Goyo Jiménez hizo reír a carcajadas a un completo Teatro Castelar
El cómico Goyo Jiménez volvió ayer a triunfar en el Teatro Castelar en el que ha sido el primer lleno absoluto desde marzo de 2020. Con su Aiguantulivinamérica 3 hizo reír a carcajadas a los eldenses al realizar comparaciones entre la vida americana y la española durante dos horas de espectáculo. Sobre el escenario del emblemático teatro demostró por qué está considerado uno de los mejores monologuistas del momento.
Antes de empezar, el público esperaba en sus asientos de forma amena, pues en una gran pantalla iban pasando preguntas de cultura general sobre Estados Unidos, por lo que los asistentes debatían las respuestas. Su salida al escenario ya despertó algunas carcajadas, pues lucía un sombrero típico de vaquero y pistoleras, con los que hizo una introducción al espectáculo que atrapó a los asistentes. No dejó de interactuar con el público durante todo el monólogo, lo que hizo disfrutar más a la audiencia, que se sintió partícipe del mismo.
Volvió a hablar de personajes conocidos en sus dos entregas previas de Aiguantulivinamérica como Mike, Susan, o el pequeño Timmy, que le han hecho triunfar durante más de 15 años en los escenarios de todo el país pero también en redes sociales. Describió hilarantes situaciones del día a día americano y contrapuso las españolas. En el escenario solo contó con una mesa y dos sillas que le sirvieron para recrear algunos momentos con su característica muletilla previa: "No lo cuento, lo hago".
El humorista realizó numerosas comparativas, como que la Acción de Gracias en este país sería Acción de Quejas, incluso la diferencia entre las mascotas de ambos países. No faltaron los guiños a Elda, su "rivalidad" con Petrer y el uso de la pólvora en las fiestas: "En América si se oye ruido de pólvora hay que huir, no como aquí, lo de allí es un problema con las armas", bromeó.
Jiménez no defraudó, estuvo a la altura de las expectativas. De esta forma cerró la trilogía americana que tantos éxitos le ha hecho cosechar en todo el país durante más de 15 años. Para despedirse respondió a las dudas del público sobre los americanos para "cerrar así ya la saga de Aiguantulivinamérica", con la que demostró una gran capacidad de improvisación.