Historia del Socialismo en Elda

HISTORIA DEL SOCIALISMOEN ELDA (ANTEPONIENDO LOS CONDICIONANTES QUE PROPICIARON EL SOCIALISMO EN GENERAL: SITUACIONES POLTICAS, VIVENCIALES, ETC...) Juan Rodrguez Campillo Juan Rodrguez Campillo Edita: Agrupacin Socialista Eldense Depsito Legal: A-973-2009 Produccin Grfica: Azorn, Servicios Grficos Integrales Agradezco muy sinceramente a todos cuantos han colaborado en la composicin de este libro, con sus aportaciones verbales, lamentando que en bastantes casos, ya no estn entre nosotros (por ley natural). Y, especialmente a la actual Comisin Ejecutiva Local de la Agrupacin Socialista de Elda, dirigida por su Secretario General Rubn Alfaro Bernab y presidida por Manuel Jover Pez, por haber sido fiel a la palabra dada y porque sin la aportacin econmica annima de alguno de sus miembros no se hubera podido llevar a cabo el presente libro. Agradecimiento que hago extensivo a todo aquel eldense que, de una forma o de otra, ha colaborado en su composicin. El autor. Agradecimientos ndice Prlogo 7 Captulo 1 Historia del Socialismo en Elda 13 Captulo 2 Pensadores ms afines a las teoras socialistas 65 Puntos de vista de Marx y Engels sobre sus trabajos en la formacin de sus teoras sobre la Lucha de Clases 73 Captulo 3 La Fundacin del Partido Socialista en Espaa 79 Segunda versin de la historia del Partido Socialista en Espaa 87 Captulo 4 Los Principios de la Agrupacin Socialista en Elda 93 Testimonios 119 Sigamos la Tradicin del Partido 123 Fenmeno embrionario del Asociacionismo en Elda 126 Captulo 5 El Socialismo y la Segunda Repblica 135 El mapa poltico en la primavera de 1935 149 La guerra de 1936 153 Captulo 6Primera Corporacin en el Ayuntamiento de Elda durante la Repblica Espaola de 1931 a 1939 173 Captulo 7 Dos opciones al Socialismo 183 Perspectivas finales 191 Apndice final de la Historia Local 199 Captulo 8 Notas sueltas ilustrativas 205 Precedentes Constitucionales de la Historia de Espaa 215 Bibliografa 219 La historia Real se va escribiendo diariamente, por hechos o acontecimientos, que se van sucediendo, o van sucediendo, en la mayora de los casos inesperadamente, por situaciones que van creando, da a da, los comportamientos humanos, en sus mismos desenvolvimientos vivenciales. Estos mismos acontecimientos, van protagonizando diariamente hitos histricos, y creando sus mismos protagonistas. Estos mismos protagonistas s que se pueden ir clasificando en distintas tendencias polticas, cargados, por supuesto, de diferentes ideologas filosficas. Pero tenemos que sentar las bases reales de que la Historia Real no es ni de IZQUIERDAS ni de DERECHAS, es como es. Como los mismos hechos o acontecimientos la han enmarcado. Cierto es que, dentro de ese conglomerado de situaciones y aconteceres, hay de todas las tendencias y colores polticos. Luego, cuando se quieren trasladar estos mismos hechos histricos, para que sirvan de motivos ejemplarizantes, si que cada PRLOGO 7 Prlogo cual escoge los protagonismos que ms le son propicios, segn su ms genuino saber y entender, para presentarlos en los diferentes captulos histricos que se quieren divulgar.Sentado estos precedentes, al recapitular ste a modo de prlogo, como embrin de la presente historia, quiero subrayar, que he obrado de la forma ms realista, y que se ajuste ms a mis propsitos formativos, donde pretendo dejar encuadrada la presentacin de mi historia. Con esta panormica, o diversidad de aspectos histricos, situaciones polticas, acciones controvertidas que, con el transcurrir del tiempo, han ido jalonando nuestras historias pasadas, y en ciertos momentos tambin presentes, no los traigo a este escaparate expositivo, por el mero hecho de recordarlos y regodearnos en sus excentricidades y controversias, sino porque fueron el soporte y las motivaciones que fueron colmando el vaso de esa paciencia colectiva y generacional de las masas proletarias, que son las que han ido soportando el peso de las opresiones. Y como pretendo decir, todos estos condicionantes histricos, fueron creando componentes explosivos en los ambientes obreros, y por contrapartida, creando los mecanismos de autodefensa, y queriendo ser pacifistas, optaron por la creacin de las organizaciones sindicales y los partidos polticos donde organizarse para la mejor defensa de los intereses obreros, y los planteamientos de las justicias sociales, enmarcados en la tan significativa Lucha de Clases. Llegados a este punto, como por otra parte es preceptivo, hago mi presentacin, aunque debera ser hecha por otra persona, pero que en esta circunstancia, tengo que hacerla yo mismo. Vamos a intentarlo. Lo describir as, directamente. Yo haba nacido en la ciudad murciana y minera de la Unin, all por el ao 1924, y recal por estos pagos eldenses, tambin all por el ao 1949. Recordando a Ortega, con el consabido Yo y mi circunstancia (todos las tenemos y yo tambin la tuve: cosas o circunstancias en mi haber, quin no las tiene) tengo que anteponer, y dejar HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 8 sentado, que el principal motivo que me obliga a dar a conocer estas distinciones, est ms en consonancia con las Entidades que las concedieron, que con mi ego personal., pues de no hacerlo as, sera una falta de respeto hacia ellas mismas. Por tales motivaciones, y en su honor, reconocimiento y agradecimiento hacia ellas, me fuerza a darlas a conocer, con mi ms sincero agradecimiento hacia todas esas entidades culturales y humanitarias.Aun corriendo el riesgo, en algn caso, de parecer presuntuoso, pero an as, no debo dejar pasar esta oportunidad que, en honor a ellas, se me brinda. Paso a describirlas: Cofundador del Centro Excursionista Eldense (1957); Cofundador y colaborador de su Seccin de Arqueologa; Diploma de Socio Distinguido del 25 Aniversario del CEE (1982); Medalla y Diploma de Distincin de Cruz Roja Espaola, Asamblea Local (1986), de la que soy colaborador desde el ao 1955; Elegido Concejal por el PSOE en el Ayuntamiento de ELDA en la segunda legislatura democrtica, presidiendo la Delegacin de Patrimonio Histrico y Arqueologa de 1983 a 1987 (la primera vez que se organiza esta Delegacin en el Ayuntamiento de ELDA, como defensa del Patrimonio Histrico); Diploma Distintivo del Excmo. Ayuntamiento de Elda, como miembro de la Corporacin en el dcimo Aniversario de la constitucin de los Ayuntamientos Democrticos (19 de abril de 1989); Cofundador y colaborador del Centro Cultural Eldense (1961); Placa Distintiva del Centro Excursionista Eldense, por extraordinaria labor en la Arqueologa local (5 de marzo de 1999); Socio Cofundador-Colaborador de la Asociacin de Defensa del Patrimonio Histrico Eldense Mosaico (ao 1992); Placa Distintiva de la Asociacin Mosaico por mi trayectoria en la recuperacin del Patrimonio Histrico Eldense (27 de abril de 2002); Diploma del Excmo. Ayuntamiento de ELDA, por mi labor como Concejal con ocasin del 25 Aniversario de la Constitucin de los Ayuntamientos Democrticos (ELDA 2004); Placa Distintiva de la Plataforma Cvica, Centro Histrico. Premio La Caamona 2004, por mi labor en la investigacin y divulgacin del Patrimonio His- trico de Elda (6 de noviembre de 2004), Placa de Distincin en la VIII Semana Cultural, en agradecimiento de participacin, Comparsa PRLOGO 9 Piratas, en Elda (11 de enero de 2005); Miembro Cofundador y colaborador de los Museos Arqueolgicos (1959) y Etnolgico (1992).Es muy conocido que desde muchos aos colaboro en revistas eldenses (Alborada y Fiestas Mayores) con diferentes artculos sobre aspectos histricos de Elda, y tengo en mi haber la publicacin en 1999 del libro ELDA: Urbanismo, Toponimia y Miscelnea. Y para dar por cerrado este captulo, y aun siendo reiterativo, quiero dejar subrayado que, en todas estas exposiciones no me mueve ningn afn de protagonismo, slo mi sincero agradecimiento a estas entidades, y mi reconocimiento pblico hacia ellas, para lo cual no desaprovecho esta ocasin que se me brinda ahora. El autor HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 10 Captulo 1 T omando como principio, para dar forma al planteamiento de esta historia -para su mejor comprensin-, he credo necesario esquematizarla en tres partes diferenciadas, por su importancia unilateral en cada una de ellas. La primera parte, est compuesta por la simbiosis del fenmeno social, que dio lugar a estas circunstancias socio-polticas, resaltando los hechos, circunstancias, acontecimientos, etc., que en su devenir histrico, jalonado por situaciones polticas, que en lneas generales, fueron abonando el terreno para dar pbulo a la filosofa liberalizante, como marco apropiado donde se fueron acrisolando y desarrollando los pensamientos filosficos Marxistas, con la influencia y colaboracin de los dems pensadores, embrionarios y propulsores de la Lucha de Clases, y la defensa de la justicia Social, con repercusiones sectoriales, precursoras a su vez, de los incipientes partidos polticos, como motores organizados contra las desigualdades y abusos de los poderosos, en connivencia y compli- SOCIALISMO EN ELDA 13 Historia del Socialismo en Elda (Anteponiendo los condicionamientos que propiciaron el SOCIALISMO y los conceptos doctrinales de la LUCHA DE CLASES) cidad del Clero, al uso en sus momentos, en contra de la masa proletaria, cuando an no estaba definida como tal, an cuando sus teoras pudieran parecerle beneficiosas.Todos estos movimientos autodefensivos, en principio, actuaban queriendo romper la lnea divisoria entre los de arriba y los de abajo. Estos ltimos, han sido siempre los que han soportado - por la fuerza o la sumisin, pero tambin por la necesidad ineluctable de supervivencia- todo el peso opresor, de los posteriormente llamados capitalistas. Aunque en esta historia descriptiva de los orgenes, de la defensa de los derechos humanos y las desigualdades, grmenes propiciadores de la autodefensa, contra las clases opresoras, podramos dar comienzo al mismo tiempo al desarrollo, de la civilizacin, en los primeros tiempos, donde la raza humana comienza su andadura. Es totalmente impensable, que con el propsito y la capacidad, de un pequeo libro, cuales son las aspiraciones del autor, pudiesen tener cabida, en este corto espacio de contenido, dando comienzo desde los albores de la raza humana, porque esto requerira, no un conjunto de libros sucesivos, sino una verdadera Enciclopedia Monogrfica. Es por lo que he optado en espulgar, dentro de esas especialidades histricas, para con mis mtodos, entresacar aquellas partes, que enlazadas entre s, pero que son extrapoladas, y que al final en su conjunto, nos den la panormica histrica que pretendemos, sin sobrecargar en el texto, toda aquella sobredimensin, que, al menos en este momento, no nos es necesaria para nuestro propsito, definitorio de un devenir histrico. La segunda parte, la compondran un extracto de las circunstancias, situaciones, personajes, etc. que intervinieron directamente en la formacin del Partido Socialista en Espaa. La tercera parte -por ltimo- entrara de lleno, en el desarrollo, tanto poltico como humano y cronolgico, del Partido Socialista en ELDA. Sus ubicaciones, componentes de su devenir histrico, circunstancias especiales por las que pas, etc. Para que el lector no se sienta extrao, en las bases sustentativas e introductivas del nacimiento y formacin del Partido Socialista HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 14 en ELDA, y le introduzca documental y anmicamente preparado sobre la filosofa prctica del tema que vamos a desarrollar -o al menos intentarlo- y que a l le prepare y participe de la comprensin objetiva y valorativa de la importante teora del socialismo. Teniendo en cuenta que cuando se pasan a letra impresa, hechos histricos de la trascendencia del que nos ocupa, y generalmente todas las materias literarias, no slo van dirigidas a documentados y especialistas, sino a todos los posibles lectores en general.Por tal motivo, cuanta ms base sustentatoria lleve, ms facilitaremos su total asimilacin. Por tales perspectivas, antes de entrar de lleno en el aspecto localista, motivo central de esta historia, creo necesario -como ya llevo apuntado- por imprescindible, tomar como base ineludible, los principios fundamentales de nacimiento y formacin del partido a nivel nacional, aunque sea de forma esquemtica y elemental. Es decir, cmo y cundo se form el Partido Socialista en Espaa, as como las motivaciones y comportamientos que lo motivaron, igual que a los dems entes propulsores de la Lucha de Clases. Los motivos fundamentales, caen por su peso especfico y son de dominio pblico, a estas alturas histricas del desenvolvimiento humano, pero nunca est dems remarcarlas una vez ms: las injusticias sociales del poderoso contra el oprimido, que daran comienzo con la esclavitud del hombre por el hombre. Con los abusos del poder omnmodo, que llegara a provocar la revelacin, en justa defensa del oprimido, no ya en defensa de sus intereses legtimos, sino en defensa de su propia vida, que provoc, tras muchos siglos de esclavitud, la llamada Lucha de Clases, sobrevinientes de las doctrinas de varios pensadores, con divulgacin de sus justos ideales, como por ejemplo Carlos Marx, Federico Engels entre otros muchos filsofos y luchadores por la defensa de las igualdades humanas, difuminados en la historia, que dieron ms relieve a estos destacados idealistas, dentro del marco internacional y nacional, que tendran la culminacin de sus inquietudes, provocados por la Revolucin Industrial. Tratando de cerrar el cerco de estos fenmenos existencialistas hacia nuestro entorno vivencial, iremos retrotrayndonos a nuestra SOCIALISMO EN ELDA 15 nacional historia del socialismo, con nuestras primeras manifestaciones, impulsoras del socialismo con nombre y apellidos, fiel trasunto que calara con fuerza arrolladora, de pacifismo ilustrado, al nivel ms localista de nuestro pueblo, ELDA.Antes de acometer con ms firmeza, esta Historia Tripartita, y como parte importante de su filosofa, qu mejor que insertar aqu unas consideraciones filosficas de uno de los ms grandes y mejores pensadores y filsofos de todos los tiempos, como fue D. Miguel de Unamuno y Jugo, nacido en Bilbao un 29 de septiembre de 1864, y muriendo en Salamanca el 31 de diciembre de 1936. Toda la historia humana es la labor del hombre sobre el ambiente en que vive. Los esfuerzos de generaciones, acumulados y multiplicados con inters compuesto, van civilizando el mbito, en que hombres nuevos deben nueva y ms alta vida. Es el mbito social ms que el individuo lo que progresa. Toda la historia humana es la labor del hombre forjndose habitacin humana, toda la civilizacin tiende a desasir al hombre de la tierra, a libertarle del terruo, a que sea l quien posea a ella y no sta a l. Desasido de la tierra, la querr el hombre, porque el labriego que de ella vive la tiene apego, no amor. Amor le cobra el artista que la siente, el sabio que la comprende. El apego al rincn natal, al valle o llano que nos vio nacer, al terruo en que sudaron nuestros padres y a la aldea en que viven los camaradas de nuestra infancia, es el sentimiento de aquel que labra su propia tierra, del capitalista obrero, del que produce realmente con medios productivos suyos, del que produce para consumir sobre todo, puesta en el consumo la intencin casi siempre. El nacionalismo, el patriotismo de las grandes agrupaciones histricas, cuando no es hijo de la fantasa literaria de los grandes centros urbanos, suele ser producto impuesto a la larga por la cultura coercitiva de los grandes terratenientes, de los landlords, de los seores feudales, de los explotadores de los latifundios. El proceso econmico-social moderno, mercantil e industrial, arrancando del libre cambio, trae el verdadero cosmopolitismo, la HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 16 gran patria del espritu que del campo se nutre, la gran patria humana.La polarizacin sealada ms arriba significa, pues, de una parte un despertar de los sentimientos primitivos que tienen su base histrica en la primitiva comunidad de tierras, una vuelta espiritual a los tiempos en que el comunismo agrario era una verdad histrica, poseyendo el trabajador la materia y el instrumento de trabajo, y significa aquella polarizacin, de otra parte, un anhelo a la gran patria, creada por el libre cambio entre las naciones. Cmplase la escisin a expensas del nacionalismo estrecho de la burguesa, explotadora del llamado suelo patrio, para mantener el monopolio del cual se han llevado cabo las ms sangrientas guerras y se han teido de sangre de hermanos las banderas todas. No se sabe bien lo que s puede dar la conjuncin espontnea y libre de elementos hondos y puramente histricos con elementos conceptuales. En el orden terico el socialismo colectivista surgi, en cuanto doctrina cientfica, de la aplicacin hecha por Carlos Marx, del sentido histrico alemn, cuya ms elevada frmula ideal se halla en la filosofa hegeliana y que brot en un pas dividido en patrias regionales, a la economa mercantil inglesa, formulada con su mayor hondura por Ricardo, en el mercado de los pueblos. El slo sentido histrico va a dar en la pobreza de un Roscher, y el slo sentido abstracto, en los jacobinos del individualismo manchesteriano. En cuanto Marx, ayudado por predecesores y continuadores, aplic a la doctrina esttica del economismo ingls el sentido evolutivo histrico, investigando los orgenes del proceso y el proceso mismo en cuanto tal proceso, surgi por s el socialismo. Apuntes histricos demostrativos de los ambientes, que se fueron produciendo en el correr de los aos, que fueron desencadenando situaciones flagrantes, de abusos de poder e injusticias humanas, que el poder omnipresente del siempre histrico binomio Iglesia-Estado, ejerci sobre el pueblo llano, con sus comportamientos absolutistas, provocadores tambin de los comportamientos de autodefensa de ese mismo pueblo sojuzgado. Apuntes -en muchos casos inconexos- de fragmentos de la Historia de Espaa, que tienen en comn sus definiciones ideolgicas: SOCIALISMO EN ELDA 17 En las filas de la naciente burguesa burocrtica espaola, es decir, en el seno de la clase que dominaba el aparato del Estado, cunda ya con fuerza incontenible, el anticlericalismo identificado con el progresismo y el reformismo. Pero los ilustrados anticlericales, utilizan de nuevo a sus ms despreciados enemigos -los frailes retrgrados- como aliados para conseguir la extincin papal de los jesuitas. Los generales de agustinos y domnicos, padres Vsquez y Boixadors, son los ms eficaces colaboradores de Moino en Roma. La operacin consigue una decisiva victoria en el Cnclave de 1769, reunido para elegir un sucesor a Clemente XIII. Los cardenales dependientes de las cortes borbnicas, se pliegan de forma vergonzosa a los requerimientos de sus amos que les imponan una condicin nica para el nuevo Papa: su compromiso de disolver la Compaa de Jess. Este Cnclave es uno de los momentos ms tristes y vergonzosos en la historia de la Iglesia. La presencia militar en la poltica, y su contraposicin -no abierta ni virulenta, pero real- a los polticos civiles, son carcteres muy importantes de la Espaa posterior que afloran en el reinado de Carlos III. Carlos Seco Serrano define al partido aragons, dirigido por Aranda, como un partido poderoso compuesto de generales. El encargo del Ejrcito de ejecutar las dis- posiciones reformistas de Esquilache sera confirmado despus con otro encargo mucho ms duro: Ejercer la represin. ste es uno de los puntos ms obscuros de la historia del reinado, pero caben pocas dudas de la dureza con que Aranda y los miembros de su grupo poltico-militar -los duques de Alba, Villahermosa y Fernn Nez, el Conde de Mora- restablecieron el orden en Madrid, despus de las asonadas de 1766. Muchos aos despus lo relataba Godoy, Ciertamente restableci el sosiego, pero la fuerza y el rigor lo hicieron todo. Una multitud de suplicios, muertes secretas en las crceles, cuestiones de tormento, juzgados especiales, sentencias arbitrarias, condenas rigurosas sin precederlas ningn juicio, y desapariciones de personas y familias cuyo destino fue ignorado, dieron a Madrid la tranquilidad del terror y refrenaron los nimos. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 18 El embajador de Austria en Madrid revela un despacho secreto, que a finales de marzo de 1766 han desaparecido ya cien personas sin dejar rastro. Poco despus, en octubre, se decretaba un aumento de sueldos al personal militar, y durante su presidencia de Castilla, Aranda consigui imponer una mayor objetividad en pagas y ascensos, a pesar de que l mismo haba llegado a la cumbre de la milicia, despus de una serie de arbitrariedades. LA FRUSTRACIN DE LA BURGUESA FRANCESA.- La vinculacin permanente de Espaa a Francia desde la implantacin en Espaa, en 1700, de una dinasta francesa, hizo que los sucesos de Francia al terminar la dcada de los aos setenta del siglo XVIII tuvieran en Espaa un repercusin enorme. Desde 1787, an en vida de Carlos III, Francia viva, como hemos indicado, en situacin pre-revolucionaria. Sabemos, por nuestra evocacin de la revolucin americana, que la revolucin francesa no es un hecho aislado, sino que se inscribe en el dramtico proceso de cambio que hemos descrito como revolucin atlntica, y que iniciado precisamente en la Francia del siglo XVIII dentro del mundo de las ideas, estallara a escala mundial en la revolucin americana recientemente victoriosa. A pesar de sus derrotas y de la prdida de su imperio americano, Francia segua siendo la potencia clave de Europa, por su situacin, por su predominio cultural, por su capacidad de innovacin y de sntesis, por su magnitud de poblacin, prxima a los veintisis millones de habitantes en 1789, sin que Inglaterra llegara a la mitad de tal cifra; por su riqueza, con unas rentas del Estado superiores a la de cualquier nacin de su tiempo. La situacin econmica de Francia haba degenerado en crisis permanente despus de las dos guerras atlnticas de los Siete Aos y de la independencia americana, que venan a sumarse a la serie ininterrumpida de conflictos europeos en que haba intervenido Francia durante toda la Edad Moderna. La clase burguesa mucho ms definida en Francia que en Espaa, incrementaba a lo largo de todo el siglo su nmero y su poder econmico, mientras que la corona le cerraba el paso al plano superior de las decisiones polticas y se apoyaba en una nobleza cada vez ms incapaz y ms anacrnicamente aferrada a sus privilegios. SOCIALISMO EN ELDA 19 Pero en Espaa la Ilustracin no rie con la ortodoxia: la ciencia no chocar con la fe hasta el siglo XIX, cuando la reaccin absurda de Fernando VII persiga a los ilustrados por heterodoxos; arrastrado por la terrible simplificacin de una Iglesia anticultural y reaccionaria, que haba identificado previamente progreso con revolucin. La posicin catlica, religiosa e incluso piadosa de los dos primeros ilustrados del siglo -Feijoo y Jovellanos- aflora de manera espontnea en multitud de textos. La Ilustracin espaola tuvo que soportar muchos recelos de la Inquisicin que si bien no actuaba en el XVIII con la crueldad de siglos anteriores, contribuy mucho a que la siembra de los ilustrados cayera siempre (casi) sobre piedras de inmovilismo. Bajo el influjo de Feijoo, y ante el xito renovador de las reformas de Patio, Campillo y Ensenada, se llega, hacia la mitad del siglo XVIII, a lo que llama Snchez Agesta el cenit de las luces. Un largo cenit que se mantendr hasta el choque con la revolucin europea a finales del siglo, y que por bendita inercia lograr frutos cuajados incluso despus de 1789, y sobrevivir precariamente, para salvar la cultura espaola, despus de la implacable persecucin reaccionaria de Fernando VII. Los ilustrados de la segunda generacin -Campomanes, Roda, Floridablanca, que entronca ya con la tercera- sostenan que la Iglesia, como institucin social, haba contribuido, si es que no haba sido la causa principal, a la decadencia de Espaa. Es frase de Snchez Agesta, que subraya en este sentido el Tratado de la Regala de Amortizacin de Campomanes, y cita las actitudes posteriores, en cierto sentido testamentarias, de Ferrer del Ro y Sempere Guarinos. La cultura, ideal de los ilustrados, tena fatalmente que llevarles a la confrontacin con una Iglesia que por tantos sectores apareca como institucin inculta, sobre todo en el clero rural y el clero regular, los frailes, cuya identificacin innegable con el pueblo descansaba en una comunidad de anticultura. El gobierno ilustrado ver que la agricultura necesita riegos y har canales de riego; que la industria y el comercio necesitan HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 20 una activa circulacin y har caminos; franquear la comunicacin de los ros y abrir canales de navegacin; ver que la superabundancia de sus frutos y manufacturas le llaman a un comercio exterior y entonces mejorar sus puertos y animar su navegacin. No tiene nada de extrao que mente tan lcida sufriese acusaciones de revolucionario, de hereje; chocase con la Iglesia, cada vez ms retrgrada ante los vientos revolucionarios, y devorase, en la incomprensin y la soledad, su conveccin salvadora de la cultura. (Son pensamientos de Jovellanos)El primer peridico cientfico espaol nace en 1734 con el curioso ttulo Efemrides baromtrico-mdicas matritenses. Se imit al Journal des Savants en las Memorias eruditas para la crtica de Artes y Ciencias (1736) y sobre todo por el mucho ms importante Diario de los Literatos de Espaa, primera publicacin trimestral importante de crtica literaria desde 1 de enero de 1737; Felipe V puso a esta revista bajo su personal proteccin. Hasta 1830 dur una importantsima publicacin de este tipo: el Mercurio Histrico y Poltico, nacido en 1784, que constituye la primera publicacin espaola dedicada a la poltica internacional. Pero el nombre clave para el nacimiento del periodismo espaol, y en sendito pleno, el primer periodista de nuestra historia, es un personaje de fbula llamado D. Manuel Mariano Nipho y Cagigal, aragons de Alcaiz, nacido en 1719; creador de varias publicacio- nes, entre ellas, el primer peridico diario espaol, el Diario de Madrid, que apareci el 1 de enero de 1758. Las nuevas directrices centralistas implantadas por FelipeV impulsan el Consejo de Castilla, mximo rgano de gobierno todava por entonces, a concertar y confeccionar un censo general del pas que, terminada la guerra de Sucesin y asentada la paz general, tom cuerpo en 1717 aunque permaneci indito hasta que el economista Jernimo de Uztriz -un destacado miembro de lo que hemos llamado la primera generacin ilustrada- lo resumi y public en 1724. Despus de muchas discusiones, los especialistas suelen coincidir hoy en la cifra de Uztriz para el conjunto de la poblacin espaola en la Pennsula y territorios adyacentes es SOCIALISMO EN ELDA 21 correcta y suma unos siete millones y medio de personas. Tras este primer censo -llamado impropiamente de Campoflorido por el presidente del Consejo de Castilla que mand recuperar los padrones ordenados por el Consejo en 1712- se ordenaron los empadronamientos de 1748 (Ensenada, en las provincias castellanas), 1768 (Aranda), 1787 (Floridablanca) y 1797 (Godoy). Los siete millones y medio de espaoles del primer censo eran, en el de Aranda, nueve millones trescientos mil; en el de Floridablanca, diez millones cuatrocientos mil; en el ltimo siglo, diez millones y medio lar- gos. Globalmente -resume Nadal- en el curso de los ochenta aos comprendidos entre la fecha inicial y la fecha terminal el aumento fue, pues, de unos tres millones, iguales al cuarenta por ciento de todos los efectivos en el punto de partida. Estos tres millones equivalen a una tasa media anual del 0.42 por 100.La Espaa del siglo XVIII era un pas rural. Incluso su capital, Madrid, responda perfectamente ya a la posterior definicin orte- guiana de poblacin manchega aunque los esfuerzos de Carlos III le dieron por primera vez un aire parcial de ciudad europea. Recuerdan Mercader y Domnguez Ortiz que de las 143 ciudades de 4308 villas numeradas en el censo de 1787 nicamente 40 sobrepasan los diez mil habitantes y 17 de ellas se encontraban en Andaluca. Pero la mayora de esas aglomeraciones seguan siendo pueblos rurales en toda la extensin del trmino. Madrid, superaba al terminar el siglo XVIII los doscientos mil habitantes, cifra que para algunos comentaristas habra que reducir a menos de 170.000. Barcelona, la ms ciudad de todas las ciudades de Espaa, sali maltrecha de sus aventuras austracistas en la guerra de Sucesin con unos 37.000 habitantes, que saltaron prodigiosamente a 115.000 a finales de siglo. Los emporios del comercio americano, Sevilla y Cdiz, contaban en esa misma poca 96.000 y 70.000 habitantes; Valencia, con 80.000; Mlaga, 50.000; Granada, Zaragoza y Murcia, con unos 40.000 y las ciudades castellanas de la Meseta, con cifras mucho menores, como Valladolid, 21.000; Toledo, 25.000; Burgos 9.000. Todas estas exposiciones costumbristas, no tienen otra misin, que la de situar al lector, en los fenmenos que propiciaron -en con- HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 22 juncin con otros, por el estilo- la lucha o autodefensa, contra esta serie de arbitrariedades, incrustadas en el panorama socio-poltico de Espaa, que cortapisaban la solidaridad, la justicia, el decoro, etcNo se pueden comprender las formaciones polticas de liberalismo, con su repercusin en la Lucha de Clases, sin conocer las convulsiones polticas, como producto de los abusos de poder de los soberanos y mandatarios absolutistas, en connivencia con la religin al uso en su momento. Todos abonando terrenos para la ignorancia, y la cultura dirigida unilateral, de los pueblos sometidos a estos regmenes totalitarios. Entre la rebusca documental de diferentes aspectos del socialismo en Espaa, y a ttulo de ensanchar los conocimientos del lector, que en su mayora sern militantes socialistas, que es primordialmente a quin van dirigidos estos trabajos, aunque culturalmente sean vlidos para todo tipo de lectores, no puedo desaprovechar las posibilidades documentales que me brindan, de formar un captulo con multitud de aspectos, quizs anecdticos, y en muchos casos inconexos, pero que tienen bastante riqueza documental, y nos propiciarn un enriquecimiento mayor de conocimiento del fenmeno socialista. Uno de los objetivos principales de este libro, es que el militante socialista est bsicamente formado o esencialmente informado, de la filosofa socialista, de el por qu somos socialistas, de dnde venimos, y por qu nos desenvolvemos con esta filosofa, con este pensamiento y no otro. Y a travs de todos estos planteamientos, el lector pueda hacerse un anlisis interior y valorar ms y mejor, sus propios comportamientos humanos, desechando aquellas actitudes contradictorias, como impropias de una filosofa socialista. Aunque en trminos ms amplios, puede y debe servir, como ampliacin de conocimientos generales, a todos los lectores que se sientan interesados por estas materias de humanismo general y solidario. LOS EFECTIVOS DEL CLERO.- La carrera eclesistica constitua prcticamente el nico canal de movilidad social en el siglo XVIII, porque la carrera militar, mucho ms reservada a la nobleza, no se abrira al censo social de las clases inferiores hasta SOCIALISMO EN ELDA 23 la poca del liberalismo, en el siglo siguiente, si bien ya dejaba algunos resquicios para la subida durante la Ilustracin. En cambio, un muchacho avispado de la Espaa perdida, sobre todo si era hidalgo, poda acceder a la carrera y si sus cualidades brillaban en las aulas o en el trato de los grandes, poda incluso hacerse perdonar con facilidad su bajo origen. Esto produjo un aluvin de clrigos en la Espaa moderna y una evidente superpoblacin de tonsurados en el siglo de las luces, donde adems los perjuicios vigentes sobre punto de honra y el horror a la soltera llenaban, adems de los nobles impulsos vocacionales y el hondo sentido de la fe, los conventos de religiosas.A pesar de que el primer intento concordatario de Felipe V haba recortado la enorme cifra de 250.000 clrigos que el primer Borbn se encontr en su nuevo reino, el estamento eclesistico contaba en 1787, segn el censo correspondiente con 70.178 clrigos seculares -dependientes directamente de los obispos-, de los que 22.460 regan o cooperaban en una parroquia; una cantidad semejante (23.592) vegetaban a la sombra de algn beneficio o prebenda, casi siempre dependiente directa o indirectamente de la Corona; y el tercio aproximado restante se formaba por los subalternos de la Iglesia, seminaristas, sacristanes, funcionarios y empleados, incluidos los de la Bula de Cruzada y la Santa Inquisicin. LA DECADENCIA DE LA INQUISICIN.- El tribunal del Santo Oficio, la Inquisicin, languideca durante el siglo XVIII, pero se mantena, por inercia, como institucin de la Iglesia en conexin con el Estado; institucin mixta en la que el Estado delegaba cometidos importantes -por ejemplo, la censura de los libros y peridicos- sin que al avanzar el siglo, el carcter relativamente hbrido de la Inquisicin dejase de producir conflictos importantes, a veces de orden local, como el de Alcantarilla en Murcia; a veces de crisis nacional, como la que provoc la cada de algn gran ministro. Felipe V trat, con gran xito, de reducir el mbito y las atribuciones de la Inquisicin. Pero durante su reinado se celebraron 782 autos de fe, que bajaron a 34 en el de Fernando VI, y fueron rarsimos en el de Carlos III. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 24 La expulsin de los jesuitas, aliados naturales de los inquisidores, aceler la decadencia del Tribunal, cada vez ms marginado. El profesor Anes puntualiza muy sugestivamente que durante este reinado, el gobierno trat de someter de forma casi total a la Inquisicin, momento en que se produce una crisis que lleva al establecimiento del execuatur o permiso regio para publicar las disposiciones eclesisticas del mximo nivel en Espaa. La medida fue despus revocada pero la crisis provocara, como veremos, la salida del ministro Ricardo Wall. Las escasas actuaciones de la Inquisicin siguieron, sin embargo, dando pbulo a evocaciones tremendistas, a veces muy justificadas, como el proceso de Corella hacia los aos cuarenta del siglo, que aire un repugnante asunto de faldas monacales, con la condena de fray Juan de la Vega y su amante la abadesa de esa ciudad Navarra. All salieron a relucir, entre otros detalles, veinte abortos, treinta infanticidios, cinco hijos, emanacin de piedras aromticas con la seal de la cruz y dems ingredientes que esperan a un dramaturgo con sentido histrico, aunque carezca de la imaginacin que rezuma todava en tan macabras realidades. La golilla luch por sobrevivir ante la moda francesa de la corbata y sabemos las consecuencias que se derivaron del cambio de indumentaria, decretado por los ministros italianos de Carlos III. El Cardenal Belluga trinaba desde Murcia, contra los generosos escotes importados por la moda francesa. Sin embargo, los sexos se acercaban a lo largo de todo el siglo y saltaban las barreras que les separaban en los lugares pblicos, mientras descenda la pasin espaola por el punto de honra y otras exageraciones sociales y artificiales del barroco, donde haban alcanzado el rango de verdaderas obsesiones. El teatro estaba en decadencia, como ya hemos insinuado; los locales destinados a representacin teatral estaban, fuera de Madrid, cerrados durante casi todo el siglo. La sociedad del XVIII acuda a la fiesta de los toros, que precisamente en esa poca asume sus rasgos modernos y concita los entusiasmos de los partidarios de cada diestro. Los nobles titulados fueron en la poca de Carlos I, dos docenas de grandes de Espaa y un centenar de ttulos de Castilla. SOCIALISMO EN ELDA 25 A mediados del siglo XVIII, como recuerda Anes, ese nmero se haba multiplicado por cuatro o por cinco; el censo de 1797 da, para toda Espaa, 1.323 titulados. Carlos III concedi numerosos ttulos de nobleza, empeado como estaba en la elevacin social de la burguesa; la asimilacin de la noblesse de robe por la nobleza tradicional se consegua de forma inmediata en una Espaa que en medio de sus barreras sociales siempre alentaba, gracias a la extencin de la hidalgua, un intenso sentido interclasista. Los hidalgos reconocidos descendieron durante el siglo de forma dramtica; de 722.794 en 1768 a 480.592 en el censo de Floridablanca y a 402.059 en el de Godoy. Esta disminucin -mucho ms censal que real- dista de haber sido explicada. Quizs, las disposiciones de Carlos III por las que el ejrcito del trabajo no implicaba prdida de la hidalgua, contribuyeron al relativo desinters por aparentarla, lo que sera paradoja evidente, porque no consta que disminuyesen la tendencia a presentarse como miembro de la nobleza, vivsima desde los tiempos del barroco. DISTRIBUCIN RACIAL.- La distribucin regional de la poblacin es muy importante; pero no tiene menos inters la distribucin racial o tnica. Los quince millones de hispanoameri- canos que poblaban el continente y las islas bajo soberana espaola a finales del siglo XVIII se distribuan ms o menos as: Indios 6.9 millones (46%). Blancos: 3.1millones (20%); Negros: 1.2 millones (8%); Mestizos (incluidas todas las mezclas raciales variadsimas) 4.1 millones (26%). Si comparamos este cuadro con el que resumamos los orgenes raciales de la poblacin al comenzar el siglo, observaremos el gran aumento de la poblacin blanca, bsicamente criolla; la casi duplicacin de la poblacin negra, gracias a la salvaje realidad de la trata y el asiento cuando toda la Europa occidental cristiana -sealadamente Inglaterra- colaboraba con Espaa en tal crimen continuo de esa humanidad, sin que la Iglesia catlica o protestante elevase su voz, ya que ellas mismas, participaban en los beneficios de la esclavitud; la disminucin de la poblacin india, que en buena parte se debe, como ha sealado Hernndez SnchezBarba, a la caza y HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 26 explotacin del indio por el indio bajo la complaciente mirada del patrn europeo o criollo; y el enorme aumento del mestizaje, que se convertir al siglo siguiente en grupo tnico predominante para varias regiones de las Amricas, y que ya desde el comienzo de la colonizacin constituye un experimento humano lleno de angustia y capacidad de asimilacin y creacin, autnticamente apasionante. La propiedad de la Iglesia en la Amrica espaola era inmensa. Humboldt valora la riqueza de la Iglesia a finales del siglo XVIII en unos 44.500 millones de pesos fuertes, pero se trata de una simple estimacin. El comportamiento de la sociedad americana hacia la Iglesia, en cuanto al flujo de denominaciones, era semejante al de la sociedad espaola. La distribucin de esta riqueza era tambin muy variable, desde los subsidios de hambre que mantenan en precario a prrocos de indios y misioneros, hasta la fortuna de dos millones y medio de pesos, en que se cifraban las disponibilidades del clero mejicano en su conjunto de bienes races. El arzobispo de Mjico era, con su renta anual de 130.000 pesos uno de los potentados del continente. Las archidicesis de Amrica eran, en el siglo XVIII, Santo Domingo, de la que dependan las dicesis de Puerto Rico; Mjico, la ms poderosa, con ocho dicesis, entre ellas las dos creadas por impulso de Glvez : Nueva Len y Sonora; Lima, con siete dice- sis, entre ellas Cuzco, Santiago de Chile y Arequipa; Santa Fe de Bogot, con las dicesis de Cartagena de Indias y Panam, entre las cinco sufragneas, Charcas, con las dicesis de Asuncin, Crdoba, Buenos Aires, Santa Cruz de la Sierra, La Paz y Salta; Guatemala, con dos dicesis; Santiago de Cuba con una; Quito, con la de Cuenca; Caracas, con Mrida y Guayana; en total nueve arzobispados y 34 obispados. La Iglesia americana celebr importantes concilios regionales, muy tocados en el siglo XVIII de regalismo, y es que el gobierno de Madrid seleccionaba muy cuidadosamente a los prelados americanos. Por lo dems, la inmensa mayora criolla del clero tendra una actuacin decisiva -lo mismo que la divisin del episcopado- en la posibilidad y el triunfo de los movimientos de independencia. La inquisicin, que mantuvo durante el siglo XVIII SOCIALISMO EN ELDA 27 sus pretensiones de control, se senta menos apoyada por el Estado y acab desbordada por los vientos de la nueva libertad.EL GRAN MIEDO Y LA DECLARACIN DE DERECHOS.