Memorias de un presidente. Historia del Centro Excursionista Eldense 1956-1981. Tomo I

1 TOMO 1 MEMORIAS DE UN PRESIDENTE HISTORIA DEL CENTRO EXCURSIONISTA ELDENSE 1956 - 1981 CREACIN Y DESARROLLO ESTEVE POVEDA, Daniel Memorias de un presidente: Historia del Centro Excursionista Eldense 1956 1981/ Daniel Esteve Poveda; [prlogo Jos Soler Carnicer; introduccin Alberto Navarro Pastor] . Petrer: Caja de Crdito; Elda: Ayuntamiento, Alicante: D.L. 1999 2v.: il., fot.; 21 cm. Contiene: I. Creacin y desarrollo II. Crnica -Apndice ISBN: 84-922050-2-4 (0.C.) I.Centro Excursionista Eldense-Historia-1956-1981 2.Montaismo-Elda-Historia-1956-1981 I.Soler Carnicer, Jos, pr. 11.Navarro Pastor, Alberto, introd. 111.Petrer. Caja de Crdito, ed. 1V.Elda. Ayuntamiento, ed. V.Ttulo 796.52 (460.315 Elda) (3 Daniel Esteve Poveda Caja de Crdito de Petrel Ayuntamiento de Elda ISBN.: 84-922050-2-4 obra completa ISBN.: 84-922050-3-2 tomo 1 Depsito Legal: A-310-1999 Imprime: Grficas Arenal, S. L. Petrer DANIEL ESTEVE POVEDA - ; *. - kAw y p MEMORIAS DE UN PRESIDENTE HISTORIA DEL CENTRO EXCURSIONISTA ELDENSE 1956- 1981 CREACIN Y DESARROLLO CAJA DE CRDITO DE PETREL - CAJA RURAL EXCMO. AYUNTAMIENTO DE ELDA A mi esposa, Josefina, y a mis hijas, Milagros y Esperanza, que, con su cario, hicieron grata mi vida. Al equipo de la Ciudad Deportiva: Antonio Antn Martnez, Alberto Beltrn Sempere, Manuel Daz Cuenca, Juan Espaol Vidal, Manuel Martnez Lled, Miguel Prez Beltrn y Julin Torregrosa Navarro, y a sus respectivas esposas, sacrificadas, sin cuya ayuda y colaboracin no hubiera sido posible la realidad de la obra que hoy todos disfrutamos. PRESENTACIN La vida de Daniel Esteve, corno sucedi a la mayor parte de varo nes espaoles de su generacin, se vio azotada por los fl ecos o por las consecuencias de la guerra civil espaola, que corno toda contienda fra tricida tanto dao hizo a muchos espaoles de entonces, por sus conse cuencias dramticas y por frustrar o al menos variar muchas vocacio nes desbordadas por la marcha de los acontecimientos. As, pues, el autor en su juventud y tras estudiar magisterio en Alba cete, particip en el ejrcito republicano en Naquera y Valencia, des pus de terminar la guerra civil se incorpora al ejrcito nacional en Zaragoza donde estudi profesor mercantil, pasando despus a los Ara ones y Berdn (Huesca). Terminada su vida militar estudi para procurador de los tribunales y desarrolla su vida profesional en Elda. En 1956 ingres en el C.E.E., siendo elegido vicepresidente del Centro. En 1960 fue elegido por la asamblea de socios, presidente de la entidad, donde desarroll una importante e intensa actividad para desa rrollar el C.E.E., tanto en el parque de montaa de Rabosa, al que lue go le daran el nombre de Daniel Esteve, como en la creacin de las instalaciones del C.E.E. de la carretera de Monvar. Fue presidente del Centro hasta 1979, en que present la dimisin. Cuando comenz en el C.E.E., en su etapa primera, el nmero de socios era de 140, y cuando dej la presidencia de la entidad, sta contaba con 7.000 socios, as como un incremento patrimonial muy importante en lo econmico y an de mayor envergadura como logro social para Elda. Daniel lleg al montaismo a los 37 aos, pero a pesar de ello desa rroll al mximo esta aficin, no slo en el mbito de nuestra comarca 9 del medio Vinalop, sino en todas las montaas de nuestras sierras ms importantes a nivel nacional, participando en marchas y campamentos a niveles locales, regionales o nacionales. En 1981, el C.E.E. con su nueva junta presidida por el Sr. Tapia Val ds, le nombr presidente de honor del C.E.E. Tambin la Federacin Espaola de Montaa le concedi la medalla de oro de esa prestigiosa institucin. Tambin fue nombrado socio de honor por la Sociedad Cul tural El Serfico en 1985, as como por el Club Alpino Eldense en 1996. El libro que ahora nos presenta es un documento de especial inters ya que, mediante toda la documentacin que el autor nos aporta, se puede saber casi da a da la marcha de este importante club social, deportivo y cultural que es, sin duda, el Centro Excursionista Eldense, que tanto prestigio posee en su mbito y que sin duda es el ms popu lar y participativo de todos nuestros clubes locales, y que tantos frutos ha dado en nuestra ciudad al discurrir de los aos desde su creacin hasta hoy. Por todo ello, era obligado que nuestro Ayuntamiento de Elda parti cipara como ha participado, junto con la Caja de Crdito de Petrel, en la edicin del presente libro. Manuel Serrano Gonzlez Concejal de Cultura. Sanidad y Medio Ambiente del Excmo. Ayuntamiento de Elda 10 FECUNDA LABOR SOCIAL El trabajo realizado por D. Daniel Esteve Poveda tiene un valor sen timental e histrico, representa las vivencias de una etapa importante en la vida del Centro Excursionista de Elda, y con todo rigor existe una mezcla de memoria universal de un presidente y el archivo general de una institucin que ha logrado el mrito de ser la ms populosa en nuestra comarca y fuera de ella. Estos volmenes que hoy se presentan son parte de la historia de Elda desde la concepcin altruista y deportiva de unos cuantos afilia dos ilusionados por la naturaleza. As comenz la aventura, en el ao 1956, slo con que se mire desde una pequea loma del valle se apre cia la grandeza del Centro Excursionista Eldense. De la visin que nos da el autor se desprende que no fueron fciles los comienzos del Centro: tropiezos y escollos era lo que haba que sal var, dndose con frecuencia, puesto que el Centro se ampliaba con nue vas secciones y nmero de socios que demandaban ms atencin para la eficacia de sus actividades. La cuestin econmico -financiera fue en cada etapa el caballo de batalla para acometer las actividades y proyectos que exiga la normal evolucin expansiva de aquellos momentos. En estos instantes tiene un gran sentido social e histrico todo lo que encierra el pasado, pero de forma cuidada est recopilado en estos volmenes que nos presenta D. Daniel Esteve. Este trabajo es una realidad que lleva un sello: amor por las cosas que deben ser disfrutadas por muchos; esto es, desprendi miento y una actitud evangelizadora que ha culminado sus objetivos. Vuestro C.E.E. se ha hecho grande con la aportacin material de muchos socios, y de la mano de quienes trabajaron, y otros que han venido trabajando y trabajan con desprendimiento y visin de futuro, buscando un solo objetivo para que desde dentro de la sociedad tuvie ran cabida todos los hombres y mujeres sin discriminacin y con parti cipacin activa de los valores que la institucin ha puesto a disposicin de sus afiliados. Estos libros que hoy ven la luz del da, representa la inquietud de unos hombres que no regatearon esfuerzo alguno, una labor desarrolla da en equipo, en una etapa en la que tom las riendas don Daniel. Las grandes obras se levantan piedra tras piedra, con constancia y tesn. As ha resultado ser una fecunda labor social y representativa en todos los rdenes. En nuestra condicin de representantes de CaixaPetrer, gracias, don Daniel, por habernos dado participacin en la edicin de tan singular trabajo. Este mrito lo hacemos extensivo a D. Manuel Serrano, con cejal de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Elda, que hizo posible el resto, desde las conversaciones, para merecer el apoyo de las entidades que representamos. Don Daniel, reciba nuestra enhorabuena. Vicente Rico Navarro - Presidente Juan Poveda Lpez - Director general Caja de Crdito de Petrel - Cuja Rural 12 EL CENTRO EXCURSIONISTA, UNA GRAN FAMILIA En el ario 1957 un grupo de arriesgados idealistas decidi su gran aventura, fundar el Centro Excursionista Eldense, sin ms ayuda que la de aquellas personas a las que lograban ilusionar. Muchos generosos esfuerzos, tenacidad y fe fueron necesarios para, con tan escaso baga je, poner en marcha lo que hoy, despus de 42 aos, es una verdadera real dad. Aquella forma de nacer llena de valores como amistad, humildad, igualdad, han hecho que el Centro sea algo especial y creo que hasta irrepetible. Muchas veces he tenido la ocasin de comparar el funcionamiento de otras sociedades, comprobando las ventajas de dichos valores, por lo que animo a todos a seguir conservndolos como base fundamental de nuestro futuro, y a recordar el contenido de la placa que, por acuer do de asamblea general, aparece colocada en la escalera principal de nuestra Ciudad Deportiva, donde se dice: Una idea... Hermandad de los hombres por el deporte Un pueblo ejemplar... Elda Siempre con el tesn y sacrificio de los hombres. Esta forma de ser, que ha dejado huella y ha influido notablemente en la sociedad, se la debemos a aquellos pioneros y especialmente a Daniel Esteve Poveda. Su actitud ha permitido el mantenimiento de la unin entre todos, a pesar de las diferentes disciplinas deportivas y acti vidades culturales que se practican, sintindonos orgullosos de la obra conseguida y ofrecindola abiertamente a los dems. Todo lo expuesto ha facilitado la gobernabilidad y ha hecho fruct feros los esfuerzos. El que, en nuestra ya dilatada vida, solamente tres 13 personas hayan ocupado el cargo de presidente, unido al hecho de haber podido llevar una misma trayectoria, es prueba evidente de los resultados de nuestra forma de ser. En la actualidad, estamos satisfechos de haber podido cubrir, en gran parte, las necesidades deportivas y culturales de nuestro pueblo y de haber contribuido a favor de una juventud mejor. Quiero resaltar el nombramiento, por parte del Consejo de Ministros, en febrero 1997, como Sociedad declarada de utilidad pblica, ofreciendo esta distin cin a todos los que han hecho posible esta gran obra. Espero que los hombres que nos sucedan estn guiados siempre por el afn constante de superacin que nos ha caracterizado y sigan estan do en sus pensamientos los grandes ideales que han marcado a nuestro Centro Excursionista Eldense. Rafael Tapia Valds Presidente del C.E.E. 14 PRLOGO Si no se avanza recordando, acaba uno tropezando. Antonio Gala Este es un libro que, estoy seguro, ha de interesar a buen nmero de habitantes del valle de Elda. En sus pginas ha quedado reflejada una parcela muy importante de las gentes de Elda ligada al Centro Excur sionista Eldense, una entidad que a lo largo de su ya dilatada historia ha sido una autntica institucin en esta ciudad y motor al mismo tiem po de muchas actividades deportivas y culturales, as como correa de transmisin que las impuls hasta hacerlas realidad. Pero su autor, presidente de la entidad durante casi veinte aos y un verdadero enamorado de la montaa, como lo descubre al afirmar valientemente y sin ninguna duda que es el ms puro de los deportes, no se limita a escribir en estas sus Memorias la historia del C.E.E., sino que las completa con una breve (ya se sabe que lo bueno, si breve, dos veces bueno) resea de la conquista de las montaas por el hombre y de las principales efemrides del montaismo espaol. Gracias a ello el lector de esta obra se encuentra con un valor enciclopdico aadido (nombres, fechas, etc.) que le ayudar a conocer y valorar mejor su inters por la montaa. As, pues, desde un punto de vista informativo, este libro constitu ye una gran fuente de datos que, de manera fehaciente, lo har punto de cita ineludible para consultas cuando en el futuro se desee constatar cualquier dato sobre la historia del C.E.E. y su participacin en el desa rrollo cultural de Elda. Y podramos decir que tambin es el resumen de parte de la vida de muchos montaeros de la Comunidad Valencia na, no solamente de los del valle de Elda, pues en l se habla y se rese an numerosas actividades de casi todos los centros excursionistas y 15 clubes montaeros de la Comunidad durante los 25 aos que abarca. Por ello a quienes lo vivieron y fueron sus protagonistas les gustar recordarlos, como a m me ha sucedido. Daniel Esteve Poveda recuerda a lo largo de estas pginas lo positi vo y lo negativo de la historia del C.E.E. Tarea muy difcil por cuanto l fue un elemento clave en su desarrollo. Cuando tom posesin de la presidencia del C.E.E., ste contaba con 140 socios y al final de su mandato censaba 7.000, ms 14.000 beneficiarios. Daniel Esteve des grana la historia del C.E.E. de una forma elegante y ecunime, al menos desde mi punto de vista, por cuanto yo fui testigo directo del impresionante despegue y desarrollo del C.E.E. durante mis aos de directivo y ms tarde como presidente de la Federacin Valenciana de Montaismo, tiempo en el que sintonizamos y conectamos muy estre chamente. Fruto de ello, de comprobar cun profundamente el C.E.E. influa en la vida cultural y deportiva de Elda, fue la propuesta que pre sent para que el C.E.E. recibiese el Trofeo Delgado beda, mximo galardn de la Federacin Espaola de Montaismo para premiar a la sociedad montaera ms distinguida, y que tuve la oportunidad de defender en la asamblea nacional y conseguir que se aprobase por una nimidad. Esto significaba el refrendo nacional a la gran labor desarro llada por Daniel Esteve al frente del C.E.E. Fueron unos aos apasionantes para todos los que vivimos aquella poca. El montaismo estaba comenzando a vivir una gran expansin y, prcticamente, estaba todo por hacer. Al ncleo inicial de una doce na escasa de clubes existentes en la entonces Regin Valenciana, comenzaron a sumarse otros gracias a la labor divulgadora y de prose litismo de montaeros como el propio Daniel Esteve; Vicente Ferrer, en Cocentaina; Carlos Pacheco, en Alicante; Hctor Verd, en Ontinyent; Antonio Picher, en Elche; Comelio Richart, en Alcoy; Ferrn Sanchs, en Castelln; Vicente Peafod y Dionisio Roca, en Valencia, y tantos otros chalados por la montaa que ponan su veterana y conoci mientos al alcance de todos. Tras la fundacin de la Federacin Valen ciana de Montaismo, con su primer presidente, Antonio Daza, nacan la E.N.A.M. y el G.A.M.E., con nombres como los de Pepn Aranda y Amadeo Botella, al frente de los mismos, y la espeleologa comenzaba a realizar grandes exploraciones en Quatretonda y Ojo Guarea, con alcoyanos a la cabeza. 16 Se parta de cero en todas partes. Se sala de excursin casi desde casa, sobre todo en las tierras alicantinas, en jornadas agotadoras con muchos kilmetros a veces de carretera pura para llegar al pie de las montaas. Casi nadie tena coche y las motos tambin escaseaban. Pero, pese a todo, el montaismo fue implantndose. De todo ello, desde la ptica eldense, nos habla el autor de este libro. Y tambin nos cuenta, junto a sus xitos, sus desilusiones, si bien en su inventario son ms los primeros. Y a ello debemos sumar lauda bles iniciativas sumamente entraables, como las visitas de los Reyes Magos montaeros a los nios de las casas de campo o las primeras Comuniones en Camara. Interesante y digno de reflexin es el captulo Ideas que no cuaja ron que nos muestra la capacidad de gestin de Daniel Esteve cuando, bajo su presidencia, la cuarta parte (s, uno de cada cuatro) de los habi tantes de Elda eran socios del C.E.E. Circunstancia que recuerdo me cont personalmente por aquel entonces, y que le sirvi para presionar al Consistorio (algunos de sus concejales tambin pertenecan al C.E.E.) en la solucin de problemas urbanos que dificultaban la cons truccin de la Ciudad Deportiva, pues el C.E.E. era entonces una ver dadera potencia. De haberse llevado a cabo los proyectos expuestos en el citado captulo el C.E.E. hubiese alcanzado cotas verdaderamente extraordinarias. Daniel Esteve, en una ocasin, lleg a decirle al alcal de que deba contar con el C.E.E. para cualquier cosa, pues en aquellos tiempos el Centro tena un peso especfico muy importante. Este libro, que se titula Memorias de un presidente y que abarca por tanto los aos en que su autor ejerci la presidencia del C.E.E. (1956 1979) y los anteriores desde su fundacin (1956), estimo que debera tener una segunda parte. Los aos transcurridos desde que Daniel Este ve interrumpe su relato constituyen un perodo demasiado largo para quedar en el olvido y, de alguna manera, sta sera una historia incon clusa. Animo a los actuales directivos del C.E.E. a tratar de llenar esta laguna con la seguridad de que en este caso fallara aquello de segun das partes nunca fueron buenas. Jos Soler Carnicer Presidente de la F. V. M. (1971-1978) 17 PEQUEA INTRODUCCIN A UNA GRAN OBRA Entre las numerosas entidades, sociedades, clubes y otras aso ciaciones que existen en Elda actualmente, cuyas actividades estn dedicadas a los ms diversos objetivos del recreo humano: culturales, deportivos, religiosos, cvicos, asistenciales, festivos o artsticos, nin guna de ellas ha adquirido la popularidad y la aceptacin general, incluso ms all de sus lmites municipales, ni ha alcanzado la ampli tud en sus ofertas recreativas a sus asociados y la calidad y altura con seguida en estas actividades, por las cuales ha recibido numerosos tro feos, premios, distinciones y pblicos elogios, como la denominada Centro Excursionista Eldense. En sus ms de cuarenta aos de existencia, ha pasado a ser, desde la clula inicial de un grupo de modestos aficionados al montaismo, la macrosociedad actual, con miles de socios muchos de ellos habitantes de otras poblaciones limtrofes aumentados con los beneficiarios de cada uno de ellos; habindose extendido su actividad a diversas sec ciones, no slo deportivas sino culturales. Entre las primeras figuran las de escalada, espeleologa, acampadas, alta montaa (con asombrosas ascensiones que han rozado los 8.000 ni de altitud, como las mticas cumbres del Aconcagua en Amrica; el Gashenbrum, Nanga Prabat y Karakorum en el Himalaya, as como la Torre sin nombre de las Torres del Trango en la misma cordillera, la cima ms alta de la Tierra, y en Espaa, por primera vez, la Cara Oeste del Naranjo de Bulnes, ftbol, tenis, frontenis, natacin, atletismo, tiro con arco, petanca, billar, etc., en muchas de las cuales ha obtenido premios nacionales en muchas competiciones. Entre sus actividades culturales, destacan la formacin de un prestigioso orfen polifnico; una seccin fi latlica 19 que celebra cada ao una exposicin nacional de gran prestigio, y muchos de cuyos expositores han recibido distinciones internacionales; otra fotogrfica que celebr Salones Nacionales; un grupo de arte lri co con variadas y aplaudidas representaciones de zarzuelas; la publica cin de una revista propia y otras actividades, en las cuales participa ron millares de asociados de todas las edades, desde infantiles y jve nes hasta mayores y veteranos, en una hermandad de aficiones e idea les que consigue para el Centro un vnculo de compaerismo que es uno de los mximos componentes de su xito. Y por si este conjunto de actividades participativas no fuera sufi ciente, la voluntad de engrandecimiento del Centro y de servicio a los fi nes de la entidad ha logrado alcanzar lo que pocas sociedades pose en: un parque de montaa propio, en un paraje de grandes atractivos montaeros y paisajsticos como el de Rabosa, con cerca de dos millo nes de metros cuadrados en el trmino de Petrer, lugar emblemtico y entraable para los socios del Centro en el que realizan campamentos, marchas, reuniones, concursos e incluso celebraciones familiares, y que hoy constituye su mximo y legtimo orgullo junto con su otro gran logro: el de la Ciudad Deportiva, creada a base de esfuerzo, sacrificio, voluntad y la confianza que el serio y correcto proceder de sus inicia dores supo inspirar a una institucin fi nanciera, cuyo apoyo a los hom bres que dirigan el Centro hizo posible este magnfico complejo de 65.000 m 2 , en un excelente lugar del valle, con una piscina de medidas olmpicas, otra cubierta, varias infantiles, terrenos para la prctica de ftbol, balonmano, baloncesto, petanca, pistas de tenis, pelota y fronte nis, parque infantil, salones de reuniones y exposiciones, cafetera, jue gos de saln y otras dependencias y servicios. Y rizando el rizo de la audacia emprendedora en pro de sus asocia dos, el Centro constituy una Cooperativa de Construccin, que ha levantado varios bloques de viviendas de hasta nueve plantas, en un privilegiado paraje de Elda, junto a los jardines del Vinalop y a la Ave nida de Ronda, en una zona de grandes perspectivas de inmediata edi ficacin, poniendo dichos bloques a disposicin de sus asociados en condiciones especialmente favorables para los mismos, con la particu laridad, curiosa y admirable, de estar estas viviendas enlazadas con la cercana Ciudad Deportiva por un moderno puente sobre el ro Vinalo p, puente al que el Ayuntamiento eldense, en reconocimiento a los 20 mritos de esta entidad, dio el nombre de Puente del Centro Excur sionista Eldense. Por este conjunto de realizaciones y la dilatada trayectoria de bene fi ciosa actividad pblica y social del C.E.E., el Consejo de Ministros, en acuerdo de 28 de febrero de 1997, le concedi el muy honroso ttu lo de Sociedad de utilidad pblica, corno antes haba recibido distin ciones de la Delegacin Nacional de Educacin Fsica y Deportes, de la Federacin Nacional de Montaa, de la Diputacin Provincial de Alicante y de la Delegacin Provincial alicantina de deportes, por su mrito deportivo y su destacada actividad en el mbito nacional del deporte del montaismo. Esta importancia adquirida por el Centro y sus cuarenta aos de his toria estaban exigiendo ya de forma perentoria la existencia de una cr nica histrica que diera cuenta de su creacin, vicisitudes y engrande cimiento, as corno de sus fundadores y de los hombres resolutivos en cada una de sus secciones, no exponiendo nicamente las obras reali zadas sino tambin aquellas en las que el Centro contribuy de forma decisiva a su creacin, como la del Museo Arqueolgico, nacido de lo que se llam, all por 1959 un museo en un desvn y cuyos fondos entreg generosamente el Centro al Ayuntamiento de Elda para consti tuir el ncleo inicial del actual museo. Este trabajo histrico no poda ser encomendado a cualquiera, ni poda acometerlo nadie con las necesarias garantas excepto alguien que hubiera vivido personalmente, con protagonismo excepcional, las alegras y las dificultades de la ambiciosa obra y pudiera contar el cau dal de ilusin con el que se acometi cada una de las empresas, los tro piezos muchos de ellos increbles con los que se encontraron, la fuer za de voluntad de todos los que, tozudamente, pusieron no slo el cora zn, sino tambin un empeo tesonero, inasequible al desnimo, en que por encima de todo se lograra lo que se juzgaba como beneficioso para todos los asociados. Y este autor ideal, por stos y muchos otros motivos, no poda ser otro que Daniel Esteve Poveda, segundo presidente de la entidad, que durante veinte aos, desde 1960, en que accedi al cargo, hasta 1979, en que por motivos profesionales y familiares renunci a la presiden cia, fue protagonista destacado con el valiente apoyo de sus compae ros de directiva y otros socios de siempre que, sin tener encomenda 2 1 do en ella puesto alguno, colaboraron en todo cuanto les fue solicitado, siempre en beneficio del Centro. Y as, echndole valor a este nuevo empeo, Daniel Esteve, presi dente de honor del Centro, petrerense de nacimiento y eldense de cora zn, residencia y ejercicio de su profesin de procurador de los tribu nales, ha redactado una historia del Centro que arranca desde sus pri meros balbuceos, reflejados en las columnas del semanario local Valle de Elda, hasta su consolidacin y progresivo engrandecimiento, dejan do constancia en esta obra de quines fueron los iniciadores y los cola boradores que sucesivamente se fueron incorporando, haciendo constar sus iniciativas y su esfuerzo y dejando sentada una crnica fi dedigna, minuciosa y veraz del camino recorrido por el Centro hasta la fecha en que l ces en su cargo, dejando tras de s un recuerdo tan fi rme y posi tivo de su buen hacer que, por acuerdo de la junta general extraordina ria de 27 de noviembre de 1971, le fue conferido el honor, bien mere cido honor, de que el parque de montaa de Rabosa ostentara su nom bre, el nombre de quien tan decisivamente luch por su consecucin. Y aqu estn las Memorias de un presidente, la historia de esta importante iniciativa de un grupo de amigos de la montaa que se con virti en la empresa deportiva, recreativa y cultural ms importante de la poblacin eldense y tal vez entre las ms importantes de Espaa, creadas por iniciativa y sustento econmico totalmente populares, his toria que sin duda ha de hacer recordar gratos momentos a quienes vivieron los primeros pasos del Centro, y admirar e interesar a quienes al leerlas puedan comprobar lo que hace la voluntad puesta al servicio de un fi n en beneficio de la comunidad, como lo es esa esplndida rea lidad llamada Centro Excursionista Eldense. Alberto Navarro Pastor Cronista Oficial de Elda 22 Lo importante no es ganar sino participar Lo esencial en la vida no es vencer sino luchar bien. El deporte es, adems de un lazo de unin, la forja en que se templan las generaciones que van surgiendo a la vida, la escuela en que se ensea la confianza en uno mismo, el mutuo respeto que ha de aplicarse luego a las restantes actividades de nuestra existencia. Barn de Coubertn 23 Trofeo Julin Delgado (Zeda, mximo galardn de la Federacin Espaola de Montaismo, creado en 1963 en memoria del primer presidente nacional, concedido al C.E.E. en 1973, por la labor social desarrollada, y entregado el 21 de abril de 1974 en el XVI Campamento Regional de Montaa, celebrado en el parque de montaa Daniel Esteve, por Jos Forast, vocal de Refugios de la Federacin Espaola de Montaismo, siendo un trofeo concedido en muy pocas ocasiones. 25 INTRODUCCIN No se trata de la historia del Centro Excursionista Eldense. La esca sa distancia en el tiempo no hara posible la visin ecunime, fra y leal que precisa el historiador. Son ms bien unos datos biogrficos de su autor, de aquellos aos que dedic, plenamente, al Centro Excursionis ta Eldense (toda obra literaria tiene algo de biografa de su autor, lo que fue o lo que le hubiera gustado ser). Fueron aos en los que su vida estuvo tan ntimamente ligada a los destinos del C.E.E. que el propio autor no poda decir dnde empezaba una y terminaba la otra. A lo largo de veinte aos al frente de los destinos del C.E.E. suce dieron tantas cosas, alegras, tristezas, problemas, angustias, ilusin, vida en suma tan intensa, que estimo vale la pena dejarla plasmada, para curiosos y, sobre todo, para que, con el tiempo, alguna de sus face tas no se conviertan en mito o se desfigure en perjuicio de la realidad. Tampoco ha de ser una relacin cronolgica de hechos, aun cuando el propsito es dejar unos ndices completos por los que se pueda seguir tal cronologa. La larga andadura de mis Memorias, sobre la creacin y desarrollo del Centro, se inici a fi nes del verano de 1985 y estimo en dos o tres aos los que me fi j para su conclusin. Como fuente de informacin, cont con treinta volmenes, tamao folio, de unas 250 pginas cada uno, en donde recopil y orden lo interesante de mi direccin en el Centro Excursionista Eldense, con el propsito de ser leal y sincero en la expresin de forma que aquello que pudiera herir susceptibilidades quedar, aqu, olvidado. Estimo, a fuer de repeticin, que ms que historia del C.E.E. es, en realidad, memorias de mi presidencia en el Centro. Una historia ha de ser imparcial, concreta, veraz, y mis impresiones sobre el Centro nece sariamente han de adolecer de apasionamiento, como visto desde un ngulo personal, con los defectos que ello lleva implcito. 27 Una historia ha de escribirse tras un largo transcurso de tiempo que permita que se observen las cosas objetivamente, sin apasionamiento. Con imparcialidad sincera y veraz, framente. Ello significara borrar el esfuerzo y las ilusiones, los pesares y las alegras de aquellos que se lanzaron, sin otras armas que esa ilusin, a crear el Centro. Estas vivencias, sus recuerdos, sus experiencias, son tambin histo ria y procede exponerlas reflejando los primeros pasos del recin naci do Centro, que crearon, sin antecedentes; las primeras documentacio nes y los primeros logros conseguidos narrados de primera mano por los propios fundadores, sin duda quienes ms fi elmente pueden trans mitirnos y narrar esos primeros pasos. Y se da la circunstancia de que yo lo he vivido intensamente, tan intensamente que la fi nalidad buscada era algo integrante de m mismo. Lamentara que este estado de nimo que nos animaba a los que fuimos pioneros en la aventura que emprendimos, que as puede llamarse, se pierda entre las frialdades de la historia. Quiero transmitir y dejar constancia de aquel calor, de aquellas ilu siones que llenaron unos aos de nuestras vidas. Porque ellas tambin son historia, aunque personal, de los que la padecieron y disfrutaron. Por otra parte, el C.E.E. fue, y es, una institucin en nuestra ciudad, y en cierta poca intervino, de alguna manera, en su desarrollo y pro greso, y no debe quedar relegado al olvido, como tantas otras cosas. Todo esto me induce a escribir esta historia aun cuando adolezca, necesariamente, de tanto personalismo, razn por la que estimo se tra ta ms que de historia del C.E.E., de mis Memorias como presidente del mismo desde 1960 a 1981. Y todos los logros que aqu aparecen fueron posibles por la fi el comprensin de mi esposa Josefina, siempre dispuesta a alentarme en el difcil camino emprendido. Y por la confianza y ayuda de los buenos amigos que cooperaron conmigo. Y su publicacin se debe al apoyo incondicional de una institucin ejemplar como es la Caja de Crdito de Petrel con su decidido mpetu de ayuda a toda manifestacin cultural, y a la colaboracin del Excmo. Ayuntamiento de Elda, a travs de su Concejala de Cultura, expresin clara, estimulante y de agradecer por la sociedad en este comn, altruis ta y noble sentir de unos pueblos que, despreciando antagonismos, tie nen un comn denominador: Trabajo, voluntad, progreso y amor a nuestra tierra. 28 CAPTULO I EL DEPORTE 29 Esta obra tiene algo de autobiografa. Veinte aos dedicados al Cen tro Excursionista Eldense, precisamente en la plenitud de mi vida, van tan ntimamente ligados que no pueden separarse. Y puedo asegurar que fueron los mejores aos de mi vida, los que viv con ms ilusin. Al montaismo llegu tarde, contaba 37 aos cuando me iniciaba en este deporte. Para comprender el nacimiento y desarrollo de la entidad montae ra C.E.E., hemos de remontarnos a la dcada de los aos cincuenta y a la situacin de la Elda de entonces. El montaismo se inicia en Espaa en la segunda mitad del actual siglo XX. El movimiento industrial de nuestra nacin motiv el xodo del campo a la ciudad. La zona rural se despuebla y acude a los centros urbanos, atrados por el trabajo y la mejor vida. Se masifican las ciu dades, se hacen incmodas; la gente, en un movimiento instintivo, pre tende regresar a la naturaleza y por ello, siempre que sus actividades se lo permiten, vuelve a la zona rural, buscando armona en su ser. Apa recen los centros de montaa que proliferan rpidamente. Las primeras manifestaciones se dan en Catalua. En nuestra zona siempre hubo aficin a salir al campo en ciertas pocas o festividades, incluso en las vacaciones fabriles de San Jaime y Santa Ana (25 y 26 de julio). Lo hacan en forma masiva. Eran salidas sin ms motivo que pasarlo bien en amigable compaa. La zona rural an estaba habitada todo el ao. Antes de entrar de lleno en la historia del Centro, he de referirme al deporte, en general, de nuestra especialidad: el montaismo, ya que sin aquello esto no hubiera sido posible. El deporte es muy viejo, pero en nuestro mundo, en nuestra cultura, no adquiri carta de naturaleza hasta los Juegos Olmpicos de la Gre cia antigua. Actualmente constituye una actividad social y forma parte integrante del hombre de hoy siendo uno de los elementos de su edu cacin. 31 El deporte, en su concepcin poltica, es de suma importancia y no falta el planeamiento, desarrollo y aprovechamiento de las actividades deportivas dentro de las orientaciones polticas y propagandsticas de las naciones, y se va a ms, al uso del deporte en la puja por el presti gio y predominio de los regmenes polticos que luchan por el poder del mundo. A nosotros slo nos ha de interesar el deporte en sus aspectos huma no y fsico. El deporte tuvo sus manifestaciones pblicas en el ao 2500 a. de J. C. en Egipto, practicando ejercicios de lucha y de combate con palos. En Creta, en el ao 1500 a. de J. C. se celebraban carreras pedestres, pugilato y lucha contra toros. En Grecia, dos mil aos antes de J. C., y en el cerco de Troya, cuen ta Homero, en su lHada, la serie de juegos que se practicaron, y que despus seran los ms importantes en los Juegos Olmpicos: carrera de carros, pugilato, lucha, arqueros y lanzamiento de jabalina. Los griegos organizaban juegos para festejar a sus huspedes, o para honrar a sus dioses, y as nacieron los Juegos Olmpicos. Estos juegos se celebraban en Olimpia y de ah su denominacin. Se celebraban cada cuatro aos y se declaraba la ciudad de Olimpia invio lable durante el curso de dichos juegos sagrados, comprometindose todos a respetar la tregua. El lugar donde se celebraban, en Grecia, se llam palestra y gim nasio y hubo alguna, como la de Olimpia, con 40.000 asientos en sus gradas. El Circo Mximo de Roma lleg a tener un aforo de 250.000 personas. Se celebraron, adems de los Juegos Olmpicos de Olimpia, los Jue gos Pticos en Delfos, los stmicos en Corintio y los Nemeos en la Argl ida. En Roma se celebraron 194 Juegos Olmpicos antes de J. C. y 97 despus, y ello sin interrupcin. Dejaron de celebrarse por entonces y, quince siglos despus, el barn de Coubertn consigue restaurarlos. No fue labor fcil pero la entrega a su idea y su voluntad salvaron todos los obstculos. El barn de Coubertn curs estudios en los Jesuitas de Pars, luego en la Escuela Militar de Saint-Cyr, y despus en la Escuela de Ciencias Polticas. Abandon la carrera militar y se dedic a la Historia y la 32 Pedagoga y especialmente al estudio de los fi lsofos e historiadores griegos. ste fue, sin duda, el germen que hizo fructificar en su mente la idea de restaurar los Juegos Olmpicos. Todo su propsito era el de desarrollar un vasto movimiento de reforma pedaggica por medio del valor educativo del deporte. Luch con los imponderables, con la incomprensin de sus con temporneos, hasta que en 1894 se celebr un Congreso internacional de sociedades deportivas, entre las que asisti Espaa, acordndose celebrar los Juegos Olmpicos. Se form un Comit Olmpico, se pen s celebrar los Juegos en Pars, pero por fin se design Atenas, y en 1896 se celebr la I Olimpiada. Ya ha alcanzado la nmero XXV en Barcelona. El barn de Coubertn dedic su vida y su fortuna a su idea: ofrecer a la juventud del mundo una formacin fsica y moral lo ms comple ta posible, crear en ella un espritu universalista y procurarle el medio de confraternizar, de hermanarse, de profesar un mismo ideal, sin dis tincin de razas, de tendencias polticas, de creencias religiosas. Cou bertn falleci en 1937. En este sentido es significativa la presente cita: Lo importante en los Juegos Olmpicos no es ganar sino participar. Lo esencial en la vida no es vencer, sino luchar bien, frase del barn de Coubertn que se transmiti a la posteridad. El espritu olmpico est muy por encima del espritu de competi cin. Su objeto no consiste en lograr que un hombre reduzca en dos segundos el tiempo que otro hombre emple en recorrer la misma dis tancia. Un atleta, solo, en un campo de deportes, puede batir un rcord del mundo; pero una Olimpiada es algo ms: es reunir, en un lugar cualquiera del globo, a juventudes de todas las razas, de todas las nacionalidades y hacerles sentir la unidad de su juventud, la hermandad de su condicin humana. El deporte es, adems de un lazo de unin, la forja en que se templan las generaciones que van surgiendo a la vida, la escuela en que se ensea el juego olmpico, la confianza en uno mismo, el mutuo respeto que han de aplicarse luego a las restantes acti vidades de nuestra existencia. Cinco aros entrelazados, significando la unin de los cinco conti nentes de la Tierra, constituyen el emblema de los Juegos Olmpicos. Es un mensaje de paz y de unidad entre los pueblos. 33 El montaismo no es deporte de competicin. No es deporte olm pico, pero he querido traer a colacin esta idea del deporte en general, y en especial el espritu que el barn de Coubertn inspir al deporte y a los Juegos Olmpicos, el que se refleja en el Centro Excursionista Eldense, as como su propia universalizacin. No est evidentemente de ms que los montaeros tengan presentes estos principios. 34 CAPTULO II MONTAISMO I 35 Montaero, montas, excursionista y montaismo, son conceptos que se han de tener presentes para la mejor exposicin de esta historia. Montaero: Aficionado a la montaa, a la que va a practicar el montaismo porque es deporte que le seduce. Pura aficin. Es el que en la montaa slo ve la prctica de un deporte. Montas: Es el habitante de una regin montaosa, le guste o no le guste la montaa, y no debe confundirse con un montaero. Excursionista: Se aplica a aquel que le gusta pasar fuera de la ciu dad sus horas libres. Los que realizan largos o cortos recorridos. Es aquel que va a la montaa con afn espiritual o cientfico a ms del deportivo. Montaismo: Es el ms puro de los deportes. Es escuela de carc ter y de placer. Su escenario es la montaa. No es deporte olmpico. No es de competicin. Est ntimamente ligado al Centro Excursionista Eldense y a l debe su origen. En esta historia, necesariamente, ha de researse, aunque breve mente, unas nociones del montaismo, por ser deporte que est ntima mente ligado al Centro Excursionista Eldense, y ste al desarrollo de Elda, precisamente en poca de esplendor: su entrada en el campo de la exportacin del calzado. El Centro Excursionista Eldense, como resultado, como consecuen cia de este desarrollo, recopila, canaliza casi todo el ambiente cultural y deportivo de una poca. Es primordial hacer una breve resea del deporte y del montaismo, faceta de aqul en que se asent nuestro club. El montaismo, repito, es el ms puro de los deportes, es escuela de carcter, de voluntad y de placer. La montaa fue descubierta por el hombre que habitaba el llano. El montas, habitante de la zona montaosa, puede que no la visite, no la conozca, ni le preocupe. El hombre primitivo tema a la montaa y situaba en su cumbre la morada de sus divinidades. Los griegos as lo imaginaron con su fina 37 sensibilidad. En el Olimpo (montaa de unos 2.000 m) fijaron su mora da. No se atrevieron a subir pero la imaginaron como un paraso. Los romanos, menos espirituales, aborrecieron la montaa, la igno raron, instalndose en las llanuras. Durante siglos, la montaa estuvo en el olvido, sin duda por temor. Crean que, desde ella, los espritus malignos desencadenaron tormen tas, heladas, descendieron y cayeron sobre ellas con todos sus males. En plena Edad Media se realizaron algunas incursiones con fi nes Guerreros. tz, En el siglo X, Almanzor, en Gredos, asciende al pico que lleva su nombre. En 1285 Pedro III, rey de Aragn y conde de Barcelona, asciende al Canig (Pirineos occidentales) con el nico propsito de ver qu haba en la cumbre. Hillary manifestaba, tras haber ascendido al Everest, que lo haba hecho porque estaba all arriba; y es que el montaero asciende a la cumbre por eso, porque la cumbre est all arriba. Es algo que cada montaero lo explica a su manera. No encuentra palabras acertadas que expresen lo que siente. Al fi nal se queda, como concre tando, como sublimando su sentir, en ese porque est all arriba. Slo cuando el hombre, con valor, vence su terror, la recorre y pisa su cumbre, descorre el misterio, deja de temerla para amarla. Constitu ye su refugio, su lugar de engrandecimiento espiritual. Slo en ella se encuentra a s mismo, es libre y le ayuda a formar su espritu de inde pendencia. En la montaa recibe Moiss las Tablas de la Ley. Dante, en la regin de los dolomitas, se inspira en su Divina Comedia. Por otra par te, Bonifacio Rotarius asciende al Rochemeln (Alpes italianos) en 1358 y coloca, en la cumbre, una imagen de la Virgen (es la primera vez que se hace). En la Edad Media hay un renacer del montaismo. La primera esca lada en serio la realiza Antonio de Ville, caballero del rey Carlos VIII de Francia, que por orden de ste asciende al Monte Aiguille (2.097 m). Con el Romanticismo se dan a conocer las montaas. Los pintores van a pintarlas y los sabios a estudiarlas. Pero el mayor impulso lo da Horace Benedicte de Sausure, en Alpes, y Luis Raimond, en Pirineos. El primero asciende en 1786 al Mont Blanch, por primera vez. Padre del alpinismo, en su memoria se 38 erigi en Chamonix una estatua. El segundo asciende a Monte Perdido en 1802, cuya cumbre se consideraba la ms alta de Europa. Son hombres de ciencia con gran pasin por las montaas. Pronto naci una autntica aficin por la montaa, surgiendo un movimiento ms extendido en los pases civilizados. Acababa de nacer el alpinismo y el pirenesmo. Es la poca de la leyenda: En Santo Domingo de la Calzada; del rebao petrificado (Canig); del Puente del Diablo (Isoba-Pirineos); de Els Encantats (Lago de San Mauricio); de la Vaca Blanca (Ariza -Pico de Miri de Bigorre); de los Guanches (Canarias); de la Pedriza del Manzanares. El montaismo en esta poca es privilegio de pocos. Slo personas adineradas pueden hacerlo: guas, provisiones, equipo. Nacen las com paas de guas de Chamonix, Zermat, formadas por hombres de mon taa, avezados en la busca de cristales, y cazadores. El montaero es audaz, mal equipado, alimentacin inadecuada, alcohol, sin refugios, sin material, sin tcnica. En este ambiente se inicia el montaismo y son precisamente los ingleses sus pioneros, a pesar de ser un pueblo marino. Crean un Alpine Club y sus objetivos son la creacin del buen entendimiento entre alpinistas, el desarrollo del alpinismo y de la exploracin de la montaa en todo el mundo, as como el conocimien to profundizado de sta por medio de la literatura, las ciencias y las artes. (As reza su reglamento). Al principio es un grupo escaso el que explora las montaas pero con mviles muy limitados, espoleados por la curiosidad. Convergen en ello, principalmente en Alpes, y de all se van extendiendo. Nace el alpinismo. Las zonas montaosas de Europa evolucionan y se desarrollan, econmica y socialmente, creando un gran movimiento: zonas que por su relieve estn deshabitadas, en las que la vida es dura y difcil, que normalmente habran de mostrarse desiertas, viven una evolucin des conocida. Pronto se convierte en autntica pasin el alpinismo. Ingleses acu den a Chamonix y Zermat, convirtiendo aquello en zona de deportes. Alemanes e italianos compiten en realizar primeras ascensiones y van descubriendo, cumbre tras cumbre, todos los rincones de los Alpes. 39 Nace la tcnica de la escalada y el empleo de material apropiado: pio let, crampones, clavijas, tacos, etc. Los Alpes son recorridos e n todas direcciones. En 1865 se asciende al famoso Cervino por una expedi cin de siete hombres al mando de Whympar, con otra cordada italiana con Carrele a su cabeza. En el descenso haban de perder la vida cua tro de ellos. Aparecen revistas y boletines de montaa. La tcnica, la informa cin, la noticia se difunde y ya en 1877 el Cervino ha sido escalado ms de cien veces. Aparecen los grupos de alta montaa, y los montaeros sin gua. Los Alpes dejan de ser un enigma y queda reducido a tres pro blemas insolubles: La pared norte del Cervino, la de los Grandes Jura ses y la terrible y repelente cara norte del Eiger, pared horrible de 1.600 m que tantas vctimas ha dado al montaismo. Fueron conquistadas por varias cordadas espaolas: Anglada y Pons y los malogrados aragone ses Navarro -Rabadn que perecieron a pocos metros de la cumbre por desfallecimiento y congelacin. Nacen los clubes de montaa. En 1857 el Club Alpino ingls, des pus el austraco. En 1863 el Club Alpino suizo e italiano, y en 1870 el francs, que le da un carcter profundamente humanista, universalista, por naturaleza y por vocacin, y se propone, literalmente: por amor a la montaa, elevar las almas, desarrollar las energas, fortificar los corazones y luchar contra todas las fl aquezas fsicas y morales. En 1876 se funda en Barcelona la Asociacin Catalanista de Aso ciaciones Cientficas, siendo la primera en Espaa con carcter excur sionista propiamente dicho. En 1878 se produce una escisin en el seno de esta asociacin y se funda la Asociacin de Excursiones Catalanas, derivando ms todava hacia el excursionismo. En 1881 un cazador ingls, Buxton, encarga al herrero de Torla, Bartolome La Fuente, la colocacin de clavijas en Cotatuero, para mejor paso a la zona. El ingls nunca las pudo usar. En 1886 se funda en Madrid la Sociedad de Amigos para el Estudio del Guadarrama. Se la puede considerar como la primera sociedad montaera en Madrid. En 1881 se agrupan las dos asociaciones catalanas y se crea el Cen tro Excursionista de Catalua. Pero es a partir del 1900 cuando verdaderamente se inicia el mon taismo en Espaa. 40 Aparece Penalara, libro editado por Bemaldo de Quirs, y la Suiza Andaluza de Diego Marn. Los hombres ms conocidos en esa poca son: el citado Bernaldo de Quirs, Antonio Victory, los hermanos Kindelan y Hernndez Pacheco, entre otros. En 1903 se funda la Sociedad Catalana de Excursiones de Vallado lid y en Madrid la Twenty Club, que luego se convertira en el Club Alpino Espaol. En 1904 se conquista el Naranjo de Bulnes por Pedro Pidal, mar qus de Villaviciosa en Asturias, y Gregorio Prez El Cainejo, que subieron por la cara norte. Dificultad de 5. grado. En este mismo ao se crea en Catalua el Centro Excursionista de la Comarca del Bags, y en Castilla el Coto Real de Gredos, o del Rey Alfonso XIII. El alemn Schulze asciende en solitario al Naranjo de Bulnes por la cara norte y por primera vez se emplea en Espaa el rapel. Levanta un plano de aquella zona, que todava se usa y que es una maravilla. En 1908 se crea en Madrid el Club Alpino Espaol que en 1910 construye el primer refugio en el Prado de Barbellido, en Gredos, y en 1912 otro en el Puerto de Cotos, en Guadarrama. En 1915 se funda en Madrid la Sociedad Pealara-Doce Amigos, que luego sera la R.S.E.A. Pealara y en 1922 se funda la Federacin Espaola de Alpinismo, siendo su primer presidente el marqus de la Vega Incln, comisario regio de Turismo, a quien se le deben los refu gios de Collado Hermoso y de Goritz. La R.S.E.A. Pealara-Doce Amigos, limitada; no admitan ms socios. Aquello no haba de tener ms vida y pronto Antony, miembro de la misma y medalla de oro al mrito deportivo, rompe esta limita cin y hoy es uno de los clubes montaeros de ms prestigio y que cuenta con ms socios. El montaismo es una de las actividades deportivas ms espectacu lares de nuestro siglo en nuestra nacin. A partir de la dcada de los cin cuenta proliferaron las sociedades montaeras como los hongos. Se recorre nuestro relieve en todas direcciones, se asciende a todas las cumbres y se escalan todas las paredes. Aparecen revistas especializadas: Montaa, del Centro Excursionis ta de Catalua; Pealara, de la R. S. Pealara; Vertex, de la Federacin 41 Catalana; Pirenaica, de la Federacin Navarra; Cordada, que tituln dose independiente, aparece en Catalua; Riscos, de la Federacin Valenciana, de efmera vida; Senderos, e infinidad de boletines en el seno de las sociedades. Y, por supuesto, Cumbres, del C.E.E., del que ms adelante hablaremos. Con el reflejo del Centro Excursionista de Catalua, las sociedades suelen tomar la denominacin de excursionistas, y cuando se da el fenmeno del turismo, de ese ir y venir inquieto de la gente, se vulga riza la expresin excursionismo, dando lugar a polmicas en todas las revistas sobre la denominacin de montaismo y excursionismo, de montaeros y excursionistas; discusin que se acab por agotamiento sin llegar a definir y concretar de manera clara y precisa la diferencia o parecido entre ambas. El aficionado a la montaa, que se vanagloria de ser excursionista, ya no est muy convencido y prefiere que le llamen montaero, para que lo distingan del dominguero, del que invade el campo los domin gos y festivos, que todo lo ensucia y altera. Incluso hubo inclinacin en cambiar la denominacin de sociedades excursionistas por la de clubes montaeros. En 1966, en asamblea de presidentes de sociedades de la Federacin Valenciana de Montaismo, y a propuesta de la de Murcia, se consult a las sociedades sobre la creacin de un club montaero, nico en Espa a, al estilo de otras naciones. No prosper. De aquella polmica suscitada sobre excursionistas y montaeros, destaco la de que excursionista es todo aquel que va a la montaa, o a cualquier otro lugar, con afn espiritual y cientfico, a ms del deporti vo; y ser montaero el que en la montaa slo ve la prctica de un deporte. El montaismo es una seccin del excursionismo. El excursionista muchas veces es montaero. El montaero, como tal, tiene un lmite, donde termina la montaa. El excursionista rebasa la montaa amn dola; la rebasa en sus facetas deportivo -culturales, en el llano, en la pla ya, en el valle, el yacimiento arqueolgico, los fsiles, la fl or, las plan tas. El montaismo tal vez supere en tcnica deportiva, pero el excur sionismo tiene ms amplio contenido por cuanto adems de proporcio nar la prctica del montaismo, tiene otras facetas en el deporte, en la naturaleza, en la sociedad, en la vida. 42 El montaismo es una vocacin espiritual, profunda, difcil de intuir y explicar. A la montaa es el lugar adonde, en ms de una ocasin, acudimos con la esperanza de encontrar lo que la vida nos suele negar: Paz de espritu, sinceridad, compaerismo. Donde practicamos actividades ms acordes con nuestros sentimientos y aptitudes fsicas. Por qu se sube a la montaa Por qu se escala No creo que haya una contestacin nica, ni concreta, ni satisfactoria. Cada uno ten dr su razn propia. La respuesta tampoco es simple; muchos elemen tos intervienen: La belleza de un horizonte transparente, el atractivo colorido de regiones desconocidas, el placer de sentirse fsicamente apto, el orgullo de conquistar una cumbre, la emocin, el peligro domi nado por la inteligencia y la voluntad, el subir, el llegar, el vencer. Qui z stas, y otras muchas, sean las razones ms convincentes. La sociedad suele desaprobar nuestra postura. No es extrao. El que no siente, ni conoce, fcilmente juzga. Nuestro deseo, gran deseo, es el de seguir por valles y cresteras, por cumbres y caadas, pese a la incomprensin y escepticismo de muchos. En 1930, y en el seno de la Sociedad Pealara, nace el primer gru po de alta montaa o G.A.M. En 1932 se celebra en Chamonix el IX Congreso Internacional de Alpinismo, se crea la U.I.A.A. y aparece representada Espaa. En 1933 se produce una gran revolucin en el alpinismo con el empleo de clavijas y mosquetones para progresar, y se establecen dos tendencias: la clsica y la de tcnica avanzada. Esta ltima, con sus medios, alcanza los grados M.D. y E.D. (muy difcil y extremadamen te difcil). En 1941 se constituye, en el seno del Centro Excursionista de Gra cia, el G.E.D.E. (Grupo Especial de Escalada). En 1949, la Federacin Espaola crea el Grupo nacional de alta montaa, tratando de reunir a los mejores escaladores, y as agrupa a los miembros del G.A.M. de Pealara y al C.A.D.E. del Centro Excur sionista de Catalua, formando en 1960 el G.A.M.E. que no tuvo xito alguno pues los escaladores siguen haciendo sus actividades en el seno de sus clubes, por cuya razn se extingui en 1978. A la nacida Federacin Espaola de Montaismo, que primero fue Federacin Espaola de Alpinismo, en 1922, y despus de su primer 43 presidente, el marqus de la Vega Incln, le sigue, en 1934, Julin Del gado beda, denominndose, primero, Sociedad Espaola de Alpinis mo, y tras el parntesis de nuestra guerra civil, en 1941 se la denomina Federacin Espaola de Montaismo y se nombra al propio Delgado beda presidente, cargo que ocup hasta su fallecimiento en 1972, en que le sucede Flix Mndez Torres, a su regreso de la expedicin a la Cordillera Blanca en los Andes del Per, primera nacional de verdade ra y autntica importancia en la que, entre veintitantas cumbres vrge nes, ascendieron al Huascaran. Fue sustituido por Jos Antonio Odriozola, en un clima enrarecido y, ltimamente, por Fernando Muoz (fallecido en 1991). 