Las leonas celebran la vuelta a la élite del balonmano
La Plaza Castelar acogió anoche la celebración del ascenso del Elda Prestigio a la máxima categoría. Jugadoras y directiva festejaron la dulce victoria tras una temporada de mucho esfuerzo y sacrificio.
Con esta victoria, además, el club cierra una herida que quedó abierta hace once años tras un descenso duro. Así lo confirma el actual presidente del equipo, Manolo Pastor: “Elda se merecía tener el club en División de Honor. Bajó de forma traumática, fueron muchos años de no saber qué iba a ocurrir, con el fantasma de la desaparición presente. Pero lo hemos conseguido y ahora todos merecemos disfrutar”.
El presidente, que se mostró muy satisfecho tras el ascenso, aseguró que “hemos devuelto a la entidad al lugar que merece. Son muchas juntas y muchos presidentes los que han llevado al club hasta aquí. Ahora disfrutaremos lo conseguido y muy pronto empezaremos a formar una plantilla con garantías, pues el objetivo será mantener la categoría”.
El entrenador del equipo, Antonio Mateo, se mostró muy feliz por “el equipo, la directiva y por Elda. Hemos recuperado la ilusión, ver a tanta gente ir a disfrutar, dejando a un lado los problemas, eso es lo mejor”.
Mateo, que cierra una etapa de cinco años dirigiendo a las leonas, aseguró que “han sido diez meses de mucho trabajo, de altibajos y momentos duros, estoy encantado, les deseo lo mejor y aquí tendrán a un amigo para lo que quieran”. Y es que tiene claro que deja su cargo: “Hay que saber cuando acabar, es mi momento. Deben seguir su camino, le deseo lo mejor al nuevo entrenador, Chema Vives”. De esta forma ha puesto el broche de oro a su etapa en el Elda Prestigio, “el balonmano me debía una y estoy muy feliz”.
La celebración comenzó en la concha de la Plaza Castelar y concluyó en el león de piedra, a los pies de la estatua a Emilio Castelar. Al animal le colocaron una bufanda del club mientras coreaban vivas al equipo y celebraban la victoria.
Si algo ha demostrado Elda es que el balonmano le gusta, pues ayer unas 2.000 personas llenaron el pabellón, y muchas acompañaron al equipo hasta el céntrico jardín para darles la enhorabuena.
Cerraron la noche desfilando en la Entradica Cristiana, con los Estudiantes, despertando los aplausos del público a su paso. Acabaron frente al Castillo de Embajadas, con las banderas del equipo en alto festejando su logro.