- Luis XVI persiste en su actitud: anuncia, en la sesin real del 23 de junio, su programa reformista, pero sin abolicin de privilegios ni voto por cabeza. Fiel a su juramento, el Tercer Estado sigue en la sala tras el discurso regio y confirma sus decisiones anteriores. El Rey cede, y hasta invita a los simpatizantes de la nobleza y el clero a que se unan a la Asamblea Nacional. Mientras tanto, los diputados acaban por convencerse de que el rey no se ha convertido a las nuevas ideas, sino que trata de eliminarles mediante una concentracin de tropas en las afueras de Paris, y simplifican la situacin con la denuncia -en forma de rumor persistente- de un complot aristocrtico dirigido por el rey contra la voluntad popular. El mes de julio se conocer en la historia de Francia como la poca del miedo: el conflicto social se transforma en miedo cuando toma carta de naturaleza poltica. Bandas amenazadoras surcan las calles de Pars y atemorizan en el campo a los nobles, al clero y a los partidarios del sistema, que est a punto de convertirse en Antiguo Rgimen, que ya est, a estas alturas, herido de muerte. La destitucin del primer ministro reformista se interpreta como lo que era: un golpe de fuerza del rey para anular las protestas de la Asamblea. Los agitadores conectados con los representantes del Tercer Estado -porque nunca se ha podido demostrar que hayan levantamientos populares espontneos- provocan una gran algarada popular en Pars, y las gentes de dirigen a una fortaleza -la Bastilla- donde se guardan abundantes armas. Los dirigentes de la protesta -que formaban en agrupaciones todava amorfas que pronto tomarn forma de clubes, estructuras de poder paralelo conectadas con los sectores ms radicales de la Asamblea Nacional- forman un ayuntamiento rebelde, instituyen una Guardia Nacional como milicia revolucionaria que impida la intervencin militar y deciden enarbolar en banderas y escarapelos unos nuevos colores de la Revolucin. La toma de la Bastilla se aprovech inmediatamente por los portavoces de la revolucin como smbolo del cambio, y la fecha de 14 de julio HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 28 sigue siendo la fiesta nacional de Francia. La Asamblea Nacional haba desencadenado las furias populares en nombre de la Libertad y la Igualdad. La primera decisin, muy teatral, parece armnica: los nobles liberales son los primeros en aclamar la abolicin de los privilegios -el fin del rgimen feudal- decretada por la Asamblea en la noche del 4 de agosto de 1789, la igualdad ante los impuestos, la supresin de los diezmos. La prensa difunde por toda Francia la buena nueva, y los campesinos, satisfechos, deponen su actitud tormentosa. En este clima, los que ya se llamaban constituyentes terminaron el 24 de agosto el ms famoso y trascendente de los textos emanados de la Revolucin: La Declaracin de los Derechos del Hombre y el Ciudadano hecha a ejemplo de las americanas, pero con pretensiones de aplicarse a toda la Humanidad, lo que constituye la principal caracterstica de la Revolucin Francesa. La Declaracin de 1789 es, por encima de todo, un canto a la libertad. A la libertad terica definida como el derecho de hacer lo que no perjudique a otros. Las libertades concretas son las de opinin. No se mencionan las que sern despus libertades clsicas, nacidas ms de la praxis que de la teora revolucionaria, como la de culto, la de comercio, la de reunin, la de asociacin, la de enseanza. Los grupos de revolucionarios -que se denominan patriotas- han constituido en todas partes, retenes de Guardia Nacional, que se federan desde el impuso de base. Las sociedades y tertulias filosfico-polticas de la Ilustracin se transforman en clubes polticos, entre los que destacan en Pars -con ramificaciones en todas las provincias- los Amigos de la Constitucin, instalada en el refectorio del convento de los jacobinos, en la rue Saint Honor. Los jacobinos son los famosos radicales de la Revolucin. De 1789 a 1791, septiembre a septiembre, la Asamblea Constituyente ejercer una autntica dictadura con el intento de crear un Rgimen: la Monarqua Constitucional. (Mi interpretacin: El nacimiento de los partidos polticos!). Mientras tanto, la Asamblea Nacional Constituyente empujaba a la Monarqua Cristiansima a su inmediata desintegracin. El 2 de noviembre, la Asamblea decretaba la nacionalizacin de los bienes de la Iglesia, y decida que el Estado atendera, con SOCIALISMO EN ELDA 29 espritu de igualdad, los gastos del culto y el clero. La subsiguiente desamortizacin aprovech a las clases altas y medias-altas, aunque no a los braceros; pero la propiedad media se extendi notablemente en Francia. En su bienio de dictadura, la Asamblea Nacional introdujo sus reformas, que en lo econmico comprendan el permiso para los cerramientos y el cultivo libre del campo; el reparto de las tierras comunales; la prohibicin del asociacionismo obrero y las huelgas -estamos ante una revolucin burguesa y la revolucin industrial, muy atrasada en Francia, no haba permitido an el surgimiento de un autntico proletariado como el que ya apuntaba en Inglaterra-; la introduccin del liberalismo en la agricultura, de signo individualista, y en el comercio interior, no as en el exterior, donde la Asamblea robusteci las medidas proteccionistas. De esta forma, la Asamblea conformaba para el resto de la Edad Contempornea la estructura y el espritu del campo francs, con lo que pona las bases de una nueva estabilidad que los revolucionarios liberales espaoles no cuajaron; porque su incompleta y sectaria desamortizacin eclesistica tuvo mucho menos alcance social que la francesa y no fue acompaada, como en el caso de Francia, por la desamortizacin de la tierra nobiliaria, donde en Espaa slo se hizo una prestidigitacin terica que arrebat seoros juridiscionales, pero mantuvo e incluso acrecent la propiedad. Sobre esta base de unidad que combinaba el patriotismo francs con la universalidad revolucionaria, surgi todo un proceso expansivo que sedujo a diversos ncleos polticos imitadores y transformadores en toda Europa y en toda Amrica colonial; mientras, los clubes revolucionarios se dedicaban con ahinco a la exportacin ideolgica por medio de un eficaz montaje de propaganda, contra el que resultaban totalmente ineficaces las barreras de la censura que se alzaban en toda Europa y singularmente en Espaa. Slo un patriotismo nacional tan fuerte como el francs lograra, en Inglaterra y en Espaa, oponerse con xito a la expansin del cambio francs, mientras que la tibieza de ese patriotismo en buena parte de Europa sirvi como caldo de cultivo para la expansin de las nuevas ideas y formas polticas. El fallo del patriotismo fue particularmente intenso y decisivo HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 30 en unas Amricas espaolas recomidas ya por la divisin interior y por las reivindicaciones indigenistas y criollas.La obra legislativa de la Asamblea Constituyente progresaba ms en el plano terico que en el prctico. A mediados de marzo de 1790, la Asamblea trata de aplicar las disposiciones sobre la abolicin del rgimen feudal; lo hace con tales cortapisas que la tensin campesina amenaza de nuevo con posibilidades de ruptura. Sera la Convencin quien se encargase de suprimir definitivamente el rgimen feudal despus del derrocamiento del rey. (Aqu en Espaa la abolicin de los Seoros Juridiscionales se decret en las Cortes de Cdiz, por el Consejo de Regencia, el da 18 de octubre de 1811). Nota del autor. A pesar de las trabas de la censura se empieza a notar en 1791 las primeras reacciones de crculos aislados de intelectuales y polticos espaoles -sobre todo en los mbitos universitarios- a favor de los vientos de Francia, y muy concreto sobre la moderna Constitucin de 1791. Estado, Iglesia y su institucin mixta, la Inquisicin, redoblan su vigilancia y suspenden a mansalva los peridicos, cuando las noticias cada vez ms espectaculares atizaban la naciente conciencia periodstica de los primeros informadores espaoles. A mediados de julio (1792), columnas populares de toda Francia convergen para la defensa de Pars; las milicias marsellesas marchan al son de un nuevo canto de guerra para el ejrcito de Rin, compuesto por Rouget de Lisle y bautizado pronto como La Marselllesa. La asamblea proclama que la patria esta en peligro. Luis XVI, en el colmo de la aberracin, deja traslucir sentimientos antipatriticos y recomienda a los ejrcitos aliados que preparen la ofensiva sobre Pars, el lanzamiento de una ofensiva intimidatoria. Un emigrado la redacta y el generalsimo prusiano, duque de Brunswick, la difunde por las calles de Pars el 1 de agosto, y amenaza con entregar la ciudad a la ejecucin militar y la destruccin total si se toca un pelo de la ropa del rey y su familia, que de esta forma quedan identificados ante el pueblo francs con los enemigos de Francia. La impresin en Espaa al limitar con una Repblica Francesa fue enorme tras todo un siglo XVIII. El conde de Aranda, desbor- SOCIALISMO EN ELDA 31 dado, acta contradictoriamente frente a la Convencin, aunque sigue creyendo en la necesidad de una actitud pacfica. De acuerdo con las nuevas directrices de expansin revolucionaria, el Gobierno Girndino inicia el envo oficioso de propaganda subversiva a Espaa a raz de su constitucin. Por una parte Aranda suaviza la censura; por otro, apoya a la Inquisicin en el mantenimiento recrudecido del cordn sanitario de Floridablanca. Pero el viejo conde no tiene nada que hacer ante las nuevas realidades de Francia. A mediados de noviembre, Mara Luisa decide entrar en accin y Aranda recibe un decreto real el 15 de noviembre por el cual en atencin a sus aos puede retirarse a descansar. Es el cese, aunque de momento no se le destierra ni se le destituye como decano del Consejo de Estado. Pero el favorito de la reina (y segn peores lenguas tambin del rey), Manuel Godoy, duque de Alcudia, le sustituye como secretario de Estado y rbitro del Gobierno. Aquel da ominoso de noviembre volvi a morir, ya para siempre, Carlos III.La personalidad, si bien mediocre, (GODOY) se encuentra lejos de ser una nulidad encumbrada por el azar. No se le puede negar la voluntad de aceptar el esfuerzo para superar las propias deficiencias, la donacin al trabajo, un espritu abierto o que procuraba serlo, y en sus obras es preciso separar su afn de proteger la cultura y el progreso, la creacin de establecimientos importantes, reformas tiles en el ejrcito y la marina, un paso ms hacia la anulacin de instituciones caducas. (La desastrosa y ridcula situacin poltica y administrativa, llevada a cabo por la concupiscencia pretensiosa y arbitraria de la reina y su querido Godoy, fueron propiciando y abonando campos para el liberalismo, y entrada de la Repblica de 1873. LA IGLESIA PREDICA LA CRUZADA. -El 5 de febrero de 1793 la gaceta de Madrid publica la noticia de la muerte de Luis XVI, con el decreto real de tres meses de luto con motivo de la muerte del Rey Cristiansimo, que termin su carrera el 21 de enero prximo pasado, con una heroicidad igual a los anteriores infortunios y a la inhumanidad del horrendo e inaudito atentado cometido contra su augusta persona. La respuesta de la Convencin a los intentos finales de Godoy para salvar a la reina, es un HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 32 ultimtum de la Convencin: desarme o guerra. El convencional Barrre demuestra, en su informe, que la agresividad francesa contra los Borbones de Espaa equivale a la agresividad espaola contra los regisidas: Es necesario actuar. Que los Borbones desaparezcan de un trono que usurparon con los brazos y los tesoros de nuestros padres. Sea llevada la libertad al clima ms bello y al pueblo ms magnnimo de Europa. El 7 de marzo la Convencin se adelanta y declara la guerra a Espaa; el 27, Carlos IV responde a la guerra con la guerra. As empieza la guerra de la Convencin, que se desarrollar en las dos campaas de 1793 y 1794; guerra ideolgica y poltica por uno y otro bando; que la van a librar con espritu de cruzada; una cruzada por la libertad contra una cruzada por el Trono y el Altar. El entusiasmo nacional es enorme en Espaa; en Francia, la guerra con Espaa era un aspecto ms del choque con la Primera Coalicin contrarrevolucionaria, que agrupa a casi todas las potencias de Europa menos las de Escandinavia, Venecia, Suiza y Turqua.Si Felipe V haba consolidado su trono en Castilla en virtud de una autntica cruzada, un agente de la Revolucin en la Espaa de 1793 pudo observar con justeza que el fatalismo de los espaoles es ms exaltado que nunca; y que el pueblo considera la guerra como una guerra de religin. El testimonio vivsimo de los emigrados -seis mil sacerdotes haban huido a Espaa desde 1789- da pbulo a una verdadera predicacin de la guerra santa en todos los plpitos de Espaa; la capacidad de la Iglesia como creadora y transmisora de opinin pblica se pone en juego de manera total, abrumadora. Sermones, artculos, proclamas, inventivas atizan el fuego de la guerra. (La Iglesia fanatiza al pueblo -ya fantico- contra la Revolucin Francesa en una guerra que dan forma de cruzada. El poder capitalista y la Iglesia, una vez ms, se aprovechan de la situacin, y embaucan al pueblo ignorante, y se aprovechan de l y su ignorancia, para sus fines de supervivencia.) Nota del autor. Francia. Los radicales instauran la Constitucin de 1793, mucho ms democr- tica que la de 1791: admite el sufragio universal, la autodetermina- SOCIALISMO EN ELDA 33 cin de los pueblos y algunos derechos sociales, como la atencin del Estado a los desamparados, la Constitucin de 1793 no tendra nunca vigencia, pero fue el primer esbozo de democracia social en la historia revolucionaria; las corrientes llamadas demcratas del siglo XIX la tomaran como orientacin bsica, desde Babeuf a Jaurs, desde el presocialismo utpico al socialismo democrtico posmarxista. EL FRACASO DE LA INDUSTRIA.- Los esfuerzos de Estado, ya desde los tiempos de FelipeV, para conseguir un impulso interior de industrializacin en Espaa cayeron en el fracaso y en el vaco. Espaa no se incorpor a la revolucin industrial hasta la Restauracin en el ltimo cuarto del siglo XIX, es decir, con un siglo largo de retraso respecto a Inglaterra; con tres cuartos de siglo respecto a Francia. Sin embargo, la semilla industrial, cientfica y tecnolgica de la Ilustracin hubiera, sin duda, prendido en la iniciativa privada de los espaoles -como lo demostraran los brillantes inventos de 1830-1833- si las convulsiones internas y externas del siglo XIX no hubiesen ahogado tan prometedores grmenes. (Aqu encajara bien, la parbola de Unamuno Que inventen ellos!) Al estudiar la economa hispanoamericana en el siglo XVIII hemos indicado ya algunos rasgos sobre las estrecheces y las realidades monetarias. Las pugnas con Inglaterra son un reflejo inmediato en los abatares de las economas, dado el insuficiente dominio del mar por parte de Espaa y la dependencia casi total de la economa espaola respecto de las aportaciones metlicas de las Amricas. Para Mercader y Domnguez Ortz, en todo el siglo XVII Amrica pudo suministrar a la Hacienda Real espaola entre diez mil millones y quince mil millones de reales , es decir, unos 500 750 millones de pesos fuertes o duros; sin embargo, de esta enorme masa metlica, trasplantada del Imperio, muy poca cosa debi quedar en la Pennsula en las postrimeras del siglo XVIII como riqueza amonedada; al iniciarse el siglo XIX todo lo ms, podramos llegar a una cifra de 3.000 4.000 millones de reales en circulacin en todos los dominios de la Corona espaola, lo HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 34 cual vendra a representar un tercio o menos del caudal extrado del Imperio Americano. Con estos datos podemos comprender la hecatombe que supuso la prdida de las Amricas para el sistema econmico espaol.Se atribuy generosamente a Carlos IV una frase genial: En Espaa los que labran no leen, y los que leen no labran. (Francia). El Directorio quiso integrar a los jacobinos en el rgimen, pero el ms radical de todos ellos, Babeuf, se neg y trat de organizar un golpe de Estado para implantar un rgimen Comunista, palabra mgica de la revolucin social que apareca de esta forma en la dinmica revolucionaria. Las clases trabajadoras, muy afectadas por una nueva depresin econmica, se dejaban arrastrar por la propaganda utpica de Babeuf y sus amigos, pronto aprehendidos y ejecutados: su intento se llam Conjuracin de los Iguales e inaugur al santoral del socialismo utpico para todo el siglo siguiente; la fecha de su martirio fue el 10 de mayo de 1796. La reaccin poltica ms inmediata del fracaso de la conjuracin fue un nuevo giro a la derecha del Directorio, que a partir de ese momento vivi un clima de golpe de Estado que desembocara, tras el ltimo, y ms famoso de esos golpes de Estado -el 13 de Brumario, 9 de noviembre de1799- en la Dictadura de Napolen. (Espaa). Durante este periodo en que Godoy gobierna, se eclipsa, se mete otra vez en la cama de la reina, vuelve a gobernar y por fin sucumbe a una intriga concertada de todo lo divino y lo humano: el vlido trata de medirse con el nuevo genio de la guerra y de la poltica. Napolen Bonaparte, que juega despectivamente con l y con la Corona que haba sido la ms alta de la tierra y con la nacin espaola en pleno, hasta que sta se levanta en guerra suicida y genial que acarrear la cada del coloso a costa de la ruina de Espaa y la ruina final de su imperio. Las nuevas ideas propagadas por la Revolucin y tamizadas por la reelaboracin intelectual y poltica se aduean de una pequea Espaa, mientras el pueblo, en manos de una Iglesia reaccionaria, inculta y profunda, sigue fiel al Antiguo Rgimen. Rusia segua en guerra contra Napolen despus de Austerlitz y Presburgo, y Napolen, decidi imponer su hegemona en Ale- SOCIALISMO EN ELDA 35 mania, form una Confederacin del Rin de la que se proclam protector el 16 de julio de 1806. La medida tuvo consecuencias inconmensurables entonces; era un paso ms hacia la unificacin alemana -como la conquista de Italia era ya un paso decisivo para la unificacin italiana-, e implantara en Renania unas races de liberalismo que influiran decisivamente en la orientacin ambiental de Carlos Marx y el nacimiento y evolucin del marxismo. Ya en 1807, el ltimo ao pleno del Antiguo rgimen en Espaa, el ao triste en que, en la estela de Trafalgar, la Corona de Espaa parece caer en trance de desintegracin con las intrigas de familia, la competencia de abyecciones y servilismos hacia Napolen, que siente, despus de Jena, un asco creciente y una tentacin creciente de acabar con los borbones de Espaa por la va expeditiva con que ha eliminado a los borbones de Npoles. Nadie saba entonces que en ese ao una especie de loco inventor llamado Fulton haca navegar por el ro Hudson un barco de hierro movido por una mquina de vapor, con lo que la revolucin industrial tomaba carta de naturaleza en Amrica, que preparaba as, sin saberlo tambin, la ruina de los restos del Imperio espaol a fines del siglo que estaba empezando bajo el signo de otro desastre naval de las Espaas. La agresin exterior, montada por la Francia napolenica desde la prepotencia, el desprecio por lo espaol, la perfidia poltica y -para desastre de la propia Francia- la ignorancia ms absoluta sobre la realidad espaola, tiene como primera consecuencia el hundimiento del Antiguo Rgimen, fantasma vaco del pasado; porque el Antiguo Rgimen viva en otro mundo, y su pieza fundamental, clave de todo el arco poltico, la Corona, fall lamentablemente por los vacos humanos y polticos de sus titulares, un rey alelado, Carlos IV y un rey infame, Fernando VII, y por la ineptitud, el egosmo y la pequeez de sus primeros servidores. La circunstancia europea en que se va a producir la agresin francesa a Espaa; ahora en funcin de las reacciones histricas de la nacin espaola abandonada por la corona degradada. Esa agresin que se inicia subrepticiamente desde el otoo de 1807 y se desencadena flagrantemente desde la primavera de 1808 -primer HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 36 de forma fraudulenta, luego de forma descarada, sin que sea fcil discernir el momento del cambio de actitud, que desde luego tiene lugar bastantes semanas, e incluso algn mes, antes del Dos de Mayo de 1808 responde a tres lneas napolenicas de pensamiento y accin: una lnea estratgica, la necesidad de intervenir en Espaa para asegurar el xito de la campaa de bloqueo total contra Inglaterra; otra, poltica, para evitar el colapso total de la nacin espaola a la vista del espectculo alucinado que estaban dando sus reyes y ministros; otra dinstica para -en vistas de tal degradacin- sustituir a los indignos borbones espaoles por un titular francs de la Corona, segn el esquema dinstico-poltico de Luis XIV, expre- samente citado por los consejeros de Napolen y por el propio emperador para justificar sus decisiones espaolas.Ya hemos dicho que la alta poltica espaola, dependa de dos partidos-camarilla: el de los Reyes y Godoy, el de prncipe Fernando. Sobre Carlos IV, Mara Luisa y Godoy est ya todo dicho; el lamentable menaje a trois ofreca adems palpables signos de decadencia y cansancio a fines de 1807, y rivalizaba con el partido fernandino en servilismos para atraer el favor de Napolen. Es el momento de describir un poco ms de cerca al prncipe Fernando y su banda. En la poca que nos ocupa, desaparecida su primera esposa, la napolitana Mara Antonia, buscaba mujer por los procedimientos ms abyectos -suplicndosela a Napolen, quin lleg a pensar en alguna damisela de segundo orden para princesa de Asturias- al margen de su padre. Parece que el cannigo Escoiquiz, ese nefasto personaje que resuma todos los defectos polticos y culturales de la Iglesia espaola, fue quien valindose de su influencia, como antiguo preceptor del prncipe, lleg a convencerle sobre la verdad de las relaciones entre su madre la reina y el favorito Godoy; consta que los pasquines de propaganda contra Godoy con que el partido fernandino prepar el ambiente para el complot del Escorial, y en los que se aluda expresamente a tales relaciones, fueron supervisados directamente por el indigno Fernando, lo que adems es una contraprueba muy seria sobre la SOCIALISMO EN ELDA 37 sucia verdad de tales relaciones; porque ni un canalla nato como Fernando se atrevera a inculpar falsamente a su propia madre en ese terreno. Ya en vida de Mara Antonia se haba configurado en torno a Fernando el partido fernandino, cuyo ncleo principal eran amigos personales del prncipe, herederos del antiguo partido aragons, nobiliario, que tuvo por jefe al Conde de Aranda; adems del clero reaccionario, representado por Escoiquiz. La ideologa de este partido-camarilla constaba de dos elementos: la defensa de los privilegios de los estamentos reaccionarios -nobleza e Iglesia- y, sobre todo, la enemistad a muerte contra el favorito Godoy, quien ya haba recortado, con las medidas desamortizadoras que citbamos, ese alczar de privilegios en que se haba enquistado la ideologa fundamental del Antiguo Rgimen degradado. Fernando rivaliza en servilismo con sus padres y tos, y Murat le invita a salir al encuentro de Napolen, cuyo viaje inminente a Espaa le anuncia. Por entonces se incorpora a la corte el nefasto cannigo Escoiquiz que asume la direccin efectiva de la camarilla fernandina y aconseja al rey que acceda a las pretensiones de Napolen y Murat, como si no fuera una burda trampa. La camarilla en pleno se suma al mismo consejo. LOS ACONTECIMIENTOS DEL PRIMERO DE MAYO.- Si puede fijarse una fecha para iniciar una poca histrica, parece cada vez ms claro que la historia contempornea de Espaa arranca, con todas sus miserias y grandezas -desgraciadamente las primeras abruman y ahogan a las segundas- el Dos de Mayo de 1808; con expresa asuncin de la vspera y expresa yuxtaposicin de los sucesos de Bayona sobre los sucesos de Madrid. El Primero de Mayo, Murat, preocupado por la agitacin madrilea, pero seguro de su fuerza, escribe a Napolen: Estoy dispuesto a dar una leccin al primero que se mueva. Ni por parte espaola ni, como vemos, por parte francesa, el Dos de Mayo sera, pues, una improvisacin; y conviene sentar ya para todo el resto de la historia contempornea de Espaa que los grandes motines y asonadas populares -desde el motn de Esquilache hasta la quema de conventos de 1931, pasando HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 38 por Aranjuez, el Dos de mayo (aunque este fuera ms que un motn, las algaradas anticlericales del XIX y las grandes manifestaciones polticas del XX) no fueron jams plena ni originalmente espontneas, sino fruto de una instigacin ms o menos organizada sobre la capacidad popular de apasionamiento y participacin poltica. El porcentaje de espontaneidad puede ser muy alto, como en el Dos de Mayo, o muy bajo, como en el motn de Aranjuez; pero nunca es exclusivo. Murat recrudece sus instrucciones a los jefes militares, y redobla sus exigencias a la Junta para la entrega de los infantes, que deba realizarse sin demora a primeras horas de la maana siguiente. La junta de gobierno est reunida toda la tarde y hasta la madrugada, ya es el Dos de Mayo, el da en que se inicia la historia contempornea de Espaa; y el da ms largo de esta historia hasta el 18 de julio de 1936, o hasta el 19 de noviembre de 1975.Una columna francesa se dirige contra los sublevados despus de la una de la tarde; la aparicin de un oficial espaol con bandera blanca para intimar el cese de la resistencia en nombre de La Junta de Gobierno mina la moral de los defensores, que sin embargo, resisten hasta morir el asalto final de los franceses; Velarde muere de un tiro; Daoiz, acribillado a bayonetazos; Ruiz, ya herido, fue herido gravemente otra vez, y muri poco despus. A las dos de la tarde haba cesado la resistencia del Parque y empezaba por todas partes la represin sistemtica ordenada por Murat. Desde esa misma noche, varios cientos de patriotas espaoles fueron fusilados por Murat en la Moncloa, la montaa del Prncipe Pio, las tapias del Retiro, el paseo del Prado y otros lugares. La cifra total de vctimas del Dos de Mayo se eleva, descartadas las naturales exageraciones, a unas mil doscientas entre los dos bandos; de ellas unos ochocientos sern hombres, mujeres y nios espaoles, en su mayora asesinados por el ejrcito francs. Aquella sangre madrilea creara una frontera de odio inextinguible que alimentara la reaccin popular de la guerra de la Independencia, y motivo por el que todava no se ha extinguido en Espaa el odio por lo Francs. Nuevas intimidaciones del francs lograron introducir el desnimo entre los miembros de la Junta Valenciana, pero el indo- SOCIALISMO EN ELDA 39 mable fraile Rico levant la moral de los defensores y dirigi una hueste de veinte mil paisanos armados que ocuparon las defensas de la ciudad junto a la tropa regular, levantaron barricadas y mostraron claramente su voluntad de defenderse hasta el fin. Monsey, despus de nuevos combates victoriosos ante las ltimas defensas exteriores de Valencia, ordena el asalto de la ciudad a media maana del 28 de junio, y se encuentra con la primera sorpresa: la reaccin artillera de los defensores contrarresta con eficacia a la preparacin de las bateras asaltantes.El afrancesamiento haba empezado en Bayona, con la aceptacin de la Constitucin por los diputados que se plegaron al dictado napolenico. El colaboracionismo se extendi despus entre las exigencias francesas: los funcionarios de toda clase deban prestar un juramento de fidelidad que casi siempre resultaba insincero y oportunista. Resulta excesivamente simplificadora la identificacin de los afrancesados con la nueva especie poltica espaola que aflorara en las Cortes de Cdiz, los liberales, los afrancesados, al regresar y reincorporarse a la vida nacional, se alinearon dentro de la derecha de los liberales, es decir entre los moderados. Lo que sucede es que tanto los afrancesados como los liberales provienen de un mismo tronco, cultural primero, ideolgico despus; la Ilus- tracin espaola, que como sabemos era ya, en su plenitud tan cer- cana a su final, constitucionalista en ideal y reformista en poltica. (Los afrancesados eran liberales e ilustrados que se ponan al lado de Napolen; no era tanto por someterse al imperialismo, sino como aperturismo modificante de una Espaa caduca, de reyes incompetentes y manejados complacientemente por la Iglesia y sus arbitrariedades. Ese fue el verdadero fenmeno del afrancesamiento, buscando un despliegue liberal y democrtico, como principal motivacin de la Revolucin Francesa, que tomaba el testigo de los movimientos Revolucionarios de formacin, de Estados Unidos de Amrica, y propiciaron seguidamente la Revolucin Rusa). Nota del autor. LA JUSTIFICACIN DE LOS AFRANCESADOS.- El reformismo preliberal que se manifiesta durante la preparacin de HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 40 las Cortes de Cdiz, tiene adeptos en cada uno de los dos bandos que luchan en la guerra de la Independencia, patriotas y afrancesados; porque la guerra de la Independencia es tambin, aunque desigualmente, una guerra civil, la primera Guerra Civil de una Espaa contempornea presidida por el signo trgico de la guerra civil. En el bando josefino eran muy pocos los reaccionarios; los afrancesados eran ilustrados reformistas. En el bando patriota, en cambio, apuntaban claramente ya dos partidos: el reaccionario, que pretende convertir al esfuerzo nacional de guerra en un mero parntesis para el retorno del Antiguo Rgimen, y el reformista, llamado por algunos revolucionario o preliberal, que apunta en las opiniones de quienes ven en el alzamiento nacional y su institucionalizacin una reasuncin de la soberana que consideran irreversible.Los afrancesados justificaran luego su postura con el temor a la anarqua y desorden -razn tpicamente conservadora- y con el vaco de poder, ellos siguieron al nico poder ante el que se haba inclinado la propia Corona. La junta de Sevilla denunciara como traidores a los principales dirigentes del grupo afrancesado el 24 de abril de 1809: OFarril, Azanza, Caballero, el conde de Campo Alange, duque de Fras, conde de Cabarrs, el almirante Mazarredo, Mariano Luis de Urquijo, conde Montarco, general Negrete, marqus de Casa Calvo y Casa Palacios, Toms de Morla, duque de Mahn y Francisco Amors entre otros. La poltica religiosa de los afrancesados trata de reproducir en Espaa, la trayectoria prerrevolucionaria francesa, como inspirada que fue por la flor y nata del regalismo espaol. Se trata de reducir el personal eclesistico mediante la congelacin de ordenaciones; se suprimen, por decreto de 18 de agosto de 1809, las rdenes y congregaciones religiosas de varones, que pasaron a la exclaustracin forzosa; se fomenta y alaga en cambio, al clero secular, sin el menor resultado poltico, ya que los curas de pueblo continuaron como eficacsimos agentes de la resistencia patriota; se subrayan las medidas desamortizadoras de Godoy, y se intenta -con bastante xito- la adhesin de los obispos. Una docena de ellos como el confesor de SOCIALISMO EN ELDA 41 Carlos IV, D. Flix Amat, se pasa al bando afrancesado, y el obispo de Huesca tuvo la desfachatez traidora de oficiar el Tedeum para celebrar, en Zaragoza, la victoria francesa en el segundo sitio. Cuando despus de la guerra la Iglesia pens que todo volva al mismo cauce, se encontr con un fenmeno absolutamente indito, que condicionara toda nuestra historia contempornea: el anticlericalismo naciente y rampante, emanado de las convulsiones blicas y de la implicacin en ellas de la Iglesia espaola.El Papa excomulg al emperador, lo cual galvaniz -si hiciese falta- a los promotores espaoles de la cruzada. Napolen encarcel al Papa y lo recluy en Sabona. (El maremagnun y las arbitrariedades del emperador, fue bien aprovechado por los intelectuales internacionales, para ir consolidando el liberalismo y la lucha de clases. Nota del autor) El proceso poltico espaol durante la guerra de la Independencia es enteramente original: reconoce, desde luego, influencias francesas, pero tambin -como en los proyectos de Jovellanos- inglesas, y depende mucho ms de la experiencia y el ideal de la Ilustracin espaola. Por eso, lejos de considerarse por los contemporneos como una vil traduccin, influy poderosamente en los movimientos nacionales y europeos de liberacin, y encontr ecos sorprendentes en todo el mundo, desde la propia Amrica espaola hasta Italia y la Santa Rusia. Ms que de proceso revolucionario, cabra hablar de institucionalizacin espontnea de una Espaa rebelde y abandonada por su propio rgimen y por su propia Corona. Sin embargo, la presencia moral y la recuperacin personal de la Corona y su indigno titular, idealizado por el proceso de mitificacin ms sorprendente de toda nuestra historia, es el principal impulso que mueve a los restauradores de la legalidad, aunque en ello fueran tambin innovadores. Una de las innovaciones principales es el descubrimiento pblico de la dialctica poltica, del juego entre dos posiciones encontradas, pero convivientes. No se improvisaba la dialctica. A lo largo del siglo XVIII la pugna entre mantesta y colegiales, entre golillas y partido nobiliario, entre godoyistas y fernandinos, HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 42 se haba centrado en la pugna sorda y secreta por el poder y apenas haba trascendido al pueblo como no fuese en forma de irradiacin conspiradora para el motn. La participacin popular en la poltica durante todo el siglo XVIII no rebas la condicin instrumental del pueblo como carne de motn. Pero ahora, con la creacin y reafirmacin de las Juntas Provinciales, es el pueblo -en su sector ms decidido- asuma el protagonismo poltico; la opinin pblica, que hasta ahora actuaba como presin sorda, asume desde 1807, con la apelacin del rey cuando el complot del Escorial, funciones arbitrales que ya no abandonar nunca en toda la historia restante de Espaa.La Junta Central dejaba en marcha un proceso -la reunin de Cortes- de consecuencias trascendentales. En efecto, en su ltima reunin, adems de crear el Consejo de Regencia, la Junta Central convoca las Cortes para el 1 del siguiente marzo -de 1810- en la isla de Len, dentro del recinto nacional de Cdiz. Pero ya durante el ao anterior, 1809, la Junta Central haba trabajado a fondo en la preparacin de las Cortes. Es el ltimo servicio de Jovellanos, titn de la Ilustracin, presta a Espaa antes de morir. l es el alma de convocatoria y de la preparacin. Una Comisin de Cortes de la que Jovellanos forma parte, transmite su clebre consulta al pas. La flota comercial britnica del Bltico pereci en una colosal tormenta y sus restos seran capturados. Los obreros ingleses se rebela- ron contra las mquinas y no provocaron una revolucin social por la inteligencia poltica de la burguesa, que haba privado de lderes a la clase trabajadora y desde su participacin en el poder prefiri la alianza con la nobleza y no, como en Francia, con el proletariado; incluso en su reaccin intelectual antirrevolucionario -Burque- Inglaterra demostr que el conservadurismo tambin puede ser inteligente y moderno. En todo el resto de Europa los factores de estabilidad dominaban aparentemente a los de hostilidad, hasta el punto de que el propio Napolen tena fatalmente que caer en la trampa del plazo corto y lanzarse, tras la provocacin del zar Alejandro cuando le exigi retirarse al oeste de Elba, a la campaa de Rusia, que con la guerra de Espaa sera su final. SOCIALISMO EN ELDA 43 Ni Napolen ni Jos fueron reconocidos por nadie al otro lado del mar. Se registr una curiosa divisin de opiniones: el rey intruso trataba de tomar en serio su ttulo de Espaa y las Indias; mientras que su hermano aplic a la Amrica espaola su tradicional y alicorto desdn por todo lo que no era europeo y a fines de 1809 declar que no se opona a la independencia de las naciones continentales de Amrica, e incluso organiz un intenso apoyo a los presuntos sece- sionistas para evitar que el imperio espaol pasase a manos britnicas. Los liberales espaoles comunican a los espaoles de Amrica sus propsitos de plena equiparacin y les convocaron a participar en las Cortes de Cdiz; pero los elementos criollos que avanzan rpidamente hacia la consecucin de la soberana mediante su dominio de los cabildos abiertos mantuvieron la fidelidad nominal a la corona mientras discutan o negaban la autoridad delegada de los virreyes. Proliferan a lo largo de 1810 -con un claro antecedente varios intentos del ao anterior- las Juntas Gubernativas y Supremas, con evidentes propsitos soberanos. Las Juntas, apoyndose en los cabildos, destituyen al capitn general de Vene- zuela, Emparan, en abril de 1810; el movimiento autonomista, sin repudio de la Corona, antes bien bajo el lema viva el rey y abajo el mal gobierno es extendido de mltiples formas desde Mjico al Plata durante ese ao. EL NACIMIENTO DE LAS DOS ESPAAS.-De enero a mayo de 1810 la Regencia no solamente no public el decreto de la Junta Central, que qued definidamente indito, sino que se dedic sistemticamente a retrasar e incluso a impedir la reunin de las Cortes. El profesor Martnez Sospedra, a quien se debe un reciente y definitivo estudio sobre las Cortes de Cdiz, lo explica por el carcter reaccionario que domina a la regencia: El presidente, Quevedo y Quintano, obispo de Orense, era sumamente conservador, al igual que el ministro del Consejo Fernndez de Len. Castaos careca de una postura poltica clara, aunque su talante puede ser calificado de moderado; Saavedra era afn a Jovellanos, aunque su reformismo era mucho ms tibio que el del asturiano, y Escario no pasaba de ser un tcnico, aunque sus opiniones HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 44 estuvieran ms cerca del liberalismo. Las dos fuerzas ultraconservadoras que actuaban en la Regencia y tratan de congelar la convocatoria de Cortes, son dos fuerzas tpicas del Antiguo Rgimen: la Iglesia, representada por el obispo de Orense, uno de los grandes ultras del momento, y los antiguos Consejos unificados, primero por la Junta Central, y luego nominalmente restaurados. Dos bandos que encarnan por vez primera de manera tajante el famoso mito-realidad de las dos Espaas, las dos Espaas en que se divide no el cuerpo de la nacin, no el pueblo espaol, sino la clase poltica naciente; porque la masa del pueblo espaol, la tercera Espaa, queda ahora, y seguir en todo el curso de la historia contempornea, ajena a la pugna de la clase poltica.Los ilustrados en Francia -bajo la jefatura de Voltaire- conspiran mediante la Enciclopedia, la destruccin de los jesuitas, la captacin de los medios intelectuales, como la Academia Francesa, el establecimiento de la democracia y la conjuncin de los ideales masnicos de libertad e igualdad, hacia la destruccin de la Iglesia y las Monarquas, se extingui pronto la fama de Barruel; pero su siembra persisti tenazmente en el subconsciente reaccionario espaol. Los dos ltimos discpulos suyos en Espaa -que le imitaron concienzudamente en el mtodo de falsificacin de documentos masnicos -se llamaran Luis Carrero Blanco y Francisco Franco Bahamonde. (La Masonera nace con los afrancesados, de impulso revolucionario, movimiento director de Napolen, que al endiosarse, le hizo apartarse de sus principios revolucionarios, para caer en el absolutismo imperialista. Pero la semilla del liberalismo, ya estaba sembrada en Espaa, y dara sus frutos en las Cortes de Cdiz, como germen de la Democracia, que la Iglesia quera borrar, haciendo renacer de nuevo la Inquisicin, como pretenda el jesuita Agustn Barruel, con la propagacin de sus obras desde Inglaterra. LA GNESIS DEL PARTIDO LIBERAL.