Graffitis y signos lapidarios del Castillo de La Mola (Novelda) y del Castillo de Petrer

CONCEPCIÓN NAVARRO POVEDA GRAFFITIS Y SIGNOS LAPIDARIOS DEL CASTILLO DE LA MOLA (NOVELDA) Y DEL CASTILLO DE PETRER . o ~ . Obra publicada con el permiso de la DIRECCIÓN GENERAL DE PATRIMONIO CULTURAL CONSELLERIA DE CULTURA GENERALITAT VALENCIANA 1993 © CONCEPCIÓN NAVARRO PO VEDA EXCMO. AYUNTAMIENTO DE NOVELDA INSTITUTO DE CULTURA •JUAN GIL-ALBERT» DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE ALICANTE Edita: EXCMO. AYUNTAMIENTO DE NOVELDA INSTITUTO DE CULTURA •JUAN GIL-ALBERT» DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE ALICANTE ISBN: 84-606-1586-3 Depósito Legal: A-849-1993 Imprime: GRÁFICAS TORTOSA, S.L. -La Huerta, 116 -PETRER !Alicante) GRAFFITIS Y SIGNOS LAPIDARIOS DEL CASTILLO DE LA MOLA (NOVELDA) Y DEL CASTILLO DE PETRER CONCEPCIÓN NAVARRO POVEDA GRAFFITIS Y SIGNOS LAPIDARIOS DEL CASTILLO DE LA MOLA (NOVELDA) Y DEL CASTILLO DE PETRER EXCMO . AYUNTAMIENTO DENOVELDA INSTITUTO DE CULTURA JUAN Gil-ALBERT INSTITUTO DE CULTURA JUAN GIL-ALBERT DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE ALICANTE ,, PROLOGO 7 8 En los últimos años se observa en la provincia de Alicante, y en menor medida en el resto del País Valenciano, un cierto interés por la recuperación de los lla mados grafitos, impreciso término que el propio Diccionario de la Lengua Española considera una manifestación menor al definirlo en la 3ª acepción del término como ’letrero o dibujo grabado a punzón por los antiguos en pa redes u otras superficies resistentes, de carácter popular y ocasional, sin tras cendencia’. En Alicante estos grafitos son relativamente abundantes en las paredes exteriores e interiores de monumentos religiosos, civiles, en especial en cas tillos y torres, y, con carácter excepcional, en algunas casas. Su cronología se remonta al mismo momento de la construcción del edificio y en un proceso ininterrumpido alcanza hasta la actualidad, formando por lo general una ma raña de líneas pintadas y/ o grabadas de difícil lectura. De ahí la necesidad de realizar buenos calcos, en los que se estudien las técnicas empleadas por sus autores y, en el caso de que existan, las superposiciones de motivos. De este modo el grafito se convierte en un excepcional documento histórico. A su in dudable valor de arte popular, la lectura iconográfica ofrece una información directa sobre la mentalidad de sus autores, pertenecientes por lo general a grupos sociales de los que la información documental escrita apenas existe, so bre el estado primitivo de actuales edificaciones, sobre otras desaparecidas y sobre costumbres y modas que pueden ofrecer una excepcional información sobre la cronología del propio edificio. Sobre la existencia de signos lapidarios y representaciones figurativas en las paredes de los castillos alicantinos no resulta extraño encontrar algunas re ferencias en la literatura arqueológica o de divulgación. Se limitan a señalar su presencia, que en contadas ocasiones se acompaña de alguna fotografía o dibujo a mano alzada, sin ningún otro tipo de valoración, si exceptuamos las realizadas en los años 60 por V. Martínez Morella y A. Navarro Pastor sobre los signos lapidarios de Alicante y Petrer. 9 Es en la pasada década cuando se hacen los primeros calcos directos, mu chos de los cuales, al igual que las correspondientes descripciones y estudios, permanecen prácticamente inéditos. Al estudio pionero de un equipo hispa no-francés dirigido por André Bazzana en el castillo de Denia, han seguido otros en castillos, iglesias y conventos de El Comtat, llevados a cabo por Pe re Ferrer (del Centre d’Estudis Contestans), en el Palacio del Gobernador de Tabarca, realizados por Margalida Bernat, Elvira González y Jaume Serra, y en la iglesia de Santa María de Alicante, el Castillo de Santa Bárbara y en algu nas casas de la Huerta alicantina, ejecutados por un equipo coordinado por la Unidad de Conservación del Patrimonio Histórico-Artístico Municipal de Alicante, que dirige Pablo Rosser. Un nuevo estudio, ahora completo, se nos ofrece . Es el resultado de una di fícil tarea