44 CAPTULO III MONTAISMO II 45 Al igual que en el extranjero, con el romanticismo llega a nuestra nacin una corriente inquieta que mueve a los jvenes a recorrer las regiones, pero no como deporte, sino como excursionismo cultural. Fue una actividad de carcter espiritual, ms intensa en Catalua, que estu diaba sobre el propio terreno los aspectos y costumbres de la vida de los pueblos y del medio rural, de ah que el excursionismo fuera el pun to de convergencia de todas las grandes fi guras que dio el renacimien to cataln: La Renacencia. El mundo intelectual, sus miembros, ya fueran gegrafos, litera tos, fillogos, gelogos, msicos, etc., supieron reunir a su alrededor a generaciones de jvenes que luego les ayudaran en sus investiga ciones y hacen que esta espiritualidad que el cataln siente por todas sus cosas vaya tan ntimamente ligada al excursionismo. Y an hoy, cuando las corrientes deportivas del montaismo y de la escalada estn impregnadas y en boga, no por ello abandonan sus orgenes, sino que por el contrario permanecen inalterables pese al tiempo transcurrido. Para hablar de excursionismo y de montaismo en Espaa y en sus orgenes, forzosamente hay que hablar de Catalua, la pionera en estas lides, la que supo entender que se trata de un movimiento espiritual y cultural al que va unido el deporte. Un antecedente curioso permiti la iniciacin del excursionismo en Barcelona. En la segunda mitad del siglo XIX, la ciudad de Barcelo na, al atardecer, cerraba sus puertas, que no abrira hasta el amanecer, y la ciudad quedaba aislada, resguardada y segura tras su recinto amu rallado. Pero esto ofreca el gran inconveniente de que el ciudadano que tuviera intencin de salir y recorrer las montaas y alrededores de la poblacin habra de tener presente el detalle que le frenaba en su intencin. La revolucin industrial de Barcelona y la apertura definitiva de la puerta de la muralla de acceso a la ciudad; as como el establecimiento de lneas frreas y el levantamiento de planos, mapas y guas, permi 47 tieron el desarrollo de este movimiento excursionista cataln que cul min con la creacin del Centro Excursionista de Catalua a finales del siglo XIX. Sin embargo, el montaismo o excursionismo no se produce en nuestra nacin hasta la primera mitad del siglo XX en que proliferan las sociedades de montaeros, y como es lgico ha de llegar a Levante y por ende a nuestra comarca. 48 CAPTULO IV NACIMIENTO DEL C.E.E. 49 Corra el ao 1956. En nuestra regin ya existan algunos centros montaeros: Alcoy, Alicante, Valencia y alguno ms. Tanto en Elda como en Petrer siempre hubo gente aficionada al campo que aprove chando los domingos y festivos se dedicaban a recorrer nuestros mon tes, sin ms finalidad que la de pasar un rato agradable, disfrutar del aire libre, almorzar en cualquier lugar simptico y alguna que otra vez reco ger hierbas medicinales, buscar caracoles o simplemente tomar el sol. Un grupo de amigos aficionados a estas salidas, casi todos alumnos de la Academia de D. Juan Madrona, que les haba inculcado esta afi cin, y que solan entablar contacto con otros grupos afines, converg an en la Cueva del Rac del Arenal, al pie del Arenal de Pruna, propie dad de D. Enrique Pay Testor, en cuyas reuniones se amenizaba el almuerzo con animadas conversaciones sobre sus gustos y actividades. En estos comentarios sola hablarse de las actividades deportivas del ya existente Centro Excursionista de Alcoy, que publicaba la prensa y con el que haban tenido algn contacto en la propia naturaleza. De estas conversaciones naci la idea de crear un grupo montaero en nuestra ciudad, afiliado, en principio, al Centro Excursionista de Alcoy. El grupo de los ms asiduos a estas reuniones eran: Juan Miralles Esteve, Jos y Pascual Navarro Brotons, Antonio Vera Cant, Antonio Vera Blasco Tolito, Antonio Antn Martnez Toni, Jos Poveda Vago, Miguel Prez Beltrn, Jos Prez Martnez, los hermanos De la Encarnacin Garca, y algunos otros ms, y a cuyo grupo, algn da, se les uni Francisco Prats Beltrn, Oscar Santos Gonzlez, Modesto Asuncin Orgils, etc. Un da del ao 1956, en una excursin al aljibe de El Bicho, en los Chaparrales del Cid, se reunieron unos 30 aficionados a la monta a y acordaron crear el C.E.E. e ingresar en el Centro Excursionista de Alcoy como delegacin del mismo en Elda. Este acuerdo se ratific en la reunin que a continuacin celebraron en casa de Rafael Brufal, en calle del General Saliquet n. 7, acordn dose iniciar las gestiones para la legalizacin del Centro. 51 Hago un inciso para hablar del aljibe de El Bicho y su origen. He preguntado por este nombre y me indicaron que fue un sitio donde haba una culebra, o serpiente, de grandes dimensiones, que se mat. Los Chaparrales pertenecan a mi abuelo paterno, Juan Esteve. Era lugar donde no haba agua, pese a ser sitio de paso de los ganados que, procedentes de Aragn, venan a invernar en esta zona; transitaban por las veredas, eran controlados en el Contador de Agost, a efectos, sin duda, del pago de algn canon, o derecho, y desde el corral de ganado sito en Las Ventetas (Rincn Bello), se divida y se distribua por las fi ncas de aquella zona. El abuelo mand construir un gran aljibe para servicio de estos ganados y un hijo suyo estuvo el tiempo que dur su construccin, habitando un refugio que a tal fi n se levant y del que todava quedan vestigios. Un to mo, alcalde de Petrer durante bastan tes aos, lo era en la poca de aquella construccin, que l orden, le apodaban El Bicho, de ah el nombre que dieron al aljibe. Se crea en Elda una delegacin del Centro Excursionista de Alcoy y se renen en un local, cedido gratuitamente, por la viuda de Antonio Juan Busquier, sito en la calle General Mola n. 35, bajos, y a cuyo gru po pertenecen tambin su hijo Antonio, el to de ste (hermano de aque lla) Rafael Navarro, y su pequeo hijo, Jos Ramn, hoy ingeniero de caminos y profesor en la universidad de Alicante. Se dise un escudo, el mismo que hoy tiene el C.E.E., en el que fi gura la silueta del Cid, una tienda de campaa y los smbolos monta eros: cuerda y piolet. ESCUDO DEL CENTRO EXCURSIONISTA ELDENSE Primeros trazos. Origen del escudo del Centro Excursionista Eldense. Las secciones adaptaron este escudo cambiando el smbolo de montaa por el de la especialidad de cada seccin. 52 En Planises. Ao 1957. El diseo, o lneas principales del escudo, parece ser que fueron tra zados por Santiago Pay Hernndez, y quiz perfilados, completados y coloreados por Alvaro Carpena. Son das de efervescencia montaera. Todo es nuevo. Hay mucho por descubrir. Cualquier actividad es cosa nueva que suena grata y agradable: ascensiones a las cumbres cercanas y colocacin de buzo nes -registro, que constituyen salidas sociales de cada domingo y a las que asisten masivamente los escasos socios. Este entusiasmo culmina con la aspiracin de crear un centro mon taero independiente en nuestra ciudad, y el 11 de febrero de 1957 se nombra una comisin formada por los socios: Pascual Navarro Bro tons, Francisco Antonio Vera Blasco Tolito, Miguel Prez Beltrn, Jos Prez Martnez y Jos Poveda Yago, presidida por Francisco Prats Beltrn, para gestionar los trmites oficiales y constituir una sociedad deportivo -cultural, con el nombre de Centro Excursionista Eldense, que fomente y propague los deportes de montaa, organizando con cursos, excursiones, conferencias y cursillos terico -prcticos y publi 53 Pantano de Tibi. Ao 1957. cando itinerarios, planos, guas y cuantos otros trabajos tiendan a pre parar al montaero en los aspectos moral, cultural y deportivo, con el fi n de atraer a la juventud a este noble deporte que ensalza el espritu y acerca a Dios. Este noble prrafo, plasmado en la primera acta de nuestra sociedad, ha de pasar luego a ser el artculo primero de nues tros estatutos. Estatutos que fueron elaborados por Oscar Santos Gonzlez y trans critos por Miguel Prez Beltrn en una mquina de escribir del alma cn de curtidos de D. Enrique Pay Testor. Se crea un concurso de cumbres. Es por entonces cuando yo me incorporo al montaismo. Me permito un inciso: Siempre fui aficionado al campo. Mis padres, durante aos, fueron propietarios de Las Ventetas (Rincn Bello), Casa de Garrincho, fi ncas lindantes con Rabosa, en donde pas los mejores veranos de mi infancia. Establecido, profesionalmente, en Elda, unos clientes y amigos: Pascual Navarro Brotons, Scrates y Gerardo de la Encarnacin Garca, Antonio Herrero y otros me hablaban de las exce 54 lencias de sus actividades montaeras. Sal algunos domingos con ellos, comprob que, en efecto, era excepcional, grato, cultural y edu cativo. Me afili con el n. 48. Recuerdo que haba que rellenar una solicitud avalada por dos socios. N ----- CENTRO EXCURSIONISTA ELDENSE ADHERIDO A LAPEILACiON ESPAOLA DE MONTAISMO Y AL COMITE ESPAOL DE CAMPING SOLICITUD DE 1103GREZIO Porografla D. nacido el ,estado de profesin , con domicilio en la calle .0. _piso ..soll cita su ingreso en el CENTRO EXCURSIONISTA, como socio , deeeando pertenecer a la seccin de_ siendo al efecto propuesto a le Junta Directiva por los socios de esta entidad n. D y n. D. obligndose a cumplir las prescripciones reglamentarias. Elda a de de 19 . Ahwitipticaddlibui paro whatuwwwumi ,Aar SE dianows. , coeldeadzes n qt.or del 11icUente ..._ le autorizo pera pertenecer a dicho Centro y, poder tomar part f311 sus ac tivi dedeo . Poi TWer, ORDEN DE PUBLICACION, Publiques la anterior solicitud en el cuadro de rdenes de la Sociedad por espacio de diez dias, en cumplimiento del Reglamento. Elda, a de, - 19 - 1~4.1. E~071, CERTIFICO: QueD. haeido admitido como Bocio_ CENTRO EXCURSIONISTA por acuerdo de la,Junta Urectiva de fecha Elda, a El Pole.ldwrb, El Znunderi, 55 No es sencilla la labor de la comisin designada, ya que hasta el 9 de septiembre de 1958 no se consigue la legalizacin de la sociedad y su aprobacin por la Federacin Nacional de Montaismo, la Delega cin Nacional de Educacin Fsica y Deportes, y autorizacin por el Excmo. Sr. Gobernador Civil de la provincia, inscribindose en el Registro de Asociaciones el 6 de septiembre de 1958. Se eleva a directiva provisional la comisin antes indicada, quedan do como presidente Francisco Prats Beltrn; secretario, Antonio Vera Blasco Tolito; tesorero, Pascual Navarro Brotons y vocales, Miguel Prez Beltrn, Jos Prez Martnez y Jos Poveda Yago. En el acta en que se plasma este acuerdo hay unas frases del primer presidente, Francisco Prats Beltrn, que por delicadeza y recuerdo al mismo se copian aqu, agradeciendo al secretario, Antonio Vera Blas co, haber plasmado con exactitud la idea y el espritu de aquella reu nin: ... da cuenta (el presidente) de las gestiones realizadas, orienta y esboza la organizacin para el funcionamiento del centro, y despus de agradecer a los componentes de la comisin la excelente disposicin de nimo y las elogiables actividades que los mismos han realizado en favor del montaismo de Elda, y de Espaa, por los propsitos altruis tas que les han guiado en este trabajo, les invita a que inicien nuevos trabajos en el sentido de divulgacin de esta incipiente sociedad que tan loables fi nes persigue para conseguir el agrupamiento en este Centro de todos los amantes de un mejoramiento artstico, espiritual y cientfico por medio de la prctica montaera. Si meditarnos sobre estas frases, y las ledas anteriormente, halla remos la piedra fundamental de nuestra razn de ser como sociedad, que fructificara en lo que ms tarde ser el Centro Excursionista Eldense. En esta poca inicial de ideal, de ilusin, no se ha de olvidar, sino por el contrario, resaltar la figura de un hombre, modesto, callado, de gran preparacin, con grandes ideas, del que se ha hablado poco en nuestra ciudad y al que se le debe mucho por obras de trascendencia: Oscar Santos Gonzlez. Fue el fi lsofo del C.E.E. l vea, en profun didad, las excelencias del excursionismo en sus aspectos deportivo y cultural, y en aquellas reuniones ntimas, pequeas en nmero, y en poca en que no se podan desarrollar, l nos impregnaba de sus inquie tudes. Lo mismo ocurri ms tarde con ocasin de la Feria del Calza 56 do, primer certamen nacional celebrado en las escuelas de Padre Man jn, pero siempre entre bastidores, con ideas muy claras. Ya he dicho que fue hombre del que se ha hablado poco, o nada, y a quien, sin embargo, se le debe mucho, y es que de una persona se resaltan sus acciones pero nunca sus pensamientos, sobre todo si no se escriben, como en el caso de referencia. l fue nuestro sabio filsofo. En la primera junta general extraordinaria de fecha 8 de diciembre de 1958, y propuesto por los socios Gernimo Conca Mas, Antonio Prez Gisbert y Jos Poveda Yago, se determin el nombramiento de socios fundadores a los socios dados de alta antes de la fecha de cons titucin oficial del Centro, y cuyo nmero de orden se establece por edades, al menos en los primeros, siendo los siguientes: 1. Modesto Asuncin Orgils 2. Oscar Santos Gonzlez 3. Alberto Aguado Orgils 4. Jos Garca Macin 5. Antonio Herrero Amors 6. Antonio Vera Cant 7. Antonio Antn Martnez 8. Francisco Prats Beltrn 9. Juan Miralles Esteve 10. Pascual Navarro Brotons 11. Miguel Prez Beltrn 12. Francisco Civera Navarro 13. Santiago Pay Hernndez 14. Luis Bellod Corts 15. Jos Navarro Brotons 16. Constantino Sez Callado 17. Rogelio Garca Soriano 18. Gernimo Conca Mas 19. Francisco Cant Martnez 20. Modesto Asuncin Azorn 21 . Dionisio Sirvent Bernab 22. Jos Prez Martnez 23. Antonio Vera Blasco 24. Pedro Juan Molina 25. Luis Soro Prez 57 26. Jos Poveda Yago 27. Jos Garca Poveda 28. Manuel Martnez Lled 29. Jos Navarro Mndez 30. Antonio Prez Gisbert 31. Julio Bel Hernndez 32. Luis Garca Soria 33. Jos Navarro Bonete 34. Antonio Juan Navarro 35. Pablo Colomina Vera 36. Elas Vera Moreno 37. Diego Muoz Solera 38. Jos Ramn Navarro Vera 39. 0 A. Scrates de la Encarnacin Garca 40. Toms Gmez Alfonso 41. scar Porta Carbonell 42. Gregorio Vicente Latorre 43. Pascual Domnech Brotons 44. Jos Antonio Juan Pinos 45. Joaqun Ruiz Poveda 46. Gaspar Ros Berna 47. Alberto Ros Berna 48. Daniel Esteve Poveda Los estatutos aprobados no permitan a la sociedad tener reservas econmicas superiores a mil pesetas. La cuota social era de diez pesetas al mes. El local era gratuito. Asistan a aquel local de la calle General Mola, entre otros, los Tar zanes (Gregorio y Joaqun Pay, ya fallecidos). En un armario existen te en la primera habitacin, Gregorio guardaba un gran lagarto al que todos los das cazaba insectos, y colocndolo sobre una mesa lo dejaba hipnotizado con un ligero toque en el cuerpo. Fueron notables. Por referencias, supe que antes de nuestra guerra civil acudan al Chorrillo en donde tenan una choza, dicen que sobre un gran rbol, y en la que pasaban das. Despus de la guerra, se trasladaron al Pantano, en don de se construyeron sendos albergues. 58 CAPTULO V COMIENZO DE LA ANDADURA 59 Del local de General Mola sali la primera expedicin a alta mon taa, a los Pirineos leridanos. Era julio de 1958. El itinerario, con sus travesas y lugares, estuvo organizado por Oscar Santos Gonzlez, conocedor de la zona por su estancia en Pirineos durante nuestra gue rra civil siendo miembro del Estado Mayor del ejrcito republicano, consejero y asesor de la expedicin, la cual para nosotros fue una gran experiencia en cuanto a alimentacin, equipo y convivencia. Lagos Tort, San Mauricio, Aiges Tortes y Caldas de Boh fueron escenario de esta primera salida. Diecisis los componentes de la expedicin: Oscar Santos Gonz lez, Mara Elena (su hija), Juan Miralles Esteve, Francisco Prats Bel trn, Daniel Esteve Poveda, Pascual Navarro Brotons, Antonio Vera Blasco, Antonio Vera Cant, Scrates de la Encarnacin Garca, Mar celino Prez Gonzlez, Luis Pastor Marhuenda, Jos Navarro Bonete, Diego Muoz Solera, Elas Vera Moreno, Rafael Vercher Carratal y Jaime Sierra (de la Unin Excursionista de Elche). Componentes de la primera salida a Pirineos. Ao 1958. 61 Fue una gran experiencia. Tenamos poco conocimiento de lo que era una salida a alta montaa: exceso de peso, alimentacin muy mal calculada, inutilidad de parte del equipo; eran los principios de una sociedad montaera de poca experiencia. Como muestra, se resean los alimentos que cada uno portaba (cal culados y acordados en reuniones celebradas): Aceite, 1 litro; dulce de membrillo, 10 pastillas; nescaf, 10 tubos de tres raciones cada uno; leche condensada, 2 botes; azcar en terrones, 1 kilo; galletas saladas, 2 kilos; mantequilla, 1 kilo; queso en porciones El Casero, 3 cajas; higos, 1 kilo; almendra pelada, 1 kilo; chocolate, 3 pastillas; atn o sal mn, 2 latas medianas; tomate, 2 botes, 1 kilo; tocino, 1 kilo; sal, 250 gramos; glucodulco, 1 bote; litines, una caja; huevos, 10 unidades; arroz, 1 kilo; fideos, 1 paquete; y algunos ajos. En total eran 15 kilos por persona. Equipo: Impermeable, saco de dormir o manta, botas, zapatillas, dos pares de calcetines, baador, pantaln de deporte, pantaln largo, cami sa, jersey de abrigo, pasamontaas o gorra, toalla, tiles de aseo, plato y vaso, cantimplora, jabn, linterna y bastn. El peso total de las mochilas era de 30 kilos. Las comidas programadas fueron: Desayuno, caf con leche, galle tas con mantequilla, dulce de membrillo o chocolate; comida: sopa con tocino, arroz o pasta, galletas con conservas, higos y almendras, caf; cena: sopa con tocino, arroz o pasta, galletas con conservas, dulce, que so y caf. Se dan estos antecedentes como curiosidad y ejemplo de inexpe riencia de lo que es una salida a alta montaa. En la primera etapa, Lago Tort, Rullo y Estany Negre, a 2.450 m de altitud, los expedicionarios prefirieron pasar necesidades antes que arrastrar semejante peso por aquellas montaas. El guarda de la Enher (compaa elctrica) se acordara durante muchos aos del paso de aquella expedicin y desde luego del C.E.E. por el suministro que le qued. Se cumpli el programa de actividades, y con ocasin de las Fiestas Mayores de Elda se mont una exposicin fotogrfica de las obtenidas en aquella salida. Jos Navarro Brotons Pipona y Jos Poveda Yago, auxiliados por unos socios, se encargaron de embellecer y preparar el saln en el local de la calle General Mola, tapizando las paredes con 62 Pirineos, Los Encantats, Lago de San Mauricio. Juan Miralles Esteve, Scrates de la Encarnacin y Pascual Navarro Brotons. Ao 1958. tela facilitada por Gabriel Poveda, tejedor de Petrer, cuerdas, banderas y el bandern del Centro. Fue muy visitada, y fueron muchos los nue vos socios que se inscribieron como resultado de ello. Broche de oro y admiracin de propios y extraos. Se inician las acampadas, siendo la primera en la Sierra de Salinas; la siguiente en La Almorqu, en las fiestas de Semana Santa y Pascua. Una tercera en Caprala. Todas ellas en el ao 1958, con asistencia de los centros de Alicante y Elche. Es actividad con gran nmero de adeptos y por ello el Centro adquiere tres tiendas de campaa de cuatro plazas cada una. 63 Coincidiendo con la acampada de Salinas, el incipiente grupo de espeleologa, desciende, en colaboracin con miembros del Centro Excursionista de Alcoy, a la sima de Los Borreguillos, con unos cien metros de vertical. Fue el bautizo oficial de los novatos espelelogos del Centro. Se adquiere el primer material: Escalerillas, cuerdas, clavijas, mos quetones, martillos, por acuerdo de la directiva. El Centro ya est legalizado, encauzado, sus escasos socios realizan una extraordinaria actividad. Es la novedad. En junta general extraordinaria celebrada el da 8 de diciembre de 1958, se designa la primera directiva del Centro: presidente, Francisco Prats Beltrn; vicepresidente, Daniel Esteve Poveda; secretario, Fran cisco Antonio Vera Blasco Tolito; tesorero, Antonio Antn Martnez Toni; Montaa y escalada, Juan Miralles Esteve; Camping, Jos Prez Martnez; Espeleologa, Jos Navarro Brotons Pipona; Foto grafa, Jos Poveda Vago; Ciencias e historia, Elas Vera Moreno; Informacin y propaganda, Pascual Navarro Brotons. Dato curioso es que, en aquella junta general, el socio Juan Garca solicit que se fotografiara, en grupo, esta primera directiva, y aun cuando se acord, no consta el porqu no se llevara a cabo, y fue de lamentar ya que hubiera constituido una fotografa histrica en los ana les del Centro Excursionista Eldense. Ahora no sera posible ya esa fotografa. La primera entrega de premios, correspondiente a las actividades del ao 1957, se celebr en el Rac del Arenal, en la era de la cueva de Enrique Pay Testor, al pie del Arenal de Pruna. No hay constancia en el libro de actas de tal acto, sin duda porque todava no exista tal libro, ni fi guraba como sociedad, el Centro. Fue un acto sencillo, humilde en materialidad pero, para nosotros, de una emocin y grandeza incalcu lables. Asistieron la mayora de los escasos socios y muchos curiosos. Antes fue amenizado con la preparacin de un abundante almuerzo del que se dio buena cuenta. Eran aquellos primeros tiempos en que las secuelas de la costumbre y de la tradicin imperaba: fogatas indivi duales, sartenes y cacharros que se sacaban del fondo de las mochilas, y la preparacin de todo lo imaginable. Comentario que permite esta blecer el cambio sufrido, en sistema y alimentacin, con los tiempos actuales. La entrega de premios fue emotiva: Una rstica mesa cubier 64 ta con una bandera nacional y perdidos en su extensin 4 5 trofeos. Los asistentes sentados en el suelo, y todos en la era. Fue un acto extra ordinario. El ao 1959 se distingue por el traslado de nuestro local a la Plaza de Castelar, calle General Moscard, n. 31, segundo piso, pagando un alquiler de 650 ptas. mensuales. La ocupacin del local de la calle General Mola, n. 35, bajos, era a ttulo gratuito, y bast el simple deseo de su duea para que el Centro lo dejara libre. Por esto no se pudo ser muy exigente en la eleccin. El nuevo local estaba situado en sitio cntrico, agradable, con amplios ventanales a la Plaza Castelar, pero al ser un segundo piso, su escalera estrecha, pina y en caracol, fue, desde el principio, poco aceptable. No obstante, como la sociedad iba en auge, se vea concurrido. Se inicia ron cursos de ingls, otros de botnica. Se inici la biblioteca, basada slo en cuestiones tcnicas y especializaciones. Se adquiri gran nme ro de volmenes y mobiliario para crear un saln de lectura. No resul t prctico, pronto gran nmero de libros no volvieron a las estanteras. Posiblemente falta de organizacin. Los premios correspondientes al ao 1958 se entregaron en un acto extraordinario que tuvo su marco en el saln del cine Rex, el da 12 de abril de 1959, con el patrocinio del Excmo. Ayuntamiento de Elda. En primer trmino se proyectaron unos documentales facilitados por la Oficina de Turismo y las embajadas. Fueron los premios: primer clasificado del Concurso de cumbres, Francisco Prats Beltrn; segundo, Jos Poveda Yago; primer clasifica do infantil, Jos Ramn Navarro Vera; clasificado I Marcha de regula ridad, pareja formada por Jos Poveda Vago y Miguel Prez Beltrn; actividad montaera, Jos Prez Martnez; constancia, scar Santos Gonzlez; pergamino a doa Balbina Navarro, viuda de Antonio Juan Busquier, y medalla de plata a D. Enrique Pay Testor. Ambos premios concedidos por su altruismo al ceder, desinteresadamente, el local para el Centro en la calle General Mola n. 35, y refugio del Rac del Are nal. A Elenita Santos Poveda, medalla de plata con la inscripcin de A la primera montaera por su asistencia a la primera excursin del Cen tro a los Pirineos leridanos. Se resaltan estos galardones por ser los primeros que se entregaron por el C.E.E. Despus fueron a centenares y por ello, salvo alguna 65 excepcin notable, no se citarn, pues sera interminable. En algunas secciones llegaron a concederse ms de un centenar, por ejemplo en petanca. La sencillez de la primera entrega de premios en el Rac del Arenal, en marco agreste de montaa, se vio truncada con celebraciones en salones sociales: Cinema Rex, cinema Cant, etc., que desde luego siempre resultan multitudinarias y demostrativas del impulso y progre so del C.E.E. Las posibilidades econmicas son escasas en estos aos, han dismi nuido con el pago del alquiler del local. Se usa bastante de los donati vos y son muchos los socios que los ofrecen con destino a necesidades sociales. La cuota es de diez pesetas al mes. Hay un dicho: Que para salir al monte no se necesita pertenecer a ninguna sociedad. Para rom per con ello ha de ofrecrsele al socio, no slo actividad en montaa, acampadas y concursos, en domingos y festivos, sino tambin activi dad social durante la semana; de ah esos cursillos, que se citan, de ingls, botnica, etc. En 1959, en el mes de julio, se lleva a cabo la segunda salida a Piri neos. Son 20 los montaeros que participan, y entre ellos algunas muje res: Espot, Lago de San Mauricio, travesa por el Crculo de Coloms Componentes segunda salida a Pirineos. Ao 1959. 66 a Treds y Artiga de Lin, es el escenario. Adems se realiz una salida a Lourdes. Son componentes del grupo: Oscar Santos Gonzlez, Elenita Santos Poveda, Miguel Prez Beltrn, Josefina Villaplana Vera, Daniel Esteve Poveda, Francisco Gonzlez Villena, Dionisio Sirvent Bernab, Julin Torregrosa Navarro, Amparo Rico, Manuel Daz Cuenca, Bien venida Snchez, Rafael Vercher Carratal, Pascual Navarro Brotons, Virtudes Mauro, Helios Pay, Diego Muoz Solera, su novia, despus su esposa, y su cuada. El equipo de cocina lo formaron: Julin Torregrosa, Rafael Vercher, Villena y Dionisio Sirvent. Hubo algunos hechos humorsticos en esta segunda salida: Las botas engrasadas de Miguel Prez fueron atraccin, encanto y mana persecutoria de un perro en la estacin de La Encina. A la llegada a Espot nos sorprende, agradablemente, una carta de bienvenida de nuestro presidente Francisco Prats. En el refugio del Lago Mayor, en el Crculo de Coloms, se le que man a Julin las botas. En el fuego de campamento levantado en el Hospital de Artiga de Lin (hoy desaparecido bajo la construccin de la pista o carretera), Artiga de Lin (Pirineos). (5scar Santos y su hija Elena. Ao 1959. 67 scar Santos pis el fuego donde se asaban unos huevos, nos dej a media cena, y gracias a que no calzaba un 44. Dionisio pase casi toda la travesa una bolsa con patatas que lue go hubo de tirar. Fue una excursin algo informal, poco tcnica al decir de hoy, pero muy agradable e irrepetible. En ella (la excursin) Pascual Navarro, Helios Paya y Elas Vera, sin cuerdas, ascendieron al Encantat Mayor. Aquel verano, cinco montaeros salen a Sierra Nevada, y Marceli no Prez marcha a Suiza. El C.E.E. se anima con actividades. En septiembre se expone la II Exposicin de fotografas, en un local de la calle Dahellos. La Comisin de Fiestas del Excmo. Ayun tamiento de Elda subvenciona con 1.500 ptas. El saln es embellecido e iluminado, acertadamente, por un grupo de socios a cuyo frente fi gu r Jos Navarro Brotons Pipona. El material lo constituye, en su mayora, fotografas obtenidas por los expedicionarios en las salidas indicadas. Aumentan las necesidades del Centro y se designa conserje para el local social y cobrador, recayendo ambos puestos en el socio Deltell. Dimite la directiva y en junta general extraordinaria del da 8 de diciembre de 1959, celebrada en el local social de General Moscard n. 31, segundo piso, se designa la siguiente directiva: presidente, Fran cisco Prats Beltrn, con 41 votos; vicepresidente, Marcelino Prez Gonzlez, con 32 votos; secretario, Francisco Vera Blasco, con 52 votos; tesorero, Antonio Antn Martnez, con 51 votos; vocales, Diego Iiguez, con 40 votos y Antonio Vera Cant, con 24 votos. En junta directiva de 1 1 de diciembre de 1959, se designan vocales para las distintas secciones: Montaa y escalada, Antonio Vera Cant; Camping, Julin Torregrosa Navarro; Espeleologa, Alfredo Pastor Albalat; Fotografa, Jos Poveda Yago; Arqueologa y mineraloga, Antonio Martnez Mendiola; Informacin y propaganda, Diego Ii guez; femenino, Mari Sol Sez; vicesecretario, Jos Prez Martnez. Se inician intervenciones en reuniones oficiales de las distintas sec ciones, y as la Espeleologa, en septiembre de 1959, asiste a la I Con centracin provincial, en Alcoy; y tambin con el Grupo espeleo lgico de Alcoy, se interviene en la exploracin de la sima Juliana. 68 Para el uso del material de espeleologa y escalada, propiedad del Centro, se suscita una gran polmica sobre si se debe o no pagar alqui ler por su uso. Queda a discrecin de la directiva, segn la actividad a desarrollar. La seccin de Montaa est representada en la I Marcha regional de montaa, por una pareja, organizada por el Centro Excursionista de Valencia, de dos das de duracin, siendo el escenario Sierra Mariola, los das 1 1, 12 y 13 de diciembre. Qued clasificada. Se celebra la I Acampada regional en P Alt (proximidades de Jti va). Nutridamente representado el C.E.E. Adems de la II Marcha nocturna, se celebran acampadas locales en La Alquitranera, el Rotglar con el Centro Excursionista de Alcoy y el Rac del Arenal. Se lleva a cabo la I Marcha de regularidad local titu lada Vuelta al Cid. Y as se celebran gran nmero de actividades sociales, amn de masivas salidas en los peridicos concursos de cumbres. 69 CAPTULO VI CRISIS 71 De las actas de este tiempo se desprende una marcada tendencia a centralizarlo todo. La libertad y el libre criterio estn extremadamente limitados. Nadie puede tomar decisin alguna. Esto habra de demos trar ser un inconveniente cuyas consecuencias se tocaran. La presi dencia es la direccin, la mente, la que dispone. Los acuerdos han de ser aprobados por el presidente; cualquier comisin, decisin, etc. ha de contar con su acuerdo y aprobacin. El punto lgido llega en el nuevo local de la calle General Moscar d n. 31, segundo piso, esquina a Joaqun Coronel, en el que la direc tiva decide reunirse una vez a la semana, con exclusin de los vocales de seccin que se reunirn una vez al mes con la directiva. sta estaba constituida por el presidente, vicepresidente, secretario y tesorero. Se acord, asimismo, celebrarlas a puerta cerrada y con la promesa for mal y compromiso de que no trascendieran los acuerdos y decisiones tornadas. De ah que en una junta general se solicitara la publicacin de los acuerdos en el tabln de anuncios para conocimiento de los socios. Esta forma de actuar produjo en algunos socios malestar que se tra dujo en intervenciones nerviosas y violentas incluso, que determinaron la crisis sufrida a primeros del ao 1960 que acab con aquella directi va y presidencia. Desde el 19 de febrero de 1960 hasta el 14 de enero de 1961, el pre sidente no fi rm acta alguna de la directiva. En algunas reuniones el presidente no asiste, estando justificado pues, en aquella poca, Prats estaba algo delicado y bajo tratamiento mdico. Una de aquellas juntas directivas, de fecha 2 de octubre de 1959, la presid y se acord acceder a la peticin del Excmo. Ayuntamiento de Petrer de que se le facilitara la II Exposicin de fotografas del Centro, que obtuvo un notable xito en las Fiestas Mayores de septiembre de 1959, y para exponerlas en las fi estas de octubre de aquel mismo ao en la vecina villa. Se aprob y acord ceder al Ayuntamiento de Petrer, para su exhibicin, la coleccin fotogrfica de referencia. 73 Asimismo se aprob en aquella misma junta directiva, autorizar al vocal de fotografa para que fi lmara una pelcula de los actos a celebrar con ocasin de la acampada en el Rac del Arenal. En la I Acampada regional celebrada en Pi Alt, cerca de Jtiva, el socio fundador 0. 0 10, Pascual Navarro Brotons, y vocal de la seccin de Informacin y propaganda, fi lm dos pelculas de las actividades del Centro en esta acampada. Dos documentos grficos, importantes de la historia del Centro, que se perdieron. Estos acuerdos y decisiones no merecieron la aprobacin del presi dente, que los rechaz de plano, ordenando que no se abonara al socio Pascual Navarro Brotons, vocal de la seccin de Informacin y propa ganda, el importe de las dos pelculas, constando tal decisin en acta del da 7 de julio de 1959, ordenando asimismo que tal decisin fuera transmitida al interesado por el vicepresidente Daniel Esteve. Pascual Navarro Brotons, magnfico elemento en la directiva del Centro, gran emprendedor, mejor colaborador en aquellos primeros tiempos, se apart del Centro y dej de prestar inters alguno a las cosas del mismo. El presidente tambin desautoriz el acuerdo de esa directiva sobre la cesin al Ayuntamiento de Petrer de la coleccin de fotografas; yo, vicepresidente, afectado por la resolucin, decid apar tarme y no comparec ms en ninguna junta directiva, ni reuniones del Centro, si bien segu practicando actividades montaeras. Se relatan estos hechos sin ms intencin que la de dar a conocer el espritu que imperaba en la directiva del Centro, y as se comprender mejor la crisis que no tardara en llegar y que puso en serio peligro la existencia de la sociedad. La gota que colm la cuestin se produjo con ocasin del I Concur so provincial de cumbres cuya organizacin se adjudic al Centro, siendo a la sazn vocal de montaa el socio fundador n. 6, Antonio Vera Cant, quien debi entender que la organizacin y desarrollo era misin exclusiva del vocal de montaa, y por ello trat de luchar y defender su derecho, organizar y desarrollar la actividad con el visto bueno del presidente. La confeccin de las bases de la Marcha provincial de regularidad, a realizar por el C.E.E., origina discusin en la directiva, y de su resul tado dimite el tesorero y el secretario, y despus dimisin en pleno de toda la directiva. 74 El Centro queda sin representacin, sin autoridad alguna y en peli gro de disolucin. Se aclara, que pese a todo ello, las directivas actuantes en la pri mera etapa trabajaron con gran entusiasmo consiguiendo xitos muy notables que pronto daran a conocer a nuestra incipiente sociedad en el ambiente de una Elda de veintitantos mil habitantes. Las salidas a Pirineos, las exposiciones fotogrficas con tal motivo preparadas, las salidas masivas a acampadas, marchas, concursos de cumbres, hizo familiar en la ciudad la presencia del montaero con su atuendo carac terstico, vistoso, cargado con su pesada mochila y resplandeciente de alegra y fortaleza fsica. Fue la mejor propaganda, y ello se debi a todos y en especial a aquellos hombres que formaron parte de las pri meras directivas, pioneros del montaismo en nuestra ciudad. Los equipos organizadores trabajaban concienzudamente, sacrificando al mximo esfuerzos e incluso apoyndolos econmicamente de su pecu lio particular. En Las Hermosas. Ao 1961. 75 Acampada de otoo en Caprala. Pero la crisis se produjo. Otras causas intervinieron tambin, ms solapadamente, en esta crisis del Centro. Haba un grupo considerable de socios fundadores, partidarios de que la sociedad se limitara a un nmero corto de afiliados, y no vean con buenos ojos el auge del Cen tro y las nuevas y numerosas inscripciones de socios. Todo socio precisaba para su ingreso rellenar una extensa solicitud que haba de ser avalada por dos socios efectivos. Este espritu limitado, esta visin individualista y restringida, esta actuacin, cre situaciones muy molestas y conflictivas que se traduje ron en la ruptura y el asalto al poder de unos cuantos, tratando de remediar el caos producido que amenazaba con la disolucin de la sociedad. Francisco Prats Beltrn, primer presidente del C.E.E., persona bon dadosa, buen compaero y amigo de todos, serio en todos sus actos, con su presencia fsica daba prestancia y carcter a la sociedad, lstima que no supiera evitar, soslayar, paliar, los problema que le crearon y acabaron con su directiva, y con l, en un autntico golpe de mano. 76 Otro hecho en estos momentos crticos de la sociedad fue el veto del gobernador civil al nombramiento de Diego Iiguez como vocal de la seccin de informacin y propaganda. Le sustituy Marcelino Prez Gonzlez, si bien con la colaboracin y ayuda de Diego lguez, actuando como delegado de la Acampada provincial celebrada en febrero de 1960, y designado para una charla con ocasin de la Acam pada de invierno en la Pea Bad. Su veto por la autoridad se debi a cuestiones polticas, como as lo manifest en junta general ordinaria del da 19 de junio de 1960. stos y otros problemas pusieron en peligro a la sociedad en sus relaciones internas, pero afortunadamente las dificultades fueron ven cidas por la gestin y la buena voluntad de no pocos de sus socios. Francisco Prats Beltrn. 77 CAPTULO VII SEGUNDA ETAPA 79 Estarnos acostumbrados a ver con qu facilidad nacen agrupaciones de hombres, con alguna ilusin, con una idea. Siempre suele encon trarse uno, o algunos, que crean ideas, las desarrollan, otros se entu siasman con ellas y pronto lo que parece una utopa se convierte en una realidad. La ascensin es rpida. La actividad inusitada. El entusiasmo grande, pero cuando no hay una base, un espritu organizador que man tenga una constancia y una regularidad, pronto el entusiasmo decae, viene el nerviosismo, la apata y al fi nal todo queda en cenizas de papel que el viento aventa y todo se olvida. Es lo que podramos llamar el desarrollo cohete. Se enciende con mano fi rme y con gran intensidad de fuego, asciende raudo y veloz, estalla, deslumbra con fantstica palmera y pronto la oscuridad y luego slo queda una caa que se balancea y cae. Despus, nada. El C.E.E. haba nacido con mucha ilusin. Todo era, en su principio, actividad. Muchas cosas que hacer. Todas novedad: cumbres, travesas, acampadas, marchas, simas, etc., pero ya se haban agotado los lugares de las acampadas. Ya se haba subido, una y varias veces, a las mismas cumbres. Las simas, a las que se bajaba a toda velocidad, no guardaban ningn tesoro. La fi ebre haba terminado, era el momento crtico, o se pasaba a la tcnica, al estudio y especializacin, o la rutina acabar con el estmulo y la vida del Centro quedar amortiguada. En noviembre de 1960 los miembros de la junta directiva presentan su dimisin al presidente. Se consulta a la Federacin Espaola de Montaismo sobre la posibilidad de convocar junta general extraordi naria para nombramiento de una junta rectora. La Federacin indica que, al no tener la sociedad cuatro aos de existencia, han de votar todos los socios mayores de 21 aos. Se nombra una junta rectora y se convoca a junta general extraordinaria para el da 5 de febrero de 1961 . En ella se elige la siguiente directiva: presidente, Daniel Esteve Pove da; vicepresidente, Julin Torregrosa Navarro; secretario, Miguel Prez Beltrn; cajero, Antonio Juan Navarro; Contador, Rogelio Garca Soriano; Montaa, Urbano Bailn Mirete; Acampadas, Otelo Prez 81 Casas; Fotografa, Modesto Asuncin Orgils; Arqueologa, Antonio Martnez Mendiola; Espeleologa, Alfredo Pastor Albalat; Prensa y propaganda, Pedro Ramn Lorenzo Ballester y balneario El Lido, Antonio Antn Martnez Ha de superarse la crisis, han de iniciarse nuevas trayectorias que animen a la sociedad, la saquen de su letargo y se estimule en nuevas actividades. Ha de romperse con el criterio individualista y fomentar su apertura a todos. Ha de conseguirse que a lo largo de la semana se esta blezcan una serie de actividades que renan, con inters, a los afiliados en su local, que no se reduzca la convivencia slo a la actividad domin guera de salida a la montaa, y as en el local de General Moscard n. 31, segundo piso, se imparten cursillos de botnica y de montaismo tratando de crear un ambiente social que afianzara al Centro y aumen tara el nmero de sus socios que, por aquel entonces, eran 140. Daniel Esteve Poveda 82 CAPTULO VIII EL LIDO 83 Captulo aparte merece la mencin del balneario El Lido. Piscina de 50 m de largo por 18 de ancho y 1,60 m de profundidad mxima, con una capacidad de 4.500 m. Su apertura proporcion a los eldenses la posibilidad de practicar la natacin, en la que destacaron ciertos deportistas, siendo inaugurada el 16 de julio de 1931 con la actuacin de Paco Ortiz, campen de Espaa de saltos de palanca (His toria de Elda, de A. Navarro. Tomo II, pg. 126). Con anterioridad existan en Elda dos establecimientos de barios: La Alfaguara, junto al puente de la estacin, y el Sapo, en la rambla de su nombre. Una calle, la de Rosales, pone al Lido en comunicacin con la ave nida de Chap (ao 1935), quedando as el establecimiento enmarcado en el casco urbano. Fue demolido en noviembre de 1967, dando paso a las calles Luis Batlles, La Cruz y Torres Quevedo. El C.E.E. se queda con la explotacin de El Lido y ms tarde con la de la piscina del Peter Rives; ellos fueron el embrin de la Ciudad Deportiva. El Lido era propiedad de la familiar Tortosa. Don Jos Tortosa, mdico de prestigio, muy amante de su pueblo y aficionado a la mon taa tena buena relacin con el Centro y buena amistad con alguno de sus fundadores. Nos ofreci desinteresadamente la explotacin y admi nistracin de sus instalaciones. Creo que no se otorg contrato alguno, slo el compromiso verbal de dejarlo libre y entregarlo cuando la fami lia propietaria lo reclamara. El Centro, cuando lleg ese da, cumpli su compromiso. Los socios Alfredo Pastor Albalat y Antonio Antn Martnez se pusieron al frente del balneario. El primero tuvo el cuidado, mantenimiento y vigilancia de locales; el segundo, la administracin. Y el buen trabajo del primero y el esp ritu emprendedor y progresista del segundo facilitaron el desarrollo de la actividad de El Lido que tuvo un notable xito. 85 Fue sta una faceta importante en el C.E.E., en los principios de su fundacin, all por el ao 1958. Y tuvo un extraordinario auge, los socios tenan una bonificacin especial y cualquier vecino, cualquier ciudadano poda, previo pago de entrada, usar el balneario. Constituy una fuente de ingresos no despreciable en una poca en que el socio pagaba diez pesetas al mes de cuota, escasa para satisfacer el alquiler del local social. Si bien el primer local social de la calle General Mola 11. 0 35 fue cedido gratuitamente por su propietaria. Su explotacin dur varios aos, hasta el verano de 1967. Debernos recordar esta fecha, este ao, por su gran trascendencia, como veremos. Una de mis primeras decisiones como presidente fue la de dar auge a la instalacin del balneario. Se empez en el verano de 1961. Se cele braron bailes y verbenas; reuniones de la directiva, all, a cielo descu bierto, y ante los socios numerosos, que acudan, conferencias, dilo gos e intervenciones que se iniciaron en el local social y que en el vera no trasladamos a la piscina y se proyectaron pelculas y diapositivas. Todo esto dio vida a la sociedad en aquella poca inicial y sencilla. Se cre una seccin de natacin, pionera de la competente y espe cializada seccin actual. Cuando se dej El Lido, a peticin de la familia Tortosa, qued al Centro un beneficio de unas cien mil pesetas, nico capital con que contbamos. Como se dijo antes, el Centro tambin se puso al frente de las pis cinas del Peter Rives, y ello sucedi as: El Peter Rives estaba, y est, en la carretera de Monvar, a la dere cha, entre la carretera y la va frrea, tena piscinas, campo de deportes y bar -restaurante. Su propietario, el Sr. Torres Solera, no obtuvo del pblico el xito que l, sin duda, esperaba, y el establecimiento lleva ba una vida lnguida. Nuestro Centro haba tenido indudable xito en la gestin de El Lido y haba cesado en su explotacin por el citado motivo. El Sr. Torres pens lo que pens y entr en relacin con el empren dedor Antonio Antn. Antn y Alfredo Pastor examinaron las instala ciones, escucharon al dueo y trasladaron a la directiva cuanto le dije ron y vieron. Se acord una reunin. Me extiendo en estos hechos porque fueron el preludio de otros muy trascendentales en la historia del Centro. 86 Varias reuniones posteriores, todo se examin con detenimiento. Las instalaciones adolecan de defectos fundamentales, especialmente las piscinas, de paredes que permitan el paso de tierra que las ensucia ban, sin vallas protectoras y sin depuradoras. Eran un foco de frecuen tes conflictos; con razn el pblico no acuda. Tras conversaciones y gestiones se acord formar una sociedad pri vada con el Sr. Torres, por la cual el Centro pasara a administrar y explotar el establecimiento que el dueo haba de poner en las condi ciones legales indispensables y adecuadas para su buena explotacin. Contrato que se fi rm el 27 de enero de 1966 y en el que, entre otras cosas, se concertaba que el Centro tendra a su cargo la iniciativa, orga nizacin y desarrollo de la explotacin de las instalaciones deportivas del Peter Rives; que establecera precios, control, vigilancia, etc., con entera libertad; que el Sr. Torres podra fi scalizar la administracin; que la temporada se iniciaba el 15 de abril y terminaba el 30 de septiembre, salvo bondad de la temperatura; que todos los gastos seran de cuenta de los contratantes, por partes iguales; lo mismo los beneficios que se obtuvieran; siendo el tiempo de validez el de cinco arios; semanal, quincenal o mensualmente se establecera liquidacin de la explota cin; terminada la temporada, en el plazo no superior a quince das de su cierre, se establecera la liquidacin definitiva; que el bar no entra ra en la liquidacin, pertenecera su explotacin al Sr. Torres, reser vndose el Centro el derecho de admisin; y que el inters que se per sigue es el de dar un servicio al pueblo de Elda de unas instalaciones de las que hoy todava carece, sin nimo de lucro. El paso del tiempo convenci de que el Sr. Torres tena dificultades graves de ambiente y comerciales para la explotacin de su negocio y esperaba que la intervencin del Centro, con su prestigio, le facilitara la solucin. Finalizado el primer ao se supo que no se concedera autorizacin administrativa para la explotacin de las piscinas por no reunir los requisitos necesarios. Se hicieron gestiones por el Centro y, por la con fi anza que inspiraba a la Administracin, se toler que continuaran abiertas al pblico con la advertencia de su cierre en el ao prximo si no se cumplan los necesarios requisitos para su legalizacin. Hubo muchos inconvenientes, y hubo que hacer muchas gestiones pero al final todo se resolvi, y hechas las obras pertinentes y acondi 87 cionadas las piscinas, el Centro, ya sin dificultades, llen de pblico al Peter Rives. La intervencin del Centro consigui la legalizacin, y un xito an mayor que el de El Lido. Y ese doble xito era, por lo visto, lo que decidi al Sr. Torres a separarse de la sociedad. Y as, cuando Antonio Antn Martnez y Alfredo Pastor, poco antes del inicio de la temporada de 1967, fueron a poner a punto las instalaciones para su apertura, el Sr. Torres les neg la entrada manifestando que l era el propietario e iba a llevar el nego cio personalmente. Se celebraron reuniones en los despachos de los representantes legales de los socios con resultado negativo. El Centro convoc junta general extraordinaria, la n. 12, a celebrar el da 8 de agosto de 1967, con un solo punto en el orden del da, referente a informacin sobre el asunto del Peter Rives y decisiones a tomar. Se reuni un gran nmero de socios y la junta fue muy animada. Asisti el socio Julin Llorens Amat, procurador de los tribunales y del Sr. Torres Solera, que fracas primero en su intento de invalidar la junta y despus en el de boicotear los posibles acuerdos, ofreciendo a los socios un descuento del cincuenta por ciento en el billetaje del Peter Rives. Resumidas las cuestiones, los asistentes hubieron de decidir si aban donaban el caso o si se decidan por la intervencin judicial previo con tacto amistoso. Por unanimidad, a excepcin del socio Sr. Llorens, se decidi la accin judicial y al efecto se dio un voto de confianza a la directiva. No dieron fruto las conversaciones celebradas para tratar de evitar el pleito. Celebrado el pertinente acto de conciliacin, tambin sin resultado, se present juicio ordinario de menor cuanta ante el juzga do de 1 .a instancia de Elda, siendo juez del mismo D. Diego Crdoba Gracia, interviniendo corno letrado del Centro, D. Joaqun Verd Ber nab, y procurador D. Daniel Esteve Poveda, presidente del C.E.E., y por la parte contraria, letrado D. Francisco Antonio Helln Amat y pro curador D. Julin Llorens Amat. Estando en trmite de prueba, el juez convoc a las partes tratando de que stas llegaran a un acuerdo amistoso, y se convino: Que el Sr. Torres Solera entregara al C.E.E. la cantidad de 150.000 ptas. y que 88 cada parte abonara sus costas. As se convino, quedando el Sr. Helln en redactar el correspondiente documento, firmarlo y terminar la cues tin. Pasadas fechas y requeridas las partes para presentar el documen to, se neg el acuerdo y sigui el pleito, dictndose sentencia por la que se condenaba al Sr. Torres Solera al pago de una indemnizacin de 150.000 ptas. sin expresa imposicin de costas. En principio, el Sr. Torres Solera apel la sentencia, luego retir la apelacin y abon la cantidad sentenciada. Con ello quedaron las cosas en su sitio, cada cual en su lugar y el Centro con dignidad y la indemnizacin que le corresponda. En unos tiempos que eran difciles para el Centro, su intervencin en Peter Rives, adems de proporcionarle un dinero del que estaba necesitado le supuso un considerable aumento del nmero de socios, popularidad y prestigio. Para ir al campo, a la montaa, no es necesario pertenecer a una sociedad. sta era la opinin general; bastaba coger el almuerzo y salir de excursin. El Peter Rives, dirigido por el Centro, vari las cosas. El socio tena una piscina gratis en un establecimiento que fue bien acomodado a sus fines al ser legalizado. Y esto era muy apetecible. Y es que, adems, se celebraron concursos de actividades deporti vas, reuniones convocadas de montaeros, entrega de premios de mon taa con carcter provincial, se lleg a hacer una acampada... Los socios del Centro iban al Peter Rives con sus familias a pasar el da y as la zona de aparcamiento de coches era insuficiente para los cente nares de personas que ocupaban las instalaciones. El Centro haba demostrado su competencia en la explotacin de dos notables establecimientos, El Lido y el Peter Rives, y al propio tiempo esta, para l, rentable actividad, le haba proporcionado un gran nmero de socios que incrementaron sus ingresos y su importancia en la poblacin. El animoso Antonio Antn Toni, seguro de s, no cejaba en su pro psito: lograr unos terrenos con agua y transformarlos en unas piscinas. Y l se encargara de todo lo dems. Ya haba demostrado quin era y estaba empeado en que se baaran los eldenses. El propsito era un sueo, pero la fe mueve montaas y algunos de sus amigos y miembros de la directiva comenzaron tambin a soar. 89 Alberto Beltrn Sempere, Juan Espaol Vidal, Miguel Prez Beltrn y algunos otros me informaron del sueo, me invitaron a participar en l y luego me llevaron a ver unos terrenos. Aquello comenz a intrigarme, a interesarme, a apasionarme an no, porque aunque no lo vea muy descabellado s me pareca bastante quijotesco. Pero esto es ya terna de otro importante captulo de estas Memorias o historia del Centro. 