- Hemos asistido en la presentacin doctrinal y poltica del bando servil porque, aunque el anlisis de la gnesis del liberalismo espaol pueda parecer ms atractiva, fue en suma, el servilismo quin se impuso al final de la SOCIALISMO EN ELDA 45 guerra de la Independencia y pervivi luego como factor irreductible a lo largo de la historia contempornea espaola. Las Cortes de Cdiz legaron al mundo de las ideas y las formas polticas, adems de una constitucin de amplio eco en todo Occidente, una palabra espaola simultnea a otra igualmente universal cual era la de guerrilla: la palabra liberal. Varios autores confluyen en la tesis de un liberalismo espaol originario antes de 1812, antes de 1808; lo que hemos llamado alguna vez en esta historia ms bien preliberalismo. Los orgenes del pensamiento poltico que enarbol en las Cortes de Cdiz el Partido Liberal responden a dos interpretaciones contradictorias: la de los serviles, que identificaban a ese pensamiento con el pensamiento de la Revolucin Francesa, del que le acusaban como simple traduccin, y la de los propios liberales, que en parte para cubrirse de tales ataques proclamaban sus orgenes en la Constitucin tradicional de la Monarqua Espaola, desde las Partidas e incluso desde los Reyes Godos y la recepcin de las instituciones romanas en Espaa. La primera generacin liberal hija de la ltima generacin ilustrada. La discusin, el dilogo y la controversia se ejercitaban en las tertulias durante el cerco francs, y la tertulia poltica, como el liberalismo, se irradiara luego desde Cdiz a toda Espaa, tras la fecunda experiencia seminal de las Sociedades de Amigos del Pas, nidales tambin del liberalismo desde los tiempos de la Ilustracin.Con fuerte oposicin de los serviles se aprob tambin -tras una decisiva intervencin del profesor Muoz Torrero -el decreto sobre libertad de imprenta en el mes de noviembre; sin extensin a las ideas religiosas para congraciarse con la Iglesia, y con prohibicin, en los dems casos, de la previa censura; pero con esblecimiento de una juridiscin para delitos de imprenta. Los liberales, ahora con Argelles como portavoz, consiguen la aprobacin de un reglamento de las cortes inspirado en la prctica inglesa de los Comunes y reforman la institucin de la Regencia, reducida a tres miembros, pero con virtual monopolio del poder ejecutivo. En su tratamiento de los problemas americanos, agravados por la situacin insurreccional, los liberales cometieron, por va de ceguera, su primer error, estaban convencidos dogmticamente que los espaHISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 46 oles de Amrica se oponan simplemente al Antiguo Rgimen y no a Espaa, y que por tanto, entraran inmediatamente en el redil de una Espaa nueva a travs de las Cortes en que estaban representados. Sufrieron as los liberales y las Cortes una dramtica carencia de informacin, que los diputados de Amrica -casi todos suplentes con residencia en Cdiz- no acertaron a paliar; cuando ya en el Plata se cuestionaba expresamente tal representacin en manos de los comerciantes de Cdiz y no se aprovechaba bien ni en Amrica ni sobre todo en Espaa el nico factor plenamente aceptable para los insurgentes criollos: su adhesin a la Corona todava no desmentida en parte alguna de Amrica. La reforma social ms importante abordada por las Cortes antes de la discusin constitucional fue la abolicin del rgimen seorial. El importantsimo decreto de 6 de agosto de 1811 suprimi las juridisciones seoriales, las prestaciones de carcter feudal y los privilegios de ndole monopolista, pero reconociendo a los seores la propiedad de los solariegos en la mayor parte de los casos. LA CONSTITUCIN DE 1812.-Estas son las principales disposiciones preconstitucionales de las Cortes gaditanas. El 9 de diciembre se formaba una Comisin Constitucional encargada de preparar el anteproyecto del texto fundamental, que discuti luego el Pleno, se aprob el 19 de marzo de 1812 y recibi por ello el carioso apelativo de La Pepa. La votacin sobre el artculo tercero, donde se estableca el principio de la soberana, dej en claro la composicin y la fuerza de las minoras activas: 24 realistas puros frente a 63 liberales radicales, en un qurum de 190 diputados aproximadamente. Sin embargo, la Constitucin de Cdiz no es radical ni extremista, sino moderada; reformista, no revolucionaria, aun cuando liquida inexorablemente el Antiguo rgimen. La Constitucin se abre con la definicin de la nacin espaola como la reunin de los espaoles de ambos hemisferios. La nacin no es patrimonio de ninguna familia ni persona; la soberana reside esencialmente en la Nacin, que se obliga a conservar y proteger por leyes sabias y justas la libertad civil y la propiedad. El amor a la patria es una de SOCIALISMO EN ELDA 47 las principales obligaciones de todos los espaoles, y as mismo, el ser justos y benficos. La religin de la nacin espaola es y ser perpetuamente la catlica, apostlica y romana, nica verdadera. La nacin la protege por leyes sabias y justas y prohbe el ejercicio de cualquier otra. El gobierno de la nacin espaola es una monar- qua moderada hereditaria. Hay una clara divisin de poderes: la potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey. Son las Cortes quienes discuten y aprueban las leyes, pero el Rey posee iniciativa legislativa -junto con las Cortes- y derecho prcticamente total de voto, etc.Al final de su vida, ya en el verano de 1813, las Cortes extraordinarias inician una clara accin desamortizadora para reducir la deuda nacional. Eran demasiadas amenazas en el doble frente terico y prctico, lase econmico; y la Iglesia espaola, aliada con los reductos tradicionales y estamentales, se aprestaba a terminar con los liberales y su obra, la Constitucin, una vez conseguido el retorno del rey, cuyas inclinaciones en el mismo sentido constaban perfectamente a los serviles gracias a la inclusin en su bando de los miembros del partido fernandino que se haban refugiado en Cdiz o participaban en diversos puntos de la resistencia antifrancesa. En Cdiz se prefigur la convulsin; pero no se desencaden porque la comunidad de lucha y de ilusin super el antagonismo naciente. La rebelin americana era tambin una convulsin espaola, una guerra civil, que terminara, sin embargo, con la separacin de Amrica. Convulsin es histricamente, un movimiento en dos bandazos. Sobrevendr aqu primero el bandazo absolutista impuesto por el rey al retornar: el Sexenio absoluto, de 1814 a 1820, que a su vez neutralizaba y contrarrestaba la energa de la anterior situacin poltica liberal; por ms que el pueblo de la guerra de la Independencia no haba hecho suyas las tesis de Cdiz, como se iba a comprobar inmediatamente. Cuando el bandazo absolutista fracasa por vaciamiento interior, por hundimiento interior, por carencia total de horizonte y de camino, la Espaa exhausta genera el bandazo siguiente, el bandazo liberal, que restaura, durante el trienio 1820-1823, la Constitucin de Cdiz. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 48 Los emisarios del Rey -San Carlos, Montijo- no aportan conclusiones claras de sus sondeos en la Corte, donde ya estn instaladas las principales instituciones nacidas en Cdiz, incluidas las tertulias polticas, y los principales rganos de opinin, Fernando VII est esperando una oportunidad para tomar abiertamente el poder absoluto. (Las tertulias polticas son un rgano de opinin, que deberan tenerse muy en cuenta, y ser de carcter decisivo, en la configuracin del Estado). Nota del autor. Con la adhesin de los generales absolutistas, de los diputados serviles -so capa de moderados- del pueblo que se unir con igual servilismo a los cortejos triunfales del Deseado -Vivan las caenas no fue una caricatura, sino una realidad- y por supuesto de la Iglesia, tanto al alto clero como el bajo, y no digamos de la nobleza casi en bloque, Fernando VII tuvo a los pocos das de llegar a Valencia pruebas ms que suficientes de que sus proyectos absolutistas contaban con un respaldo irresistible que slo l mismo podra reducir. Para todo este delicado periodo de su retorno fue importantsima la colaboracin -Palafox, San Carlos, Montijo, Infantado- del antiguo partido fernandino reunido despus de la tormenta. Carlos Marx dijo ms que supo al comentar el momento: Estas vergonzosas manifestaciones de la plebe fueron pagadas en parte a la canalla de las ciudades para que las hiciera, la cual, adems, prefera, como los lazzaroni napolitanos, el gobierno fastuoso de los reyes y de los frailes al rgimen sobrio de las clases medias. Se apoya en dos tendencias: la tendencia mesinica del pueblo espaol, tan evidente en el siglo final de la Casa de Austria, tan presta a revivir como hemos comprobado en las dos dictaduras del siglo XX. Y la tendencia europea, netamente reaccionaria en la Europa de Metternich, que Fernando interpret groseramente, sin el respeto pragmtico que los restauradores europeos demostraron hacia el cambio de los tiempos y las conquistas irreversibles de la Revolucin. Fernando, que se form polticamente entre los restos del partido nobiliario, la reaccin antiilustrada de la Iglesia reaccionaria -su funesto preceptor Escoiquiz, que ahora reaparecer absurdamente-, los motines contra sus padres y la fascinacin napolenica, SOCIALISMO EN ELDA 49 gener un sexto sentido de cnica supervivencia personal, que le consumi en pequeas maniobras polticas en las que muchas veces, burl a sus enemigos y de paso a sus amigos. Hombre sin elevacin ni cultura, slo trab amistad duradera con el poder absoluto, y se aferr a l, desesperadamente, hasta el fin de sus das.El golpe de Estado con que Fernando VII recuper el poder absoluto lleva fecha de 4 de marzo de 1814. El correspondiente decreto-manifiesto es una especie de resumen ejecutivo del Manifiesto de los Persas. Fernando reprocha a las Cortes su rechazo de los estamentos tradicionales; se queja de que me despojaron de la soberana, poco antes reconocida por los mismos diputados, atribuyndosela nominalmente a la Nacin para apropirsela as ellos mismos. Niega representatividad a las Cortes. Afirma que aborrezco y detesto el absolutismo; ni las luces ni las culturas de las naciones de Europa lo sufren ya. Exige conservar el decoro de la dignidad real y sus derechos. Promete ocuparse de los negocios de Espaa e Indias en Cortes legtimamente congregadas, pero sin fecha, reafirma el principio bsico del Antiguo Rgimen, la coyunda del Trono y el Altar: para que mis vasallos vivan prsperos y felices en una religin y un impero estrechamente unidos en indisoluble lazo garantiza que la libertad y seguridad individual y real quedarn firmemente aseguradas por medio de leyes; pero deja bien claro mis (sus) reales intenciones en el gobierno del que me voy a encargar y se enfrenta con el fondo del asunto. El decreto firmado se mantiene secreto hasta la consumacin pblica del golpe de Estado, que tiene lugar en la noche del 10 de mayo. Otro absolutista de pro, el general Francisco Ramn de Egua, al frente de una divisin entregada por Elo, notifica al persa Antonio Joaqun Prez, presidente de las Cortes, la disolucin de la Cmara; detiene a la Regencia excepto Borbn, pre- sentado como leal al Rey y a 24 diputados liberales significados en unas y otras Cortes; entre ellos Argelles, Calatrava, Martnez de la Rosa, Muoz Torrero y Villanuea. Al da siguiente se publica el decreto del da 4, y la mquina secreta del partido fernandino, apoyada por el clero, no tiene que esforzarse mucho para alentar un HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 50 controlado motn popular que rompe la lpida de la Constitucin y destroza la estatua de la Libertad.La prensa reaccionaria cubre adecuadamente todos estos movimientos; los serviles han aprendido perfectamente las tcnicas utilizadas por los liberales en su golpe de efecto inaugural de las Cortes de Cdiz; aunque los mtodos usados ahora por estos antecesores de la derecha espaola son mucho ms contundentes. Sin embargo, la implantacin del absolutismo sucede -en Madrid y en toda Espaa- sin excesivas violencias y, por supuesto, sin sangre. La represin fernandina en todo este sexenio absolutista ser humillantes y dursima, pero no sangrienta. La Atalaya de la Mancha y El Procurador General encabezan la prensa reaccionaria de Madrid, contra la que poco pueden los peridicos liberales transplantados de Cdiz entre los que destaca el libelo de Bartolom Jos Gallardo, La Abeja madrilea, que anuncia su desaparicin el 7 de mayo de 1814 en vista del viento fresco que sopla de Levante. Es seguramente la primera crtica pblica, aunque velada, que hace un peridico espaol a un rey de Espaa, y naturalmente La Abeja muri al soltar su histrico aguijn. Le seguirn, por decreto del 12 de mayo de 1815, todos los peridicos de Espaa suprimidos por segunda vez (recordemos, la primera en tiempos de Carlos IV) con excepcin de la Gaceta y el Diario de Madrid, aunque se permitieron despus algunas publicaciones peridicas no polticas. Los peridicos eran incompatibles con el absolutismo que, a pesar de las promesas, se reimplantaba en Espaa. El primer absolutista de Espaa, el propio rey, quien orden la apertura del que llama Artola primer proceso poltico de nuestra historia contempornea contra los liberales detenidos en virtud de los decretos del 4 de mayo: a quines se instruy un voluminoso expediente basado en declaraciones a las que se incitaba por real orden. Diversos tribunales radicados en el Consejo de Castilla no se decidan por la condena, aunque centraban los cargos en el atentado contra la soberana real y el intento de establecer un gobierno democrtico. De esta forma, los reaccionarios espaoles instituyen a la democracia como figura de delito; este es un hecho SOCIALISMO EN ELDA 51 trascendental. Harto de dilaciones, el Rey conden personalmente por decreto a sesenta encausados polticos a diversas penas de destierro, prisin y confinamiento, con lo que sembr ante la Espaa atnita toda una promesa de convulsiones y venganzas polticas para los siglos prximos. La siguiente oleada represiva se dirigi contra los afrancesados, sin que evidentes razones personales frenasen la impudicia del Rey que se pleg ante Napolen. Con las medidas de purificacin de polticos, militares y funcionarios pareca buscarse una identificacin entre liberales y afrancesados que ya haba sugerido la prensa reaccionaria.Fernando VII trat en 1816 de paliar la crudeza de esta medida y suprimi, por decreto, el uso de las palabras liberales y serviles; una decisin tpica de su carcter. Propone entonces una consulta general sobre la conveniencia de una amnista, a la que se oponen los militares ultras como Egua: son traidores quienes proponen una amnista y la mitad aproximada de los obispos; ya se configura un ala dura del episcopado y de la alta milicia que combinar sus esfuerzos a lo largo de toda la Espaa contempornea. Sin embargo, dgase como compensacin para una esperanza histrica, la mayora de las instituciones consultadas se inclinaron por la amnista para los delitos polticos, sin que las disposiciones de 1818 atendiesen tan justa postura; porque dejaron el problema sumido en la ambigedad y la inoperancia. La intervencin y el protagonismo de los llamados curas trabucaires fue caracterstica de la guerra de la Independencia, y condicion a toda la historia del siglo XIX. (Fernando VII fren de cuajo el mecanismo de instauracin de los partidos polticos. O quizs contrariamente a esto, los reaccion con su comportamiento). Nota del Autor. La Iglesia espaola se present ante el rey como la gran acreedora por las catstrofes comunes; el Rey la acept como aliada y la erigi como colaboradora poltica. La colaboracin -dice el profesor Revuelta- no se limit a una participacin en la tarea de la reconstruccin nacional, sino que se extendi al campo de las ideas y de la propaganda realista mediante una sacralizacin del poder real y la HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 52 correspondiente condena del sistema liberal. Los liberales fueron identificados por la Iglesia jerrquica como anticristos y misioneros de Satans. La restauracin de la Iglesia en Espaa se hizo por iniciativa y direccin regia. Los cincuenta mil religiosos de 1808, sin embargo, se redujeron a algo ms de 33.000 en 1820; y ante la cada de la popularidad del Rey, germinaron las semillas anticlericales del XVIII y de Cdiz -donde la prensa liberal haba arremetido ferozmente contra el apoyo de la Iglesia a los serviles- y la Iglesia espaola perdi rpidamente la unanimidad con que el pueblo se vena sometiendo a su influencia durante el Antiguo Rgimen. Por otra parte, la clerigalla de trabuco y los intelectuales eclesisticos haban tomado gusto al protagonismo militar y poltico, en sus diversos grados, durante la guerra en los campos y en las Cortes; y desde entonces, la Iglesia no supo renunciar por muchos sectores a esa intervencin. Por supuesto que la Iglesia particip con gran esfuerzo y no poco espritu en funciones tradicionales, como la restauracin de la beneficencia y, la mucho ms difcil, de la moralidad pblica, arrastrada por los desastres de la guerra y la ruptura de la convivencia tradicional. Pero como el nuevo Ayuntamiento del Trono y el Altar era, en el fondo, una ficcin anacrnica, la Iglesia se convirti para todo el resto de la edad contempornea en un estamento poltico que, como tal, sin que por ello dejasen de reconocrsele funciones ms altas, sera tratado por los polticos y por el pueblo convulso de las Espaas. En cuanto a las funciones de la restaurada Inquisicin se centraron en la represin cultural y la desarticulacin de la masonera y dems sociedades secretas.Por otra parte, la persecucin contra los eclesisticos liberales -en la que particip la propia Iglesia, campeona del absolutismo- contribuy a la degradacin cultural de la Iglesia espaola, fenmeno trascendental que enfrentara a la Iglesia con la ciencia y la cultura y la relegara a una situacin cerril mucho ms apta para la partida que para la ctedra o el ejercicio pblico de una misin espiritual. Primero el Gobierno, reunido en la Junta de Estado y formado por los ministros, que se suceda vertiginosamente en sus departamentos, contra la tradicin de estabilidad de la poltica ilustrada, lo que les mereci la aceva crtica de Mesoneros Romanos: SOCIALISMO EN ELDA 53 De este modo, y despidiendo a unos por cortos de vista (histrico) y a otros por largos de manos (id), a aqul por inepto, a ste por demasiado entendido (id, id) envindolos unas veces a tomar aires a Ultramar o ponindolos otras a la sombra de los alczares o castillo de La Corua o de Segovia, vino hacer tal consumo de ministros, que pasaron de treinta en slo seis aos; lo cual, atendiendo al nmero de los ministerios, que era el de cinco, viene a traducirse en seis juegos completos. Por el Ministerio de Hacienda, el ms comprometido pasaron en esta etapa nueve titulares. Los nombramientos ministeriales dependan del segundo Consejo del Rey, la camarilla de amigotes, vanamente puesta en duda por algn rehabilitador, que se reuna informalmente en los aposentos reales y de la que formaban parte, adems del funesto Escoiquiz, el duque de Alagn, hombres de los bajos fondos, como un tal Ugarte y el Chamorro, cuyo nombre era Pedro Collado, de profesin aguador de la fuente del Berro.Otro destacado poltico, moderado, de procedencia gaditana, Jos Garca de Len y Pizarro, se convierte en protagonista del gobierno fernandino entre los otoos de 1816 y 1818, la etapa ms interesante del Sexenio, en que le acompaaron dos ministros importantes: Martin de Garay, antiguo miembro de la Junta Central y famoso ministro de Hacienda; y Jos Vzquez Figueroa, que se opuso a la adquisicin de una escuadra rusa surta en Lisboa y formada por barcos podridos, a pesar de que Fernando VII, por sus absurdas ilusiones de acercamiento al Zar, haba comprado la escuadra por sugerencia de la camarilla en la que Ugarte y el embajador ruso Tatischeff, quienes de paso, urdieron un sustancioso negocio con tal motivo. La noble oposicin del marino, autntico defensor del Estado en aquel concierto de arbitrariedades, provoc su cese y arrastr a sus ilustres compaeros de gobierno. La cuarta etapa no tiene ms historia que la de la degradacin general del reinado y de la nobleza, que se cubri de fango en otra turbia operacin -las concesiones en Norteamrica- por medio del ministro Vonde de Casa-Irujo, uno de los beneficiarios del nuevo negocio. La gestin ministerial de los gobiernos fernandinos, pues, est preHISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 54 sidida, por vez primera en la historia de Espaa Borbnica -despus de Ripperd-, por el signo de la ms escandalosa corrupcin.Espaa, que hasta la muerte de Carlos III haba actuado como potencia mundial, quedaba ahora marginada en situacin de pequea potencia y, adems, aislada en medio del protagonismo de los dems grandes vencedores de Napolen. Por desgracia, esta situacin se mantendr a partir de 1814 durante el resto de la Edad Contempornea, al menos hasta la muerte de Francisco Franco. El 28 de enero el rey de Francia, Luis XVIII, anuncia la entrada en Espaa de los Cien Mil Hijos de San Luis para liberar a Fernando VII del secuestro a que le tienen sometido los revolucionarios. La principal barrera que poda oponerse a los Cien Mil Hijos de San Luis era el ejrcito de Espoz y Mina, Capitn General de Catalua, con unos veinte mil hombres, que haban aplastado casi la vspera a la resistencia organizada en el territorio absolutista de Urgel. Con notable sentido poltico el mando francs exigi a las tropas un comportamiento que alejase cualquier identificacin con la agresin de 1808 y con la actitud napolenica; el ejrcito francs era una imponente masa militar de 110.500 soldados de infantera, 22.000 de caballera y 108 caones, capaz de aplastar aisladamente o en conjunto a las desorganizadas fuerzas del ejrcito liberal. La invasin sirvi para comprender el trasfondo autntico de la guerra de la Independencia; porque ahora, las guerrillas estaban en contra del ejrcito regular y a favor de los franceses. La intendencia de los invasores pagaba al contado cualquier compra en Espaa, tremendo contraste con la actitud depredadora del ejrcito napolenico. Las guerrillas absolutistas se organizaron en el curiossimo Ejrcito de la Fe, que lleg a contar 35.000 hombres encuadrados en regimientos y escuadrones, las rdenes de los generales realistas Quesada, ODoonell y Eroles. Los Cien mil hijos de San Luis iniciaron su marcha el 7 de abril de 1823. No encontraron resistencia; la poblacin les reciba con entusiasmo. El espectculo de ver a un ejrcito francs entrando en Zaragoza entre ovaciones era indescriptible. El jefe de la invasin, duque de Angulema, dividi a su tropa en varias columnas que consumaron una maniobra convergente sobre Madrid. Las declara- SOCIALISMO EN ELDA 55 ciones de los generales liberales resultaban cada vez ms equvocas, sobre todo las del jefe del ejrcito del Centro, Conde de La Bisbal. Tras una escaramuza en el Retiro, los franceses ocupan Madrid el 23 de mayo. En Catalua, el antiguo guerrero Espoz y Mina decide enfrentarse a los franceses de poder a poder; tiene su guerra perdida de antemano. Las Cortes se han llevado al Rey hasta Sevilla y tratan all de recabar la ayuda de los liberales europeos mediante la creacin de una Legin Liberal Extranjera que no lleg a ser realidad. El Gobierno y las Cortes deciden entonces replegarse al gran reducto simblico de la libertad: la ciudad de Cdiz. Fernando VII se niega, pero los liberales le obligan a seguirles tras declararle ena- jenado. Desde Cdiz, los liberales envan a Mlaga a Riego en persona para recuperar el dominio de la ciudad, pero el hroe exaltado acaba prisionero de los absolutistas, que lo envan a Madrid. Aunque varias guarniciones siguen fieles a la causa liberal -La Corua, Pamplona, San Sebastin, Cartagena- todo el mundo comprenda que la clave de la campaa estaba en Cdiz. En la noche del 30 al 31 de agosto el duque de Angulema logr lo que jams Napolen: la conquista del Trocadero; y el 20 de septiembre la rendicin del castillo de Santi Petri. No haba ahora una escuadra britnica para apoyar la defensa de la ciudad, y los liberales hubieron de resignarse a la entrega de su gran rehn, el rey Fernando VII, el 1 de octubre, no sin que antes prometiera Fernando, tan falsamente como siempre, perdn y olvido.ALGUNOS ASPECTOS DE LA DCADA OMINIOSA.- Todo estaba concertado. La vspera de la invasin, los absolutistas haban formado un gobierno provisional, la Junta Provisional de Gobierno de Espaa e Indias-. El 23 de Mayo, bajo el patrocinio del duque de Angulema, se haba constituido formalmente la Regencia absolutista: con el duque de Montemar, el baron de Eroles -quedaba as asegurada la continuacin con la de Urgel-, el obispo de Osma y el poltico Gmez Caldern, los que designaron un primer Gobierno de acuerdo con las ideas del Rey. El clero se identific desde el primer momento con el Antiguo Rgimen restaurado, tanto en el plano HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 56 poltico como en la prensa: los redactores de dos peridicos ultras, El Defensor del Rey y el Restaurador, eran hombres de Iglesia. Desde las mismas semanas de la invasin se inici un feroz proceso de depuraciones polticas mediante las Juntas de Purificacin. La represin, alentada ahora por los voluntarios realistas, fue dursima; corri por vez primera la sangre, en virtud de un proyecto generalizado de venganza, aunque el rgimen liberal en sus estertores, haba pronunciado serios pretextos para esa venganza. El acontecimiento poltico principal de la dcada ominiosa es la represin, la obsesin represiva a que se dedican el rey y sus consejeros; hasta el punto de que Angulema, primero, despus Luis XVIII y los dems reyes europeos, tratan por todos los medios de moderar la sed de venganza del antiguo Deseado, ansioso de pagar a los liberales todas sus trgalas. Estas son las instrucciones que recibe el titular del primer ministerio, el cannigo de Toledo y antiguo confesor del Rey, Sez, con quien colaborar, desde la sombra, una sociedad secreta absolutista llamada sintomticamente El ngel Exterminador. Los chispazos de represin sangrienta que enturbiaron la naciente convivencia poltica de los espaoles -y cuyos antecedentes hay que buscarlos incluso antes de la Guerra de la Independencia, en el motn de Aranjuez- se convierten ahora en una represin organizada y violenta que atizar el miedo y el odio como constantes trgicas de la guerra civil permanente. La ejecucin de Riego en la plaza de la Cebada, tras ser arrastrado en un sern por medio de Madrid, es todo un smbolo; el hroe liberal fue ajusticiado el 19 de noviembre de 1823. La represin fue organizndose cada vez ms, su principal instrumento seran las Comisiones Militares, instituidas en 1824, que inculparon a ms de un millar de presuntos liberales y de los que condenaron a unos setecientos, y dictaron 132 penas de muerte, segn la minuciosa investigacin de Pedro Pegenaute. Durante la poca absolutista funciona ya una nueva institucin poltico-administrativa: el Consejo de Ministros, una vez liquidado el ministerio universal de cannigo Sez a fines de 1823. Los problemas de la represin y las propuestas de amnista que surgieron entre los consejeros menos serviles de Fernando VII SOCIALISMO EN ELDA 57 provocaron la escisin de los realistas en puros o exaltados y moderados; el general Egua y el conde de Ofalia aparecan como cabezas de cada uno de esos grupos. Egua propondr la disolucin del ejrcito y la creacin de uno enteramente nuevo, condicionado ideolgicamente a favor del absolutismo, y el pleno restablecimiento de la Inquisicin. Fernando VII slo accedi a promulgar un decreto de amnista ante el ultimtum francs de retirar sus tropas de ocupacin si el Rey de Espaa persista en su sed de venganza poltica. La ocupacin francesa se mantuvo hasta los primeros meses del ao 1823, despus del alzamiento de los agraviados. Pero a pesar de su firma, el rey no hizo honor al decreto y orden textualmente despachar al otro mundo a Claleco y al Empecinado. La Iglesia colabor a la represin fernandina desde su propio terreno aunque no logr ver restablecida formalmente la Inquisicin. Restaur por su cuenta a escala diocesana, las Juntas de Fe, que continuaron la obra del Santo Oficio. Una de ellas, la de Valencia, conden y relaj al brazo secular a la ltima vctima de un tribunal eclesistico en la historia de Espaa: el maestro valenciano Antonio Ripoll.LAS CRISIS POLTICAS FINALES.- La segunda mitad de la dcada absolutista est marcada por tres crisis: la de 1826-1827; la de 1830-1831; y la crisis dinstica final de 1832-1833. En el proceso de reconstruccin del Antiguo Rgimen resulta imposible revitalizar al antiguo sistema de Consejos, y Fernando VII trata de concentrar su tmido reformismo en el Consejo de Estado -muy influyente en esta poca- y el Ministerio del Interior. Cuando Fernando VII advierte el acercamiento objetivo entre los moderados del liberalismo y el absolutismo, trata de fomentar esta convergencia e incluso de apoyarse en ella frente a las presiones, cada vez ms intolerables, de los ultras; pero es su hermano don Carlos quien frusta este primer intento de unificacin moderada, en que Carlos Seco ve un esbozo de partido de centro, pero todas estas buenas disposiciones valan muy poco en comparacin de los males que llevaba en s mismo aquel sistema de gobierno, el tributario restablecido en 1824 y los que causaban inmediatamente la reamortizacin de los bienes eclesisticos y vinculados, la renovacin de los privilegios y exenciones, el aumento de las ruinosas contribuciones HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 58 sobre consumos, las prohibiciones y trabas en el comercio y la industria, la rigurosa exaccin del diezmo y las franquicias y socalias de un clero numerossimo, triunfante e insaciable. En la reforma financiera de 1824 -muy reaccionaria- Lpez Ballesteros encontr dificultades serias en Navarra y las Vascongadas para que tributasen las cantidades fijadas por la Hacienda central. Lpez Ballesteros consigui, a pesar de todo, un aumento de los rendimientos y una reduccin importante de la Deuda pblica. (Todos estos desrdenes econmico-poltico, iran abonando el terreno de los partidos de izquierdas). Nota del autor.LOS PRONUNCIAMIENTOS ROMNTICOS. -Para comprender los ltimos movimientos histricos del reinado de Fernando VII es necesario insertarlos en un contexto exterior formado por la combinacin de la circunstancia portuguesa -el choque entre liberales y legitimistas con cobertura de pugna dinstica- y la circunstancia europea: la segunda oleada de revoluciones burguesas, en el ao clave de 1830. El rey Carlos X cay ante un alzamiento liberal alentado por las sociedades secretas; pero la burguesa consigui impedir la proclamacin de la Repblica -gracias a la habilidad de Thiers en el manejo de la prensa- y proclamar rey a Luis Felipe de Orlens, que se dedic a conjurar, durante cuatro aos, las amenazas republicanas. La revolucin belga del mismo ao tuvo alcance nacional: Bgica lograra con ella la independencia de los Pases Bajos. El Zar Nicols I aplast, despus de una dursima represin, otra rebelin nacional: la de Polonia en el mismo ao. Las tropas austriacas acabaron con el chispazo revolucionario liberal en Italia, y fracas tambin el tmido alzamiento de los liberales alemanes. Ante el fracaso del trienio liberal, las repercusiones de esta oleada revolucionaria europea en Espaa carecieron de importancia, aunque cargaron el ambiente hacia el futuro. Las conspiraciones liberales contra Fernando VII fueron generalmente impremeditadas y romnticas; se apoyaban en Gibraltar o en Francia. Fracas en 1826 el desembarco de los hermanos Bazn en Guardamar del Segura. Con el advenimiento de Luis Felipe la base de las conspiraciones liberales se traslada al sur de Francia, y el rey francs las juega como una baza en sus relaciones con Fernando VII, que natural- SOCIALISMO EN ELDA 59 mente se haba negado a reconocerlo. Espoz y Mina en lo militar, lvarez Mendizbal en lo poltico y lo financiero son el alma de esas conspiraciones que llegan a institucionalizarse en la Reunin. Pero Fernando reconoce a Luis Felipe y Francia empieza a perseguir a los conspiradores espaoles. Espoz y Mina fracasa en su pequea invasin de Guipzcoa. Milns del Bosch hijo y San Miguel tampoco consiguen nada en sus intentonas catalanas. El general Jos Mara Torrijos capitanea el ms celebre de los desembarcos romnticos; engaado por el gobernador de Mlaga llega a Fuenjirola, donde paga con la vida su intento de restaurar el liberalismo sin ms base que su ilusin. El Gobierno ordena su fusilamiento junto con los cincuenta y dos compaeros de aventura liberal. El terror ejemplar preconizado por Calomarde se mezcla con oscuras intrigas urbanas en Granada, -no sera la ltima vez- cuando los absolutista de la ciudad denuncian a Mariana Pineda por bordar un ensea para los liberales, lo que la llevar tambin al patbulo. Otros liberales ms avisados tratarn de cambiar el rgimen desde dentro, mediante un acercamiento a los moderados del absolutismo.LA CUESTIN SUCESORIA ANTE LA GUERRA CIVIL. -Rega en Espaa, a fines del reinado de Fernando VII, la ley semislica promulgada por Felipe V, que como sabemos, exclua a las hembras del trono en tanto hubiera herederos varones en las lneas colaterales. La Constitucin de Cdiz haba restablecido la ley de Partida, pero Fernando VII la haba mandado poner fuera del tiempo. Sabemos tambin que las Cortes de 1789, a instancias de Carlos IV, haban derogado la ley semislica y establecido el orden tradicional; pero el Rey no haba sancionado ni publicado el acuerdo de las Cortes, que, por tanto, no estaba an vigente. En mayo de 1829 mora sin sucesin la reina Mara Amalia. Fernando VII decide casarse con mucha urgencia con su sobrina Mara Cristina de Npoles. Parece que la influencia de la infanta Luisa Carlota, hermana de Mara Cristina y casada con el hermano menor de Fernando, el Infante Francisco de Paula, fue decisiva, y los liberales creyeron desde entonces que la nueva reina era su valedora. Don Carlos y los apostlicos se oponen, por razones obvias, al HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 60 enlace. El matrimonio fue aprovechado por los moderados de uno y otro bando; no parece que fueran razones polticas, sino familiares, las que intervinieron en la creacin del partido Cristino (nacimiento de partidos -nota del autor-) como aglutinante definitivo de las dos fracciones polticas y no consta el liberalismo de la nueva reina antes de serlo. La boda se celebra en Aranjuez el 11 de diciembre de 1829; en 1830, una vez confirmado el embarazo de Mara Cristina. Fernando VII decide promulgar la pragmtica de Carlos IV, y as lo hace el 29 de marzo de 1830. Tal decisin -dice Artola- constituye la base jurdica que provoc los siete aos de guerra que siguieron a la muerte del Rey. Artola, con toda razn, piensa que los aspectos jurdicos y dinsticos son un simple pretexto para los intereses polticos, y que la guerra poltica entre los absolutistas -carlistas- y moderados liberales o cristinos, mucho ms que una guerra jurdica o dinstica o incluso fuerista. Estamos totalmente de acuerdo; no as los historiadores carlistas y otros.El 29 de septiembre de 1833 fallecera, pues, Fernando VII. Mientras l alent no se movi un pen en el tablero de la guerra civil que por varios impulsos -el dinstico, el poltico y, en parte, hasta el sociolgico- l dejaba, plateada y hasta enconada, despus de haber presidido la represin alternativa de liberales y srviles; despus de haber trasplantado de forma bipolar a toda Espaa contempornea la dialctica del odio y el miedo que anidaba en el Antiguo Rgimen so capa de fe indestructible e indiscutible, en la combinacin del Trono y el Altar. Va a ser Jovellanos, en efecto, quien misteriosamente presida la evolucin poltica espaola durante esta transicin al liberalismo formal que son los aos 1832-1834, donde apuntaran ya las dos corrientes polticas que formaran, en sus coincidencias y sus discrepancias, la trama dialctica del siglo XIX; que empezaron llamndose moderados y progresistas para terminar ms claramente como DERECHAS e IZQUIERDAS. La palabra mgica de los moderados es fomento, es decir reforma e impulso administrativo, que conllevar una construccin del Estado moderno; la consignatalismn de los progresistas ser naturalmente el progreso, el tras- SOCIALISMO EN ELDA 61 plante de la poltica de la fe mgica en la ciencia. A unos y otros una adems de la aceptacin terica del trmino liberal (es decir, la versin selectiva, censitaria de la libertad) la adscripcin a ese valor positivo del que tambin habla el Manifiesto, como oponindose a los valores mitolgicos fenecidos con el Antiguo Rgimen.(El concepto de la diferenciacin entre IZQUIERDAS y DERECHAS, tiene su nacimiento en el ao 1789, en la Asamblea Constituyente francesa. Cuando los coincidentes con el pensamiento Conservador para las estructuras del Poder se unan para votar juntos, colocndose a la derecha del Presidente de la Cmara. -Estos eran o fueron desde entonces los Conservadores o de DERECHAS). Los que deseaban terminar con aquellas estructuras de poder, ms liberales o librepensadores, se agrupaban votando unidos, colocndose a la izquierda del Presidente de la Cmara. Obviamente stos tendran para siempre el apelativo de IZQUIERDAS. De ah el concepto IZQUIERDAS y DERECHAS. Desde estas fechas se ha identificado el trmino de derechas a grupos o posiciones conservadoras, y el trmino izquierdas a posiciones progresistas o partidarias de cambios en la sociedad, y propulsores de la Lucha de Clases). Nota el autor. De hecho lo que los historiadores eclesisticos interpretan pdicamente como neutralidad fue cogido de verdad en Madrid como hostilidad, hasta el punto de que en 1833 se abre una guerra a muerte entre la Iglesia Catlica y el liberalismo espaol, cuya ltima explosin ser la guerra civil de 1936, una guerra que no se zanjar hasta 1975, para poner una fecha convincente al final de un proceso en que, en buena parte por culpa de la Iglesia, Espaa ha vivido en guerra civil permanente, sin que esto libre de culpa al sectarismo de los liberales. Ante la agona de Espaa todos los bandos y grupos han sido sectarios. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 62 Captulo 2 PENSADORES MS AFINES A LAS TEORAS SOCIALISTAS 65 E n el presente captulo, su significado est destinado a la presentacin y descripcin de los grandes filsofos-pensadores, que con su filosofa de la vida y sus comportamientos, propiciaron las pautas definitorias y filosficas de la Lucha de Clases, germen propulsor de la esencia de las Democracias occidentales. KARL MARX. 1818-1883.- Filsofo y economista alemn. Principal terico del socialismo. Nacido en Trveris y muerto en Londres. Hizo sus estudios universitarios en Bonn y en Berln. Miembro del grupo de los Jvenes Hegelianos, estuvo influido por el materialismo de Ludwing Feuerbach. Tras presentar su tesis de doctorado (diferencia de la filosofa de la naturaleza en Demcrito y Epicuro) entr, en 1842, como redactor jefe en un diario liberal, la Rheinische Zeitug (La Gaceta Renana). Desde all, dirigi sus ataques contra el absolutismo prusiano, provocando la suspensin del peridico. Entonces, Marx march a Pars. En unin de Friedrich Engels, comenz una serie de estudios filosficos, econmicos y polticos que prosigui en Bruselas despus de su expulsin de Francia en 1845 (Manuscritos econmicos y filosficos, 1844; La Sagrada Familia, 1845; La ideologa alemana, 18 45-1846). Al trmino de estos estudios comenz a elaborar su teora de la revolucin proletaria, modo de realizacin del socialismo. Desde entonces par- Pensadores ms afines a las teoras socialistas HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 66 ticip activamente en los movimientos obreros. Miembro de una sociedad comunista de obreros alemanes emigrados, la Liga de los Comunistas, redact en su nombre, y en colaboracin Engels, el Manifiesto del partido Comunista (1848). Polemiz as mismo con Proudhon (Miseria de la Filosofa, 1846). Particip en la revolucin de 1848, en Alemania, animando los crculos democrticos obreros de Colonia y publicando un diario, la Neue Rheinische Zeitug. La victoria de la contrarrevolucin le oblig a refugiarse en Londres. All escribi diversos estudios histricos: La Lucha de Clases en Francia, 1850; El 18 brumario de Luis Bonaparte, 1852; y colabor en numerosos peridicos. Pero lo esencial de su actividad terica se consagr desde entonces al anlisis de la economa capitalista (Contribucin a la crtica de la economa poltica, 1859, y sobre todo, EL CAPITAL, tres volmenes, 1867, 1885 y 1894, los dos ltimos publicados por Engels, ms un cuarto publicado por Kaustky y titulado Historia de las doctrinas econmicas. Durante todo este periodo, Engels le prest una considerable ayuda poltica y material. En 1874, Marx particip en la fundacin de la Asociacin Internacional de Trabajadores (Primera Internacional), de la que lleg a ser su principal inspirador, redactando su alocucin inaugural y sus estatutos. Luch vivamente contra la influencia de los anarquistas, como Bakunin, y tom partido a favor de la Comuna de Pars (La guerra civil en Francia, 1871). La enfermedad le impidi concluir la redaccin de EL CAPITAL. El influjo de Marx y del marxismo fue preponderante en los movimientos obreros a partir de 1917 y con el desarrollo del movimiento comunista. PENSADORES MS AFINES A LAS TEORAS SOCIALISTAS 67 FRIEDRICH ENGELS. 