de calco, ya que a la ya por si compleja tarea de ir reproduciendo la compleja maraña de trazos que caracteriza a esta manifestación se unía el de ficiente estado del soporte y, sobre todo, su situación que, en el caso del Cas tillo de Petrer, se veía agravada por el reducido espacio del recinto y su esca sa luminosidad. Concepción Navarro ha resuelto todas las dificultades y nos presenta aquí el fruto de un trabajo bien hecho. Su conocimiento de la evolu ción arquitectónica de los castillos de Novelda y Petrer, que ha podido docu mentar en sus excavaciones y en los archivos, le permite realizar una correc ta valoración de muchos de los motivos, como las inscripciones árabes o las escenas de caza o de prisión. Para otros ha seguido los criterios al uso en la in vestigación sobre estos temas, tal como se refleja en la prácticamente ex haustiva bibliografía citada. En torno a esta última cabría realizar algunas re flexiones para evitar, en el momento inicial de una nueva disciplina, que algunas iniciales opiniones se conviertan en lugares comunes. En primer lugar habría que evitar el complejo de antigüedad que invade, y en este sentido el trabajo de Concha Navarro es una excepción, a todos los estudios sobre gra fitos . Sin ningún tipo de argumentación la mayoría se consideran ’medieva les’, como si perdiesen interés por ser posteriores. Se hace necesario, tal como se hace en este trabajo, proceder al calco y descripción de todas las represen taciones, incluso de las actuales, e intentar establecer en el campo y no en la sala de dibujo las superposiciones, tanto las directas como las establecidas a partir de un detenido análisis de las técnicas . Para su estudio, al igual quepa ra la descripción de los motivos no figurativos, puede ser de extraordinaria ayuda los criterios utilizados en el Arte prehistórico, evitando así denomina ciones equívocas, cuyo ejemplo más significativo son los llamados calendarios, que si bien pueden responder a un tipo de cómputo, no parece ser temporal. Como en otras manifestaciones culturales similares la cuestión más difícil de abordar es la del significado. Sobre el carácter esóterico de los signos lapida rios existe una abundante literatura que debe ser tenida en cuenta, pero en nin- 10 gún caso sobrevalorada. Resulta difícil de admitir que todos los canteros que han grabado un signo en una piedra pertenezcan a un grupo de iniciados que se mantiene sin apenas contaminaciones a lo largo de los siglos. Cabría in vertir los términos del análisis y pensar en signos simples y comunes, de ahí los diversos tipos de cruces, que se repiten sin apenas variaciones a través del tiempo . Sobre éstas y otras cuestiones relacionadas con los grafitos he tenido oca sión de intercambiar opiniones con Concepción Navarro, que nos ofrece aho ra, fruto de su buen hacer, una excelente monografía, de obligada consulta pa ra quienes se sientan atraídos por la cultura popular, la historia de las men talidades, la arqueología y la historia del arte. Interesado por estos temas nuestro agradecimiento a la autora, por su obra y por la amabilidad en ofre cerme estas líneas introductorias, y a los organismos que han hecho posible la edición . Alicante, septiembre de 1993. Mauro S. Hernández Pérez 11 12 l. INTRODUCCIÓN. 13 14 El estudio de los graffiti realizados en las cerámicas griegas, fenicias, romanas o ibéricas ha merecido la atención de los investigadores desde tiem pos antiguos, al igual que el estudio de los grabados prehistóricos, dejando en el olvido los graffitos medievales, bien por considerarlos carentes de in terés, sin valorar que era una manifestación más de la cultura del medievo o de la época moderna, o bien porque fueron estudiados como grabados prehistóricos. Afortunadamente, en los últimos años el panorama ha cambiado favora blemente, siendo los franceses, seguidos de catalanes y mallorquines, quienes ya llevan años trabajando en este campo de la investigación. En el País Va lenciano los estudios son recientes y en cierta medida dispersos, pero ello viene a denotar el interés que se tiene de conocer una serie de manifestacio nes