90 CAPTULO IX REFUGIOS 91 Captulo muy interesante en la historia del Centro que merece deta llada explicacin para que quede constancia. Nada mejor que traer aqu a colacin mi escrito sobre ello aparecido en el n. 38 de nuestro bole tn informativo, y en el que entre otras cosas deca: La zona monta osa de Petrer ofreca perspectivas interesantes para hallar un lugar donde poder ubicar un refugio que sirviera de estmulo a nuestra afi cin, que nos obligara a su visita, que ilusionara a los montaeros, sobre todo en la poca de crisis que atravesbamos. Haba que buscar un lugar que encariara a la gente montaera, que la obligara a visitarlo con frecuencia; haba que buscarlo en los singulares parajes de nuestra geografia montaera. Una de las encantadoras noches pasadas con mi esposa en la fi n ca, en aquel entonces de sus padres, La Almadrava, coincid con Tri fn Martnez, vecino de Benimaclet, empleado de la Tabacalera, y pro pietario, en documento privado, de la Cueva de Els Nadalets, al pie de los Castellarets, en una accidentada y apartada vertiente que, desde el collado de Nadalets, desciende, vertiginosa y difcilmente, al naci miento, balsa y antigua huerta dels Nadals (perteneciente a Las Ven tetas, que fueron propiedad de mis padres hasta el ao 1943); digo, que en una de aquellas veladas invernales, al amor de la lumbre, bue na y acogedora cocina baja de toda casa de campo (de las que ya no se puede disfrutar), consegu del Sr Martnez, presente, que arrenda ra al C.E.E. su cueva. El arriendo era sencillo: Adecentar, cuidar y proteger la cueva y sus aledaos, con obligacin de dejrsela libre en poca de caza. Aquello fue la cua para su posterior adquisicin. La arregla mos, acondicionamos, amueblamos y realizamos cuantos trabajos de albailera fueron necesarios. No creo que su propietario hiciera uso de la cueva; y un buen da nos ofreci su compra. El precio fueron 8.000 ptas. No haba ms ttulo que un documento privado, el vende dor haba fallecido y por tanto haba adquirido su condicin de pblico. 93 Refugio de San Bernardo. Adems de la cueva haba unos terrenos, bancales en escalinata hasta el barranco, perdidos y los aledaos montaosos. Se otorg escritura el 29 de octubre de 1964 y pude conseguir su inscripcin en el Registro de la Propiedad como fi nca nueva. Jos Navarro Mndez, constructor de obras, socio fundador del Centro n. 29, dirigi las obras, sencillas: pavimento del suelo, refuer zo de paredes, saneamiento, arreglo del aljibe y fortalecimiento de la puerta, amn de una serie de trabajos que se realizaron en la explana da y el lugar que llamamos solarium, sitio donde daba el primer sol de la maana y en donde plcidamente almorzbamos en aquellas maanas invernales. El acopio de materiales era dificultoso. Hasta el collado de La Almadrava se llegaba en vehculo, pero a partir de aqu, hasta la cue va, el sendero era muy accidentado, dificil, con pasos obligados. Haba una zona de descanso, una pequea oquedad, en donde almacenba mos el material para, en segunda expedicin, llevarlo a la cueva por el paso de Otelo, as llamado por el vrtigo que el amigo Otelo tena. 94 Los sacos de cemento, de 50 kilos, se dividan en dos de 25, y con unos arneses especiales, y a la espalda, se transportaban, y lo mismo los ladrillos, el yeso y cuanto era necesario, como ms tarde las camas o literas que adquirimos exprofeso, o las mesas, bancos y dems ense res y utensilios que all llevamos. Y no digamos del agua necesaria, que se suba desde la rambla y nacimiento de los Nadals, en bidones, y con gran esfuerzo, por aquel endiablado sendero, hasta la cueva; y no digamos de la arena precisa que haba tambin que subir de un rincn, de vertedero, donde la haba y que sin senda y por las inclinadas vertientes se ascenda a la cueva. Fueron das inolvidables, plenos de ilusin, en los que el Centro, lleno de vida y de alegra, contribua, masivamente, sin complejo, sin reparo y con verdadero entusiasmo. La primera piedra ya estaba colocada, ya no nos podamos ausen tar de esta zona. Se hicieron otras tentativas; quisimos arrendar Mirabuenos, enta blamos contacto con su propietaria y con su administradora en Petrer, sin xito alguno. A nivel de Federacin, insistimos en la conveniencia de obtener, construir y desarrollar un albergue o refugio en montaa, y a tal fi n localizamos La Melonera, al pie del Maigm, cerca de la Font Tro b (hoy seca). Gestiones ante el Ayuntamiento de Tibi (a cuyo trmi no municipal pertenece), ante la propia Federacin Valenciana de Montaismo y el Distrito Forestal del Estado (hoy ICONA), dieron como resultado que se nos concediera la pertinente autorizacin de todos los organismos y la formulacin de los contratos y permisos correspondientes. Entendamos que el lugar estaba distante de Elda, que aquello deba tener carcter provincial, o mejor regional, y as lo enfocamos. La Federacin Valenciana estaba, en principio, inclinada a ello. La visitaron, dieron su visto bueno, pero cuando lleg el momento de apli car el hombro, y el bolsillo, nos quedamos solos, y aquello no nos gus t, pues entendamos que nuestro Centro tena muchos problemas y trabajos a realizar y no era aconsejable gastar energas y economa, cuando la precisbamos para nosotros. Nuestro abandono, y la falta de inters de la Federacin, trajo consigo que un da el Ayuntamiento de Tibi, alegando que no haba 95 MOS hecho uso de la autorizacin, anulaba sta y dejaba sin efecto cualquier idea u obra que tratramos o quisiramos realizar en La Melonera. Hubo otra zona, o fi nca, que en principio nos agrad; al pie de Las Hermosas, a la entrada de El Esquinal, no lejos del Pozo del Carlista, ni de la subida a Las Hermosas. Lugar que facilit Ricardo Montesi nos. La casa empezaba a deteriorarse, tena un aljibe, junto al camino. Pero la idea no prosper, y se abandon. Seguamos circunscritos a estos parajes, estimando que nuestra mejor zona para la idea concebi da se encontraba entre Castalla, Agost y Petrer. Era poca en la que la poblacin rural segua en su xodo hacia las ciudades. Pueblos enteros se despoblaban, sobre todo en la parte montaosa. Conoc en Pirineos pueblos totalmente abandonados. Escuan, por ejemplo, donde en unas navidades sus habitantes, algn centenar, celebraron gran fi esta; donde las escuelas albergaban a los nios del lugar en cuya iglesia se celebraban oficios y, sin embargo, en julio de aquel ao no haba ms habitante que un pastor, por razn de su oficio. Un amigo tuvo la oportunidad de adquirir una vivienda, en Jou, tambin del Pirineo, por unas 4.000 ptas. con calefOccin, agua corriente y todos sus servicios, en magnificas condiciones de habitabilidad. Conceb la idea de adquirir, en nombre del Centro, estas viviendas en lugares estratgicos de Pirineos para la instalacin de una cadena de refugios que sirvieran de solaz y esparcimiento para los socios montaeros, e incluso, en invierno, para travesas y excursiones. La junta general no lo aprob y hubo que abandonar esta idea. El Cen tro Excursionista de Catalua aprovech la oportunidad y hoy cuenta con una magnfica red de refugios y albergues en lugares de montaa idneos. Embargado por esta idea segu buscando basta tropezar con Rabo sa, pero esto es cuestin de captulo aparte. 96 CAPTULO X REYES MAGOS EN MONTAA 97 La junta rectora designada a fi nes del ao 1960 para salvaguardar la continuidad del C.E.E. es la misma junta directiva designada en la jun ta general extraordinaria de 5 de febrero de 1961. Nueva etapa en la historia del C.E.E., puede estimarse como la eta pa del desarrollo, ha terminado la de creacin. Aires ilimitados de progreso, de tecnicismo, de desarrollo cultural. Se aparca el sentido limitado como sociedad, de individualismo, de coto cerrado. Se pretende dar un sentido ms solidario, todos tienen cabida en el C.E.E. Ha de romperse la idea de que para salir al mon te no se precisa pertenecer a ninguna sociedad. Ha de crearse un Cen tro excursionista con personalidad, con carcter, que sea estimado y querido por todos sus componentes, y para ello ha de conseguirse que todos los das de la semana sean capaces de agrupar, de reunir, a los socios en franca amistad posibilitando la enseanza sobre cuestiones de nuestro deporte hasta conseguir ser una gran sociedad. Haba llegado el momento de cambiar las cosas. Mi idea era generalizadora en contraposicin a la individual que se pretenda. Fue entonces cuando el Centro se traslad a la Plaza de Cas telar, con 140 socios. De all pasa a la calle de Menndez Pelayo n 9, en donde se inicia una campaa de cursillos, conferencias y actividades orientadas a la captacin de socios. Tambin all nacieron, lamenta blemente, los problemas. La gente se haba cansado de concursos de cumbres, acampadas, marchas. Era poca en que no abundaban los vehculos, se parta des de Elda en excursiones agotadoras, como las realizadas al Maigm y de regreso a comer a casa. A veces se fl etaban autocares para acercamien tos. Se iba cayendo en la rutina y se cre una gran desgana y aburri miento. poca de problemas, de controversias, de crticas, que pusie ron al Centro en situacin difcil. Hubo tambin problemas con las autoridades y se corri el peligro de desaparecer. Siempre estim que toda obra nace, crece y muere, y nosotros est bamos en trance de fenecer. Era el ser o no ser. Haba que jugarse el 99 todo por el todo, y en evitacin de ello haba que buscar otros derrote ros. 1 -labia que salir del individualismo, darle un nuevo empuje. En el aspecto deportivo, buscar la especialidad del montaismo, la faceta ms interesante, arriesgada y especializada: la escalada. En el aspecto intelectual, dar cabida, hacer un llamamiento a toda manifestacin cul tural y abrigarla, arroparla en nuestra sociedad. Y en el aspecto social, admitir cualquier manifestacin. Esto cost, con el tiempo, muchos sinsabores y dedicacin y tam bin caus desvelos, problemas y preocupaciones. Se inician cursillos, charlas, coloquios, dilogos sobre temas de naturaleza, de nuestro deporte. Intervienen los numerosos asistentes consiguindose que venzan su natural timidez y que con naturalidad y sencillez, expongan criterios, opiniones y dialoguen, pues se entiende que toda persona tiene algo que decir, pero falta oportunidad y deci sin, y si esto se consigue, lo dems viene seguido y fcil. Constituye un avance social del que buena prueba se obtuvo en el C.E.E. Las reuniones de junta directiva se desarrollan en pblico, todo socio poda asistir, si bien en calidad de oyente, lo que les permita estar al corriente de problemas y decisiones. Establecimos un buzn de quejas y sugerencias por medio del cual se poda opinar. En este inters general se lleg a crear un boletn informativo, titu lado Cumbres, con la finalidad de llegar a los socios, de meter el C.E.E. en los domicilios particulares de los socios, de hacerles partci pes de los propsitos, actividades y sentir de nuestra sociedad. Y aparece en 1 de junio de 1961 el primer nmero, cuyo expresivo saludo, deca as: Al aparecer a la luz este primer nmero de Cumbres, que ha de ser nuestro boletn informativo, iniciamos otra etapa de las que tenamos previstas. Es propsito que Cumbres sea vehculo de enlace entre el Centro y sus asociados, cordn umbilical que les alimente, o al menos les informe de nuestras actividades, de nuestros propsitos, proyectos y de nuestras necesidades. Nos consta la forma de trabajar de Elda y el poco tiempo que queda para estas cosas; reconocemos que todos no pueden venir por el Centro, y por ello, ste, el Centro, se congratula de poder ir hasta sus propios asociados, contndoles lo que por aqu pasa y dndoles oportunidad, de plasmar cualquier sugerencia, iniciativa o colaboracin, sobre todo colaboracin, pues la obra de muchos no 100 puede ser el trabajo de pocos. Cumbres ha de ser el portavoz de toda la aficin excursionista y montaera eldense. Cumbres est abierto a todos nuestros asociados; quienes estimen tener algo interesante que decir: pueden hacerlo, y por ello veremos, prcticamente, el . fr uto de Cumbres, lo que aspiramos que sea. Es propsito de esta directiva que el lapso de tiempo entre domingo y domingo en que desarrollamos nuestras actividades fsicas se vea completado, y as se iniciaron char las -coloquios semanales, siempre que fr ie posible, poniendo a contri bucin de todos este medio de conversacin que nos estimula, nos for ma y nos entretiene. Son ya dos las sesiones cinematogrficas realiza das en el Aula de cultura de la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa, gracias a su gentileza, y que su continuidad constituir nuestro modes to Cine -club, en el que veremos documentales orientados a nuestras aficiones deportivas. Y en fi n, hay otros propsitos que, con la ayuda de Dios, y la colaboracin de todos, se plasmarn en momento preciso. Que Cumbres tenga una larga y fecunda vida, y en este primer nmero enviamos un cordial saludo a toda la aficin montaera eldense. Se adquiere una multicopista y se designa un equipo de redaccin del boletn. Ser ocasin de captulo aparte de estas Memorias. Se crea la Campaa de Reyes Magos en Montaa, y a lo largo de este ao 1961 se investiga por campos y caseros la existencia de nios a quienes ofrecer regalos. Todo se lleva con discrecin. Todava la poblacin rural es grande; los campos estn habitados, pero si bien los nios estn en las poblaciones asistiendo a colegios, en poca de vacaciones residen en el campo. La emotividad de este acto es indescriptible. Creo que en esta festi vidad, al menos en nuestra regin, no se acordaron de los nios habi tantes en las partidas rurales. Las fastuosas cabalgatas de la ciudad no les llegan, y con seguridad que muchos de estos nios se quedaran sin juguetes. Sus padres, humildes, con escasas posibilidades, considera ran esto un lujo de los nios de la ciudad. La mentalidad de la gente del campo, pensando que el individuo de la ciudad slo sale al campo a llevarse algo, se vio sorprendida con aquellos regalos. Se dieron escenas conmovedoras, tanto en los nios como en los padres. Es una de las actividades ms cariosas y simpa tias de nuestro Centro, y que la despoblacin de los campos, el xodo a las ciudades, a la industria, acab con ella. 101 Traigo a colacin un artculo que publiqu titulado Datos para la Historia. Reyes Magos en Montaa, que deca: La Cabalgata de Reyes que se celebra en nuestra ciudad, en la tarde del da 5 de enero, vspera de la festividad de Reyes, con su ani macin de pblico y entusiasmo de los nios, la entrega de juguetes y su inmensa alegra, hizo concebir a la directiva del Centro la idea de llevar esta alegra a los nios del campo. Era el ao 1960 y los cam pos de nuestros trminos se encontraban poblados, habitadas sus casas. En junta directiva de 21 de febrero de 1961 se acuerda llevar a efecto la Campaa de Reyes Magos en Montaa, y es la seccin de Montaa la encargada de confeccionar una estadstica de las familias habitantes en los campos, nmero, edad y sexo de los nios. A lo largo del ao se fueron visitando todos los lugares de nuestro agro. Se desig n a Julin Torregrosa Navarro y Manuel Daz Cuenca para la adqui sicin de juguetes y la organizacin del acto. Colabora el Centro con las autoridades locales, FET y OJE en la Cabalgata del 5 de enero de 1963 y por primera vez se enciende una gran hoguera en la cumbre de Boln a cargo de nuestra sociedad y pos terior descenso, alumbrando con antorchas. Cruz de Boln. Ao 1960. 102 El trabajo estadstico se lleva con sigilo a lo largo del ao, y en la maana del da de Reyes, 6 de enero de 1962, grupos de montaeros, portadores de juguetes, se desperdigan por toda nuestra geografa local y limtrofe. Produjronse escenas emocionantes que impresionaron profunda mente a los montaeros, concibindose propsito de perseverar en esta Cabalgata. En el boletn Cumbres del Centro, n. 8, de 25 de enero de 1962, se public un artculo del socio Ricardo Montesinos que titul Llegaron los Reyes Magos donde no los esperaban, y del que selecciono unos prrafos, fiel reflejo de ello: ... y ocurri en una de las casas visitadas algo que creo no poder olvidar mientras la razn acompae mi existencia: Llegamos a una casa para la cual llevbamos destinados tres juguetes, uno para un pequeo y otros dos para sus hermanitas. A nuestra llegada ya los pequeos se haban levantado. Buenos das!, saludamos al llegar al portal de la casa, vieja mansin, situada al pie del monte que cono cemos por el nombre de Despeador de Portel, o de Cat; respondie ron a nuestro saludo los moradores que eran la esposa e hijos del aparcero de la fi nca, y entablamos conversacin con ellos. Hola, pequeos! Qu os han puesto los Reyes. La madre se apresur a contestar por ellos: Los Reyes no han podido pasar por aqu este ao; no ha sido un buen ao; cay mucha piedra, y la cosecha... No han podido pasar Al ao que viene vendrn. Una nena, la ms pequea, sealando una casa que se divisa al frente, a unos dos kil metros de all, con semblante triste, pero con conformidad, nos dice: Por all s que han pasado y han dejado juguetes y caramelos!. El nene, que era el mayorcito de los tres, estaba en silencio como pre ocupado, o meditando, con el pensamiento ausente. Qu!, t no has pedido nada a los Reyes, pregunt uno al muchaco. Yo Yo, no!, dijo el chaval como extraado. A quin iba a pedrselo Cmo, es que t no deseabas que te pusieran algn juguete los Reyes, le interpel uno de los nuestros. Yo s que quera una esco peta, pero no saba cmo tena que pedirlo. Uno de nosotros no pudo ya contenerse y sacando un rifle, estilo Winchester de repeticin, se lo tendi al muchacho, diciendo: Toma... es para ti! ;Te lo han pues to los Reyes Magos! Como no pudieron pasar anoche por este campo, I 03 nos han mandado a los del Centro Excursionista Elden,sv que te lo tra jramos. El muchacho lo cogi y se qued como embelesado miran do el rifle. No sala de su asombro, no lo poda creer y sin embargo lo tena entre sus manos. Unas diminutas lgrimas empaaron sus ojos y se qued como mudo; yo no poda hablar, y creo que ninguno de los acompaantes. Pasaron unos momentos de silencio. Y es para m (al muchacho le pareca imposible). Claro que es para ti! No te llamas Herminio. Cmo era posible que los Reyes supieran su nombre Cmo podan saber lo que l deseaba Le pareca incre ble, pero era cierto. Los nombres de los nios se saban desde haca varios meses, ya que con habilidad lo haban sabido y tomado nota en su da. El acer tar con el juguete fue pura casualidad. Al contemplar esta escena y verla parecida al entregar a las nias sus respectivos regalos, o bien al ver las lgrimas que sin querer res balaban por las mejillas de la madre, fue algo que no esperaba (en la casa no esperaban nuestra visita); mi pecho (dice R. Montesinas) semejaba un compresor de aire, mi garganta un nudo serva de vl vula y el mbolo segua empujando hacia arriba y oprima un no s qu de angustia, slo un gran esfuerzo me pudo contener y gracias a l las lgrimas que amenazaban con brotar se contuvieron. Hubiera deseado estar solo y llorar, llorar sin que nadie me viera para descargar, algo as como poder librarse de un pecado, como si hubiera ocurrido algo terrible, algo irreparable, como si el ambiente y la atmsfera estuvie ran cargados de desesperacin o de alegra. Hubiera deseado llorar sin saber el porqu. Ternzinamos nuestra misin repartiendo juguetes en otras casas de campo y regresamos felices a casa, henchidos de felicidad al haber llevado la alegra a unos humildes hogares y a unas puras criaturas. Fueron tantas y tan emotivas escenas las que se produjeron en nues tras visitas a los nios de los campos, que recogidas las versiones de otros montaeros reflejaban idntica emocin: Dios sea bendito! Cunta pureza en aquellas infantiles reacciones! Cunta bondad en todos aquellos corazones! El Centro no debe malograr esta Cabalgata de Reyes en Montaa, nos corresponde por puro derecho, por inicia tiva y ha de mejorarse cada ao. 104 Las autoridades, generosamente aportaron a esta idea los juguetes y obsequios necesarios, y durante aos vino desarrollndose hasta que el habitante del campo se integr en la ciudad. La picaresca espaola, y en especial la campesina, tambin sali a relucir en esta campaa: los abuelos se preocupaban de que sus nietos, vecinos de la ciudad, fi guraran en la estadstica como habitantes en el campo, a donde se trasladaban en la maana del da 6. Todo era alegra y por tanto accin plenamente justificada. 105 CAPTULO XI ARQUEOLOGA 107 En las localidades en cuyas cercanas hubo asentamientos histricos suele haber algn individuo que se dedica a buscar tesoros, que mar cha a su aire, que hace excavaciones libremente, y aprovecha aquello que le interesa formando su coleccin particular. La arqueologa es como un libro que tan slo puede leerse una vez, y con este sistema lo nico que se consigue es destruir para la posteri dad, para el estudio, los restos histricos existentes. Elda no tena que ser menos ya que en sus proximidades hubo asen tamientos histricos: Monastil, Trinitarios, Pusa, Caprala; tambin hubo individuos dedicados a sus colecciones particulares, y a excava ciones a su aire, e incluso algunas de ellas con piezas de relativa importancia, como se comenta o se rumorea, siempre, en los pueblos. Se dio la circunstancia de que en el Pantano encontraron unos res tos humanos, que alguien de estos aficionados guardaba y que dio lugar a comentarios que aparecieron en un nmero del peridico Valle de Elda, hablando del hombre del Pantano, que la fantasa de su descu bridor lo haca remontar hasta el hombre de Neandertal. Esto ocasion la correspondiente polmica, y algn tiempo despus, no muchas fechas, apareci una orden dada a la comisara de polica de recoger estos restos. Se recogieron los restos, que fueron a parar a un almacn o cuarto trastero, envueltos en un papel con indicacin de a qu obedece, y que da olvidado, arrinconado, y al final suele llegar algn instruido que lo tira a la basura. En un rincn de este tipo, en el Ayuntamiento, fue ron a parar estos restos humanos. En el ao 1957 un grupo de aficionados a estas excavaciones, que iban por libre, con vocacin, que se instruan con lecturas y dilogo entre ellos, en 1959 ingresaron en el C.E.E. creando la seccin de Arqueologa, y a partir de entonces se dedicaron, con disciplina y bien comn, a efectuar sus trabajos e ir recogiendo el material que estudia ban con detenimiento, con ms o menos suerte. Entablaron contacto con D. Alejandro Ramos Folqu, de Elche y D. Jos Mara Soler, de I 09 Villena, prestigiosos arquelogos, que les instruan, examinaban, clasi ficaban y catalogaban los vestigios hallados. Contacto oficial que se complementaba con visitas a Elda de dichos arquelogos, dando char las sobre temas de la materia, e incluso la seccin efectuaba desplaza mientos a Elche y Villena, visitando el Tesoro de Villena y La Alcudia de Elche, ubicada en terrenos propiedad del Sr. Ramos Folqu, en que apareci la Dama de Elche. Contacto intenso y afectivo de gran prove cho para la seccin. En octubre de 1961, la Direccin General de Bellas Artes curs un oficio a la comisara de polica de Elda, pretendiendo que se le infor mara y concretara sobre ciertas excavaciones que se estaban realizan do en terrenos arquelogicos, ordenando que se evitaran, se suspendie ran y dieran cuenta de quines las estaban efectuando, recogindose las piezas que poseyeran. La orden se transmiti al Ayuntamiento que pidi aclaracin al C.E.E. y a la seccin correspondiente. Se habl con los seores Soler y Ramos Folqu, tratando el asunto y forma de resolverlo. El Sr. Ramos Folqu tuvo situacin similar en sus excavaciones, y lo resolvi mediante la creacin, por parte del Ayuntamiento de Elche, del Museo Arqueolgico Municipal. Con la buena predisposicin de autoridades locales y acuerdo del Ayuntamiento, creando el Museo Arqueolgico y asignando la direc cin a la Srta. Carmen Gil Gil, se contest a la Direccin General de Bellas Artes indicando que las piezas arqueolgicas estaban recogidas en el Museo Arqueolgico Municipal, pendiente de legalizar, y a cuyo frente haba una directora o encargada nombrada por el Ayuntamiento, que contaba con un equipo de colaboradores que no efectuaban exca vacin alguna y slo recogida de piezas, de colecciones privadas o de rincones. Se soslay la cuestin, si bien la Direccin General obliga ba a la creacin y legalizacin del museo, y por tanto a la constitucin de un patronato, y entre tanto la seorita Carmen Gil qued designada como encargada del cuidado y vigilancia de las piezas arqueolgicas (noviembre de 1961). En el Ayuntamiento se tomaron acuerdos sobre la creacin de un patronato y nombramiento de una comisin que se encargara de ello. Qued todo en el olvido. Se construyen vitrinas para exponer al pblico la coleccin arqueo lgica con que ya se cuenta. Vitrinas semejantes a las construidas eran lo las que la Feria Nacional del Calzado utilizaba para exponer sus art culos en la escuela de Padre Manjn, que luego desech y que el C.E.E. pretendi conseguir para el museo. El precio impuesto de 500 ptas. por vitrina oblig al Centro a no adquirirlas. Fueron destruidas. Un miem bro de la seccin, Juan Rodrguez Campillo, carpintero de oficio y gran entusiasta, las fabric cobrando slo el material. La seccin intensifica sus estudios y sus contactos con arquelogos de prestigio (Ramos Folqu, Soler, Llobregat, Samuel de los Santos, Flecher, etc.), abren fi chas completsimas sobre las piezas, incluso con fotografas, dibujos, planos o croquis del lugar del hallazgo, estratos de aparicin, etc. Se salv as el peligro de la recogida y prdida de las piezas arque olgicas y se inici lo que ms tarde sera el Museo Arqueolgico Municipal. Algn tiempo despus, el grupo de la seccin de Arqueologa se traslad a una finca, situada en trmino municipal de Montealegre (Albacete), propiedad de un odontlogo ejerciente en Elda (Sr. Calero), suegro de uno de los miembros de la seccin (Amat Beltrn); realiza ron excavaciones en el lugar donde haba la planta de una vivienda romana, y en un rincn de una habitacin, en espacio escaso de unos dos metros cuadrados, hallaron a escasa profundidad unas cien mone das romanas, pero lo sorprendente es que todas ellas eran diferentes y alguna de plata. La arqueologa admite toda suposicin y en este caso se pens en la presencia de un coleccionista, de un numismtico de aquella poca. Hallazgo tan curioso, tan interesante, trascendi, y dio lugar a que el director del Museo Arqueolgico de Albacete, D. Samuel de los San tos, persona conocida por la seccin, que incluso haba dado conferen cias en el Centro Excursionista, y tambin haba colaborado en estudio y excavaciones de la seccin, bajo su direccin, en las inmediaciones de Bonete (Albacete), exigiera, por telfono, la inmediata entrega de las monedas, en plazo de veinticuatro horas, bajo apercibimiento de denuncia a la polica y recogida de las mismas, amn de la sancin correspondiente. El Sr. De los Santos era un gran profesional, amigo ntimo y creo que correligionario de D. Melchor Almagro Sampartn, a la sazn director general de Bellas Artes y del Museo Arqueolgico Nacional, I I I estaba casado con una hija de D. Joaqun Snchez, profesor adjunto de la ctedra de Historia del instituto de Albacete, profesor mo en aquel instituto, hombre muy culto y vocacional. Al Sr. De los Santos se le debe el Museo Arqueolgico de Albacete, uno de los mejores de Espa a por su idnea construccin para el fin perseguido. Mrida, Tarrago na y Albacete tienen, quiz, los mejores museos arqueolgicos de nues tro pas, exceptuando el nacional de Madrid. Amat Beltrn, miembro de la seccin, yerno del Sr. Calero, propie tario de los terrenos del hallazgo, hizo donacin, graciosa, al Ayunta miento de Elda para que ste dispusiera libremente de las monedas, incorporndolas al museo local, y como mejor quisiera. El director general de Bellas Artes orden la inmediata entrega de tales monedas, y cuyo oficio port personalmente el Sr. Ballenilla del Gobierno Civil de Alicante. El Ayuntamiento manifest que antes de la entrega haba que realizar un estudio de las monedas y haba de tomar el acuerdo el Pleno del Ayuntamiento. Estas conversaciones, intervenciones y amenazas dieron lugar a la mediacin de D. Enrique Llobregat, director del Museo Arqueolgico de Alicante, quien se hizo cargo de las monedas y al que se le dio un pla zo de noventa das para su estudio, sacar impronta y luego su entrega. El Sr. Llobregat estudi, catalog y sac impronta de las monedas que pas al Museo Local de Arqueologa del C.E.E. Las monedas se le entregaron al Sr. De los Santos y lgico es suponer que se encuentren en el Museo Provincial de Arqueologa de Albacete. El problema de las monedas cre situaciones conflictivas. El propio director general de Bellas Artes y del Museo Nacional de Arqueologa, Sr. Martn Almagro, vino a Elda un domingo a las once de la noche; no pudimos entrevistamos aquella noche y a la maana siguiente, a las nueve, me esperaba en el hotel Sandalio. Estaba muy enfadado y des carg sobre m su enojo; qued desagradablemente sorprendido y cuan do acab aquel chaparrn descargu mi parte tambin enojada. Que damos tranquilos, dialogamos y a continuacin lo llev, a l y a su esposa, a nuestro museo, donde varios miembros de la seccin le expli caron cuanto era de inters y contestaron a sus muchas preguntas. Tuvo elogios para la coleccin. Supongo que tratara de endulzar la escena violenta del principio, e indic que le gustara tener un equipo de cola boradores como nuestra seccin para sus estudios y excavaciones y ter 1 12 min sugirindonos que se le pidiera una subvencin para trabajos arqueolgicos, pues tena plena confianza en ello dada la mediacin del Dr. Flecher y de los seores Llobregat, Ramos Folqu y Soler. As termin aquella aventura de la seccin que estuvo a punto de ser fatal. Todo ello fue consecuencia de la importancia que iban tomando los estudios y las excavaciones de la seccin, de su gran movilidad e inte rs, de la mediacin con cientficos y titulados de arqueologa y del conocimiento que se iba teniendo del Museo Arqueolgico, que se expona todas las fi estas de septiembre, y que se puso a disposicin de colegios e institutos que con frecuencia lo visitaban en unin de sus profesores, con asistencia de miembros de la seccin que les explica ban dnde, cmo y de qu manera se haban encontrado aquellas pie zas y la poca a que pertenecan. Se estudi y redact la Carta Arqueolgica de Elda, documento ofi cial necesario para catalogar y destacar geogrficamente las estaciones arqueolgicas, para que los estudiosos pudieran venir, examinarlas, estudiarlas y catalogarlas en sus investigaciones. Necesaria e indispen sable para tener existencia arqueolgica. Se public por mediacin del Dr. Flecher, encargndose la Diputacin de Valencia de editarla en el Archivo de Prehistoria Levantina XIII - 1972, envindose ejemplares a personal conocido de los medios arqueolgicos. Qued salvada la situacin del museo y declarada oficialmente su existencia. Dato curioso y anecdtico fue la presencia en el museo de una arqueloga sueca, la Dra. Solveig Nordstrom, becada por su gobierno para el estudio de la cermica ibrica en Espaa. Miembros de la sec cin, casualmente, la conocieron en el Museo Arqueolgico de Alican te, en unin de D. Enrique Llobregat. Le dieron referencia de la exis tencia de nuestro museo y de la existencia de piezas que seran de su inters. Casi la comprometieron a una visita. La anunci, y en el tren de las ocho de la maana llegaba a Elda. Miembros de la seccin la acompaaron al museo y le dieron toda clase de explicaciones. Torna ba notas, haca dibujos, pas el da trabajando, su comida consisti en un ligero bocadillo, y por la tarde se le tuvo que advertir que perdera el ltimo tren de regreso si no se apresuraba. Cuando volvi a su pas, realiz un trabajo, fruto de sus estudios y estancia en Espaa, en el que dedic varias pginas a la cermica ibrica hallada en Elda. 1 1 3 La seccin de Arqueologa celebraba, con frecuencia, reuniones y conferencias. Varias noches a la semana, y sobre todo los sbados, durante todo el da, y los domingos por la maana, se reunan, exca vaban y los sbados se dedicaban a la reconstruccin de piezas y su estudio. En aquellas reuniones, a las que asist en un principio, se lleg a la conveniencia de crear un fichero, que a cada pieza se le abriera una ficha, con dibujo de ella, un estudio sobre el estrato en que apareci, el lugar y la ubicacin de la pieza, incluso su fotografa (para lo que el C.E.E. les facilit el necesario material fotogrfico), con la fi nalidad de que, si un da aquellas excavaciones desaparecan, pudieran estudiar por tales fi chas su situacin geogrfica y los antecedentes de cada pie za, y tener un resumen arqueolgico de los hallazgos. Consiguiendo un archivo bastante importante e incluso una relacin de piezas que pudie ran considerarse como valiosas dentro del museo. Ancdota curiosa, que deseo resaltar, es que al hacerme cargo de la presidencia del Centro decid, y as lo realic, celebrar a lo largo de las semanas reuniones en el Centro (entonces nos hallbamos en la Plaza de Castelar), tendentes a explicar a los socios que tuvieran inters en ello, diversas cuestiones relacionadas sobre las materias que tocaba el Centro, en aquel entonces, con tres mviles: primero, el poder captar a los socios y reunirlos en una gran sociedad; segundo, que stos dialo garan y se habituaran a hablar en pblico y expresar aquellas cosas que sentan y que les eran agradables; tercero, ir conociendo a la gente y ver aquellos que podan ser miembros de comisiones, o de nuevas seccio nes y cuarto, que las actividades fsicas del domingo tuvieran una con tinuidad social durante toda la semana. Cada vez organizaba una seccin sus charlas y dilogos. La de Arqueologa organizaba el suyo y sus miembros hablaban de sus expe riencias, trabajos y estudios; lo hacan de aquello en que tenan inters, de lo que les gustaba, entablndose dilogos muy interesantes que les estimulaban, les ilusionaban y les mantenan fieles y en activo. Y aqu viene la ancdota que indicaba: Joaqun Paya Gonzlez, Tarzn del Pantano - (eran tres: Gregorio, y Navarro, el primero tam bin miembro de la seccin), soltero introvertido, tmido, incapaz de hablar en pblico, con relativa confianza con los miembros de la sec cin de Arqueologa, con la que colaboraba en las excavaciones (viva 1 14 en el Pantano, prximo al Monastil). Una noche, despus de varias reu niones de la seccin, con ilusin, de forma desahogada y fcil expre sin, nos expuso, con la imaginacin que suele adornar a los arquelo gos, lo que l entenda que habra sido la vida en el Monastil, y que titu l Noche en el Monastil, y con potica imaginacin (Joaqun era un consumado poeta) describa una tribu, o varias familias, que habitaban en aquel promontorio, cmo vivan, qu tenan, cmo era el ro (Vina lop) que les circundaban, de dnde se suministraban, a dnde pesca ban, cmo en aquel valle se encontraba un extenso y frondoso bosque en el que imperaban, en libertad, los animales, y cmo entre aquellos animales haba un caballo, joven; de cmo los miembros ms vigoro sos de la tribu, quisieron cazarlo para su alimentacin, su persecucin, su acecho, su engao y al final su caza, y cmo lo despellejaron con sus rsticos utensilios, su transporte, el encendido del fuego y la alimenta cin de la familia. Fue inolvidable la charla de aquel hombre profundamente tmido e incapaz de hablar ante dos personas. A partir de entonces intervino en dilogos, public poesas y trabajos literarios. Quise, a su fallecimiento, recoger sus trabajos, que reuna en una amplia carpeta, para intentar su publicacin por el C.E.E., sin conse guirlo. Lstima, pues quiz se pierdan para la posteridad estos trabajos de un poeta natural. El Ayuntamiento de aquel entonces, nos ayudaba mucho, moral mente, pero nada econmicamente, pues careca de medios suficientes ante las necesidades perentorias del pueblo de Elda. No obstante, en algunas ocasiones, nos concedan alguna ayuda que se destinaba a la construccin de vitrinas y a la instalacin elctrica de las mismas. Con el traslado del local social del n. 6 de la calle de Menndez Pelayo al n. 13, local que anteriormente era almacn de curtidos de Pedro Hernndez Lajara, el primero qued destinado, nica y exclusi vamente, para exposicin del Museo Arqueolgico Local y almacn, taller de reconstruccin de piezas arqueolgicas y lugar de reunin de la seccin. En septiembre, con ocasin de las Fiestas Mayores, se abra al pblico el museo y se expona, tambin, el Saln Nacional de Foto grafas y Diapositivas. Entendamos que, legalizado el museo, y siendo el mismo patrimo nio de Elda, deba hacerse cargo el Ayuntamiento, y as acordado, se 1 1 5 traslad a la Casa de la Cultura, continuando la seccin con su cuidado y estudio, y quedando bajo la atencin de D. Antonio Poveda, director del Museo Arqueolgico Municipal. En septiembre de 1983, reunidos en la ciudad de Elda D. Roberto Garca Blanes, alcalde del Excmo. Ayuntamiento, D. Luis Gabriel Torregrosa Mira, concejal de Cultura, por una parte, y D. Rafael Tapia Valds, como presidente del C.E.E., y D. Juan Rodrguez Campillo, en calidad de vocal de la seccin de Arqueologa, se llega al acuerdo de hacer entrega al Excmo. Ayuntamiento de Elda, por el C.E.E. del Museo Arqueolgico que, durante 23 aos, cuid y atendi la seccin de Arqueologa del Centro Excursionista Eldense. Como el tiempo desfigura las cosas, e incluso las hace desaparecer, se tuvo sumo cuidado de que hubiera constancia, que se acordara en el Pleno correspondiente del Ayuntamiento, constara en la prensa y medios de comunicacin, y sobre todo que una placa, en lugar desta cado del museo, resaltara que aqul haba sido reunido, estudiado y confeccionado y elevado a carcter oficial, por la seccin de Arqueo loga del Centro Excursionista Eldense, que luego pas a ser Museo Arqueolgico Municipal. Placa en la que se relacionan los miembros de la seccin, quedando as como primera piedra, en la historia del museo, para constancia de quienes fueron los iniciadores o pioneros del mismo. Formaban este equipo: Vicente Sanz Vicedo, Antonio Martnez Mendiola, Juan Rodrguez Campillo, Juan Antonio Mart Poveda, Joa qun Pay Gonzlez, Jos Amat Beltrn, Francisco Castao Morales, Luis Maestre Amat y Luis Garca Guardiola. En el mes de octubre de 1980, la seccin de Arqueologa realiza un importante hallazgo. Se trata de un fragmento de sarcfago de mrmol blanco que reproduce en relieve la escena bblica de Jons cuando es arrojado a la boca de un monstruo marino. Su antigedad, posiblemen te, primera mitad del siglo IV. En un artculo sobre el tema, publicado en la revista Alborada de 1981, escrito por D. Enrique Llobregat Conesa, director del Museo Provincial de Alicante, que titula Un sarcfago cristiano primitivo en Elda, y dice, entre otras cosas: Nunca agradecerq bastante la ciudad de Elda la labor extraordinaria que, en el estudio de sus etapas ms pretritas, va ll evando a cabo desde hace muchos afios, la ,svccin de 1 16 Seccin de Arqueologa. Ao 1971. Arqueologa del Centro Excursionista Eldense. Una labor callada, pero metdica y continua que no cesa de alumbrar hallazgos ms y ms importantes. Creo que a nivel artstico y a nivel histrico, el que brevemente voy a comentar en esta nota es de carcter excepcional... Se tena por costumbre en el Centro destacar todos los arios a la sec cin que ms actividad o ms mritos haba conseguido, nombrndola la mejor seccin del ao. En 1960 lo consigui la seccin de Arqueo loga. La distincin se plasm en un pergamino, artsticamente confec cionado, con la siguiente dedicatoria: El Centro Excursionista Elden se a su seccin de Arqueologa, en agradecimiento por su valiosa apor tacin al pasado histrico de nuestra comarca y estimulando su per sistente labor, en la expansin cultural de nuestra sociedad. Dicho pergamino fue artsticamente dibujado y caligrafiado por D. Francisco Rodrguez, maestro nacional en las escuelas de Petrer. En el ao 1963, nuevamente, es distinguida la seccin, otorgndole un bandern de raso blanco, bordado en azul. Desde su fundacin en 1959, incorporados al Centro Excursionista Eldense, hasta el ao 1966, recay el cargo de vocal en Antonio Mart 117 nez Mendiola; de 1967 a 1971 fue vocal Vicente Sanz Vicedo, y hasta 1983 lo fue Juan Rodrguez Campillo. Mi amigo Emilio Obrador Ibez, propietario de gran parte del monte de la Torreta y, por tanto, de la zona donde est ubicado el Monastil, me hizo ofrecimiento, gracioso, de dicho paraje, e incluso, en diversas ocasiones, me apremi para el otorgamiento de la escritura a favor del C.E.E., pero yo siempre pens que aquello traera consigo inconvenientes, problemas e incluso dispendios econmicos, responsa bilidades para su custodia y seguridad y que, tarde o temprano, habra de pasar al patrimonio de la ciudad, al municipio, el idneo para tal cuestin, por lo que fui dilatando una aceptacin que no lleg nunca a realizarse. Por fi n, corno haba pensado, pas el lugar al municipio. Y por ltimo, Hidroelctrica, de la que era representante en Elda el Sr. Bayo, accedi a nuestra peticin, concediendo el uso de una torre ta, viejo transformador, ya en desuso, para guardar herramienta y alma cn de las piezas halladas. Unos gamberros (no quiero calificarlos de otra forma) rompieron la puerta y destruyeron lo all existente. En la!! Exposicin de Arqueologa, que en junio de 1964 inaugur la seccin de Arqueologa, en su dedicatoria deca: La seccin de Arqueologa del C.E.E., dirigida por la Srta. Car men Gil Gil, directora del Museo Arqueolgico Municipal, saluda a Elda y pone a su contemplacin la reliquia del pasado, en la cual se pueden apreciar las variadas culturas que han desfilado por nuestro suelo; teniendo la satisfaccin de exponer nuestro trabajo, en el que fi guran desde el Neoltico ms primitivo hasta el morisco. Lo hecho hasta hoy no nos satisface, pero estamos animados y no cejaremos has ta que Elda pueda contar con un Museo Arqueolgico que sea orgullo de sus conciudadanos. Y en efecto, lo consiguieron. Para este fi n se construyeron siete vitrinas, seis de ellas con dos cuerpos, superior y medio para piezas arqueolgicas, y una para mone das, patrocinadas por el Centro Excursionista Eldense, siendo su fabri cante Manuel Romero, carpintero, cuado de Juan Torregrosa, secreta rio del Centro. La relacin de piezas que forman el museo cedido a la ciudad fi gu ra en el inventario -relacin de los fondos que aparece en el apndice, documentos n. 3 y 4, de estas Memorias. 1 18 Dejo constancia de todo ello, corno de los escritos, actas y Carta Arqueolgica de Elda, que luego se resean (apndice), destacando as la importancia que la seccin Arqueolgica del Centro Excursionista Eldense tuvo en la historia de la ciudad como creadora del Museo Arqueolgico Municipal. 1 I 9 CAPTULO XII CUMBRES 121 Segua yo con la ambicin de difundir nuestro Centro, de su aper tura a toda concepcin cultural y de amor a la naturaleza, a la monta a, abierto a toda idea noble, siguiendo el espritu que trataba de impregnarnos scar Santos, a quien siempre estim como nuestro filsofo. Idea generalizadora, se haba de conseguir que el Centro fuera el lugar de reunin de sus socios, en donde se mantuviera viva la ilusin por nuestro deporte, lugar de convivencia que estrechara lazos de amistad para crear una gran sociedad que no slo fuera la acti vidad de domingos sino de todos los das: lazo de unin, de contacto, de comunin. Se logr la publicacin de un boletn informativo del C.E.E. que se bautiz con el nombre de Cumbres, cuyo primer nme ro inici su andadura el da primero de junio de 1961 y en el que, entre otras cosas, se deca: Es propsito que Cumbres sea vehculo de enlace entre el Centro y sus asociados, cordn umbilical que les alimente, o al menos les informe de nuestras actividades, de nuestros propsitos, proyectos y de nuestras necesidades. Nos consta la forma de trabajar de Elda, el poco tiempo que queda para estas cosas; reconocemos que todos no pueden venir por el Centro, y por ello, ste, el Centro, se congratula en poder ir hasta sus propios asociados, contndoles lo que por aqu pasa y dn doles oportunidad de plasmar cualquier sugerencia, iniciativa o cola boracin, sobre todo colaboracin, pues la obra de muchos no puede ser el trabajo de pocos. Cumbres ha de ser el portavoz de toda la afi cin excursionista y montaera eldense. Cumbres est abierto a todos nuestros asociados; quienes estimen tener algo interesante que decir pueden hacerlo, y por ello veremos, prcticamente, el fruto de Cum bres, lo que aspiramos sea. Es propsito de esta directiva que el lapso de tiempo entre domingo y domingo, en que desarrollamos nuestras actividades fi sicas, se vea completado, y as se iniciaron unas charlas coloquio semanales, siempre que fue posible, poniendo a contribucin de todos este medio de conversacin que nos estimula, nos forma y nos entretiene.... 123 Con el n. 13, publicado el da 14 de junio de 1962, se cumple el pri mer ao de su aparicin; en su editorial se hace resumen de su activi dad y se estimula su publicacin. Dice as: ... Lo que se inici como un ensayo tiene continuidad y con agra do decimos que ,vu publicacin constituye un orgullo sano y bien inten cionado de todos los socios de nuestro Centro, aqu s que creemos no hay disparidad de opiniones y existe la unidad, tangible, sincera y constructiva tan deseada para toda sociedad Cumbres es el hijo, pequeo por su edad, pero grande por su misin y contenido, de nuestra actual directiva, y nos consta que ella se encuentra satisfe cha, orgullosa de este hijo, y al igual que los hijos unen al matri moniosuavizan asperezas y alegran, o dan intensa vida con su dolor, as creemos que nuestra directiva ver cmo Cumbres es recibido con agrado por todos, que todos usan, o pueden usar de l, que se mima cuino al hijo pequeo y entendemos que un padre ha de mirar con bue nos ojos, cmo es recibido un fruto suyo, y su dolor por alguna incom prensin queda mitigado por la alegra de ver la unin conseguida por ese fruto suyo Cumbres, con el tiempo, llegar a constituir la his toria escrita de nuestro Centro Por ello es propsito decidido que en sus pginas se publique todo lo digno y merecedor de sus acti vidades. Hemos invitado a todos los vocales de las distintas secciones del Centro a que publiquen en l, en forma regular y continuada, cuan to de inters tengan en sus archivos, y as esperamos que la Espeleo loga nos d a conocer sus estudios e investigaciones realizadas desde su creacin; Arqueologa, sus fichas y trabajos sus hallazgos y estu dios; Montaa, sus itinerarios, guas, concursos, marchas, etc., cele bradas en su intensa actividad deportiva: Acampadas, sus realidades y nos rememore las celebradas, sus estadsticas, etc. Podemos tener la plena seguridad de que si todas las secciones cumplen este deber la coleccin de Cumbres ser nuestra historia escrita. Pensar que un da nuestro Centro puede desaparecer (no somos inmutables), pero ah quedar nuestra historia para la posteridad, como un grano ms en la de nuestra querida ciudad. Precisamente esta sana intencin de dejar constancia escrita de nuestro Centro, sus inquietudes, desvelos, progresos, fue lo que cons tantemente estimulaba a las secciones en la formacin y conservacin de sus archivos pues ellos haban de constituir la historia de su acti 124 vidad deportiva y social. Lo triste es que en algunas de estas secciones la documentacin la guardaba, particularmente, su vocal, y cuando se cambiaba, desgraciadamente, no pasaba al nuevo vocal y se perda para la seccin. Asimismo, estimulado por esta mana ma, reflejaba en las actas de la junta directiva, todas las actividades realizadas, o que se proyectaba realizar, como todo lo digno de mencin, tanto de la sociedad a travs de su directiva, como de las secciones. Esto llevaba aparejado una excesiva duracin de las juntas, pues terminada sta, quedaba termina da y escrita el acta. La coleccin de estas actas es la historia del Cen tro. La idea rectora era que nuestra sociedad empezaba a gozar de gran prestigio en la ciudad y que, como tantas otras, haba nacido, estaba creciendo y un da poda desaparecer y tena que quedar constancia y ello slo poda ser de aquello que se escribiera. Motivo que tambin me induce a escribir estas Memorias. Con el n. 27, publicado en septiembre -octubre de 1963, se inte rrumpe la publicacin del boletn informativo Cumbres y termina su primera poca. En los meses de enero -febrero de 1966 aparece el n. 28 de Cum bres, iniciando as su segunda poca, esperando que, al igual que la del Hidalgo Manchego, sea duradera y fi el a sus principios de sencillez y deportividad. Se estimula a que todos colaboren y en especial a las secciones para que desempolven sus archivos y saquen a la luz su historia, que ya la tienen, y brillante alguna de ellas, a lo largo de ocho aos de existencia. Las secciones, con la tcnica dada de independencia en el plante amiento y desarrollo de sus actividades peculiares, se han fortalecido. No todas, pues algunas no salieron de su ostracismo, sin duda por no hallar al hombre, o su ilusin de grupo. De nuevo se interrumpe la publicacin de Cumbres y reaparece, como n. 1 de tercera salida, el 1 1 de marzo de 1967. De su lectura se deduce que la sociedad atraviesa una poca de declive, es como si des pus del entusiasmo e ilusin del C.E.E. en el estudio y organizacin del V Campamento Regional de Montaa, a cargo de nuestra sociedad, que fue un notable xito, y en especial por el cambio, a escala regional y con anuencia de la Federacin Espaola de Montaismo, de acampa 1 9 5 da en campamentos, se hubiera abandonado a su suerte y sta no era nada halagea. En abril de este mismo ao de 1968 se publica Cumbres, como bole tn informativo del CEE., n. 2 de esta tercera poca, en que se con memora el X Aniversario del Centro Excursionista Eldense, destacan do la XIII Acampada provincial a cargo de la seccin de Camping del Centro, y en octubre de 1968, el m 3. Despus Cumbres aparece espordicamente, de tarde en tarde; lo hace en abril de 1974, interrumpiendo la numeracin. No destacando poca alguna, nicamente dice tratarse de tirada especial con motivo del XVI Campamento Regional de Montaa, los das 20-23 en el par que de montaa de Rabosa Daniel Esteve. Se montan 138 tiendas con unos 700 acampadores. En l, y por el representante del presidente de la Federacin Espaola de Montaismo, Sr. Forast, se entrega al C.E.E. el Trofeo Delgado beda, mximo galardn que otorga la Federacin, que se le concedi al Centro el pasado ao, que representa el Torren de los Galayos, y que pocas veces se ha concedido. En el fue go de campamento, actu la masa coral del Centro dirigida por su direc tor Sr. Ballester, que por primera vez interpret el himno del C.E.E. En el ao 1978, con el n. 1, 2 y 3, aparece como boletn informati vo del C.E.E., dirigido y redactado por la seccin o grupo del G.E.M. (Grupo Eldense de Montaa), correspondiendo su publicacin a los meses de abril, junio y octubre, y precisamente en el del mes de junio se resea el xito de la expedicin Aconcagua 77-78 del C.E.E., que supone la mayora de edad del Grupo Especial de Montaa, y por tan to del C.E.E. y del montaismo eldense, alcanzando la cumbre Techo de Amrica el da 8 de enero de 1978, a las 7 de la tarde, los monta eros Domingo Botella y Antonio Riquelme. Nuevamente se interrumpe su publicacin y con ocasin del XXV Aniversario de la fundacin del Centro Excursionista Eldense (1957 1982) se publica un nmero especial, que edita Francisco Crespo, en el que se hace un resumen de estos aos. Tampoco tiene continuidad en esta ocasin, cuarto trimestre de este ao de 1982 y enero -febrero de 1983 son los ejemplares del boletn que se edita. En noviembre -diciembre de 1988 aparece el n. 1 de otra nueva po ca del boletn informativo del C.E.E. Esta vez hay un equipo encarga 126 do de su publicacin con empeo y entusiasmo (Daniel Tercero y Andrs Molina, en principio auxiliados por Siz). Perseveran en su empeo y en el ao 1996 contina su publicacin. En la primera tenta tiva (1961-66) la falta de colaboracin acab con l. Colaboracin es una bendita palabra que a la hora de la verdad falta; es palabra que sig nifica responsabilidad, trabajo, entrega, altruismo, etc., es ingrata y poco rentable, pero confiemos en que siempre hay quien est dispues to. Sera importantsimo que en esta oportunidad tuviera larga vida por lo mucho que ha de significar para nuestro Centro. Es algo de lo que siempre adoleci y es una de las facetas difciles, como con todas las culturales que emprendi. La tirada del boletn Cumbres fue de 300 ejemplares mensuales, lan zados a multicopista. El equipo de redaccin, que inici su labor con mucho entusiasmo, no logra la regularidad adecuada y acaba desani mndose y abandona la obra; no se logr una madurez, ni buenas cola boraciones en un trabajo tan importante para la propagacin de las acti vidades del Centro. El primer equipo de redaccin lo formaron los socios: Ricardo Montesinos Rico, Evaristo Frriz, Jorge Bellot Prez, Rafael Amors, Antonio Cruzado, Antonio Rdenas, Gerardo Bellod, Mara Elena San tos Poveda y Rafael Avils. 