18201895.- Socialista alemn, amigo y colaborador de Kart Marx, junto con el cual public en 1884 El Manifiesto del Partido Comunista. Fue l quien edit los volmenes II y III de El Capital (1885 y 1894) despus de la muerte de Marx. Escribi el AntiDhring y la Dialctica de la Naturaleza. Muerto Marx, jug un importante papel en la formacin y desarrollo de la II Internacional. PABLO LAFARGUE. - Se present en Madrid; yerno de Marx, estaba identificado con sus doctrinas y otorgaba a la poltica de clase un lugar preferente en la accin que deban desarrollar los trabajadores. Vena escapado de la represin desencadenada en Francia contra los comunistas, y fij su residencia en Madrid. Se puso en contacto con los internacionalistas y dio comienzo a sus trabajos. El fundamental haba de consistir en propiciar, escindida la Internacional, el nacimiento del Partido Socialista. Por conducto de Lafargue, que se fue a Londres, conocieron sus amigos espaoles la edicin francesa del Manifiesto Comunista. Se tradujo al espaol, se hizo una publicacin de l. Lleg tambin El Capital, en cuadernos y editado en francs. Pablo Iglesias recibi el encargo de administrar su venta. Se haba inclinado por la fraccin marxista, minoritaria en Espaa, juntamente con Mesa y Mora, y se aplicaron con las Secciones que mostraron su misma inclinacin, a levantar de nueva planta una organizacin obrera. El trabajo era spero y no adelantaba gran cosa. La agitacin poltica, derivada de la proclamacin y muerte de la Repblica, despus de la exaltacin de Amadeo y de su rpida abdicacin, centraba la curiosidad de los espaoles en otros temas que los que, con reiteracin ofrecan a los obreros espaoles internacionalistas marxistas. Con el tesn de Pablo Iglesias en conjuncin del asesoramiento de Lafargue fueron propiciando la formacin y desarrollo del Partido Socialista. VLADIMIR ILICH ULIANOV, Llamado LENIN. - (18701924) Revolucionario y estadista sovitico. Estudi derecho en las Universidades de Kazan y San Petersburgo y, en esta ltima, entr en contacto con los crculos marxistas. Las iniciativas de Lenin como revolucionario se iniciaron pronto. En 1897 fue deportado a Siberia. Poco despus se cas con una militante marxista, Nadezja Krupskaya, y escribi una de sus obras fundamentales, El Desarrollo del Capitalismo en Rusia, donde realiza una dura crtica de las posiciones adoptadas por los economistas populistas. En 1903, en los congresos del Partido Social Demcrata Ruso celebrados en Bruselas y Londres, Lenin hizo triunfar sus tesis, pero se produjo una escisin entre el grupo mayoritario (bolcheviques) dirigido por l, y los (mencheviques) minoritarios que seguan a Plejanov. Lenin sostena que la direccin de la revolucin rusa deba llevarse a cabo por un pequeo grupo de revolucionarios profesionales que se pondran al frente del proletariado. Particip en la revolucin de 1905, pero tuvo que huir de Rusia despus del fracaso de sta. Durante aquellos aos escribi su principal obra doctrinal Materialismo y Empiriocriticismo (1909). Despus de los fracasados intentos revolucionarios realizados en los primeros meses de 1917, Lenin tuvo que huir a Finlandia, donde escribi su principal obra de carcter poltico: EL ESTADO Y LA REVOLUCIN. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 68 PENSADORES MS AFINES A LAS TEORAS SOCIALISTAS 69 La etapa final de la revolucin socialista ser el comunismo: una sociedad sin clases y sin Estado.En 1918 se aprob la primera Constitucin de la Repblica Federativa de los soviets de Rusia. Pero al mismo tiempo surgieron graves dificultades: La contrarrevolucin interior (guerra civil de 1918-1921). Lenin comprendi entonces la necesidad de una poltica ms flexible. En 1922 dio una solucin al problema de las nacionalidades con la transformacin del antiguo imperio ruso en la U.R.S.S. (Unin de Repblicas Socialistas Soviticas). Muri el 21 de enero de 1924. Su cuerpo embalsamado est expuesto en un mausoleo construido en la Plaza Roja de Mosc. MIKHAIL BAKUNIN. 1814-1876.- Revolucionario y agitador poltico ruso. Fue primero oficial del ejrcito, pero luego se relacion con los movimientos extremistas europeos y tom parte en la revolucin alemana de 1848 y en la francesa de 1870. El gobierno austriaco le entreg al Zar, quien le envi al Cucaso de 1852 y le deport a Siberia en 1856. Evadido de Rusia, march a Suiza, donde ingres en la Asociacin Internacional de Trabajadores. Sostuvo la tesis de Proudhon contra las de Marx. Estuvo relacionado con Marx y Engels, pero fue expulsado de la Primera Internacional de Trabajadores en 1872. Lo que distingua a Bakunin de los partidarios de Marx eran sus ideas sobre la necesidad material y moral de una revolucin rpida, total y violenta. Bakunin es, con Kropotkin, uno de los ms destacados representantes de la doctrina anarquista. Dentro de la poltica rusa fue uno de los precursores de la clebre lucha entre mencheviques y bolcheviques. PIERRE JOSEPH PROUDHON, 1809-1865.- Pensador socialista francs. Nacido en Besancon, en un hogar modesto. Ejerci diversos oficios y fue pobre toda su vida. En el ao 1840, public una memoria titulada Quest-ce que la Propiet en la que declaraba: la propiedad es un robo. En 1846, public Philosophie de la Misere (Marx respondera escribiendo Misere de la Philosophie). En 1848 fund un peridico, Le Reprsentat du Peuple, y fue elegido diputado. Cre a continuacin Le Peuple, luego La Voix du Peuple, y por ltimo Le Peuple de 1850. Fue sometido a prisin por delitos de prensa desde el ao 1849 a 1852; condenado de nuevo en 1858, se exili en Blgica, de donde regres amnistiado a finales de 1862. En 1858, public De la Justice dans la Paixs; en 1863, Du Principe Federativ. Despus de su muerte se publicaron unas cuantas obras pstumas, la ms importante de ellas De la capicit politique de la calase ouvrire (1865). El pensamiento de Proudhon es complejo: socialista, denuncia como Marx el capitalismo, pero de temperamento individualista y libertario, se opone a todas las fuerzas que amenazan las libertades individuales, no solamente la Iglesia, sino tambin el Estado. Enemigo de la violencia, es reformista antes que revolucionario prefiriendo quemar la propiedad a fuego lento antes que darle una nueva forma haciendo un San Bartolom de los propietarios. Preconiza la asociacin dentro de la mutualidad por medio de compaas obreras, es decir, de asociaciones libres de productores independientes, al margen de toda intervencin del Estado. Su influencia opuesta siempre a la de HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 70 PENSADORES MS AFINES A LAS TEORAS SOCIALISTAS 71 Marx, se ejerci sobre anarquistas como Bakunin y Kropotkin, tambin sobre sindicalistas como Fernand Pelloutiers y Len Jouhaux o, con menos intensidad, sobre socialistas como Jaurs y Len Blum.MIGUEL DE UNAMUNO, 1864-1936.- Literato y filsofo espaol. Nacido en Bilbao y muerto en Salamanca. Es una de las figuras ms eminentes de las letras y del pensamiento de la Espaa contempornea. Terminados sus estudios de Filosofa en la Universidad Central, regres a su ciudad natal, donde se dedic a la enseanza y al periodismo, escribiendo adems, buen nmero de poesas, novelas y ensayos. En 1891 obtuvo la ctedra de Lengua y Literatura griega de la Universidad de Salamanca, de la que, posteriormente fue rector y catedrtico de Historia de la Lengua Castellana. De ideas liberales, ejerci gran influencia en las clases y estudiantiles. (Fue miembro de la Agrupacin Socialista de Bilbao entre 1894-1897, quien escribe en La Lucha de Clases y contra el nacionalismo vasco). Nota del autor. Al manifestar la hostilidad hacia la dictadura de Primo de Rivera, se vio despojado de sus cargos universitarios y confinado en la isla de Fuerteventura. De all consigui huir a Francia, donde permaneci hasta el advenimiento de la Repblica, a pesar de que el gobierno Berenguer le ofreci reintegrarlo a su ctedra de Griego. Intervino como diputado en las Cortes Constituyentes, pero, desde el principio, dio muestras de discrepar de la nueva pol- tica. En 1936 se traslad a Inglaterra, donde fue nombrado doctor honoris causa de la Universidad de Oxford. Cultiv la poesa, el teatro, la novela y el ensayo, pero sus estudios filolgicos y gramticos poseen un mrito especial. Entre estos, citaremos La enseanza del Latn en Espaa; Sobre la Lengua Castellana, y La cuestin del vascuense; de sus ensayos, Mi religin; Por tierras de Portugal y de Espaa; Contra esto y aquello; El sentimiento trgico de la vida; Lagonie du Christianisme y Vida de Don Quijote y Sancho; entre sus novelas, Paz en la guerra; Amor y pedagoga; Niebla, y Abel Snchez, de su obras dramticas, Fedra, Sombras de sueo, El otro y Teatro Completo, y entre sus poemas, El rosario de sonetos lricos, El Cristo de Velzquez, Teresa, rimas de un poeta desconocido, Romancero del destierro, etc. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 72 PENSADORES MS AFINES A LAS TEORAS SOCIALISTAS 73 M arx y Engels se reunieron en Pars a finales de agosto de 1844. Engels regresaba a su casa paterna, despus de los meses de estudio en Manchester. En los diez das que permanecieron juntos pudieron contrastar la perfecta coincidencia de sus puntos de vista. Fue entonces cuando sellaron aquella alianza sin igual al servicio de la causa proletaria, que haba de fundir en unidad sus vidas, y de all arranca su compenetrada colaboracin. Durante los das de convivencia en Pars qued cimentada su primera obra crtica en comn contra el pasado filosfico de los idealistas hegelianos. LA SAGRADA FAMILIA. Cuando volvimos a reunirnos en Bruselas en la primavera de 1845, Marx, partiendo de las bases a que acabo de referirme, haba desarrollado ya a grandes rasgos su teora materialista de la historia, y no nos quedaba ms que sentarnos a trabajar y desenvolver en detalle la nueva concepcin conquistada, proyectndola en diferentes direcciones. (Engels) Como es sabido, Marx hubo de trasladarse a Bruselas, expulsado de Francia por las intrigas del Gobierno prusiano, que tuvieron en Guizot su brazo ejecutor. El Gobierno reaccionario y feudal de Prusia se senta amenazado por la campaa de los revoluciona- Puntos de vista de Marx y Engels sobre sus trabajos en la formacin de sus teoras sobre la Lucha de Clases rios alemanes expatriados, que tena por rgano de expresin el Vorwaerts de Pars En Agosto de 1844, cinco meses antes de su expulsin, Marx haba publicado en sus columnas el clebre artculo sobre la insurreccin de los tejedores silesianos, artculo que debi titularse en rigor, como dice Mehring, Poltica y Socia- lismo, y donde, criticando las ideas del demcrata burgus Arnold Ruge, antiguo camarada suyo neohegeliano traza ya, con una claridad perfecta, la senda revolucionaria. Sin revolucin no podr realizarse el socialismo. La vieja teora que distingue entre revoluciones polticas y sociales es sometida aqu a una profunda revisin: Toda revolucin disuelve la vieja sociedad, en este sentido, toda la revolucin es social. Toda revolucin derriba los viejos poderes: en este sentido, toda revolucin es poltica. Estas ideas descansan ya en un estudio detenido del rgimen capitalista, con todas sus contradicciones, y en la conciencia del nico camino que puede llevar al proletariado a resolverlas. Entre los papeles de esta poca, legados por Marx y recogidos ahora en la edicin magna del Instituto Marx-Engels, ocupan una parte considerable los extractos de obras econmicas, que con los de las obras de los historiadores de la Revolucin Francesa y las de los socialistas y materialistas, nos descubren el andamiaje de los estudios de Marx en este periodo y los cimientos de investigacin de la teora marxista. El descubrimiento del materialismo histrico, que haba de revolucionar la ciencia de la historia y que era substancialmente obra de Marx, en la que a m -dice Engels- slo me cabe una parte muy pequea, encerraba una importancia directa para el movimiento obrero de aquel entonces. Contemplando a la luz de la nueva idea el comunismo de los franceses y los alemanes, el cartismo de los ingleses no se presentaba ya como algo fortuito y accidental, que lo mismo poda no haber existido. Estos movimientos cobraban ahora la significacin de un movimiento de la clase oprimida moderna, el proletariado, el relieve de formas ms o menos definida de una lucha histricamente necesaria contra la clase gobernante, contra la burguesa, de la forma de lucha de clases, pero de una lucha de clases que se distingua de todas las anteriores en esto: en que la HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 74 PENSADORES MS AFINES A LAS TEORAS SOCIALISTAS 75 clase oprimida moderna, el proletariado, no poda llevar adelante su obra de emancipacin sin emancipar al mismo tiempo a toda la sociedad de su divisin de clases, y, por tanto, de las luchas de clases en general. A partir de ahora, el comunismo dejaba de ser la incubacin por la fantasa de un ideal social lo ms perfecto posible y se converta en el estudio del carcter, las condiciones y los objetivos generales de ella se derivaban necesariamente en la lucha mantenida por el proletariado. La superacin del socialismo como utopa por el socialismo como ciencia quedaba cimentada, y quien desee tener una idea clara de la trascendencia y alcance de esta transicin no tiene ms que leer el clsico estudio de Engels sobre el socialismo utpico, y el socialismo cientfico. En su prlogo a la edicin del Manifiesto Comunista, publicado en 1883, Engels insiste en que la idea fundamental inspiradora del Manifiesto, la idea central de todo el marxismo, la concepcin materialista de la historia, pertenece nica y exclusivamente a Marx. En el prlogo a la traduccin inglesa puntualiza un poco ms los orgenes de la teora aadiendo: ya varios aos antes de 1845, nos habamos ido acercando ambos, gradualmente, a esa idea, y mi obra sobre la situacin de la clase obrera en Inglaterra (fruto de sus estudios ingleses en los aos 43 y 44, aunque no viera la luz hasta 1845, de regreso ya en Alemania) demuestra los avances hechos por mi personalmente en esa direccin. Sin embargo, cuando en la primavera de 1845 volv a reunirme con Marx en Bruselas, ya l haba dado los ltimos toques a esta teora y me los expuso en trminos claros y precisos. Con la visin nueva de la historia, Marx y Engels se convirtieron en los dos grandes tericos del proletariado. Captulo 3 EL PARTIDO SOCIALISTA EN ESPAA 79 L a fundacin del Partido Socialista en Espaa, fundamentada en la realidad de los hechos provenientes de pensadores de la talla de Marx, Engels etc. con sus teoras en defensa de la justicia social y en las documentaciones que fueron dejando su acta fundacional, nos podemos apoyar sobre dos versiones que en su fondo convergen en una sola, la real, por la que sabemos que el primer enlace, es recibido por Pablo Iglesias, a travs de otro Pablo. Pablo Lafargue, yerno de Marx que lo va introduciendo en el espritu inquieto de su homlogo Pablo Iglesias Posse, que con su gran capacidad de sacrificio lo La Fundacin del Partido Socialista en Espaa Pablo Iglesias fue haciendo realidad, como lo demuestran las dos versiones que transcribimos literalmente.La primera, tomada del peridico socialista eldense Rebelin de 15 de enero de 1938, que copio a la letra: LOS PRIMEROS PASOS DEL SOCIALISMO EN ESPAA por Julin Zugazagoitia. Pablo Lafargue se present en Madrid: yerno de Marx, estaba identificado con sus doctrinas y otorgaba a la poltica de clase un lugar preferente en la accin que deban desarrollar los trabajadores. Vena escapando de la represin desencadenada en Francia contra los comunistas, y fij su residencia en Madrid. Se puso en contacto con los internacionalistas y dio comienzo a sus trabajos. El fundamental haba de consistir en propiciar, escindida la Internacional, el nacimiento del partido Socialista. Por conducto HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 80 Grupo de luchadores de los tiempos heroicos del Socialismo Espaol. Pablo Lafargue EL PARTIDO SOCIALISTA EN ESPAA 8181 de Lafargue, que se fue a Londres, conocieron sus amigos espaoles la edicin francesa del Manifiesto Comunista. Se tradujo al espaol y se hizo una publicacin de l. Lleg tambin EL CAPITAL, en cuadernos y editado en francs. Iglesias recibi el encargo de administrar su venta. Se haba inclinado por la fraccin marxista, minoritaria en Espaa, juntamente con Mesa y Mora, y se aplicaron, con las Secciones que mostraron su misma inclinacin, a levantar de nueva planta una organizacin obrera. El trabajo era spero y no adelantaba gran cosa. La agitacin poltica, derivada de la proclamacin y muerte de la Repblica, despus de la exaltacin de Amadeo y su rpida abdicacin, centraba la curiosidad de los espaoles en otros temas que los que, con reiteracin ofrecan a los obreros espaoles los internacionalistas marxistas. Estos vivan ensimismados en sus empresas. Sobre Iglesias pesaba la presencia de la Asociacin General del Arte de Imprimir, donde fue mal recibido por muchos socios, que se apresuraron a darse de baja. Iglesias se aplic a hacer de la Asociacin, que haba sido creada con fines distintos, para remediar el paro y mantener rela- ciones de cordialidad con los patronos principalmente, una entidad Julio Guesde Fernando de los Ros Primer smbolo socialista de clase, capaz de encararse con los patronos para imponerles el respeto de las tarifas y para aumentarlas. Poco a poco la Asociacin recobr sus afilia-dos, y an los aument. El presidente puso en ello su amor propio como lo puso en preparar el nacimiento del Partido Socialista. Este se fund el 2 de mayo de 1878 en una fonda de la calle de Tetun, donde se celebr una comida que se llam de Fraternidad Internacional. El acuerdo de fundacin es firme, y antes de comunicar la noticia a otros amigos desparramados por Espaa, con las reservas del caso por tratarse de una organizacin ilegal, se designan las personas encargadas de concretas las aspiraciones del nuevo Partido. Esas personas son: Pablo Iglesias, Victoriano Caldern y Alejandro Oncina, tipgrafos; Jaime Vera y Gonzalo H. Zubiaurre, mdicos. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 82 Daniel Anguiano Antonio Garca Quejido Cartel de la Agrupacin Socialista Madrilea, 1937 EL PARTIDO SOCIALISTA EN ESPAA 8383 Iglesias fue, desde el primer momento, el motor del grupo. Esto y la presidencia de la Asociacin del Arte de Imprimir le acarre la enemistad de sus patronos, que discurrieron sitiarle por hambre, negndole el trabajo. En 1880 qued definitivamente aprobado el programa del Partido, con sus concretas aspiraciones siguientes: 1 -La posesin del Poder pol-tico por la clase trabajadora. 2 -La transformacin de la propie- dad individual y corporativa Jaime Vera Francisco Mora Rodolfo Llopis de los instrumentos de trabajo, la tierra, las minas, los transportes, las fbricas, mquinas, capital-moneda, etc. 3 -La organizacin de la socie- dad sobre la base de Federacin econmica, garantizando a todos sus miembros el producto total de su trabajo. El usufructo de los instrumentos de trabajo por las colectividades obreras, y la enseanza integral a los individuos de ambos sexos en todos los grados de la ciencia, de la industria y de las artes. En suma: el ideal del Partido Socialista Obrero es la completa emancipacin de la clase trabajadora; es decir, la abolicin de todas las clases sociales y su conversin en una sola de trabajadores libres e iguales, honrados e inteligentes. Este periodo de la vida de Iglesias es admirable. Sabemos que su constitucin no es fuerte. En algn momento ha llegado hasta escupir sangre, lo que tena alarmadsima a su madre, temerosa de que se repitiese en Pablo la enfermedad de su hermano Manuel. Iglesias cumpla su jornada de tipgrafo, atenda a la Asociacin del Arte de Imprimir y an sacaba nimos para, despus de cenar, ponerse a escribir cartas. Era incansable. Los que convivieron con intimidad en stas y otras etapas difciles de su HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 84 Indalecio Prieto Francisco Largo Caballero EL PARTIDO SOCIALISTA EN ESPAA 8585 vida afirman convencidos que no se muri merced, pura y simplemente, a un esfuerzo de voluntad. Cuando, muerta su madre, se acogi a la casa de Matas Gmez, se le declar una pleuresa. Matas vivi aquellos das sobresaltado, y a un mdico de El Escorial le comprometi para que viese al enfermo. Lo vio y su dictamen fue inquietante: Es un organismo demasiado dbil para la tarea que pesa sobre sus hombros. Esto pasar, pero no es hombre para dudar mucho. Se enga, quizs por que en su exploracin no cont con la voluntad del enfermo. Su voluntad, si: su voluntad lo hizo todo. Incluso contener a la muerte, que le rond desde chico.El material para la propaganda del Partido llegaba de Francia, donde la actividad editorial de los socialistas era ms grande. Lafargue y Guesde suministraron algunos folletos de su Minerva. Iglesias los lea con ansiedad. Tena el deseo de hacerse una buena educacin socialista, de adquirir el instrumento dialctico que precisaba para sus propagandas. El que fueran Guesde y Lafargue sus maestros explica satisfactoriamente el carcter que Iglesias imprimi al Partido espaol. Aquella precisin de contorno que en ocasin se le ha reprochado con aspereza, son una consecuencia del guedismo en que se inspir Iglesias. Afortunadamente, esa herencia de Iglesias subiste en el Partido, y da a su fisonoma un carcter inconfundible. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 86 EL PARTIDO SOCIALISTA EN ESPAA 8787 E sta segunda versin -ms moderna- est en el libro CIEN AOS POR EL SOCIALISMO (Historia del PSOE 18791979). Est escrita por Santiago Castillo. Tiene algunas pequeas diferencias, pero no son sustanciales, por lo pronto rebaja en un ao su fundacin, pues lo pone en 1879. Pero compensado todos sus datos confrontados estamos seguros de tener su historia real. Copiado a la letra dice as: LOS TRABAJADORES EMPEZARON A CAMINAR (1879-1910). Entre las fechas claves de la historia del PSOE est sin duda la del 2 de mayo de 1879. En este da se reunan, clandestinamente en una fonda madrilea, un puado de personas como en anteriores ocasiones. Pero esta vez, los reunidos iban a tomar una decisin relevante: fundar un partido cuya poltica se separara de la que hacen los dems partidos burgueses, por creer que ninguno de ellos representa los intereses del proletariado. Asistan a la reunin 25 personas. De ellas 4 eran estudiantes de medicina, entre ellos Jaime Vera, que al mes siguiente se har mdico. No obstante, la mayora de los reunidos eran trabajadores, sobre todo tipgrafos asociados al Arte de Imprimir. Segunda versin de la historia del Partido Socialista en Espaa De all surga una comisin de redaccin de un programa y unas bases de organizacin. El 20 de julio se aprobaron bases y programa crendose el GRUPO SOCIALISTA MADRILEO, cuyo fin era fundar en Espaa el Partido Socialista Obrero Espaol procurando aumentar el nmero de sus individuos y crear grupos anlogos en cuantas localidades pueda. Queda planteado el proceso hacia la formacin de un partido de clase. En febrero de 1881 se abra paso a la legalidad de todos los partidos, permitindose adems un mayor funcionamiento de las organizaciones obreras. Bien es verdad que limitando de hecho sus posibilidades de expresin y organizacin. Los nombres de la Mano Negra, Jerez, Ro Tinto o Montjuich y las leyes de represin del anarquismo no sern si no punta de iceberg que encubren la mole de una represin popular cotidiana. Pese a todo, la tendencia anarcosindicalista y la tendencia sindical reformista tomarn un amplio auge en los primeros aos ochenta. No as los socialistas marxistas, que se vean limitados a pequeos ncleos en Madrid, Barcelona, Manresa, Guadalajara Esta situacin haca que creciese cada vez ms la necesidad de tener un peridico con que poder expresarse y ampliar la organizacin. Esta aspiracin se realiza en 1886. El 12 de marzo de este ao apareca el primer nmero de EL SOCIALISTA rgano del partido obrero. El peridico se basaba econmicamente en unas mil acciones de peseta compradas por obreros. Slo el sacrificio constante de los trabajadores socialistas conseguir mantenerlo. A partir de entonces, y en gran medida a travs del peridico, los socialistas inician un relativo proceso de expansin que cristaliza en el congreso de Barcelona en agosto 1888. En este I Congreso se unificar el reglamento y el programa en cuyas aspiraciones, se asuman como dominantes, diversos postulados bsicos del marxismo: lucha de clases, necesidad de la conquista del poder poltico por la clase obrera para conseguir la abolicin de clases y su reconversin en una sola de trabajadores, transformando as la propiedad privada en propiedad socializada Se mantenan, a la vez, como objetivos de inmediata aplicacin, una HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 88 EL PARTIDO SOCIALISTA EN ESPAA 89 serie de reformas y derechos fundamentales, constitutivos de lo que hoy podramos denominar una defensa y ampliacin de las libertades y derechos democrticos.Junto al partido se creaba por las mismas fechas la UGT como organizacin sindical. Ambos organismos se configuran como entidades autnomas, aunque en sus actividades posteriores, de hecho, actuarn de forma coordinada al ser elegidos con cierta constancia dirigentes comunes a ambos organismos. Qued as planteada la opcin marxista en el movimiento obrero espaol. El PSOE tendr constante actividad durante todo el periodo. De ella cabe destacar su organizacin y participacin constante en los primeros de mayo desde 1890. Actuacin enmarcada en la aplicacin de los acuerdos de la Internacional Socialista de la que formaba parte desde el congreso fundacional de Pars en 1889. En todos estos aos el partido y la UGT afrontarn, asimismo, infinidad de conflictos obreros y campaas de agitacin y propaganda, entre ellas la desarrollada contra la guerra de Cuba. Todo ello enmarcado dentro de sus limitadas fuerzas y en la labor de propaganda y difusin de los textos marxistas, as como la actividad de organizar y agrupar a los trabajadores en torno a centros obreros que transformados en Casas del Pueblo desempearn un interesante papel en la vida cotidiana de las clases populares. Sin duda en estas consideraciones merece especial relevancia la actuacin del partido ante la lucha electoral. La cuestin se haba planteado implcitamente ya desde 1886 al aprobarse las bases a que debe ajustarse la redaccin de EL SOCIALISTA. La base cuarta estableca que EL SOCIALISTA deba: combatir a todos los partidos burgueses, y especialmente las doctrinas de los avanzados, si bien, haciendo constar que entre las formas de gobierno republicana y monrquica EL SOCIALISTA prefiere siempre la primera. Contra esta formulacin defendida por Iglesias, el Dr. Vera planteaba que no deba combatirse a los republicanos pues stos podan cooperar a una mayor democratizacin de las estructuras del pas. Las posiciones de Vera apuntaban hacia una colaboracin en lo poltico con los partidos avanzados, que, de realizarse, hubiera podido incidir en la modificacin progresiva de la estructura de poder canovista. No obstante, Iglesias y los dems votantes de la base 4 aprobada, pensaban que esta colaboracin no poda llevarse a cabo, pues las diferentes fracciones republicanas no haban manifestado, tras la cada de la repblica, gran inters en defender transformaciones sociales importantes sin lo cual la alianza se limitara a pura absorcin o supeditacin del PSOE a la poltica de dichos partidos. Estas posiciones se corroborarn en los Congresos del partido. De este modo las posiciones socialistas y republicanas, durante el resto del siglo estarn claramente enfrentadas. El partido afirmar drsticamente la imposibilidad de alianzas con ningn partido bur- gus, dado que las reformas, tanto polticas como sociales, en las condiciones de Espaa, slo las vean como posibles arrancndolas a la clase burguesa, fuese reaccionaria o progresista, por medio de un movimiento obrero fuerte. Con este planteamiento el PSOE consigui algunos concejales ya desde finales de siglo, marcando un gran paso la entrada de Iglesias, Garca Ormaechea y Largo Caballero en el Ayuntamiento de Madrid en 1905. Pero la situacin era diferente en cuanto a los diputados a Cortes. El partido aumentaba el nmero de votos, pero no consegua ningn diputado. Esta situacin, unida a la lenta implantacin de la UGT como estructura sindical, est en la base del cambio de la tctica electoral del partido. No obstante, este cambio se har fundamentalmente necesario cuando Maura, desde el Gobierno, embarque al pas en una nueva aventura colonial reprimiendo drsticamente el movimiento obrero y popular, tras la Semana Trgica de Barcelona. Se pona en juego otra vez, el cuadro de libertades democrticas mnimas. Ante esta situacin el PSOE culminar el proceso de replanteamiento de su tctica electoral. Por la defensa de las libertades democrticas amenazadas, se firmaba en 1909 la conjuncin republicano-socialista. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 90 Captulo 4 LA AGRUPACIN EN ELDA 93 L a organizacin y formacin de la Agrupacin Socialista en Elda, dio comienzo corriendo los aos 1912-13, a juzgar por los testimonios orales que hemos ido recuperando. Sus promotores ms primitivos fueron dos o tres familias inmigradas de Almansa (Albacete). Provinentes estas familias de la industria del calzado de all, concretamente de la fbrica de Los Colomas de Almansa. (Nombre sugestivo para Elda el de Coloma). Para describir con realidad estos personajes, y usando el costumbrismo imperante entonces, con el uso de los motes o sobrenombres, estas personas eran ms conocidas por sus apodos que por sus mismos nombres. Dos de ellas eran Los pelotas y Los rescoldos. El primero de ellos, de nombre Juan Antonio Martnez Cantos, alias El to Pelotas; el otro de apodo El Rescoldo se llamaba Jos Toms Ibez; y como primer presidente de la Agrupacin est Jos Herrero Garca. Estas familias, por conflictos laborales en dicha fbrica, tuvieron que emigrar, y por la similitud de los trabajos con Elda, aqu recalaron -parece que algunos de ellos antes de terminar el siglo XIX- ao 1894 o alrededores. Los Principios de la Agrupacin Socialista en Elda HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 94 Jos Toms El Rescoldo fij su residencia en Elda, por primera vez, detrs del Ayuntamiento, en la entonces calle del Astralazo. Se ayudaba en su supervivencia con su otra aptitud: la de Curandero, de utilidad por entonces, aunque an perdure en algunos casos. Con posterioridad, y con la calle en formacin, se traslad a una casa que se construy en la calle Dos de Mayo, frente a la tambin en formacin Plaza de la Prosperidad. Juan Antonio Martnez Cantos El to Pelotas parece que el primer sitio donde vivi fue en la calle -tambin en formacin- El Serfico, cercano a su paisano. Estos personajes son -por el momento- los ms antiguos propulsores de la organizacin de la Agrupacin Socialista en Elda. De hecho, el documento ms antiguo que acredita la primera sede de la Agrupacin Socialista es de 1917, y est domiciliada en la calle Dos de Mayo n 15, quiz en alguna casa contigua a donde viva El Rescoldo, pues no encontramos ni oral ni documentalmente otro ms antiguo. Tambin tenemos que tener en cuenta que, por estas fechas a las que hacemos referencia, tambin se produca un flujo de emigrantes procedentes de varios pueblos de alrededores, como Petrer, El Pinoso, Yecla, donde el socialismo y la UGT estaban bien consolidados. Todo este conjunto de factores fueron decisivos para que el socialismo se fuese consolidando cada vez ms entre los trabajadores eldenses, principalmente en la industria del calzado, sin dejar atrs, los albailes y agricultores. Jos Toms Ibez, El Rescoldo LA AGRUPACIN EN ELDA 95 LUGARES DONDE ESTUVO UBICADA LA SEDE SOCIALISTA POR TODA LA GEOGRAFA ELDENSE A TRAVS DEL TIEMPO Cabe recordar, que en la Casa del Pueblo, siempre estuvo domiciliada la Unin General de Trabajadores (UGT) con el Partido Socialista. Segn hemos comprobado con documentos fechados en 1917, respaldados por contactos y referencias orales, la primera sede de la Agrupacin Socialista de Elda, se inaugur en la calle Dos de Mayo n 15, ese mismo ao. Despus de esta primera sede, hay otra tambin referenciada en documentos, que por sus caractersticas y fechas, sera la segunda que se ubic en esta poblacin. Estaba situada en la entonces calle General Prim n 16, -actual Francisco Laliga-. Donde estaba en 1919. Despus, con el transcurrir de estos casi cien aos, pas por diferentes lugares, que en mis investigaciones, casi todas orales, se sacan unas conclusiones de localizacin, de las que no podemos Como Casa del Pueblo la Unin General de Trabajadores (UGT) siempre estuvo domiciliada con el partido socialista, en la calle Zorrilla. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 96 definir el tiempo de permanencia en cada sitio, pero s, en la mayora de los aos, en que se encontraba en cada uno de ellos. Aunque hay algunos que se hacen por deduccin de unos a otros, como vemos clasificados por sus cronologas seguidamente.Conocemos que estuvo, por muy poco tiempo, en la calle Pars, en casa de un compaero-militante llamado Jos Mart, El Cebollo. Esto sera por los aos 1920-1922. Luego, segn nos van refiriendo por el ao 1922, ya aparece trasladada a la calle, entonces, Jardines o Pablo Guarinos, en la confluencia de las dos, al lado de donde despus estuvo la Agencia Gmez, y actual calle Pedrito Rico (final). Algo ms tarde -pero muy prximo- en 1926-1928, la Agrupacin Socialista aparece ubicada en la calle Jess Sancho Tello n 2, -hoy calle Petrel- en la que estara poco tiempo. Este sitio tiene su ancdota, y es que en unos movimientos revolucionarios, los anar- quistas quisieron asaltarla, pistola en mano, cosa que no consiguieron. A partir de los alrededores de estos aos, ya aparece la Agrupacin Socialista en la calle de Coln. Aqu, en esta calle, estaba en los altos del Caf del Centro. Este Caf -uno de los ms prestigiosos de Elda-. Lo regentaba El to Cascarn que fue el primero que lo abri. Despus pas a Luis Blanes, que lo cedi posteriormente a su hijo llamado tambin Luis Bustamante. Como decimos, la Agrupacin estaba en el piso superior, que al mismo tiempo ocup la Banda de Msica. Por estas fechas, un militante destacado del partido, Enrique Crespo, vecino de D. Enrique Romn, entr en conversaciones con l, sobre un local que tena en la entonces calle Alta (hoy Amadeo Vives), y acordaron que la Agrupacin Socialista compraba el local, por lo que contrataron el pago aplazado en partes. As comenzaron los pagos, y la Agrupacin Socialista se traslad al nuevo local, ms amplio. Era por los aos 1930-1931. En este local, en la calle Alta, estuvo varios aos, pues en 1936 y despus de comenzada la guerra an estaban all. En plena guerra se trasladaron a la calle San Jos por tener, el nuevo local, mejores condiciones. El terreno, segn nuestras referencias, se compr LA AGRUPACIN EN ELDA 97 por el precio de siete mil pesetas. El local se fue amortizando por mensualidades. Algunos meses antes de terminar la guerra falleci Enrique Romn (padre) y su viuda no quiso seguir cobrando las mensualidades por temor a que no valiese el dinero, pues la guerra estaba terminando. Este fue el motivo de que se quedasen las ltimas dos o tres mensualidades sin pagar.En plena guerra la Agrupacin Socialista promovi y cre una Cooperativa de Consumo, motivo por el que la Agrupacin traslad su sede a la calle San Jos, a los altos del saln Mundial, que fue fbrica de Jos Maestre Gras El anillao, y all estaba la administracin de la Cooperativa, que sta haba quedado en el local de la calle Alta. La sede de las Juventudes Socialistas, estaban en la calle Nueva n 41, en los locales que ocupaba el fotgrafo Berenguer. E L CUERPO HUMANO DE MILITANTES QUE FORMARON LA AGRUPACIN DE ELDA Los militantes que formaron la Agrupacin Socialista de Elda, desde su fundacin, nos obliga a hacer constar que conocemos de estos escasos nmeros, o quizs los ms destacados, pues el principal ncleo de la militancia no ha llegado hasta nosotros, y slo referencias de algunos de ellos. Pero ello no debe ser bice para que no los describamos, aunque lo esencial fuese que pudiramos contar con todos ellos, que ineludiblemente contar con los mismos derechos a estar presentes, cosa de todo punto imposible, por las razones obvias que apuntamos ms abajo. En cuanto a referenciar los miembros de formacin del partido en Elda desde el principio, lo que conocemos es por referencias verbales, puesto que todas las documentaciones fueron destruidas, a la terminacin de la guerra, por temas con bastante fundamento, de las represalias polticas del franquismo, que an con todo, se ensa bastante con los polticos de izquierdas, y todas las referencias fueron destruidas. Para describir los primeros tiempos de formacin de la Agrupacin Socialista de Elda, hay algn documento viejo, y todo lo dems son recuerdos y algunas ancdotas, que han ido pasando de HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 98 unos a otros. Militantes que fueron engrosando las Agrupaciones en las diferentes etapas, desde su formacin y su desarrollo posterior, divididas en dos fases dentro de la pennsula. La primera, desde su fundacin hasta la terminacin de la guerra -la ms prolongada-, y la segunda, solamente despus del franquismo, con la llegada de la DEMOCRACIA, slo hasta el primer ao de su continuidad, pues el resto ya es conocido por todos. L A AGRUPACIN SOCIALISTA DE ELDA CON NOMBRES Y APELLIDOS Para la descripcin de este captulo, tenemos que tener en cuenta que van a quedar fuera de esta relacin algunos que no han sido identificados, por las razones que expusimos, de la prdida de documentacin y la fragilidad memorstica. Este conjunto de personas-militantes, que engrosaron la Agrupacin Socialista de Elda, con anterioridad a la guerra del 36, tene- mos que separarlas en dos fases o grupos. El primero de ellos lo conformaron los que estaban desde principios de siglo hasta el ao 1930. El segundo grupo est compuesto, por los que se fueron incorporando desde dicho ao hasta la guerra, aunque algunos por su edad, vinieran desde algo antes, e ineludiblemente tenemos que sacar las conclusiones de que al primero de ellos pertenecen los que realmente formaron la primera Agrupacin, a los cuales catalogaremos como los pioneros o promotores del socialismo en ELDA. Influenciados por varios factores, como son el auge de expansin del Socialismo, irradiando desde Madrid, con la fundacin del Partido por Pablo Iglesias y sus coadlteres, y ellos a su vez, con la saturacin de la Lucha de Clases, por los tericos, liberalismo, revolucin en Francia, Inglaterra, etc., como vemos en las circunstancias favorables del despertar del Proletariado Europeo. El segundo grupo, fueron continuadores de aquellos. Todos con el mismo entusiasmo de perpetuar el Partido Socialista, y por las circunstancias de la guerra, los ms sacrificados de todos. Son a los que ms hay que reconocer, por su tesn en el mantenimiento de los ideales, sirviendo de enlace con los tiempos modernos, de LA AGRUPACIN EN ELDA 99 los que en la actualidad nos beneficiamos, a costa de su sacrifico. Pues muchos, tanto en los frentes de batalla, como en las represalias franquistas, pagaron su ideologa con la vida, con encarcelamientos, relegados como proscritos, pero con su sangre regada de filosofa socialista dando frutos hasta nuestros das, lo que siempre tendremos que valorar y tener presente. M ILITANTES QUE FORMARON EL PARTIDO EN LOS PRIMEROS TIEMPOS Jos Herrero Garca, primer Presidente de la Agrupacin Socialista de Elda. Juan A. Martnez Cantos, primer Secretario de la Agrupacin Socialista. Jos Toms Ibez, Luis Arrez Martnez, Adelardo Dur Benito, Antonio Arrez Martnez, Francisco Maestre Aravid, Antonio Escribano Belmonte, Antonio Sez Gabaldn, Pascual Snchez Martnez, Jos Mart, Miguel Martnez Nieto, Guillermo Busquier, Pedro Deltell. Manuel Melndez segundo Presidente de la Agrupacin Socialista. (En este grupo faltan algunos no identificados). M ILITANTES DE LOS AOS 30 A LA TERMINACIN DE LA GUERRA Basiliso Miralles Botella, Dolores Miralles Esteve, Jos Herrero Garca, Juan A. Martnez Cantos, Jos Toms Ibez, Luis Arrez Martnez, Antonio Arrez Martnez, Francisco Maestre Aravid, Segismundo Falc Pic, Manuel Toms Cataln, Emilio Toms Cataln, Antonio Escribano Belmonte, Antonio Sez Gabaldn, Emilio Romero, Rafael Cantos, Pascual Snchez Martnez, Jos Mart, Manuel Melndez, Sacramento Martnez, Juan Huesca Miralles, Antonio Lpez Toms, Francisco Lpez, Emilio Moya, Enrique Crespo Snchez, Jos Mateo, Pedro Valera Rico, Marciano A. Salgado y Snchez Barbudo, Jos Ruano Lpez, Martn Llopis Taltabull, Luis Requena Ortiz, Ricardo Domnguez Yez, Pedro Rico Pujalte, Francisco Cuenca Lpez, Antonio Amat Rico, Salvador Prez Parra, Jos Muoz Ortuo, Jos Aguado, Jos Caizares Domnech, Luis Nieto Garca, Jernimo Gomariz Latorre, Adelardo Dur Calpena. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 100 En julio de 1936, era Secretario General de la Agrupacin Socialista de Elda el miembro del partido Jos Ruano Lpez. C OMIENZA LA GUERRA DE 1936 AYUNTAMIENTO DE ELDA - Sesin Extraordinaria de 26 de agosto de 1936. En el margen de los concurrentes a esta Sesin, dice: CAMARADAS.- Manuel Bellot Orgils, Enrique Crespo Gil, Antonio Peralta Aranda, Jos Castell Viedo, Ernesto Civera Lpez, Francisco Moreno Gras, Pascual Snchez Martnez, Jos Herrero Garca, Salvador Prez Parra, Silvestre Monz Graci, Antonio Martnez Moya, Salvador Carpio Esteve, Gaspar Poveda Brotons, Pedro Snchez Martnez, scar Snchez Gil, Jos Herrero Amors y Vicente Aguado Gras. Reunidos los concurrentes, el objeto de formar la Corporacin a las 6 de la tarde. Corporacin que sustituye a la actual, cuyas dimisio- Miembros de la Juventud Socialista de Elda, colaboradores de Rebelin. Ao 1932 De pie, de izquierda a derecha: Miguel Martnez Nieto, Antonio Escribano Belmonte, Enrique Crespo Gil, Pascual Snchez y Antonio Sez Gabaldn. Agachados, de izquierda a derecha: Guillermo Busquier, Pedro Valera Rico, Pedro Deltell y Manuel Toms Cataln. 1932. LA AGRUPACIN EN ELDA 101 nes han sido aceptadas por la autoridad Gubernativa. Declarada abierta la sesin, se ley el oficio del Gobernador Civil nombrando Concejales interinos a (Margen que se cita). Se elige Presidente del Consejo Municipal, que recae en Manuel Bellot Orgils. (Manuel Bellot Orgils queda en la historia de ELDA como el primer Alcalde del periodo de la guerra de 1936. El ltimo de este periodo fue Vicente Gil Navarro). En uno de los puntos del primer orden del da, toma la palabra Pedro Snchez Martnez y dice que ya que todos los cargos municipales, vienen de obreros que han dejado el trabajo, deben de cobrar del Ayuntamiento. Pero que no percibirn ms retribucin, que lo que reciban los trabajadores de las fbricas en la actualidad. Se acord por unanimidad. Se acuerda que no habr duplicidad de cargos retribuidos. El da 5 de Marzo de 1937, hay nueva estructuracin de Consejo Municipal: HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 102 sale elegido Alcalde Manuel Bellot Orgils. Como Consejeros: Jos Ruano Lpez, Juan Verd Verd, Basiliso Miralles Botella, ngel Maestre Martnez, Pascual Orgils Gonzlez, Jos Prez Silvestre, Miguel Carpio Snchez, Antonio Rico Jernimo, Jos Romero Pay, Luis Falc Pic, Pedro Esteban Sirera, Jos Herrero Garca, Victoriano Molina Torrado y Joaqun Vera Arenas. - Sesiones extraordinarias del Ayuntamiento. 6 de junio de 1938.- en esta sesin presenta la dimisin el alcalde Manuel Bellot Orgils. El Consejo, polticamente, est formado por: Confederacin Nacional del Trabajo CNT, Izquierda Republicana, Partido Socialista, Unin Republicana Nacional, Partido Sindicalista. En esta sesin queda de alcalde accidental, el socialista Jos Ruano Lpez. Sesin de 9 de junio de 1938.- Se nombran nuevo alcalde y consejeros, que recaen en: Alcalde Manuel Vera Rico; Consejeros: Jos Ruano Lpez, Manuel Romero Bernab, ngel Maestre Martnez, Pascual Orgils Gonzlez, Gins Valds Snchez, Luis Falc Pic, Amador Miln Lpez, Antonio Parra Garca, Diego iguez Martnez, Pedro Sirvent Verd, (Diego iguez Martnez, viene en sustitucin de Macario Carbonell, por la Federacin Anarquista Ibrica, y se le nombra como Delegado Local de la Subsecretara de Propaganda). En acta del Consejo Municipal de 30 de enero de 1939.- Se lee un oficio del Comit Comarcal del Partido Comunista, de 30 de enero, por el que se designa a Remedios Vidal Cerd, para ocupar la vacante del Consejo Municipal, que por incorporacin a filas, deja Jos Bueno Caldern. (Por tal circunstancia, esta militante comunista pasa a ser la primera mujer concejal del Ayuntamiento de ELDA) - Sesin de 20 de febrero de 1939. - VIENE EL GOBIERNO. La presidencia comunica que el 25 del corriente, se present una Comisin del Gobierno, que le LA AGRUPACIN EN ELDA 103 orden que fuera desalojado el edificio de las Escuelas Castelar para instalar all las dependencias de la Subsecretara del Ejrcito de Tierra. Tambin se dan plazos para desalojar algunas viviendas para instalar personal de dependencias ministeriales. El consejero iguez se lamenta de tal decisin.El Ayuntamiento de Elda, el 13 de marzo de 1939, est formado por: Alcalde, Manuel Alberola Castell; Consejeros: Jos Ruano Lpez, ngel Maestre Martnez, Antonio Parra Garca, Jos M Soler Vicedo, Natalia Tendero Gil, Diego iguez Martnez, Jos Aracil Garrigs, Pedro Sirvent Verd. Se notifica un telegrama del Gobernador Civil que dice: Constituido el Consejo de Defensa Nacional, presidido por el General Miaja. Se le debe obediencia por todos los organismos del Estado. Trasldelo a todos ellos. Este libro termina con el acta de 13 de marzo, pero inexplicablemente este acta est sin terminar, y por tanto sin firmar por nadie, y quedan 30 hojas de este libro en blanco FIN DEL CONSEJO REPUBLICANO. M ILITANTES QUE ENGROSABAN LA AGRUPACIN SOCIALISTA DURANTE LA GUERRA DE 1936 Enrique Crespo Snchez, Adelardo Dur Calpena, Antonio Lpez Toms, Francisco Cuenca Lpez, Antonio Ibez, Francisco Maestre Aravid, Antonio Amat Ruiz, Pedro Rico Pujalte, Marciano Andrs Salgado y Snchez Barbudo, Jos Gonzlez Rico, Juan Huesca Miralles, Ricardo Domnguez Yez, Jos Serrano, Vctor Ortega Ruiz, Emilio Romero, Manuel Toms Cataln, Emilio Toms Cataln, Andrs Yoret, Francisco Verd, Juan Guilln Hernndez, Emilio Moya, Francisco Pay, Jos Soriano Rovira, Jos Prez Samper, Miguel Martnez Nieto, Milagros Maestre Esteve, Alfonso Garca, Francisco Falc, Antonio Sez, Juan Aracid, Salvador Falc, Miguel Villalta, Sacramento Cantos, Arqumedes Cant, Rafael Cant, Guillermo Busquier, Juan Fito Martnez, Norberto Poveda Brotons, Adrin Prez Albert, Jos Aguado Puche. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 104 Con la finalidad de aportar en esta historia del Socialismo en ELDA, mayor nmero de documentos existentes, para darle el mximo de conocimiento y a la vez el mayor realismo a su existencia, insertamos un artculo titulado El Socialismo en ELDA, publicado en la revista EL CRONISTA del ao 1934, que de hecho da ms luz a las actuaciones del socialismo en EL SOCIALISMO EN ELDA. (Slo es inters nuestro, en este breve conglomerado de notas, ofrecer al lector una informacin del movimiento obrero que controla la U.G.T. y el Partido Socialista en ELDA.) Es indudable que el proletariado adscrito a estas centrales obreras es cada vez ms numeroso. La potencia, tanto social como poltica, que ha adquirido en nuestro pueblo, denota bien claramente la marcha ascendente de los organismos domiciliados en la Casa del Pueblo. Ya en las pasadas elecciones del 19 de noviembre y 3 de diciembre se evidenci esta fuerza por el nmero de votos que obtuvo la candidatura socialista, notoriamente superior a ninguna otra. El peso y la direccin de la lucha poltica, como ya se ha dicho repetidas veces, incumbe solamente a la Agrupacin y Juventudes Socialistas. Las organizaciones de la U.G.T., estn al margen de esta actuacin, si bien han venido presentando al Partido Socialista su apoyo en cuantas campaas ha venido realizando en pro de sus postulados. A la agrupacin corresponde la direccin de la poltica local, en el aspecto administrativo preferentemente. A la Juventud la labor de la agitacin y propaganda socialista, sin desentender ambas entidades, por supuesto, aquellas orientaciones de todos los matices que sus organismos nacionales les sugieren. Actualmente de la poltica no les interesa nada ms que la posicin del Partido Socialista y de su Presidente Largo Caballero, con el que estn completamente identificados. Los caracteres de la lucha social tambin tienen grandes rasgos. Las nueve organizaciones proletarias desarrollan una continua actividad en beneficio de sus afiliados. Cada cual, dentro de su campo, desenvuelven sus problemas con gran capacitacin e indudable acierto. Pero, sin duda, la labor social ms amplia corresponde a la Federacin Obrera de la Industria del Calzado y Sociedad de Albailes. LA AGRUPACIN EN ELDA 105 El secretario de la F.O.I.C., Pascual Snchez, nos informa brevemente de la actuacin de esta seccin. Durante el ao que transcurre las intervenciones de la Federacin han sido numerosas. El reaccionario cambio de la poltica nacional ha llevado hasta las fbricas y talleres su eco y aquellas mnimas conquistas que se haban llegado a obtener mediante la legislacin de las Constituyentes van siendo aplastadas por los patronos. La reforma del Contrato de Trabajo es un ataque visible a los obreros zapateros. Unido a esto, a los constantes despidos, y en particular, la insuficiente remuneracin al trabajo de las aparadoras, ha hecho que la Federacin haya desplegado una actividad incansable en provecho de sus asociados y de infinidad de trabajadores al margen de la entidad. La Sociedad de Albailes tiene las mismas caractersticas societarias que la anterior. Trabajo activo, incansable, provechoso. Al frente actan unos obreros de los que su veterana en las filas de la U.G.T. es la mayor demostracin de su amor al movimiento societario. Tiene establecida una Caja de Seguro contra el paro forzoso de sus afiliados. Esta obra, por sus gigantescas proporciones, merecera ser tratada en un aparte. Merced a esta Caja contra el paro se ha aminorado casi totalmente la enorme crisis de trabajo que haba en el ramo. Para ello construyen unas viviendas llenas de buen gusto y comodidades que son rifadas entre el pueblo. Llevan ya construidas siete casas, habiendo desembolsado, aproximadamente, un capital de 54.000 pesetas. Esta loable labor, por su elevacin ciudadana, debe merecer el aplauso de todos. Las dems entidades tambin tienen brillantes actuaciones en su cuenta. La de Empleados de Espectculos Pblicos, Sociedad de Agricultores, Seccin de Enfermeros, todas, en fin, nos podran informar de numerosos casos de su competencia. El espacio del que disponemos no nos lo permite. El nmero de sociedades y afilados es el siguiente: Agrupacin Socialista, 94; Juventud Socialista, 110; Sociedad de Albailes, 250; F.O.I. del Calzado, 420; Espectculos Pblicos, 50; Ramo de la Madera, 37; Empleados de Oficina, 48; Sociedad de Peluqueros, HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 106 15; Enfermeros de ambos sexos, 42; Sociedad de Agricultores, 78; Sociedad de Chferes, 29; total, 1.174.Adems de estas organizaciones existe la Federacin Provincial de Juventudes Socialistas, cuya Comisin Ejecutiva reside en Elda, orientando, pues, desde aqu, la actuacin de las Juventudes Socialistas de toda la provincia. La Juventud Socialista cuenta adems con un Grupo Excursionista, un Cuadro Artstico y, acaba de constituir, un Grupo de Orientacin Sindical: GREFFIER. (Complementando este trabajo, hay una fotografa central que representa una de las viviendas que construa la Sociedad de Albailes, que corresponde exactamente con una vivienda de la calle Zorrilla, de las que estn en paralelo a la parte de arriba del colegio pblico Escuelas Nuevas que tienen un valo central-superior, donde en su momento estuvo esculpido el anagrama de U.G.T. y las dos manos cruzadas, que con el franquismo las hicieron desaparecer). LA AGRUPACIN EN ELDA 107 EXPEDIENTE con varios documentos, que se describen como sigue: Cubierta del expediente ALCALDA DE ELDA. Ao 1917. Orden pblico. Expediente instruido con motivo de la clausura del domicilio social de la entidad Grupo Socialista. Cumpliendo rdenes de la Superioridad. D OCUMENTOS QUE HACEN REFERENCIA Y DAN FE DE AUTENCIDAD Y LOCALIZACION DE LA AGRUPACION SOCIALISTA DE ELDA EN SUS RESPECTIVAS CRONOLOGAS HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 108 Circular Suspendidas las garantas constitucionales en toda Espaa por R.D. de 28 del actual, he acordado por providencia de esta fecha, clausurar las Sociedades Anarquistas, Sindicalistas y Socialistas que existen en esta provincia. En su virtud srvase, cumplimentando mi providencia, clausurar las Sociedades Anarquistas, Sindicalistas y Socialistas que existen en esta localidad, levantando la correspondiente acta, que remitir a este Gobierno. En el caso de que por alguno o algunos de los individuos de las Juntas Directivas de dichas Sociedades se desacatara el mandato, se opusiera resistencia a la orden de clausura deber procederse a sellar los locales custodindolos en debida forma para evitar todo intento de violacin en las seales. Dios guarde a V. muchos aos. Alicante 29 de marzo de 1917. LA AGRUPACIN EN ELDA 109 OFICIO. Providencia: nase al frente el oficio del Sr. Gobernador Civil de la Provincia, n 644 de fecha 29 de los corrientes ordenando la clausura de las sociedades Anarquistas, Sindicalistas y Socialistas de esta localidad; y en cumplimiento de dicha superior orden, procdase a la clausura de la Sociedad Grupo Socialista domiciliada en la calle Dos de Mayo de esa poblacin; nica de las enumeradas en el referido oficio que existen en esta ciudad; y una vez as verificado dese cuenta al Sr. Gobernador remitindole copia de la oportuna acta. Lo manda y firma D. Jos Joaqun Gonzlez Pay Alcalde Constitucional de Elda a 30 de marzo de 1917. (El secretario Antonino Vera). HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 110 Acta de clausura. En la ciudad de ELDA a 30 de marzo de 1917: El Sr. Alcalde-Presidente D. Jos Joaqun Gonzlez Pay, acompaado del Alguacil portero del Ayuntamiento Jos Ferrer Ventura, del Inspector de Polica D. Juan Gonzlez Guill y asistido del Secretario autorizante, se constituy en la casa n 15 de la calle Dos de Mayo de esta poblacin, piso principal, donde tiene su domicilio la Sociedad Agrupacin Socialista, y encontrando en dicho domicilio al Presidente y Secretario de la misma D. Jos Herrero Garca y D. Juan Antonio Martnez Cantos, respectivamente, ambos mayores de edad y de esta vecindad, a quienes se les explic el objeto de la visita, sin que protestaran ni alegaran nada en contra de tal resolucin. Acto contino el Sr. Alcalde y dems circunstantes recorrieron las dependencias de dicho domicilio social y no hallando en ella nada digno de mencin ni ninguna otra persona que pudiera quedar oculta, cerr las puertas de entrada con la llave de las mismas, notificando a los referidos presidente y secretario que quedaba clausurado el domicilio social hasta segunda orden de la autoridad, prestando conformidad los mismos a tal resolucin; con todo lo cual se dio por terminada la diligencia que firman con el Sr. Alcalde todos los asistentes a ella de que yo el secretario certifico. (Estn las firmas de todos a los que se hace referencia, junto a la del secretario Antonino Vera). LA AGRUPACIN EN ELDA 111 Hay un oficio con el sello del Juzgado Municipal de Elda, escrito a mano, dirigido al Alcalde de Elda que dice as: Tengo el honor de participarle que he recibido la atenta comunicacin de esa alcalda, fecha actual, a la que se acompaa para su depsito en este Juzgado, la llave del domicilio social de la entidad Grupo Socialista clausurado en virtud de Orden Gubernativa Superior. D g a v m a. Elda, 10 de Abril de 1917. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 112 Providencia. Depostese en el Juzgado Municipal de esta ciudad la llave del domicilio de la sociedad Grupo Socialista clausurado, a que se refiere la precedente acta. Lo manda y firma el Sr. Alcalde, en Elda a tres de abril de 1917. Diligencia. Se ha cumplido lo ordenado en la anterior providencia. Dejando unido a este expediente-oficio del Sr. Juez. Acreditativo de ello. Certifico ELDA a 12 de abril de 1917. LA AGRUPACIN EN ELDA 113 Hay un telegrama dirigido a Elda que dice explcitamente: Gobernador, Gaceta maana publica real decreto levantando suspensin garantas en su virtud queda levantada clausura sociedades proceda notificarlo a los que en su trmino estn clausuradas. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 114 Providencia Recibido telegrama del Sr. Gobernador Civil de la Provincia participando la publicacin del Real Decreto, restableciendo las garantas constitucionales, y levantando la clausura de las Sociedades obreras, note y unan dicho telegrama a este expediente y notifiquen el levantamiento de la clausura de la Sociedad Grupo Socialista al presidente y secretario de la misma, ordenndose al Juzgado Municipal la entrega de la llave a los interesados. Lo manda y firma D Jos Joaqun Gonzlez Pay, Alcalde Constitucional de ELDA a 23 de abril de 1917. (Copia no disponible) Notificacin Seguidamente, yo el infrascrito secretario, notifiqu y entreg, por lectura y copia de la precedente providencia y telegrama del Sr. Gobernador a que la misma se refiere, a D. Jos Herrero Garca, presidente de la sociedad Grupo socialista, hacindole entrega a la vez de la llave con que fue clausurado el domicilio de dicha sociedad, en el cual no existan efectos de ninguna clase y por tanto, manifiesta dicho presidente no tener que hacer reclamacin alguna sobre este asunto. Firma en prueba de ello, de que yo el secretario certifico. (Estn las firmas del Alcalde, Jos Herrero y Secretario municipal) (Copia no disponible) LA AGRUPACIN EN ELDA 115 Otro documento - pero ste de 1919. Diligencia de clausura En la ciudad de ELDA a 24 de marzo de 1919. El Sr. Alcalde de la misma D. Francisco Alonso Rico asistido del Inspector Municipal de Segu- ridad D. Juan Jos Gonzlez Guill y del infrascrito Secretario; cumpliendo lo ordenado por el Ilmo. Sr. Gobernador Civil de la Provincia, se ha constituido en la casa n 16 de esta ciudad, calle Prim, donde tiene su domicilio la Agrupacin Socialista de Elda, y encontrando en ella a su presidente D. Manuel Melndez, se le notific el objeto de la visita requirindole para que desalojara el local o compartimentos donde tiene su domicilio actual la Agrupacin Socialista que preside cuyo requerimiento atendi seguidamente, resultando ser una habitacin situada en la planta baja con luces al patio descubierto, en cuyo local se encuentra un armario de madera donde se guarda la documentacin, una mesa escritorio y distintos cuadros alegricos a la idea que encarna dicha entidad. Seguidamente se procedi a su clausura, asegurando la ventana que da al patio con clavos, puesto que careca de cerrojo, y HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 116 cerrando con un candado la puerta de entrada, colocando en ambos un precinto de papel con la inscripcin Clausurado por la autoridad, 25 de marzo de 1919. Recogiendo la llave el Sr. Alcalde una de la puerta y otra del cajn de la mesa donde se guardan el sello o cuo de la Sociedad. Con lo cual se dio por terminada la diligencia que firman los Sres. asistentes, de que yo el secretario certifico. (Estn las firmas de los referentes) Tambin como documentos, tenemos que hacer referencia en este captulo al artculo publicado en la revista El Cronista de 1934, titulado El Socialismo en Elda, del cual damos completa informacin en otro lugar del presente libro, por lo que aqu slo queda como testimonio documental. Como documento tenemos copia de una carta, enviada por el Partido Socialista al Consejo Municipal de Elda, fechada en 1 de enero de 1937, que dice literalmente: Camarada Presidente del Consejo Municipal. El que suscribe, vicepresidente de la Casa del Pueblo de Elda, tiene el honor de poner en tu conocimiento que las organizaciones sindicales y polticas que tienen su domicilio en la misma, han acordado la edicin de un semanario, que aparecer una vez a la semana, en el da del sbado, habiendo designado para dirigirlo a Pascual Snchez Martnez, actuando de redactorjefe Francisco Rico e imprimindose en la imprenta de Viuda de Vidal, de la localidad. Lo que tengo el honor de poner en tu conocimiento para efectos consiguientes. (Lo firma Jos Aguado) (El sello reza: Consejo de Administracin-Comisin Ejecutiva. ELDA. Casa del Pueblo). (El membrete de la carta est impreso as: Casa del Pueblo. Consejo de Administracin. UGT - PSO, lo que demuestra que no era imprescindible o no estaba todava la E de Espaol). LA AGRUPACIN EN ELDA 117 Hay otro documento, que es una carta dirigida al Consejo Municipal de ELDA de las Juventudes Socialistas Unificadas, fechado el 20 de julio de 1937. El membrete de la carta es como sigue: Una estrella de 5 puntas, en su interior J.S., y en su base UNIFICADAS). Tiene un sello que reza: JUVENTUD SOCIALISTA UNIFICADA -ELDA-, en el centro, la estrella antes mencionada. (No tiene firma). HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 118 LA AGRUPACIN EN ELDA 119 T estimonios de dos nietos de uno de los organizadores del Partido Socialista en Elda, como fue Jos Toms Ibez El Rescoldo. El primero procede de Jos Toms Marn, tambin apodado El Rescoldo, ste, militante del PSOE. Me contaba que su abuelo le contaba que l fue uno de los fundadores del Partido Socialista en Elda, cuando vinieron a principios del siglo XX procedentes de Almansa. Emigraron a Elda como consecuencia de disturbios laborales, en las fbricas zapateras de los Colomas. El segundo testimonio, y que tambin sirve como documento acreditativo, y con ms propiedad, es de su otro nieto -algo mayor que el primero, Antonio Lpez Toms, tambin Rescoldo, militante socialista desde su juventud. Esta aseveracin queda reflejada en uno de sus artculos, que escribi en el peridico El Socialista y que, como documento fidedigno, transcribo seguidamente: TTULO. Las ventajas de las zonas verdes.- Es una ventaja vivir cerca de zonas verdes. Y, mira por dnde, sto es lo que a mi me sucede. No porque lo haya buscado, sino que ha sido la casualidad la que me ha brindado este privilegio, cosa que yo deseara para Testimonios HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 120 todos por igual, para despegarnos de tanta atmsfera nociva que es tan perjudicial para la salud.Por estos jardines paseo muchas veces, porque ya pertenezco a la tercera edad, y los doctores aconsejan, y me parece muy bien, que debemos andar para que circule bien la sangre y nos mantengamos en forma, y sto es lo que yo hago. Das pasados, paseando, ajeno a todo, porque en estos sitios se invita a la reflexin, acudieron a mi memoria muchos recuerdos del pasado, y el motivo de ello fue el contemplar unos hermosos rosales rojos que me recordaron cierto matiz poltico, por lo cual me caus tristeza, a pesar de su perfume y exuberancia. Claro que la culpa de esto la tengo yo y que soy el culpable por llevar dentro de mi ese veneno que nadie nos podr quitar hasta la muerte y que tantos sinsabores nos causa. Tambin recuerdo mis aos de chiquillo, cuando mi abuelo me contaba que se haba venido a vivir a la ciudad en que hoy vivo porque, siendo socialista y despus de una huelga, fue despedido y tuvo que emigrar. Tambin me deca que cuando lleg aqu no haba Partido Socialista ni Unin General de Trabajadores, y que con un compaero, que se encontraba en su misma situacin, plantaron la bandera del partido de Pablo Iglesias. Pero, claro, de sto hace casi un siglo. Este siglo del Partido Socialista Obrero Espaol, del yunque, el libro y la pluma. Recuerdo tambin la cantidad de compaeros que desfilaban por su casa siempre acompaados de un vecino que viva enfrente y que en la guerra civil fue gobernador. Tampoco se me ha olvidado cuando muri Don Jos Bans en Ibi. Entonces tenamos la Federacin de Juventudes aqu, en mi pueblo, y todos los aos acudamos los jvenes de la provincia a rendirle un homenaje al compaero desaparecido. All conoc al doctor D. Julin Mendina Beyta, a D. Rodolfo Llopis, a compaeros de Elche, la capitalidad del socialismo, como muy bien dice el compaero Signes, de Villena, de Torrrevieja, de Sax, Alicante, en fin, de toda la provincia; posteriormente, coincid con su hijo en alguna reuniones, pues tenamos casi la misma edad. LA AGRUPACIN EN ELDA 121 Hoy, a pesar de los aos transcurridos, me causa mucha alegra cuando por los medios de comunicacin aparecen algunos nombres de compaeros que conoca y s que todava viven. Tambin recuerdo cuando nos visit D. Niceto Alcal Zamora, en el ao 1932, y se puso la primera piedra para una plaza que lleva el nombre de D. Emilio Castelar; porque D. Emilio pas parte de su infancia aqu, en mi pueblo. Tambin recuerdo, y sto no se puede olvidar, la inauguracin de las Escuelas Nacionales de 1934, siendo Director General de Primera Enseanza el compaero Rodolfo Llopis, y que para los actos florales vinieron D. Miguel de Unamuno y Fernando Valera. Como digo, es una ventaja vivir cerca de zonas verdes, porque invita a la reflexin sosegada, y parece que se vive en un aparte de este momento confuso, enrarecido, de apetencias sin lmites, con slo objetivos particulares que perjudican al bien hacer de la socie- dad que nos ha tocado vivir. Tambin recuerdo aquellas bibliotecas con que contaban nuestras organizaciones, cuando entonces, y a pesar de una vida inferior, nos preocupaba aprender y formarnos. Esto hoy ha desaparecido. Y no digamos de aquellas agrupaciones teatrales a que, una vez terminada la jornada de trabajo, acudan sus miembros a los ensayos. Quiz aquellos fueran unos tiempos en que estbamos influenciados por el drama de Lope, de todos a una, como en Fueteovejuna, y tena validez: Proletarios de todos los pases, unos. Vale la pena pasear por zonas verdes, porque aparte de reflexionar, coincides con viejos compaeros, y charlamos, recordamos, y se sacan consecuencias muy jugosas. Unas veces me preguntan cunto cobro de vejez; yo tambin les hago la misma pregunta; otros dicen que no hay derecho que haya quien cobre dos o tres pagas, mientras otros reciben una miseria y no pueden vivir. Los ms, son los que hablan de poltica y dicen que estn desengaados, porque despus de cuarenta aos de dictadura, las clases polticas que los representan les han engaado, y no quieren saber nada de ellos. En esto les doy la razn, pero cuando dicen que en las prximas elecciones no van a votar, les digo que eso no lo hagan, porque HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 122 interesa mantener, por encima de todo, las pequeas parcelas conseguidas de lo que se llama democracia, y hacer lo contrario sera privarnos, por lo menos, de la libertad conseguida. En esto me dan la razn, porque comprenden que de no hacerlo sera perder la esperanza de un prximo futuro que pudiera presentarse, y que sin libertad sera muy difcil de conseguir. No dejar de acudir a mi zona verde para encontrarme con viejos amigos y compaeros que han abandonado sus partidos, por no hacerse cmplices de unas clases polticas que no representan los ideales que ellos siempre han profesado y en los que han perdido su fe y confianza. LA AGRUPACIN EN ELDA 123 E spaa viva el final del siglo pasado en medio de una crisis total de valores. Todava no se haba iniciado la decadencia total de la institucin monrquica. Martnez Campos haba restaurado la Monarqua Borbnica. El liberalismo espaol se alimentaba romnticamente del espritu francs del XVII. Incluso remontndose a las fuentes volterianas de Rouseau, nuestros liberales de fin de siglo -excepcin de Costa- tenan un matiz incoloro poco comn con la dialctica revolucionaria del 1789 francs. En lo poltico y en lo social todo se resuma en el racionalismo tpicamente burgus. Las clases ms avanzadas de la Espaa de aquel entonces estaban sumidas en las abstracciones metafsicas de muchos enciclopedistas franceses. Tal era el panorama histrico cuando naci nuestro Partido. Frente al racionalismo burgus surgi la dialctica materialista del socialismo. Dos concepciones distintas de la Historia y de su porvenir. El racionalismo pretenda cambiar la situacin imperante mediante la razn y la evolucin gradual de las instituciones capitalistas. El materialismo dialctico, basndose en las contradicciones internas del sistema capitalista, aspiraba a transformar la sociedad Sigamos la Tradicin del Partido por Antonio Escribano Belmonte HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 124 mediante la supresin de las clases por una sola clase: la trabajadora. Tales eran las concepciones que influan entre los elementos liberales y los recientes principios internacionalistas de un grupo de obreros espaoles.Fue principalmente Pablo Lafargue -en sus meses de destierro en Espaa- quien trajo al entonces Paulino Iglesias, Mora, Inocente Calleja, Mesa, Quejido y otros varios, la preocupacin por el marxismo. El yerno de Carlos Marx, llev a nuestros hombres una definicin precisa del socialismo. Despus hubo otros interna- cionalistas, entre ellos Julio Guesde, con su activa correspondencia con los incipientes socialistas espaoles. En la historia del Partido, Pablo Lafargue tiene derecho a ocupar un puesto de honor junto a los hombres que lo fundaron. El Partido Socialista Obrero Espaol, comenz a dar seales de vida en 1879. Juan Jos Morato nos lo refiere con todo detalle. Los ideales socialistas eran mantenidos clandestinamente a costa de grandes sacrificios. En 1888 se celebra en Barcelona un Congreso. Era el primer Congreso de los socialistas. El grupo de hericos camaradas haba hecho fructificar la semilla de nuestros ideales entre los tipgrafos, albailes y obreros textiles, esencialmente. De este Congreso sali nuestro Partido. Hace ahora cincuenta aos. Medio siglo de lucha proletaria! Medio siglo de Historia de Espaa!... Nuestro Partido naci con una personalidad ideolgica perfectamente definida. En todo momento ha sabido mantenerla. La clase obrera de otros pases han sentido sobre ellas las preocupacio- nes filosficas de los utpicos del Socialismo. Francia, Inglaterra y Alemania dedicaron un gran espacio de tiempo en interpretar las teoras de Moro, Robert Owen, Prohudon, Fourier y otros utpicos. Quiz los socialistas espaoles no dedicaron preferentemente su atencin a los clsicos por cuestiones ajenas a ellos mismos. Lo cierto y verdad es que el Partido Socialista Espaol fue creado por unos hombres a quien Lafargue haba suministrado fundamentalmente los textos de Marx y Engels. Nuestro glorioso Partido naci siendo un Partido marxista. Es decir, un Partido eminentemente revolucionario encuadrado dentro de las teoras del socialismo cientfico. LA AGRUPACIN EN ELDA 125 Para qu hablar de las vicisitudes sufridas en los cincuenta aos de vida de nuestro Partido Sera interminable y propio de un militante de experiencia superior a la ma. Sin embargo, de su larga vida pueden sacarse innumerables experiencias. Muchas cosas han ocurrido. Han muerto los hombres. Nuevos camaradas han ocupado sus puestos. Alegras y tristezas. Derrotas y victorias. Pero algo se ha mantenido siempre firme: La austeridad y el espritu de sacrifico de sus militantes. En este aspecto su historia ha tenido una continuidad absoluta. Los que desde nios nos educamos en sus ubres ideolgicas. La tradicin moral del Partido ha ejercido enorme influencia en nuestro espritu. Con ser de inmensa grandeza su pasado, nada me subyuga tanto como la seca austeridad de su conducta. En esta efemride histrica nica en Espaa, los militantes socialistas, tenemos el deber de meditar sobre el valor del pasado que tenemos en nuestras manos. No puede terminar en nosotros. Hemos de continuarlo. Y para ello es preciso seguir las normas de honda fe revolucionaria y recta conducta que le imprimieron sus queridos fundadores. (Artculo publicado en el peridico socialista eldense REBELIN en el ao 1938, por Antonio Escribano Belmonte) HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 126 L as primeras influencias sociales, se van generando en ELDA -como en muchos pueblos de Espaa-, a partir del siglo XVIII, de la mano de las doctrinas, de los enciclopedistas franceses y la revolucin originada por los Pensadores, que prendiesen en nuestras clases pequeo-burguesas y proletarias y aqu incentivadas por la influencia que necesariamente ejercera el gran republicano D. Emilio Castelar y Ripoll. Como muestra o justificante de este fenmeno, hay un artculo de Jos Toms Snchez, en una revista eldense de los aos treinta llamada HORIZONTE, que para el presente trabajo es un documento inestimable y fidedigno, que no se debe extractar, y por tal motivo lo presento literalmente, titulado ELDA SOCIAL del citado Jos Toms. El artculo literal.- HORIZONTE de Jos Toms Snchez, ELDA SOCIAL. Al estudiar nuestro pueblo bajo el aspecto social no podemos remontarnos mucho, pues precisamente en la guerra de Les Germanies, guerra eminentemente social en la que los gremios se alzaron en armas contra las preeminencias y privilegios de los nobles, se Fenmeno embrionario del Asociacionismo en Elda LA AGRUPACIN EN ELDA 127 hallaba constituido an por una poblacin morisca dependiente en absoluto del seor y acudiando a favorecer al de Crevillente, consigui que els agermanats levantasen el cerco que tenan puesto a aquella plaza.Es despus de la expulsin de los moriscos cuando se puebla de cristianos, y as como con el transcurso de los siglos la nobleza va perdiendo poder e influencia, los pueblos se van independizando, y esta independencia que le deja solos frente a la vida sin el apoyo ni esperanza del seor, ELDA se las ingenia para salir adelante en la empresa y ante la insuficiencia de bienes comunales, da impulso a sus molinos de esparto y papelote y crea una fuerte industria, en relacin con los tiempos, productora de papel de estraza, con la del cordelillo de esparto, la de peludos, todo lo cual produjo el intercambio para que sus habitantes se asomasen al mundo por medio de sus fabricantes y revendedores. Se inicia en el pasado siglo la industria de la zapatera, que en el nuestro ha llegado a un grado de solidez envidiable y de la que se puede afirmar depende la vida de nuestra ciudad. Sentado, pues, que nuestro pueblo ha sido eminentemente industrial a partir del siglo XVIII, no extraar a nadie que las doctrinas de los enciclopedistas franceses y la revolucin por ellos originada prendiese en nuestras clases pequeo-burguesas y proletarias y ms si se tiene en cuenta la influencia que necesariamente haba de ejercer el gran republicano D. Emilio Castelar criado en nuestro pueblo. El primer centro republicano que existi en Elda y del cual se guarda memoria estuvo ubicado en la plaza del Ayuntamiento, encima de donde se haya establecido D. Juan Guarinos, siendo su presidente y orientador D. Francisco de Paula Rico, gran amigo de Castelar. En aquel tiempo se hizo una fuerte propaganda republicana, lo que permiti cuando la carlistada armar una partida de cien hombre para batir a los partidarios del absolutismo y que en las elecciones a las Constituyentes de 1870 saliese por la circunscripcin, alicantina tan liberal y de tanto prestigio como Maisonnave. Y an despus de la cada de la Primera Repblica. Elda y Petrel diesen HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 128 una gran mayora al republicano D. Antonio del Vall, aunque fue derrotado por la circunscripcin.Con la cada de la Primera Repblica se retir de la poltica D. Francisco de Paula Rico, tomando la direccin de los republicanos de ELDA D. Blas Vera Maestre y D. Jos Aracil Romero, quienes estuvieron atentos a la marcha poltica de la nacin y tomaron parte en todas las conspiraciones contra la monarqua, como en la de Villacampa y la conocida por lo de la Serreta en la cual el 22 de diciembre de 1885 fue sorprendida una partida republicana integrada por elementos de estos pueblos en el sitio conocido con el nombre de Serreta, y que dio como resultado la muerte de siete, y dos heridos y multitud de detenciones. Entre los detenidos de ELDA figuraban: Jos Aracil, Julio Oliver, Antonio Coloma, Miguel Gonzlez, Antonio Olvina, Andrs Marhuenda y otros, hasta trece. Los partidos republicanos de ELDA siguieron la misma suerte que los del resto de Espaa, por todos conocida, y atentos los diferentes partidos a la cuestin poltica descuidaron el aspecto social, lo que produjo el apartamiento o por lo menos la indiferencia de la gran masa proletaria. Los trabajadores ms cultos, los mejor preparados, demandaban fuentes donde saciar su ansia de reivindicaciones sociales y sin gua que los orientase se dejaron llevar a la deriva por aquellas publicaciones y campaas que con ms facilidad llegaba a ellos. Es as, pues, como ya en 1910 en la casa de Francisco Cantos, se reunan unos jvenes que lean y comentaban los discursos de Pablo Iglesias, el manifiesto comunista de Marx y Engels, incubando el socialismo. Casi al mismo tiempo en la calle Zorrilla, numero dos, altos, otro puado de jvenes fijaban su atencin en los folletos de Snchez Rosas de Sevilla, publicaciones de la Escuela Moderna de Barcelona y las ediciones sociales de la casa Sempere de Valencia, lo que produjo el primer ncleo de anarquistas en ELDA. Tanto unos como otros, a pesar de su proselitismo, no conseguan encauzar al proletario eldense en organizaciones de acuerdo con sus tendencias, hasta que el malestar producido en la poblacin LA AGRUPACIN EN ELDA 129 obrera por las noticias que se tenan de que los fabricantes seores, Bellod, Hermanos y Zaragoza iban a montar maquinaria, predispuso el nimo de los trabajadores a or las propagandas de las clulas sociales existentes.Fundaron entonces los anarquistas la sociedad de zapateros LA RACIONAL en la calle Zorrilla como se ha indicado antes. Y los socialistas LA SOLIDARIDAD en la calle Dos de Mayo, la cual al poco tiempo se disolvi ingresando sus componentes en LA RACIONAL, tomando parte sus hombres en las campaas de propaganda que entonces se intensificaron. El grupo poltico socialista qued subsistente. Dos conceptos tan dispares en la tctica a seguir para llegar a un cambio de organizacin social como los que sustentaban los componentes de LA RACIONAL haba de producir las naturales consecuencias, as que mientras esta sociedad obrera no plante en su seno el problema de tcticas pudieron estar unidos, pero una vez puesto el asunto sobre el tapete, los socialistas, como minora que eran, se separaron de LA RACIONAL y constituyeron LA COMPAERA, afecta a la UGT con domicilio en el CRCULO REPUBLICANO de la calle Cervantes hasta que encontr casa en la calle Pars, de donde pas a la de Pierrat, donde se constituy la Juventud Socialista. Al mismo tiempo fundaron la FEDERACIN OBRERA DE LA INDUSTRIA DEL CALZADO y la SOCIEDAD DE ALBAILES. Durante este tiempo actuaron directamente en cuestiones sociales, interviniendo en el Retiro Obrero, subsidio a la