realizadas por el hombre en épocas pasadas. En este campo ha sido im portante la aparición del estudio de los graffiti del Castillo de Denia (Bazza na, et alii, 1984) y los de la Isla de Tabarca (Bernat, et alii, 1985), entre otros más incompletos . En vías de publicación se encuentran los realizados en la Huer ta y Castillo de Alicante. Nosotros por nuestra parte, sólo hemos inventariado los graffitos del Cas tillo de Petrer y los del Castillo de La Mola (Novelda). Sin embargo quedan mu chos más por catalogar, como son los interesantes paneles con figuras huma nas y elementos arquitectónicos del Castillo de la Atalaya de Villena, o los del Castillo de Elda, por citar algunas de las fortalezas situadas en los valles del Vinalopó. Pero, ¿qué es un graffito? Según el Diccionario Enciclopédico Larousse son ’inscripciones o figuras casi siempre de carácter satírico o caricaturesco, grabadas en las piedras de los monumentos antiguos ... ’. Esta es una defini ción válida, pero creemos que el graffito es algo más, al tener una amplia ga ma de representaciones que constituyen una muestra del lenguaje popular y simbólico, no exento de enigmas, que les hacen merecedores del interés de cualquier investigador. 15 Ahora bien, si consideramos los graffiti desde un punto de vista arqueo lógico, reciben esta denominación: inscripciones o dibujos realizados con un estilete o instrumento puntiagudo sobre un material, que puede ser: piedra, metal, hueso o yeso (Carbonen, 1981). Pero si los graffitos han merecido la atención de muchos investigadores, no menos interesante es el estudio de los signos lapidarios, marcas dejadas por los trabajadores de la piedra desde la Antigüedad, y que quedan todavía hoy visibles en muchas de las obras arquitectónicas, de época medieval y mo derna, como son: iglesias, catedrales, conventos, castillos y casas señoriales, edi ficios en donde la piedra, hábilmente tallada en sillares, constituye el ele mento base de la construcción. En España, el estudio de las marcas de cantero, a diferencia de otros paí ses europeos como Francia, Bélgica, Alemania e Inglaterra, se puede considerar relativamente reciente, siendo el doctor Ferrer Benimeli, el investigador que ha impulsado estos estudios. Sus trabajos y los iniciados por los equipos de la universidad catalana, han empezado a dar sus frutos, sobre todo a partir de la celebración en Zaragoza, en julio de 1982, del III Coloquio Internacional de Glyptografía, en tanto que quedó patente la riqueza documental de la Pe nínsula Ibérica, junto con la necesidad de impulsar el desarrollo sistemático de los estudios de las marcas de cantero, como un elemento más de las hue llas dejadas por nuestros antepasados. Sin embargo, dentro del marco de la Comunidad Valenciana, los estu dios concretos sobre los signos lapidarios son muy reducidos y más bien antiguos. Recordemos el trabajo de V. Martínez Morella (1964) referente a los edificios de la ciudad de Alicante y Orihuela, así como estudios esporádicos de cronistas locales como, por ejemplo, el realizado por A. Navarro sobre el Castillo de Petrer, mientras que F. Galiana recogió las marcas del Castillo de Jijona, conociéndose también las del Castillo de Cocentaina, entre otras, sin dejar de mencionar el trabajo que F. Amorós Arnau realizó de los signos del Castillo de La Mola, aunque éste desde una perspectiva más esotérica que histórica. Como vemos, la bibliografía es bien escasa, siendo necesaria la realización por un lado, de inventarios de los monumentos donde se localizan las marcas de cantero y por otro, estudios detallados de las diferentes marcas labradas en los sillares. Ello nos permitiría avanzar en el conocimiento de las manifesta ciones cotidianas del hombre del medievo, pues no olvidemos la cantidad de iglesias, castillos o residencias señoriales construidas en esa época . Al tiempo que recordar la organización gremial característica de los menestrales. Según fuentes documentales, el grado de maestro de cantería, equivalía a 16 ser una figura importante en el país. Esta consideración social estaba relacionada con el grado de conocimientos