127 CAPTULO XIII SENCILLEZ Y DEPORTIVIDAD 129 Corra el mes de abril del ao 1963. En el montaismo regional se ha creado un problema. Anualmente se celebra una acampada de la que se encarga una sociedad montaera de la regin: primera, en Pi Alt, 1959; segunda, en Aitana, 1960; tercera, en Castelln de la Plana (desierto de las Pala mas), 1961 y cuarta, en Alcira, Valle de la Murta, La Casella, 1962. Realizadas por los Centros Excursionistas de Jtiva, Alicante, Cas telln y Alcira, en sitios asequibles, populares, de fcil acceso, como corresponde a acampadas, pero lejos del sentir montaero, austero y deportivo, estn resultando reuniones masivas, de solaz esparcimiento, de animados fuegos de campamento y familiares, en donde el acampa dor goza de la naturaleza del lugar y de su libre albedro, sin ms miras montaeras. Los organizadores se esfuerzan en facilitar actuaciones y hacer grata la estancia a cambio de complicaciones y de dispendios econmicos que elevan los presupuestos e impiden a cualquier centro concebir propsito de organizar. Campamento de Guadalest. Sierra de Altana. II Acampada Regional, Aflo 1960. 131 El gasto ocasionado con motivo de la IV Acampada en La Casella fue del orden de las 40.000 ptas. (ao 1962). En ella hubo atracciones multitudinarias, con tablado de msica y bailes folclricos, alumbrado y concurrencia de centenares de personas que acudieron de la vecina ciudad de Alcira. Fue entonces cuando nos propusimos dar un giro a esta situacin en la que haba desembocado tan entraable actividad, la ms importante de nuestro montaismo regional. Haba que cambiar y lo propusimos a la Federacin que nos dio dis co verde, convencida de su necesidad. Se cambi acampada por campamento. Se huy de lugares fciles y se busc la montaa. Haba que ascender a nuestro reino deportivo; buscar lugares de no fcil acceso, a donde se llegara con relativa difi cultad y en cuyos campamentos se desarrollara nuestra actividad: excursiones que nos llevaran a conocer el lugar y permitiera una agra dable convivencia y, sobre todo, haba que lograr la incorporacin a estas actividades de todos los Centros por modestos que fueran; ningn Centro deba sentirse desplazado. Tenamos que hacer las cosas de manera que todos pudieran participar y mostrarnos lo mejor de sus zonas de montaa sin preocupaciones econmicas. Con este lema de sencillez y deportividad iniciamos la no fcil andadura del V Campamento de Montaa del Reino de Valencia, y con esta base y condiciones indispensables, solicitamos, y nos fue concedi da en la asamblea de presidentes, en La Casella, la organizacin de esta quinta edicin que en principio fue acampada y que cambiamos por campamento. No fue sencillo. Conocido nuestro espritu mediterrneo, y ms nuestro noble sentir eldense, se pretendi, en principio, desbordar las anteriores ediciones de esta actividad y deslumbrar a los que asistieran, a toda la regin, por entender, como siempre hemos pensado, ser los mejores. Haba que luchar contra ello, desviar intenciones y propsitos y relegarnos a nuestro lema de sencillez y deportividad. A nivel popular y universal, sin discriminacin alguna, convocamos opiniones y reuniones; todos pudieron opinar, proponer y discutir. Se celebraron, a campo abierto, ampliamente democrtico, dilogos, con versaciones, propuestas, y ello a lo largo de meses, sin llegar a concre cin alguna. Hubo propsitos inusitados, fantsticos, como la de (no 132 voy a dar nombres), celebrarla en El Poblet; montar un tablado en don de actuara la banda de msica de Elda; la pinada iluminada con luces de colores; elevar la pared del pantano y llevar barcas que sirvieran de solaz esparcimiento a los acampadores, amn de la pertinente propa ganda que atrajera a los ciudadanos de nuestra poblacin. Todo esto contrario, precisamente, a los principios que nos guiaban, pero pudie ron exponerlo que no fue poco. Estbamos a finales del ao 1962, a un paso de su realizacin y toda la fuerza se nos iba en palabras y en tiem po intilmente perdido. Designamos un equipo que se responsabilizara y trabajara seria mente en la propuesta. Recorrimos nuestra zona y hubo que desecharla por no hallar nin gn lugar idneo. La normativa era que el centro organizador pudiera desarrollar la actividad en el lugar que eligiera. Era base primordial que el paraje fuera de montaa, de elevada situacin, de no fcil acceso a vehculos, centro de excursiones, marchas, escaladas y en el que se pusiera a dis posicin de los acampadores, vituallas y medios necesarios, itinera rios, guas, para que se aprovechara el tiempo en actividades monta eras, y el de descanso en instruccin y fuego de campamento, impro visado y natural. Lo hallamos en Fontanelles, del trmino municipal de Biar. Los antiguos Viveros del Distrito Forestal es el lugar elegido. Situado a 875 m de altitud, 2 , 57 y 40 de longitud, y 38 , 38 y 56 de lati tud; coordenadas Lambert Y=8574 y X=4545. Estribaciones de Sie rra Mariola. Tiene orientacin de SO a NE y ofrece alturas superiores a los mil metros: Cabezo Gordo (1 . 154), Vista Bella (1 .1 12), Loma Rasa (1.029), Fontalbres (1.023), Cerro de la Cruz (1.154), Alto de los Castillones (1 .169), Cabezo de la Silla (1 .186), Reconco (1 .206), La Blasca. Se obtuvo permiso del Servicio Forestal del Estado (hoy ICONA). Lugar idneo, de complicado acceso, en aquel entonces, con pobre cau dal de agua, pero suficiente, bien administrada y organizada como se demostr, y una zona bellsima poco conocida. Desde el Santuario de Biar, donde quedaban los vehculos, un trac tor transportaba los equipos al campamento; un economato puso a dis posicin de los acampadores toda clase de artculos alimenticios I 33 (Genaro Vera y su familia se ocuparon de este menester que sali a la perfeccin). Una marcha sistema Doufur, excursiones con gua, escaladas en peones prximos con intervencin de equipo de socorro de montaa, y fuego de campamento, hizo que la permanencia resultara un xito y se consiguiera que durante el da los montaeros estuvieran entreteni dos en actividades, el campamento vaco, y por la noche la actividad del fuego, nutrida y amena. Se haba conseguido nuestro propsito, que tambin lo era de la Federacin, y en la que estaba interesada la nacional. A ella acudi Eduardo Calvo de la Riba, secretario nacional que qued prendado de lo mucho conseguido en el cambio de actividad y con los pocos recur sos que contamos, pero en un lugar de montaa media incomparable. Y en cuanto al presupuesto, hubo unos gastos de 7.914 ptas. y se ingresaron 5.875 ptas. con un dficit de 2.039 ptas. que se debi espe cialmente al pago que se hizo al Distrito Forestal por dieta y locomo cin del ingeniero a la entrega y retirada del lugar que import 1.340 ptas., no corriente en esta actividad y que hubiera convertido el saldo normal en 699 ptas., muy lejos de las 40.000 ptas. de La Casella. Sencillez y deportividad, ste, que fue el lema de este campa mento, se convirti, en lo sucesivo, en el lema de nuestro Centro. Las cosas sencillas, sin complicaciones, siempre pensando en el ms dbil, y siempre, tambin, pensando en nuestro deporte, el monta ismo, para el que nada hace falta, unas buenas botas y una mochila, en todo caso, y mucha ilusin y ganas. El trabajo de Ricardo Montesinos Rico, con su equipo, su tenacidad y entusiasmo, hizo posible que, a la clausura del campamento, a cada montaero se le entregara un ejemplar del n. 23 del boletn informati vo Cumbres, edicin especial, editada por el equipo mvil, en el mis mo campamento, en la tarde del da 22 de abril de 1963, cuando se esta ba realizando la marcha sistema Doufur. He trado a colacin este momento de nuestra historia, en la que dimos una orientacin al montaismo que se desfasaba, trayndolo a sus cauces, marcando una directriz, que perdura, por ser esencia del mismo, como tantas otras en las que influimos, sin algaradas ni aspa vientos, en el ritmo de nuestro deporte, como en otras oportunidades que aprovechamos. 134 A continuacin extracto unas intervenciones a cargo del secretario nacional, Sr. Calvo de la Riba, y del presidente de la Federacin Valen ciana de Montaismo, Antonio Daza Martnez, plasmadas en aquel boletn nm. 23, editado en el campamento por el equipo mvil de Cumbres. Pregunta al Sr Daza: Qu te ha parecido el desarrollo del V campamento, y si ste ha seguido la idea que la Federacin tiene para esta clase de actividad Respuesta: La Federacin haba depositado toda su confianza en el C.E.E. para la organizacin de este V Campamento y en modo algu no se ha sentido defraudada, ste ha sido el resultado del esfuerzo de toda una sociedad que se ha volcado de lleno para darle a nuestro campamento, sencillez y a la vez mantenerlo dentro de la categora del que se ha hecho acreedor El lugar elegido francamente bueno, en el que con medios casi por completo naturales se ha realizado todo. P.: Crees que este campamento lo podra organizar cualquier otro Centro de la regin por muy modesto que fuera R.: El C.E.E. nos ha demostrado que s, con esto no quiero decir que sea una sociedad modesta, sino que ha puesto todo su inters, y lo ha conseguido, en hacer un campamento que sin grandes dispendios econmicos, no desmerezcan de la categora que nuestra regin tiene, como tambin nos confirm el secretario de la Federacin Espaola de Montaismo Es decir cualquier sociedad de nuestra Federacin con sideramos que puede realizarlo sin que ello signffique un problema de tipo econmico, barrera que en la mayor parte de las ocasiones se podra haber hecho casi infranqueable para alguna de nuestras socie dades. S, repito, cualquiera de nuestras sociedades est en condicio nes de realizar nuestro campamento regionaL Asistieron 412 acampadores, pernoctando 98 tiendas montadas y21 sociedades asistentes. Rafael Roca, delegado de la Federacin Espaola de Montaismo antes de la creacin de la Federacin Valenciana de Montaismo, que convivi con nosotros en estas jornadas, qued muy impresionado por el desarrollo del campamento y la belleza de los lugares. Le sugestio n el castillo de Bar y nos transmiti su impresin en una poesa que compuso y que a continuacin traslado como final de este apunte del campamento. 135 AL CASTILLO DE BIAR (Evocacin triste) Ah, seor Alcalde, si vieras tu castillo! Dnde estn tus soldados Dnde est tu servicio Las techumbres hundidas la poterna cegada y por la solitaria almena sin pendn engalanada. Con este aire de romance tan propicio del medievo empiezo a contarte, amigo lo que vi, por fuera y por dentro. Por fuera, la montaa, rocas, gavilanes, romeros y un sol de fuego que abrasa a quien va por el sendero. En silencio la barbacana, las torres, mochas por el cierzo el portaln de entrada sin centinela al acecho. Las caballerizas sin alazanes los salones desiertos, las yerbas parsitas morando por dentro. El vencejo en el alero nico ser despierto. En el patio de armas no espera el palafrenero los seores se marcharon cabalgando con el viento. Rafael Roca Centro Excursionista de Valencia 136 CAPTULO XIV PRIMERAS COMUNIONES EN MONTAA 137 Cabe el honor al C.E.E. de venir celebrando, en montaa, primero en la cumbre de Camara, luego en nuestro parque de montaa, en el mes de mayo, primeras Comuniones, que siempre se distinguieron por su sencillez y emotividad. Fue la seccin del C.E.E. Amigos de la msica, los que apadrina ron la idea, con ocasin de la primera Comunin del hijo de Jos Espi nosa (Jos Andrs), miembro de aquella seccin. Consultando con la iglesia, con el prroco de Santa Ana, en aquel entonces D. Antonio Poveda Maca, le pareci muy buena la idea y en ella se trabaj hasta conseguir un emotivo acto religioso en la cumbre de Camara, en la maana del da 25 de mayo de 1969. Desde entonces se celebraron ininterrumpidamente en Camara, y luego en Rabosa. Primeras comuniones en Camara. Ao 1960 Este sacramento va rodeado de una fi esta, o acto social, que en algunas, no pocas ocasiones, nublan la idea religiosa y se convierte en una fi esta social, en que los anfitriones gravan su economa, que a veces se resiente. En aquella celebracin en la montaa se quiso dar al acto sencillez, emotividad y religiosidad, sin perder la alegra, el alborozo con que la Iglesia recibe el ingreso de sus catecmenos, pero lejos de los derro ches y lujos en que, a veces, transforman lo que es ntimo y familiar, en un acto social que quiere ser relevante. Y precisamente esa sencillez y entraable intimidad en el marco siempre magno de la montaa da al acto una emotividad tan profunda y singular que se gan todos los corazones. Y fue una maana plena de alegra. En aquella oportunidad fue Jos Andrs Espinosa Alarcn (1969), y despus han sido muchos los primocomulgando. Las ceremonias siguen su emotividad y sencillez, en ese incompa rable marco de nuestro parque, pero su sencilla austeridad fue deca yendo, pronto algunos primocomulgando tuvieron dos trajes: el de montaa y el tradicional, y dos actos sociales: el sencillo de Rabosa y el apabullante de la ciudad; y es que seguimos pegados al consumismo y a las vanidades sociales. La vida nos la complicamos. Precisamente la Comunin es un sacramento muy sencillo, importantsimo, como todos, en la vida del cristiano, que slo requiere preparacin y entrega al Seor. Recuerdo aquella ancdota de una seora que acudi al juzgado pre guntando qu tena que hacer para celebrar una primera Comunin civil. Son importantes estas primeras Comuniones en montaa, y es posi ble que los nios la recuerden como ese mejor da de su vida, que a veces reza en el recordatorio de dicho acto. Tenamos especial predileccin en que el acto religioso de las pri meras Comuniones se celebrara en Camara. Varias razones lo avalaban: Camara est en trmino municipal de Elda; desde su cumbre, fcil de acceder, se divisa una panormica impresionante de Elda y su valle, al fondo el Cid, Cat, Sierra del Caballo, Botn, y presidiendo, la imagen de San Bernardo de Mentn, nuestro patrn. En contra, y con mucha razn, tenamos, por lo regular, a los abue los, para alguno de los cuales se les haca complicada la subida. 140 Hubo inters y peticiones de que el acto se trasladara a Rabosa, en donde ya estaba construida la ermita y siempre nos defendamos tra tando de mantener sencillez y montaismo. La fatalidad vino contra nuestros propsitos, y por accidente atmos frico, ese factor tan temible en actividades de montaa, cambi el cur so de este acto, y para mayor pesar mo, toc el cambio como justa san cin a mi criterio. En el ao 1977 cumplan con este sacramento, entre otros nios, mis dos hijas. La maana de aquel domingo (uno de mayo), amaneci llu viosa, por ms que miraba al fi rmamento aquello pareca no tener remedio, y a la hora de partir, llevar al sacerdote, y ante la insistencia de los asistentes, hubo que cambiar el itinerario, tomar las medidas per tinentes para encauzar a la gente y marchar hacia Rabosa. Despus de aquello no haba forma moral de volver a Camara. Cla ro, las hijas del presidente s comulgaban en Rabosa, y los dems no! Primeras comuniones en el Parque de Montaa Daniel Esteve. Ao 1977 141 Primeras comuniones en el Parque de Montaa Daniel Esteve. Ao 1977 Incapaz de arrostrar la crtica, oportunamente justificada, hubo que ceder. Perdimos aquel escenario tan maravilloso, aun cuando Rabosa tambin es nico, pero de fcil acceso y cmodas instalaciones, por lo que pronto, con seguridad, se volver al acto social. Pero el Seor, que en todas partes se encuentra, esencialmente en nuestros corazones (aunque no lo descubramos), recibir, con alegra, los buenos deseos de los primocomulgando. La imagen de San Bernardo de Mentn, patrn de los montaeros, que preside la cumbre de Camara, y bajo cuyos auspicios se celebraban los actos religiosos, fue donacin de Francisco Gil Riera Foraqueta, industrial, fabricante de maquinaria para el calzado, veterano en las lides del C.E.E., compaero de Villena, de Paco Caracol, y tantos otros ya desaparecidos, que asista a reuniones y acampadas, con su esposa, y las alegraba con su presencia. La imagen la adquiri creo que en Olot (Gerona) y en una fundicin de Alcoy le hicieron los moldes, y con ellos la figura, que desde todo el valle de Elda se divisa en la cumbre de Camara. 142 El acto de la primera Comunin de Jos Andrs Espinosa, organi zado por la seccin de Amigos de la msica, estuvo amenizado por el coro del Centro, y un equipo musical, instalado por Espinosa (padre del primocomulgando), que a los acordes de una msica selecta y apro piada al acto le dio mayor emotividad, en aquella altura, ms cerca de Dios, y ante un incomparable panorama del valle. Imagen de San Bernardo (Patrn de los montaeros), en Camara. 143 CAPTULO XV CONFLICTOS 1 45 Los hubo en gran nmero a lo largo de la historia del Centro. Conflicto, en sus inicios, entre el grupo individualista y la nueva tra yectoria generalizadora de la directiva, por los aos 1961 y siguientes. Pero quiz, uno de los ms delicados fue el tenido con los organis mos nacionales, con ocasin de la modificacin de los estatutos, y el de nuestra proliferacin de modalidades deportivas con sus correspon dientes secciones. La Delegacin Nacional de Educacin Fsica y Deportes confeccio n un modelo de estatutos y estableci que en un perodo limitado de tiempo, y tras la consiguiente aprobacin de los socios en asamblea general, se elevara, a dicha delegacin nacional a travs de las Federa ciones valenciana y espaola. El modelo no cuadraba con nuestra sociedad por muchas razones. En primer lugar, el organigrama de nuestra directiva no casaba con el establecido en el modelo impuesto. No contemplaba la presencia de tres vicepresidencias: Montaa, Deportes y Cultura, ni un presidente adjunto con actuacin delegada por aqul. En caso de disolucin de la sociedad, el patrimonio revertira a la Delegacin Nacional de Educacin Fsica y Deportes. Nuestro Centro, con un patrimonio de valor elevado, conseguido gracias al esfuerzo y contribucin econmica de sus socios, sin casi ayuda oficial, no poda consentir que revertiera a la Delegacin, y por ello, y en defensa de legtimos intereses, entendamos que en tal supuesto haba de revertir al pueblo de Elda. Esto nos hizo establecer unos artculos, concreta mente los nmeros 32 y 33, que constituyen lo que se pudiera llamar nuestro testamento para el caso de tan hipottica disolucin. Por ello, el parque de montaa y el refugio de San Bernardo pasara a formar un parque pblico, propiedad indivisa de las comunidades de Elda y Petrer, cuya direccin y administracin pueda quedar bajo la tutela de la mancomunidad de los dos Ayuntamientos. La Ciudad Deportiva revertir a la colectividad, entendiendo por tal el Ayuntamiento de Elda. La biblioteca pasar a la Biblioteca Munici 147 pal. Los archivos culturales, tanto del Centro, corno de las secciones, pasarn al Archivo Municipal. El material deportivo, mobiliario de la oficina principal y local social, ser destinado por la concejala corres pondiente del Ayuntamiento para sociedades deportivo -culturales de la ciudad. El efectivo metlico, si lo hubiere, se destinar al Hospital Municipal como centro benfico. Las vicepresidencias eran necesarias para el mejor desenvolvimien to y desarrollo de la sociedad. Treinta y dos secciones, con la presencia de sus vocales -presidentes, en las reuniones de la directiva, convertan sta en un congreso, con las dificultades pertinentes, y de ah esta modificacin. Cada vicepresidente se reuna con los delegados de las secciones peridicamente e informaba a la directiva de aquellos asun tos o problemas en que haba de tomarse una decisin y su aprobacin. Los de mero trmite eran resueltos por la vicepresidencia. Tal organigrama no era admisible por los organismos nacionales. Hubo dilogos, negativas, pero como quiera que el Centro Excursio nista de Catalua promovi idntica cuestin, al cabo de tiempo (trans curri el plazo oficial concedido sin resolver), lo admitieron, y el ya aprobado por nuestra asamblea general, fue aceptado por la delegacin nacional, y por ende por la Federacin Nacional de Montaa. El otro problema, el de las secciones deportivas, cre conflicto a nivel de Federacin nacional y regional, aunque esta ltima, en con tacto ms directo con nosotros, lo comprenda y no objetaba, la nacional, s, con mucho nfasis. Argumentaba que una sociedad de montaa no poda dedicarse a otras actividades deportivas que no tuvieran alguna relacin con nuestro deporte. Fueron largos meses de conversaciones, siempre que haba oportu nidad con ocasin de actividades. Era intil hacer ver la situacin de las poblaciones de nuestro valle, de la imperiosa necesidad de desarrollar deportes que atrajeran a una juventud que lo necesitaba, y en trance de tomar derroteros nefastos para la sociedad y que, aun cuando no era misin nuestra, nos considerbamos responsables de iniciar algo en su beneficio y estimar estar en momento propicio de nuestro Centro. Se lleg a un punto muerto del que salimos con valenta. La Fede racin nacional alegaba que a ella pertenecamos, que la actividad base era el montaismo y no se poda consentir que cualquier actividad se hiciera cargo de la directiva, con notable perjuicio para el montaismo. 148 En tal trance llegarnos a indicarle a la Federacin nacional que de no acceder a nuestro propsito causaramos baja en la Federacin y nos incorporaramos a cualquier otra Federacin a las que estbamos adhe ridos, y quedara Montaa corno una seccin dentro de la sociedad. Al final transigieron, pero condicionado a que el presidente del Cen tro fuera montaero, como si esto fuese posible en una sociedad de 4.000 socios, 14.000 beneficiarios y 32 secciones de otras tantas acti vidades. Hasta la fecha las presidencias habidas fueron de Montaa. Hubo otros conflictos: Con Hacienda, cuando levant acta por el acuerdo de las 600 ptas. que se abonaban por Rabosa, pagaderas a razn de 20 ptas. al mes con destino al pago de los terrenos del parque de montaa. Aquello no tendra vigencia hasta el ao siguiente, y dio la casualidad que en una asamblea hubo socio que present queja por tal cantidad, en poca de muchos pagos repercutidos sobre la economa del socio. La asamblea lo estim y redujo la cuanta a 500 ptas. que no devengaban impuesto alguno. La dichosa cadena fi jada en el parque de montaa, para evitar que los vehculos pasaran a los aledaos del albergue, pero que perjudica ba a dos colindantes, rota, dio lugar a denuncia y sentencia condenato ria por el autor, tambin trajo consigo abrir camino por un lateral, poner cadena y darles acceso a dichos propietarios. Todo ello dio lugar a escritos, conversaciones, denuncias e intervencin de profesionales. Otro fue el paso de un tendido de alta tensin que, atravesando nuestro parque de montaa por la zona del Cantal del Moro, se diri ga a la urbanizacin Els Palomarets. Se produjeron requerimientos notariales, acto de conciliacin en el juzgado de paz de Agost, conver saciones con ingenieros y representantes de Hidroelctrica, llegando al fi nal con la propuesta, que la directiva admiti, de que se tendiera una lnea al parque, al albergue, y nos diera luz. Conduccin gratuita. No as el transformador que lo fi nanci el Centro. Hubo otro conflicto extrao, maniobrado, largo, penoso y muy desagradable, que se mencionar en el captulo que dedicar a mi dimi sin como presidente. Tambin la tuvimos con la Confederacin Hidrogrfica del Jcar. La extraccin de ridos en el cauce del ro motivaba la corrupcin de las aguas en los hoyos resultantes que hacan insalubre la zona y muy perjudicial para los deportistas. Nuestras quejas y escritos con certifi 149 caciones mdicas de nada sirvieron, lo que nos oblig a obrar directa mente cubriendo los hoyos y saneando el lugar con las consiguientes actas y sanciones, que ya tenamos previstas, por unos trabajos que estimamos necesarios por la proximidad de nuestras instalaciones deportivas. A nivel de sociedades, lo tuvimos con un presidente de la Federa cin regional, en la poca de la transicin, que se empe en que en las asambleas se hablara valenciano y, siguiendo la normativa catalana, se cambiara el nombre de Federacin Valenciana de Montaa y el de Cen tro Excursionista por otra denominacin, que era la adoptada por Cata lua. En aquella oportunidad convocamos una reunin de las socieda des alicantinas, tornamos acuerdos, con los que acudimos a la asamblea de presidentes en Calpe, consiguiendo, en aquella primera reunin, que quedaran las cosas igual y que se empleara indistintamente castellano y valenciano. Pero a la segunda fase de la asamblea, una semana des pus, no asistieron parte de las sociedades alicantinas, y por mayora de votos obtuvieron la aprobacin de sus pretensiones, alguna de las cua les las padecimos a partir de aquella fecha. Quiero recordar que la Federacin Espaola de Montaismo tuvo que expedientar a aquel nefasto presidente de la Federacin regional. La piscina olmpica de la Ciudad Deportiva tambin dio lugar a con fl ictos; slo me referir a uno de ellos, otros los detallar en otro cap tulo. Terminada su construccin, probados depuradores y servicios, invitamos al presidente de la Federacin Valenciana de Natacin, D. Jos Sagreras, en aquel entonces. Vino a Elda para homologar la pisci na olmpica y procedi a su medicin. No la homolog, por no dar, segn l, las medidas reglamentaria (50 x 21 m). Movilizamos a arqui tectos y constructora, y efectuada la revisin se comprob la exactitud de las medidas: 50 x 21. Sagreras hubo de venir, realizar nuevas medi ciones que dieron el resultado apetecido. Certific y homolog la pis cina, en la que en lo sucesivo pudieron celebrarse, oficialmente, toda clase de competiciones y establecer marcas. El arquitecto de la primera fase de la Ciudad Deportiva, Sr. Navarro Guzmn, antes de iniciar las obras, visit en Mjico las instalaciones que se estaban construyendo para los Juegos Olmpicos prximos a rea lizar. Su teora, una de ellas, era que las edificaciones haban de cons truirse para su uso interior, y en l hacerlo con todo detalle, incluso des 150 Piscina olmpica de la Ciudad Deportiva. niveles en su superficie, y en cuanto al exterior, sin huecos, ni ventanas apenas. El gimnasio tena en su parte superior unos torreones que los das de viento daba impresin de que iban a derrumbarse. En la terce ra fase hubo que desmontarlos, y gracias a que la construccin de la piscina cubierta y el local social, abrig y reforz el gimnasio. Instala cin que con 100 m 2 ms de superficie (y la haba) hubiera servido tam bin para pista polideportiva cubierta. Fallo por la falta de experiencia nuestra. Fue conflicto que trajo consigo encargar las siguientes obras a un nuevo arquitecto. Esta falta de experiencia nos hizo pensar en una piscina olmpica, de 50 x 21, cubierta y climatizada. Afortunadamente, dentro de nuestra quijotada nos pareci un monstruo, y lo dejamos estar. No obstan te, nuestra piscina ms bien parece un portaviones, cuya broma cost, en aquel 1969, nueve millones de pesetas. Sin embargo, s que adquirimos experiencia en otras instalaciones, por ejemplo la piscina cubierta. Visitamos las pocas cercanas (en la provincia no haba piscinas climatizadas). Estuvimos en Madrid, en Valencia, en Murcia. No nos convencieron las visitadas. El arquitecto 151 D. Vicente Mas, miembro del Instituto Nacional del Cemento, en Madrid, y oriundo de Benejama, designado para la construccin de la tercera fase, atendi nuestro comentario, hizo clculo aproximado, de gastos diarios de mantenimiento, que estim en unas 2.000 ptas. Indi camos la conveniencia de bajar alturas, que redujera dimensiones (no del vaso de la piscina) y sobre todo evitara humedades; habamos com probado que en la de Valencia estaban desmoronndose paredes y techo. As se hizo. Intervinieron ingenieros industriales, de humedades y el arquitecto. Cada uno, en su momento oportuno, actuaba. Las pare des, en su interior tienen una red de canalillos que desaguan humeda des y condensaciones expulsndolas al exterior, con lo que se consigui que siempre las paredes estuvieran secas. Nuestra gran sorpresa fue cuando, usada la piscina, se efectu el cmputo de gasto diario. No lle g a las 600 ptas. Piscina cubierta de la Ciudad Deportiva. 152 Posteriormente, el amigo Sr. Tapia (mi sucesor en la presidencia del Centro) instal un sistema de placas solares con lo que redujo a nada el consumo de energa para calefaccin y temperatura del agua de la pis cina. El importe de la instalacin se amortiz en dos aos. ste no fue conflicto, pero encaja en este captulo, como el de las construcciones siguientes del local social y vestuarios. Pensando en una sociedad con gran nmero de socios, con afluencia masiva de usua rios y visitantes, encargamos al arquitecto que tuviera presente cimen tarlas bien, con miras a poder levantar ms plantas; que en la parte superior fueran terrazas que permitieran el acceso de los socios y que las paredes se prepararan con aislantes, para fro y calor, reduciendo as el captulo de calefacciones. Aqu s que aplicamos nuestra experiencia. 153 CAPTULO XVI NACIMIENTO DEL CLUB ALPINO ELDENSE I 55 Un domingo de 1962, un grupo de jvenes montaeros que haban practicado sus actividades en Cat fueron sorprendidos, por su dueo, cogiendo algunas manzanas. Les tom los nombres y dio cuenta al pre sidente del C.E.E. solicitando que fueran sancionados y dejando a su libre albedro la sancin a imponer. Reunidos con el presidente, fueron amonestados y se les record la importancia de un correcto comportamiento en la relacin con el medio rural, hasta conseguir que ste apreciara en su valor al socio del C.E.E., como con el tiempo se consigui, hasta llegar al caso, como se lleg, de que en cierta ocasin, comentando una accin desagradable ocurri da en cierta zona rural del trmino de Petrer, fue un labrador quien afir m rotundamente que aquello (lo acaecido) no lo haca un montaero del C.E.E. El presidente estim (estim) como sancin, alegando en broma la prerrogativa otorgada por el propietario agrcola, que durante el ao siguiente realizaran ms actividad montaera que ningn otro grupo, y que semanalmente dieran a la directiva el parte de actividades. Lo tomaron muy en serio, y tantas realizaron, tan ilusionados estaban en ello, que crearon el grupo de montaa que denominaron G.E.M., que en su mayora se integraron en el Grupo de Escalada. Establecieron un reglamento por el cual para pertenecer al grupo tenan que efectuar un mnimo de actividades cada ao. De este grupo nacieron despus muy buenos escaladores y mejores montaeros. Por ejemplo, en el ao 1970, siendo vocal del grupo Jos Miguel Martnez Juan, y contando con 17 miembros, realizaron la siguiente actividad: 5 campamentos (Puig Campana, Crevillente, Alcoy, Mogente y Torla); 22 escaladas de 3. a 5. grado; 2 cresteras (Beni eadell y Foradada); 4 marchas nocturnas y 3 de regularidad; 3 cumbres de ms de 2.000 ni (Sagra y Peones de Javalambre); 16 cumbres de ms de 3.000 m; 17 vivacs de invierno, 10 a ms de 1 .000 m; 20 vivacs de verano; 3 vivacs en alta montaa (Veleta, Brecha y Mulhacn); intervencin en el Trofeo local de Cumbres, provincial y regional; 10 travesas de ms de 8 cumbres y 12 de menos de 8 cumbres, con un 157 Nuestro emblema es alegra, nuestro lema es amistad, nuestras ansias son llegar donde nadie fue jams. G.E.C.E. total de 75.000 metros. Causaron baja tres miembros por no realizar el mnimo de actividades e ingresaron 6 nuevos, formando el grupo 17 miembros. En marzo de 1972, la directiva del grupo estaba formada por: vocal de la seccin o grupo, Salvador Corb Snchez; secretario, Enrique Agull Rico; cajero, Jos Vctor Inza; encargado de Marchas, Jos Eduardo Gonzlez; vocal de Campamentos, Jos Mas Juan; y activida des, Antonio Aravid. En 8 de agosto de 1972, el vocal del grupo informa de su disolucin y entrega a la directiva el libro de actas. 158 Esta actitud la trataban de justificar alegando falta de ayuda y apo yo por la directiva, sintindose discriminados, con lo que su entusias mo disminua. Eran momentos de intenso trabajo y gran responsabili dad por la directiva del C.E.E. con las obras de la Ciudad Deportiva. Esta cuestin desagradable se present en otros grupos, especial mente en montaeros jvenes. Este fenmeno dimana de la dedica cin y entrega del C.E.E. hacia el desarrollo de su Ciudad Deportiva. La creacin de secciones, hasta un total de 32, la diversidad de activi dades deportivas y culturales, les llevaron a pensar (quiero creer) en un olvido, en una discriminacin de sus particulares actividades, que les hicieron concebir la creacin de una sociedad independiente, nica y exclusivamente dedicada a la montaa, y principalmente a la escala da. Pero caso curioso, casi todos siguieron perteneciendo al C.E.E. y haciendo uso de sus instalaciones. Con el apoyo, anuencia, de estupendos montaeros -escaladores, creados y desarrollados dentro del Centro, en donde pasaron los mejores aos de su adolescencia, se cre el Club Alpino Eldense (Juan Manuel Maestre, los hermanos Riquelme, los Verd, Antonio Riquel me, y tantos y tantos que nacieron, montaeramente hablando, en el Centro). El Centro no se opuso, en modo alguno, precisamente adopt la pos tura de la comprensin, del razonamiento y del orgullo de haber des membrado de su tronco una sazonada y fructfera rama, capaz de su independencia y de conseguir sus nobles propsitos. Burocrticamente, la Federacin Valenciana de Montaismo no poda autorizar la creacin de una sociedad de montaa en poblacin donde exista otra, si sta no lo autorizaba, o tena, la nueva sociedad componentes superiores a 50 socios. Recuerdo que el presidente de la Federacin se extra cuando le indi qu nuestra conformidad y autorizacin, y la lstima, le dije, que no son ms sociedades las que se crean, pues ello es vida y engrandeci miento, y el C.E.E. contento de que su hijo mayor se independiza ra del tronco de su origen y, como en su da se le manifest al Club Alpino Eldense, nos sentimos contentos y orgullosos de la mayora de edad de nuestro hijo, a quien le recordamos el hogar paterno, nuestra estima y consideracin, y que nuestras puertas quedaban abier tas siempre, como se les demostr en toda ocasin. 159 Desgraciadamente, cuando ocurren estas cosas, estas disgregacio nes, y sobre todo en poblaciones pequeas (aun cuando Elda no lo es), se crea un ambiente enrarecido, de enemistad, de intolerancia, que tras ciende a la actividad deportiva. Nunca se ha dado en nuestra ciudad. Al contrario, hemos tratado de compartir actividades, reuniones, con el afecto, amistad y camaradera de siempre. 1 60 CAPTULO XVII BIBLIOTECA 161 Una de las normativas que me plante, entre otras muchas, fue la creacin de una biblioteca en el local social para uso de los socios, especializada en temas montaeros, biografas, ciencias, etc., y as se acord en junta general extraordinaria de 8 de diciembre de 1958. Se adquirieron colecciones como Univer,sitas e Historia del Mundo. Se adquirieron buen nmero de volmenes facilitados por la Librera Vidal, que tuvo la atencin de permitirnos escudriar en su librera e incluso hacer las peticiones pertinentes, y de retornar aquellos que no interesaban. Asimismo se solicitaron donativos de los socios, de libros, a especialistas. Hubo socio (Jos Prez Martnez) que sugiri la insta lacin de un cepillo pro -biblioteca. No hubo suerte y los escasos libros que la constituan, en esta primera tentativa, fueron desapareciendo, quiz por descuido u olvido de sus lectores, lo que me recordaba que esta obra no se desarrollara hasta encontrar el hombre clave que se ocupara, con entusiasmo, de ello, de su organizacin y cuidado. En febrero de 1966 se nombra vocal a Jos Dur Sez. En esta segunda etapa se adquirieron libros interesantes, entre otros, Memorias de la exploracin del Calar del Mundo, editado por el Centro Excur sionista de Alcoy. Con ocasin del acto de una entrega de premios, el da 15 de febre ro de 1970, se abre la campaa de donativos que alcanza la cifra de 4.057 ptas., abrindose una libreta de ahorro, titulada Biblioteca, en la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa, que queda abierta a estos donativos. Se siguen adquiriendo libros en la forma ya dicha, e inclu so se adquieren 75 mapas del Instituto Geogrfico y Catastral, a esca la 1 :50.000, relativos a nuestra zona montaosa ms prxima, que se ponen a disposicin de los socios en un mueble especialmente disea do para su conservacin y examen, copia de otro existente en el Cen tro Excursionista de Catalua, en la biblioteca de su local social en Barcelona. La directiva concede subvenciones para adquirir libros. Se designa nuevo bibliotecario a Salvador Rico, y se le da atribuciones para la 163 adquisicin de libros, aprobndose la compra de la Gran Enciclopedia de la Regin Valenciana. En 8 de enero de 1974 se nombra nuevo bibliotecario a Elas Jover Pez, que el 7 de mayo de 1974 dimite. Se trata, en esta segunda poca, de organizarlo mejor, y a tal fi n con fecciono fi chero, catlogo y normas para el uso de los libros, con la fi r ma de la pertinente fi cha, etc. Sin embargo tampoco tiene xito, y los libros siguen desapareciendo sin que den resultado alguno las gestiones y reclamaciones que oportunamente se hacan. Se adquiri la Biblioteca de la Montaa de la Editorial Juventud, que la sirvieron embalada en una caja de madera, y se dieron rdenes de que tal cajn, sin destapar, se guardara en la oficina del Centro. Al cabo de algn tiempo no se saba nada del cajn. Esto colm el vaso y pens que el Centro no estaba preparado para tener una biblioteca. El propsito era excelente. En el local social de la Ciudad Deporti va haba un gran saln destinado a ello, se haba tratado con la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa ayuda y se haba bautizado como Biblioteca Antonio Ramos en memoria del fundador de dicha enti dad, y que durante aos ostent el letrero en la parte superior de la puerta de acceso. Estaba este saln, primeramente destinado a come dor, en la parte superior de la escalera de acceso, si bien se cambi el destino, por la incomodidad que supona al servicio del restaurante, pese al montacargas que le comunicaba con la cocina. Con la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa se haba estudiado una organizacin: Unas estanteras metlicas para los libros, que corr an por unos rieles que permitan agrupar, estrechamente, las estanteras, y una puerta fuelle, corrediza, cerraba el espacio y dejaba los libros a buen recaudo; el resto del saln se habilitaba para sala de lectura. No fue posible. Hoy es el saln de billar, y antes lo fue de cine -club y de conferencias. En el desarrollo de las cuestiones intelectuales, he de confesarlo, sola encontrar, pese a mi empeo, grandes inconvenientes. Trat de arropar, en el Centro, al Centro Cultural Eldense, magnfica aso ciacin que se desarroll esplndidamente, en su corta vida, y que hubiera subsistido como seccin en nuestro Centro, totalmente inde pendiente, como lo fueron, y lo son, siempre, las distintas secciones. 164 Abandon la idea de una biblioteca, quiz no estaba madura, posi blemente no se haba encontrado al hombre de esta obra. 1 65 CAPTULO XVIII CIUDAD DEPORTIVA 167 Complejo captulo que nos ha de llevar a una larga y prolija exposi cin de una ilusin que fue superada por la realidad. Como reza la placa colocada en la escalera principal del local social de dicha Ciudad Deportiva, fue posible, gracias a: Una idea: Hermandad de los hombres por el deporte Un pueblo: Elda Un equipo de hombres: Daniel Esteve Poveda Alberto Beltrn Sempere Antonio Antn Martnez Manuel Daz Cuenca Juan Espaol Vida! Manuel Martnez Lled Miguel Prez Beltrn Julin Torregrosa Navarro Una entidad fi nanciera: Caja de Ahorros del Sureste de Espaa Vista panormica de la Ciudad Deportiva. 169 Para comprender el fenmeno que supuso su ejecucin hemos de trasladarnos a la dcada de los aos sesenta y a la situacin de nuestra ciudad. Hagamos historia basndonos para ello en el movimiento directivo del Centro. Era una noche del mes de septiembre de 1967. Antonio Antn Mar tnez y Alberto Beltrn Sempere calentaban motores. El primero, art fi ce de El Lido y luego de la explotacin de las balsas del Peter Rives, al cesar en ello, por entrega de El Lido a sus propietarios para urbanizacin, y el segundo, embarcado en un pleito en el juzgado; con ciben la idea de adquirir unos terrenos y construir una piscina. Entusias ma en ello a Alberto Beltrn. Ambos me contagian su entusiasmo y reco rremos los terrenos (zona de cultivo, hoy ubicacin de la Ciudad Depor tiva), propiedad de Isidro Colomer. Celebramos reuniones en las que la temperatura se eleva, analizamos por activa y por pasiva, las posibili dades, sobre todo la necesidad que de ello tiene nuestra ciudad, y amplia mos la idea a una Ciudad Deportiva con toda clase de instalaciones. No es misin nuestra. Es de las autoridades, pero alguien ha de hacerlo, y aliviar, en lo posible, a una juventud necesitada de ello, y abocada a situaciones conflictivas inspiradas en sus posibilidades eco nmicas y deficiente formacin cultural. La ilusin es enorme. La quijotada es mayscula. El Centro cuen ta con unos 400 socios y su cuota es de 10 ptas. al mes, insuficiente para abonar el alquiler del local en Menndez Pelayo n. 6. Contba mos con 125.000 ptas., liquidacin de las piscinas. A distancia me paro a reflexionar sobre la cuestin y me recorren escalofros. Slo la inconsciencia, la juventud, la falta de reflexin, puede lanzarte a semejante aventura. Hubo momentos, a lo largo de la ejecucin de las obras en los que me vi en situaciones comprometidas, muy comprometidas, y en las que slo la divina providencia nos salv. Vali la pena. Creo necesario dar informacin sobre el caso. Plasmar los distintos escritos e intervenciones que clarifiquen la historia de la creacin, estructuracin y ejecucin de la Ciudad Deportiva. Y que quede cons tancia de ello. La primera informacin a nuestra ciudad, del proyecto, lo fue a fi na les de 1967, con ocasin de una asamblea general del Centro. 1 70 En ella se deca: Es el C.E.E. una sociedad que con slo diez aos de existencia ha conseguido un puesto destacado en las actividades deportivo -culturales de la ciudad. Podernos asegurar que para la mayora de los socios es un orgullo pertenecer al Centro. Hemos ofre cido a la juventud eldense unas actividades llenas de encanto y unas grandes oportunidades de mejoramiento fsico y moral. Nos sentimos orgullosos de esta labor, sin embargo no estarnos satisfechos; tenemos inquietudes fruto de la misma necesidad de la ciudad por un mejora miento deportivo, y aqu quiero hablar de un gran proyecto que nos ha cabido en suerte, y ello por ese puesto destacado que en la lnea depor tiva ocupamos en la ciudad. Es la creacin de una Ciudad Deportiva. Es obvio hablar del extraordinario desarrollo econmico e indus trial de nuestra ciudad, por todos comprobado y vivido. Nuestra gran ciudad est en pleno auge. Pero tambin se encuentra plena de necesidades. Slo nuestras autoridades sabrn de la enver gadura de estos problemas y de las vicisitudes de ir cubriendo el vas tsimo programa. En nosotros quedar el destacar defectos, que es muy humano pero poco aleccionador. Es fruto de ese desarrollo industrial y econmico, de ese espritu emprendedor y voluntad de sus moradores. Esa Feria Internacional del Calzado e industrias afines, que un da naci como una local manifes tacin artesana del calzado y que hemos ido viendo su transformacin, progresiva y constante, hasta quedar plasmada en ese edificio de la Ficia que, pese a tantas transformaciones, sigue quedndose pequeo. Y es que nuestra ciudad est como un nio en pleno desarrollo. La Feria ha abierto, para la industria del calzado, unas posibilida des industriales y econmicas sin lmites, est dando lugar a la conso lidacin de una potente industria que cada da se afianza ms. Todo desarrollo industrial y econmico trae consigo un aumento de su nivel, un mejoramiento en alimentacin, vestido, habitacin, gnero de vida, satisfaccin, alegra. Verdad es que tambin los peligros del desarrollo de una juventud en este ambiente aumentan. Junto a todo desarrollo industrial y econmico aparece marcada la iniciacin de una lnea que tambin comienza su difcil andadura, len ta pero ascendente y segura, la cultura, en sus dos aspectos: intelec tual y fsica. Y as vemos cmo aparecen colegios como el de la Sagra da Familia, el Instituto de enseanza media Azorn, la Escuela de 171 Maestra Industrial, y tantas otras corno irn crendose al amparo de aquel desarrollo econmico e industrial, y para cubrir una necesidad ineludible en nuestra ciudad. El desarrollo cultural fsico tambin ha iniciado su andadura, y en este movimiento es en el que nuestro Centro Excursionista Eldense pide un destacado puesto por estimar que es labor que puede intentar, dadas las caractersticas de madurez a que ha llegado. Todo ello nos ha hecho pensar y meditar mucho en nuestro C.E.E. sobre la creacin de una Ciudad Deportiva, con un vasto complejo de instalaciones que puedan satisfacer al ms exigente, y que llene y com plete el desarrollo sobre cultura fsica, que se ha iniciado. sta le la preocupacin de un equipo de hombres que localiz el lugar adecuado, pero al que faltan los medios para la ejecucin de las obras; slo tienen la fe y entusiasmo que en la empresa han puesto. Nuestra obra no debe ser ni provisional, ni que cubra las necesida des de/presente. Hemos pensado que un da todo el valle ser una gran poblacin que latir bajo un mismo sentir, y as como los centros docentes que se crean se hacen con miras a una comarca, al igual que remos que nuestra Ciudad Deportiva pueda llenar las aspiraciones de los pueblos que fi rman el valle. Por si falta poco, empezamos a elevar el punto de mira, pero quiz pueda lograrse. La empresa ha iniciado su marcha y no cabe la retirada. En los Alpes, tiene el montaismo tres grandes problemas de escalada: las paredes norte de los Grandes Jurases, del Cervino y del Eiger Esta pared norte del Eiger, es extremadamente difcil, y en su escalada, que suele durar varios das, se llega a un punto, que se llama el paso de la araa, de donde slo cabe como solucin la salida por la cumbre, ya que el regreso no es posible. Y esto es lo que le ocurre al C.E.E. con el proyecto de la Ciudad Deportiva: se encuentra en el paso de la araa y no es posible retroceder; ha de salir por la cumbre. Para la consecucin de su idea se han conseguido 34.000 ni 2 de terreno que cuentan con la propiedad de un pozo que suministra un caudal de agua superior a 20 litros por segundo, sobrado para cubrir las necesidades de la Ciudad Deportiva. El agua no es potable, pero es magnfica para la natacin y riego de ciertas plantas vegetales. El lugar est a unos dos kilmetros de Elda, en la izquierda de la carre tera de Monovar, y entre sta y el ro Vinalop, con los que limita. 172 Querernos en ella instalar: Una piscina cubierta de dimensiones olmpicas (50 x 21), otra descubierta de 40 x 40 y una tercera infantil; un gimnasio cubierto de 25 x 25; un campo de ftbol con pista de atle tismo; campo de bolos -petanca; pista polideportiva; pista de tenis; dos frontones; parque infantil, zonas verdes y local social. Adems conta r con una zona de aparcamiento de ms de 6.000 m. Comprendemos que es de una extraordinaria envergadura el pro yecto. Entendemos que en su ejecucin slo hallaremos dificultades, inconzprensiones y molestias, pero entendemos tambin que vale la pena arrostrarlas por los dems y por nuestro Centro. Necesitamos para desarrollar nuestra idea un mnimo de 1.500 socios fundadores, y ello en un plazo no superior al mes de marzo del ao prximo, 1968. Cada socio fundador ha de aportar 4.000plas. Se comprender que con los seis millones de pesetas que esto reportara poco se podra hacer, y sin embargo, si me permiten desarrollar enton ces la idea, quiz se consiga lo que proyectamos. El proyecto tiene dos posibilidades: Una con ayuda econmica, otra sin ella. Entendemos que unos planes como stos, de una gran proyeccin social, asequible a todo el mundo, a realizar en una zona industrial de la importancia de la nuestra, ha de contar con la ayuda de las autori dades y de los altos organismos deportivos nacionales. Si as es, el pro yecto se desarrollar completo y en poco tiempo. Si por el contrario hemos de pensar slo en nuestras escasas posi bilidades econmicas, el desarrollo del proyecto sera parlases y en el plazo de varios aos, diez, quince, o los que fueran necesarios. La primera fase la constituiran las piscinas, para las cuales ten dramos, con los seis millones de pesetas obtenidos por esos 1.500 socios fundadores, para la adquisicin de los terrenos y la construc cin de los vasos de las piscinas, a fin de ponerlas inmediatamente en explotacin. Tenemos cierta experiencia en esta clase de explotacio nes, y nos atrevemos a decir que con los beneficios, en buena adminis tracin y tiempo, se completara el complejo deportivo. Pero no hay que pensar en esta salida de emergencia y s en las ayudas oficiales que tanto se estn prodigando y que entendemos merece se otorgue a nuestra laboriosa ciudad. 