrica para el autoconsumo del centro mediante una instalación fotovoltaica con 256 paneles solares, así como equipos de aerotermia para el suministro de agua caliente tanto en la cocina como en los vestuarios del gimnasio. El centro está equipado también con una caldera de calefacción de alta eficiencia energética y alumbrado tipo LED, con sensores que regulan la intensidad según la iluminación que entre del exterior y detectores de presencia que apagarán y encenderán las luces de las zonas de paso y los lavabos.
Todo este conjunto de sistemas domóticos, junto al diseño sostenible y la planta fotovoltaica, harán del nuevo IES Azorín un centro de bajo consumo energético que tendrá una calificación A, ya que el consumo anual no superará los 42,06 kWh/m² y lanzará a la atmósfera tan solo 7,13 Kg CO2/m² al año.
En total, la superficie construida será de 5.319 metros cuadrados y la superficie de los espacios libres a disposición del alumnado, de 11.158 metros cuadrados, entre los que se incluyen zonas de juego, huerto escolar, ajardinamiento, pistas polideportivas y porches.
En un principio se intentó rehabilitar una parte del edificio, pero finalmente los informes determinaron que no era posible, lo cual obligó a un nuevo diseño global con su correspondiente proceso de licitación, así como un proyecto de derribo, lo cual ha alargado el tiempo previsto para su construcción.