matemáticos, arquitectónicos y artísticos que tenían y que solían guardar con mu cho celo, de alú también el cierto aire de misterio que rodeaba a una logia de ’ma sones’ o ’canteros’, con todo un complejo sistema de entrada en la logia, con su ceremonial, no exento de gran simbolismo en el que se le designaba una marca al nuevo miembro, tras haber pasado tres o cinco años en proceso de aprendizaje. Marca de identificación que es la que encontramos en los sillares de tm gran número de edificios construidos en época medieval. De alú, el interés, que creemos tiene el estudio sistematizado de los signos lapidarios, aunque, no por ello, dejamos de ser conscientes de las dificultades que tenemos para poder determinar aspectos importantes dentro del contexto social en el que se desa rrollaban estos trabajos, al no contar con registros documentales que nos iden tifiquen al maestro cantero, o más aún, a sus discípulos, cuál era su salario, lu gar de procedencia, etc ... No obstante, insistimos en la necesidad de la realización de estudios loca les, pero no localistas, para, a partir de ellos, poder acometer estos trabajos de síntesis que lleven a la realización de un completo corpus documental, tanto en el campo de la gliptografía como de los graffitis medievales. Tras esta breve reflexión relacionada con los graffiti y los signos lapida rios, entramos ya en el porqué de la realización de este trabajo, que se centrará en dos castillos, el de Petrer y La Mola de Novelda, ambos enclavados en sendos valles, dentro del Valle Medio del Vinalopó, situados sobre un mon tículo elevado, lo que les proporciona una situación de privilegio, en relación a otros puntos poblacionales del valle. El Castillo de Petrer, situado a 460 metros de altitud, domina todo el llamado valle de Elda, así como el paso hacia Sax y Villena. El Castillo de La Mola, si tuado a 360 metros de altih1d con relación al mar, no sólo domina el valle, con trolando su paso hacia el litoral, sino que cierra por el Noroeste el paso hacia el valle de Elda y comarcas del interior peninsular. El control del paso por la vía natural del Vinalopó, utilizada por romanos, árabes y pobladores bajomedievales, lo realizaban a través de un contacto vi sual, vigente desde época almohade, fines del siglo XII, hasta el siglo XVII, en que estos castillos pierden su importancia estratégica. La localización documental se centra, en el Castillo de Petrer, en el cubo rec tangular, en saliente, que queda pegado al lienzo de muralla, cuya base es de mampostería con refuerzo de sillería en las esquinas, así como en la puerta de acceso a la fortaleza, (signos lapidarios). 17 i e /.,,. ..... _r . (/ ) ,-. ( ,.1 ,-. .; t’ .._ ! l / 1..-·----.... / ,.. .J_~- • ASTELLON ¡’/ -~,,’· ). ’ ·, I VALENCIA 18 LOCALIZACIÓN DE LOS GRAFFITI: !.Cocina. ll. Sala Rectangu lar Arqueada. lll. Recinto Carcelario. IV. Aljibe. V. Fragmentos de paramento. VI. ’ VII. PLANfA DEL ACTUAL CASTILLO 1-5: Cubos en Saliente. 6: Puerta Norte de entrada a la forta leza. 7: Puerta Sureste de entrada a la for taleza. 8: Torre Cuadrada desmochada de tapial. 9: Torre Triangular de mampostería y refuerzo de sillería. 10: Aljibe. 11: Zona de excavaciones. CASTILLO DE LA MOLA NOVELDA (ALICANTE) Planta. 3. Castillo de Petrer.(Alicante). 19 Prespectiva general. Sección gral.de muralla y castillo. • Sala de los graffiti. L.............. • .roo ’’’· Los graffiti se localizan formando grandes paneles, aunque cada día más deteriorados, en la sala inferior de la torre cuadrada, construida en tapial, si tuada en el interior de la fortaleza, (ver planos adjuntos). En el Castillo de La Mola, los graffiti se han encontrado en las paredes de un hogar, y de unas habitaciones sacadas a la luz a través de las excavaciones. En cuanto a los signos lapidarios (ver plano adjunto) se localizan en la torre triangular y en la puerta Sudeste de acceso al castillo. En cuanto a la metodología utilizada, ésta ha consistido, por un lado en un registro minucioso de los graffiti aparecidos durante el proceso de excava ción (Castillo de La Mola), procediéndose después a su calco en papel celofán y posteriormente