173 Detalle panormico de la Ciudad Deportiva. La aportacin del socio fundador ser nica y exclusivamente de 4.000 ptas. No han de pedirse ms derramas. Y esas ayudas podemos conseguirlas: No queremos que la aportacin de los socios fundadores sean superiores a 4.000 ptas., que adems podr pagar a lo largo de 20 meses, los que opten por esta modalidad, a plazos. Por modesta que sea, una familia puede suscribir un ttulo de socio fundador y pagar las 200 ptas. mensuales. Si esto se consigue, la Caja de Ahorros del Sures te de Espaa nos financiar el proyecto y cubrir sus necesidades eco nmicas. Financiado el proyecto, lo dems consiste en trabajar bien y pron to es de esperar que lo consiga el equipo de hombres que a su frente estarn. Las bases y reglamentacin que regirn el uso y entretenimiento de la futura Ciudad Deportiva sern estudiados y redactados por la comi sin que se designe en su da. La calidad de socio fundador, de las familias fundadoras, valga la expresin, ser indudablemente destaca da, y ya se anuncia as en las comunicaciones al pblico que el Centro hace; son partcipes de la Ciudad Deportiva que de este modo ser eminentemente popular, como nosotros queremos, en la que todo 174 amante del deporte se encuentre en su casa, y los dems conocern sus cualidades, aficionndose a su prctica; queremos que la Ciudad Deportiva sea con el tiempo, no slo una cantera de atletas, sino una verdadera institucin que ha de contribuir al logro de una sociedad ms sana, ms alegre, ms solidaria y educada, un verdadero centro de enseanza popular proyectado sobre la ciudad y el valle. La documentacin que sigue prueba lo que decimos sobre nuestro proyecto. La historia de la Ciudad Deportiva, desde su inauguracin acredit que nuestras ideas en estos sentidos se han venido desarro llando con xito. Lo que fue un sueo, una aventurada quijotada, es hoy una mag na realidad, orgullo de Elda y ejemplo para todos de lo que puede la voluntad de los hombres del Centro empeados en el sueo de ser ti les a los dems. Con fundado temor de que resulte montona y pesada su exposi cin, pero parece conveniente que quede constancia, con detalle, de la proyeccin, creacin y desarrollo de la Ciudad Deportiva como exponente para su historia, se incluye copia, que a continuacin hago, del acta en que la asamblea general aprob la creacin y desarrollo de la misma. Acta n. 13. De la junta general ordinaria, celebrada por esta sociedad a las once horas de la noche, en segunda convocatoria del da diez de octubre de mil novecientos sesenta y siete. Se abre la sesin bajo la presidencia del titular D. Daniel Esteve Poveda, en el saln de actos de la Casa Sindical, solicitada al efecto, con el siguiente orden del da: 1. 0 Lectura del acta anterior y aprobacin si procede. 2. 0 Proyecto de la creacin de una Ciudad Deportiva y su apro bacin. 3. 0 Ruegos y preguntas. Se inicia el primer punto del orden del da y por el secretario es le da el acta de la junta anterior que es aprobada por unanimidad. Se pasa seguidamente al segundo punto del orden del da y es el Sr presidente quien lo inicia, dando un amplio infbrme sobre la situacin de las instalaciones deportivas Peter Rives y el estado de/pleito, dan do cuenta de que est en vas de verlo amistosamente. Que en su da se dio cuenta a la Federacin Valenciana de Montaismo y que sta a su 175 vez lo elev a la nacional. Que el presidente de la Valenciana, D. Anto nio Daza Martnez, nos confirma que por dignidad se debe luchar por defender nuestra postura e intereses. Igualmente quiere hacer constar ante la asamblea general que nuestra entidad es genuinamente de montaa y que sta es y debe ser nuestra manera de ser porque cambiarlo sera predisponernos a desa parecer definitivamente. Contina informando del cario puesto por la directiva en la con secucin de unas instalaciones deportivas, de los desbordamientos de la ciudad, que todo en Elda es crecimiento, de la creacin del colegio de segunda enseanza, Feria Internacional, etc., que l cree que nues tra entidad ha llegado a la plena madurez y segn l es el Centro Excursionista la nica sociedad que puede llevar a buen fi n la creacin de la Ciudad Deportiva. Hace un smil sobre la situacin de nuestra sociedad . frente a la Ciudad Deportiva, como si se tratara de una esca lada a la cara del Eiger, que nos encontramos en el paso de la ara a del cual no es posible retroceder y que debemos salir con volun tad y decisin por la cumbre. Habla a continuacin del vocal de pisci nas, Antonio Antn Martnez, de su fe y de cmo ha transmitido a todos la creacin por el buen nombre y prestigio del Centro de una Ciudad Deportiva. Sigue a continuacin su disertacin con la lectura del documento de compraventa a D. Isidro Colomer Moya. Informa que es de inters para toda la ciudad y para todas las cla ses sociales y que se solicit de la Caja de Ahorros del Sureste de Espa a la concesin de prstamos populares y que sta, de una manera cla ra, autoriza la concesin de 1.500 de 4.000 ptas. Se crean dos frmu las para pertenecer a la Ciudad Deportiva, mediante la entrega de 4.000 ptas. en una o varias entregas, hasta final de febrero o bien con la concesin de un prstamo con el aval de otro socio. De conseguir el fi n que se persigue, se llevar a efecto; caso contrario, el efectivo que provisionalmente est depositado en la Caja de Ahorros se devolvera a los socios. Habla a continuacin del proyecto de construccin que se har en fases; que no se improvisar nada. Haciendo el cuento de la lechera, se recogeran seis millones de pesetas con los que se pueden pagar los terrenos y con el resto hacer las piletas deportivas. 1 76 A continuacin hace una amplia exposicin de los planos y de cuan tas aclaraciones solicita la asamblea general. Pide a continuacin a la asamblea general que se ratifique sobre el documento de compraventa que se suscribi y por unanimidad es aprobado. Pide la palabra el socio Manuel Martnez quien dice que la idea es maravillosa y debe aprobarse. A continuacin el socio Jos Espinosa pregunta si esas 4.000 ptas. sern suficientes o no, como ya ha ocurrido en el Club de Campo. Por el presidente se le contesta que l cree que s, que no se hizo el local social porque no es rentable, pero que piscinas s porque se tiene expe riencia y de los beneficios de ellas pueden conseguirse muchas cosas. Pide la palabra a continuacin el socio Luis Blasco Salcedo y dice que deben crearse tres modalidades de pago: 4.000 ptas. al contado; 4.000 ptas. hasta fi n de febrero, 800 ptas. mensuales; y 4.000 ptas. en 20 meses, sobre 200 ptas. mensuales. As como, sabiendo los socios que la cuenta devenga un inters que redunda en beneficio del Centro, deben iniciarse los ingresos cuanto antes. Es el socio Jos Florentino, quien dice que se va a la mili y que aho ra no puede suscribir un ttulo. Se le contesta que se ver en directiva y se dar solucin. Otelo Prez Casas dice que quiere suscribir a parte de su ttulo otro a su nombre. Se le contesta que cada socio no puede tener ms que un ttulo a su nombre. Dionisio Sirvent hace resaltar que todas las secciones deben poner calor y amor propio para conseguir bastantes ttulos. l ha tomado ese estmulo y se est preocupando en conseguirlos. Luis Blanes Pic dice que continuamente le hablan sobre lo que ocurre en el Club de Campo respecto a la elevacin de cuotas, siendo primordial aclarar este punto. Se le contesta que no es esa la idea de la directiva y que se tiene en cuenta su punto de vista. Es el socio Alfonso Navarro Martnez quien informa que nuestra entidad por excelencia se dedica al deporte de montaa, pero que al margen podemos crear una Ciudad Deportiva, que una entrega de 4.000 ptas. es popular que no debe pensarse en encarecer cuotas, etc., que debemos acometer con esfizerzo la creacin de la Ciudad Deporti 177 va y no podemos escatimar esfuerzos y dedicacin para conseguir los fi nes propuestos. Habla a continuacin el socio Regino Bernabeu Bernabeu, de la seccin de Petanca, y dice que entre ellos hay mucha gente joven pero que l cree que conseguir que fi rmen todos. Se pasa a continuacin al tercer punto del orden del da, ruegos y preguntas, y es el socio Luis Blanes Pic quien dice que si no se llega a los 1.500 socios, por qu no se compran los terrenos y se sigue Se le contesta que eso est previsto y se ver. Y no habiendo ms ruegos y preguntas, siendo las cero horas trein ta minutos del da once de octubre de mil novecientos sesenta y siete, se da por terminado el acto, con la asistencia de 130 socios, fi rmando Francisco Gil Riera, Juan Verd Verd y Alberto Beltrn Sempere en representacin de los dems con el Sr presidente y conmigo, el secre tario que certifico. A continuacin, reproducimos detalle, o estadillo, de los ttulos de socios fundadores de la Ciudad Deportiva, obtenidos a lo largo de los primeros arios, y que vienen a demostrar el xito conseguido: Ario 1967: meses de septiembre a diciembre 85. Ao 1968: enero a diciembre 926. Ario 1969: enero a diciembre 838. Ao 1970: enero a mayo 153. Total 2.002. Ante tal afluencia de socios, que invadan las instalaciones, inci pientes, de la Ciudad Deportiva, la falta de experiencia tanto de direc tivos como del pblico, desconocedor, en su mayora, de su comporta miento ante tales instalaciones, fue necesario establecer una serie de normas que hicieran ver al socio la necesidad del buen uso de la Ciu dad Deportiva y su correcto comportamiento. En su inicio era momen to de limar defectos que pudieran, con el tiempo y el uso, degenerar en vicios y costumbres perniciosas. Sistema pedaggico que nos estimul a propagar por las instalacio nes carteles con indicaciones, consejos, normas, etc., de las que trae mos algunas a colacin, y otras que, aprovechando el equipo de sono ridad y msica, en todas las instalaciones, se intercalaban en la audi cin, a fi n de que el socio se fuera mentalizando. 178 De la solicitud de ayuda econmica a la Delegacin Nacional de Educacin Fsica y Deportes, elevada, por conducto reglamentario, en junio de 1968 nada supimos. S tenemos referencias de que durante meses estuvo retenida en la Delegacin Provincial de Deportes de Ali cante, hasta que ella elev sus peticiones a la delegacin nacional. Despus nada. Bueno, esto no fue as. Un da, mal da por cierto, un artista que desarrollaba sus actuaciones por la comarca, patrocinado, segn deca, por cierta caja de ahorros, solicit una entrevista conmigo, la que cele bramos en el Casino de Elda. Me inform, largo y tendido, del sistema de obtencin de la subvencin oficial, de las muchas obtenidas, y que podamos contar con la nuestra, todo ello por el diez por ciento de la subvencin, cantidad que haba de ingresar de cierto modo. Me negu rotundamente, sin importarme que se tratara de una subvencin a fon do perdido, desped de mala manera y de inmediato al artista. No se volvi a saber nada de la subvencin, pese a los trmites que realiza mos, en los que incluso llegamos al ministro de Trabajo, Sr. Girn, en aquel entonces. Tal desilusin nos oblig a buscar otros derroteros. No podamos truncar la ilusin y entrega de tantos socios que haban confiado en nosotros. Confibamos en la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa, a la que yo perteneca como consejero del Consejo Comarcal de Alicante, y a ella nos dirigimos en peticin de ayuda con el escrito que aparece en el Apndice, documento n. 12. Memoria de la Ciudad Deportiva, facilitada a los socios del C.E.E. en noviembre de 1970: Septiembre de 1967. Un grupo de montaeros directivos del Centro, suean con la creacin de una Ciudad Deportiva que cubra la nece sidad que tiene Elda de instalaciones deportivas. Comprendemos que e,slo no es misin nuestra, pero entendemos que en un pueblo cuyo desa rrollo industrial y econmico se ha desfasado y todos tienen demasiadas preocupaciones para ocuparse de ello, alguien ha de hacerlo. La pre sencia de una juventud, poco o nada preparada, en un ambiente de ele vado nivel econmico, puede malograr sus valores humanos, y esto sera pernicioso para nuestra sociedad. sta es la idea que nos acucia y nos impulsa a tomar sobre nuestras dbiles espaldas tamaa empresa. 179 Se busca y encuentra terreno capaz (45.000 m con un pozo, con caudal superior a 18 litros por segundo), ubicado en el centro del valle. Se apalabra, se estudia, organiza y desarrolla la idea: 1.500 ttu los a 4.000 ptas., que pueden pagarse en veinte meses gracias a la colaboracin de la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa. Principio difcil. Escepticismo en el pblico. Incredulidad en orga nismos . oficiales. Ironas en comentarios. Hombres que parecen mal gastar su tiempo. Abril de 1968. Se firma escritura de propiedad de 32.000 m 2 . Es como la primera piedra simblica de esta empresa quijotesca. El arquitecto D. Alfonso Navarro Guzmn presenta anteproyecto de la Ciudad Deportiva a construir en varias fases. Mayo de 1968. Se eleva el proyecto, memoria y presupuesto a la Delegacin Nacional de Educacin Fsica y Deportes, solicitando sub vencin de quince millones de pesetas. A partir de esta fecha se inicia un calvario de visitas, viajes, correspondencia, etc., que iniciados con gran ilusin y esperanza, fueron como golpear la cabeza en granito. A casi tres aos vista estamos igual, por no decir peor ya que nada se consigui y hemos llegado al desaliento e incluso a abandonar la empresa. Es como si Elda no estuviera en el mbito nacional, como si estuviera obligada a valerse de sus propios medios, y entendindolo as ciframos nuestro posible xito en el pueblo de Elda. En el mismo mes de marzo de 1968 se inicia, por la constructora Bernal Pareja S.A., las obras de la primera fase: piscina olmpica de 50 x 21; una infantil y anexos. En julio de 1969, todava sin terminan se pone en uso la piscina olmpica. Sin terminar la primera fase se inician conversaciones con la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa en solicitud de un prstamo que per mita construir la segunda fase: dos frontones (uno olmpico), cuatro pistas de tenis, una polideportiva, pistas de petanca, gimnasio, vestua rios y cercar los terrenos de la Ciudad Deportiva. La Caja de Ahorros del Sureste de Espaa concede un prstamo de siete millones de pesetas, a pagar en diez aos, que empezar a contar se desde la entrega de la segundo fase terminada. El arquitecto es el mismo Sr Navarro Guzmn: el constructor Luis Molina Ferrer Se ini cian en agosto de 1.970 y han de quedar terminadas en febrero de 1971. 180 Prontones de la Ciudad Deportiva. De la primera fase queda un dficit de dos millones de pesetas, por desfase del presupuesto, que obliga a aumentar el nmero de ttulos a 2.750, y poder seguir la teora econmica del proyecto. Tales ttulos supondran once millones de pesetas, ms un importe por cuotas de unos dos millones de pesetas, que permitiran abonar intereses y amor tizacin del prstamo, atender gastos generales del Centro y cubrir presupuestos anuales de las secciones. Ingresos aumentados con el importe de invitaciones de pblico que asiste en el verano a las pisci nas, que ayuda a sufragar los gastos de/personal empleado durante tales pocas. Los gastos de entretenimiento de las instalaciones depor tivas se alivian con la aportacin por el uso de alguna de ellas. De esta forma, sin pensar en aumento de cuotas (velamos porque esto sea as siempre), hay medios econmicos suficientes para el desa rrollo y entretenimiento de este fabuloso complejo deportivo. El uso adecuado de las instalaciones, a partir de marzo prximo, dar a conocer otras necesidades que los propios socios asistentes podrn observar y que, quizs, en un futuro no lejano (calculamos fi n 181 de verano u otoo prximo) puedan dar lugar a considerar llegado el momento de afrontar la tercera fase: local social, con amplios salo nes, terrazas, restaurante, sala de conferencias y proyecciones, de ter tulias, de recreo, biblioteca, etc. Ser motivo de comentario y di,scu sion en momento oportuno. Quedara para ello una superficie de unos 25.000 nr 2 . Consideramos que si un da se ve terminado este fabuloso progra ma, tendramos uno de los mejores complejos deportivos nacionales, orgullo de propios y extraos. Y desde luego promocin de legin de atletas y deportistas que habran conseguido dar oportunidad a una juventud con inmensos valores humanos, que habramos liberado del grave peligro que hoy les puede amenazar de una sociedad con eleva do nivel econmico y falta de medios y ambiente para su encauza miento. Idea primordial y fin que anim a un equipo de quijotes . En esta poca, noviembre de 1970, el movimiento contable era: Ingresos obtenidos 13.903.10111 ptas. Capital invertido 13.834.66453 ptas. Saldo en caja 68.43658 ptas. Pendiente de recaudar 2.781.38060 ptas. Pendiente de pago 2.781.30060 ptas. Despus de la Memoria remitida a los socios del Centro en noviem bre de 1970 se convoc a una reunin en el cine Rex, informativa y dialogante, acerca de la tercera fase de la Ciudad Deportiva, en que se inform sobre la situacin de su desarrollo y que traigo a colacin, pese a pecar de reiterativo, pero que estimo necesario porque da idea de la situacin y de cmo salir de ella en pro del desarrollo del pro grama calculado. En ella se deca (era noviembre de 1971): Todos los que llevan aos viviendo en esta magnifica ciudad, mejor, los que en ella nacieron, no han de tener muchos aos para conocer su gran progreso urbano, social, industrial y econmico. No hace muchos aos que la Gran Avenida eran bancales, que el balnea rio El Tido estaba en las afiteras de la ciudad, que a Elda y Petrer los separaba, o IlleiOr una, un largo Callli170 polvoriento que cruzaba campos de cultivo. hoy todo est transformado. En 20 aos se ha pro gresado ms que en toda la larga historia de la ciudad. He conocido 182 una Elda de unos diez mil habitantes. Todo este desarrollo se ha debi do al esfuerzo, al trabajo, a la voluntad de un pueblo en larga poca de paz. Sin embargo se ha crecido muy deprisa, se ha obtenido un desarrollo industrial y econmico relmpago, y esto, cuando no sigue unas reglas normales y pausadas, puede ser delicado y hasta peligro so. Cuando el desarrollo es fruto de una consecuencia intelectual, meditada, de una formacin cultural y tcnica es lgico, prudente y sano, en otro caso puede tener tristes consecuencias. Por otra parte, una sociedad, un pueblo, es como una familia, son idnticos a los que se producen en un pueblo o en una sociedad, pero a mayor escala. Cuando una familia trabaja, mejora su alimentacin, su vestir, su vivienda; y cuando, con su trabajo, cubre sus necesidades, piensa en otras cosas, en adquirir cultura, mejorar conocimientos tcnicos, recrear el espritu, educar fsicamente el cuerpo, en adquirir comodi dad, pero todos en mejorar. sta era la situacin de Elda, de los pueblos del valle, hace pocos aos; por eso, paralelo al desarrollo econmico, a la elevacin del nivel de vida, nacieron instituciones estupendas: Colegio de la Sagrada Familia, Instituto de enseanza media Azorn, Escuela de Maestra, etc. Pero si el desarrollo econmico de un pueblo lleva consigo este desarrollo cultural, nace tambin, casi al mismo tiempo, un desarrollo deportivo, es como un instinto de mejoramiento de la clase humana, como una liberacin, y as nace una sociedad como el Club de Campo, y tambin nuestro Centro Excursionista Eldense all por el ao 1956. El desarrollo industrial y econmico estn en pleno auge. Son los aos de 1966 y 1967. El desarrollo cultural est iniciado y aunque insuficiente llena un buen hueco y slo falta el desarrollo deportivo. Es el ao 1967. La prensa, la radio, la televisin, lanza a los cuatro vien tos llamamientos a todos para que hagan deporte, se habla de la nece sidad de instalaciones deportivas, se estimula, se incita al pueblo con el eslogan contamos contigo, se habla de subvenciones, de ayudas, de la Delegacin Nacional de Educacin Fsica y Deportes, se airean casos ejemplares. Se barajan millones en ayudas. Mes de septiembre de 1967. El panorama es urgente. Hay trabajo, se gana dinero y hay un pueblo que necesita llenar unas horas de ocio. Deficiente formacin cultural, fsica y espiritual, que puede desembo car en situaciones delicadas. Faltan instalaciones deportivas que pue 183 dan encauzar y canalizar este potencial para convertirlo en utilidad social y privada. Es urgente y alguien ha de hacerlo. No es misin de una modesta entidad deportiva montaera, pero nos gusta la idea y es el Centro Excursionista Eldense quien lanza el proyecto, y es un corto equipo de hombres los que toman sobre s tamaa aventura. Quijotada muy espaola. En septiembre de 1967 se program, estudi y lanz su desarrollo. Los principios fueron difciles, bastante difciles. Convencer al pbli co, conseguir un ttulo de socio fundador era ardua empresa. Es ms fcil vender aspiradoras o lavadoras por los domicilios. Haba que hablar muchas horas, gastar mucho tiempo, a veces das, para obtener un ttulo. Cuntas veces nos dieron con la puerta en las narices, cun tas cuchufletas y burlas tuvimos que aguantar con estoicismo y con fe. Por entonces, el equipo tenamos que reunirnos todas las noches para conservar nuestra fe en la obra y no desmayar; y en el mes de marzo de 1968 se otorgaba escritura pblica de 32.000 td, con un pozo arte siano. La primera baza, la ms difcil, estaba jugada. La empresa tena que seguir adelante, ya no caba mirar hacia atrs. Estbamos inmer sos en la gran aventura de la Ciudad Deportiva del Centro Excursio nista Eldense. Sera muy largo, y hay materia para llenar muchas cuartillas, hablar de sinsabores, de problemas, de inconvenientes, de incomprensiones, de falta de ayuda donde creamos hallarla, pero creo que estas dificultades nos crecan y animaban, y conste que se han pasado situaciones dificilsimas que creamos no poder superar. Hubo, sin embargo, una institucin que desde el primer da nos comprendi y nos estimul: la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa. Ella tiene el ttulo n. 4 de socio fundador, y hoy es el socio de honor n. 1 de la Ciudad Deportiva. Nuestro programa era bien sencillo: 2.500 ttulos a 4.000 ptas., diez millones de pesetas. Con este importe y la subvencin solicitada a la delegacin nacional de quince millones de pesetas, estimbamos sufi cientes los medios econmicos para desarrollar nuestra idea. Crea mos, ingenuamente, que la delegacin nacional, ante una empresa tan popular, de tan gran proyeccin social, la acogera con simpata y se volcara hasta hacerla realidad. Era tan hermosa la idea, tan encaja da en el espritu de la maravillosa Ley de Educacin Fsica, de Elola, que contbamos con su rpida obtencin. 184 Cun ilusos! Ni el tiempo transcurrido, ni los muchsimos pasos dados, gestiones realizadas, viajes, visitas, dieron resultado alguno. Hoy, incluso, pese al tiempo transcurrido despus de haber elevado el proyecto y la peticin a la delegacin nacional, no tenemos, ni tan siquiera, el consuelo de un simple acuse de recibo. Nuestra exposicin primitiva, al afirmar categricamente que al socio no se le pedira nada ms que 4.000 ptas., era sincera y as lo estimbamos. Si la ayuda se hubiera producido no hubiramos tenido que pensar en un aumento en la participacin econmica del socio. Pueden ustedes pensar que la subvencin solicitada de quince millones de pesetas es superior a la que ahora nos vemos obligados a pedir a los socios, y el desarrollo econmico hubiera sido el mismo y sin sacri fi car el bolsillo del socio. Tambin se poda pensar en dejar las cosas en el momento de su construccin, no ejecutar la tercera fase, si bien pensbamos, honradamente, que la obra quedara incompleta, sin cubrir grandes necesidades y desaprovechar un tiempo providencial para ello. Egostamente pensado, al equipo de hombres embarcados en esta aventura quiz nos convenga ms que no se haga la tercera fase. Son tantos los sinsabores pasados que, lgicamente, auguramos que, de hacerse esta tercera fase, no han de ser menos, o quiz aumentados. Pero, por otra parte, dejar la Ciudad Deportiva en el estado en que hoy se encuentra sera dejar una hermosa obra incompleta e insuficiente y, a la vez, desaprovechar una oportunidad que puede no volver a presen tarse. Ello nos anima a la terminacin de la Ciudad Deportiva. Y ya en el terreno de su realizacin, vamos a teorizar: Hagamos un repaso de lo hecho y cmo se ha conseguido. Soemos con lo que que da por hacer y cmo conseguirlo. Y entre punto y punto, analicemos los fr utos extraordinarios obtenidos, la poca propicia, providencial en que nos hallamos para su consecucin, y los frutos inmensos que se lograran. Recordemos que tenemos escriturados 45.000 m 2 de terreno, con un pozo artesiano, de unos 20 litros por segundo. Que en l hay cons truidas instalaciones en las que se han invertido 22.707.498 ptas. Existen dos parques infantiles, regalo de la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa. El prstamo de siete millones de pesetas ala Caja, est previsto su pago y no afecta para nada a la economa particular de los socios. 185 Los frutos de nuestras instalaciones estn bien patentes. Con dos aos escasos de uso de las mismas, contamos con una legin de depor tistas que las hacen insuficientes y que pasean triunfalmente el nombre del Centro, y de nuestra ciudad, por todo el mbito provincial y regio nal. Nuestras intervenciones en competiciones son sonadas, y cada da iremos a ms y mejor Hay que lograr que todos se encuadren en su deporte favorito, y de la masa de deportistas saldr la calidad. sta, de momento, no debe preocuparnos, pues lo esencial es practicar toda clase de deportes, la especialidad y la calidad vendrn luego, como . fruta madura y merecida. No obstante, hay grandes promesas en esos campeones nacionales de petanca; en ese equipo de natacin que tan ta gloria est dando y que tanto promete; en esos pelotaris que tan bri llantemente intervienen; en esa legin de tenistas de la que tanto se espera; en esa seccin de Escalada, que ha sido admiracin de propios y extraos con su inusitada actividad deportiva en el atlas marroqu; y tantas y tantas otras que sera prolijo enumerar pero que demuestran, claramente, un entusiasmo, una voluntad y una preparacin fsica obtenida o mejorada en nuestra Ciudad Deportiva. Todo ello da some ra idea del beneficio que se est dando, y que ir en aumento, a una sociedad tan necesitada de ello. Es obra que prestigia y de la que pode mos estar todos orgullosos, y no digo satisfechos porque an queda mucho por hacer La poca es adecuada y propicia. La industria del calzado, base de la vida en nuestro valle, est en momento ideal, su exportacin en aumento y el trabajo se traduce en fruto sazonado que produce bie nestar y progreso. Y tras este esbozo que nos refleja la situacin real de la Ciudad Deportiva, pasemos a soar con esa tercera ,fase, que tambin que remos sea la ltima. Ante la falta de ayuda de la delegacin nacional, ante la falta de ayuda de cuantos organismos y estamentos hemos acu dido para nuestra obra, hemos de meditar sobre la cuestin y decidir con sentido de responsabilidad, con entereza y sin mezquindades ni egosmos personales; la Ciudad Deportiva es obra de la comunidad, y a todos nos corresponde ayudar. La mnima ayuda y colaboracin que se solicita ha de traducirse, por progresin geomtrica, en incal culables beneficios a toda la sociedad, y a cada uno de nosotros en particular Ha de susinuirse la ayuda oficial solicitada a la delegacin 186 nacional por nuestra propia y particular ayuda. La Caja de Ahorros del Sureste de Espaa, conocedora de nuestro proyecto, nos ha ofre cido valiosa colaboracin. Las 4.000 ptas. que ahora se pide por socio fundador, que viene a aumentar el importe del ttulo, podrn abonarse mediante prstamo popular, a pagar a razn de 200 ptas. al mes, y para aquellos socios que todava no hubieran terminado de abonar su anterior prstamo, no les empezar a regir hasta terminar el primero. Con los once millones de pesetas que por este segundo prstamo se conseguira, insuficientes para la obra que se va a reali zar, puede iniciarse la tercera fase. Con ello el patrimonio del Centro Excursionista Eldense se habra incrementado con el aumento de terrenos y las obras realizadas, a la vez que se habran disminuido, en algo, las obligaciones, y por tanto en situacin propicia para intere sar de la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa un incremento en el prstamo, en el importe que tericamente faltar para terminar la ter cera fase, que podra quedar totalmente terminada en el ao 1975. De esta forma, sin ms sacrificio para la economa particular de cada socio, dar fi n a una colosal obra que no haba de tener parangn en la historia de pueblo alguno, que sera el orgullo de todos nosotros, de un gran pueblo; y lo que es mejor, constituira una universidad del deporte, en donde todos hallaramos armona y compensacin en nuestro duro y cotidiano trabajar, amn de mejorar a una sociedad muy digna de ello. Del xito de la Ciudad Deportiva es obvio hablar, lo demuestra pal pablemente el sinnmero de solicitudes para suscribir ttulos, cuyo cupo est cerrado por haberse cubierto. Esto trae a colacin aquellos esfuerzos de un principio por conseguir un ttulo, del escepticismo de muchos y las chanzas de algunos, para convertirse en una opcin ren table y solicitada. El ttulo, como se deja entrever en el reglamento de la Ciudad Deportiva, es afondo perdido (slo puede cederse a un hijo), y esto es lgico y se basa en un principio moral. La Ciudad Deportiva se pro gram contando con la ayuda econmica de quince millones de pese tas. de la delegacin nacional; la propiedad, en este caso, no hubiera sido slo nuestra, y no era justo ni moral que tal ttulo se hubiera podi do comprar o venden negociando as con un capital que no era nues tro. Sin embargo, si la obra ha de seguirse con nuestro nico y exclu 187 .vivo sacrificio econmico, quiere decir que tambin la propiedad es nicamente nuestra, y entonces s se pueden comprar y vender estos ttulos al mejor postor, pueden perfectamente cotizarse en el mercado con la seguridad de que han de ser rentables, mxitne teniendo en cuenta la gran demanda de ttulos. Razn por la que habra de estu diarse la pertinente modificacin del reglamento. En esta tercera fase se construiran las instalaciones deportivas proyectadas y aquellas cuya necesidad se tuviera, pues hay terrenos suficientes. En esta reunin se ha querido pulsar la opinin general de la sociedad y conocer criterios; tiene carcter informativo, ya que la prxima asamblea general, convocada para el da 26 del actual, a la que slo pueden asistir los socios elegidos por sorteo, algo ms de cien, es donde ha de tomarse la decisin, con carcter oficiar En dicha asamblea se aprob la construccin de la tercera fase y la solicitud de prstamo de veinte millones de pesetas a la Caja de Aho rros del Sureste de Espaa. Es necesario plasmar memorias, escritos y antecedentes que aclaren y determinen el espritu y la idea que nos embargaba sobre la proble mtica de la Ciudad Deportiva en desarrollo. Por ello viene a colacin: el escrito presentado con ocasin del homenaje tributado por el Centro Excursionista Eldense a la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa, pre liminar y preparatorio de la tercera fase de la Ciudad Deportiva, y su desarrollo. Tercera . fase: Necesidad, planteamiento y desarrollo. El xito arrollador de nuestra Ciudad Deportiva y la obtencin del ttulo n. 2.750, en tan breve espacio de tiempo, nos mueve, continuando en nuestra norma de servicio a los dems, a completar la gran obra social iniciada. Comprendemos que nuestras instalaciones, hasta hoy construidas, son insuficientes. Comprendemos que el nmero de ttulos concedidos es superior a su capacidad. Lamentamos no tener posibilidad de servir a todos, pero nos alegramos de la masiva aceptacin y entendemos que los que han quedado fiera tuvieron oportunidad para haber perteneci do a esta obra social. En esta trayectoria hemos de seguir y centrados en la obra, observamos que ya es de dominio pblico y general la necesidad de 188 otras instalaciones. Ya no es la directiva, el equipo de la Ciudad Deportiva, el que ha de buscar una fi nalidad para crear una obra y tratar de convencer a una sociedad, sino, sta, la que en ambiente caldeado ve la necesidad y solicita que se cubra. Esto ya lo prevea mos, y estamos en situacin de determinar cul es esta necesidad y forma de satisfacerla. Es fundamental y bsico partir del supuesto de una falta total y abso luta de ayuda oficial. Cuando nuestra obra empez se parta de una esperanza: la ayuda de la Delegacin Nacional de Educacin Fsica y Deportes, y en ello confibamos todos. La experiencia, dura con noso tros, nos demostr lo contrario. Pero ha tenido una virtud, unir a varios millares de hombres en una idea comn. Y parece como si esta falta de ayuda les hubiera unido ms, como para demostrar de lo que es capaz un pueblo cuando quiere una cosa y cuando sabe lo que quiere. Que eran necesarias en Elda, en el valle, nuestras instalaciones, ha quedado bien patente. Que esta aventura no era, ni es, misin del Centro Excursionista Eldense, entidad netamente montaera, tambin est claro. Era una misin del Ayuntamiento, a quien hemos conside rado ayudar en su desorbitada y descomunal tarea, aun cuando la compensacin, hasta hoy, fuera casi nula; pero al hacerlo nos hemos puesto al servicio de un pueblo digno y merecedor, contribuyendo a salvaguardar a una juventud llena de valores humanos que es el pedes tal de una nueva sociedad. Pero slo hemos empezado y llevamos invertidos veinte millones de pesetas y cubiertas unas instalaciones insuficientes para un amplio nmero de deportes. Falta mucho, mucho ms. En esto radica nuestra tercera fase, que quisiramos fuera tambin la definitiva, la que com pletara una fabulosa Ciudad Deportiva, de la que, cual Universidad del Deporte, salieran legiones de deportistas, o mejor, de hombres de buena voluntad, capaces de contribuir a construir una sociedad mejor Por eso nuestro lema de hermandad de los hombres por el deporte. Nuestra tercera fase ha de constar de local social, campo de ft bol, pistas de atletismo y de lanzamientos, pistas de tenis, rocdromo, zonas verdes, piscina cubierta, cubrir pista polideportiva y fr ontn para fr ontenis. Su construccin por el orden enumerado y, como ritmo, las posibi lidades econmicas. 189 Desarrollo social: La propia necesidad. Ambiente creado. Posibili dad econmica de un pueblo que afianza su poder industrial y se pre para, a pasos agigantados, para su lanzamiento en el mercado inter nacional, en . fbrma insospechada, sin punto de comparacin a lo logra do hasta hoy. Aceptacin, con orgullo y dignidad, de nuestra obra. Momento propicio. Nuestra obra tuvo el acierto de iniciarse en un momento de especial eulria industrial y desarrollo econmico. El bache pasado nos sorprendi ya lanzados. Ahora, creemos que tam bin aprovechamos otro momento crtico de nueva y ms lbulasa eufbria industrial. Desarrollo econmico: Hemos conseguido los 2.750 ttulos. Es momento de pensar en una derrama, capaz, si no de cubrir el posible presupuesto econmico de toda la tercera fase, s al menos de dejarla muy adelantada y ya, con los propios medios econmicos del Centro Excursionista Eldense, terminarla. Pensar en una derrama antes de cubrir el nmero . fi jado de ttulos de socio fundador hubiera sido contraproducente, pues hubiera obli gado a los ttulos que hubieran faltado a pasar de una cuanta modes ta y popular a una cuanta respetable que, posiblemente, hubiera ale jado a gente modesta. Discriminacin intolerable. Pero, ahora, al cubrir el nmero de ttulos nos encontramos que todos saben de las excelencias de las instalaciones; que todos conocen la necesidad de otras instalaciones; que quienes eligieron prstamos en la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa, en su inmensa mayora o lo han liquidado o estn en fase muy avanzada de terminacin, mien tras que los que lo han creado ltimamente pueden pensar en el estu dio hecho de continuar la derrama que les corresponde a la termina cin de su actual prstamo. Pensar en una derrama en cantidad superior a las 4.000 ptas. del ttulo sera, psicolgicamente, contraproducente y antipopular Canti dad inferior sera a todas luces insuficiente para la gran obra que que da. Luego el lmite ideal, entendemos, sera 4.000 ptas. Esta derrama supondra once millones de pesetas. Comm ello tendramos que construir necesariamente: Local social, campo de ftbol, pisla de atletismo y de lanzamientos, cinco pistas de rocdromo y zonas verdes, amn de adquisicin de ms terrenos. 190 Para lo restante, vamos a teorizar: Las obras habran de iniciarse en enero de 1972, quedando posiblemente terminadas a fi nales de 1973. Entretanto deben haberse amortizado dos anualidades del prsta mo de siete millones de pesetas de la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa. Es nuestro propsito, si la administracin de nuestra sociedad lo permite, adelantar en la amortizacin de capital del prstamo, para lo cual contamos con las posibilidades que luego se dir. Segn esta teora, a principios de 1974, posiblemente en marzo, el prstamo de la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa se habra redu cido a unos cuatro millones de pesetas. En esas mismas fechas el patri monio del Centro Excursionista Eldense se habra visto incrementado por el valor de las nuevas instalaciones y terrenos, as como la lgica revalorizacin de tal patrimonio, y podra ampliarse el prstamo en la cantidad que nuestras posibilidades econmicas de amortizacin, de aquel entonces, nos permitiera, y as terminar tan fabulosa y completa obra: Una Ciudad Deportiva orgullo de Elda y sin par en la nacin por su concepcin y realizacin. Una obra nica para un pueblo nico. Pero lo de la obra, con ser fabulosa y sin par carecera de impor tancia ante el bien social que representara y cuyos frutos ya estara mos recogiendo en aquel entonces. De tal forma que sin ms derramas, sin aumento alguno de cuotas, siempre dentro de un plano modesto y sencillo, hubiramos consegui do cubrir al fi n la misin que un corto equipo de hombres nos propu simos en un no muy lejano septiembre de 1967. Siete aos, la infancia de un nio hasta que entra en edad escolar Queremos dejar bien sentado que no era nuestro propsito, ni nunca pensamos en derramas, y esto hubiera sido lo ideal, pero el fallo (11amnwsle asi) de la Delegacin Nacional de Educacin Fsi ca y Deportes nos ha obligado a ello. Pensemos que nuestra solicitud a dicho organismo, elevada en 1968, era de quince millones de pese tas, y repasando lo expuesto veremos que con ello se hubiera com pletado la Ciudad Deportiva sin molestar a nadie ni pedir derrama alguna. Pero por lo visto no hemos sabido pedir, o no tenemos cate gora para ello; no hablemos de merecimientos, pues nos considera mos tan espa oles como los de cualquier otra regin. Hemos de contar con nosotros. 191 Posibilidades econmicas son hoy las siguientes: Socialmente: 2.750 ttulos de socio fundador. 11.000 posibles usuarios (cada ttulo ampara a esposa e hijos, equivalente, tericamente, a 2.750 familias, y calculando en cada familia un promedio de cuatro individuos, dara tal resultado. Terico, puesto que muchos ttulos pertenecen a solteros). 4.500 socios del C.E.E., constituidos por los 2.750 ttulos, ms otros socios, sin ttulo, ni beneficiarios de aquellos; ms los beneficiarios que traen derecho de los ttulos (de 14 a 21 aos los varones, y de 14 aos hasta su matrimonio las mujeres). Con tal nmero de socios, y como sociedad perteneciente a la Fede racin Espaola de Montaismo, ocupa el segundo lugar entre las 347 sociedades de tal deporte existentes en Espaa, superndola nica mente la Unin Excursionista de Catalua que cuenta con 6.000 socios. Econmicamente: 2.750 socios con ttulo, a 600 ptas 1.650.000 ptas. 1.750 socios a 150 ptas. anuales 162.500 ptas. Beneficios calculados por explotacin de piscinas y tarjetas de uso 800.000 ptas. Total ingresos ptas. 2.612.500 ptas. Gastos generales 1.183.800 ptas. Quedara, por tanto, un supervit de 1.428.700 ptas. que salvo imprevistos, que forzosamente han de producirse, se destina ran a la amortizacin de capital e intereses del prstamo recibido de la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa. Situacin econmica de la Ciudad Deportiva: Inversin en terrenos y obras 20.000.000 ptas. Prstamo de la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa 7.000.000 ptas. Aportacin 13.000.000 ptas. 192 Dicha aportacin est constituida por los 2.750 ttulos de socio fun dador de la Ciudad Deportiva, a 4.000 ptas., con un total de once millones de pesetas y dos millones de pesetas, aproximadamente, apor tados por cuotas de socios y beneficios. La cuenta de la constructora Bernal Pareja S.A. de la primera fase, prcticamente liquidada con los ltimos 300 ttulos. Cubiertos los ttu los, quedar un saldo de unas cien mil pesetas, sin relativa importancia. Al constructor de la segunda fase, Sr Molina, se le adeuda, por res to de obras, unas 600.000 ptas. y ello por el destino que se dio de los siete millones de pesetas del prstamo de la Caja a liquidacin de unos terrenos que completan el complejo, unas 500.000 ptas. El pago al Sr Molina est previsto. Construccin de una piscina de 25 x 12 m, ya en funcionamiento. Importe de coste, unas 500.000 ptas. para cuyo pago se destina el beneficio de la campaa de verano de las piscinas, comparndolo al obtenido en la temporada anterior sta es la teora y nmeros reales y aproximados que tenemos para el desarrollo de lo que llamamos tercera fase de la Ciudad Deportiva, y que queremos sea tambin la ltima y definitiva. La ltima palabra la tiene la junta general extraordinaria convoca da para octubre. Si ella lo estima conveniente podr ser una realidad. Si ella no lo cree necesario, nosotros habremos cumplido la misin que nos impusimos en 1967, y que se vio cortada por un organismo oficial: la Delegacin Nacional de Educacin Fsica y Deportes. Lo realizado ha sido posible gracias, no solamente a la entrega de un pueblo y a la colaboracin de unos hombres, sino tambin, y esen cialmente, a la entraable colaboracin econmica de la Caja de Aho rros del Sureste de Espaa. Sin ella no disfrutaramos de esta realidad. Sin ella tampoco sera posible la realizacin de la tercera fase. Solici tamos la continuacin de esta sincera colaboracin econmica de la Caja, para el vasto programa esbozado, en la seguridad de que tendr siempre nuestro agradecimiento y el de un pueblo que, indiscutible mente, mejorar sus condiciones sociales y deportivas. Este escrito, presentado a la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa en el mes de julio de 1971, con ocasin del homenaje que a dicha enti dad se le tribut en la Ciudad Deportiva, que fue preparatorio de la ter cera fase de construcciones para la junta general extraordinaria que a 193 tal fi n se convoc, y tambin del nuevo prstamo de veinte millones de pesetas con tal destino que se efectu a dicha Caja, y que aprobado por aqulla dio lugar a la solicitud de tal prstamo a la Caja, que pese a la repeticin de conceptos, se estima conveniente plasmarlo aqu por reflejar el espritu, la trayectoria de la idea bsica y el ambiente gene ral de la sociedad en aras de esta obra. Solicitud de veinte millones de pesetas de prstamo hipotecario a la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa, en octubre de 1972: La Ciudad Deportiva del Centro Excursionista Eldense ha sido, y sigue siendo, un xito rotundo que ha desbordado la idea y los clcu los que se haban hecho. En plazo rcord se cubrieron los ttulos de socio fundador, ampliados a 3.000, equivalentes a unos 12.000 usua rios, al amparar cada ttulo, esposa e hijos. El beneficio fi sico y moral que la Ciudad Deportiva ha supuesto es grande. Jvenes que pueden realizar gran nmero de deportes en sus instalaciones, que acuden a diario a practicar sus ejercicios. Familias enteras que se solazan en estas instalaciones, que en el verano satisfa cen sus necesidades, que les aleja del peligro de carreteras de acceso a playas, y les supone un ahorro; que cuidan de su formacin fi sica, que les autoeduca y disciplina, cultivando su carcter y estimulando una voluntad, amn de alejarles, moral y efectivamente, de vicios y afi ciones en poca crucial en la formacin de los jvenes. Creemos que la creacin y desarrollo de la Ciudad Deportiva ha sido beneficiosa y til para un pueblo trabajador, con gran nivel eco nmico y muy escaso cultural. Hoy la Ciudad Deportiva es una universidad del deporte en ciernes. De ella saldrn legiones de deportistas. No interesa primeras meda llas, seres excepcionales en el deporte. Interesa que el pblico haga deporte, practique alguna actividad fi sica por el beneficio que esto le pueda reportan especialmente en su carcter, en su educacin, en su formacin. Posiblemente mejorarn sus condiciones de ciudadano, de familia, de amistad; afianzar su voluntad y carcter Se supone que, donde hay cantidad de deportistas, vendr una seleccin que traer consigo la calidad, pero sta a largo plazo, sin preocupaciones ni ambiciones. Es posible que cuando el Centro se libere econmicamente, liqui dando sus compromisos, se encontrar en situacin y posibilidad de 194 creacin y mantenimiento de un cuadro de profesores y monitores que permita la estructuracin de unos cursillos en la variada gama del deporte, que permita ayudar a la formacin de los deportistas que hoy tienen que hacerlo un poco a la buena de Dios, por este inconvenien te econmico. Estamos en poca de la estructuracin fsica del com plejo deportivo, tiempo vendr para la estructuracin cultural de sus usuarios. La Ciudad Deportiva es proyecto programado para un futuro de 50, 100 aos, siempre si fuera posible, pero el avance de la humanidad no se sabe qu pueda deparar para esas fechas. La Ciudad Deportiva no es una obra provisional ni del momento y, siendo para el presente y el futuro, no puede pararse en minucias ni en apetitos personales o gus tos de una minora. Ha de ir a completar su idea fundamental y uni versal: el bien de la comunidad Al terminar su segunda fase, la Ciudad Deportiva contaba con 45.000 m 2 , un pozo con caudal superior a los 20 litros por segundo, y las siguientes instalaciones: Piscina olmpica de 50 x 21 m, otra de 25 x 12 m y otra infantil; dos fr ontones, cuatro pistas de tenis, pista poli deportiva, pistas de petanca, gimnasio, vestuarios y servicios. Esto ha sido posible por una participacin de 4.000 ptas. por socio afondo perdido y un prstamo de la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa de siete millones de pesetas a pagar en diez aos. La falta de ayuda econmica por parte de los organismos oficiales, Delegacin Nacional de Educacin Fsica y Deportes, a quien en 1968 se le solicit ayuda de quince millones de pesetas, hizo que el plan ini cial de esta obra social sufriera un rudo golpe que podra haber lleva do al traste su continuacin, pero la existencia de un gran pueblo cons ciente de su necesidad, ha sabido soslayar el inconveniente y afrontar y resolver el problema. En efecto, la falta de ayuda creaba el dilema: quedar en donde est bamos, o arriesgarnos a seguir La asamblea convocada en el cine Rex de Elda, a la que acudieron varios centenares de socios, se mostr un nime en una ampliacin del capital. Decisin que fue ratificada en la junta general de socios a tal fi n convocada, en la que se acord una ampliacin de 4.000 ptas. por socio fundador. De nuevo la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa, consciente de esta gran obra social, aporta su colaboracin y concede los prstamos 195 populares necesarios para ello. Esta nueva aportacin supone la obtencin de trece millones de pesetas, equivalente a la peticin que en su da se hizo a la delegacin nacional. La nueva aportacin es insuficiente para el vasto programa a desa rrollai; como veremos, pero es el aliciente y la posibilidad de llevarlo a realidad, a ms de suponer la confianza de un pueblo en su logro lo que nos mueve a su realizacin. Son necesarios ms terrenos, y se adquieren 15.000 in 2 ms, ele vando el complejo deportivo a unos 60.000 tii 2 . En ellos pretendemos construir: Local social (amplio, cmodo y capaz, con restaurante, etc.); piscina cubierta climatizada de 25 x 12 m, con saunas; convertir el gimnasio existente en pista polideportivo cubierta, con graderos (de ellos se desisti por falta de terreno para su ejecucin); campo de ftbol con pistas de lanzamiento, atletismo y gra deros; seis pistas de tenis, una con graderos para competiciones; fr on tn para,frontenis, rocdromo, parque infantil, zonas verdes y cerca. Ambicioso programa que, a simple vista, escapa a nuestras posibi lidades actuales. Hemos de pensar llevarlo a la realizacin lo ms rpidamente posible, huyendo de un desfase econmico por aumento del coste de vida y por ende de las obras a construir, a lograr la reali zacin de aquellas instalaciones y obras que por su envergadura eco nmica resultaran de ms precio, dejando para un futuro inmediato y paulatino la realizacin de instalaciones de poco coste pensando en una posible ayuda oficial, como de hecho viene dndose (en 1970, 175.000 ptas. de la Excma. Diputacin Provincial para ayuda a la construccin de la pista polideportivo y 492.000 ptas. prometidas en 1972 por la Delegacin Provincial de Deportes). Para ello precisamos, y solicitamos, la colaboracin y ayuda eco nmica de la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa, y razonaremos esta peticin armonizando la necesidad con nuestras posibilidades. Hemos de descartar la idea de aumentar o ampliar el capital por los socios. Dejara de ser popular para convertirse en un ,fracaso eco nmico. Adems de que, en principio, ya se ofreci, se habl y prome ti no haber ampliacin alguna de capital, y si la ha habido . fi de debi do al jallo por parte de ayuda de la delegacin nacional. El resto del programa estaba determinado y dentro del mismo est nuestra peticin actual. 196 Estimamos esta ayuda en un prstamo hipotecario de veinte millo nes de pesetas y no porque consideremos esta cifra suficiente, sino posible para su amortizacin. Con este prstamo y lo que se obtenga por la ampliacin de capital (cuyo desarrollo est en marcha), se con seguira la cantidad de treinta y tres millones de pesetas que si no com pletaran toda la Ciudad Deportiva podra dejarla casi terminada y a falta slo de instalaciones que podran esperar la ayuda econmica oficial y a realizarse en los aos precisos. De obtener la benevolencia de la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa que aprobara nuestra peticin, nos hallaramos con una deu da a dicha institucin de veinticinco millones de pesetas, formada por los veinte millones de pesetas solicitados y los cinco millones que apro ximadamente quedaran cuando entrara en vigor el pago de aquel otro prstamo. Para su amortizacin se contara con unos ingresos anuales por cuotas de socios y beneficios de instalaciones de unos cinco millones seiscientas mil pesetas, suficientes para el pago de intereses y bastan tes capaces para la amortizacin, contando con el captulo de gastos generales, que por aumento de instalaciones sera superior al milln de pesetas anuales. Las cuotas sociales que desde 1967 se abonan por los socios son de 15 ptas. por el Centro Excursionista y 35 ptas. por la Ciudad Deporti va, o sea, un total de 50 ptas. al mes. Con ello, y los beneficios de ins talaciones, se alcaza la suma de tres millones de pesetas anuales. A todas luces, y dado el aumento del nivel de vida, es irrisoria esta cuota, y se tiene el propsito para fi nes del ao 1973 (en que todava ser ms ridcula) de la propuesta de su elevacin a la sociedad. En principio, se tiene pensado elevarla a 25 ptas. por el Centro y a 75 ptas. por la Ciudad Deportiva, que daran un total de 100 ptas. men suales, que seguira siendo irrisoria, pero que cifrara los 5.600.000 ptas., que se podran obtener El aumento de cuotas, en este momento, no es cosa imprevista y buscada para paliar la situacin, sino que obedece a un plan ya pre visto en 1967, cuando se desarroll la idea, y por ello siempre se dese ch cualquier propuesta de aumento que los socios sugeran en las asambleas. Haba que popularizar el deporte, atraer a las masas, dejar ridcula la cuota para, madurada, llegar a la solucin econmica de la 197 segunda fase del prstamo, necesario, para la terminacin de nuestra Ciudad Deportiva. Fue acertado, pues un aumento de cuotas antes, hubiera impedido y hecho fr acasar, desde un principio, la ampliacin de capital que tanto xito tuvo y que el propio socio solicit. Sin embargo tampoco es ahora, psicolgicamente hablando, el momento adecuado para plantear este aumento a la sociedad Ahora estn los socios desembolsando, o ya han desembolsado, las nuevas 4.000 ptas. de ampliacin. Ha de ser cuando terminen, y por ello se tiene el cl culo para el otoo del prximo ao 1973. Esta cuota mensual de 100 ptas. sera asequible a todo bolsillo por dbil econmicamente que fuera; posiblemente seguira siendo la sociedad ms econmica y popular de toda la regin, y el Centro Excursionista Eldense contara con posibilidad para la amortizacin de capital e intereses de esta fabulosa obra social, asombro de propios y extraos. El patrimonio del Centro Excursionista Eldense, garanta del prs tamo solicitado, estara representado por: 60.000 m 2 de terreno con un valor actual de 30.000.000 ptas. Instalaciones construidas 23.000.000 ptas. De la ampliacin de capital a invertir, y en plan de inversin 10.000.000 ptas. Prstamo a invertir en instalaciones 20.000.000 ptas. Total 83.000.000 ptas. Los terrenos, valorados en su valor real, a 500 ptas., estn llama dos a su inmediata revalorizacin. La construccin, en futuro prximo, de un puente sobre el ro Vinalop, al fi nal de la Avenida de Alfonso XIII, acercar notablemente la Ciudad Deportiva a la poblacin; la urbanizacin, ya en estudio, de la margen derecha del ro Vinalop, en su zona entre el ro y la carretera de Monvar, son signos bien patentes, como tambin la profusin de chalets, fi ncas de recreos, e incluso viviendas, que en constante construccin se viene edificando a lo largo de dicha carretera dan idea de esta revalorizacin. Nada se adeuda de la primera ni de la segunda fase de la Ciudad Deportiva. Nada se adeuda de las obras que se han realizado fuera de estas dos fases. 