maternidad, jornada del trabajo, despidos injustificados, etc Con el fin de mejorar la cultura de sus asociados organizaron conferencias culturales y polticas, y estaban constituidas por: Agrupacin Socialista, con 106 afiliados; la Juventud 97; la Federacin con 473; Sociedad de Albailes, con 286; Sociedad de Panaderos, con 58; Sociedad de Agricultores, con 54; Profesiones y Oficios Varios, con 186. La sociedad LA RACIONAL establecida en el nmero dos de la calle Zorrilla y dirigida por elementos juveniles deseosos de HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 130 trabajar en pro de su ideologa, abri una escuela de adultos en la que estos elementos se encargaron de dar clase a los alumnos sin percibir remuneracin alguna por su trabajo, dedicando todos estos ingresos y los de las cotizaciones de los afiliados a hacer un fondo comn con lo cual llegar a la adquisicin de un inmueble que sirvieses de local social.Estos deseos se vieron coronados por el xito, adquiriendo la casa n 11 de la calle Canalejas. El primer movimiento de importancia en que intervino LA RACIONAL fue el planteado por el despido de una obrera de la fbrica de Carlos Recio y como consecuencia fue declarada la huelga general de 24 horas, con la derivacin del boicot a los familiares del fabricante que produjeron das de intranquilidad y malestar en la poblacin y demostr la fuerte organizacin y disciplina de los obreros eldenses. Ya en la calle de Canalejas, se continu la labor societaria y cultural de aquel puado de jvenes inflamados por el ideal, continuando la labor de la Escuela, lecturas comentadas entre los asociados, y conferencias, siendo digno de recordar el acto en el que elementos de la localidad intervinieron con Snchez Rosas de Sevilla que vino con su hija, el 3 de agosto de 1914 y posteriormente el dado por Antonio Loredo, de Barcelona. Como la escuela haba que entregarla a manos de un maestro preparado para esta labor, vino D. Eusebio Carb, temperamento exaltado y violento quien quiso llevar la organizacin por estos derroteros consiguiendo algunos partidarios de esta tctica y marcando dos tendencias en accin: la de los antiguos organizadores que pretendan llegar a la persuasin y la victoria aprovechando las fuerzas organizadas para fines claramente determinados, y la de los nefitos en los procedimientos propagados por el seor Carb que preconizaban la violencia sin un fin claro, y aunque estos no pudieron imponerse entonces, ya la semilla quedaba echada en el surco. Hasta aquel momento, pues, fue una organizacin compacta y bien orientada y para que se vea hasta que extremo se hallaban acostumbrados los obreros al gesto tranquilo, correcto, del que LA AGRUPACIN EN ELDA 131 conocedor de su fuerza incontrastable no necesita del gesto airado para vencer, es conveniente recordar uno de los actos que se dieron en el Teatro Castelar con motivo de una huelga, en el cual uno de los oradores llamado Esquembre y que proceda de Alicante dijo entre otras cosas: Hay que arrastrar a los patronos a quemar las fbricas Fue tal el estupor en las masas al or aquello a que no estaban acostumbrados, que los dirigentes se vieron en la necesidad de provocar una reaccin saludable en el auditorio impidiendo que continuase su discurso Esquembre, hacindole salir del local. Esta fue la marcha de LA RACIONAL hasta el ao 1918, en cuyo tiempo hubo de intervenir en los mltiples conflictos que como consecuencia de la guerra europea se presentaba y consiguiendo llevar los beneficios econmicos al mximo. La labor cultural y de organizacin se hallaba en una situacin que posibilitaba en el porvenir un cambio de rgimen social, entrando entonces la organizacin en un periodo de calma. Los impacientes, haciendo fructificar la semilla sembrada por Eusebio Carb, crearon un malestar en el seno de la organizacin que dio como resultado el que los fundadores, antiguos dirigentes, les cedieran el paso y se retirasen desengaados, separndose materialmente cada vez ms de su querida organizacin. Ya Gallego Crespo haba organizado la CNT en Levante y con este motivo se haba producido la escisin de los socialistas por el ingreso de la Sociedad en aquella organizacin sindicalista. Con el advenimiento de la Dictadura fueron disueltos los sindicatos y clausurado su local de la calle de Canalejas. Se constituy a raz de aquello una comisin gestora la cual, se dice, intent la venta del inmueble. Consiguieron los socialistas organizar en aquel local la Sociedad de Oficios Varios LA EMANCIPACIN, llegando a reunir unos 600 socios. Desde el Consejo Local del Trabajo consiguieron hacer respetar la ley a pesar de hallarse en un periodo de excepcin. Ingresaron muchos de los antiguos elementos de la CNT y al darse cuenta la Direccin de sus gestiones, estos elementos mostraron su disconformidad a la tctica empleada por ser partidarios HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 132 de accin directa. Intentaron entonces los directivos dar a conocer las gestiones y resultados obtenidos en beneficio de la clase obrera por medio de un manifiesto dirigido al pueblo trabajador y no slo no fue autorizado este manifiesto, sino que provoc la clausura del Centro. Se consigui la nueva apertura del mismo y se definieron tan claramente las dos tendencias que los socialistas dejaron la direccin en manos de los elementos de la CNT. Es nuevamente clausurado el Centro, y es entonces cuando los socialistas constituyen la Federacin de la Industria del Calzado.Es de hacer notar que, tanto los elementos polticos de izquierdas como los sociales, sin sugerencia extraa alguna, en todo momento han visto la posibilidad de un rgimen favorable a un mejoramiento social, han obrado al unsono aunque previamente no se hubiesen puesto de acuerdo. Con el advenimiento de la Segunda Repblica Espaola volvieron a funcionar los sindicatos y es de advertir que al iniciar su reorganizacin han obrado sin una orientacin clara en su propio dao. Y esto no es una afirmacin gratuita; demuestra lo exacto de nuestra apreciacin el que hayan rectificado ellos mismos en sus ltimos actos tanto locales como nacionales. Y es de alabar que as sea en beneficio de todos. Captulo 5 EL SOCIALISMO Y LA SEGUNDA REPBLICA 135 A l cerrarse el parntesis dictatorial de Primo de Rivera, los viejos partidos de la Restauracin estaban deshechos: El Socialismo, perfectamente organizado y en toda su pujanza, representaba una fuerza incontrastable, que en 1931 se volcara del lado de la Repblica, decidiendo la cada del rgimen. La mayor parte de los intelectuales les prepararon el camino, definitivamente alejados de la Monarqua. Uno de los gobiernos de transicin entre la Monarqua de Alfonso XIII y la Segunda Repblica fue el gobierno del Almirante Aznar, que por su ineficacia aceler las disyuntivas entre la Monarqua o Repblica. El 18 de febrero de 1931 juraba el gobierno Aznar, el 3 de marzo se publicaba en la gaceta el decreto anulando la convocatoria para elecciones de Diputados a Cortes hecha el mes anterior por el General Berenguer y dos semanas ms tarde -17 de marzo- queda fijado todo el ciclo electoral: el 12 de abril, Elecciones Municipales. El Socialismo y la Segunda Repblica HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 136 El 12 de abril de 1931 las Elecciones trajeron la Segunda Repblica.La Repblica del 14 de abril propona poner en prctica un programa de Justicia Social -en colaboracin directa con los socialistas-. Reforma Agraria, desmontar el militarismo, etc. Era como una verdadera Revolucin Social. EL SOCIALISMO Y LA SEGUNDA REPBLICA 137 Socialistas en el 1er Gobierno Republicano. Los socialistas se reparten tres carteras: Largo Caballero, Ministro de Trabajo; Indalecio Prieto, Hacienda; y Fernando de los Ros, Justicia. El Partido Radical Socialista representado por Marcelino Domingo, como Ministro de Instruccin Pblica. El 1 er Gobierno de Azaa, as: Presidencia y Guerra, Azaa; Estado, Lerroux; Gobernacin, Casares Quiroga; Marina, Giral; Hacienda, Prieto; Instruccin Pblica, Marcelino Domingo; Fomento, Albornoz; Trabajo, Largo Caballero; Economa, Nicolau DOlwer; Comunicaciones, Martnez Barrio. Por inspiracin de Araquistain el artculo 1 de la Constitucin, qued redactado as: Espaa es una Repblica Democrtica de Trabajadores de todas clases, que se organiza en rgimen de libertad y justicia. Los poderes de todos sus rganos emanan del pueblo. La Repblica constituye un Estado integral, compatible con la autonoma de los municipios y las regiones. La bandera de la Repblica ser Roja, Amarilla y Morada. En el ttulo III. Por primera vez se otorga el voto a la mujer. El mayor problema que tena la Repblica, para llevar a cabo la Reforma Agraria, consista en la estructura latifundista, acumula- cin de la propiedad agraria en manos de la Iglesia y la Nobleza, a travs de Mayorazgos y Vinculaciones: Manos Muertas. Santiago Casares Quiroga (1884-1950) HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 138 La Iglesia se fue apropiando de las tierras, por el fanatismo de los terratenientes, que al morir ya haban testamentado, dejando particularmente tierras y otros bienes, a beneficio de sus santos preferidos, para rogativas y misas, para asegurar su gloria eterna. (Como se puede ver y comprobar en los documentos archivsticos). Las Administraciones, en su momento, no supieron administrar bien las desamortizaciones propuestas por Mendizbal que se desaprovecharon en muchas de sus facetas. Para los socialistas no deba intentarse una divisin y parcelacin de la tierra. El socialismo propugnaba concentraciones de propiedad, que pasara a serlo nicamente del Estado, para su explotacin colectiva. Hubo casos bastante sealados de anti-republicanismo y enemigos de las Democracias, como veremos antes y ahora. El caso del contrabandista March, que en la Repblica tuvo que ser encarcelado, y le fue impuesta una fianza de seis millones de pesetas -en aquellos tiempos, 1931-, pudiera ser paralelo al caso Rumasa. Habra que valorar estos conceptos. (Est en pg. 63) El caso de Euskadi -antes y ahora tambin se repite-. En un prrafo de la pgina 63 dice: Era difcil la armona entre el laicismo, de la Repblica y el catolicismo de Euskadi. El nacionalismo vasco era Carlista. Por el ao 1931, surge un nacionalismo nuevo de la mano de Ramiro Ledesma Ramos. Las JONS, Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (Ver pg. 66) y Onsimo Redondo. Onsimo capt su ideologa en Alemania, se dej captar por ideologa NAZI llegando a afirmar que: Hitler representaba Cristiandad frente a Comunismo. La Repblica, en Consejo de Ministros del 18 de agosto de 1932 acuerda: Para llevar a cabo la Reforma Agraria, quedarn sujetos a expropiacin los bienes msticos de la extinguida Nobleza. nicamente se indemnizar a quien corresponda, con el importe de las mejoras no autorizadas. Las personas que hubieran sido expropiadas con arreglo a esta base, tendrn derecho a reclamar una pensin, si demuestran que no tienen medios de otra naturaleza. EL SOCIALISMO Y LA SEGUNDA REPBLICA 139 Abiertas las Cortes solemnemente (14 de julio de 1931) y elegido presidente de la Cmara, el socialista Julin Besteiro fue ratificado en sus poderes por amplia mayora. Pg. 41- El resultado de las elecciones celebradas el 28 de junio de 1931, fue el siguiente: Socialistas, 117 Diputados; Radicales, 93; Radicales Socialistas, 59; Izquierda Catalana, 32; Accin Republicana, 27; Progresistas (Grupo dirigido por Alcal Zamora y Maura), 22; Agrarios, 26; ORGA, 16; Al servicio de la Repblica, 14; Vasconavarros, 14; Liga Regionalista, 3; Monrquicos, 1; Federales e Independientes de Izquierda, 14; Independientes, 10; Liberales Democrticos, 4. Se trat de un triunfo autntico de los Socialistas. El cuantioso e ineficaz ejrcito espaol pesaba como un lastre y supona una sangra para el Presupuesto Nacional. Los efectivos se fijaron en 107.000 hombres. Haba cincuenta y tantos generales de Divisin; han quedado 21; haba ciento y pico generales de Bri- gada; han quedado 42. Subsisti el rgimen de cuotas. Los trminos generales de la Reforma los resumi el ministro de esta forma: haba 21.000 oficiales en las plantillas; han quedado 8.000; haba ocho o diez Capitanas Generales; no ha quedado ninguna; haba 17 Tenientes Generales; no ha quedado ninguno; haba cincuenta y tantos Generales de Divisin; han quedado 21; haba ciento y pico Generales de Brigada; han quedado 42. El General Mola, reconociendo la deficiente organizacin del antiguo ejrcito, lleg a decir que Azaa haba dejado el Ejrcito hecho una piltrafa. Pg.46.- Jos Ortega y Gasset hizo en las Cortes -el 30 de julio- caluroso elogio de la Reforma Militar de Azaa, calificndola de maravillosa, increble, fabulosa y legendaria. Azaa, enorme la haba llamado desde las columnas de El Sol (2 de junio). Datos tomados de Historia de Espaa, Tomo VI poca contempornea HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 140 Conviene aadir que un representante del rgimen cado, el Duque de Maura se suma al aplauso de Ortega. Pg. 41.- En este intento de crear una solucin de continuidad entre la vieja Espaa y la nueva, los aliados naturales de Azaa eran los socialistas, que en un largo manifiesto proclamaban, al paso que su filiacin republicana, la necesidad que el Rgimen tena para marchar de acuerdo con las exigencias del tiempo, de nutrirse de Sustancia Socialista, Ideal Socialista. Entre la extensa obra social de Largo Caballero, elogiada por Madariaga, est: la Ley de Contratos de Trabajo, que proporcion a los obreros, una estructura legal para discutir con los patronos en forma colectiva; La creacin de los Delegados del Ministerio de Trabajo, para inspeccionar a las asociaciones obreras en cada provincia; El Seguro de paro forzoso y la mejora de Accidentes de Trabajo. Fue obra de los socialistas el proyecto de un plan revolucionario encaminado a transformar la vida espaola: Separacin de la Iglesia y el Estado; Todas las Confesiones Religiosas sern consideradas como asociaciones sometidas a las leyes generales del Pas; Implantacin del divorcio; Reconocimiento de la propiedad privada, pero en razn directa de la funcin til que en ella desempea el propietario; Implantacin de la Escuela nica y de la enseanza laica. El tercer Gobierno de Azaa, constituido el 12 de junio de 1933, y que estuvo hasta el 12 de septiembre del mismo ao, compuesto por Azaa, Franchi Roca, Marcelino Domingo, Largo Caballero, Companys, Barns Biuales, Fernando de los Ros, lvaro de Albornoz, Casares Quiroga e Indalecio Prieto. El mismo Gobierno con sus Carteras: Presidencia y Guerra, Manuel Azaa; Estado, Fernando de los Ros; Justicia, lvaro de Albornoz; Marina, Luis Companys; Hacienda, Viuales; Gobernacin, Casares Quiroga; Instruccin Pblica, Domingo Barns, Obras Pblicas, Indalecio Prieto; Agricultura, Marcelino Domingo; Trabajo, Francisco Largo Caballero; Industria y Comercio, Franchi Roca. Era pues, una segunda edicin de la combinacin Social-Azaista ampliada con los federales y con la esquerra. EL SOCIALISMO Y LA SEGUNDA REPBLICA 141 La etapa de 1931-1933, cierra un ciclo decisivo para la historia de la Segunda Repblica: el de la Revolucin desde arriba, puesta en marcha mediante la colaboracin del azaismo con el Partido Socialista. Entre los saltos fantsticos que propici la Repblica, pondre- mos este ejemplo: al menos en lo relativo a la 1 y 2 enseanza, el despliegue de realizaciones emprendido entre 1931 y 1933, vena compensado por la obra de secularizacin y aprobada en las Cortes. Pero realmente el esfuerzo que supuso la apertura de ms de 13.000 escuelas nuevas: 7.000 en 1931, 2.580 en 1932, 3.900 en 1933 y la triplicacin de los Institutos de 2 enseanza, honra a los equipos ministeriales que presidieron sucesivamente Alcal Zamora y Manuel Azaa. Las discordancias polticas de etapas posteriores, traen como consecuencia el que el jefe del Estado, haciendo uso de sus prerrogativas disolviese las Cortes y convocase elecciones. El tercer gobierno de Azaa (12 de junio de 1933 - 12 de septiembre de 1933). De izquierda a derecha: Franchy Roca, Marcelino Domingo, Largo Caballero, Campanys, Barns, Viuales, Azaa, Fernando de los Ros, lvaro de Albornoz, Casares Quiroga e Indalecio Prieto. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 142 A medias convencido, recab Lerroux el apoyo de las minoras republicanas no socialistas, y logr en definitiva, constituir un Gobierno cuya composicin fue la siguiente: Presidencia, Alejandro Lerroux; Estado, Claudio Snchez Albornoz (Accin Republicana); Justicia, Botella Asensi (Izquierda RadicalSocialista); Gobernacin, Diego Martnez Barrio (Radical); Guerra, Rocha (Radical); Marina, Iranzo (Republicano Independiente); Hacienda, Lara (Radical); Instruccin Pblica, Domingo Barns (Radical-Socialista); Trabajo, Samper (Radical); Obras Pblicas, Guerra del Ro (Radical); Agricultura, Feced (Radical-Socialista); Industria y Comercio, Gmez Paratcha (ORGA); Comunicaciones, Miguel Santal (Esquerra-Catalana). Pero este Gobierno no tuvo ms tiempo de existencia, que el que tard en presentarse ante las Cortes. El 8 de octubre qued constituido de la siguiente manera el nuevo ministerio: Presidencia, Martnez Barrio; Estado, Snchez Albornoz; Gobernacin, Rico Abella; Justicia, Botella Asensi; Guerra, Iranzo; Marina, Pita Romero; Hacienda, Lara; Instruccin Pblica, Domingo Bans; Obras Pblicas, Guerra del Ro; Agricultura, Cirilo del Ro; Industria y Comercio, Gordn Ordaz; Trabajo, P y Suer; Comunicaciones, Emilio Palomo. (Datos de pags. 92-93) Se abri un periodo de agitacin poltica donde se destacan acciones de CNT, con huelgas y otros actos, que oblig Cartel Elecciones de noviembre de 1933 EL SOCIALISMO Y LA SEGUNDA REPBLICA 143 al Gobierno a declarar el estado de guerra en la capital el 1 de noviembre. Hay efervescencias estudiantiles provocadas por AEC (Accin Estudiantil Catlica) y por los ncleos incipientes del falangismo, porque la campaa electoral se seal con un acontecimiento de trascendencia insospechada entonces: el acto fundacional de Falange, efectuado en el Teatro de la Comedia el 29 de octubre de 1933.Despus y a continuacin se consolidaran con las JONS de Ramiro Ledesma. No es extrao que el movimiento tardase tanto en ser comprendido (los movimientos que las derechas manejaban contra la Repblica). Tropezaban, de una parte, con el recelo de las clases altas, de los elementos conservadores escandalizados por las exigencias revolucionarias del falangismo, y por su apelacin a la violencia. Los ncleos capitalistas de derechas prestaron al principio apoyo financiero, tanto a las JONS como a FE; queran hacer de ellas una catapulta de violencia contra la Izquierda. Un dato no registrado an, es que las JONS y FE, se movan gracias al dinero del capital vasco. Tanto Areilza como Lequerica y otros financieros sostenan a FE y las JONS para provocar maniobras de dispersin en la Repblica En 1935, con motivo del debate parlamentario en torno a la clebre Contrarreforma Agraria, se tildar a Jos Antonio de bolchevique en un peridico monrquico. De otra parte, las masas proletarias desconfiaban de unos redentores que procedan del campo burgus y capitalista. Las elecciones del 29 de noviembre de 1933, tuvieron dos caractersticas: la presteza con que el cuerpo electoral respondi al llamamiento y acudi a las urnas, de una parte y, de otra, la pulcritud con el que el ministro de la Gobernacin garantiz la sinceridad del escrutinio, manteniendo una neutralidad absoluta durante su desarrollo. La unin de Derechas -en que entraron junto con la CEDA, Agrarios, Renovacin Espaola y Tradicionalistas- hizo girar su propaganda en torno a un triple slogan: amnista, antimarxismo y antilaicismo. Los radicales se redujeron a los dos primeros puntos HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 144 de este programa, contraponiendo al socialismo una afirmacin de republicanismo quimricamente puro.El socialismo, desprendido de compromisos acentu a su vez, su oposicin moral a los radicales y preconiz un maximalismo mar- xista para el futuro. Mientras denunciaba una provocacin intolerable en la propaganda derechista, Largo Caballero haca constantes apelaciones a la revolucin social, caso de no triunfar en las urnas. El 3 de diciembre -fecha de la 2 vuelta a las elecciones- y el 10, la calle proclamaba sin reboso alguno, queremos triunfar dentro de la democracia burguesa -remach en Albacete-, pero ellos sern los responsables si conseguimos nuestro triunfo por otros caminos. En el acto de la campaa, Prieto no se quedaba atrs. Por su parte, declar que si se entregaba el poder a las fuerzas reaccionarias, el pueblo estaba en el deber de levantarse revolucionariamente. Y en efecto no tardaran los socialistas en demostrar que estaban dispues- tos a respaldar con hechos sus palabras. (En pg. 99) En los aos 1933-1934, se destacaron ms por la inestabilidad poltica, y por los inconformismos de todos los lderes polticos, principalmente las derechas que, con todos los medios a su alcance, con muy fuertes apoyos capitalistas, trataban de hacer saltar todas las maniobras polticas encaminadas a consolidar la Repblica, que en su mayora el pueblo haba preferido con sus votos, con mayoras socialistas a su favor, pero que las derechas en todas sus facetas obstaculizaban con todos los medios a su alcance, fuertemente apoyadas con el nacimiento de las fuerzas de Falange y las Jons, fueron a ms de continuas subversiones, huelgas, etc. y el nacionalsindicalismo encabezado por Jos Antonio Primo de Rivera. Y como mal menor, intento de crear una Repblica de derechas con la CEDA, que lideraba Gil Robles. La amenaza subversiva se expresaba en el Parlamento una y otra vez, en los discursos de Prieto, y fuera del parlamento, en las maniobras de Largo Caballero, pues ahora es posible establecer contactos con la CNT, cabe el entendimiento entre las dos parcialidades obreras. La formacin de un frente nico proletario ha de ser, en adelante, el objetivo inmediato de Largo Caballero. EL SOCIALISMO Y LA SEGUNDA REPBLICA 145 Se sucedieron gobiernos no republicanos, en los que no estaba el socialismo, como el elegido el 19 de diciembre de 1933, de la siguiente forma: Presidencia, Alejandro Lerroux; Estado, Pita Romero (Independiene); Justicia, lvarez Valds (Melquiadista); Gobernacin, Rico Abell (Independiente); Guerra, Martnez Barrios (Radical); Hacienda, Lara Zrate (Radical); Instruccin Pblica y Bellas Artes, Pareja Ybenes (Radical); Obras Pblicas, Guerra del Ro (Radical); Agricultura, Cirilo del Ro (Progresista); Industria y Comercio, Samper (Radical); Trabajo, Estadella (Radical); Comunicaciones, Cid y Ruiz Zorrilla (Agrario-Independiente). Se trataba pues, de un ministerio casi Radical-homogneo. La gran dificultad la tena hasta qu punto era posible la coincidencia entre un partido como el radical, propugnador del laicismo y profundamente infiltrado por la masonera, y la CEDA, que se defina en la defensa de las tradiciones catlicas del pas. (En el tiempo del Gobierno Lerroux se produjo la ocupacin del territorio africano de Ifni, sobre los que tena derechos Espaa, derivados de la conquista de Canarias en tiempos de los Reyes Catlicos. Haban sido reconocidos en los tratados hispano-marroques de 1761 y 1769, pero muy especialmente, en el de Wad Ras en 1861, y en el acuerdo hispano-francs de 1912). Pg. 108 - La primera etapa de lo que luego se llamara Bienio Blanco, se cerraba con una maniobra presidencial, que restaba a D. Niceto el escaso prestigio que haba conservado en un reducido sector de derechas, sin que por eso se alejase en lo ms mnimo del peligro revolucionario. La situacin creada en noviembre por las elecciones, haba provocado una crisis interior en las filas socialistas que, corriendo a lo largo de los meses inmediatos, desemboc en la salida de Besteiro de la ejecutiva de la UGT y en el triunfo de las tesis revolucionarias, luego, Largo Caballero y el propio Prieto se dedicaron a la preparacin minuciosa del alzamiento. Desde el primer da Largo Caballero se haba declarado decididamente por la va expeditiva. Al frente de la ejecutiva del partido, Besteiro, Saborit y Trifn Gmez, en nom HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 146 bre de la UGT, estimaron siempre ser ms prudentes, dejar correr los acontecimientos, manteniendo la fuerza de la organizacin sin aventurarla en golpes que podan resultar muy caros.Se nombr una comisin especial organizadora, que estara compuesta por la UGT y las Juventudes Socialistas. Largo Caballero fue designado presidente, siempre que se elaborase un programa como bandera del movimiento a desarrollar. Prieto estaba de acuerdo, porque las circunstancias eran las que imponan cmo deba procederse. Largo Caballero aspiraba a poner en marcha un movimiento proletario que enmarcase, no slo a los socialistas, sino tambin a los cuadros de la CNT. En fecha muy temprana -3 de diciembre de 1933- haba tendido ya la mano al anarquismo Para asegurar el triunfo -dijo entonces- debemos terminar con las luchas entre la clase obrera. El 28 de marzo de 1934 se firmaba un pacto entre las regionales de ambos organismos, en el que una y otra se comprometan a luchar conjuntamente, para el triunfo de la revolucin social, estableciendo un rgimen de igualdad econmica, poltica y social, fundado sobre los principios socialistas federales. (pg.109) (En pginas 105-6 se habla de sueldos del clero). Unas semanas antes -el 4 de febrero de 1934- en el Cine Pardias de Madrid, Prieto haba lanzado ya el desafo revolucionario, con un enfervorizado discurso, enrgico, lleno de contenido ideolgico, pero con la firme decisin de actuar en contra de las maniobras que descarada y abiertamente en contra de la Repblica, la derecha con la Falange y dems elementos subversivos estaba desarrollando. Prieto en su combativo discurso enfervorizaba a las masas, pero no solamente a los socialistas sino a toda la izquierda en general, en defensa de todos los pilares sustentatorios de la Repblica. Pg. 110 - La cada del Gabinete Lerroux provoc que Alcal Zamora constituyese un gobierno sin Lerroux, claramente radical. Este fue el Gabinete Samper, compuesto por: Samper, Pita Romero, Salazar Alonso, Hidalgo, Rocha, Marraco, Villalobos, Guerra del Ro, Estadella, Cirilo del Ro, Iranzo, Cid y Ruiz Zorrilla y Cantos Figueroa. EL SOCIALISMO Y LA SEGUNDA REPBLICA 147 Prefiero al Rey y sus Ministros! exclam Azaa al conocer la lista ministerial. Y otros, como Auns, dijeron que era uno de los peores gobiernos de la Espaa contempornea. Pero en breve espacio de legislatura, la nave del Estado tuvo que atravesar la primera tormenta grave, presagio de la que dos aos ms tarde la hundi en el abismo de la guerra. En efecto, si Alcal Zamora haba pretendido mantener contentas a las izquierdas, no lo consigui, puesto que los socialistas consideraron una verdadera provocacin para la clase trabaja- dora, la formacin de un Gobierno presidido por el hombre que se encarg de la Cartera de Trabajo inmediatamente despus de dejarla el compaero Largo Caballero, y en consecuencia, prosiguieron febriles sus preparativos revolucionarios. Por lo dems, el breve y pobrsimo discurso con que Samper hizo su presentacin en las Cortes -2 de mayo- dio ya la medida de su falta de talla poltica, en la difcil coyuntura que le tocaba atravesar. Preciso es reconocer que la rectificacin en las orientaciones del Rgimen iniciada, haba ido tomando apariencia de desquite en el sector, especialmente delicado, de las relaciones entre patronos y obreros. Este significado tuvo el cambio radical operado en los jurados mixtos. Lo que antes fuera una pura dependencia del Ministro de Trabajo -regentado, a todo lo largo del bienio, por un socialista- se haba convertido ahora en un instrumento a merced de los patronos. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 148 EL SOCIALISMO Y LA SEGUNDA REPBLICA 149 U na de las dos parcialidades, la de izquierda, superado el trance difcil de su fracaso en el empeo revolucionario, volva a la brecha. Integrndose de una parte, paulatinamente, conforme a los deseos de Alcal Zamora y del propio Lerroux a la normalidad poltica; preconizando de otra, la hostilidad ms implacable contra una situacin que segua tachando de antirrepublicana, en cuanto nutrida de infiltraciones monrquicas. En vsperas de producirse la crisis de marzo, Martnez Barrio habl en Algeciras, para pedir la disolucin de las Cortes y la unin de todos los que quisieran salvar la Repblica. Otros le secundaron: Valera, Rico y Lara defendiendo las Izquierdas. Independientemente del grupo de Falange Espaola, Calvo Sotelo propugnaba tambin mediante el Bloque Nacional, la organizacin de un Estado Nuevo, rechazando la frmula parlamentaria, y con ella la divisin tradicional entre derechas e izquierdas. En la etapa inmediata, y en el posterior alud revolucionario que trajeron las elecciones de 1936, Calvo Sotelo ira adquiriendo un prestigio cada vez mayor entre los grupos burgueses, a los que la CEDA haba decepcionado. El mapa poltico en la primavera de 1935 HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 150 Espaa bajo el signo del Frente Popular La organizacin del Frente Popular. En la organizacin del llamado FP vinieron a desembocar dos corrientes, afluyendo una desde el campo marxista, III y IV Internacional e impulsada la otra por los partidos de izquierda burguesa. A todo lo largo del proceso, en que aquel formidable instrumento electoral se fue forjando para estar preparado y a punto en enero del 36, las derechas republicanas no llegaron a percibir, en su verdadera magnitud, el peligro desencadenado sobre ellas. En verdad, pareca demasiado difcil, sumar un sector de la burguesa espaola -por muy de izquierdas que fuesen- con el consumismo, cuyo designio haba de ser en definitiva, barrerla, utilizndola como medio.Una de las bases del Frente Popular, la constituy el acuerdo de las izquierdas republicanas con el sector, que les era ms afn, dentro del socialismo, encabezado por Prieto. La otra, la que haba de matizarlo definitivamente respondi a la iniciativa comunista, explanada en el VII Congreso de la III Internacional, en pro de una alianza de todas las organizaciones proletarias, para conquistar legalmente, democrticamente, el poder. Febrero de 1936: Reunin del gabinete Azaa. EL SOCIALISMO Y LA SEGUNDA REPBLICA 151 Si el acuerdo republicano-socialista, tena su antecedente en el bienio, el frente proletario hallaba su prefiguracin en la revolucin asturiana. Se ha dicho con razn, que entre los dos ncleos bsicos del Frente Popular, socialdemcratas y comunistas, el ele- mento de enlace, fue la masonera. Todava se sumaba un ingrediente ms, a la organizacin del Bloque proletario: la IV Internacional, articulacin octava del TROSTKISMO, que en estos momentos representaba, frente a la KOMINTERN, un papel parecido al que en 1870 haba jugado la alianza de la Democracia Socialista, esto es el BAKUNISMO, con relacin a la 1 Asociacin Internacional de Trabajadores. Largo Caballero, era partidario de la creacin de un Frente Proletario, y de la lucha directa por el poder. En 1936 repeta la misma tesis que sostuvo en 1934. Prieto en cambio, entenda que el fracaso de la Revolucin de octubre, se debi, en buena parte, a la abstencin en ella de los partidos republicanos. El primero facilitara el ascenso de los comunistas al Frente Popular y el apoyo a efectos electorales del anarquismo. El segundo tendera la mano a Azaa de acuerdo con ste, en restaurar la Repblica. Con la teora de Prieto, al Partido Socialista Obrero, en la vida poltica espaola, no le quedaba otro papel que desempear, que el de mozo de estoque de Manuel Azaa. Encerraba un amplio programa de gobierno, mxima concesin de Azaa a sus aliados socialistas, con la que el jefe de Izquierda Republicana, crey sin duda, suficientemente asegurado el control de las masas proletarias para el futuro. El documento en que los partidos que integraron al Frente Popular, Izquierda Republicana, Unin Republicana, Socialistas, Federacin Nacional de Juventudes Socialistas, Comunistas, Sindicalistas y POMUM, exponan un plan de gobierno, en caso de triunfo, para poner en marcha planes democrticos de gran alcance: Garantas Constitucionales, Reformas de Reglamentos de las Cortes, Humanizacin de Sentencias Penitenciarias, Reformas Agrarias, Adhesin total a Sociedad de Naciones, etc. Cuando Belarmino Toms dio cuenta a los mineros de Sama, de su pacto de rendicin con Lpez Ochoa, lo proclam ya sin HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 152 rebozos: Hemos sido derrotados, slo por algn tiempo. Todo lo que podemos hacer es concertar la paz. Pero esto no significa que abandonemos la lucha de clases. Nuestra rendicin de hoy no significa ms que un alto en el camino, que nos servir para corregir nuestros errores y prepararnos para la prxima batalla, que habr de terminar en la victoria final de los explotados.La Pasionaria, en sus memorias recuerda. El movimiento insurreccional de octubre, tuvo un enorme valor educativo para las masas. Esto era el preludio de la Guerra Civil. El Gobierno se haba visto obligado a poner en la frontera a un grupo de diputados franceses e ingleses, que pretendan actuar como observadores de la represin asturiana. En enero de 1935, otros dos diputados -estos, espaoles y socialistas- los catedrticos Fernando de los Ros y Juan Negrn, recorran la comarca en viaje de informacin, viaje que proporcionar materiales para redactar un nuevo captulo de la leyenda negra, desde las columnas de LE POPULAIRE de Pars y del DETROIT TIMES. Asturias la roja estaba convirtindose en un smbolo de gloria, y un ejemplo de herosmo para el proletariado. Como tal, la utilizara en sus propagandas el ncleo comunista Frente Rojo, su rgano clandestino en Madrid, preconizando ya a principio de 1935, la creacin de un Frente nico que, un ao ms tarde, se habra convertido en plena realidad. Espaa entera -deca- debe ser en la prxima insurreccin una inmensa Asturias Roja que asombre al mundo. EL SOCIALISMO Y LA SEGUNDA REPBLICA 153 L a Repblica cay por su benevolencia y acatamiento sin reservas, de todas las ideologas, como por otra parte era intrnsecamente su sistema democrtico, del cual se aprovecharon y usaron indiscriminadamente, las derechas apoyadas por la Iglesia, que con sus insurrecciones echaban sin parar tierra en sus engranajes, a lo que tambin colaboraban -desde otra ptica- los anarcosindicalistas. Uno de los del reformismo republicano era la secularizacin poltica y social de Espaa, superndo la tradicional identificacin entre el Estado y la Iglesia. El nuevo orden constitucional amparara la libertad de conciencia y de cultos, y el clero catlico perdera su carcter de cuerpo estatal y de guardin de una moral pblica que, durante la restauracin, se identificaba con los intereses y la ideologa de las clases dirigentes. Pero ni la Iglesia se iba a resignar a perder unos derechos adquiridos que le garantizaban una privilegiada situacin en el ordenamiento social y poltico, ni los gobernantes republicanos, ante el poder de un colectivo que consideraban hostil a sus proyectos de modernizacin, acertaran La guerra de 1936 Situaciones socio-polticas que van sucedindose encadenadamente hasta desembocar en la Guerra Civil. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 154 a dosificar los ritmos y los alcances de un proceso secularizador, a todas luces, imprescindible. En 1930 haba en Espaa 109.020 religiosos, de los que 32.607 pertenecan al clero secular y 76.413 a las 42 rdenes masculinas y las 178 femeninas que componan el clero regular. Este verdadero ejrcito eclesial dependa para su sostenimiento de las cantidades presupuestadas por el Estado en virtud del vigente Concordato de 1851, de las aportaciones de los fieles y de las rentas de un considerable patrimonio propio. La Iglesia declaraba poseer casi 12.000 fincas rsticas y unos 8.000 edificios urbanos que, unidos a otras propiedades, se tasaban en 129 millones (de aquellos tiempos), Pero como sealan algunos autores, haba tambin una gran parte de riqueza inmueble que no estaba inscrita en los registros de la propiedad, escapando, por lo tanto, de la valoracin y el control del Estado. El Debate de las Constituyentes.-Con las Cortes Constituyentes, en cierta forma, el proceso de disrupcin afectaba a la poltica espaola desde comienzos del siglo. En los ltimos parlamentos monrquicos, el grueso de los diputados estaba integrado por representantes de las oligarquas, y la presencia de la pequea burguesa y del proletariado, era, pese al sufragio universal, poco relevante. Los socialistas no haban pasado nunca de siete diputados y los republicanos no solan superar los veinte. Estos grupos mayoritarios en las Constituyentes, carecan pues, de una clase poltica profesional suficientemente experimentada, y dotada de la visin de Estado que requeran las profundas transformaciones en curso. Pulverizada la derecha poltica, las antiguas clases dirigentes perdan su funcin parlamentaria rectora, pese a la presidencia en el hemiciclo, de algunos des sus ms conspicuos representantes, como el Conde de Romanones, Juan March o Jos Luis Oriol. Las Constituyentes eran unas Cortes mayoritariamente pequeo-burguesas, en las que la representacin obrera apenas superaba los 30 diputados. Profesionales, liberales y funcionarios del Estado cubran el 81% de los escaos, con predominio de los abogados (152) y de los docentes (80). EL SOCIALISMO Y LA SEGUNDA REPBLICA 155 Poblacin y empleo.- La Espaa de los aos treinta, era un pas bastante rural y muy poco poblado en comparacin con otros estados de la Europa Occidental. A comienzos de 1931, Espaa contaba con 23.563.867 habitantes. En 1936 alcanz los 24.693.000, con una densidad de 46.7 habitantes por km 2. Pese a que las estadsticas de la poca son confusas, se puede afirmar que dan una cifra total de desempleados de 389.000 en enero de 1932, que alcanzaran los 801.322 en junio de 1936. La Caja Nacional del Seguro contra el Paro Forzoso creada en 1931 por Largo Caballero, careca de recursos para socorrer a los parados ya que slo reciba el 0.5% de los presupuestos estatales. La creacin en 1935 de la Junta Central contra el paro, dedicada a promover obras pblicas que ocupase a los desempleados, pali bastante el problema. EL GOBIERNO.-Al Consejo de Ministros le asignaba la Constitucin, la alta direccin y gestin de los Servicios Pblicos, pero no era un mero Organismo Administrativo, como en las dems democracias parlamentarias, el Gobierno reflejaba en la Espaa republicana las tendencias del electorado, y el equilibrio cambiante de las fuerzas que integraban el Parlamento. Buena parte de los Gobiernos de la Repblica fueron sumamente dbiles y dependientes de otras instituciones, lo que acarre hondas perturbaciones al sistema poltico. Aunque el Ordenamiento Cons- Cartel de la Federacin Socialista Madrilea, 1937 HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 156 titucional garantizaba la independencia del Ejecutivo, sto era ms cierto en lo tocante a la Presidencia de la Repblica que al Gobierno.En un sistema de partidos muy fragmentados, de coaliciones inestables y elecciones parlamentarias frecuentes, la dependencia de este ltimo del apoyo y control parlamentario, o de la confianza del Jefe del Estado, lleg a ser asfixiante. Entre abril de 1931 y julio de 1936 se sucedieron 18 Gobiernos, con una duracin media de tres meses, pero alguno de los cuales slo se mantuvieron 4 o 5 semanas. En un sistema como el republicano, los partidos, no slo deban tener un programa y una organizacin estable, sino disponer de una gran flexibilidad para mantener el consenso, en el seno de coaliciones parlamentarias muy amplias y dispares. Es imposible narrar aqu con detenimiento las vicisitudes de los partidos durante el 1 er bienio, me limitar pues, a sealar las principales lneas de su evolucin. La derecha no republicana.