a papel vegetal. Por otro lado, los graffitis del Castillo de Pe trer, localizados ’in situ’ y las marcas de cantero localizadas en las dos for talezas, se han prospectado minuciosamente en todos sus paramentos, reco giéndose debidamente toda la información, así como realizando calcos tanto de las marcas de cantero como de los graffiti que hemos localizado, docu mentándolos también gráficamente mediante fotografía y diapositiva. El estudio de todo este material documental lo presentaremos en dos gran des bloques siguiendo el mismo esquema de trabajo, Castillo de Petrer y Cas tillo de La Mola (Novelda), con unas consideraciones finales, en donde se re coge la síntesis del estudio de las dos fortalezas, indiscutiblemente ligadas en su construcción, reformas y desarrollo de sus actividades, en un mismo es pacio temporal, social y político. 20 11. CASTILLO DE LA MOLA. 21 22 11. l. RESEÑA HISTÓRICA. El Castillo de La Mola, situado sobre una pequeña meseta a 360 metros de al titud con relación al mar, es una fortaleza levantada hacia finales del siglo XII, en época almohade. Su planta es de forma poligonal y presenta cuatro cubos cuadrangulares en saliente, siendo originalmente ocho, dos de ellos actualmente enmascarados y dos desaparecidos. Sus lienzos de fábrica de tapial, al igual que la torre cua drada, situada en el interior del recinto, aunque visiblemente deteriorados, han llegado a conservar las características constructivas propias de la época mu sulmana. La conquista cristiana de estas tierras -línea de frontera jalonada por es tratégicos castillos- por las huestes castellanas del Infante Alfonso de Castilla; la posterior sublevación sarracena y la definitiva anexión aragonesa de estos valles del Vinalopó en 1305, dejan en tm lamentable estado de deterioro los mu ros almenados de la fortaleza, al tiempo que dejan arrasados los campos de cul tivo . La Mola, al igual que otros castillos, tiene que reforzar sus defensas am pliando su primitivo recinto al construirse en el flanco Oeste una magnífica to rre triangular de fábrica de mampostería con sillería en las esquinas en el se gundo cuarto del siglo XIV. Con estas reformas, el espacio interior de la fortaleza sufre una redistribución de sus estructuras de hábitat en función de las necesidades de sus nuevos ocupantes, cristianos campesinos, que junto al alcaide y una pequeña guar nición, bajo el vasallaje de un señor feudal, desarrollan una serie de activida des basadas en la agricultura y en la ganadería, propias de una sociedad ru ral bajomedieval. La compra del Castillo en 1393 por don Pedro Maza de Lizana, una de las familias nobles más influyentes del antiguo Reino de Valencia, revitaliza la fun23 Foto l. Castillo de La Mola en fase de restauración. 24 ción estratégica de la fortaleza como salvaguardia de sus amplias posesio nes, al tiempo que pasa a ser residencia temporal de los señores de la Baronía de Novelda hasta finales del siglo XVI. Época en la que pierde gran parte de su principal función, estratégica, de defensa del territorio, siendo en el siglo XVIII definitivamente abandonada. Aunque la fortaleza formó parte del patrimonio del Marquesado de La Romana, constituido en 1739 por Felipe V en la persona de don José Caro, al que quedó vinculada la Baronía de Novelda hasta las primeras décadas del si glo XIX, en que fueron abolidos los señoríos. 11. 2. LOCALIZACIÓN DE LOS GRAFFITIS. En el caso que nos ocupa, los graffiti localizados en el Castillo de La Mola fueron realizados sobre los muros de las paredes de fábrica de tapial o mam postería, recubiertos de un enlucido de yeso sobre el que se realizaron con un elemento puntiagudo las incisiones, algunas bastante profundas, sobre todo las realizadas en época más moderna sobre los sillares de piedra caliza. Los grabados registrados en La Mola han llegado hasta nosotros muy de teriorados y la mayor parte de los paneles incompletos, al ser detectados en el transcurso de las diferentes campañas de excavación, realizadas en el inte rior de la fortaleza, de ahí que unos estén ’in situ’ sobre las paredes de las di ferentes habitaciones y otros se