198 Tan slo se adeuda por la instalacin del transfrmador, cuadros y mesa de mando, enganche de fuerza motriz y luz elctrica y tendido de alta tensin hasta la Ciudad Deportiva, la cantidad de 150.000 ptas., cuyo pago est previsto atender a sus vencimientos. Los terrenos estn liquidados y formalizada escritura. Los trece millones de pesetas que han de conseguirse por la amplia cin de capital, quedan reducidos a diez millones por liquidacin de descubiertos anteriores y pago de terrenos. Estos diez millones de pesetas ms los veinte millones que se soli citan a la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa son los destinados a la construccin y desarrollo de la tercera fase, hasta donde alcance, destinndolos a las instalaciones por el orden ya relacionado. La prdida de tiempo traera como consecuencia el aumento del costo y por tanto la reduccin en la construccin de instalaciones; es perentoria su tramitacin y construccin en el plazo ms corto posible de tiempo. Este aumento del costo, y por tanto el nivel de vida hara ms justificado y eficaz el aumento estudiado de las cuotas. La ampliacin del capital y la falta de ayuda estatal ha hecho nece saria la reforma del reglamento de rgimen interior de la seccin de la Ciudad Deportiva y la facultad al socio con ttulo para la posibilidad de transferirlo en venta, convirtiendo la participacin afondo perdido (del anterior reglamento) en inversin rentable que da mayor alicien te y estmulo al socio, que siempre tiene asegurada su participacin e incluso con posibles beneficios teniendo en cuenta que el nmero de ttulos est cubierto y por tanto cerrada la admisin, que hace su coti zacin en probable alza, y a la vez permite la rentabilidad a la socie dad al intervenir en su venta. Ciframos y concretamos nuestra peticin de prstamo en la canti dad de veinte millones de pesetas, en la modalidad que la Caja de Aho rros del Sureste de Espaa estime conveniente, y con las garantas pecuniarias que se expresan y las morales, sociales y de bien comn, que hacen de nuestro Centro Excursionista Eldense una entidad de prestigio y solera reconocida, en que est representada una cuarta par te de la poblacin de Elda, ciudad merecedora de este beneficio que tan justamente encaja en la finalidad social y benfica de institucin tan prestigiosa como la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa, sin cuya ayuda econmica y sincera colaboracin no hubiera sido posible 199 esta quijotesca aventura que se ha traducido en la obra ms enco miable de nuestra regin levantina, sin duda de ningn gnero. Nuestra complacencia, nuestro afecto entraable y nuestra plena confianza a dicha institucin quedaron bien patentes a lo largo de casi cinco aos de perfecta y mutua comprensin. Una gran institucin al servicio de una gran obra social. El plazo de amortizacin sera el de quince aos, mas ignoramos si el mismo es factible. Con ste su amortizacin ya en principio enten deramos que se desarrollara cmodamente y permitira atender tam bin el desarrollo deportivo de nuestras instalaciones y el cultural de otras secciones, que de otra forma se veran algo desamparadas de ayuda econmica para la realizacin de sus actividades deportivas. El plazo de ejecucin de las obras sera el de dos aos. Las ideas, comentarios y trabajos expuestos son fruto del desarrollo de la Ciudad Deportiva del Centro Excursionista Eldense, y que como resumen, a grandes rasgos, es como sigue: Terrenos: 65.000 m 2 , a dos kilmetros de Elda, cinco de Monvar y cuatro de Petrer, en la carretera de Elda a Monvar. Con agua propia en pozo artesiano a 45 m de profundidad y un caudal de ms de 20 litros por segundo, sobrado para aseos y piscinas. No potable. Agua corrien te proporcionada por el Ayuntamiento de Elda. Instalaciones. Primera fase: Piscina olmpica de 50 x 21 y 5 m de profundidad y piscina infantil. Segunda fase: Piscina de 25 x 1250 m; cuatro pistas de tenis, riego asfltico; frontn olmpico de 55 m; frontn reglamentario de 35 m; pista polideportiva, con graderas y vestuarios; dos parques infantiles; zona ajardinada; aseos y vestuarios. Tercera fase: Local social sobre mil metros cuadrados, dos plantas y semistanos; piscina cubierta climatizada de 25 x 13 m; gimnasio; rocdromo, o pared artificial de escalada; tres pistas de tenis, tierra batida; ocho pistas de petanca; dos pistas de bolos; dos campos de ft bol provisionales, uno de ellos con programacin para pistas de atletis mo, carrera cien metros y pistas de lanzamientos y terrenos totalmente cercados. Todava quedan terrenos para otras instalaciones. Costo: 85.000.000 pesetas. Ayudas oficiales: 175.000 ptas., Diputacin Provincial; 250.000 200 ptas., Delegacin Provincial de Deportes y 472.000 ptas., Delegacin Nacional de Deportes. Sociedad: Centro Excursionista Eldense, con 7.200 socios. Equipo: Ocho hombres y diez aos de trabajo. Pueblo: Elda. Financiera: Caja de Ahorros del Sureste de Espaa (hoy del Medi terrneo, y antes de Alicante y Murcia). Forma. Iniciacin: La idea se plasm en septiembre de 1967. 1.500 ttulos a 4.000 ptas., con prstamo de la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa, a pagar en veinte meses. Cuota: 50 ptas. al mes. En marzo de 1968 se escrituran 32.000 m 2 . Se obtiene prstamo de siete millones y medio de pesetas y pago en cinco aos, con garanta hipotecaria del terreno y construcciones iniciadas. En junio de 1968 se solicita de la Delegacin Nacional de Deportes, ayuda de catorce millones de pesetas, 50% del proyecto del arquitecto. No se obtiene nada. Terminada la primera fase, la asamblea de socios, acuerda una derrama de otras 4.000 ptas. a abonar en idnticas condiciones a la anterior. Cubiertos los ttulos, se acuerda elevar el nmero a 3.500 socios. Se obtiene de la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa un nuevo prstamo hipotecario de veinte millones de pesetas a pagar en 18 arios. Se termina la segunda y tercera fase. La inflacin eleva los costos de las obras en su terminacin y deja un fuerte dficit. En asamblea de socios, se aprueba una ltima derrama de 10.000 ptas. por ttulo para amortizar los veintisiete millones y medio de pese tas de prstamo hipotecario y eliminar los intereses del orden de los dos millones y medio de pesetas al ao, y cubrir tambin el dficit. Con ello se consigue liberar los bienes, pagar deudas y dejar una cuota sencilla y econmica de 125 ptas. al mes, por socio con ttulo. Cada ttulo ampara al titular y a la esposa e hijos, hasta los 21 arios los varones y hasta su matrimonio las mujeres. A los diez aos de la idea, hay construida una completa Ciudad Deportiva capaz, bastante cmoda, lujosa, y nada se debe. Se empez con unos 400 socios y son, a los diez aos, 7.200 y unos 14.000 beneficiarios los que pueden hacer uso de las instalaciones. 201 Adems se adquiri una fi nca rstica, en lugar montaoso e ideal, con 1 .600.000 m, 32 ha de pinadas, un moderno albergue, con restau rante, dormitorios, cocinas, etc., declarado zona de seguridad por ICONA. Igualmente escriturado y liberado de cargas. El ttulo se puede comprar y vender, se puede transferir a un hijo. La sociedad, en cuanto a la adquisicin y construccin de instalaciones est exenta del pago de toda clase de impuestos, contribuciones y arbi trios, tanto estatales, provinciales o municipales, de acuerdo con la Ley de Educacin Fsica. El patrimonio del C.E.E., al final de estos diez aos de desarrollo, es grande y saneado. La gran obra social de la Ciudad Deportiva del Centro Excursionis ta Eldense, fue realizada por: Una idea: Hermandad de los hombres por el deporte Un pueblo ejemplar: Elda El tesn y sacrificio de un equipo de hombres: Daniel Esteve Poveda Antonio Antn Martnez Alberto Beltrn Sempere Juan Espaol Vidal Manuel Daz Cuenca Manuel Martnez Lled Miguel Prez Beltrn Julin Torregrosa Navarro Y la colaboracin econmica, sincera y entraable de una institucin: Caja de Ahorros del Sureste de Espaa Y as reza, fi elmente reflejado, como exponente de los cuatro fac tores indispensables para la realizacin de nuestra gran obra, en la placa, descubierta por las primeras personalidades de dicha institu cin, con ocasin de la presentacin oficial de la Ciudad Deportiva a dicha entidad, y que fi gura en sitio preminente, la escalera principal del local social. 202 CAPTULO XIX EL EQUIPO 203 Iniciado el estudio y desarrollo de la Ciudad Deportiva se expuso la idea en una asamblea, informal, celebrada en el saln de actos de la C.N.S., situada en la misma calle de Menndez Pelayo, frente al local social; al completo de socios. Aceptaron la idea. Propusieron formas. Hubo largo dilogo, y se solicit amplia colaboracin. Fueron muchos los que se ofrecieron. Celebradas reuniones posteriores con estos presuntos colaborado res, quedaron luego reducidos a un mnimo grupo que, con el tiempo, qued relegado a ocho miembros, cuyos nombres ya se relacionan en el captulo XVIII de estas Memorias. Alfonso Navarro colabor hasta su marcha a Alicante, y fue quien propuso que su hijo, arquitecto, Alfonso Navarro Guzmn, proyectara las instalaciones. Viaj a Mjico, que preparaba los Juegos Olmpicos, para ver y estudiar instalaciones. Fue el arquitecto de la primera fase, construida por la empresa Bernal Pareja, S.A. Dicho equipo, con tesn, entrega y gran ilusin, a lo largo de diez aos, culminaron lo que fue un sueo, una utopa, convirtindolo en una realidad que super la ilusin. He de destacar a estos miembros del equipo, sin los cuales no se hubiera conseguido ni superado lo que todos anhelbamos: la Ciudad Deportiva. Sobre m mismo nada he de aadir a lo que queda reflejado en estas Memorias. Fui el que, como presidente, ostentaba la representacin del Centro. Los dems tenan iniciativas, aportaban ideas, y sobre todo entu siasmo y trabajo. Nunca desmayaron, y puedo confesar que hubo momentos de gran responsabilidad, dificultades e incluso peligros. Fueron miembros del equipo: Antonio Antn Martnez, industrial, de ideas claras, gran energa, emprendedor y meticuloso en su actuacin. Socio n. 2, fundador de la Ciudad Deportiva y n. 7 del Centro Excursionista Eldense. Fue el que nos arrastr a la idea de la Ciudad Deportiva. 205 Equipo que cre y desarroll la Ciudad Deportiva. De izquierda a derecha: Miguel Prez Beltrn, Antonio Antn Martnez, Manuel Martnez Lled, Daniel Esteve Poveda, Julian Torregrosa Navarro, Juan Espaol Vidal, Manuel Daz Cuenca y Alberto Beltrn Sempere. Cuando se acab la explotacin de la piscina El Lido, de la que fue vocal -presidente, y posteriormente la explotacin de las piscinas del Peter Rives, ide la construccin de una piscina. Busc, y hall, terrenos donde poda construirse, los que luego fueron destinados a la Ciudad Deportiva. Fue el creador de la idea, el que nos contagi a todos de su entusiasmo. Su buen amigo Alberto Beltrn Sempere, tambin miembro del equipo, del que trataremos luego, fue partcipe de aquella idea, y de los que me llevaron al lugar. Vimos sus posibilidades y, entusiasmados, concebimos la idea, no de una piscina, sino de una ambiciosa Ciudad Deportiva, tan necesaria para Elda. Era septiembre de 1967. Trabaj intensamente en su desarrollo, idea, todava en embrin, que expuse a la directiva, que sin reservas la acept, y todos nos pusimos a trabajar. 206 Antonio Antn Martnez Toni, el propulsor, el que lanz la idea, fue vocal -presidente de la seccin Ciudad Deportiva, el que aport la empresa constructora Bernal Pareja S.A., el vigilante e inspector de las obras. A diario, antes de abrir su fbrica, recorra la obra, daba rdenes, haca modificaciones e informaba, si bien siempre sobre hechos consu mados. Su buena fe, inters y desvelos le compensaban de cualquier error. Le dejbamos hacer, aun cuando visitbamos tambin las obras y dialogbamos sobre las mismas y sus modificaciones. Se nos escapaba de las manos y hubo momentos en que cre algn problema, que luego se superaba, y que nos tena en ascuas. Hemos de reconocer que fue un elemento extraordinario, difcil de sustituir y menos de superar. En realidad, la Ciudad Deportiva debi haber llevado su nombre: Ciudad Deportiva Antonio Antn. Terminado su mandato, cuando tambin los dems lo hicimos, ten go entendido que no volvi a la Ciudad Deportiva. No obstante, dis frut en su construccin y desarrollo y, sin duda alguna, transcurrie ron en ello los mejores aos de su vida. Alberto Beltrn Sempere, comerciante, afilador en su origen, pero un consejo mdico, ante una afeccin que padeci, le hizo cambiar de oficio, abriendo una ferretera que lleg a ser la ms importante de la ciudad. Y viene bien aquella ancdota, o cuentecillo de Hemingway, de aquel sacristn analfabeto, que el obispo, en una visita, al enterarse, lo despidi; abri un puesto de venta de caramelos en una calle de mucho trnsito infantil, en el que triunf, y pronto consolid una cadena de establecimientos. Fue entonces cuando un director de banco, sorpren dido de que no supiera leer ni escribir, le pregunt: A dnde hubiera llegado de conocer las letras A sacristn!, contest el interesado. Alberto fue un valioso elemento en el equipo. Su establecimiento era como una sucursal del Centro, una seccin ms. Nutridamente visi tada por clientes, era difcil salir de all sin suscribir un ttulo de la Ciu dad Deportiva. Su entusiasmo imprima calor, fe y empuje en aquellos difciles momentos. De claras iniciativas, contribua eficazmente a resolver los problemas. Fue un enamorado de la obra desde el primer momento. Cauto, diplomtico, saba llevarnos, hbilmente, a su terreno. Su colaboracin fue bsica en cuanto se proyect. 207 Manuel Daz Cuenca. El hombre de los recursos. El dormiln de las reuniones, el comodn necesario que, con sencillez, estaba siem pre dispuesto a resolver pequeas e incmodas gestiones, por lo que su colaboracin era constante. Su amistad con Julin duplicaba el fruto de sus gestiones, amn de la obtencin de ttulos en momentos complicados. Su mayor satisfaccin y orgullo es haber contribuido a la gran obra de la Ciudad Deportiva. Juan Espaol Vidal. Alegre, simptico, optimista, apreciado por todos, era un elemento insustituible en la difcil labor de captacin de ttulos. Su furgoneta de repartidor de mercancas de la empresa de Obrador, donde trabajaba, era una oficina volante del Centro, que con taba incluso con mquina de escribir, y por la que algn centenar, o varios, de presuntos socios pasaron. Tena la virtud de despejarnos la frente de preocupaciones y hacer nos ver que no haba nada imposible, y lo mejor del caso era lo pronto que contribua a aclarar o resolver el problema que nos preocupaba. Fue un excelente colaborador. Manuel Martnez Lled. Socio fundador del Centro n. 28. El pelu quero. Con l no se poda hablar, no te dejaba. Con una verborrea arrolladora, incansable, convincente, alegre, dicharachero, aprovecha ba siempre el momento en que, afeitaba a un cliente, con la navaja rasu rando el gaznate, para convencerle de suscribir un ttulo de la Ciudad Deportiva. Su peluquera, frente al mercado central, junto a Hidroelctrica, era, tambin, una sucursal, una seccin del Centro, que ms bien pareca la rebotica de las clsicas farmacias o el mentidero de cualquier lugar. Si se hubiera llevado relacin de los ttulos conseguidos, no hubie ra estado lejos del primer puesto. Miguel Prez Beltrn, socio fundador n. 11 del Centro. Represen tante de comercio y agente de seguros. Alegre, de buen decir, embuste rillo con gracia. Aqul a cuyo lado no hay penas y del que nunca sabes si habla en serio o en broma. Con Espaol y el peluquero eran la ale gra de las reuniones, los que nos disipaban los duendes que nos invadan y preocupaban. Cuando haba inters en que una nueva se divulgara, no tenamos ms que, dada la noticia, aadir que era confidencial. Al da siguiente era conocido por todos. 208 Su profesin le llevaba por todas partes, y fue un magnfico colabo rador, tanto en la obtencin de ttulos, como en comunicar a todos su entusiasmo. Recuerdo que, en una ocasin, fi nalizaba el mes y haba que pagar 75.000 ptas. y no haba un duro, ni ttulos suscritos para ello. Cuntos ttulos hacen falta Tantos! Al da siguiente, en la reunin de la noche, conseguidos. Eran fabulosos. Los innumerables problemas que a cada momento se suscitaban, agobindonos, hacan necesario que las reuniones del equipo fueran diarias, para mantener el fuego; otra cosa equivaldra a pasar la noche en vela. Julin Torregrosa Navarro. El hombre cauto, sereno, poco hablador, impasible, el que voluntariamente cargaba con todos los detalles o gestiones por hacer. El hombre que a todo deca: S!, jams le o emplear el No. Se haca imprescindible. De buen carcter y mejor voluntad, siempre servicial, su gran defecto era no conocer el lmite de sus posibilidades. Ello traa consigo el que sobre l descargramos tra bajo, que haca hasta donde le era posible, y adems, lo haca muy bien, y a veces, nos sorprenda con cosas de su propia iniciativa, que eran indispensables. Era como el comodn en el juego de cartas. Su amistad con Manuel Daz completaba una pareja de muy buenos colaboradores. Fueron diez aos de entrega, de tesn, de trabajo, de ntima colabo racin y compenetracin, que se tradujo en el triunfo fi nal: la Ciudad Deportiva. Jams nos disgustamos, siempre dialogbamos, con razona miento, y llegbamos a conclusiones eficaces. Dos problemas hubo en el equipo, que con discrecin resolvamos: La preponderancia de Toni en algunas obras que ordenaba, y consultaba slo cuando estaban hechas, y la limitacin del S de Julin. Fue un equipo fabuloso, insuperable. Un da expona, ante el Consejo de la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa, presidido por D. Antonio Ramos Carratal, y D. Romn Bono, director general y presidente del Consejo de Administracin, en la central de la Caja en Elda, nuestra idea de la creacin y desarrollo de la Ciudad Deportiva, que tena, en aquel entonces, mucho de cuen to de la lechera, en solicitud de un prstamo de siete millones de pesetas. cuando slo podamos ofrecer en garanta los terrenos adqui 209 ridos en escritura pblica, con un costo de unos tres millones. Quiz fuera el entusiasmo, la fe que en ello pona. pero lo cierto es que al concluir la exposicin, el Sr. Ramos Carratal, que sentado frente a m no perda un pice de mi apasionada disertacin, que me miraba, con aquellos ojos suyos, expresivos, grandes y escudriadores, al terminar, fue muy concreto: Lstima no haber trado una grabadora, hubiera sido la mejor defensa para el provecto ante el Consejo de Adminis tracin. Mientras usted presida el Centro Excursionista Eldense ten dr cuanto necesite. As dijo, as con estas mismas palabras que no podr olvidar nunca. En aquella, mi intervencin, indiqu, con fervor, que tena un equi po de hombres capaz de conseguir la ms descabellada empresa. Das despus fue aprobado el prstamo, comunicndonoslo el pro pio D. Antonio Ramos en un telegrama. Das despus, aquella misma semana, falleca, en accidente de trfico en Albacete. Lo lament mucho. Del equipo, de sus miembros, de su trabajo, hay materia para llenar muchas pginas. A lo largo de estas Memorias se irn destacando algu nas actuaciones. El Centro Excursionista Eldense distingui a nuestro equipo de la Ciudad Deportiva con la concesin de la insignia de oro, numerada. 210 CAPTULO XX LAS SECCIONES 21 1 Cuando nace el Centro Excursionista Eldense (1956), en Elda son escasas las manifestaciones culturales y deportivas. No es poca propi cia para ello. Son muchas las dificultades. Los grupos no son grandes y no cuentan con medios para constituirse y tener local. Es tiempo de pluriempleo, de mucho trabajo, muchas horas empleadas que impiden contar con distraccin alguna. El martilleo del zapatero se oye a lo lar go de la noche. El Centro es una sociedad montaera, y para salir al campo no es necesario pertenecer a ninguna sociedad. Sin embargo, cuando se pro duce la transformacin del Centro (1960), cuando se abre a toda mani festacin cultural y deportiva, de la clase que sea, se ve desbordado, convirtindose en una agrupacin, o fundacin, que no es mal mirada por las autoridades (al menos nunca se nos pusieron trabas). Acuden socios con nimo e ilusin de constituir secciones en donde desarrollar sus gustos, pues cuentan con una sociedad legalizada, con local donde reunirse, con apoyo y ayuda del Centro. Y as, en poco tiempo, se llega a la cifra de 32 secciones, corres pondientes a otras tantas actividades. stas, las secciones, se rigen por sus directivas. Designan su vocal -presidente y cuentan con total inde pendencia, con la nica salvedad de comparecer en las juntas directivas de la sociedad, exponer su programa de actividad y, posteriormente, la realizada, precisando su aprobacin. Esto trajo problemas a la sociedad. La escasa cuota que se abonaba (15 ptas. al mes) y la dbil, por no decir nula, economa, impeda la ayuda necesaria. Era contraproducente elevar la cuota, estaba aquello de que para salir al monte no se precisaba pertenecer a ninguna socie dad. La iniciacin de las obras de la Ciudad Deportiva nos tuvo impo sibilitados de ayudar a las secciones dada la escasez pecuniaria. Establecimos que cada seccin poda vender lotera y quedarse, para su desarrollo, con el beneficio. La tesorera del Centro facilitaba el efectivo preciso para la adquisicin de los dcimos que, al venderlos, reintegraban. Un dcimo del numero vendido era para el Centro, sin pago. No hubo suerte. 213 La proliferacin de actividades ajenas al montaismo trajo proble mas con la Federacin Espaola de Montaismo, pero esto ser tema de otro captulo. Y tambin recelos entre los socios fundadores, contrarios a esta masificacin, como queda dicho en el captulo correspondiente. La existencia de tantas secciones oblig a modificar la organiza cin. Se crearon tres vicepresidencias: Montaa, Deportes y Cultura. Cada vicepresidente se reuna con los vocales -presidentes de las sec ciones de su grupo, y elevaban a la directiva del Centro el programa de actividades y las realizadas, as como problemas necesarios de estudiar y resolver. A las reuniones de las secciones con problemas, o que era necesario encauzar, acuda el presidente. De esta forma se agilizaba la actuacin, que luego se traduca en mantener el fuego y en un fabu loso resultado de actividades y aumento de miembros de las secciones. De la estudiada modificacin result el siguiente organigrama: 1. 0 Grupo Montaa: Montaa Escalada Espeleologa Camping Veteranos Refugios 2. Grupo Deportes: Grupo A) Atletismo Natacin Tenis Frontenis Judo Gimnasio y halterofilia Tenis de mesa Petanca Caliche Grupo B) Baloncesto Balonmano Ftbol Pelota Paleta Tiro con arco Piragismo 214 Boxeo Electrnica 3. Grupo Cultura: Ajedrez Arqueologa Amigos de la msica Fotografa y cine Filatelia Biblioteca Coral y rondalla Y aparte, pero tambin constituidos como secciones: Ciudad Depor tiva y parque de montaa Daniel Esteve. Todo marchaba en principio con gran entusiasmo. Algunas seccio nes entraron en crisis (por no haber encontrado el hombre clave) y desaparecieron. Otras prosperaron tanto que se independizaron. El Centro, ante alguna crisis, trataba de apoyar y aliviar; comprenda perfectamente cualquier independizacin y abra sus puertas, que deja ba libres para cualquier vuelta. Los consideraba como hijos en mayo ra de edad que siempre contaran con apoyo, consejos y ayuda. Nun ca hubo problemas de relacin, amistad y compaerismo deportivo. Tantas secciones obligan a realizar un esbozo de las mismas, con ligero comentario. Tratar de la historia de cada una de ellas, y en especial de alguna destacada, equivaldra a hacer interminable estas Memorias, adems que se olvidaran muchas cosas, dadas las innume rables actividades por casi todas realizadas. MONTAA. Queda plasmada en anteriores captulos, especial mente en el III, destacando que el Centro Excursionista Eldense perte nece a la Federacin Nacional de Montaa, a travs de la Federacin Valenciana de Montaismo, y adherido a otras muchas federaciones, segn el deporte a practicar. 215 Juan Manuel Maestre. Pionero de la escalada eldense. Nuestro Centro es uno de los pioneros del montaismo en la regin. El que cuenta con mayor nmero de socios de la nacin. ESCALADA. Rama del montaismo que requiere una tcnica especial, un aprendizaje y constante entrenamiento. Queda, igualmen te, reflejada en captulos anteriores, y en especial en el captulo XVI. Cuenta con pioneros de esta especialidad en nuestra comarca, habien do conseguido xitos notables en sus ascensiones: Cara oeste del Naranjo de Bulnes, Montblanc, Cervino, Atlas, Aconcagua, etc. 216 ESPELEOLOGA. Tcnica de caractersticas similares a la escala da. Una de las secciones que primero naci en el Centro y que adqui ri gran auge, explorando, topografiando y estudiando gran nmero de simas, tanto de nuestra comarca como de otras provincias. A lo largo de la Crnica que al final de esta Memoria se relaciona podrn informarse de las actividades notables desarrolladas por esta importante seccin que ms tarde haba de caer en crisis. CAMPING. Es la seccin a la que el Centro debi sus primeros xitos. Atraa gran nmero de participantes que pronto se proveyeron de tiendas, tiles y los ms sofisticados elementos que, para esta acti vidad, empezaban a verse en los establecimientos dedicados al depor te. Con el ttulo de acampadas, el Centro celebraba, en principio, una por cada estacin del ao, amn de acudir a las programadas por otros centros provinciales y regionales. Sin embargo, el cansancio general y la presencia de un nutrido parque automovilstico acab con esta acti vidad, o la releg al olvido, quedando una excepcin notable: el cam ping de verano en Guardamar, montado por la seccin en la poca de vacaciones, que siempre recibi el plceme de autoridades, y que aco ga a varios centenares de socios. No hay obra sin hombre, y el de Guardamar, era Talaya. VETERANOS. Distinguida, y muy querida seccin, a donde se refugiaban los montaeros que haban perdido sus facultades juveniles y que recibi, como homenaje, el cuidado, vigilancia y desarrollo del par que de montaa Daniel Esteve. En l realizaron obras muy meritorias. Con constancia, digna de mencin, asiste, anualmente, a la Marcha Nacional de Veteranos de Montaa, que patrocina la Federacin Espa ola de Montaismo y en muchas de ellas obtuvo gran nmero de tro feos, especialmente el de nmero de participantes. Asimismo, organiz una marcha nacional que discurri por el parque de montaa. 217 REFUGIOS. De esta importante seccin, de su inicio, proyectos y resultados (Refugio de San Bernardo, en el Nadal (Almadrava-Rabosa) y parque de montaa Daniel Esteve), se habla en el captulo IX. En cuanto al parque de montaa y su albergue, queda especificado en el captulo XXI de estas Memorias. NATACIN. Una de las secciones ms queridas y rentables del Centro Excursionista Eldense, en el sentido deportivo. La existencia de la piscina cubierta climatizada permiti al equipo de nadadores practi car todo el ao, y siempre bajo la supervisin y entrenamiento del monitor Vicente Cabanes, hombre clave de esta seccin, auxiliado por el vocal -presidente y directiva de la misma, permitindose recorrer la geografa provincial, regional y nacional, participando en concursos y campeonatos y obteniendo gran nmero de medallas, algunas primeras. Cumplieron 25 aos, y en tal aniversario celebraron una gran fiesta, amn de excelentes concursos y campeonatos. Se edit, en tal ocasin, una revista, esmeradamente presentada. La Crnica es profusa en actividades de esta seccin. TENIS. Otra querida seccin, a la que no se le escatim nada des de la creacin de la Ciudad Deportiva, poca en que inicia su andadu ra. Cuenta con buen nmero de pistas, incluso una con gradero para competiciones. Su primer vocal -presidente, Enrique Albert, con tesn 218 y entusiasmo, organiz y disciplin los juegos; en su poca se estable cen las normas elementales de actuacin, uso de pistas, horarios, con cursos, etc., necesarios ante tal cmulo de principiantes y participantes. Tuvo momentos de esplendor bajo la direccin de Luis Blasco Salcedo que, impregnado del espritu educativo de noveles, estableci un siste ma de becarios, enviando a los ms destacados a la Escuela The Jaguar School Tennis, de Rocafort (Valencia), de donde salieron exce lentes educandos que impregnaron modalidades en el juego. Fue tam bin creador de una escuela de tenis, a cuyo cargo actuaba como pro fesor Ramn Barreto. Su fruto se dej sentir. Blasco Salcedo fue un destacado miembro de la directiva del Cen tro en la que tuvo, entre otros cargos, el de presidente adjunto, y sobre todo en la seccin de Montaa, cuya presidencia tambin ostent. Cre el concurso de guilas, de tan grato recuerdo en el Centro, y de resul tados tan positivos. En la Crnica se destacan actuaciones realizadas por la seccin a lo largo de aos. FRONTENIS. Seccin con gran nmero de participantes, adiestra dos, llegaron, con el tiempo, a intervenir, incluso, en campeonatos mundiales, obteniendo el primer puesto en Cuba. JUDO. Tuvo la fortuna de conseguir la celebracin de unos cam peonatos nacionales que se celebraron, con notable xito, en el gimna sio de la Ciudad Deportiva, con la asistencia del presidente de la Fede racin Nacional y de la Provincial, interviniendo los principales judo kas de Espaa. La Federacin Nacional de Judo nos obsequi generosamente con un juego de tatamis. 219 GIMNASIA. Tuvo notable actuacin, especialmente en juveniles, por la intervencin, como monitor, de Jos Amat Pepico, que impar ti fructferos cursillos. Notable deportista, cuando abandon el deporte activo prest sus conocimientos y experiencias a diversas actividades locales, tanto de ftbol como balonmano, siendo el entrenador del equipo del Centro Excursionista Eldense, y finalmente dedic su actividad al gimnasio, desarrollando cursillos, con su carcter de disciplina, amor y entrega al deporte. Fue una persona excepcional y un deportista nato. Elda le homenaje con la dedicacin del campo de ftbol que lleva su nombre. Es tambin insignia de oro n. 2 del Centro Excursionista Eldense. TENIS DE MESA. Manuel Guerrero fue el creador y organizador de esta seccin, que cont con muchos adeptos y que celebraron cam peonatos sociales a lo largo de aos. CALICHE. Quisimos desarrollar este juego de tan grato recuerdo en la comarca, que antao contaba con muchos adeptos y se jugaba en las calles. Francisco Gil Riera, industrial metalrgico, oriundo de Sax, montaero y gran entusiasta del C.E.E., don unos juegos de caliche, y si bien hubo algunos aficionados, no cuaj y termin sin pena ni gloria. PETANCA. Fue una de las secciones ms queridas del Centro, ms espectacular y cosechadora de triunfos a lo largo de aos. Su hombre clave fue Santiago Chorro Ros. Trajo su aficin de Argelia, en donde vivi varios aos con sus padres, all residentes. De 220 regreso en Espaa, puede considerrsele como uno de los pioneros de este deporte en la provincia y, sin duda alguna, en Elda. Jugaban en la calle, y a la creacin de la Ciudad Deportiva ingresa ron en bloque en el Centro, creando la seccin. El Centro contribuy a su expansin, construyndole ocho pistas para su juego, con gradero, en la Ciudad Deportiva. Tuvo un desarrollo inusitado, participando en toda clase de campeonatos, y bajo la direccin de Chorro llegaron a obtener el Campeonato Nacional de Juveniles, en Vigo, que revalida ron en otros aos. Una tripleta estuvo seleccionada para el Campeona to Mundial celebrado en Francia. Lleg a celebrar un campeonato nacional en la Ciudad Deportiva con notable xito de participacin y calidad de juego. En la comida de despedida, celebrada en el restaurante El Molino, de Sax, se entrega ron insignias de oro al presidente de la seccin, Chorro, y al presiden te del Centro Excursionista Eldense. Fue el hombre de la seccin, y a quien cabe el honor de haber pro pagado este deporte en Elda que hoy cuenta con nutridos grupos y aso ciaciones de petanquistas, en distintos lugares o barriadas de la ciudad. Su valor como petanquista le vali diversos cargos en la Federacin Provincial de Bolos -Petanca, de Alicante, otorgndosele tambin la insignia de oro n. 1 del Centro. Con la difusin de este deporte en la ciudad vino la disgregacin de la seccin y su desaparicin como tal en el Centro Excursionista Elden se y en la Ciudad Deportiva. BALONCESTO. En fecha 8 de agosto de 1972 se crea la seccin y se designa como vocal a Jos Merino Gomis, adhirindose a la Fede racin Nacional de Baloncesto (F.N.B.). Su trayectoria es triunfal y en 1973 asciende a segunda categora provincial; algunos jugadores son seleccionados por la Delegacin Provincial, y Jos Rafael Tortosa es fichado por un equipo nacional. 221 BALONMANO. En fecha 27 de marzo de 1968 se crea la seccin y se designa como vocal a Francisco Cerdn Busquier. En 1971 inicia la temporada el equipo en primera divisin provin cial, y se crean varios equipos de alevines y juveniles. El equipo Mis Muchachos del Centro Excursionista Eldense par ticipa, en fase director, para eliminatoria del Campeonato de Espaa juvenil, con el colegio A. Universitario, de Madrid; el Sabadell, sub campen de Catalua y Alfonso X, campen de Sevilla. Bajo la direccin, como monitor, de Jos Mart Llorens tiene el equipo una brillante trayectoria. Corno tambin los equipos juveniles dirigidos por Jos Guardiola y Miguel Novillos. La seccin recibe ayudas y colaboracin de prestigiosas empresas, relacionadas con la industria del calzado. En 1973 el equipo de balonmano Juventud de Petrer cede su cate gora de primera divisin al equipo del Centro Excursionista Eldense que, en lo sucesivo, se ha de denominar Juventud C.E.E., y el Cen tro accede a ello pese a los problemas econmicos que ha de suponer y que se cubrieron sin grandes inconvenientes. En 1974 se nombra jefe de la seccin a Juan Antonio Siz Moya, y tambin en este ao se forma un equipo femenino. En el ao 1974 se mantiene el equipo en primera divisin y es su entrenador Jos Amat Cerdn Pepico. Es tal la preponderancia de la seccin que se forman dos equipos. Su portero, Juan Pedro de Miguel, es fi chado por el Calpisa. El Cen tro no opuso inconveniente alguno siguiendo su norma de pretender el inters del deportista, su progreso, su futuro, si bien siempre vigil las condiciones del traspaso y su futuro de estudios y trabajo. De Miguel fue fi gura nacional. Fueron constantes los torneos y campeonatos, partidos amistosos en que intervinieron sus diferentes equipos, como queda reflejado en la Crnica reseada al fi nal. 999 FTBOL. Seccin y deporte de gran popularidad que dio prestigio a la Ciudad Deportiva y al Centro Excursionista Eldense. Creada en diciembre de 1969, siendo vocal de la misma Francisco Castillo Ville na, que mantuvo su designacin a lo largo de aos, siendo hombre clave en el desarrollo y organizacin de este deporte, que cont con dos campos de ftbol y celebraba anualmente un campeonato de Liga y otro de Copa Presidente entre los 24 equipos con que lleg a contar esta seccin que llenaba a rebosar la Ciudad Deportiva los sbados y domingos, das de competicin. Hubo tentativas de crear un equipo del Centro para participar en los campeonatos locales, provinciales y regionales, pero afortunadamente no prosper y todo qued reducido al bien hacer del deporte de aficio nados que permita hacer ejercicio y diversin, sin pasar a profesiona lismos nefastos para la economa del Centro y el apasionamiento de los socios. No obstante se dieron algunos conatos de violencia que, afortu nadamente, y sancionados, quedaron en nada, imperando siempre la deportividad y el respeto de pblico y jugadores. PELOTA. Es creada la seccin en fecha 6 de noviembre de 1968 y se nombra vocal de la misma a Enrique Corts Botella, a la vez miem bro de la Federacin Alicantina de Pelota, a la que se adhiere la seccin. Su equipo interviene en liguillas locales, en el frontn de Petrer, en la Ciudad Deportiva y en los Juegos del Sureste, consiguiendo dos tro feos de oro por los jugadores Salvador Deltell y Carlos Abad, en la modalidad de pelota a mano. Tambin la primera fase del Campeonato Nacional Juvenil, consiguiendo clasificar a varios jugadores. Adquiere gran auge la seccin, y redacta reglamento, que se apro b, y que regir las actividades de la seccin. Y para mayor flexibilidad ante tan gran desarrollo deportivo se nombra un vocal para pelota a mano, Carlos Abad; otro para pelota, Miguel Castillo, y un tercero para frontenis, Jos Antonio Gil Requena. 223 En 1973 interviene en el Campeonato Juvenil de Espaa, cuya pri mera fase se juega en Albacete y la segunda en los frontones de la Ciu dad Deportiva del Centro Excursionista Eldense. TIRO CON ARCO. Se crea la seccin en marzo de 1974 con gran aceptacin; sus componentes entrenan, en invierno, en los laterales de la piscina olmpica, y en otro tiempo en el espacio que se les destina, de la Ciudad Deportiva, junto al margen del ro. El entusiasmo es grande y en diciembre de 1975 interviene la sec cin en segunda categora nacional con el arquero Juan Manuel Pastor. Alcanza madurez la seccin, y organiza en febrero de 1976, en el parque de montaa Daniel Esteve, concurso de tiro, modalidad Robin, con carcter provincial, y en mayo del mismo ao organiza el XV Campeonato Provincial en la Ciudad Deportiva, asistiendo las mximas autoridades de este deporte y obteniendo la seccin del Cen tro una placa por la organizacin y mayor participacin. Un miembro de la seccin, Ferrndiz Esteve, es subvencionado por la delegacin nacional para un cursillo de preparacin de ocho das en Madrid. El vocal de la seccin, Salvador Esteve, obtuvo el ttulo de campen nacional de tiro. Demuestra todo ello el gran desarrollo de esta seccin en tan corto espacio de tiempo y de sus intervenciones y triunfos se da buena nota en la Crnica. PIRAGISMO. Fue una seccin fugaz y extraa. S2 crea en fecha 2 de abril de 1970 y se adhiere a la Federacin Nacional de Piragismo. Al parecer, unos eldenses veraneantes en Playa Lisa (Santa Pola) practican este deporte y se les ocurre legalizarse y solicitar de la Fede racin una subvencin para la adquisicin de una piragua. Santiago Sierras Gmez fue el vocal de la misma y el artfice de este inters. 224 De sus actividades, entrenamiento y participaciones, al Centro no se inform. Ello demuestra el espritu comprensivo y colaboracionista del C.E.E. en el que cualquier iniciativa loable tena, y tiene, cabida. BOXEO. Fue una seccin fugaz. Su creacin se debi a Marceli no Hernndez del Valle, quien fue, en su juventud, un excelente boxea dor que en su categora lleg a conquistar el ttulo nacional. Un pequeo grupo entrenaron bajo la direccin de Marcelino lle gando incluso a pensar en levantar un cuadriltero en el gimnasio, si bien la idea no tuvo continuidad y la seccin pronto desapareci. ELECTRNICA. Otra seccin de paso fugaz. Un pequeo grupo de socios, un da se entusiasmaron con alguna idea de esta materia y quisieron crear la seccin para, con tal obligacin, reunirse peridica mente y tratar de su aficin, cobijados en un acogedor local social. La directiva aprob la solicitud de creacin, pero nada se supo despus. AJEDREZ. El montaismo siempre tuvo algo que ver con este jue go. En los principios del C.E.E., cuando el local estaba en la calle Dahellos, haba tableros y juegos con los que los escasos socios se entretenan jugando, aficin que perdur en el Centro, en sus varios locales, y que dio lugar a torneos sociales. El primero de ellos en el ao 1960, y ya destacaban como excelentes jugadores Otelo Prez Casas y Alberto Navarro Pastor, que fueron ganadores del primer concurso o campeonato, distinguidos, respectivamente, con un trofeo entregado en la sala Rex el 7 de mayo de 1961. El gran empuje a la seccin lo da el Club Ruy Lpez de Ajedrez que, en bloque, ingresa en el Centro y crea la seccin, designando como vocal a Miguel Sempere Amat. A partir de entonces se simultanean las intervenciones en un sinfn de concursos, campeonatos, reuniones, etc., de los que hay profuso exponente en la Crnica de estas Memorias. 225 Dedica a la juventud cursos de formacin para quienes desean ini ciarse en este deporte. Interviene en campeonatos nacionales, organiza torneos infantiles y toma parte en exhibiciones simultneas en los loca les del Centro, ofrecidas por el campen nacional Ernesto Palacios, ante 21 tableros, obteniendo la seccin del Centro 4 tablas y 2 victorias. Ante los progresos de la seccin, la Federacin Alicantina de Aje drez le concede la organizacin del XI Campeonato de Espaa Juvenil el da 8 de abril de 1971 y premia a la seccin con la entrega de 29 tableros y 20 cartillas para que se estimule la aficin en los colegios, lo que dio lugar a una intensa campaa de la seccin en los centros esco lares de la localidad. Destaca su importancia cuando un miembro de la seccin es desig nado presidente de la Federacin Alicantina, Csar Toms. En 1973, en el Casino Eldense, y con la colaboracin de la seccin del C.E.E., se realiza una exhibicin simultnea, enfrentando al maes tro Florn Gheorghin con 25 tableros, a los que gan, salvo dos tablas. Varios vocales se sucedieron a lo largo de aos: Miguel Sempere, Jos Vidal Berenguer y Jos Vidal Albert, siendo siempre la trayectoria de la seccin ejemplar y progresiva. ATLETISMO.- Se crea la seccin en enero de 1968. El socio Mar celino Hernndez del Valle, destacado boxeador en su poca juvenil, se ocup de su desarrollo algn tiempo y se efectuaron competiciones, especialmente cross. El primer vocal designado es Francisco Ugeda Soler. La seccin, en principio, realiza escasa actividad. Es en el ao 1973 cuando toma auge, siendo su vocal Francisco J. Bellot Juan. Se celebran varios cross locales y se fi ja la fecha del 8 de diciembre de todos los aos para su celebracin, debidamente autorizados por la Federacin Alicantina de Atletismo. La seccin toma el nombre de Amigos del atletismo. 6 ARQUEOLOGA. Una de las secciones ms antiguas del Centro, que tuvo a lo largo de aos una trayectoria extraordinaria. Crea un museo, que luego sera Museo Arqueolgico Municipal de Elda, haciendo donacin y entrega oficial de la coleccin arqueolgica al Excmo. Ayuntamiento de Elda, con todo su archivo, bien dotado de fichas (unas 300), con descripcin completa y detallada de cuantas pie zas lo constituyen. La notable historia de esta seccin, de su trayectoria y desvelos, queda fielmente reflejada en el captulo XI de esta Memoria. AMIGOS DE LA MSICA. Una de las secciones ms queridas, que a lo largo de su trayectoria realiz loables actividades culturales, de enseanza, de cario y entrega al Centro Excursionista Eldense, cons tituyndose, en muchas ocasiones, en un mecenas del Centro al esti mular la enseanza en sus diferentes secciones, siendo la creadora de la masa coral y de la rondalla, as como colaboradora y artfice princi pal de los Festivales de pera, celebrados en Elda, con tanto xito, que le vali una distincin de reconocimiento a la labor prestada por parte del Excmo. Ayuntamiento de Elda. Fue seccin que, con entera auto noma, y respaldada por la directiva en la medida de lo posible, realiz encomiable y meritoria labor. Fue la promotora y financiera del saln de actos del local social, pequeo pero sencillo y bellamente construi do, y mejor decorado, que fue inaugurado con la interpretacin del Orfen Stella Maris de la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa el 30 de mayo de 1970. 227 Inauguracin del Saln de Actos del C.E.E., e intervencin del orfen Stella Maris, de la CASE. 30-5-1970. En estrecha colaboracin con la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa ofreci al pueblo de Elda, perfectamente organizados, y con el Teatro Castelar de Elda lleno a rebosar, interpretaciones notables como la Orquesta de Cmara de Viena (26-2-1969), Orquesta de Cmara de Pars (11-12-1970), Orquesta Filarmnica de Praga (29-4-1971) y un sinfn de msicos, cantores y conferenciantes: Director de la revista musical Ritmo; Pilar Bilbao (pianista); Colomer, miembro del Liceo de Barcelona; Teresa Llacuma (pianista); Venancio G. Velasco (guitarris ta); Mara Rosa Calvo (arpa); Rosa Sabater (piano); Mara Rosa Prez Gil (pianista eldense); Esperanza Abad (soprano) y Grupo Canon (reci tal de canto). Organizaron viajes al Liceo de Barcelona para asistencia a las actua ciones de pera; previamente realizaban reuniones explicativas y dia logadas de las actuaciones que iban a presenciar, escuchando su msi ca y canto, contribuyendo as a la educacin musical de sus miembros y simpatizantes. Semanalmente celebraban reuniones en las que los miembros del equipo presentaban a un msico, o un cantante, que ofrecan interpre 228 taciones musicales que derivaban en interesantes coloquios y contri buan a la formacin cultural y artstica de la seccin. Adquirieron, para el Centro, un proyector de 16 milmetros, un pia no, etc. Proyectaron un apretado programa de trabajo: Creacin de una masa coral, conjunto de instrumentos de cuerda, agrupacin lrica, escuela musical, grupo artstico -teatral, recitales, conferencias, cine, disertaciones musicales, organizar y fomentar la biblioteca, etc. Pronto aparecieron los resultados. Se crea la masa coral (febrero de 1973), bajo la direccin de D. Antonio Ballester Bonilla, director de la banda de msica de Monvar, y la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa subvenciona al grupo cediendo su Aula de Cultura y piano para sus ensayos. Se crea, asimismo, la rondalla infantil (3-9-1974) que inicia su curso con 48 alumnos. Colabora en la adquisicin de uni formes para los componentes del orfen. Ofrecen a las distintas sec ciones del Centro actuaciones de sus respectivas especialidades con documentales, charlas y dilogos; cursillos que se llevaron a cabo con notable xito. Fueron instigadores de la creacin, en Elda, de la Escuela de msi ca que, aprobada por el Excmo. Ayuntamiento, se instal en el colegio de las Monjas Carmelitas, designndose director de la misma a D. Antonio Ballester, director del Orfen polifnico del Centro Excursio nista Eldense. Se crea, asimismo, en el Centro, una Escuela de msica. Orfen polifnico de la Seccin Amigos de la msica del C.E.E. 229 Fueron vocales de la seccin, Vicente Valero Bellot, primer vocal (1968), cuando la seccin se inici con el nombre de Buena Msica; luego lo fue Luis Garca Marn. Fue una seccin ejemplar, con un equipo de hombres de gran ini ciativa, unidos, entusiastas de la msica y del Centro, por el que cola boraron, desarrollando trabajos esplndidos que contribuyeron al renombre de la sociedad. Fue un equipo fabuloso, entregado, empren dedor, que estudiaba muy bien y proyectaba con razonamiento y meti culosidad cuanto emprenda. Formaban un nutrido grupo del que recor damos a los hermanos Alberto y Armando Beltrn Sempere, Espinosa, Juan Mart, Vicente Valero, Luis Garca, Jos Amat y muchos ms que completaran una extensa relacin. Seccin que engrandeci y dio prestigio al Centro Excursionista Eldense. FOTOGRAFA Y CINE. Antes de la creacin de la seccin, hubo interesantes manifestaciones. En septiembre de 1958, en el local de la calle General Mola n. 35, se expone una coleccin de fotografas obte nidas por los expedicionarios de la primera salida a Pirineos de miem bros del Centro, que obtuvo un extraordinario xito entre los actos cele brados en la ciudad con ocasin de las Fiestas Mayores. Consecuencia de ello fue la creacin de una vocala de fotografa, designndose como vocal a Jos Poveda Yago (diciembre de 1958). Una seleccin de fotografas obtenidas en salidas a Pirineos, Sierra Nevada, Suiza, Picos de Europa y Ro Algar forman parte de la II Exposicin de Fotografas en Fiestas Mayores (1959). El vocal, Sr. Poveda Yago, se encarga de la formacin de un lbum, con seleccionadas fotografas, que son un tanto historia grfica del Centro. Se crea la seccin el 11 de diciembre de 1959 y se designa vocal a Jos Poveda Yago. La III Exposicin Fotogrfica (ao 1960), celebrada en el local social, constituy un gran xito, felicitndose a sus organizadores: Jos Poveda Yago y Jos Navarro Brotons. En febrero de 1961 se nombra vocal de la seccin a Modesto Asun cin Orgils (socio fundador n. 1 del C.E.E.), que organiza el IV Saln de Fotografa de Montaa en septiembre de 1961. Consigue que las exposiciones sucesivas tengan rango nacional, lo que hasta la fecha era 230 facultad del Club Fotogrfico de Elda, y as, en 1962, se celebra el II Concurso Fotogrfico Nacional, siendo destacada la seccin corno la ms distinguida en aquel ao. Y siempre, con xito de pblico y participacin, se celebran con cursos siguientes de carcter nacional, y en 1969 se designa vocal de la seccin a Juan Espaol Vidal, que crea la seccin de Cine amateur (1970) e incorpora a los concursos o Salones Nacionales de Fotografa, otro de diapositivas, de forma que ya en el X de Fotografa y V de Dia positivas se presentan 241 obras y 101 diapositivas. Es concurso con prestigio nacional, cada vez ms concurrido y de mayor calidad en cuanto a las obras presentadas, y ya, en la XV Exposicin Nacional de Fotografas y X de Diapositivas, tornan parte 47 expositores nacionales y 26 locales, exponiendo 305 obras y 283 diapositivas. Y durante aos, y con xito, se vino celebrando esta muestra. El hombre clave de la seccin fue su vocal, Juan Espaol Vidal, y con l toda su familia, pues involucr en nuestra actividad a su esposa e hijos, formando un equipo que demostr su vala y bien hacer en todas estas manifestaciones, brillando sus inauguraciones y clausuras, con entrega de premios. No hay obra sin hombre, y en este caso lo fue Juan Espaol. Fue una lstima que a lo largo de su trayectoria no tratara de hallar continuador a quien entusiasmar y adiestrar. Individualiz demasiado su labor, que fue extraordinaria, magnfica, pero con l concluy la sec cin. No se encontr continuador y cuando cansados, tras largos aos de preparacin, desarrollo y clausura, lo dejaron, se acab. Lstima porque en este aspecto, nacional y local, adquiri renombre y prestigio. La creacin de la seccin de Cine se debi a la iniciativa de Juan Espaol. El cine, en el Centro, data de sus principios, y ya en 1958 se adquiere un proyector, se proyectan documentales proporcionados por las embajadas, e incluso en los actos de entrega de premios, en el cine Rex, tambin se proyectan documentales culturales, principalmente de montaa, y en 1960 se estudia el nombramiento de un vocal de cine amateur. Se celebran sesiones de cine, seguido de coloquios, en la terraza de la piscina El Lido, en noches de verano. Se cuenta con un proyector de 16 mm, procedente del cine Rex de Elda, y se crea la sec cin en 1969. En 1975 se aprueba el reglamento que ha de regir, y se 731 legaliza la situacin de la seccin, inscrita en el Registro Oficial de Cine Clubs. Queda Juan Espaol circunscrito a fotografa, y se designa para cine a Jos Guardiola Bernab, incluso se asiste a la asamblea nacional celebrada en Valencia. Organiza, con gran aceptacin y xito, sesiones de cine infantil, en las tardes de domingos, en la Ciudad Deportiva. Era una poca en que los cines de la localidad tenan olvidado al pblico infantil. Fue extra ordinario. FILATELIA. Exista, en Elda, buen nmero de aficionados a la fi latelia, desperdigados, seguramente en contacto con comercios fi lat licos espaoles, pero sin contacto entre s, quiz asistentes al mercadi llo fi latlico de Alicante, en los soportales de la plaza del Ayuntamien to. El Centro Excursionista Eldense, en su misin impuesta de acoger toda manifestacin local deportiva y cultural, inici contacto con fi la tlicos, a los que llam su atencin con la manifestacin de algn movimiento de convocatoria. Y as, ya en el ao 1962, se celebr la I Manifestacin Filatlica que los reuni en un inters que se confirm en la II Manifestacin, celebrada en 1964, en la que se contempl la necesidad de crear una seccin y, principalmente, en el establecimien to de un mercado de intercambio de sellos, por lo que se inicia esta labor con reuniones, los domingos por la maana, en los soportales de la plaza de abastos, iniciativa que fue bien recibida por los aficionados. Creada la seccin, se designa como vocal a Eladio Gonzlez Prez, que le imprime buen impulso. Celebra este ao una Exposicin Filat lica en Navidades, en el local social, a la que siguen en aos sucesivos interesantes exposiciones, principalmente con ocasin de las Fiestas Mayores, que se traducen en reuniones semanales en el local social, establecindose una bolsa de intercambios y busca de sellos para colec ciones, muy concurridas. 