- Desmantelados los viejos partidos, la derecha monrquica busc frmulas federativas que superasen su atomizacin. Esta bsqueda se concret en una primera etapa, en dos organizaciones: Accin Nacional y la Comunin Tradicionalista, la primera pas a llamarse Accin Popular en 1932. Era un partido conservador y confesional, muy influenciado por el clero. Fundado por ngel Herrera, atrajo una militancia variada desde tradicionalistas a catlicos sociales. En su seno se desarrollaron tendencias: la monrquica, encabezada por Antonio Goicoechea, y la accidentalista, partidaria de actuar dentro del rgimen en defensa del origen socio-econmico vigente, y que dirigan Herrera y Jos M Gil Robles. La CT surgi de la confluencia de las tres ramas carlistas, integristas, mellistas y jaimistas, agrupadas desde octubre de 1931 en torno al pretendiente Alfonso Carlos de Borbn. El Carlismo era muy fuerte en Navarra y el Pas Vasco, pero pronto destacara por su empuje el ncleo andaluz, dirigido por Manuel Fal Conde. A lo largo de 1932 el enfrentamiento entre monrquicos y occidentalistas se agrav. Tras el fracaso del golpe de Estado de EL SOCIALISMO Y LA SEGUNDA REPBLICA 157 agosto, los monrquicos ms radicales abandonaron el partido, y fundaron en 1933 la Renovacin Espaola, un pequeo partido alfonsino que diriga Goicoechea. Por su parte los Accidentalistas buscaron la convergencia con los partidos regionales de derechas en Marzo de 1933 crearon la confederacin Espaola de Derechas Autnomas (CEDA) presidida por Gil Robles que se convertira ese ao en el principal partido conservador del pas. Al margen de estos grupos y de algunos partidos regionales, hay que sealar el resurgimiento de los primeros ncleos fascistas reunidos desde diciembre de 1931, en las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS) de Ramiro Ledesma y Onsimo Redondo. SOCIALISAS Y COMUNISTAS. - El Partido Socialista Obrero Espaol se haba convertido en la principal formacin poltica de la nacin. Su militancia pas de 18.000 afiliados de 1930 a 82.000, cuatro aos despus. En el Congreso Extraordinario en junio de 1931, el PSOE reafirm su colaboracin gubernamental con los republicanos y aprob un programa reformista, que se plasm parcialmente en la Constitucin. Durante dos aos, los socialistas se mantuvieron fieles al compromiso con la izquierda burguesa, pese al creciente descontento de las bases del partido y del sindicato. En el Congreso del PSOE de octubre de 1932, Largo Caballero fue elegido presidente y se impusieron sus tesis colaboracionistas pese a la abierta oposicin de los besteiristas. Pero una serie de causas complejas, provocaron un progresivo alejamiento entre las fuerzas de coalicin, que condujo a la salida de los socialistas del Gobierno en septiembre de 1933, y a su presentacin en solitario en las elecciones de noviembre, y a la ruptura con un modelo de democracia burguesa, que ya no consideraban vlido para seguir avanzando hacia la revolucin socialista. LAS ORGANIZACIONES SOCIALES.- Uno de los fenmenos ms espectaculares que acompaaron al nacimiento de la Repblica, fue el enorme crecimiento de los sindicatos de clase. Uno de ellos, la UGT, acept la colaboracin gubernamental del socialismo. Su aparato sindical en armona con los equipos ministeriales del PSOE, ejerci un control efectivo sobre los Jurados Mixtos Laborales. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 158 La Ley del divorcio de 2 de febrero de 1932. Tambin aqu se trataba de que el Estado asumiera una competencia civil, siendo un derecho optativo. El Estado garantizaba la libertad de conciencia al regularlo y, mantena adems, la validez del matrimonio religioso. Pero el divorcio, combatido por la Iglesia, fue un recurso poco utilizado en sus dos primeros aos de aplicacin: slo se dictaron unas 3.500 sentencias favorables. LA LEY DE CONFESIONES Y CONGREGACIONES RELIGIOSAS.- Aprobadas por las Cortes el 2 de junio de 1933, desarrollaban los preceptos constitucionales acerca del control estatal sobre todas las confesiones, pero como era lgico, tendra que recortar los derechos de la Iglesia catlica en especial: Regulacin de las rdenes religiosas y reglamentacin del culto pblico, supresin de subsidios oficiales, y nacionalizacin de parte del patri- monio eclesistico. Atacaba, adems, la base del sistema educativo confesional, al decretar el cierre de centros de enseanza. La Iglesia posea 295 Centros de 2 enseanza con 20.684 alumnos y 4.965 de enseanza primaria, donde estudiaban 352.000 nios. El Gobierno confiaba en levantar en pocos meses 7.000 escuelas que paliasen los efectos del cierre de las religiosas. Se improvisaron 10.000 maestros mediante cursillos especiales. LAS REFORMAS MILITARES.- Si Manuel Azaa dej de ser un poltico prcticamente desconocido, para convertirse en jefe del Gobierno y lder indiscutible de la Izquierda Republicana, fue en gran parte por su labor al frente del Ministerio de la Guerra. Las medidas que aplic para racionalizar y democratizar las Fuerzas Armadas, constituyen uno de los aspectos ms positivos de la obra del bienio reformista y, prcticamente, el nico que apenas fue rectificado por los gobiernos radical-cedistas. El ejrcito espaol de 1931 estaba lejos de ser una institucin modlica. Liquidada la guerra con Marruecos, en los aos anteriores, se haba ido diminuyendo sus efectivos de reemplazo, pero no la oficialidad profesional, que formaba un cuerpo numeroso y, en general, poco formado y preparado. Sobre el papel, las Fuerzas Armadas contaban con 194.814 hombres, de los que 21.000 eran EL SOCIALISMO Y LA SEGUNDA REPBLICA 159 jefes y oficiales. En la prctica, sin embargo, la tropa se reduca a 84.000, lo que creaba una hipertrofia de mandos que converta al Ejrcito Espaol en el segundo con menos soldados por oficial. El Decreto sobre retiros extraordinarios de 25 de abril buscaba aligerar las plantillas del personal sobrante, antes de acometer la reforma orgnica del Ejrcito. Quienes se acogieran al retiro en el plazo de un mes, mantendran el sueldo integro. Por conveniencia o por miedo se acogieron a la medida 84 generales, 8.650 jefes y oficiales y 1.866 clases y auxiliares, abandonaron el Ejrcito los militares menos profesionales, lo que mejor la calidad media. LEGISLACIN SOCIOLABORAL.- Entre otras mejoras y disposiciones, el seguro obligatorio de Retiro Obrero, que en 1930 inclua a tres millones de trabajadores, integr a otros dos millones durante la Repblica. El Seguro por Maternidad se estableci con carcter obligatorio, por decreto de 26 de mayo de 1931. Otro tema prioritario fue el Seguro de Accidentes de Trabajo, que se convirti tambin obligatorio, en octubre de 1932. El Ministerio cre la Caja Nacional de Accidentes de Trabajo. En abril de 1933 se abri en Madrid el primer Hospital dependiente del INP, destinado a atender los casos cubiertos por los seguros de maternidad y accidentes de trabajo. El Gobierno de Azaa, formado en octubre de 1931, reproduca la composicin del Gobierno Provisional, con exclusin de los derechistas Alcal Zamora, Maura, pero tan slo dos meses despus los radicales, que apuntaban a ser una alternativa centrista de gobierno, abandonan la coalicin, obligando a Azaa a reducir la representacin poltica de su Gabinete. El nuevo Gobierno formado el 15 de septiembre de 1931, sera el de vida ms larga de la Repblica y estaba integrado por los siguientes Ministros: Presidencia y Guerra, Manuel Azaa (AR); Estado, Luis de Zulueta (Indep.); Gobernacin, Santiago Casares Quiroga (ORGA); Justicia, lvaro de Albornoz (PRRS); Marina, Jos Giral (AR); Hacienda, Jaume Carner (Indep.); Obras Pblicas y Fomento, Indalecio Prieto (PSOE); Trabajo, Francisco Largo Caballero (PSOE); Agricultura, Marcelino Domingo (PRRS); Instruccin Pblica, Fernando de los Ros, (PSOE). HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 160 El autntico despegue del fascio espaol se produjo en 1933. En marzo de ese ao, un periodista monrquico, Manuel Delgado Barreto lanz la revista El Fascio, que las autoridades cerraron inmediatamente. Algunos de sus colaboradores crearon poco despus el Movimiento Espaol Sindicalista, cuyo lder Jos A. Primo de Rivera, se dio a conocer como idelogo fascista. A finales de ao el MES se convirti en Falange Espaola, mientras Primo de Rivera obtena un acta de Diputado en las listas de la Unin de Derechas. Falange Espaola no se consolidaba y ello anim a su militancia a fusionarse con las JONS dirigida por Ledesma Ramos-Primo de Ribera y Ruiz de Alda. En los aos 1935 y algo de 1936 haba una Repblica Burguesa, que se influenciaba por el neofascismo de Alemania e Italia, porque en la Repblica tenan cabida los conservadores de Derechas como Lerroux y otros, y el mismo Alcal Zamora. Todos estos comportamientos de derecha, desde el gobierno Republicano provocaron la Revolucin de Octubre. Hubo alzamientos armados en Mondragn, tambin en Villena, etc., con huelgas generales que fueron vencidas por las fuerzas gubernamentales. La Revolucin de Octubre de 1934, fue fundamentalmente la Revolucin de Asturias, por las temibles proporciones que en esta zona hubo de alcanzar el alzamiento. El hecho es lgico, si se tienen en cuenta varias circunstancias: en primer lugar la gran masa de obreros -mineros sobre todo- concentrada en Asturias; en segundo lugar, la abundancia de medios de que en la regin dispona la UGT; y en tercer lugar, lo exiguo de las guarniciones militares de Gijn y Oviedo, en contraste con los enormes depsitos de armas almacenadas en las factoras de la Sociedad Espaola de Explosivos, y en las fbricas de la Vega y Trubia, que cayeron en poder de los revolucionarios. Por lo dems, el movimiento asturiano no cont exclusivamente con la UGT. Al torbellino revolucionario desencadenado por los socialistas, colaboraron indistintamente los comunistas y la CNT -duea esta ltima de Gijn- unidos todos bajo el apelativo general: Unin de Hermanos Proletarios UHP. EL SOCIALISMO Y LA SEGUNDA REPBLICA 161 Habase declarado en Asturias la huelga general, como en el resto de Espaa el da 5, la revolucin se impuso en los principales enclaves mineros, irradiando de dos centros, Mieres -donde radic el comit presidido por Gonzlez Pea- y Sama de Langreo donde actuaba Belarmino Toms. El da 6, los mineros ocuparon los puestos de la Guardia Civil de las cuencas. Unos 8.000 revolucionarios de la zona de Mieres se dirigieron hacia Oviedo, a la que sometieron a un sitio en toda regla, mientras caan en su poder Avils y Gijn. El Comit Regional de la Alianza, que diriga el socialista Gonzlez Pea, asumi el control de la situacin, estableciendo un eficaz orden revolucionario. Pero la reaccin gubernamental no se hizo esperar. El Gobierno haba hecho cara a los acontecimientos con serenidad y energa. El Ministro de la Guerra, Diego Hidalgo, puso al frente de las tropas al General Lpez Ochoa, luego llam al ministerio al General Franco, que dispuso el rpido desplazamiento a Asturias desde frica de tropas de La Legin y Regulares, y marcharon sobre la capital, al mando ya del Teniente Coronel Yage. Gonzlez Pea orden retirada, pero muchos mineros se negaron a obedecer y hasta el da 14, los marroques del coronel Yage no completaron la limpieza de la capital. El 17, los militares recuperaban la fbrica de armas de Trubia, que haba abastecido a los rebeldes. Al da siguiente el presidente del Comit, Belarmino Toms, negociaba la rendicin, que se complet el 20 de octubre. Slo en Asturias las victimas pasaron de 4.000. La respuesta patronal no se hizo esperar y miles de obreros fueron despedidos por su participacin en las huelgas. Las autoridades desarrollaron una represin implacable, efectuada en buena parte por los militares. Se hicieron unos 30.000 prisioneros. Gran parte de los dirigentes de la izquierda fueron apresados, incluyendo a Azaa, que se encontraba en Barcelona el 6 de octubre, y no tuvo nada que ver con los sucesos. Desde el da 14 estaba detenido Largo Caballero. El propio Largo Caballero ha referido el hecho de esta forma: La noche HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 162 del 6 de octubre dorm en el domicilio de Prieto, calle Carranza, 20. En el mismo edificio tenia su redaccin EL SOCIALISTA. Despus, me traslad a mi domicilio donde, 4 das ms tarde, me detuvieron.Las consecuencias inmediatas de octubre fueron graves para la izquierda, pero llevaron al nimo de muchos de sus dirigentes la con- viccin de que era preciso recuperar la unidad para derrotar polticamente a la coalicin radical-cedista. La iniciativa parti de Azaa. Republicanos y socialistas se mostraban dispuestos a suscribir un acuerdo electoral, pero cuando se decidi incluir a los comunistas, Snchez Romn se retir. El pacto del Frente Popular lo suscribieron, el 15 de enero de 1936, Izquierda Republicana, Unin Republicana, el PSOE, la UGT, las Juventudes Socialistas, el PCE, el Partido Sindicalista y el POUM. Su programa inclua la amnista, la reforma del Tribunal de Garantas, la continuidad de la legislacin reformista del primer bienio y la restauracin del rgimen autonmico. Los grupos obreros que no haban logrado introducir medidas de estatalizacin econmica en el programa, permanecan fuera del Gobierno, pero apoyaran la gestin de la izquierda republicana. Mientras la izquierda se una, la coalicin gobernante se divida. En la primera mitad del 1935 se haba avanzado mucho en la consolidacin del bloque cuatripartito y el acuerdo sobre la reforma constitucional era indicativo de que el centro y la derecha podan alcanzar un mundos vivendi provisional. Pero la crisis de finales de septiembre, que condujo a la formacin del Gobierno Capaprieta fue un aviso de que los miembros de la coalicin mantenan serias divergencias. LAS ELECCIONES DE FEBRERO DE 1936.- Es muy generalizada la opinin de que las elecciones del 16 de febrero se midieron dos bloques antagnicos representativos de las dos Espaas que meses despus se iban a enfrentar en guerra civil. EL FRENTE POPULAR.- Las manifestaciones masivas de jbilo que acompaaron al triunfo frentepopulista aumentaron los temores del amplio sector de espaoles que haban votado a la EL SOCIALISMO Y LA SEGUNDA REPBLICA 163 Legendario cartel de la Segunda Repblica Espaola. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 164 derecha. El miedo a una revancha poltica de la izquierda republicana, incluso, a una toma de poder por comunistas y socialistas de izquierda republicana, gui muchas de las convulsas actuaciones que se sucedieron en los das siguientes. Los dirigentes derechistas, estupefactos an por las dimensiones de la derrota, intentaron frenar la entrega de poderes a los vencedores. Gil Robles, que ya en diciembre haba pulsado la opinin de varios generales en torno a un golpe de fuerza, incit sin xito, a Portela para que declarase el estado de guerra, gestin a la que se sumaron Calvo Sotelo y el general Franco. Este ltimo, an jefe del Estado Mayor Central, se adelant a dar rdenes pertinentes a los mandos militares, pero fue desautorizado por el todava jefe del Gobierno. El traspaso de poderes se hizo de forma irregular, temeroso Portela de que la dilacin del trmite impidiese a los nuevos ministros refrenar los entusiasmos de su electorado. Azaa acept el da 19 formar un Gabinete en el que, conforme a lo pactado antes de las elecciones, slo entraran republicanos de izquierda: Presidencia, Manuel Azaa (IR); Estado, Augusto Barcia (IR); Gobernacin, Ams Salvador (IR); Justicia, A. Lara (UR); Guerra, general C. Masquelet; Marina, Jos Giral (IR); Hacienda, Gabriel Franco (IR); Obras Pblicas, Santiago Casares (IR); Agricultura, Manuel Ruiz-Funes (IR); Industria y Comercio, Plcido lvares Buylla (UR); Trabajo, Enrique Ramos (IR); Instruccin Pblica, Marcelino Domingo (IR); Comunicaciones, Manuel Blasco Garzn (UR). La situacin del Gobierno, en efecto, era bastante precaria. Los partidos representados en l no controlaban ni la cuarta parte de los escaos del Congreso y pese al abierto respaldo de socialistas y comunistas, su estabilidad no estaba totalmente garantizada. Los ministros pusieron manos a la obra apenas formados sus equipos. La medida ms urgente era la amnista, clamorosamente exigida en las manifestaciones de das anteriores. El Congreso aprob la medida de gracia, que afectaba a unos 30.000 presos. Otro punto del programa que no poda esperar era la puesta en vigor del Estatuto de Catalua. El primero de marzo se reanudaron las actividades del Parlamento Autnomo, que repuso en sus cargos EL SOCIALISMO Y LA SEGUNDA REPBLICA 165 a Companys y sus consejeros. La Generalidad recuper los niveles de autogobierno anteriores al 6 de octubre de 1934.Las restantes medidas del programa gubernamental se dirigan a restaurar los proyectos reformistas alterados durante el segundo bienio. El Gobierno promulg un decreto disponiendo la readmisin de todos los trabajadores despedidos por represalias polticas. El tema agrario era prioritario. A los pocos das de las elecciones los campesinos andaluces y extremeos se lanzaron a ocupar las fincas de las que haban sido desalojados el invierno anterior. Por Decreto de 20 de febrero, el ministro de Justicia prohibi los desahucios en marcha. Por su parte, Ruiz-Funes se apresur a ampliar la extensin de tierras disponibles para la reforma expropiando con indemnizacin fincas declaradas de utilidad pblica. Entre marzo y junio se ampli mucho el volumen de tierras repartidas asentndose 71.919 campesinos, sobre una extensin de 232.000 hectreas. La poltica militar ya no la desarrollaba Azaa, sino el general Masquelet. Entre sus primeras medidas figuraba una combinacin de mandos que intentaba alejar a los generales ms proclives al golpismo de los centros de poder: Goded, en Baleares; Franco, en Canarias y Mola en Pamplona. Otros ms significativos, como Villegas, Ogaz, Fanjul y Saliquet, quedaron disponibles. Poco ms pudo hacer el Gobierno de Azaa en los tres meses en que desarroll su actividad. En materia educativa, se restableci la coeducacin y se dotaron 5.300 plazas de maestros. EL RELEVO PRESIDENCIAL.- Constituidas las Cortes el 3 de abril, la izquierda se apresur a destituir a Alcal Zamora, por iniciativa de Prieto, recurriendo al artculo 81, que permita cesar al presidente si ste haba disuelto ya las Cortes dos veces. El 7 de abril, por 238 votos contra 5 -la derecha se abstuvo- el Jefe del Estado fue destituido por el Parlamento. Martnez Barrio asumi interinamente la presidencia y puso en marcha un proceso sustitutorio. La candidatura de Azaa propuesta por UR concit desde el principio amplios respaldos. Slo la izquierda del PSOE se opuso, por preferir al ms radical lvaro de Albornoz. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 166 Las elecciones de compromisarios se celebraron el 26 de abril y dieron 358 votos al Frente Popular y 63 a la oposicin. El 10 de mayo, en el Palacio de Cristal de Madrid, diputados y compromisarios votaron al nuevo Presidente, con el siguiente resultado: 754 votos para Azaa, 88 en blanco -de la CEDA- y 32 para otros candidatos: Largo Caballero, Lerroux, Primo de Rivera y Gonzlez Pea. Al da siguiente, Azaa tom posesin de la Jefatura del Estado e inici las consultas para la formacin del Gobierno. Prieto, que acept al principio, se encontr con el veto de su partido. Final- mente, Casares Quiroga, considerado hechura de su jefe, form un Gabinete Republicano: Presidencia y Guerra, Santiago Casares (IR); Estado, A. Barcia (IR); Gobernacin, Juan Moles (indep.); Justicia, M. Blasco Garzn (UR); Marina, J. Jiral (IR); Hacienda, E. Ramos (IR); Obras Pblicas, Antonio Velao, (IR); Agricultura, M. Ruiz-Funes (IR); Industria y Comercio, P. lvares Buylla (UR); Trabajo, Joan LLuh i Vallesca (ERC); Instruccin Pblica, F. Barns (IR); Comunicaciones, Bernardo Giner de los Ros (UR). HACIA LA GUERRA. La conspiracin.- En el desencadenamiento de la sublevacin contra la Repblica concurrieron dos procesos insurreccionales de naturaleza muy distinta. El primero, una conspiracin cvico-militar de inspiracin monrquica que haba guiado la trama golpista fracasada en agosto de 1932 y que se prolong en estado, ms o menos latente, hasta julio de 1936. El segundo, estrictamente castrense, no posea un carcter ideolgico tan marcado y responda al propsito de restaurar un orden social deteriorado, por el expeditivo procedimiento de un golpe de Estado, en colaboracin con elementos civiles subordinados al mando militar. El primer impulso insurreccional procedi, como hemos visto, de los alfonsinos. Pese al fracaso de 1932, prosiguieron estimulando el aire antirepublicanismo de muchos militares mediante la difusin de doctrinas militaristas. Los contactos mantenidos con Italia en este sentido, condujeron a los acuerdos de Roma, de marzo de 1934, por los que Mussolini se comprometi a entregar armas y EL SOCIALISMO Y LA SEGUNDA REPBLICA 167 asesorar militarmente a las milicias monrquicas. Los tradicionalistas perfeccionaron la organizacin del Requet con instructores militares, como el coronel Varela. Los alfonsinos, intentaron sin xito impulsar la creacin de milicias fascistas a travs de la presencia en FE del aviador Ansaldo y del marqus de la Eliseda. La conspiracin militar atraves tres fases, en las que las trampas se fueron superponiendo; entre 1933 y diciembre de 1935, la iniciativa corri a cargo de los jefes y oficiales integrados en la Unin Militar Espaola (UME); a partir de esta ltima fecha, se incorpor un grupo de generales; y desde mayo de 1936, se desarroll la trama cvico- militar del general Mola, que acabara aglutinando a las restantes.Tras la revolucin de octubre, sus filas se nutrieron con un gran nmero de ultras, entre los que se contaba al teniente coronel Valentn Galarza, mientras el teniente coronel Rodrguez Tarduchi hara lo mismo con los falangistas. Pero la situacin poltica no propiciaba el insurreccionalismo y sin el apoyo de los generales, los mandos intermedios tenan muy pocas posibilidades de hacer triunfar un golpe de Estado. La victoria del Frente Popular disip las dudas de muchos militares. Durante varios das, el pas vivi al borde de una intervencin del Ejrcito e incluso el precavido general Franco pidi apoyo al inspector general de la Guardia Civil, general Pozas, para implantar el estado de Guerra. A partir de entonces se sucedieron los contactos entre los altos mandos militares, que culminaron con una reunin celebrada en Madrid el 8 de marzo, en la que se decidi derribar al Gobierno frentepopulista. Los presentes acordaron organizar un pronunciamiento, que coordinara una Junta Militar presidida desde el exilio por Sanjurjo y de la que formaran parte los generales Mola, Ponte, Orgaz, y Varela. Los conspiradores, que contaban con la infraestructura de la UME, fijaron para el 20 de abril la fecha del golpe, pero la detencin de Orgaz y Varela oblig a posponerla. Mientras, el Gobierno procuraba alejar de los centros de poder a los militares considerados ms peligrosos. A mediados de marzo, Goded fue destinado a Baleares, Franco a Canarias y Mola a Pam HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 168 plona. Este ltimo, autntico cerebro de la conspiracin, desplaz con l su centro. En Navarra, Mola entr en contacto con los carlitas, que haban creado su propia Junta de Guerra y hacan acopio de armamento. Mediante una serie de Instrucciones reservadas, el General -llamado el director de la clave de los golpistas- fue urdiendo una compleja trama, a la que se unieron nuevos generales, como Queipo de Llano, y que a travs de la UME contaba con apoyos en muchas guarniciones. Los hilos del movimiento insurreccional eran difciles de ocultar. Los miembros de la Izquierda, Unin Militar Republicana Antifascista (UMRA), denunciaron los manejos conspiratorios en los cuarteles. La prensa se haca eco de los rumores de golpe y las organizaciones obreras preparaban la movilizacin de sus militantes. Pero Casares Quiroga no pareca darse por enterado y, findose de las promesas de algunos conspcuos golpistas, no puso el menor inters en investigar la trama. A mediados de julio, todo estaba preparado. Superadas las serias reservas de tipo poltico que haban mantenido, tradicionalistas y Valencia, 1. de octubre de 1937. Tras una sesin de Cortes, Juan Negrn y Jess Hernndez cambian impresiones con otros diputados. EL SOCIALISMO Y LA SEGUNDA REPBLICA 169 falangistas se haban comprometido a poner a sus milicias armadas a disposicin de los militares. La planificacin del golpe prevea un levantamiento coordinado de todas las guarniciones, empezando por la de Marruecos, que implantara el estado de guerra en sus demarcaciones. Mola con las fuerzas del norte, se dirigira hacia Madrid, donde Villegas -luego sustituido por Fanjul- habra sublevado los cuarteles. Si algo fallaba, Franco, al frente del ejrcito de Marruecos, avanzara desde el sur sobre la capital, que caera en una operacin de tenaza. Despus, Sanjurjo, vuelto del exilio encabezara un directorio militar a la espera de una salida, que cada partido interpretaba a su manera, a la crisis de la Repblica.El 12 de julio, pistoleros falangistas asesinaron en Madrid al teniente de la Guardia de Asalto, Jos Castillo, conocido por su filiacin socialista. Sus compaeros respondieron secuestrando y dando muerte al da siguiente a Calvo Sotelo. El pas qued sobrecogido por el doble crimen que servira de prlogo -y para algunos, de justificacin- al golpe militar. Cuando el da 17 la guarnicin de Melilla prendi la mecha de la rebelin, se abri un nuevo captulo en la historia espaola. La Repblica no desapareci, pese a que los sublevados fueron eliminando su base territorial durante tres aos. El Frente Popular mantuvo incluso una ficcin de funcionamiento normal de las instituciones, y el Gobierno no declar el estado de guerra hasta enero de 1939, cuando ya todo estaba perdido. Pero la Repblica de abril, y con ella la Espaa posible que alentaban los reformadores republicanos, haba desaparecido en los clidos das de verano de 1936. Con todos estos aconteceres, Espaa se vio envuelta en la ms cruenta de las guerras civiles. Captulo 6 CORPORACIN REPUBLICANA EN ELDA 173 Primera Corporacin del Ayuntamiento Republicano, como resultado de las Elecciones Municipales del 12 de abril de 1931. Alcalde: D. Emrito Maestre Maestre Concejales: D. Jos Ruano Lpez (PSOE) D. Joaqun Vera Prez D. Aquilino Ban Sez D. Martn Llopis Taltabull D. Juan Lorenzo Calpena D. Miguel Martnez Debs D. Luis Arrez Martnez (PSOE) D. Marciano Andrs Salgado y Snchez-Barbudo (PSOE) D. Vicente Gil Navarro D. Maximiliano Garca Soriano D. Emiliano Vera Gonzlez D. Luis Nieto Garca D. Cndido Amat Casez D. Jess Gil Ponce Corporaciones Municipales en el Ayuntamiento de Elda durante la Repblica Espaola de 1931 a 1939 HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 174 D. Luis Requena Ortiz D. Juan de Dios Garca Vera D. Francisco Alonso Rico El da 6 de julio de 1931 dimite el Alcalde D. Emrito Maestre, y sale elegido con carcter provisional D. Vicente Gil Navarro. Al terminar el ao 1931, ya aparece como Alcalde D. Aquilino Ban Sez, que haba relevado anteriormente a D. Vicente Gil Navarro. En acta de 17 de enero de 1933, aparece nueva Corporacin: Alcalde: D. Aquilino Ban Sez Concejales: D. Juan Lorenzo Calpena D. Jess Gil Ponce D. Luis Requena Ortiz D. Miguel Martnez de Bes D. Joaqun Vera Prez D. Jos Ruano Lpez (PSOE) D. Luis Nieto Garca D. Emiliano Vera Gonzlez D. Martn Llopis Taltabull D. Marciano Andrs Salgado (PSOE) D. Vicente Gil Navarro D. Cndido Amal Casez D. Luis Arrez Martnez (PSOE) D. Francisco Alonso Rico D. Emrito Maestre Maestre D. Maximiliano Garca Soriano Acta de 30 de octubre de 1934.- Se rene la Comisin Gestora, designada por el Gobernador Civil. Ocupada la presidencia por el mayor de edad, Jos Maestre Vera, se procedi a la eleccin de Alcalde, resultando por aclamacin, D. Enrique Puigcevert Foglietti, y como concejales: CORPORACIN REPUBLICANA EN ELDA 175 D. Juan Lorenzo Calpena D. Jos Maestre Vera D. Jos Cantador Graci D. Manuel Vera Laliga D. Rodolfo Guarinos Vera D. Manuel Tamayo Gonzlez D. Jos Amat Arenas D. Rafael Requena Lpez D. Jos Cremades Vicedo El 23 de julio de 1935, por enfermedad del Alcalde D. Enrique Puigcevert Foglietti, le sustituye el primer Teniente de Alcalde D. Juan Lorenzo Calpena. El 27 de julio, se lee un comunicado del anterior alcalde D. Enrique Puigcevert presentando la dimisin, por tener que residir fuera de esta poblacin. El da 3 de septiembre de 1935, se forma una Comisin Gestora, y efectuada la votacin para elegir nuevo Alcalde, sale elegido D. Juan Lorenzo Calpena, y Concejales: D. Jos Cantador Graci D. Jos Maestre Vera D. Vicente Aguado Sempere D. Jos Amat Arenas D. Jos Cremades Vicedo D. Manuel Tamayo Gonzlez Acta de Sesin Extraordinaria de 4 de enero de 1936 .- Esta sesin est presidida por el Delegado Gubernativo D. Rafael Sanmauro y con asistencia del Secretario D. Jos Cerdn Sanchiz, y los concejales que componen la Comisin Gestora, que son: Jos Maestre Vera, Jos Cantador Graci, Manuel Tamayo Gonzlez, Francisco Botella Pay, Jos Amat Arenas, Miguel Navarro Martnez, Jos Jernimo Guill, Jos Gonzlez Beltrn, Jos Aguado Sempere y como Alcalde, Juan Lorenzo Calpena. Toma la palabra el Delegado del Gobierno y ledos los oficios, y enterados todos, les fue leda por el Delegado el cese de todos los Sres. que componen la actual Comisin Gestora. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 176 Pide la palabra el Sr. Lorenzo protestando, que por ser pblico el Decreto de disolucin de las Cortes antes de esta hora, considera anticonstitucional esta medida. Todos se manifiestan en el mismo sentido, y el Delegado despus de confirmar por telfono a las 4 de la tarde, procede a nombrar la nueva Junta o Comisin Gestora, como sigue: Miguel Navarro Martnez, Jos Jernimo Guill, Jos Gonzlez Botella, Jos Aguado Sempere y Francisco Botella Pay. Sesin Extraordinaria de 5 de febrero de 1936 .- Se rene el Ayuntamiento por convocatoria, al objeto de reintegrarse en sus cargos los Concejales propietarios de este Ayuntamiento suspendido el 26 de octubre de 1934. Abierta la sesin se dio lectura del oficio del Gobierno, por el cual manifestaban aceptar la dimisin de la Comisin Gestora, Francisco Botella Pay y Jos Aguado Sempere. A continuacin qued constituido el Ayuntamiento con la presidencia de Joaqun Vera Prez, como estaba en el momento de la destitucin, y tambin toman posesin los dems componentes: Jess Gil Ponce, Aquilino Ban Sez, Jos Ruano Lpez (PSOE), Luis Nieto Garca, Emiliano Vera Gonzlez, Martn Llopis Tartabull, Marciano Andrs Salgado Snchez (PSOE), Emrito Maestre Maestre, Maximiliano Garca Soriano, Miguel Martnez de Bes y Luis Arrez Martnez (PSOE). Pide la palabra Arrez y se adhieren Llopis y Gil, y solicita, por la minora socialista, la amnista para los presos polticos e indulto para los condenados a la ltima pena, exigiendo adems, que se restituya en el Saln el retrato de Galn y Garca Hernndez, ya que ambos fueron los que trajeron la Repblica. Sesin Extraordinaria de 26 de agosto de 1936.- (Primera Corporacin Municipal del perodo de guerra). Reunidos los concurrentes al objeto de formar la corporacin a las 6 de la tarde. Corporacin que sustituye a la actual, cuyo Alcalde es o era Vicente Gil Navarro, cuyas dimisiones han sido aceptadas por la autoridad gubernativa. Declarada abierta la sesin, se ley el oficio del Gobernador Civil, nombrando concejales interinos a: CORPORACIN REPUBLICANA EN ELDA 177 (Donde se nombran con la nueva frmula denominativa de camaradas) CAMARADAS Manuel Bellot Orgils Enrique Crespo Gil (PSOE) Antonio Peralta Aranda Jos Castell Vicedo Ernesto Civera Lpez Francisco Moreno Gras Pascual Snchez Martnez (PSOE) Jos Herrero Garca (PSOE) Salvador Prez Parra Silvestre Monz Graci Antonio Martnez Moya Salvador Carpio Esteve Gaspar Poveda Brotons Pedro Snchez Martnez scar Snchez Gil Jos Herrero Amors Vicente Aguado Gras Se elije al Presidente del Consejo Municipal, que recae en Manuel Bellot Orgils. (Quedando as, como primer Alcalde del periodo de guerra). En uno de los puntos de la primera sesin, toma la palabra Pedro Snchez Martnez y dice que ya que todos los cargos municipales, vienen de obreros que han dejado sus trabajos, deben de cobrar del Ayuntamiento. Se acuerda que no percibirn ms retribuciones que las que perciban los trabajadores de las fbricas en la actualidad. Tambin se acuerda que no habr duplicidad de cargos retribuidos. Sesin Extraordinaria de 5 de marzo de 1937.-Hay reestructuracin del Ayuntamiento. Alcalde: Manuel Bellot Orgils HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 178 Consejeros:Jos Ruano Lpez (PSOE) Juan Verd Verd Basilio Miralles Botella (PSOE) ngel Maestre Martnez Pascual Orgils Gonzlez Jos Prez Silvestre Miguel Carpio Gonzlez Antonio Rico Jernimo Jos Romero Pay Luis Falc Pic Pedro Esteban Sirera Jos Herrero Garca (PSOE) Victoriano Molina Torrado Joaqun Vera Arenas Acta de la Sesin Municipal de 12 de mayo de 1938.-En esta sesin presenta la dimisin el Acalde Manuel Bellot Orgils, y queda como alcalde accidental, Jos Ruano Lpez (PSOE). El Consejo Municipal, polticamente est formado por: Confederacin Nacional del Trabajo (CNT), Izquierda Republicana (IR), Partido Socialista Obrero (PSOE), Unin Republicana Nacional (URN), Partido Sindicalista (PS). Acta de la sesin de 9 de junio de 1938.- (Nueva reestructuracin) Alcalde: Manuel Vera Rico Consejeros: Jos Ruano Lpez (PSOE) Manuel Romero Bernab ngel Maestre Martnez Pascual Orgils Gonzlez Gins Valds Snchez Luis Falc Pic Amador Miln Lpez Antonio Parra Garca CORPORACIN REPUBLICANA EN ELDA 179 Diego iguez Martnez Pedro Sirvent Verd (El Secretario del Ayuntamiento, Fernando Gil Merlo, se incorpor a las filas por pertenecer al reemplazo de 1926 y es susti- tuido en el cargo de Secretario por Jos Capilla Beltrn) Acta de la sesin municipal de 13 de marzo de 1939.-Composicin ltima del Consejo Municipal Republicano. Compuesto por los siguientes consejeros: Alcalde Manuel Alberola Castell Consejeros: Jos Ruano Lpez (PSOE) ngel Maestre Martnez Antonio Parra Garca Jos M Soler Vicedo Natalia Tendero Gil Diego iguez Martnez Jos Aracil Guarinos Pedro Sirvent Verd (Este libro de actas termina con el acta de 13 de marzo, acta incompleta y sin firmar, y del libro quedan 30 hojas en blanco. El periodo de guerra ha terminado, tambin con la terminacin de sta). Captulo 7 PERIODO DEMOCRTICO 183 H ISTRICOS Y RENOVADORES.- Cmo se pas de una a otra opcin Al XII Congreso se le llam El Congreso del renacimiento. Con el XIII Congreso, celebrado en Suresnes, Pars, en octubre de 1974, el Partido Socialista, entr en un nuevo periodo histrico dando paso a un partido renovado y, facilitado con su protagonismo, el importantsimo trance de la Transicin del Rgimen de Dictadura Franquista a la Moderna Democracia. Para dar una justificacin ms documentada a este mecanismo transicional, qu mejor que insertar aqu, el artculo de Alfonso Guerra publicado en CIEN AOS POR EL SOCIALISMO Historia del PSOE (1879-1979). Trascripcin literal: SOCIALISMO ES LIBERTAD 1972-1979. -El Congreso de 1972, duodcimo en el exilio, supuso para el Partido la llave de su renovacin. Las dificultades en las relaciones entre la organizacin clandestina, ilegal en el interior del pas, y la direccin esclerotizada del exilio se agudizaron con motivo del Congreso de 1972. El Secretario General Rodolfo Llopis, y un reducido grupo de veteranos exiliados temiendo la prdida del control del aparato del Partido, se resistan a la reglamentaria convocatoria del Congreso. Los mili- Dos opciones al Socialismo HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 184 tantes, las organizaciones de base, especialmente de Asturias, Pas Vasco y Andaluca, decidieron el riesgo de continuar adelante con la revitalizacin de un partido de larga historia y vocacin de masas.La celebracin del XII Congreso, en Toulosse, consum la separacin del grupo que apoyaba las tesis que obstaculizaban el desarrollo del Partido Socialista. Aunque la realidad de los hechos determinaba dnde estaba el Partido y dnde un simple grupo de resistentes al cambio, una fuerte campaa de prensa encaminada a distinguir dos partidos socialistas -renovado e histrico- impuls a Llopis a intentar la legitimidad del reconocimiento internacional. Fue una batalla perdida, dado que todas las opciones internacionales apoyaran al partido renovado y renovador que, con una direccin colegiada, se dispona a emprender las grandes tareas que tena ante s al aproximarse el declinar de la dictadura. Ms tarde, an en dos ocasiones, desde el poder heredero de la dictadura, se intentara revitalizar al sector histrico como mtodo de deterioro del socialismo espaol. Cuando en diciembre de 1973 desaparece el almirante Carrero Blanco, como consecuencia de un atentado, disminuyen las posibilidades del continuismo puro y duro de la dictadura. Ser a partir de esta fecha cuando las opciones democrticas intensifican su lucha contra el rgimen autoritario. El PSOE extiende su organizacin, potencia sus ncleos de lucha y prepara su XIII Congreso en el exilio que se celebrar en Suresnes, Pars, en octubre de 1974. En el Congreso de Suresnes, el Partido Socialista fija las bases de la alternativa a la dictadura: la ruptura democrtica, que produzca un corte definitivo en los procedimientos y estructuras del franquismo para dar paso a la sociedad democrtica. La nueva direccin del PSOE, encabezada por el primer secretario elegido en Suresnes, Felipe Gonzlez, se ajusta a una doble y complementaria tarea: el trnsito de la dictadura a la democracia y la extensin del socialismo por toda la geografa nacional, inten- tando agrupar a todos los socialistas dispersos. Bajo el gobierno de la monarqua, desaparecido el general Franco, la oposicin democrtica, organizada alrededor de Coor PERIODO DEMOCRTICO 185 dinacin Democrtica, suma de la Junta Democrtica, creada por el PCE, y la Plataforma Democrtica, obra del PSOE, se dispone a facilitar la transicin mediante el dilogo y la negociacin con el poder. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 186 Dos estrategias se enfrentan. El Gobierno ofrece la reforma poltica, la modificacin de las leyes fundamentales de la dictadura. La oposicin quiere la ruptura, la liquidacin del sistema autoritario y su sustitucin por un mecanismo democrtico. Ser en este trance cuando se rena el XXVII Congreso del Partido en Madrid. Todava en la ilegalidad, el PSOE lanza el reto PERIODO DEMOCRTICO 187 de celebrar un Congreso con gran publicidad y con la presencia de las principales figuras del socialismo internacional. El Congreso del Partido Socialista suscit una gran expectacin pblica y sus resoluciones fueron un elemento de presin condicionante para la llegada de la democracia.El mismo Congreso confirmara el proceso unificador del sector histrico del Partido. Unos meses ms tarde, el PSOE es una organizacin legal que se dispone a participar en la primera confrontacin electoral despus de cuarenta aos sin libertad para la eleccin popular. Comenzaba a ser una realidad la estrategia de conquista de parcelas de libertad emprendida por el PSOE dos aos antes. Las primeras elecciones democrticas, las elecciones de junio de 1977, revelaron el importante impulso popular que sostena el PSOE, que ofreca un programa de cambio de sociedad -cambiar la vida-, de libertad -la libertad est en tu mano-, y una imagen de juventud, de corte con la poltica del pasado. El Parlamento que surge de estas elecciones habr de resolver la pugna entre reformistas -que quisieron cambiar Espaa sin desactivar el mecanismo legislativo que sostena un tejido social y HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 188 PERIODO DEMOCRTICO 189 poltico podrido- y rupturitas, que deseaban el salto limpio que a la vez borrase el pasado y alumbrase la democracia-. La confrontacin se supera con la Constitucin. El texto constitucional es la ruptura y se ha llegado a ella sin una contradiccin absoluta con el proyecto reformista.Durante el proceso constituyente, los socialistas, adems de concretar el compromiso constitucional lanzado en su Congreso de 1976, se ocupan de la democratizacin de los mecanismos del Estado en un intento de liquidacin de los resduos del rgimen anterior, de la potenciacin del sindicalismo socialista y de la extraordinaria obra de hacer converger a todos los socialistas espaoles encuadrados en diversas organizaciones de mbito regional y en el Partido Socialista Popular, bajo las siglas que fundara Pablo Iglesias. A comienzos del ao 79, dos acontecimientos marcan la situacin poltica del pas. Dos procesos electorales: renovacin del Parlamento y elecciones locales para cubrir los ayuntamientos democrticamente tras un parntesis histrico de cuarenta y seis aos. Los socialistas consolidan su apoyo popular del 30%, alcanzando a colocar al pas ante la conviccin de que el PSOE reprePrimer Gobierno socialista, tras el franquismo. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 190 senta una real alternativa de gobierno. En las elecciones municipales del voto popular progresista entregar la gestin local a las fuerzas de izquierda y en particular a los socialistas, que ocupan la mayora de las alcaldas de las ciudades y de los pueblos con un importante nmero de habitantes.La fecha del 2 de mayo de 1979, conmemoracin del centenario de la fundacin del Partido Socialista, se centra en torno a dos elecciones recientes que aportan el mayor nmero de parlamentarios, alcaldes y concejales de su historia, el ms amplio apoyo popular que ha conocido, y la proximidad de su XXVIII Congreso Federal, primero celebrado en la legalidad tras un parntesis de casi medio siglo. En el umbral del XXVIII Congreso, el PSOE habr de ofrecer una alternativa de futuro al pueblo espaol en defensa de los intereses de las clases trabajadoras. Los socialistas tienen la palabra. Alfonso Guerra PERIODO DEMOCRTICO 191 C omo segunda parte de la Historia del Socialismo en Elda, y continuidad desde su principio en 1878. Despus del tristemente famoso parntesis como consecuencia de la guerra espaola del 36, donde el franquismo antidemocrtico puso todos los medios a su alcance, tanto represivos como intimidatorios y doctrinales para hacerlo desaparecer por completo, cosa sta que no consigui, pues estaban muy arraigadas las ideologas socialistas en las masas y dirigentes, aunque las diezm todo lo que pudo. El calor del fuego ideolgico era tan fuerte, que siempre quedaron cenizas o reminiscencias ideolgicas, clandestinas en el interior y expatriadas. Tras la muerte del dictador, con una coordinacin, en muchos casos ejemplarizante, su organizacin predemocrtica sirvi de nexo de unin entre dos pocas bien diferenciadas, jugando un papel importantsimo en la nueva etapa democrtica. Como en todos los pueblos de Espaa, en Elda, tambin haba reminiscencias semi-organizadas del Partido Socialista, en conjuncin o contacto con miembros clandestinos, lo mismo en las crceles que en el exilio e incluso en la misma poblacin. Todo este conjunto de factores y nuevas incorporaciones de jvenes prome- Perspectivas finales (Perodo Democrtico) HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 192 sas, son los que formaron he hicieron frente a la continuidad del Grupo Socialista Local, que seguidamente asimil las directrices emanantes de congresos, principalmente del celebrado en Suresnes (Francia) en 1974, con las nuevas formas de hacer socialismo y nuevas directrices de las salientes ejecutivas. PERSPECTIVAS DEL PARTIDO SOCIALISTA DE ELDA EN EL PRIMER AO DEL PERIODO DEMOCRTICOConservando la filosofa socialista emanante de sus principios, la responsabilidad de la reanudacin y organizacin del Partido Socialista Obrero Espaol en Elda, recay en pocos miembros, pero bien coordinados que compusieron la primera Junta Rectora, que haba de dar va reglamentaria a la Agrupacin Eldense, como se refleja en la primera Asamblea Constitutiva, que transcribi literalmente. (Hago constar, que las primeras reuniones se celebraron en domicilios particulares de algunos militantes). El primer Libro de Actas de este periodo est encabezado as: ACTAS COMIT Y ASAMBLEAS GENERALES. Periodo: 25-176 al 31-3-78. Primera pgina.- En la ciudad de Elda, a veinticinco de enero de mil novecientos setenta y seis, reunidos los compaeros que al margen se expresan: Andrs Lloret Mart, Jse Serrano, Julio Prez Aguado, Juan Antonio Lax, Diego iguez Martnez, Jos Bravo Larrosa, Jos M Lax, Francisco Pay, Ricardo Domnguez Yez, Roberto Huesca, Jos Luis Riquelme, Antonio Amat Ruiz, Pascual Ban, Francisco Snchez Sempere, Juan Guilln, Jos Gonzlez Rico, Francisco Verd Cuenca, Francisco Cuenca Lpez, Juan Huesca Miralles. (Total 19) ACUERDAN: 1.-Dejar constituida la Agrupacin de Elda del Partido Socialista Obrero Espaol. 2.-Son designados por unanimidad los siguientes compaeros para la Junta Rectora de la Agrupacin: Jos Gonzlez Rico, Juan Huesca Miralles, Diego iguez Martnez, Jos Bravo Larrosa, Roberto Garca Blanes, Francisco Verd Cuenca, Andrs Lloret Mart,. 3.-Para la designacin de cargos, dentro de esta Junta, los arriba expresados se reunirn inmediatamente despus de finalizada la sesin de general. 4.- Los reunidos toman nota de la circular del Comit Ejecutivo Nacional. PERIODO DEMOCRTICO 193 HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 194 Sin otros asuntos a tratar se levanta la sesin. (Estn las firmas) Segunda Pgina.- En la ciudad de Elda, a veinticinco de enero de mil novecientos setenta y seis, conforme se hace constar en el acta anterior los miembros designados para ocupar los cargos de esta Junta Rectora, una vez finalizada la Asamblea General, siguen reunidos para el nombramiento de los mismos, quedando compuesta de la forma siguiente: Presidente: Jos Gonzlez Rico; Vicepresidente: Juan Huesca Miralles; Secretario: Jos Bravo Larrosa; Tesorero: Andrs Lloret Mart; Relaciones sindicales: Diego iguez Martnez. Designados los cargos, acto seguido se procede a estipular la cuanta de la cotizacin, tomndose el acuerdo por unanimidad de fijarla en cien pesetas mensuales. Sin otros asuntos a tratar se levanta la sesin previa convocatoria de la prxima reunin de esta Junta, para el prximo da veintinueve de enero, a las 19,30 horas. (Estn las firmas) PERIODO DEMOCRTICO 195 A partir de estas reuniones, con las convocatorias de las asambleas normalizadas, la Agrupacin va recobrando su vida propia y activa, y actualiza sus actividades como partido poltico, como se refleja en sus diversas asambleas, enumeradas hasta el primer ao del periodo democrtico. Relacin cronolgica de este periodo: Donde tambin se advierte ntidamente su recuperacin, a pasos agigantados, pues el sentir socialista se manifiesta con el ejemplo y la ejemplaridad. Ya, a tres meses vista desde el comienzo de esta etapa, en la asamblea de 27 de mayo de este ao 1976, se incrementan los militantes de 19 a 47, como se ven inscritos en el margen del acta de esta fecha, trascritos seguidamente: Pedro Valera, Antonio Llorens, Jos Montesinos, Luis Villaplana, Jose M Lax, Juan Antonio Lax, Pedro Valera, Roberto Huesca, Jos Gnzalez, Juan Huesca, Francisco Verd, Andrs Lloret, Diego iguez, Ricardo Domnguez, Juan Guilln, Jos Serrano, Francisco Pay, Jos Bravo, Francisco Cuenca, Julio Prez, Pascual Ban, Francisco Snchez, Juan Jos Snchez, Manuel Ferrando, Roberto Garca, Pedro Rico, Enrique Yez, Francisco Azorn, Cecilio Sirvent, Filomena Ortega, Jos Eduardo Ruiz, Jos Ferr, Joaqun Doro, Rafael Escudero, Antonio Amat Ruiz, Jos Luis Riquelme, Luis Mira Belmonte, Jos Ibez, Atilano Romero, Jos Fernndez, Juan Olaya, Ramn Ao 1976 29 - 1 5 - 2 22 - 2 27 - 2 4 - 3 27 - 5 10 - 10 18 - 10 27 - 10 3 - 11 17 - 11 13 - 11 24 - 11 1 - 12 11 - 12 23 - 12 Ao 1977 6 - 1 9 - 1 16 - 1 20 - 1 9 - 2 10 - 3 19 - 3 25 - 3 24 - 4 29 - 4 2 - 5 15 - 5 21 - 5 27 - 5 1 - 7 12 - 8 3 - 9 4 - 11 23 - 11 30 - 11 HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 196 Beltrn, Joaqun Romn, Jos Jover, Segismundo Falc, Pedro Deltell, Emilio Romero. En la asamblea celebrada el 10 de octubre de 1976, se nombra la primera Ejecutiva, que es la que releva a la Junta Rectora, que como norma del partido, es elegida por votacin democrtica y qued de esta forma: Presidente, Pedro Rico Rico; Secretario de Organizacin, Manuel Bravo Castell; Secretario de Prensa y Propaganda, Jos Miguel Espinosa Justamante; Secretario de Formacin, Diego iguez Martnez; Secretario de Administracin, ngel Escudero Garca; Secretario de Relaciones Sindicales, Luis Mira Belmonte; Secretario de Relaciones con otras fuerzas, Jos Bravo Larrosa. Como en esta descripcin histrico-representativa, lo importante son la evolucin de su devenir histrico, como tambin los hitos ms representativos, y las responsabilidades morales y fsi- cas de las personas que hicieron frente a este desarrollo histrico, y no tanto las pormenorizaciones. No entramos en esos detalles innecesarios, por lo cual resaltando el aspecto humano, y para dar por finalizado esta compendio histrico, slo me resta transcribir PERIODO DEMOCRTICO 197 la relacin sucinta de los militantes, que con su ejemplo fsico, pusieron las bases, como soporte de prelanzamiento del Partido Socialista de esta localidad, en ese punto referencial del primer ao democrtico.Hasta finales del ao 1977, la Agrupacin Socialista de Elda (PSOE) estaba compuesta de esta relacin nominal de militantes: Pedro Rico Rico, Antonio Amat Ruiz, Luis Mira Belmonte, Juan Rodrguez Campillo, Roberto Garca Blanes, Diego iguez Martnez, Jos Fernndez Segura, Emilio Romero, Segismundo Falc Pic, Ricardo Domnguez Yez, Jos Bravo Larrosa, Francisco Cuenca Lpez, Pedro Valera, Julio Prez Aguado, Francisco Snchez Sempere, Filomena Ortega, Manuel AlfaroToboso, Abelardo Dur Carpena, Joaquina Aguado Vera, Jos M Alcaiz Lorente, ngel Escudero Garca, Jos Miguel Espinosa Justamante, Inmaculada Mira Carrilero, Jos Montesinos Garca, Manuel Muoz Casanova, Francisca Muoz Gil, Jos Miguel Oliver Graci, Pedro Perell Clemente, Jos M Poveda Jover, Jess Rubio Panadero, Francisco Sez Martnez, Luis Sogorb Deltell, Luis Miguel Sogorb Moll, Luis G. Torregrosa Mira, Eliseo Val Marco, Josefa Vera Busquier, Jos Garca Garca, Manuel Toms Cataln, Emilio Toms Cataln, Jos Serrano Pastor, Antonia Castell, Jos Soriano Rovira, Jos Cerdn Lpez, Jos Miguel Esteve, Ramn Escandell, Juan Jos Moreno, Juan Medina Amors, Francisco Medina Lpez, Emilio Moy Verd, Manuel Bravo Castell, Jos Gonzlez Rico, ngel Escudero, Francisco J. Dur Sez, Manuel Jover Garca, Santiago Pomares, Juan Huesca Miralles, Andrs Lloret Mart, Juan Guilln Hernndez, Roberto Huesca Amat, Antonio Llorens Prez, Juan Jos Snchez Soria, Juan Huesca Amat, Joaqun Romn Vera, Luis Villaplana Gonzlez, Jos M Lax Trapero, Juan Olaya Pastor, Pascual Ban Amat, Francisco Pay Santos, Juan A. Lax Trapero, Pascual Herrero Amors, Andrs Zarza Ruiz, Eutimio Bravo Castell, M Luz Lpez Ferrndiz, Jos Juan Buenda, Antonio Pay Carbonell, Eduardo Timor Gras, Venancio Martnez Montalbn, Enriqueta Daz Chinchilla, Antonio Gonzlez Bellot, Jos Jover Prez, Enrique Yez Garca, Pedro Deltell Garca, Jos HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 198 Ferr Lpez, Enrique Gmez Rivas, Sacramento Cantos Ruano, Diego Ruano Gil, Francisco Verd Cuenca, Indalecio Deltell Garca, Martn Garca Palao, Manuel Medina Garca, Ernesto Maas Soler, Pablo Palao Ibez, Francisco Garca Tendero, Vicente Pujalte Gmez, Jos Lan Navarro, Francisco Garca Algarra, Pedro Lpez Carretero, Antonio Castell Botella, Jos Ruzafa Romero, Alfonso Rubio Jimnez, Francisco Torr Castell, Jose M Abelln Snchez, Manuel Buzn Snchez, M Carmen Campos Martnez, Jos Prez Celdrn, Remedios Olmos Juan, Enrique Morgado Martnez, Juan Villa Sabater, Patricio Saura Snchez, Antonio Lpez Tortosa, Silvino Castao Romero, Emilio Arrez Garca, Elia Miralles Esteve, Vctor Ortega Ruiz, Manuel Muoz Fernndez, Gabriel Segura Navarro, Salvador Esteve Gregori, Margarita Prez Lled, Francisco Esteve Orgils, Vicente Soler Vano, Mara Andreu Costa, Milagros Maestre Esteve, Gerardo Prez Busquier, Francisco Azorn Vidal, Emilio Ramrez Moreno, Gaspar Tortosa Pay, scar Moratalla Lillo, Mercedes Segura Callado, Adrin Prez Albert. PERIODO DEMOCRTICO 199 A unque el campo histrico detallado de este libro lo hemos limitado hasta el primer ao de la Democracia Moderna, por las razones obvias de ser ese despus, de dominio pblico actual, -como llevamos indicado-, me ha parecido interesante introducir algunos datos actuales, de avance reciente, como complemento de actualidad, para darle -a este compendio histrico- ms realismo vigente de continuidad histrica. No como su continuidad absoluta, sino como hitos de ejemplaridad. Este es el motivo de sacar algunos ejemplos posteriores a ese primer ao de cierre histrico. Como un hecho destacado y relevante, por lo apotesico y popular, tenemos que subrayar el gran triunfo del Partido Socialista Local en las Elecciones Municipales de 26 de abril de 1983, que nos dieron como respaldo popular una Corporacin Municipal compuesta por Alcalde y diecisis Concejales socialistas. El mayor triunfo conseguido hasta ahora en nuestro pueblo en la 2 legislatura democrtica, compuesta de la siguiente forma: Alcalde, Roberto Garca Blanes; Concejales: Jos M. Espinosa Justamante, Juan Medina Amors, Luis G. Torregrosa Mira, Francisca Muoz Gil, Jos M. Oliver Graci, Manuel Jover Garca, Juan Garca Este- Apndice final de la Historia Local HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 200 van, Agustn Toms Toms, Jos L. Durn lvarez, Luis G. Torregrosa Lpez, Luis Mira Belmonte, Manuel Jover Pez, Manuel Guzmn Ruiz, Mara J. Hernndez Lax, Matas Aparicio Simn, Juan Rodrguez Campillo. Total 17. Cabe destacar Roberto Garca Blanes totaliz un mandato como Alcalde de 16 aos.Tras la victoria en las Elecciones Locales de 1987 el PSOE qued representado de la siguiente forma en el Ayuntamiento de Elda: Alcalde, Roberto Garca Blanes; Concejales: Jos Miguel Espinosa, Juan Medina, Juan Garca, Juan Pascual Azorn, Francisca Muoz, Jos Miguel Oliver, Manuel Jover, Agustn Toms, Jos Luis Duran, Luis Mira Belmonte y Luis Gabriel Torregrosa. En las Elecciones Locales de 1991, el PSOE en Elda vuelve a gobernar la ciudad y la Corporacin Municipal queda compuesta de la siguiente manera: Alcalde, Roberto Garca Blanes; Concejales: Jos Miguel Espinosa, Juan Verd, Juan Pascual Azorn, Francisca Muoz, Luis Mira Belmonte, M del Carmen Orgils, Luis Gabriel Torregrosa, Agustn Toms, Juan de Dios Falc y M Fernanda Obrador. En 1995, por primera vez, gana las Elecciones Locales en Elda el Partido Popular, gobernando en minora. Pero, tras la mocin de censura aprobada el 5 de julio de 1996 fue proclamado como Alcalde Juan Pascual Azorn Soriano, gobierno en alianza con EU. La Corporacin Municipal qued de la siguiente forma: Alcalde, Juan Pascual Azorn; Concejales del PSOE: Jos Miguel Espinosa Justamante, Manuel Serrano Gonzlez, Juan de Dios Falc Rico, Jos Manuel Orovio Lpez-Pastor, M del Carmen Orgils Romero, Eduardo Timor Gras, M Isabel Collado Almendros y Eduardo Vicente Navarro. Concejales de IU: Benjamn Ortuo Falc, Domingo Orgils, Florentino Ibez, Gloria Vlchez. En las Eleecciones de 1999 el PSOE vuelve a ganar por mayora absoluta y su corporacin queda as: Alcalde, Juan Pascual Azorn Soriano; Concejales: M del Carmen Orgils Romero, Jos Miguel Espinosa Justamante, Juan de Dios Falc Rico, M Isabel Collado Almendros, Jos Manuel Orovio Lpez-Pastor, M Fernanda Obrador Gil, Eduardo Timor Gras, Jos Qulez Soriano, PERIODO DEMOCRTICO 201 Francisca Ganda Vidal, Fini Yage ms Benjamn Ortuo Falc y Florentino Ibez. Estos dos ltimos concejales provenan de la corriente creada en Izquierda Unida, llamada Nueva Izquierda y que posteriormente fue acogida por el PSOE. Durante esta legislatura suceden dos hecho que conviene destacar: Dimite Benjamn Ortuo ocupando su lugar Antonio Jess Morales Montiel y fallece Florentino Ibez siendo sustituido por Celia Carrasco Puentes. Elecciones Munipales 2003. Nuevamente gana el PSOE. Prosigue su mandato como Alcalde Juan Pascual Azorn Soriano; y como concejales se nombran a M del Carmen Orgils Romero, Eduardo Timor Gras, Lorena Alcntara Miralles, Luis Verd Lpez (sustituido posteriormente tras su dimisin por Antonio Jess Morales Montiel), M Isabel Collado Almendros, Jos Qulez Soriano, M Francisca Ganda Vidal, Carlos Guillermo Ortuo Falc, M Salud Corb Snchez y Alfredo Garca Deltell. Estos triunfos socialistas hay que hacerlos extensivos o complementarios (o stos de aqullos) al Gobierno de la nacin y autonmico, con Felipe Gonzlez, Joan Lerma y posteriormente nuestro Presidente Jos Luis Rodrguez Zapatero. El entonces Secretario General del Partido Socialista Obrero Espaol, Felipe Gonzlez Mrquez, fue investido Presidente del Gobierno de Espaa, el da 1 de diciembre de 1982, ejerciendo su cargo de Presidente hasta el 1 de mayo de 1996. Tras catorce aos de gestin socialista, el 5 de mayo de 1996, Jos M Aznar Lpez, del Partido Popular, gana las Elecciones Generales. Su mandato se prolongar dos legislaturas (ocho aos), hasta que, el 17 de abril de 2004, nuevamente, el PSOE consigue la victoria a travs de Jos Luis Rodrguez Zapatero, que ser proclamado Presidente de Espaa, cargo que sigue ostentando en la actualidad al haber logrado en los comicios de 2008 revalidar el liderazgo de nuestro Partido Socialista en las urnas. Y como cierre de este avance, remarcar la gestin del Grupo Municipal Socialista, ahora en la oposicin tras perder las Elecciones del 2007, compuesto por los concejales: Juan Pascual Azorn Soriano (sustituido por Olga Ortn Mira, al ser nombrado ste HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 202 Senador por Alicante el 9 de marzo de 2008), M del Carmen Orgils Romero, Eduardo Timor Gras, Jos Blanes Peinado, M Salud Corb Snchez, Carlos Guillermo Ortuo Falc, Alfredo Garca Deltell, Celia Carrasco Puentes y Jos Qulez Soriano.Cabe hacer una mencin especial a la actual, joven y renovada Comisin Ejecutiva Local de la Agrupacin Socialista de Elda encabezada por el Secretario General, Rubn Alfaro Bernab, quien fue elegido democrticamente en abril de 2008 por casi el 90% de los votos de la Asamblea y presidida por Manuel Jover Pez. Adems de Rubn y Manuel son miembros de la Comisin: Eduardo Vicente Navarro (Vicesecretario General), Jos Antonio Amat Melgarejo (Secretario de Organizacin), Olga Ortn Mira, Enrique Jess Qulez Tapia, M ngeles Izquierdo Escudero, Clemencia Torrado Rey, Francisco Jos Navarro Gonzlez, Sandra Azorn Gonzlez, Jess Sells Quiles, Alba Garca Martnez, Juan Felipe Muoz Vizcano, Rosa Rocamora Rocamora, Celia Carrasco Puentes e Ignacio Sellers Moya (miembro nato de la Ejecutiva al ser el actual Secretario General de las Juventudes Socialistas de Elda). Como punto final de la Historia del Partido Socialista en ELDA, he credo lo ms conveniente, y valorando en su conjunto lo que antecede, como se puede apreciar, historiar someramente, y slo como testimonio, su planteamiento fsico, hasta el primer ao inclusive, de la Democracia, como demostracin de enlace, con su devenir histrico desde su fundacin, es obvio, su no continuacin, en las actuales y recientes actividades, por carecer de perceptiva histrica, siendo de rabiosa actualidad, y todas sus acciones de dominio pblico actual. Por tales motivaciones dejo la presente panormica de actividades, vrgenes e impolutas, para futuros historiadores. El Partido Socialista, a travs de su larga vida y andadura de actividades polticas, tuvo diversas ubicaciones, como se ha visto, durante su largo recorrido vivencial, de un completo siglo, y sigue impertrrito con el que comenz en el 2000. Captulo 8 NOTAS SUELTAS ILUSTRATIVAS 205 Notas sueltas ilustrativas (97) Al finalizarse la guerra civil de 1936, los derrotados comenzaron un xodo, en precarias situaciones, repartidos por todo el mundo, pues caa sobre ellos todo el peso de la represin, empren- dida por Franco. Otros se encontraban exiliados en su propia tierra, con ocasin de trabajo limitada, y sanciones profesionales, a veces penosas, como las carcelarias. (99) En 1943 se form la Junta Espaola de Liberacin, que propugnaba establecer la Repblica en Espaa por iniciativa de los republicanos catalanes y participaron los socialistas. Su figura ms representativa era Martnez Barrio aunque en el interior se form la Alianza Nacional de Fuerzas Democrticas que queran elecciones libres. Se reunieron en Mjico 72 diputados y se adhirieron 49 ms del Frente Popular. Martnez Barrio fue elegido presidente de la Repblica y Juan Negrn present la dimisin. Estaba presente Jos Daz, secretario del Partido Comunista de Espaa -que se suicid en 1942- pasando la direccin del partido a Dolores Ibarruri, y despus paso a Santiago Carrillo. (104) El principal organizador del socialismo en Francia fue Rodolfo Llopis. En 1947 estaba formado un Gobierno Republicano presidido por lvaro de Albornoz, que se reunan en la sede de la ONU donde eran reconocidos. (Datos del libro La Espaa de Franco de Javier Tusell) HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 206 No as el gobierno de Franco. (108) Los guerrilleros antifranquistas actuaban en las zonas de Levante, Galicia, Sierra Morena, Granada y Asturias. Murieron unos 2.200 guerrilleros en los combates, y la Guardia Civil perdi 250 individuos. (116) En 1945 en la Conferencia Internacional de San Francisco se form la Organizacin de las Naciones Unidas, en la que no admitan a la Espaa de Franco. (No admitan naciones fascistas). (285) Desde la dcada de los sesenta, junto a protestas sociales en contra del franquismo, aparecen los fenmenos del terrorismo, aunque la manifestacin de ETA en su conversin a los procedimientos terroristas datan de 1967, como independistas del Pas Vasco del resto de Espaa. En estos momentos no se pensaba que ETA iba a ser la cruel herencia del franquismo. ETA es el fenmeno terrorista ms importante de Espaa, con la sola excepcin del IRA irlands, que ha causado 4 veces ms muertos. (221) Desde octubre de 1974 a octubre de 1975, ETA asesin a 22 miembros de las fuerzas de Orden Pblico y a 14 civiles. Pero el hecho ms significativo, es que en los das de las ejecuciones de septiembre de 1975 por Franco, se manifestaron en el Pas Vasco 200.000 personas en solidaridad con los dos militantes de ETA que perdieron la vida. (225) En 1968 se funda el Partido Socialista del Interior, por el grupo de seguidores de Enrique Tierno Galvn, que en 1965 haba militado en el PSOE, del que por discordancias fue expulsado. Aunque el PSI logr algunos apoyos exteriores, no poda ser el verdadero renovador del PSOE. Tal misin le correspondi a tres grupos de jvenes de procedencias distintas y militancias recientes. Mjica y Redondo eran los principales animadores del socialismo vasco. Castellanos representaba al de Madrid, y Alfonso Guerra y Felipe Gonzlez, los ms recientes en la militancia socialista, dirigan la organizacin sevillana. El momento decisivo del PSOE se produjo en 1973, cuando tras algunas escaramuzas, los renovadores del interior se impusieron NOTAS SUELTAS ILUSTRATIVAS 207 a Rodolfo Llopis, que no acept el resultado del Congreso. En realidad la victoria sobre Llopis fue ms obra de los dirigentes vascos y madrileos, que de los sevillanos, pero stos iban a predominar ms inevitablemente porque contaban con un Felipe Gonzlez cuya condicin de lder ya se adivinaba.El definitivo triunfo de los renovadores tuvo lugar en el otoo de 1974, con ocasin del Congreso celebrado en Suresnes, cerca de Pars. El PSOE en el ao 1974 tena unos 2.500 militantes en el interior, y 1.000 en el exterior. La direccin elegida supuso la vic- toria definitiva de Felipe Gonzlez (que ocultaba su nombre bajo el seudnimo de ISIDORO). A partir de ese momento el PSOE, as renovado, se convirti en un polo de atraccin de otros sectores. La celebracin de la Conferencia Socialista Ibrica permiti la recuperacin de partidos afines, que fueron engrosando las filas socialistas. CARACTERSTICAS SINGULARES DE FRANCO Y EL FRANQUISMO (39) Fraga escribi del sistema poltico del franquismo como de claro predominio del ejecutivo, y Lpez Rod afirm pues a Franco no se le discuta y que el Gobierno era quien mandaba. El derramamiento de sangre en Espaa, incomparablemente superior al de Alemania de Hitler. La poblacin reclusa de Espaa en 1939 era de 270.000 personas, cuando en 1933 era slo de 12.000. Todava en 1945 haba 43.000 presos. (202) En 1947 Franco abri 1.400 sumarios polticos por los tribunales, la mayora sindicalistas, y 17 muertos con enfrentamientos de las fuerzas de orden pblico. (15) Franco pensaba que la masonera era la causante de todos los males habidos y por haber. Franco lleg a acumular en el archivo de Simancas 80.000 expedientes contra masones, cuando la realidad era que en todo el pas, no haba ms de 5.000, (37) La dictadura de Franco era militar, pero pesaba ms el HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 208 personalismo de Franco. Todos los vicepresidentes y 40 de los 114 ministros fueron militares.(56) Franco se empe con Italia en 5.000 millones (de entonces) por la ayuda que le prestaron los italianos. (69) Franco y Serrano Suer -su cuado- decan que Rusia era la culpable de los males de Espaa de los aos treinta, por tal motivo Franco mand a combatir a Rusia, la llamada divisin Azul compuesta por 18.000 hombres al mando del falangista Muoz Grandes en 1941. (77) Alfonso XIII muri en Roma en 1941 y abdic en su hijo D. Juan de Borbn, quien asuma ahora la lnea dinstica. Era una persona que, en el pasado inmediato, se haba identificado con la extrema derecha y no haba tenido reparo en tratar de tomar las armas contra la Repblica en plena guerra civil. (94) Franco quera ser absoluto y tener en sus manos el poder, an despus de muerto. Para tal, fragu una ley de sucesin a su medida, formando un Consejo de Regencia, en el que l mandaba. De hecho, la nica consecuencia prctica inmediata de la Ley de Sucesin consisti en atribuir al propio Franco la capacidad de conceder ttulos nobiliarios: lo hizo concediendo ducados a los herederos de Primo de Ribera, Calvo Sotelo y Mola, y a sus propios hijos, Duquesa de Franco. RETAZOS HISTRICOS El Rey Amadeo I, renunci a la Corona de Espaa el da 11 de febrero de 1873. La abdicacin produjo una sensacional turbacin en Madrid, capital ya de una exmonarqua, pues en la noche del 10 al 11, por 258 votos contra 32, las Cortes proclamaron la Repblica (1). En menos de 2 aos, la Repblica consumi 4 presidentes: 1, Estanislao Figueras: Estuvo poco ms de un mes. 2, Francisco P y Margal: Igual que el otro. 3, Nicols Salmern: Dos meses. 4, Emilio Castelar y Ripoll: 18 meses. NOTAS SUELTAS ILUSTRATIVAS 209 El 2 de enero de 1874, se iba a elegir el 5 Presidente, y entr el General Pava y Rodrguez de Alburquerque, Capitn General de Castilla, que a tiro limpio -sin tirar a dar- disolvi las Cortes. El 12 de Agosto de 1917 fue declarada en Madrid, una huelga revolucionaria, y fue detenido el comit de huelga compuesto por: Julin Besteiro, Francisco Largo Caballero, Andrs Saborit y Daniel Anguiano. Duracin de los Presidentes de los Gobiernos Democrticos: Adolfo Surez (tres aos y medio); Leopoldo Calvo Sotelo, dos aos escasos; Felipe Gonzlez Marques, catorce aos; Jos M Aznar, ocho aos; Jos Luis Rodrguez Zapatero, desde 2004 hasta nuestros das. El 10 de febrero de 1977, se lograba, (finalmente!), la legalizacin del PSOE. Concluan 38 aos de accin ininterrumpida en la clandestinidad. Toms Meabe Bilbao (1879-1915), escritor y periodista, abandon las filas del nacionalismo vasco para integrarse en las filas socialistas. Fund en 1903 las Juventudes Socialistas, vanguardia del PSOE, cuyo rgano de expresin fue, y sigue siendo hoy, Renovacin. El emblema del partido, como Partido Socialista Obrero, fue desde sus comienzos el yunque, y sobre l, un tintero con plumas de ave, y a su lado un libro abierto. El segundo emblema adoptado despus del Congreso de Suresnes, est representado por el Puo y la Rosa y debajo las siglas PSOE. Con Azaa entra por primera vez, el Partido Socialista en el Gobierno de Espaa, en 1931. Azaa dijo en una frase lapidaria: Espaa ha dejado de ser catlica -siendo Ministro de la Guerra-. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 210 Fernando de los Ros, era sobrino de Francisco Giner de los Ros. Socialismo y Libertad eran los principios ticos de Kant, y de los Krausistas, con las teoras de Marx. Sucesores de las tradiciones erasmistas y humansticas del Siglo XVI. El primer intento de separacin de los vascos, fue cuando la Repblica de 1931, manifest: En nombre del Dios Todopoderoso y del Pueblo Vizcano. En 1931, dijo Indalecio Prieto: No deben olvidar los vizcanos, que el Estatuto Vasco, tiene que salir de las Cortes Constituyentes. En 1931, la Iglesia estaba a favor de la autodeterminacin del pueblo vasco. En 1931, deca Ventura Gassol, el 15 de junio en Matar: Los catalanes no pueden ser espaoles, porque han nacido en tierras catalanas. La segunda Repblica se inicia en la frontera, entre dos revoluciones: La Revolucin liberal-burguesa, cuyos ltimos objetivos, se despliegan entre 1868 y 1874, y la Revolucin del cuarto Estado programado a partir de la aclimatacin en Espaa, de la 1 Internacional de Trabajadores en 1870. Como prueba de algunas de las arbitrariedades a las que el gobierno de Franco nos tena acostumbrados, en junio de 1947, el Gobierno someti a referndum la Ley de Sucesin en la Jefatura del Estado, mediante votaciones en toda Espaa. En Portmn (Murcia), los colegios electorales deban abrir sus puertas a las 8 y media, pero una hora antes el Secretario del Gobernador Civil se present con las actas ya rellenadas, hacindolos firmar a los Presidentes y Vocales de las Mesas. Se certific as el resultado de las elecciones antes de que comenzaran. NOTAS SUELTAS ILUSTRATIVAS 211 (Este ejemplo es slo una muestra del civismo democrtico que imperaba en la Dictadura, parangonando los caciquismos que estaban a la orden del da en el desarrollo de las elecciones, con anterioridad a la Segunda Repblica de 1931). Los datos que preceden -referentes a Portmn- estn publicados en el libro PORTMN II (1920-1960) de Jos A. Lorenzo Solano. (pg.81). Notas de Historia de Espaa, Tomo VI Espaa tena en 1900, 18 millones y medio de habitantes, y al final del reinado de Alfonso XIII, 23 millones y medio. Al terminar la Guerra Civil 1936-39, en 1940 tiene 25.877.971 habitantes. Se pueden destacar, entre otros, el impulso social de Joaqun Costa, en la Agricultura, a partir de la Institucin Libre de Enseanza. Se expansionaron las Letras Espaolas, con la fecunda etapa de dos generaciones: Galds, Pardo Bazn, Ramn y Cajal, Clarn, Menndez y Pelayo, etc., y por otra parte: Unamuno, Azorn, Machado, Valle-Incln, Benavente, Maeztu, Baroja, etc. Dando paso posteriormente a los europeistas Ortega y Gasset, DOrs, Prez de Ayala, Maran, Madariaga y Azaa. Dando paso a la esplndida generacin de poetas: Guilln, Lorca, Alberti, Salinas, Dmaso, Cernuda, etc. Con la perspectiva de investigadores y el mundo de la ciencia, representados por Ramn y Cajal, Torres Quevedo, Menndez Pidal, Julio Rey, Asn Palacios, Gmez Moreno, Amrico Castro, Snchez Albornoz, citando a los ms representativos desde 1869, por supuesto dejando sin poner bastantes figuras representativas. Todas estas circunstancias hacen destacar ms el llamado 4 Estado el Proletariado Militante, y la ofensiva crata, pero sobre todo la aparicin del Partido Socialista Obrero Espaol. Con la legalizacin del Sufragio por Sagasta, que agudiz las lacras polticas con la aparicin del Caciquismo electoral, que trajeron como consecuencia en 1909 la semana trgica barcelonesa. Un ao despus, 1910 se funda en Barcelona la CNT de inspiracin anarquista. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 212 Cuando entra la Repblica, el Ejrcito es la fuerte proteccin de Alfonso XIII. Con 690 Generales y ms de 2.000 Coroneles. Ese era un ejemplo del lastre econmico que arrastraba el Estado Reino. Es cierto que la Iglesia Espaola de la Restauracin, aparece dolorosamente marginada por las masas obreras, y en efecto, su sentido social no rebasa de un paternalismo que slo, en escasas proporciones, da paso a tmidas iniciativas a favor de una autntica Justicia Social. Su intransigencia ideolgica, a veces muy alejada de un autntico espritu evanglico, -hecho bien claro a la luz del concilio Vaticano II-, le enfrentaba con las corrientes de pensamiento, no necesariamente heterodoxas, afloradas en la Institucin Libre Enseanza. LA MARCHA REAL Y LA BANDERA Carlos III acert en la propuesta de smbolos patriticos que calaron en la mentalidad del ejrcito de forma permanente, porque las Ordenanzas Militares de 1878, incorporan el espritu y algunas frmulas clsicas de las de 1768. Si las Ordenanzas son, en esencia, un cdigo de honor militar, el Ejrcito vivira desde entonces en torno a ese concepto clave de honor, no siempre bien comprendido por sus oponentes civiles y polticos; autntica idea-fuerza que sigue muy vigente en nuestros das, como proyeccin personal de otro concepto clave para las fuerzas armadas espaolas en la era de las convulsiones: el concepto de Patria. Los dos siguientes smbolos instruidos por Carlos III robustecen esa conexin militar entre la patria y el honor: son la bandera y el himno. Cronolgicamente, es el himno quien precede. El 3 de septiembre de 1770 se dicta en La Granja un Real Decreto por el que se declara marcha de honor (muy sintomtico el nombre) a la marcha granadera que Federico de Prusia en persona regal al conde de Aranda, durante una estancia del general y poltico espaol en Berln, para estudiar las nuevas tcticas del ejrcito prusiano, que asombran a Europa. El Real Decreto de 28 de mayo de 1785 implantaba como ensea de la Monarqua la bandera roja y gualda, que desde entonces sustitua a la blanca de los Borbones. La nueva bandera de evidente inspiracin catalana, se deriva de NOTAS SUELTAS ILUSTRATIVAS 213 la que Alfonso V de Aragn introdujo en Npoles, cuando conquist aquel reino y se utilizaba ya como bandera de guerra por las escuadras espaolas que se armaban en Barcelona y en el litoral Mediterrneo. RELACIN DE LOS CUATRO PRESIDENTES DE LA PRIMERA REPBLICAEl 1 er Presidente fue Estanislao Figueras y Moragas. Ocup la presidencia desde el 13 de febrero al 9 de junio de 1873: cuatro meses. El 2 Presidente fue Francisco P y Margall. Ocup la presidencia, desde el 11 de junio al 18 de julio de 1873: un mes. El 3 er Presidente fue Nicols Salmern y Alonso. Ocup la presidencia desde el 18 de julio al 7 de septiembre de 1873: mes y medio. El 4 Presidene y ltimo fue Emilio Castelar y Ripoll. Ocup la presidencia desde el 8 de septiembre de 1873, hasta el 3 de Enero de 1874: algo ms de cuatro meses. La primera Repblica estuvo vigente, desde el 13 de febrero de 1973, hasta el 3 de enero de 1874: once meses escasos. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 214 NOTAS SUELTAS ILUSTRATIVAS 215 Dos posturas sempiternas en discordia, conservadurismo y progresismo. L a historia espaola de los dos ltimo siglos, est rodeada de Constituciones ms o menos formales que arrancan desde la primera de 1808 en Bayona, hasta la actualmente en vigor de 1978. Aquella, la de Bayona, no puede entenderse como tal, a pesar de haber pasado por los controles previos establecidos, ya que la Guerra de la Independencia impidi su vigencia en perjuicio del inters de Napolen que vio cmo el Rey Jos Bonaparte, su hermano, no tuvo ms remedio que salir de aquel extrao cargo creado para l. Pero la historia del Constitucionalismo espaol est escrita con la sempiterna dicotoma: exaltados o moderados, izquierdas o derechas, progresistas o conservadores; es decir, hecha segn las dos grandes subdivisiones en que se suele repartir el sentir popular. Quiz esta sea la causa de que en tampoco tiempo, apenas dos siglos, Espaa arrastre un bagaje de casi diez Constituciones oficialmente promulgadas y al menos cuatro, la de 1852, 1856, 1873 (que propona la Repblica Federal) y la de 1929, que quedaron en simples proyectos. Sea como fuera, el caso es que si hubiera que Precedentes Constitucionales de la Historia de Espaa Nueve Cartas Magnas forman el Constitucionalismo Espaol HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 216 destacar tres aspectos capitales de todas ellas, sin duda, habra que resaltar como bsicos, el reconocimiento (o no) de la soberana nacional, la divisin de los poderes del Estado y la representacin de los ciudadanos en las Cortes.Haciendo un breve repaso por las Constituciones espaolas es bueno recordar que, ya en la de 1812, conocida coloquialmente como la Pepa por haber sido aprobada el 19 de marzo de ese mismo ao, recoga una divisin de poderes clsica, es decir, Poder Ejecutivo, Legislativo y Poder Judicial. Cualquiera de estas divisiones tendra parangn con la actual, de no ser por el poder eje- cutivo, concedido en aquel entonces ntegramente al Rey. Tantos eran los aspectos por cubrir y tan mltiples los detalles que intentaba contemplar la Carta Magna de 1812 que casi triplica en nmero de artculos a la Constitucin de 1978 por la que hoy nos regimos. En 1834, por el contrario, tan slo hicieron falta medio centenar de artculos a modo de Carta otorgada. Martnez de la Rosa fue el encargado de elaborar el nuevo proyecto tras la muerte de Fernando VII. Precisamente su viuda, la Reina Mara Cristina, quiso encomendarle esa labor apenas un ao despus de la muerte de aquel. Fundamentalmente, la ley es una disposicin real por la que se convocan elecciones a Cortes, compuesta ya por dos cmaras llamadas Estamento de Prceres y de Procuradores. La diferencia entre unos y otros radicaba en que, si bien los primeros eran escogidos a dedo por el rey, los segundos deban salir elegidos por sufragio censatario. Ahora bien, la de 1834 es una Constitucin que establece con claridad los mecanismos parlamentarios sobre el control del Ejecutivo por el Legislativo mediante dos vas: Cuestin de Gabinete y Voto de Censura. Tambin en su periodo de vigencia se celebraron las primeras elecciones directas. (Tomado de un artculo de Carlos Salguero, publicado en el peridico LA VERDAD el 5 de diciembre de 1998) No quiero entrar en el anlisis pormenorizado del periodo importantsimo de la historia de Espaa comprendido entre 19361939, por ser altamente conocido, no obstante de ser muy mal NOTAS SUELTAS ILUSTRATIVAS 217 interpretado objetivamente, puesto que un bando lo interpreta a su convencimiento y el opuesto, tambin a su manera, como vertientes antagnicas. Pero si considero importantes subrayar algunos puntos esenciales, como sealar que se enfrentaron las izquierdas y las derechas.Que en el frente derecho estaban representados acrrimamente las patronales, los capitalistas, el ejrcito reaccionario y, por supuesto, la Iglesia, que Franco coordin a su favor -y se lo consintieron- hasta el punto de endiosarse, de tal manera que, sarcsticamente en diferentes actos exhibicionistas se haca llevar BajoPalio mientras combata con crueldad al otro bando, tildndolo, no de espaoles confrontados, sino de Hordas Rojas a los que haba que eliminar exterminar sin ninguna compasin, como alimaas. Por otra parte, las izquierdas representadas -quirase o no- por el conjunto del proletariado y los Partidos Polticos, defensores de los derechos humanos, y las desigualdades, formadas por las mayoras democrticas. Puesto que no podemos olvidar, que en el momento del llamado Alzamiento Nacional en Espaa gober HISTORIA DEL SOCIALISMO EN ELDA 218 naba una Repblica democrticamente constituida, que no se haba consolidado precisamente por el freno y los entorpecimientos, que le interceptaban -amparndose en los concepto democrticos- los Poderes Fcticos, como tro entorpecedor: Militares Reaccionarios, Capitalismo Insolidario e Iglesia, porque la derecha nunca apoy la formacin de partidos polticos y si slo agrupaciones convencionales, con comportamientos inhumanos, fosilizando an ms las dos Espaas, que esperamos queden totalmente disueltas, con el recientemente constituido Proceso Democrtico. NOTAS SUELTAS ILUSTRATIVAS 219 - Historia de Espaa de Carlos Seco Serrano, Tomo IV. - Historia de Espaa de Carlos Seco Serrano, Tomo VI. - Libro La Espaa de Franco de Javier Tusell. - Diario La Verdad (5-12- 1998) - Libro La Segunda Repblica, de Julio Gil Pecharromn. - Libro El Ejrcito Popular y Militares de la Repblica, de Cristbal Zaragoza. - Libro Anarquistas y Socialis- tas, de Javier Paniagua. - Historia de Espaa. Gran His- toria General de los Pueblos Hispanos de Luis Pericot Garca, 1973. - Archivo Histrico de Elda - Documentos Orales. Bibliografa

Historia del Socialismo en Elda

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