encuentren en trozos de paramento debida mente estratificados, hallados en el transcurso de las excavaciones. La metodología seguida para la reproducción de los grabados ha consist i do en calcar a tamaño natural los graffiti con papel celofán y rotuladores per manentes, indicando las roturas o desconchados con líneas discontinuas. Pa sándolo luego a papel vegetal. En cuanto a la transcripción y estudio de los grafismos hemos seguido las normas epigráficas indicadas por Hübner, (Bernat, et alii, 1986). / Final de línea ( ) Posible letra - -- Letras superpuestas .... Letras ilegibles ( +) Letras dudosas Por otro lado, a efectos de inventario, las habitaciones y fragmentos de pa ramento han quedado clasificados de la siguiente forma: 25 Foto 2. Graffitis in situ aparecidos durante el proceso de excavación en el Castillo de La Mola . Foto 3 . Graffitis epigráficos localizados en la pared Norte de la cocina. Castillo de La Mola . 26 -Cocina. I -Sala rectangular arqueada. II - Posible recinto carcelario. III -Aljibe. IV -Sillares. V -Fragmentos de paramento con incisiones: -Campaña 1984. VI -Campaña 1985. VII -Campaña 1986. VIII También queremos decir que no sólo hemos recogido los grabados antiguos sino que, dado que el grafismo es una de las manifestaciones más antiguas del hombre, repetida a través del tiempo hasta nuestros días, presentamos un conjunto de inscripciones realizadas en la década de los setenta en las pare des interiores del Aljibe. IV. Construcción del siglo XIV-XV. Estructuralmen te, tiene tres salas comunicadas a través de dos arcos ojivales, con unas di mensiones de 12 metros de longitud por 2,60 metros de ancho, por 4 metros de alto. Los graffiti de la Cocina. I, se localizan ’in situ’ en la pared Norte y No roeste. Los de la Sala rectangular arqueada. II, en la pared Este de la puerta de acceso. La estancia situada a la derecha de la puerta Norte de la fortaleza, por el refuerzo de muros y gozne de la puerta, creemos que pudo ser utiliza da como Recinto carcelario . III, registrándose las incisiones en la pared Nor deste y en el muro exterior de la puerta. El resto de los grabados provienen de fragmentos de paramento de una ha bitación abovedada que pudo tener diferentes usos . 2.1. Tipología de los grabados. Como hemos indicado los graffitos aquí presentados se encuentran unos ’in situ’, mientras que otros aparecen en fragmentos de paramento, recogidos du rante el proceso de excavación, hecho que motiva que los grabados hayan llegado hasta nosotros muy incompletos dificultando así la posible interpre tación de una manifestación popular del hombre del medievo. Siendo cons cientes de estas dificultades hemos intentado sistematizar los grabados agru pándolos por tipologías, dándonos el siguiente resultado: 1.- Inscripciones . 27 Foto 4. Aljibe de más de 12 metros de longitud. Siglos XIV-XV. Castillo de La Mola . Foto 5. Graffitis localizados en el interior del aljibe. Corresponden a la década de los setenta. 28 2.-Antropomorfos. 3 .- Simbólicos. 4.- Calendarios. 5.- Reticulados. l .- Inscripciones. Dentro de las inscripciones tenemos que considerar dos grupos, por un lado las inscripciones antiguas y por otro las inscripciones recientes. La fragmentación de los restos parietales en los que hemos detectado po sibles inscripciones hacen difícil su correcta lectura. La inscripción mejor con servada se encuentra en la pared Norte de la Cocina. (I.2). Por la línea de sus trazos parece que fue escrita por dos manos diferentes, aunque creemos que son del mismo momento. Las inscripciones más legibles se encuentran en las paredes del Aljibe. (IV. 1, 2, 3), pero son muy recientes, fueron realizadas apenas hace trece años, siendo todas de la década de los setenta. 2.- Antropomorfos. En este grupo tenemos sólo tres figuras muy esquematizadas (I.3, III.3, C.B.S.7. III -1), pero en posición de movimiento. Otras figuras se encuentran tan fragmentadas que es difícil su descripción. 3 .