232 Acreditada la seccin, se aprueba su reglamento en 1972. Se asiste a reuniones nacionales y provinciales, recabando experiencias y con tactos con filatlicos de prestigio. Las exposiciones anuales se regularizan y perfeccionan, y en 1972 se celebra la nmero IV, titulada Exfielda 72 y I de Numismtica, a la que se otorga, por la Direccin General de Correos, un matasellos especial, con la silueta del Cid, smbolo del escudo del Centro, insta lndose una estafeta postal y crendose un sobre primer da conme morativo con la Virgen de la Salud y el templo de Santa Ana. Son tantos los nios aficionados que concurren a reuniones y expo siciones que se crea, dentro del Centro, y de la seccin, una subseccin infantil, a quienes se les asesora convenientemene, celebrando la I Exposicin Filatlica Infantil en diciembre de 1971, y la segunda con carcter provincial juvenil, tambin en diciembre de 1972, a la que concurren 7 expositores con 10 cuadros. En 1973 se nombra vocal a Jess Amat Jover, auxiliado por la direc tiva formada por: vicepresidente, Jos Berbegal Beltrn; secretario, Isi dro Verd Gonzlez; tesorero, Jess Amat Jover; vocal de cambio, Luis ngel Ibez; y vocales: Fernando Rueda, Martn Lzaro, y de juveni les, Vicente Esteve Snchez y Juan Gil Pastor. La nueva directiva emprende su labor con una serie de cursillos, conferencias e iniciacin a la fi latelia en las escuelas nacionales. La VI Exposicin Filatlica Exfielda 73 fue un rotundo xito, celebrada con ocasin de las Fiestas Mayores de la ciudad. Fueron 28 cuadros expuestos; la temtica fue la msica, por coincidir con el Fes tival de pera. Destacaron los sellos del I Centenario del Sello Espa ol, presentada por el eldense, residente en Galicia, Alfredo Navarro Pay, y tambin las series de la Isla Jersey, donadas por el tambin eldense, residente en aqullas, y que peridicamente enva, como dona cin al pueblo de Elda, y de las que es depositario la seccin Filatlica del C.E.E. La Caja de Ahorros del Sureste de Espaa sufrag mil sobres conmemorativos primer da. Ante el auge de la seccin, se estudia, redacta y aprueba el regla mento de la misma el da 14 de diciembre de 1973. Garantiza su andadura, a lo largo de aos, la intensa actividad que viene desarrollando su bolsa de intercambio, reuniones, conferencias y exposiciones, especialmente las coincidentes con las Fiestas Mayores. 233 Destacan miembros de la seccin excelentes, que concurren a mani festaciones nacionales, que se especializan, y se erigen en relevantes fi latlicos nacionales: Jorge Alemany, Miguel Sierras, Susarte y otros tantos. Fue innumerable la actividad desarrollada por las secciones a lo lar go de mi presidencia (20 aos), imposible conservarlo en la memoria, insuficientes los datos de archivo conservados, y por tanto, efmera la exposicin que de ella hago (ruego disculpas por las omisiones que, sin duda, padecer), que trato de subsanar con la Crnica al fi nal de estas Memorias, pero s puedo decir con orgullo que a lo que nos compro metimos (un buen equipo de hombres del Centro), de abrirlo a la difusin, amparo y desarrollo de la cultura artstico -deportiva de la ciu dad, misin que iniciamos y llevamos a un buen desenvolvimiento en tiempos cruciales. El Centro y nosotros marcamos un hito en la historia de nuestro pue blo, en la que no hay precedente de actividades culturales -deportivas semejantes y en la que nunca antes se haba conseguido una unidad de accin como la expuesta. Se abri el Centro y fueron todos bienvenidos. Ah est la obra. 234 CAPTULO XXI PARQUE DE MONTAA DANIEL ESTE VE (RABOSA) 235 Captulo muy interesante en la historia del Centro Excursionista Eldense que merece detallada explicacin. Conviene traer a colacin mi escrito sobre el asunto aparecido en los nmeros 38 y 39 de nuestro boletn informativo, que en parte copio en el captulo IX, titulado Refugios; y el resto lo expreso y resumo a continuacin: 237 En una excursin que hicimos un grupo de amigos montaeros (entre los que recuerdo estaba Jos Prez Brotons), all por el ario 1960, por Cat, Rabosa, Rincn Bello y Almadrava, nos quedamos a almorzar en Rabosa, junto a la balsa (antiguo lavadero). Nuestra conversacin recay sobre el lugar donde estbamos y coincidimos, unnimes, en idealizarlo. Pens entonces que Rabosa era el lugar apropiado para lo que yo pretenda: montaoso, bastante acci dentado, aislado, extensas pinadas, nacimientos de agua y buena edifi cacin, a donde se llegaba con dificultad, y que no siendo paso para otros lugares habitados, estaba aislado, era solitario, en plena naturale za y poda ser centro de buenas excursiones. Antigua fachada de la fi nca de Rabosa. Dibujo de Candelas. 238 Campamento internacional de alta montaa en Granja de Viads (Pirineos). Lago Millares. Ao 1961. En agosto de 1961, en el Campamento Nacional de Alta Montaa, organizado por la Federacin de Huesca, por montaeros de Aragn, en Granjas de Viads, trmino de Plan de Gistain, junto al nacimiento del ro Cinqueta, tuve oportunidad de conocer a D. Jos Ricardo Abad, doctor ingeniero agrnomo, presidente de la Federacin de Huesca, jefe del campamento y sobrino de los fallecidos propietarios de Rabo sa, que sola, en los veranos, venir a Novelda, de donde era oriunda su familia. Hicimos buena amistad, que perdur, por nuestra aficin a la mon taa. Solamos vernos algn verano. Ambos pertenecamos a los pio neros de la montaa, a aquella poca en que pasar por un pueblo en pantaln corto y mochila era una aventura. Agarreulo! Que no se escape!, le decan a Ricardo, cuando en este atuendo regresaba de Rabosa y llegaba al paseo de la Explanada de Petrer. O cuando iba yo de la Pedrera a Cabreras, y cruzaba el pueblo de Sax: De dnde se ha escapado ste Jos Ricardo Abad me hablaba de un compromiso de venta, de Rabosa, en documento privado, a un argelino, pie noir, quiz exilia 239 do aqu, que tan slo haba entregado una cantidad y haba incumplido el resto del contrato. Pensando que al fi nal podra ser la resolucin del convenio, me aventur a solicitarle la adquisicin de la finca para el C.E.E., y que en su caso contara con esta peticin. En 1971 me indic que el pleito con el argelino se haba ganado, que haba quedado el contrato rescindido, y que salvo un compromiso con cierto seor, poda contar con la compra, transcurridos 30 das que de plazo haba dado al mismo. Quiero creer que dicho seor era D. Enrique Pay Testor o D. Jos Navarro Gallego, ya que por aquellas fechas me llam por telfono para preguntarme si Rabosa me interesaba a m, o al Centro, y al decir le que al Centro, me indic que dejaba la va libre y se retiraba de la oferta. Transcurridos los 30 das, Ricardo Abad me indic que la finca era para nosotros. No habamos tratado de condiciones, y s quiero desta car que Ricardo Abad me dijo que, como buen montaero y amigo de la naturaleza, no autorizara urbanizacin alguna en Rabosa, y quien mejor defendera su idea era el Centro Excursionista Eldense. Vino a Elda, y en mi despacho, en la maana del da 24 de octubre de 1971, se establecieron las condiciones, sencillas del todo y como corresponda a la idea que a ambos embargaba. Precio, dijo Ricardo, el mismo del argelino: 800.000 ptas. Se entreg una buena cantidad y el resto a la fi rma de la escritura. Se hizo pblico. Apareci en la prensa en grandes titulares y das despus hubo interesados que ofrecieron grandes cantidades. Rabosa fue un milagro. Uno ms en la historia del Centro Excursionista. Lo complicado vino despus, para m, profesional del Derecho, quijote, ante el problema que se me avecinaba para dar legalidad a todo aquello. Los propietarios, fallecidos sin hijos, nueve estirpes interesadas, de ellas varios fallecidos sus cabezas de familia, y un total de 29 herede ros, sobrinos. Sinceramente, si a mi despacho viene un cliente con tal problema, encuentro la forma de escaparme del compromiso, pero por el Centro Excursionista Eldense, y una idea preconcebida por m, tena el firme deber de darle trmino felizmente. Varios meses se tard en la tramitacin de los expedientes obliga dos, y despus la autorizacin, los poderes notariales de los 29 herede 240 ros, diseminados por el mundo, el ms cercano en Novelda y el ms lejano en Venezuela. Efectuada la agrupacin de fi ncas y el aumento de superficie de las mismas, se otorg la pertinente escritura ante el notario de Elda, D. ngel Hijas Palacios. Y no termina aqu la cuestin, haba que luchar contra el fi sco, que reclamaba, lgicamente, el impuesto correspon diente. Tenamos, entonces, una Ley de Deporte, creada por Elola, un autntico quijote del deporte, que era un poema, no me cansar de decir que el prembulo de la Ley del Deporte era algo consustancial con l, algo enorgullecedor, noble, sincero, austero y apropiado a las circunstancias y necesidades del momento. En ella encontr resquicios para interesar la exencin, y ayudado en la empresa por el entonces notario en Elda, D. Alfonso Fernndez Hernndez, y el liquidador del Impuesto de Derechos Reales y regis trador de la Propiedad de Monvar, D. Miguel Manteca, montaero, magnficos amigos, me dieron la pauta para el otorgamiento de los instrumentos pblicos y obtener, en definitiva, la exencin de impuestos, que tambin fue extensiva a las compras y obras de la Ciu dad Deportiva. Se haba conseguido hacer realidad mi ilusin, guardada a lo largo de ms de tres aos en completa reserva y silencio. Se haba consegui do plasmar una idea: Que cualquier persona del valle tuviera una pro piedad en la que pasar das y temporadas, en plena libertad, sin necesi dad de lanzarse al peligro de las carreteras y aglomeraciones ni al socorrido abuso de amistades con casitas, o chalets, o terrenos en el campo. Y adems en el sitio idneo, prefijado, en la zona montaosa ideal de nuestra regin, y por aadidura, limtrofe con terrenos del ICONA, que alargaba nuestro parque. De su desarrollo, de las construcciones all realizadas, no voy a extenderme porque son conocidas de todos, estimadas, usadas y dis frutadas, as como de ser parque pblico, libre para todos, sin ms limi taciones que las del respeto a los animales, plantas y cosas. Con unas normas y reglamento que el pblico que acude no tiene en cuenta ni respeta, convirtindose ya en un vicio que ser difcil reprimir. Todo se debe a la benevolencia, nobleza, entrega y servicio a los dems de sus propietarios, los socios del Centro Excursionista Eldense. Pero esto no es el tema que nos ocupa. 241 Panormica y viejo edificio. Francisco Poveda y Francisco Gonzlez, Paco Caracol y Ville na, fueron los encargados, con la seccin de Veteranos, de estudiar, plantear y desarrollar el programa a realizar. En la junta general extraordinaria del 27 de noviembre de 1971, el socio fundador n. 2 del C.E.E., Oscar Santos Gonzlez, manifest, tex tualmente: Que siendo la obra del parque de montaa de Rabosa, una obra de tanta envergadura, que tanto beneficio ha de proporcionar al pueblo de Elda, y habiendo supuesto su consecucin un trabajo labo rioso y de entrega, realizado personalmente por el presidente, propone que con motivo de cumplir el mismo diez aos al frente de la presiden cia del C.E.E. debe, dicho parque, llevar el nombre de Parque de montaa Daniel Esteve. Me opuse, pero la general manifest, unni memente, que los acuerdos que la misma tomaba son los que han de tener valor y no la opinin personal. Se aprob. El 8 de diciembre de 1972 se bautiza en Rabosa al hijo del socio, oftalmlogo, Dr. Juan Calvo Castro, por el sacerdote de San Francisco de Sales, D. Francisco Coello, y se le impone el nombre de Juan Mara. Hoy es mdico. Con tal ocasin y motivo se recogieron 3.56650 ptas. con destino a la compra de la campana de la ermita. 242 Antiguo edificio. Edificio ya reformado. 243 En 5 de junio de 1973 se gir visita al Patrimonio Forestal del esta do (hoy ICONA), delegacin de Alicante, tratando de la repoblacin forestal, y fueron tantos los inconvenientes y condiciones que llegaban a no permitirnos actividades deportivas y quedar hipotecados por espa cio de 75 aos, que desistimos de la gestin. En 4 de marzo de 1975 se aprueba en asamblea el reglamento del parque de montaa. En 3 de abril de 1975, la Delegacin Provincial de Alicante de Edu cacin Fsica y Deportes eleva a la Nacional nuestra solicitud de cua tro millones de pesetas para la construccin de un albergue y mobilia rio en el parque. No tuvimos respuesta alguna. En fecha 31 de enero de 1976 inaugura, oficialmente, el parque de montaa, el delegado nacional de Educacin Fsica y Deportes, D. Toms Pelayo Ros, en unin del gobernador civil de la provincia, pre sidente de la Diputacin, delegado provincial de Deportes de Alicante, alcaldes de Elda y Petrer, y otras autoridades. Con tal ocasin se celebr un almuerzo popular en el albergue del parque. Rabosa es un parque de montaa, reserva de la naturaleza, protec cin de la vida animal y vegetal. Hemos de reconocer, con sinceridad y orgullo, lo mucho y bueno que all se ha hecho. Hemos de felicitar a esos grupos de veteranos que, con entrega, voluntad y sacrificio, tanto, tantsimo, han hecho all, y a los que en la actualidad estn trabajando en el senderismo, excursiones, sealizacin y propaganda dentro del parque, obra de arte, de trabajo y de ilusin. El parque de montaa se encuentra situado en el trmino municipal de Petrer, partida de Rabosa, hoja 871 de Elda y 846 de Castalla, del Mapa General del Instituto Geogrfico y Castastral, con una extensin de 154 hectreas, de ellas 37 plantadas de pinos. Cuenta con un pabe lln ubicado a 2 59 de longitud y 38 30 de latitud, a 750 m sobre el nivel del mar y tiene dos nacimientos con suficiente agua. Sito en el macizo montaoso comprendido entre el Puig Maigm, Rasos de Cat, Sierra del Cid y del Caballo, a 11 kms. de Petrer, con buen acceso actualmente por carretera, su ubicacin en plena montaa ofrece estu pendas perspectivas para salidas y excursiones de todas categoras de nuestro deporte. 244 Su descripcin registral es la siguiente: Parque de montaa Daniel Esteve, en trmino de Petrer, de tierra inculta y monte, en la partida de Rabosa y Perri, de cabida, segn los ttulos y el Registro, de ciento cuarenta y nueve hectreas, sesenta reas, dieciocho centireas, pero segn reciente medicin practicada por los peritos agrcolas, D. Jos Pascual Pina Martnez y D. Jos Ramos Solv, tiene una superficie total de ciento cincuenta y cuatro hectreas, cincuenta y siete reas y sesenta centireas, dentro de su permetro existe una casa, dos balsas y una casa y ermita a la que tie ne acceso por un camino que arranca del camino de Cat, a la altura de la casa de Cachuli, fi nca propiedad de Genoveva Castell. Linda actualmente, por el Norte, con Genoveva Castell y camino de Cat; Este, fi ncas de Ramn Maestre y Urbanizacin Calafate S.A.; Sur la Urbanizacin Calafate S.A. y Antonio Herrero Amors; y por el Oeste, fi nca de Antonio Herrero Amors, Vicente Villaplana, Jos Mara Maestre Molt y Marino Rico. Inscrita al Tomo 1.132 del Registro de la Propiedad de Monvar, Libro 156 de Petrer, folio 195, fi nca n. 12.678, Inscripcin 1.a. Colocando mojones. AM 1975. 245 I.LIN,1 y ttk mk,1 DANIEL ES1EVE Inauguracin placa colocada a la entrada del Parque. Por su inters y proyeccin hacia el futuro, copio el prembulo que redact para el reglamento de rgimen interior de la seccin Parque de montaa Daniel Esteve, aprobado en febrero de 1975: Nuestra poca se caracteriza por una actitud del hombre frente a la naturaleza en afn de destruccin. La polucin del aire, la contami nacin de las aguas, que ha motivado incluso la extincin de especies vegetales y animales, la indiferencia y apata frente a problemas vita les de la naturaleza: su mal uso, la mana de destruir la belleza; las imprudencias que ocasionan tantos y tantos incendios todos los aos; la falta de respeto y cuidado, seguramente debido a la falta de conoci miento y amor por ella, son causa que determin en los estamentos sociales internacionales llamadas de urgencia y de socorro en defensa de la naturaleza. Se impone una educacin cvica en el hombre que se traduzca en respeto a los medios naturales. La forma actual de vida: intensidad de trabajo, de trfico, aglo meraciones humanas, nervios a fl or de piel, polucin, contamina 246 clon, vida poco sana en medio urbano, tensin de nervios en los fines de semana, falta de zonas verdes en las ciudades; nios sin zonas para sus juegos que permitan el desarrollo de su imaginacin y fsi co, que en definitiva redunda en perjuicio de la especie humana, hace concebir a las naciones ms avanzadas la creacin de parques, unos de carcter nacional (que amparen y protejan a la naturaleza en su estado de belleza natural y agreste), y otros para solaz esparcimien to de sus ciudadanos que puedan compensar su trabajo semanal y recuperar fuerzas y salud, para sus habituales quehaceres, en la seguridad de ser una inversin rentable que permita mejorar la espe cie y su estado de nimo, que se traduzca en beneficios sociales y de clase; y no digamos de los nios que saben sacar al mximo, con su imaginacin y juegos, el sabor de estas estancias en medio de la naturaleza. Todo ello y el que el Centro Excursionista Eldense sea una entidad deportivo -cultural cuyo principio y base es el montaismo y excursio nismo que se desarrolla en plena naturaleza, y su conviccin de la necesidad de crear estos parques que tanto bien han de hacer a la sociedad actual, y que en un futuro no lejano ser prdiga en ellos nuestra geografa nacional, ha querido contribuir con su grano de are na al crear el parque de montaa. Es deseo de nuestro Centro Excursionista Eldense que el parque de montaa sea una escuela de civismo a donde, sin ms limitacin que la del mximo respeto a las plantas y a los animales, pueda acudir todo ciudadano cuidando de cumplir las normas que para su uso se especi fi can en el reglamento de rgimen interior de la seccin Parque de montaa Daniel Esteve, en la seguridad que cumplindolas su liber tad ser mxima, e infringindolas podr ser sancionado con su expul sin del recinto y a lo que hubiere lugar En principio est todo permitido, excepto uso de fuego, hacha, armas y transistores, y regirn siempre las normas ms elementales de educacin y mutuo respeto a las personas, animales, plantas y cosas. El Centro Excursionista Eldense pone a disposicin de los pueblos del valle, unidos en un mismo laborar y sentir, un medio: el parque de montaa, para que esta unin en el trabajo contine en la naturaleza, que a nadie desestima y que como obra de Dios ha de ser de todos en su usovu respeto y su amor. 247 Asimismo destaco de dicho reglamento, por su inters, los artculos 36 y 38 siguientes: Los alcaldes de los Ayuntamientos de Elda, Petrer y Monovar sern socios de honor natos del parque de 1110171aa. El C.E.E. hace un llamamiento a lodos los socios y visitantes para que con el mayor esmero y cario traten de conservar este parque de montaa, que es de lodos, tratando de no alterar ni perjudicar sus valo res paisajsticos, su riqueza forestal y animal y legando a generaciones fu/tiras un rincn bello, tranquilo y nuestro, en donde con entera liber tad se den las especies vegetales y animales propias de nuestra zona. El C.E.E. es depositario de este patrimonio natural y tiende a des pertar en sus asociados y visitantes, mediante un mejor conocimiento de los recursos naturales y de su influencia en el factor humano, un espritu de respeto y de sentimiento hacia este valor natural que es nuestro depsito. La adquisicin del parque de montaa, en el trmino municipal de Petrer, me cre serios problemas morales. Poda haber un rechazo por la poblacin de Petrer. Pensaba en la presencia de una sociedad tan numerosa como la nuestra, ubicada en Elda, enquistada dentro del tr mino de Petrer. Nuestras instalaciones deportivas y nuestro parque de montaa los habamos creado y desarrollado pensando en el habitante del valle, sin discriminacin alguna. El deporte es universal y haba que eliminar indi vidualismos. Por eso exigimos de la Federacin Nacional de Montaa, a la que pertenecamos, la inclusin de ciertos artculos en los estatutos generales, en modelo facilitado por la Delegacin Nacional de Educa cin Fsica y Deportes, lo que trajo consigo consultas, negativas de los organismos superiores que no queran alterar, ni modificar, el formato y texto de unos estatutos redactados para todas las sociedades. Pero este comentario, bastante interesante, ser motivo de otro captulo. Conseguimos endulzar la cuestin, declarando el parque de libre acceso para todos, con la salvedad de comportarse con respeto con los animales, plantas y cosas, como dejamos dicho en este captulo. Y como colofn se obtuvo la aprobacin de la Federacin Nacional de Montaismo de ciertos artculos que llegaron a constituir como nuestro testamento en caso de disolucin. Tal estatuto es de fecha de diciembre de 1980. 248 Su artculo 33, dice: Es espritu de la fundacin del parque de montaa que no sea nunca enajenado, o caso de disolucin de la socie dad Centro Excursionista Eldense, que pase a formar parte de un par que pblico, propiedad, proindivisa, de las comunidades de Elda y Petrer, cuya direccin y administracin pueda quedar bajo la tutela de la mancomunidad de los dos Ayuntamientos, ya creada. Igual destino al refugio de San Bernardo. Con ello acallbamos cualquier comentario sobre este problema, siendo muy bien recibido por la poblacin de Petrer, as como de nues tro Centro, que no puso objeccin alguna. Altar y campanario ene! Parque de Montaa Daniel Esteve. 11-10-1987. 249 CAPTULO XXII ANECDOTARIO 25 1 Siempre so con una sociedad, Centro Excursionista Eldense, que fuera una gran familia, que sintiera amor y cario por la misma, que sus miembros se respetaran, se conocieran, se ayudaran y preocuparan entre s. Me vienen a la memoria algunos casos. Recuerdo que en la creacin del Centro (1956), un socio, montae ro y arquelogo, tuvo la fatalidad de perder a su esposa; las de sus compaeros de aficin, durante tiempo le asistieron en sus trabajos domsticos. Cuando a Joaqun Gonzlez Tarzn le arroll un tren en las cer canas del tnel de Elda, al tratar de salvar a su perra, durante su estan cia en el hospital y convalecencia, se le ayud econmicamente, abrindose una suscripcin que tuvo xito. Se dieron muchos casos de solidaridad, unido al respeto desplega do, siempre, en las salidas al campo y en la montaa que fueron perfi lando un carcter, una forma de ser, orgullosa, de pertenecer al C.E.E., que constitua nuestra propia personalidad. A lo largo de nuestra historia hubo muchas ocasiones que lo corro boran, y de los que destaco algunas recordadas: Cierto da, en plena calle, me abord una seora; preguntme si era el presidente del Centro, y al afirmarlo, me dijo: Santo Centro Excursionista!. Y aclar: Mi marido, los sbados, al terminar su tra bajo, desapareca y regresaba el lunes borracho y sin un cntimo. Ingreso en una seccin, pasaba los sbados y domingos en su nueva aficin, me entregaba el sueldo y dej de beber. En otra ocasin, una mujer me indic que gracias al Centro su hijo se haba reformado. Vena de madrugada, o no vena a casa. Se incor por a la seccin de Montaa, y los sbados, al salir del trabajo, deca: Madre, preprame comida que esta noche nos quedamos en la mon taa. El domingo por la tarde regresaba cansado y feliz, se duchaba y ya no sala. Antes no entraba. Los conflictos procuraba resolverlos con el mximo tacto, sin estri dencias ni escndalos y, en algunos, sin denuncia, ni publicidad alguna. 253 Un da, los vigilantes de la Ciudad Deportiva sorprendieron a un chaval hurtando un reloj de pulsera. Lo pusieron en mi conocimiento, y adems con nimo de denunciarle. Tras larga conversacin, obtuve del mismo la devolucin del reloj, las disculpas pertinentes al interesa do, y conociendo a sus padres, le indiqu lo comunicara a ellos. No lo hizo. Los padres no lo crean, pensando eran maledicencias mas. Espe ramos que el chico venciera su temor y vergenza, consiguiendo as que lo confesara a sus padres. Nadie se enter del hecho, y siempre fue un chico ejemplar. Una denuncia hubiera sido fatal. En otra ocasin, robaron en la oficina. Se averigu, por el consede, los chicos que ltimamente estuvieron en el Centro. Unos das des pus, volvieron a robar en la oficina, y coincidieron ser los mismos chicos los ltimos que abandonaron el local. En total fueron unas mil y pico de pesetas. Los reun, les hice creer que el segundo robo lo habamos preparado y que el autor haba cado en la trampa, y aun cuando sabamos quin era, se le daba la oportunidad de que, en un plazo de 48 horas, se presentara ante m, con la promesa de que no dara cuenta del hecho a la polica, y que la cosa quedara entre noso tros. Al da siguiente se me present un chico, se declar autor, me explic cmo. Conversamos largamente, prometi que semanalmente, del dinero que sus padres le daban, ira abonando lo sustrado. Aquello qued entre los dos. Cumpli su promesa y se reintegr, a la oficina, el dinero. En agradecimiento a su comportamiento le design como secretario personal mo, lo que desempe fi elmente. Sus padres mar charon a vivir a otra localidad, y tiempo despus recib una carta suya expresndome su agradecimiento. Una vez, un socio, se violent con un empleado de la Ciudad Depor tiva que amn de palabras fuertes, recibi tambin alguna bofetada. Los reun en mi despacho (siempre lo sola hacer para darle ms carcter a la cuestin); tuvimos una larga entrevista y de ella sali el perdn y las disculpas pertinentes, y una sancin al socio, que estuvo un ao sin aparecer por la Ciudad Deportiva. Ambos, desde entonces, me saludan con afecto. Hubo muchas ancdotas, algunas de ellas interesantes, que vinieron a determinar el espritu de hermandad y de compaerismo que siempre imper en el Centro Excursionista Eldense. En este sentido recuerdo aquel equipo de ftbol, cuyos forofos armaron un escndalo en el 254 transcurso de un partido, con cruce de palabras groseras, insultos y conatos de violencia. Previa la reunin con la directiva del equipo, se les hizo ver la vergenza de todo ello, que no responda al carcter y deportividad que haba de imperar en nuestros juegos de la Ciudad Deportiva, y se sancion a los forofos a no acudir en dos partidos de su equipo. No se volvi a repetir. Han transcurrido muchos aos, 20 30, el capitn del equipo no lo olvida y me lo recuerda con agrado algu nas veces. Son sencillas muestras de la civilidad que queramos imponer en el Centro. Pueden relatarse muchos otros casos en que la direccin del Centro demostr ese afn solidario que presida su gestin. Lo edificante de todo ello fue el espritu de gran familia, el carcter que a los socios se les imprima y el orgullo que todos sentamos de pertenecer al Centro Excursionista Eldense, al que debemos considerar como una institucin de gran raigambre popular. Ancdota relacionada con la revalorizacin de los terrenos adya centes a la Ciudad Deportiva fue que, profesionalmente, actu en un procedimiento judicial en nombre de cierto cliente, tambin socio del Centro Excursionista, que dio como resultado que se le adjudicaran unos terrenos que, al decir del mismo, carecan de valor y disgustado pensaba que el asunto le haba resultado caro. Tiempo despus le fue adquirido dicho terreno para la Ciudad Deportiva y su sorpresa fue que con su valor, en la fecha, haba superado ms de diez veces el importe total de su deuda y gastos. Y otro comentario, ajeno a lo anterior: En un viaje profesional a Canarias, en el ao 1954, un jubilado, cuidador del Jardn botnico de la Orotava (isla de Tenerife), que me acompa y dio toda clase de explicaciones, hacindome muy grata aquella visita (un jardn botni co si no tiene alguien que te explique las cosas, no te enteras de nada), me obsequi con unos huesos, simientes, de una palmera datilfera ejemplar, que ira bien en nuestro clima. Mi madre la plant en una maceta; tiempo despus, mi padre la trasplant a nuestra huerta y all creci y se hizo hermosa. Fallecidos mis padres, y construyndose la Ciudad Deportiva, hice donacin de la palmera, que se plant en el espacio ajardinado, ante el letrero del Centro, y al fi nal de la escalera que accede al local social. Hay tres palmeras, la ms lejana a la escale ra me recuerda a mis padres. 255 En Francia, en la alta ciudad medieval de Carcasona, las elevadas torres de su gran muralla tienen sus nombres escritos. Una de ellas dice en castellano: Torre mi padre. Cuando paso por la Ciudad Deportiva y veo la palmera, me acuerdo de la Torre. Para m esa palmera dice eso mismo que el lector ahora piensa: Palmera mis padres. Ciudad Deportiva. Palmera mis padres. 256 CAPTULO XXIII POLTICA EN EL CENTRO 257 Desde su iniciacin (1956), hasta la transicin (1976), nada digno de mencionar. La poltica no exista en el pas. El desarrollo del Cen tro, su auge esplndido, su aceptacin por la sociedad, y su encumbra miento, era lgico dentro de una sociedad necesitada, anhelante de expansin cultural y deportiva. Nunca tuvimos problemas con las auto ridades que, al contrario, nos admitan con agrado. Haba excursiones montaeras que eran autnticos foros de libre expresin que en recin tos urbanos no se hubieran producido, sin duda alguna. Era un autnti co aliciente, era el respeto y la libre expresin. Tras la transicin nace el ejercicio de la poltica, la gente, no habi tuada a ello, hace pinitos y va entrando en este tinglado, y pronto las instituciones inician su democratizacin. Ante prximas elecciones municipales, se invita al C.E.E. a su participacin y presentacin de candidaturas, como representantes de entidades deportivo -culturales. Son tres los miembros de la directiva que se presentan: Alberto Bel trn Sempere, Antonio Antn Martnez y Antonio Vera Blasco, los dos primeros salieron concejales, tras su campaa publicitaria, y desem pearon valiosa e inteligente participacin, entre otros, en jardines y cementerio. Con ocasin de una conferencia dada por Ral Morodo, del partido histrico socialista, catedrtico, rector de la Universidad de Verano de Santander, en el Saln Rojo de la Ciudad Deportiva, organizada por la Asociacin de Jvenes Abogados, comprendimos que aquello no era nuestro camino, que supona una desviacin dentro del cauce de respe to y deportividad imperante en el Centro, y por ello, en unnime deci sin de la directiva, se tom el acuerdo de hacer nuestra declaracin de apolticos. La representacin de toda la sociedad eldense, incluso de todos los pueblos del valle, sin distincin alguna, religiosa, social, pol tica, etc., nos impona un profundo respeto que no se poda alterar, rozar, ofender por motivo alguno, y menos por el poltico, que suele traer diferencias y problemas ajenos totalmente a nuestro espritu y per sonalidad deportivo -cultural. 259 Y sta fue tambin la causa fundamental de que, al finalizar mi perodo presidencial, la intencin era esperar la sucesin adecuada y conveniente a nuestra idea. No pude conseguir la presentacin a candi dato entre los miembros del equipo de la Ciudad Deportiva y, minutos antes de vencer el plazo, hube de presentar mi candidatura, la ltima. Me oblig a ello la presencia de la poltica, no importa de qu tenden cia; fuera el que fuera, no cuadraba con nuestra declaracin de princi pios, y lo digo sin entrar en las personas que, por ende, eran muy que ridas y amigas. El Centro Excursionista Eldense era, y es, apetecible polticamente. Hay que cuidar mucho, muchsimo, que no se rijan sus destinos con miras polticas, de la ndole que sean, como tambin el pensamiento o idea poltica de los rectores del C.E.E. pueden ser los que sean, pero los destinos del Centro han de seguir la normativa dada, de profundo res peto a sus socios, velando, slo, por la cultura y el deporte, en una gran hermandad, sin distincin de clase alguna. 260 CAPTULO XXIV DESASTRES 26 I Todos, afortunadamente pocos, los acaecidos, se pudieron resolver sin grandes dificultades. Un da, aciago, se desat un endiablado y fortsimo viento de ms de 100 kms. por hora que caus estragos en Elda: Cay la pared del cine de verano Gloria, que tambin serva de pista de juegos y de bai le; rboles corpulentos, tejas volaron, cornisas se desprendieron y, cmo no!, en la Ciudad Deportiva se derrumb la pared de la piscina olmpica, la que cierra el recinto, junto a la carretera de Monvar, lugar de aparcamiento de coches. La empresa constructora Bernal Pareja S.A., todava en funciones en la Ciudad Deportiva, la repar. Ms conflictivo, doloroso y desmoralizador fue el hecho que el da 14 de mayo de 1970 nos comunic por telfono el conserje de la Ciu dad Deportiva: El agua de la piscina olmpica (tres millones de litros) haba desaparecido, y el vaso de la piscina estaba agrietado y abierto como una granada, no haba rastro del agua por parte alguna del terre no de la Ciudad Deportiva. Ingenieros, arquitectos, e incluso miembros de la direccin de la empresa constructora Bernal Pareja S.A., se movilizaron, investigaron, estudiaron el caso, sus consecuencias y su remedio. Siempre, en honor a la verdad, respondieron asegurando su reparacin, no provisional, sino definitiva. He de advertir que el vaso de la piscina no tiene arma zn metlico alguno. O explicaciones al arquitecto aduciendo que el piso era una sucesin de capas de tierras distintas, en su estructura y composicin, al igual que hace el fi rme o calzada de las carreteras. La solucin fue curiosa: por aquellas grietas y hendiduras, cuya estructura y configuracin interior podra tener semejanza con un pulpo con muchos y largos brazos, se colaron toneladas y toneladas de un cal do de cemento que es de suponer seguira el curso de las aguas en su fuga hasta los lmites ms lejanos. Nunca ms se present, idntico, ni parecido caso. Tambin en el parque de montaa Daniel Esteve, a raz de la declaracin de zona de seguridad y la prohibicin de caza, se provo 263 c un incendio que caus daos y gran alarma; especialmente en la directiva estudiamos detenidamente la cuestin, la guerra que se nos haba declarado, y la precaucin y medidas urgentes a tomar. Se estableci un equipo de voluntarios entre los directivos y monta eros asiduos al local social y Ciudad Deportiva. El equipo se dividi en grupos, por barriadas, o zonas urbanas de Elda, en nmero suficien te para ocupar un coche. En cada grupo haba uno, por lo menos, que tena telfono, a quien llamar, y que se ocupaba de alertar a su equipo. Aquello funcion. Algunos das despus se produjo otro conato de incendio, igual mente provocado, y con cartel alusivo incluso. Eran las dos de la madrugada, me llamaron del Ayuntamiento de Petrer. A las 3, una hora despus, se encontraban en dicho Ayuntamiento 30 montaeros para intervenir en el siniestro. Pas aquella euforia vengativa, pero siempre nos angustiaba la presencia de siniestros, provocados o no. El parque de montaa es una reserva de la naturaleza, es pblico, y requiere, su riqueza, su valor natural, un espritu cvico, de conocimiento, de amor hacia esta mara villa de la naturaleza, que es de todos, para su disfrute, sin distinciones. 264 CAPTULO XXV DIMISIN 265 A lo largo de mi presidencia puedo decir, con orgullo, que no hubo problemas en la trayectoria del Centro Excursionista Eldense. Ni los hubo con las autoridades, ni con la sociedad, ni con los propios socios. Ello nos permiti, a la directiva, vocales y equipos de las distintas sec ciones, aunar esfuerzos y trabajar con entusiasmo, lo que se tradujo en una actividad progresiva, sin prdida alguna en banales disputas ni ren cillas, consiguindose el fruto que todos pudieron observar a lo largo de los aos. Los comprometidos aplicamos nuestro sentir razonado, y sincero, movido por un claro y decidido servicio a los dems. La poca de nuestro trabajo fue propicia; la tranquilidad de que gozamos lo permiti; y pese al exceso de trabajo que particularmente cada miembro responsable de la directiva tena, era satisfactorio ver que el tiempo dedicado al Centro era fructfero. En tal ambiente se cre y desarroll la Ciudad Deportiva y el par que de montaa; se administr, y se alcanz un nmero insospechado de socios contribuyendo a la obra. La obra haba quedado prcticamente terminada y amortizada. Nada se deba. Tan slo haban quedado dos millones de pesetas del prsta mo de la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa pendiente; pero, en plazo fijo, en la misma entidad, haba cantidad superior, con cuyos inte reses, casi, se cubran los del prstamo, y se dejaba una puerta abierta por si el Centro necesitaba alguna otra financiacin. De esta forma estaba cumplido lo que ofrec a la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa: Que, al fi nal de mi presidencia, los prstamos se habran liquidado. De otra parte, y como siempre, la mirada puesta en el ms dbil econmicamente, nos recomendaba dejar inmvil las cuotas sociales, que si bien eran cortas, slo 125 ptas. al mes por socio, haba de tenerse en cuenta que tambin, mensualmente, haban de abonarse 200 ptas. por la cancelacin de los prstamos. No era momento para un aumento. 267 Vino el tiempo del cambio poltico y, como fue casi norma en tantas organizaciones, el asalto a las estructuras de cuanto se haba creado en poca anterior. Haba que desbancado, empleando toda clase de medios, sin atender a los logros conseguidos ni al beneficio obtenido por la entidad. Fue tremendo, fuimos violentados, valga la expresin, por todos lados; las asambleas se convirtieron en foros estrepitosos y amenazantes, a veces creados por personas ajenas a la sociedad. Se per da mucho tiempo en tales lides, una prdida sensible de esfuerzos y por tanto un desgaste y poca obtencin de frutos en nuestro caminar deportivo y cultural. Nos sostena la posibilidad de que fuera un estado temporal y transitorio y que acabaran imponindose las buenas y pac fi cas normas que eran clsicas en la marcha de nuestra sociedad, lo que permitira la continuacin de nuestro trabajo. Coincidi todo esto con mi cuarta reeleccin a la presidencia, y con el desarrollo de la nueva estructuracin de una directiva, proyectada a la enseanza, en todas sus dimensiones, hasta convertir a la Ciudad Deportiva en una universi dad del deporte, con creacin de escuelas, formacin de monitores, entrenadores, y seleccin de alumnos con miras a competiciones en todo el mbito nacional. El proyecto era ambicioso y la fi nalidad cau tivadora; el trabajo sin tasa. Sin embargo, la prdida de tiempo, entre discusiones y problemas que nos creaban, llegaron a hastiar; slo nos dejaban tiempo para cosas insustanciales y desagradables. No encontramos modo de normalizar las cosas; se iniciaron las amenazas y la intimidante actitud de un grupo de empleados (movidos por algn interesado que permaneca en el anonimato) que trajeron consigo, discusiones y disputas sin fi n, hostigamientos. Acusaciones, y hasta investigaciones de conductas, con el resultado de que, aclarado todo, cada uno quedara en su puesto, sin ms novedad. Pero se haban perdido muchas noches, mucho tiempo, en estas dis cusiones: se haba perdido la calma y haban aparecido las malas pasiones. Recapitul todo. La sociedad tena prcticamente terminadas sus dos mayores empresas: La Ciudad Deportiva y el parque de montaa. Se iba a comentar el examen de otro sueo: La Universidad del Depor te, que quiz era demasiado para m, tras los 20 aos de permanecer al frente de un grupo de montaeros, con sus mochilas, convertido ahora 268 en el Centro Excursionista Eldense, con su Ciudad Deportiva, su par que y sus 7.000 socios. Elda entraba en una nueva fase poltica y eco nmica y el Centro haba de seguir su mismo rumbo. Yo, con razn, estaba cansado y, sin razn, haban contribuido a cansarme ms los ltimos acontecimientos interiores de nuestra sociedad. En mi profesin, el trabajo me desbordaba. Entre los agobios del Centro y de mi profesin, tena poco menos que abandonada a mi familia que ahora reclamaba insistentemente mi retorno a casa. Nunca antes mis obligaciones me haban hecho olvi dar, tan por completo, este sagrado deber. Por otra parte, en la sociedad, habamos acabado lo ms difcil: la administracin y los fi nanciamientos siempre inquietantes en las crea ciones arriesgadas. Se entraba en caminos ms seguros, con organiza cin ms despejada, con ms seguridad en su desenvolvimiento. Nosotros habamos terminado con xito el camino que emprendi mos. Y en cuanto a m, el Centro no me necesitaba, lo que necesitaba era una nueva directiva acorde con esa nueva fase de Elda a que me refera antes, dispuesto a seguir un camino ms despejado sin los ries gos creativos anteriores. En ese camino no estaba yo, no poda ser el mo, ni en general, el de mis compaeros en la direccin del Centro. Y no reflexion ms. Dimit de mi puesto con carcter irrevocable. Al cabo de tantos aos pasados, sigo entendiendo que hice bien: Facilit a mi Centro el camino para elegir lo ms conveniente a la nue va fase. Y me facilit a m mismo el sendero para recuperar mi familia, mi profesin, mi salud. Y sucedi como en aquella ancdota de los dos judos: Samuel, que no poda dormir pensando en cmo pagar a Isaac las mil pesetas que le deba, y tom la decisin de no pagarle. Golpe en el tabique medianil que separaba los dos dormitorios, y dijo a Isaac: Las mil pesetas que te debo, no te las pago! Samuel qued profundamente dormido. Isaac fue el que ya no durmi. Tambin yo qued plcidamente dormido. I labial] sido veinte aos de trabajo y luchas por los dems, que ahora disfrutan lo que tanto nos cost. Por eso fueron los mejores de m i vida. 269 No estaba dispuesto a perder el tiempo en cosas banales que a nada conducan sino a un desgaste intil. Tambin mi edad, los 20 arios de presidencia y el convencimiento de dar paso a gente ms joven, con entusiasmo y amor al Centro, que recogiera el testigo, el relevo. Hubo suerte, el sucesor, Rafael Tapia, fue idneo: impregnado del espritu de la sociedad, la hizo seguir por los generales derroteros marcados, apor tando iniciativas y creatividad que han quedado plasmados a lo largo de su, tambin dilatada, actuacin presidencial. La poca de Tapia, de crisis econmica nacional y, por tanto, local, impona un Centro en austera y segura administracin. Como lo fue. Haba que relegar para mejor oportunidad el desarrollo cultural que, como final de mi presidencia, me haba impuesto. Rafael Tapia Valds. 270 CAPTULO XXVI TESTAMENTO 271 La estructuracin, el organigrama, de nuestra sociedad, no encajaba en los estatutos cuyo modelo impona la Delegacin Nacional de Edu cacin Fsica y Deportes y, por ende, la Federacin Nacional de Mon taa, o Espaola de Montaa, y la Federacin Valenciana de Montaa. De otra parte, nuestro patrimonio, crecido, saneado y sustancioso, no poda seguir el derrotero impuesto por la delegacin nacional. Hubo que luchar contra ello. No nos comprendan, mejor, no nos queran comprender, se cean a la letra de la disposicin, no al espri tu que a nosotros nos animaba. Nos ayud en ello el hecho de que el Centro Excursionista de Catalua tena similar problema, aunque slo en lo relativo al organigrama. Fue admitido por la delegacin nacional, y tambin se admitieron nuestras propuestas. Tres vicepresidencias, correspondientes a otros tantos grupos de actividades; la presencia de 32 secciones con sus correspondientes vocalas y directivas, as como sus autonomas, era cuestin difcil de encajar para sociedades montaeras, muy especficas y limitadas. Se incorpor a los estatutos oficiales el articulado correspondiente a nuestro desarrollo y tambin, muy importante, el relativo al patrimo nio. Patrimonio que, segn el estatuto oficial, en caso de disolucin de la sociedad, haba de revertir a la delegacin nacional. Si hubiramos recibido la subvencin de ayuda econmica que solicitamos quiz hubieran tenido razn, pero en nuestro caso todo se consigui gracias al esfuerzo de los socios, a la ayuda de los pueblos del valle, principal mente Elda, y a la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa. No poda mos permitir que este patrimonio, en su caso, revirtiera a la delegacin nacional sino que deba quedar en el pueblo de Elda, y as articulamos los epgrafes 32 y 33 de los estatutos, que fueron admitidos por la dele gacin nacional y las Federaciones Espaola y Valenciana de Montaa, aprobados por la asamblea general del Centro Excursionista Eldense e inscrito en el Registro de Sociedades. Su texto es el siguiente: Artculo .32.- Disuelta la sociedad, el remanente de su patrimonio social, si lo hubiere, revertira a la colectividad. 273 Artculo 33. Es espritu de la fundacin del parque de montaa que no sea nunca enajenado o, caso de disolucin de la sociedad Centro Excursionista Eldense, que pase a formar parte de un parque pblico propiedad proindivisa de las comunidades de Elda y Petrer, cuya direc cin y administracin pueda quedar bajo la tutela de la mancomuni dad de los dos Ayuntamientos, creada. Igual destino tendra el refugio de San Bernardo. En cuanto a la Ciudad Deportiva revertir a la colectividad, enten diendo por tal el Ayuntamiento de Elda. La biblioteca pasar a la Biblioteca municipal. Los archivos culturales, tanto del Centro, como de las secciones, pasarn al Archivo municipal. El material deportivo, mobiliario de la oficina principal y local social, ser destinado por la concejala correspondiente del Ayunta miento para sociedades deportivo -culturales de la ciudad. El efectivo metlico, si lo hubiere, se destinar al Hospital munici pal como centro benfico. ste fue nuestro triunfo, y sta nuestra ltima voluntad. Nuestro testamento. 274 CAPTULO XXVII PRENSA 275 Hasta 1976 el Centro Excursionista Eldense fue noticia. A diario aparecan en la prensa local y alicantina y, en alguna ocasin, en la nacional, comentarios y reseas de actuaciones deportivas, culturales y sobre todo del desarrollo de nuestra Ciudad Deportiva y del parque de montaa. Escasa la prensa en aconteceres de tipo poltico, que hoy la llenan hasta la saciedad, se tena que valer de cualquier acontecimien to, por insignificante que fuera, y teniendo curiosidad por ello, reun recortes de cuantos peridicos y revistas llegaban a mis manos, y as complet en mi archivo varios e interesantes tomos sobre la historia del Centro y su repercusin en la prensa. De ellos he elegido algunos y los incorporo a estas Memorias, que dando patente la contribucin de los medios de comunicacin (tambin Radio Elda) en el imparable desarrollo del Centro Excursionista Elden se, no slo en las obras que realizaba, sino en toda clase de actividades deportivas, culturales y sociales que acogan a la manifestacin de tal ndole existente en la ciudad y pueblos del valle que se incorporaron a nuestra concepcin del desarrollo social y cultural, obteniendo la con secucin de la idea primordial: Hermandad de los hombres por el deporte. Los que incorporo son muy pocos, entre los muchos aparecidos y recogidos de publicaciones, pero que pueden servir de simblico ejemplo. 277 UNA CIUDAD DEPORTIVA: Magnfico proyecto del Centro Excursionista Eldense Parece como si Elda fuese la capital de ins imposibles hech. realidad, Ya demos tr su capacidad con el fantstico creci miento de su Feria Internacional del Cal. sedo y ahora nos presenta un proyecto que la califica ms excepcionalmente todava, puesto que no es una empresa comercial. sino can movimiento completamente altruis ta y desinteresado. A Anales del pasado ao comenz a ger minar en Elda la Idea de construir una Ciudad Deportiva, Pa Proyecto naci en el seno de una entidad con honda raigambre ya dentro del sentir ciudadano eldense; una entidad modesta en sus principios, pero que nunca renunci a las elevadas metaa que tenan sus hombres. Nos estamos re &leudo al Centro Excursionieta Eldense, sociedad montaera que en el Pesado aA 0 cumpli su dcimo aniversario de existen cia. Ea veterana, pues, en las Alas del mon taismo regional, pero Joven todavia. El Centro Excursionista =olerme pertene ce a la Federacin Valenciana de Monta ismo y cuenta con unos seiscientos aso. dados aproximadamente. Dentro de la ac tividad excursionista regional ha participa do en la organizacin de marchas y eam pamentos y varios de sus miembros han efectuado diversas actividades montaeras por los ms importantes macizos monta osos de Espaa y Europa. Entre sus ac tividades culturales destaca la realizada por su seccin de arqueolegia, que ha efectua do importantes hallazgos prehistricos en el * Valle de Elda, formando con ellos un museo que ha sido elevado al rango de mu nicipal. Cuenta asimismo con otras recelo cita, tales como la filatelia, petanca y pis cinas, con las que cumple una finalidad so. cial altamente encomiable. Su intensa actividad va a culminar con el magno proyecto de la construccin de una Ciudad Deportiva, Dada la enverga dura de una obra de esta envergadura po dra creerse que se trata de un mero pian ms o menos utpico y nada mas lejos de uta suposicin, puesto que ya ae ha cora , . prometido la compra de 32,000 metros cua drados de terreno prximo a Pida, junto a /a carretera local de Monovar. El citado terreno cuenta con un pozo con un cau dal de dieciocho litros por segundo. La idea de la Ciudad Deportiva del Cen tro Excursionista Eldenses tiene carcter eminentemente popular y para ni puesta en marcha se ha precisado 1.500 socios que suscriban un titulo de 4.000 pesetas cada uno, Actualmente se ha suscrito ya la can tidad necesaria para la compra del terre no. El titulo puede obtenerue con facilida des de pago a travs de la Cala de Ahorme del Sureste de Espaa, que ofrece un prs tamo a devolver en veinte mese*: el pres. tamo puede obtenerse mediante un aval y varios industriales y comerciantes socios del Centro Excursionista Siderite lo han ofre cido a sus corNocios. Ello da una idea del entusiasmo y espirito social existentm, ade ms del carcter popular One ya dijimos sr desea dar al proyecto. En el complejo deportivo se Piensa cono truir una placine, olmpica. otra piscina ral Mka, otra piscina Infantil, un gimnasia nc bierto, un campo de ftbol, pista de MI, campo de baloncesto, balonmano y balonvolea , Pista de tenia, frontn, pistas de bolos y petanca minigolf. nem. in fantil y local social * del Centro Exenuio nista Eldense. Para el proyecto . cuenta con varlall subvenciones, entre las que destaca la nliiA Inmediata, que es la construccin de una de las instalaciones por parte de la Cala de Ahorras del Sureste de EaPaile. Un magnifico proyecto. digno de ser por todos, que pone de maniacaio una vez mas el viejo slogan de la unin hace la fuerza. Deseamos el mejor xito a los entusiastas directivos del Centro Excursio nista Eldense y quisiramos que su Idea fue se realidad lo mas pronto posible. Y int. bien que tuviesen imitadores, sobre todo en nuutra ciudad. Las Provincias. Ao 1968. JOSE SOLER CARNICER 278 EN ABRIL COMENZARAN LAS OBRAS EN ESTOS TERRENOS SE LEVANTARA LA CIUDAD DEPORTIVA DE ELDA 41* - ,14 4 1 4 7 . k La Verdad. Ao 1968. 