- Simbólicos. Como elementos simbólicos podemos considerar la representación de cru ciformes y esteliformes, dos elementos simbólicos utilizados desde la Anti güedad y de gran complejidad interpretativa. La cruz puede tomarse como símbolo cristiano, como símbolo del paraíso, como conjunción de contrarios, lo positivo (vertical) y lo negativo (horizon tal), como símbolo de orientación (puntos cardinales), entre muchos otros. Los esteliformes de cinco puntas (III. 3) son los más representados, por lo tanto su simbología es compleja; ya en el sistema jeroglífico egipcio significaba ’elevación hacia el principio’, (Cirlot, 1982) . 4.- Calendarios. Representación muy frecuente y sencilla, consiste en una línea horizontal cortada por líneas paralelas en vertical. Sin embargo, teniendo en cuenta la fun- 29 Foto 6. Paramento muy deteriorado, con graffitos, en la sala arqueada del Castillo de La Mola. 30 ción o utilidad de la sala donde aparecen, podía ser un elemento de cuenta de trabajos realizados, de productos almacenados, o bien ser signos utilizados pa ra el cómputo del tiempo, pero se nos escapa saber si se contaban horas, días, semanas o meses . 5.- Reticulados. La fragmentación de los grabados hace difícil la interpretación de los Re ticulados, ya que podría tratarse de elementos arquitectónicos, indumentaria de figuras humanas o representación de escaleras, entre otras posibilidades. 2.2. Consideraciones finales. El registro de los graffiti hallados en el proceso de excavación en el Castillo de La Mola, ciertamente no muy abundante y en su mayor parte fragmentado, es sumamente interesante, en cuanto que nos ha puesto de manifiesto una faceta más del hombre del medievo, pues a través de una serie de trazos sen cillos los moradores del Castillo de La Mola expresaban sentimientos o esta dos anímicos, que aunque ahora nos es difícil poder interpretar, no deja por ello de tener un gran valor cultural. De todo el material inventariado, solamente ocho paneles se encuentran ’in situ’ , es decir sobre el paramento de dos estancias, la cocina y una habitación que nosotros creemos cumpliría las funciones de recinto carcelario. Relacio nados con la Edad Contemporánea actual tenemos los paneles del aljibe. En estos espacios estructurales los motivos más significativos son los an tropomorfos, ejecutados con trazos esquemáticos pero con gran expresividad y movimiento, (Cocina- 1, 2, 3,). Aunque, como ya hemos apuntado, la fragmentación del resto de los pa ramentos nos dificulta la interpretación de sus figuraciones, no por ello de jan de ser significativas como muestra de su existencia, ya que cada vez van apareciendo más noticias sobre la localización de este tipo de representacio nes en edificios carcelarios, iglesias o castillos. Sirva como ejemplo y parale lo: los graffiti del Castillo de La Atalaya de Villena, Castillo de Petrer, Casti llo de Forna, Castillo de Denia, Castell Follit en Riubregas, Castillo de Alicante, Casa del Gobernador en Tabarca, Castillo de Elda, Campanar de la Seu de Mallorca, entre otros. Mucho más inteligibles son los graffitis, todos epigráficos, localizados en el interior del aljibe. Aunque su construcción data del siglo XV, los graffiti pertenecen a la década de los setenta, hecho este interesante pues viene a dar vigencia a los grabados antiguos, demostrando una vez más que el grafismo 31 o C.OELA MOLA COCINA . 1 H-- _ o o o o 32 - ,_ / 33 C.DELA MOLA COCINA .! 1 .___J_ o 1 o o • • . . (, ,,~ ~ ’ ’ • . . / 7 ---- C DEt,. MOLA coc,’’’ ·’ 3 es un medio de expresión popular que ha utilizado el hombre desde tiem pos prehistóricos. No obstante, son muchas las incógnitas que se plantean en el estudio y en la interpretación de estos grabados al no tener todavía un corpus documen tal completo de este tipo de representaciones. Aunque creemos que estamos avanzando en este campo de la investigación, al estar realizándose varios es tudios monográficos, que indudablemente serán la base para poder realizar en su día un estudio de síntesis que nos pueda dar a conocer en profundidad una faceta más de la sociedad bajomedieval. 2.3. Inventario. COCINA. I 1.1. Conjunto formado por líneas y figura humana. Incisión poco profunda. En la parte central se representan dos figuras humanas incompletas y es quematizadas, otra aparece en el extremo izquierdo. Se completa el panel con líneas horizontales en paralelo y otras en vertical. Pared Norte. 