279 CENTRO EXCURSIONISTA: PROMESA CUMPLIDA El lunes se iniciar la construccin de la piscina de la Ciudad Deportiva 961 9 6 PePIDA LA CASA CONSTRUCTORA SE HA COMPROME TIDO A TERMINARLA PARA MEDIADOS DE JULIO Ese gigantesco chorro de agua ya llene definitiva mente una raros de ter. El manantial. que tiene un pro medio de IR SO litros por segundo. ea propiedad del Centro Excuraionbta de El da. El agua que usted, ven en la fotografia !servir pa ra llenar este verano -y los que vengan-- la piscina de la citada entidad. No se puede pedir mas. El Centro Excursionista ha de mostrado que eso de que el movimiento se desnucan a andando es ms que una simple frase. Es una forma --la nica. la mejor-- de cumplir lo prommlde: el prximo lunes se iniciarn las obras de construtrin de la piscina olmpica de la Ciudad Deportiva. esa futu ra Monina lica n n . Con ello dar comienzo la primera fase del proyecto total. Ya se ha realizado el contrato con la casa cona trUctura que har realidad el empeo. Ya he ha eones mido, pues, el prime: U Jun to del empello: comemar. 81 atladimos citie la idea de construccin de una ciudad deportiva surgi en el pasa do mes de septiembre y que en ocho mesa se han com prado los terrenos if te han iniciado tau obras. el mri to es enorme. E. toste una leccin a seguir. Pero no queda ah la cima. La casa constructstra se ha comprometido a terminar la magnifica piscina --asemos odo decir que ser de las mejores de Espada-- pura el 15 de jadie. Quisi. per 1111 entino no supuesto se retrasen un poco las obras. pare la diablica bandera ondear por ama fechas. De esta forma, nos podremos ME. parte de julio, todo eruto y, al el tiempo no se pone farruco, tambin en septiembre. --Nadie se figuraba que ea tan corto espacio de fl emoso tensara pie lo obra --deca el ~gente del Centro. El agua ya ,ta a flor de Lspera el recipiente dr la piscina. FALTAN SOLO DIAS PARA SU TERMINACION LA PISCINA DEL CENTRO EXCURSIONISTA ELDENSE SERA LA MEJOR DE LA PROVINCIA PARA SU CONSTRUCCION SE HAN RE MOVIDO 13.000 METROS CUBICOS DE TIERRA Y UTILIZADO MAS DE CUA TRO MILLONES Y MEDIO DE KILOS DE CEMENTO El costo total supera los cinco millones de pesetas; solamente el purificador cuesta 700.600 O TAN PRONTO SEA INAUGURADA SE ACOME TE RA LA CONSTRUCCION, CON URGENCIA, DE OTRA PARA NI OS La Verdad. 23-5-1969. 281 EL DEPORTE ELDENSE 1970 (I) PARA JUNIO. LA SEGUNDA FASE DE LA CIUDAD DEPORTIVA COMPRENDER INSTALACIONES DE PE TANCA, TENIS, FUTBOL, PISTA POLIDE PORTIVA, GIMNASIO E INSTALACIONES COMPLEMENTARIAS 1969 ha sido un ao de prueba para el (entro Excursonista Eldense EN 1970, EL (ENTRO LLEGARA CON TAR CON TRES MIL QUINIENTOS O CUA TRO MIL SOCIOS Balance de las actividades del ao, con el presidente del (entro Excursionista Eldense, don Daniel Estere Poveda Don Daniel Este, Pnveda, presi dente del Centro Excursionista Eldense. La Verdad. 1-1-1970. 282 LA PLACA Al MERITO DEPORTIVO, CONCEDIDA Al CENTRO EXCURSIONISTA PREMIA SU LABOR DE CREACION DE LA CIUDAD DEPORTIVA En la reunin plenaria ce lebrada por la Junta provin cial de Educacin Fsica y De portes se acord otorgar placa de plata al Centro Excursio nista Eldense por ser la enti dad que ha realizado en mate ria de instalaciones deportivas una mejor labor con medios e iniciativas propias. Este merecido galardn vie ne a premiar el esfuerzo y el tesn de esta sociedad que sin ms apoyos que el propio ha conseguido poner en marcha y desarrollar un complejo poli deportivo de tanto alcance so cial como es fa Ciudad Depor tiva del Centro Excursionista, cuyas obras se encuentran ya en la segunda fase muy adelan tada de construccin. En septiembre de 1967 se con cibi la idea de crear un gran complejo polideportivo que cu bra la necesidad que Elda tic ne de instalaciones donde prac tirar deportes. Lo que pareci una empresa ajena totalmente a los fines propios del centro, por su dedicacin al montais mo, super todos los obstcu los previos y consigui plas marse en realidad cuando se ad quiri una extensin de 45.000 metros cuadrados en un lu gar muy bien comunicado y no muy distante del casco de la poblacin, junto a la ca rretera de Monvar. La finan ciacin de esta obra con 1.500 ttulos populares a 4.000 pese tas hace que sea posible la pro secucin de lo. empresa, con la ayuda d la Ceja de Ahorros del Sureste de Espaa. En mayo de 1968 se eleva el proyecto, redactado por el ar quitecto don Alfonso Navarro Guzmn, memoria y presupues to a la Delegacin Nacional de Educacin Fisica y Deportes, solicitando una subvencin de quince millones de pesetas pa ra la realizacin de la totali dad del proyecto. Hasta la fe cha, dicha subvencin no ha sido concedida y todo lo reali aedo ha sido hecho gracias al esfuerzo de sus socios y a la colaboracin de la citada enti dad crediticia. En Marzo del mismo, ao 1968 se iniciaron las obras de la primera fase de esta Ciudad Deportiva, que comprendan la construccin de una pisci na olmpica de 50 por 21 me tros, una infantil y la edifi cacin anexa y servicios com plementarlos, lo cual fue pues to en servicio en 1969. En agosto de 1970 y gracias a una operacin de crdito con la Caja de Ahorros del Sureste por importe de 7 millones de pesetas, se inician las obras de la segunda fase de la Ciudad Deportiva, que comprendern dos frontones ,uno de ellos olmpico), cuatro pistas de te nis, una pista polideportiva, campos de petanca, vestuarios, gimnasio y cercado del recinto. Estas obras debern quedar ter minadas en febrero de 1971 y por el ritmo que llevan es po sible que lo sean mucho antes. El uso de las instalaciones construidas, a partir de marzo prximo, dar a conocer otras necesidades y posibilidades de mejora de la ciudad. Posible mente en otoo del prximo ao se pueda considerar llega do el momento de acometer la tercera fase de esta impresio nante realizacin. Esta tercera fase comprender el local so cial, con amplios salones, terra zas, restaurantes, sala de con ferencias, conciertos y proyec ciones, tertulias, biblioteca, re creo, etc. La cuarta fase comprender campo de ftbol, pistas de atle tismo y lanzamientos Y finalizadas las fases en que se ha dividido el proyecto, aun quedarn diez mil metros de terreno para piscina cubierta, ms pistas de tenis y parque o zona verde. Cuando, dentro de no mu cho tiempo, se pueda ver total mente terminado este fabulo so proyecto, Elda contar con una de los mepores complejos deportivos nacionales y que se r uno de sus ms legtimos orgullos. Orgullo, sobre todo, del Cen tro Excursionista, a cuyo es fuerzo y entusiasmo se debe tan gran obra y por la cual po dra decir a la Delegacin pro vincial que le ha concedido la placa de plata al mrito lo mis ino que Unamuno contest a don Alfonso XIII al recibir una distincin: Me la merezco. Y en ello estariamos todos de acuerdo. A. NAVARRO Informacin. 24-12-1970. 283 El Centro Excursionista Huno y en N Ciudad Deportiva, rindi homenaje a la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa ldealidad n. 160-161 de julio -agosto. Ao 1971. 284 La Ciudad Deportiva del Cen lro Excursionista Eldense, sobre ana superlIcie de 60.000 metros cuadrados, ha construido tres piscinas, una de ellas ciiimpica, otra infantil y otra de 25 por 12 metros; ocho pistas de bolos petanca, consideradas como las mejores de Espaa en su gne ro; dos frontones, pista ponder portiva, cuatro pistas de tenis, campo de ftbol, bar, gimnasio y vestuarios en las distintas ins talaciones, por un importe supe rior a los veinticinco millones de pesetas. Todo ello en las dos :primeras fases de las obras, pues la tercera fase ser el complemento para atender a los 750 socios de la Ciudad De Jrtiva, que con sus familiares y beneficiarios sumarn unas once mil personas. Esta ltima fase comprender el local so cial, restaurante, saln de re uniones, escenario y cabina de proyecciones, sala de juegos, saln infantil, sala de juventud, biblioteca y sala de lectura, bo lera, terraza o saln de invierno encristalado, etc.; campo de ft bol, pistas de atletismo y de lanzamientos, cinco pistas de tenis, una de ellas con gradado para competiciones; recodrmo (escuela de escalada); zonas verdes, piscina cubierta 25 por 12 metros, climatizada, con ser vicio de sauna; grupo de edifi cacin con vivienda para jefe de personal; cubrimiento de la i(ata polideportivo; frontn para front-tenls; cancha de tiro al plato. Despus de una detallada vi sita a las instalaciones de la Ciudad Deportiva y de presen ciar unas interesantes y compe tidas pruebas de natacin, fue ofrecido a los seores represen tantes de la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa el homenaje del Centro Excursionista Elden se, en el transcurso del cual el presidente del mismo, seor Esteva Poveda, hizo una data liada exposicin da lo realiza do hasta hoy, gracias al entu siasmo de los promotores y a la confianza que la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa deposit en ellos. (Folo. CARLSON Con objeto de recibir el ho menaje que la Directiva del Centro Excursionista Eldenee renda a la Caja de Ahorros del Sureste de Espaa por la co laboracin econmica, sincera y entraable de la misma en la creacin de la Ciudad Deportiva del Centro, se desplazaron a Elda el presidente del Consejo de Administracin, don Ramn Sala Liopis; director general, don Francisco Oliver Narbona; don Luis Torras Brinde, presi dente del Consejo Comarcal de Alicante; don Rafael Pie Torre grasa, subdirector comarcal; don Francisco Quilco Martinez, interventor general; don Luis Mis Ferrndiz, presidente del Grupo Deportivo Sureste de Es paa, y don Antonio Prez Or tiz, director de la Sucursal en Monvar, acompaados de don Pedro Galicia Amat, presidente de la Junta de Gobierno de la Caja en Elda; don IsIdoro yerci Verd y don Luis Amat Vera, yo coisiNodon- Claudio Orte Sn chez, director de la Sucursal en Elda. Fueron recibidos por el presidente del Centro Excursio nista Eldense, don Daniel Este va Poveda, y miembros de la Junta Directiva. A la entrada de acceso a pis tas y frontones, los seores Sala Llopis y Oliver Narbona descubrieron una lpida con la siguiente inscripcin: La gran obra social de la Ciudad Deportiva del Centro Ex cursionista Eldense fue realidad por: Una idea: Hermandad de loa hombres por el deporte. Un pueblo ejemplar: ELDA. El tesn y sacrificio de un equipo: Daniel Esteva Poveda. Antonio Antn Martlnez. Alberto Beitrn Sempere. Manuel Diez Cuenca. Juan Espaol Vidal. Manuel Martnez Liado. Miguel Prez Beltrn. Julin Torregrosa Navarro. Y la colaboracin econmica, sincera y entraable de una Ins titucin: Caja de Ahorros del Sureste de Espaa. Elda, MCMLXXI Idealidad n. 160-161 de julio -agosto. Ao 1971. 285 Espoln Eldense, llevar de nombre una cima virgen del Atlas El Djbel Toubbal, msiesa altura de Africa del Norte, y spbre el cual los montaeros eldenses han abierto una va primera absoluta; adems de esta va, han conquistado una etunbro virgentl a la que se quiere poner el nombre de Espoln Eldense. La Operacin Atlas -71, ha obtenido un exi lo rotundo. O ADEMAS, LA OPERACION ATLAS -71 HA CON SEGUIDO 29 ASCENSIONES, Y UNA YIA PRI MERA ABSOLUTA A 4.165 METROS DE AL TURA O Riquelme coron solo dos cumbres, una superior a los 4.000 metros O LES HAN FALTADO MONTAAS, DIJO D. DA NIEL ESTE VE Informacin. 31-7-1971. 286 ELDA TENDRA UN PARQUE DE MONTAA DE MILLON Y MEDIO DE METROS EL CENTRO EXCURSIONISTA HA COMPRADO CON TAL FIN LA FINCA LA RABOSA, EN TERMINO DE PETREL La pagarn los socios del Centro con cuotas especiales de 600 ptas., pagaderas en 30 meses BOLON PODRIA SER EN EL FUTURO UN MAG NIFICO TIBIDABO PARA ELDA El 29 de noviembre junta general extraordina ria del Centro Excursionista MOTIVO: PEDIR DERRAMAS DE 4.000 PTAS. PARA CONTINUAR LAS OBRAS DE LA CIUDAD DEPORTIVA La Verdad. 27-10-1971. 287 EN MARCHA LA TERCERA FASE DE LA CIUDAD DEPORTIVA DEL CENTRO EXCURSIONISTA DE ELDA Entre las nuevas instalaciones figuran una piscina cubierta y un local social ELDA. --En la noche del vier nes se celebro una felellell 111. formativa del Centro EMI,S40. nista, referida a la puesta en marcha de las obras de la ter cera y ultima lose de la t:iu dad Deportiva, con la cual se dar cima a esta importante obra, probablemente el masar y inas completo completo re creativodeportivo de toda la provincia y con pocos equiva lentes en Esposa. Habla expectacion por tsta reunin. lo (11.1e as tradulo en oir lleno lotol del amplio saito del cine donde se destioolle la misma. Ocupo la presiden cia el imano rector de la Chi. dad Deportiva, compuesto por el presidente del Centro Ex cursionista Eldense. don Da niel Esteve Poveda, y los miembros don Antonio Vera Blanco. don Alberto Beltran Sempere, don Miguel Perez Beltran, don Antonio Antn Martmez, don Manuel Mart nez Liedo. don Manuel Diaz Cuenca, don Juan Espaol VI dal y don Julin Torregrosa Navarro. El presidente hizo una ex posicin de lo realizado hasta ahora en la Ciudad Deportia. de las incidencias surgidas en torno a la misma y los esfuer zos hechos para conseguir los recursos necesarios, siempre recayendo este esfuerzo en socios, ya que no se han ob tenido las ayudas solicitadas a los organismos deportivos nacionales. Plante que, como conse cuencia de la gran acogida que esta Ciudad Deportiva ha bla tenido entre los socios. se haba hecho insuficiente el nmero de Instalaciones, tanto en las piscinas como en los El presidente del Centro Excursionista. seor Esteva Pov-M en su exposicin a los socios sobre la ampliacin de le Ciudad Deportiva. (Foto CAFILSObl) frontones Y Pistes de tenis . as como se echaba en falta la carencia de un local social adecuado, cuya construccin estaba prevista en la ltima fase, Por ello se haba decidi do anticipar la construccin de esta tercera y ltima fase en le que se construiran cinco nuevas pistas de tenis, una nueva piscina cubierta clima huida, un frontn para front tenis, campo de ftbol, pistas de atletismo, recdromo (es cuela de escalada), cancha de PM el pialo, cubrimiento de la pista polideportiva, local su del y zonas verdes. El sedor Esteve Poveda inform de la modalidad que se proyectada Implantar para la financiacin de estas nuevas instalaciones. invitando seguidamente a ios presentes a exponer su opi nin a este respecto, pues aun cuando el tema objeto de esta reunin deber ser pues to a votacin en la Junta ge neral que se celebrar el pr ximo viernes, era conveniente La Verdad, 21-11-1971. pulsar la opinin de la mayo ra de loa socios este res pacto. Algunos de loa presentes hicieron uso de la palabra, planteando cuestiones diver sas que en algunos ceso* eran ajenas al motivo de la re taloe, referentes stas e de ficiencias observadas en el uso de las Instalaciones do le Ciudad Deportiva, pero en cuanto a la ampliacin indica da fue aceptada por la totali dad al no expresarse ninguna opinin contraria a la misma. Aunque esta aprobacin de la mayora de los socios nc ma decisiva, puesto que lo que ha de contar para que la realiza cin de la tercera fase de le Ciudad Deportiva se ponga ea marcha es la votacin afirma tiva de los representantes en la junta general prximo, el re cuitado de esta reunin Pe, reite esperar que la decisin final sea igualmente favora)le. A. N. 288 El Centro Excursionista, entidad ejemplar (II) TRES TRIPLETAS DE PETANCA, A POR EL CAMPEONATO DE ESPAA LA DE BALONCESTO NECESITA JUGADORES El Juventud C. E. de balonmano debutar (la prxima temporada) en categora nacional Atm tienen su mudo loe fugsdores de efe1(Pote: El E, tenis, desde Saetees, aumenta sus seguidores. (Foto: ELY Informacin. 11-7-1973. 289 TRAS LA ESCALADA AL NARANJO Lo soaba desde hace aos, y lo intent otras dos veces sin lograrlo (Botella) SE PASA MIEDO, ES DURO; EN INVIERNO DEBE SER INFERNAL Don Daniel Estere Fovrda, prmidente del Centro Eacensionlata Orlen ., en el momento de felicitar a Domingo Botella, vencedor del Na ranjo de Mit:a por su cara Ocal.. (Foto Carleen. La hazaa se ha producido en silencio, tal y como mandan los canonee de la escalada. La noticia la dbamos ayer, sin ms ni mas. Hoy traemos nuestraa Pagina , a este muchacho de 17 aos, pe ro que, corno ha dicho el presi dente del Centro Excursionista Eldense, es ya un doctor en esca lada. O mejor, es un gigante de lis paredes difciles. Y conste que Domingo Botella es corto de esta tura, pero con un corazn enorme. de proporciones colosales, como es su escalada al Naranjo de Ruines por esa cara del Oeste, tara dificil, tan Peligrosa, y tan tentadora para estos hombre que del peligro hacen 811 felicidad. Lo eXplica AS! HA SIDO LA ESCALADA Yo tenla mto en la cabeza d.de hz. ao. He soado su bir, llegar a la cumbre, pero sl es verdad que las otras dos ve cee no pode /legar, aul be llegado ata. AM comienza su relato Domin go Botella, y nuestra nueva pregunta contesta. Yo habla alabado dao veces anterimente, pero por M rara sur; y las dna veces, mando mi raba de arriba abajo, me eMre marta de miedo. Despus ya no olvidaba aquello; lo bonito y di ferente que seria, mirndola des pus de haberle ca bido por la rara Oeste... La Verdad. 2-8-1973. La escalada comenz el 911.1.do die 19, en cordada con as amigo y compaero Mateas, llegando has ta los Tiros de la Toree: Pero el viento y el agua -eleve, loo hizo re tirarse despus de haber pernoc tado es la pared. El dls. Se, des cansaron, y el 21, uno las tres de la maana se colocaron ya al pie de la mole. A pesar del mal tiempo comenzaron la ascensin. Noche en la pared y por la ma ana de nuevo la ascensin. A medloda coronaron la cumbre. tQu sentiste en ese momen to 290 SOE0 UN MUSEO EN EA CIUDAD: [E ARMIEROGICO FUE FUNDADO HACE 15 AOS RECOGE PIEZAS DESDE EL PALEOLITICO HASTA EL MEDIOEVO NO ESTAMOS RECONOCIDOS OFICIALMENTE Muslim de cermica neolltke: haches. Meces y el (Foto ELY) Restos de crneos del noolitioo.(Foto ELY) Informacin. 7-8-1973. 291 Concedido recientemente por la F.E.B. EL JUVENTUD C. E., PREMIO NACIONAL A LA DEPORTIVIDAD Juventud e E. Eldense. (FOTO CARLSON) ANTONIO VERA: LA NOTICIA LA HE RECIBIDO CON LAGRI MAS EN LOS OJOS Juan A. Siz: Es el premio ms importante que nos han con cedido La Verdad. Septiembre de 1975. 292 PELAYO ROS, EN ELDA II eelegnek roo. , 1 A. Ido.ed fi eld. y ~ene, r4It0 eyer diana. Instalaciones ~provee A. la Woelncle. En Fide lneneLe eflol~e le Clud 000 , 11ye del Centro Exeureloolarte y el pen de Rabo., ofreolde a. die le leannenweedded Enle-~1. Es le lobp , eills, en rnontenlo de lo necenlde Pn , lee Inatlacione 1. sets pu.. 61. mamona, con me extenolOn de 11 millo. dm de eltroe embreo. (fon C.ARLI10141). LA VISITA DEL DELEGADO NACIONAL DE DEPORTES Inaugur olicialmentu el Pum de Molida Miel [Me, El Rabosa El sbado de la pasada sema na, tal como anuncibamos en nuestro nmero anterior, visit nuestra ciudad o ms exacta mente, las instalaciones del Cen tro Excursionista Eldense el Delegado Nacional de Deportes, don Toms Pelayo Ros, que ve nir por vez primera a Elda y quo !leg sobre el mediodia, acom paado por el Gobernador Civil de lap rovincia. don Benito Sez Gonzle-Elipe; Secretario de la Delegacin Nacional do Depor tes: Delegado provincial de,Edu cacin Fsica y otros directivos ue le Junta Provincial de E.E. y D. El seor Palay Ros y sus acompaantes se encaminaron directamente a las instalaciones oe la Ciudad Deportiva del Com bo Excursionista Eldense, don an les esperaban para darles la bienvenida el alcalde de la ciu dad, don Antonio Porta Vera; el nuevo alcalde (que tomarla po sesin al da siguiente), don La Verdad y Valle de Elda. 7-2-1976. 293 LOS CONQUISTADORES DEL ACONCAGUA VUELVEN A CASA Anoche regres la expedicin del Centro Excursionista Eldense Volvieron o lo xterretox loa montoneros Mermes que dios posado. vences., ion 7 040 metros de altitud del Aconcagua, el gigante de los Andes. Con el canSenclo en el metro. pero telice. y con tento. por el re.ultado flnol de la expedIckSn. posaron para IN FORMACION Manuel Morhney. Julio Guerrero. Domingo Entallo. Vicente Freire y Manuel Rlquelrne El sexto componente de lo 0.1~C1611 del Centro ExcurstonIsta Eidense, quede en Chile paro visitar a uno. laminare. (Foto ARJONESI Informacin. 18-1-1978. 294 GIRO EN LA POLITICA DEL CENTRO EXCURSIONISTA ELDENSE Daniel Mas cultura vnievos estatutos Tambin un economato para ser utilizado por las 7.000 familias vinculadas al centro Se proyecta la creacin de una fundacin para premiar la investigacin, el estudio y las artes El Centro Excursionista Eldense tiene el pro. yecto de crear una fundacin que ll evarla su nombre orientada a promover la investigacin, el estudio y las artes en loa pueblos del Valle do Elda, La iniciativa fue aprobada por la nueva junta del C.E.E., durante su reunin constitutiva, en la que, adems de ese tema, se aprobaron dis tintas mociones, que sern refrendadas en una asamblea de socios, relativas a la Instalacin de un economato, redaccin de unos nuevos estatutos qoe regirn la sociedad, nuevos planes de organi sacin de la ciudad deportiva y otros temas de sumo inters sobre economa, patrimonio, deporte, Cultura y actividades en general. En esa misma reunin ae aprob la concesin de una amnista total para todos los socios que hayan Incurrido en faltas que obligaron a la loo. posicin de castigos y a quedar marginados de las actividades de la entidad. Tambin se acord la concesin de la medalla de oro a los componentes de la expedicin montaera al Aconcagua. Todas estas Iniciativas forman parte de la nueva poltica de gestin tras la eleccin demacra. tira de Daniel Estere como presidente del Centro. En su segunda etapa, el nuevo y numeroso equipo directivo va a llevar a la prctica la implantacin de la enseanza en todos los aspectos del Centro, premisa Indispensable para desarrollar con toda so amplitud la obra que fue creada durante la pri mera etapa. Para ello, la sociedad ha fortalecido la composicin de su junta directiva, creando asi mismo las comisiones de patrimonio y ciudad de portiva, econmica, deportes y de cultura. La Verdad. 4-2-1978. 295 Carmen Alba, portavoz di. la comisin de cultura del CEE: da enseban va a ser nuestra constante) La creacin de una escuela de msica es uno de los proyectos de la comisin La comisin de . cultura del Centro Excursionis ta Eidense ha comenzado a trabajar. Conscieete del peso que tiene que soportar sobre sus nuevos el nalentes, la comisin est obsesionada con la Pala bra enseanza, santo y sea, al parecer, de es ta segunda etapa que acaba de emprender la so ciedad que preside Daniel Estere. El proceso cul tural recin iniciado no quiere dejar resquicios en Mira, sabemos que la entidad ha depositado en nosotros toda su confianza. Que sobre nuestras espaldas recae el peso y la res. ponsabilidad de llevar adelante un programa cultural lo ms ambicioso posible. Tambin sa. bemos que los presupuestos no permiten grandes alegras eco nmicas. Que durante este ao, por lo menos, no tendremos ni un cntimo. Pero, an as, el equipo est dispuesto a desarrollar un plan cultural donde la enseanza va a ser la constante de quienes formamos parle del mismo. Carmen Alba Sopera. Casada y madre de tres hijos. Maestra por la maana. Por la tarde, efl. ecz pen del Centro Promotor de Exportaciones de FICIA. Y en sus ratos libres, aina de casa. Y ahora, tambin, portavoz de la comisin de cultura dentro de la nueva junta directiva del Centro Excursionista Eldense. Proyectos Ayer jueves, por In noche, la comisin celebr su primera reu. nin de trabajo. Floras antes, Carmen Alba no tuvo incOnve. Mente en informar a LA VER DAD, no sin antes remarcar que ella es un miembro ms del equipo y que deblaInOs enmarcar sus palabras en el contexto cle lo que piensa, opina y desea toda la Muntsin de cultura. ninguna de las muchas secciones que conforman el engranaje de esa gran mquina que es el Centro: Hay necesidad de recuperar el tiempo perdido. Hay deseos y hasta obligacin de cambiar la imagen de esa universidad creada en la primera etapa. La etapa de los hombres audaces segn se la calific queda atrs. Y llega, ha llegado ya la de los tecnicos. Bien. Nuestros proj retos seal son muchos. Queremos potenciar la biblioteca del Centro, progra mar obras de. teatro juvenil, con cursos de dibujo y pintura tam bin juvenil. Celebrar semanal. mente charlas, Invitando a med. cos, msicos, pintores, etctera. Consolidar la rondalla juvenil, los educandos de la misma. Inte resar a todas las secciones para que por lo menos una vez por semana ofrezcan una charla orientada hacia todas las perso nas, pero principalmente hacia la gente Joven. El Centro, todo en si, puede aportar ideas que la comb aln recoger y -tratar de dese, rrollar con arreglo a nuestras po sibilidades. Y todo ello sin sobre cargar a la gente. Trabajaremos despacio, pero con cosas poslti Vaso. No hay dinero. La comisin de cultura lo sabe, ya que conoce perfectamente el dficit que ao. tualmente tiene la sociedad el. dense. De dinero no hablemos di jo. La comisin sabe que no cuenta ni con un cntimo. Todo tiene que hacerse altruistamente. No importa, ya que pensamos que se pueden hacer muchas co sas sin l. Por ejemplo, todo lo que te he apuntado y, posible mente, el proyecto ms ambicioso de los que tiene la comisin en estos momentos: crear una es cuela de msica. Lgicamente, este proyecto no depende nica La Verdad. 10-2-1978. mente del Centro, pero su puesta en marcha, por lo que respecta a nosotros, no va a quedar. Patrimonio Trabajo en equipo. Siete son las personas que integran la nueva comisin. Junto a la ya ci ta da Carmen Alba, tres mujeres nas; Maria Rosa Belmar, que tambin se dedica a la cose danza, Encarnita Alba, enfer mera, y Candi Vera, peluquera, pero muy relacionada con los grupos teatrales de la ciudad. Y tres hombres: Juan Manuel Se dan, maestro, Francisco Moya Calleja, vocal de la seccin de fi latelia, y Jos Arnat Beitrart. Siete personas, pues, para traba. jan con pocos medios. Econmicos, ninguno. Pero contamos con todo el patrimonio del Centro Excursionista. Las instalaciones de la entidad, ese es nuestro deseo, van a ser muy bien aprovechadas, aadi. BLAS DE PEAS 296 Rueda de prensa del Centro Excursionista Eldense Ea (Universidad del Deporte), en marcha Juan Antn, profesor de Educacin -Fsica, ha sido designado director tcnico de la Ciudad Deportiva La Ciudad Deportiva del Centro Excursionista Eidense, calificada como universidad del deporte por el propio presidente de la entidad, Daniel Esteve, tiene ya director tcnico. Se trata de Juan Antn Gar cia, profesor de educacin Eska. Con esta designacin, el Centro Ex cursionista se halla en condiciones de llevar a la prctica un plan muy ambicioso de enseanza del deporte a nivel de infantiles y Ju veniles. Cuenta para ello con el director y los alumnos de la mencionada universidad. Falta una parte importante del que podriamos llamar cuadro de maestros. Pero este captulo el de los moni tores, se ir cubriendo sin prisas. El programa de trabajo es amplio y, segn palabras del presidente de la sootedad, tenemos tiempo para desarrollarlo. La presentacin del recin nombrado director tcnico de la Ciudad Deportiva, Juan Antn, tuvo lugar durante una rueda de prensa convocada a tal fin por dicha entidad eldense. Se celebr en la sede oficial de la calle Me nndez Pelayo, con asistencia del presidente y varios diraotivos de la junta, como asf. del propio Juan Antn, y monitores de gim nasia y natacin, seores Mut y Cabanes, respectivamente. A continnacin y con el nimo de simplificar al mximo los te mas tratados, enunciamos el con tenido de lo expuesto por Daniel Eleve y Juan Antn, en el trans curso de la rueda informativa. Enseanza le PRESIDENTE: El Centro Excursionista cubrid su primera etapa, la de construir y pagar. Tras ello, habla que hacer frente a la segunda; o sea, desarrollar la obra con la constante de la ense anza. Hubo un detenido estudio de la situacin econmica, anali zndose las posibilidades de la entidad para llevar a cabo un plan de enseanza deportiva, ya que el Centro se ha creado para estar al servicio de los dems. En este sentido, se pens en un cu adro de profesores basado en la cabeza de un director tcnico para organizar el sistema de en seanza. De ah, la designacin de Juan Antn. profesar de F.do racin Fsica, director de ese cuadro de monitores, Instructores y colaboradora que se ir corre pletanclo sin prisas. El programa de trabajo es amplio y hay tiempo para desarrollarlo. Fundamentalmente, este pro grama estar orientado a los in !anilles y juveniles. Comenzar con cursillos de iniciacin y pro seguir con los de especializacin. Y todo ello dentro de un carcter abierto, ya que hay que conseguir masa deportiva, pensando, lgi cemente, que el objetivo del Cen tro no es bucar medallas. El fruto, el posible fruto de esta universidad del deporte se po dr ver dentro de 3 4 aos. Evidernentemente, estos planes necesitan de la colaboracin de todos los socios de la entidad, de todas las secciones deportivas y de los propios padres de loe nios. Hay que intentar que los nios vengan a la Ciudad Deportiva a travs de los padres. Conseguir que las instalaciones sean utiliza das al cien por oien. Juan Antn, hombre joven y que goza de toda la confianza de la directiva de la entidad, ha sido llamado para que desarrolle estos planes. Su presencia es .fruto de los programas econmicos de la sociedad y del convencimiento de que haba que llevar adelante la segunda etapa del Centro. La enseanza de los nios es y debe ser el motor que haga moverse a esa Ciudad Deportiva que la en tidad he sido capaz de construir. Cotaboracin 01( DIRECTOR TECNICO: Fi programa es sencillo, pero a la vez ambicioso. Abarca la realiza cien de cursillos y la creacin de monitores que continen el tra bajo iniciado. Equipo con una metodologa a seguir, planificada y vigilada por la direccin tc nica. 1odo ello con el objetivo fundamentalmente de que si ahora existen cien nios, a fin de ao sean mil. Y dos mil al (or XiMO. La Verdad. 12-10-1978. Juan Antn. (Foto Carlson) Este programa va a tener de portes base: atletismo, gimnasia y natacin. Despus y de manera paulatina se abarcarn otros de portes, contando de antemano con la colaboracin. que debe ser extraordinaria, de todas las sec ciones deportivas del Centro. SI no se tiene, la direccin tcnica no podr conseguir otras cosa* que no sean medias tintas, En este aspeoto, el programa de trabajo a /levar a la prctica do una forma inmediata y sin menor prdida de tiempo, precisa ura monitor por seccin y cuantos ms colaboradores mejor, ya que la labor va a ser mucha. Las sec. dones tienen que nientaimarse. Comprender la importancia de la educacin deportiva de los nios. Si se logra, si todo esto es vale. rada por el Centro Excursionista, la Ciudad Deportiva ser esa universidad del deporte que la sociedad desea y necesita. BLAS DE PEAS 297 Como presidente dei CEE D imitin Daniel [sten Abierto el plazo de presentacin de cand:datos para ocupar ia vacante; la eleccin ser este mismo mes Dan 1 c: Estere Diveda ha dejado de .ser presi. den:e del Cour , Excursionista Bid...bine., cargo que venia o:aliando de -de 1957. Su dimisin irrevoca ble la dio a conmer ..1 pasado 31 de mayo, me dimite carta dirigida a la directiva del mitro. En los medios culturales y recreativos de la localidad ac ha calificado de sorprendente la decisin di misionaria del seor Ester, considerado, por mu ral el escrito enviado a la di rectiva, el ya ex -presidente del Centro revela que su decisin obedece a necesidades ineludi bles de mi prolesin y priva das. Tantos y largos aos de en Urea y dedicacin a nuestra garrida sociedad dice ms ado en el mismo escrito, ha. ce o ms doloroso este momento, pero la abritinadora tarea que sobre ml pesa, especialmente en la profesin, y tambin familiar, limitan mi capacidad de trabajo y tiempo. Imposibilitndome otra dedicacin.. Los siguientes prrafos do Su Escrito los dedica el seor Esteve agnirlecer la magnifica cola boracin. de los directivos, comi sionados, vocales, caulpos, socios, empleados y tcnicos de la socie dad, al tiempo que pide perdn por las ofensas o molestiasa que hubiera pedido ocasionar: Dcwo lo mejor para (sitial los que ~l ean, altruistamente, la mejor de chos, como ahnintirv-institucina de ia Kititlad tate de los principi,:es artitions en la ,tapa de con sondacin del Cenizo Excursionista .r.:(1.:tme. Da niel Estoy.: deja tras dd s una obra Je gran en vergadura, impacto en la sociedad eldense, cues tionada por unos y ensalzada por otros: una chi dad deportiva ron Instaiaciones de rin1er orden que alberga a ms dd 6.000 socios. I/. Daniel Esteve (Foto CARLSONi. su tiempo en servir a los de ms.. Este mes, elecciones Nada ms conocer la decisin La Verdad. 2-6-1979. del hasta ahora presidente, la di. rectiva del Centro ha dado a co nocer las normas para la eleccin del cargo vacante, zue tendr lu gar, se anuncia, durante este mismo mes. Se concede un plazo de 20 das para resentacirtn de candidaturas, que podrn hacer los propios interesados, por es crito, y con el aval de 10 firmas de socios de lo, denominados con voz y voto. La relacin de candidatos ser notificada a la Federacin Va lenciana de Montaismo. La mesa de votacin se constituir a las 9 de la maana de un da lo davia no detemilnado, siempre en junio, pero ;ice se intentar que sea sbado, para hacer posi ble una mxima afluencia de vo tantes. Todos los t.Ocios con voz y voto recibirn ii sus domicilios las coeresponcli es papeletas de los candidatos ,, la presidencia, notificndoselos al mismo tiempo el di, y la hnra de las elecciones donar- podi.1.1 Ocre u derecho a votar. 298 CAPTULO XXVIII IDEAS QUE NO CUAJARON 999 El Centro Excursionista Eldense, tan numeroso en socios, que lleg a contar con la cuarta parte de la poblacin eldense (de cada cuatro habitantes, uno perteneca al Centro Excursionista Eldense), sin duda la sociedad montaera con mayor nmero de socios entre las entidades de este deporte en la nacin, era lo bastante importante y estaba sufi cientemente arraigada como para intentar otras empresas de parecida ndole a las anteriores y con los mismos motivos que las impulsaron. La situacin de Elda y su frentico progreso lo demandaban as. Y el Centro quera y deba estar abierto a todas las iniciativas favorables a ese progreso beneficioso para el Centro y, en definitiva, para todos. Un da, estando en construccin la Ciudad Deportiva, y desarrolla do el parque de montaa Daniel Esteve, me visit un amigo, conoci do profesionalmente, funcionario de Ayuntamiento (no el de Elda) y propietario de las Casas de Onil (finca que se encuentra al pie de los Rasos de Cat y tras el Rincn Bello), ofrecindola en venta para el Centro Excursionista Eldense. Era poca propicia para el Centro, hubiramos podido disponer de los dos millones de pesetas que peda. Qued en contestar. Men talmente fue un tormento para m. De una parte, la oportunidad que se ofreca, y de otra las complicaciones que ello iba a suponer. Yo estaba bastante cansado de problemas pero una gran idea me embarg y me ilusion. La idea me pareca esplndida. Hice mi cuento de la leche ra. Conoca la finca por haberla visitado muchas veces recin termi nada nuestra guerra civil; iba dos y tres veces a la semana desde La Venteta (Rincn Bello), por un atajo, y paso complicado, por el estre cho del Rincn Bello, parte izquierda. Tena amistad con los ocupantes del gran casern que todava, reformado, existe; conoca el magnfico nacimiento de rica agua, sus huertas, sus bancales en ligero declive, la anchura y extensin de aquel soleado rincn entre montaas, abierto hacia Agost. Poda ser ideal para un campo de golf y deporte de equi tacin, amn de albergue montaero. Todava estaba en mantillas el golf en nuestro pas. Deporte caro, muy caro, pero pens que los humil 301 des tambin tienen derecho a su prctica. No me detena el precio de los caballos, su cuidado y entrenamiento, ni la preparacin del terreno para el golf; yo segua soando que haba sobrada agua para el cui dado del csped, indispensable en estos campos. Y que una sociedad, tan importante y tan ilusionada, poda, bien razonada y explicada la cuestin, afrontarla bajo una sensata programacin. Podamos com prarla y luego ya se estudiara su desarrollo. Tras largas meditaciones, vigilias y dudas, abandon la idea. Estaba cansado. Rechac la oferta. Otra idea. Aparecan por capitales y ciudades importantes, bajo el patrocinio de asociaciones, economatos con notable beneficio para sus asociados: familias numerosas, colegios profesionales, etc. El Centro Excursionista Eldense tambin poda beneficiar a sus afiliados con un economato o supermercado de tales caractersticas, basado en el gran nmero de socios. Precisbamos del hombre clave y competente que supiera organizarlo, administrarlo y desarrollarlo, que adems fuera conocedor de la clase de empresa y que estuviera dispuesto a dedicar le todo su tiempo. No se encontr el hombre; algunos se presentaron, buenos com paeros, honrados, fi eles, amantes del Centro, pero no expertos en el asunto. Se abandon la idea. La creacin de un cementerio en el parque de montaa Daniel Esteve fue otra idea obsesiva, principalmente en los viejos montae ros (viejos no por edad, sino por antigedad en el Centro) que poco menos se vean (valga la expresin) enterrados en el lugar elegido: apartado, silencioso, con escaso paso de visitantes. Era un yermo, hoy cubierto de pinos, antigua via, existente tras el montculo que hay a espaldas del albergue. Era lugar, repito, escondido, pequeo, casi lla no, silencioso: ideal para el proyecto. Tantas personas hubo interesa das que efectu gestiones. Por parte de la Iglesia no haba inconve niente alguno, bastaba bendecir el lugar y registrarlo como tal cementerio. No fue as para las autoridades civiles. Sanidad del Ayuntamiento de Petrer era ms exigente: las fosas y sepulturas haban de ser de gran resistencia para evitar cualquier profanacin. Al fi nal determinamos que el que quisiera incinerara sus restos y fueran esparcidos por el parque o lugar destinado previamente. 302 La creacin de la Fundacin Centro Excursionista Eldense fue otra de las preocupaciones que me desvelaron, y quiz la ms soada e imaginada. Fueron muchas las horas de vigilia que dediqu a esta idea y que, pese al tiempo transcurrido, sigue embargndome. Nada pude hacer durante aquel tiempo de mi presidencia, demasia das preocupaciones, problemas, nulas posibilidades econmicas, ya que embarcados en la empresa de la Ciudad Deportiva y posteriormen te del parque de montaa, en su desarrollo fi nanciero, no se quera ejer cer demasiada presin sobre los esculidos bolsillos de los socios, pen sando siempre, desde luego, en el bolsillo del ms dbil. No era tiem po propicio para la creacin de tal fundacin. Tampoco, creo, que sea hoy momento adecuado para ello, pues el aumento de las cuotas y la proliferacin de instalaciones deportivas en la ciudad y pueblos lim trofes lo obstaculizan. No obstante, es tan positiva, de tal envergadura y proyeccin futu ra, que me atrevo a researla pues quiz pueda interesar a alguien en el futuro. La fundacin se debera destinar, en primer lugar, a la enseanza deportiva, mediante escuelas especializadas, cursos abiertos a todos, cursillos para la formacin de monitores y profesorado, y estudios en todo lo referente a las actividades principales del Centro. En este primer aspecto su actividad podra relacionarse con las actividades similares realizadas en centros de enseanza, institutos y universidades. Esta actividad no habra de cerrar el camino a otras. La fundacin debera estar abierta a cualquier otra actividad que pudiera interesar a la ciudad y en el valle en el muy amplio campo de la cultura, tan repre sentada en las secciones de nuestro Centro. La formacin de hombres capacitados en la investigacin de mejo ras que beneficien el trabajo en las empresas, en el bienestar popular; la creacin de bibliotecas y de ciertas escuelas especiales de acceso gratuito; la atencin al conocimiento de las mejoras en la vida del cam po y de la montaa, etc., son aspectos y facetas que podran concretar se en el amplsimo mapa cultural. Todo abierto a los pueblos del valle, buscando la colaboracin de sus sociedades y asociaciones deportivo -culturales, de sus centros de enseanza y con ellos de sus autoridades locales. 303 Puesto el germen de la fundacin en esta ciudad de extraordinario, frentico, imparable desarrollo, si sus primeras mentes econmicas y fi nancieras comprendieran su importancia en el futuro de la ciudad, de nuestro valle, que comienza a asimilar pueblos, el progreso del germen fundacional y su xito estaban asegurados. La gran densidad de poblacin, de empuje empresarial, de desarro llo cultural, de potencialidad econmica, de solidaridad indispensable, aseguran el progreso de este germen fundacional que es necesario, indispensable, para un futuro que no est muy lejano. En el tiempo que se avecina para nuestros hombres ya no habra futuro sin preparacin, sin estudio, sin investigacin, sin dominio de la cultura en sus mejores aspectos cientficos y econmicos. Nuestro Centro por s y sus logros, Ciudad Deportiva y parque de montaa, ha mejorado la sanidad de los cuerpos y los espritus, va for mando mejores hombres y puede colaborar desde ahora en la forma cin de mejores mentes y mejores condiciones de vida, con la funda cin que patrocine, cuya direccin ha de corresponder a su presidencia y secretara, con intervencin de representantes de partes que puedan ser interesadas. Pienso que muchos simpatizarn con la idea y pienso que casi todos la calificarn de sueo, utopa. En lo de sueo puede ser; pero no es uto pa, como no lo fueron la Ciudad Deportiva y el parque de montaa. Es slo una idea audaz, pero es que con rutinas se avanza poco. Nuestras dos empresas anteriores fueron para ahora, para disfrutar las ahora. La fundacin sera empresa de futuro, como buena empresa cultural. Y si no parecen ahora propicias las circunstancias del Centro para emprender ese camino, menos lo eran antes para emprender el que emprendimos. No partamos de 7.000 socios. ramos slo un centenar al comien zo de la vida del Centro. Si hubiramos tenido 7.000 socios, hubira mos hecho lo que hicimos, pero lo hubiramos hecho antes y, adems, ahora en el ao que corremos, la fundacin tendra ya unos veinte millones de pesetas a buen recaudo en un banco, esperando su desarro llo, el de la larvada fundacin, ya crecida. Nos hubiera bastado enton ces con aumentar la cuota del socio en cinco pesetas mensuales. Cinco pesetas, es esa pequea moneda que ahora molesta en el bolsillo, que resulta incmoda, con la que nada se puede adquirir, que en comercios 304 no cobran, no devuelven, ni reclaman. Al ao supondra 60 ptas. por socio, con las que no puedes adquirir hoy ni un peridico (salvo el Valle de Elda). Al ao, con base a esos 7.000 socios, supondra 414.000 ptas. Nosotros no podamos hacerlo, pero 7.000 socios s podran y pueden hacer eso y mucho ms. Capital que colocado en una entidad bancaria, o caja, inamovible, de la que no se podra hacer uso alguno, ni disponer, ira engrosndose anualmente con la cantidad correspondiente, amn de donaciones que le podran hacer y que, estando legalmente constituida la fundacin, des gravara de las declaraciones a la Hacienda efectuadas por el donante. Parece una utopa, pero tambin lo pareca la Ciudad Deportiva y ah est, llena de vida y beneficiando a una juventud y a una poblacin. Dentro de veinte aos, el Centro seguir aqu tambin, con su Ciudad Deportiva y su parque de montaa. Y su fundacin Si nuestra fundacin consiguiera unas cuantas mentes sabias y jui ciosas, unos cuantos hombres nuestros bien preparados en investiga cin y ciencias empresariales en orden al desarrollo y mejora de nues tras industrias, de nuestras entidades, de nuestra vida, habra justifica do sobradamente su existencia y se habra logrado algo que, de otro modo, no parece fcil conseguir, pero que es muy necesario para el futuro que se nos avecina; o lo hacemos o el porvenir ser quiz el que darnos sumergidos en nuestra historia. No debemos, no podemos conformarnos en lograr slo campeones deportivos. Finalmente aclarar que este captulo se escribi antes de las muchas rebajas del precio del dinero por el Banco de Espaa, sin embargo lo inserto ahora tal como lo hice antes, no quiero hacer cambios. De todos modos, con intereses bajos o altos, 7.000 socios tienen muchas maneras de matar moscas. 305 CAPTULO XXIX CUADRO DE HONOR 3(17 PRESIDENTES DE HONOR Francisco Prats Beltrn (13-9-1965) Daniel Esteve Poveda (24-11-1979) SOCIOS DE HONOR Carmen Gil Gil (30-11-1961) Pedro Pay Rico (8-3-1963) Fray Casiano de Guadasuar (26-1-1965) Pascual Navarro Brotons (17-4-1968) Juan Botella Antn (mayo 1969) Pedro Daz Solera (11-2-1970) Jos Ricardo Abad Botella (25-10-1971) Caja de Ahorros del Sureste de Espaa Excmo. Ayuntamiento de Elda (19-2-1977) scar Santos Gonzlez (4-12-1978) Alcaldes de los Ayuntamientos de Elda, Petrer y Monvar, segn art. 38 del reglamento del parque de montaa Daniel Esteve (26-2-1975) INSIGNIAS DE ORO (numeradas) N. 1: Santiago Chorro Ros N. 2: Jos Amat Cerdn Pepico N. 3: Pedro Daz Solera (invidente) N. 4: Genaro Vera Cant N. 5: Manuel Martnez Lled N. 6: Alberto Beltrn Sempere N. 7: Antonio Antn Martnez N. 8: Miguel Prez Beltrn N. 9: Juan Espaol Vidal N. 10: Manuel Daz Cuenca N. 11: Julin Torregrosa Navarro N. 12: Daniel Esteve Poveda 309 MEDALLAS DE ORO Juan Murcia Paya, Emilio Bernab Sansano y Agustn Hernndez Navarro Tripleta campeona juvenil de Espaa, de petanca, en Vigo (23-6-1974) Juan Murcia y Juan Pay Pareja, campeona nacional de petanca, en Benidorm (31-10-1971) Juan Rico Tormo, Juan Paya Rodrguez y Jos Pay Rodrguez Tripleta campeona de Espaa, 1 .a categora, de petanca, en Palma de Mallorca (23-6-1974) Joaqun Guill Campen de Espaa de petanca, en Jaca (6-6-1975) Santiago Barbellido Campen de Espaa de petanca, en Torrejn de Ardoz (18-6-1977) Manuel Martnez Lled, Domingo Botella Riquelme, Antonio Riquel me Albert, Julio Guerrero Maestre, Ubaldo Rodrigo y Vicente Freire Expedicin Aconcagua 77, que coron la cima (3-2-1978) Agustina Navarro Campeona de Espaa en 100 metros braza. Campeonatos Universita rios en la piscina de La Almudena, de Madrid (10-10-1978) Salvador Esteve Sepulcre Campen nacional de Tiro con arco (15-12-1978) Santiago Chorro Ros Campen nacional de Petanca (15-12-1978) DISTINCIONES AL CENTRO EXCURSIONISTA ELDENSE Placa de plata, concedida por la Delegacin Provincial de Alicante, al mrito deportivo (10-12-1970) Trofeo Delgado beda. Mayor galardn que concede la Federacin Nacional de Montaa, por ser el Centro de mayor actividad en el mbi to nacional (17-2-1973) 3 10 Placa de plata, concedida por la Delegacin Provincial de Deportes de Alicante, al club de la provincia ms destacado en pro del deporte (27-1-1977) Diploma de bronce, otorgado por la Delegacin Nacional de Educacin Fsica y Deportes, en reconocimiento a la eficaz colaboracin en el desarrollo de la Campaa Nacional de Educacin Fsica y Deportes para todos durante el ao 1974 (27-1-1977) Placa de honor, otorgada por la Federacin Nacional de Tiro con arco, en reconocimiento a la labor realizada en pro de este deporte (13-2-1979) Insignias y medallas de oro concedidas. 15-12-1978. 311 EPLOGO 313 Y... el Centro Excursionista Eldense sigue su trayectoria ascenden te. Proliferan las instalaciones deportivas municipales, pero el nmero de deportistas y aficionados es tan grande que hay campo suficiente para todos, que se traducir en seleccin y calidad. Y en este marco el Centro Excursionista Eldense contina su meritoria labor abordando obras importantes y desarrollando campaas deportivo -culturales nota bles, que lo ennoblecen. Pero este es tema a emprender por nuevo, o nuevos, investigadores y cronistas de la historia del Centro Excursio nista Eldense. Lo mo termina en 1981. Estas Memorias, sin duda alguna, adolecern de errores y defectos, por los que pido disculpas, slo me ha guiado el inters de que poca tan importante del Centro Excursionista Eldense no quedara relegada al olvido o desvirtuada su realidad. Fueron muchas las personas, y socios del Centro, que nos animaron y auxiliaron en la empresa de aquel difcil comienzo. Hubo gente sen cilla y entregada que, sin ruido ni estridencias, colabor con nobleza, lealtad y cario hacia nuestro Centro: Daniel y Andrs, en la organiza cin y administracin de oficinas y boletn informativo; Vicente Caba nes y Jos Amat Pepico que, con su entrega y amor al deporte, desa rrollaron eficazmente sus parcelas; Anbal y Salvador, en su ms modesta misin, pero tambin importante; Antonio Riquelme Botella, Antonio, su hijo, Jos Prez Brotons, Enrique Moreno, Novillos, y algn otro, que formaron el equipo econmico que desarrollaron una callada y encomiable labor; y tantos y tantos, en directivas, secciones y comisiones que aportaron su inters, desvelos y sacrificios, que, auna dos, dieron como resultado feliz nuestra Ciudad Deportiva y parque de montaa, orgullo de todos. Elda, febrero de 1998 315 NDICE 317 Presentacin 9 Fecunda labor social 11 El Centro Excursionista, una gran familia 13 Prlogo 15 Pequea introduccin a una gran obra 19 Introduccin 97 Captulo I. El Deporte 29 Captulo II. Montaismo I 35 Captulo III. Montaismo II 45 Captulo IV. Nacimiento del C.E.E. 49 Captulo V. Comienzo de la andadura 59 Captulo VI. Crisis 71 Captulo VII. Segunda etapa 79 Captulo VIII. El Lido 83 Captulo IX. Refugios 91 Captulo X. Reyes Magos en montaa 97 Captulo XI. Arqueologa 107 Captulo XII. Cumbres 121 Captulo XIII. Sencillez y deportividad 129 Captulo XIV. Primeras comuniones en montaa 137 Captulo XV. Conflictos 145 Captulo XVI. Nacimiento del Club Alpino Eldense 155 Captulo XVII. Biblioteca 161 Captulo XVIII. Ciudad Deportiva 167 Captulo XIX. El equipo 203 Captulo XX. Las secciones 9 I I Captulo XXI. Parque de montaa Daniel Esteve (Rabosa) 235 Captulo XXII. Anecdotario 251 Captulo XXIII. Poltica en el Centro 9 57 Captulo XXIV. Desastres 961 Captulo XXV. Dimisin 265 Captulo XXVI. Testamento 971 Captulo XXVII. Prensa 975 Captulo XXVIII. Ideas que no cuajaron 299 Captulo XXIX. Cuadro de honor 307 Eplogo 313 319

Memorias de un presidente. Historia del Centro Excursionista Eldense 1956-1981. Tomo I

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