0,96 X 0,90 metros. 1.2. Conjunto formado por líneas e inscripción. Incisión . Calendario compuesto de cinco líneas verticales cortadas por una línea ho rizontal. Líneas paralelas y triángulos. En la parte central derecha aparece una inscripción con letras minúsculas irregulares de difícil lectura . xj amo ahr (i)fle (f). X. Pared Norte. 0,55 X 0,54 metros. 1.3. Conjunto de líneas y figura humana. Incisión. Líneas en forma aspada y en vertical. En la parte inferior del panel, una figura humana con la cabeza de perfil y los brazos abiertos en cruz parece estar danzando. · Pared Noroeste. 0,56 x 0,30 metros. 35 J ! ~ ) C-DE L.t.MOLA SALA GRANDE AROUEA0A ·11 36 -=311111! O 3 ~ __ 7 ,, ’ ,¡ , , 1 :: , . ,, ,1 --=-=:: - -= - ==---- l : JyJ~ 1 1 1 ’ 1 ·’ 37 ~j 1 1 / I / J t JI [ w ex, l 3 -------- - C.IEU MOLA IECI ITI CAICUHll ·111 - C .llll MOLA 1m111 ca■cllllll · III 39 SALA RECTANGULAR ARQUEADA. 11 11. 1. Conjunto de líneas. Incisión. Líneas formando un cuadrado, cortado por gran línea en vertical. Puerta de acceso pared Este. 0,32 x 0,26 metros. POSIBLE RECINTO CARCELARIO. 111 111. 1 . Conjunto formado por líneas y elementos de cuentas. Incisión poco profunda. Conjunto de líneas en sentido horizontal, vertical o cortadas perpendicu larmente. Los elementos de cuenta están formados por diez trazos verticales. Pared Nordeste. 0,98 x 0,46 metros. 111. 2. Conjunto de líneas. Incisión poco profunda. Líneas horizontales y paralelas. Pared Nordeste. 0,45 x 0,28 metros. 111.3. Conjunto de líneas y figura humana. Incisión. Líneas paralelas y perpendiculares. Figura humana muy esquematizada, de perfil y con los brazos abiertos. Pared Nordeste. 0,98 x 0,46 metros. 111. 4. Conjunto formado por líneas, triángulos y estrellas. Incisión. En la parte central del panel, conjunto de líneas paralelas, perpendiculares y triángulos. Una estrella de cinco puntas aparece en la parte superior izquierda. Pared Nordeste. 0,29 x 0,22 metros. 40 t º--- i ! --------- .. ------- / I 1 ’- ( C. DE LA MOLA PIEITA ·111 41 - ~ o 42 c .DlLA MOLA ALJIBE • IV 2 ;;’’’ - ~ C-DELAMOLA ALJIBE·IV 43 C-DfLAMOLA ALJIBE · IV 44 ALJIBE. IV IV. l. Inscripción. Grabado de gruesa incisión. Su lectura es perfectamente legible a excepción de la última frase quepa rece estar sin concluir. VIVA LA HIJA DE SILVESTRE EL CONT... Pared Oeste. 0,41 x 0,35 metros. IV. 2. Inscripción y fecha. Grabado con gruesa incisión. Cartela que encierra dos nombres propios y fecha. Pared Este. MIGUEL y ENCARNITA 26-3-78 0,45 x 0 ,47 metros. IV. 3. Inscripción. Grabado de gruesa incisión . La parte superior de la inscripción aparece en una cartela, quedando fue ra la mayor parte de ella. Está escrita en mayúsculas. VIVAN LOS OJAZOS y LA QUE VA CON LA HIJA DEL MÉDICO Pared Este. 0,35 x 0,60 metros. 45 ’r ~ ::¡¡ ~ ( ~ ~ ~ ~~ 46 ... u, ’ o v g ~ ... ( - ¡:: ~ v -( v J ’ ’ ·--.:_ 47 -. -. --· ’; : ’ : l ~ r 48 o 3 49 C.DE LA MOLA SILLAR-V IV. 4. Inscripción. Grabado de gruesa incisión. La inscripción está muy deteriorada haciendo difícil su lectura, sólo es le gible la primera palabra. Pared Este. VIVA MI. .. 0,60 x 0,30 metros. SILLARES. V. V.1. Inscripción Grabado de gruesa y profunda incisión. Sobre un sillar, situado en la puerta Sudeste, de entrada ,ª la fortaleza, han sido grabadas las iniciales de dos nombres de personas, junto con una fecha, en parte abreviada, lo que dificulta su correcta lectura. J H Y P . A . E 18 S (eptiembre) 1854 Sillar de la puerta Sudeste, de entrada a la fortaleza. 0,32 x 0,16 metros. V. 2. Inscripción. Grabado de gruesa incisión. Sobre un sillar que forma parte de las dovelas de la puerta de acceso a la torre triangular, aparece una fecha, cuyo segundo número, el nueve, parece haber sido retocado con posterioridad. 1902 Dovela, puerta torre triangular . 0,36 x 0,16 metros. V. 3. Inscripción . Grabado de gruesa incisión. Sobre un sillar situado en la puerta de entrada a la torre triangular apare ce grabada una fecha, bastante erosionada pero legible. 1892 Sillar. Puerta torre triangular. 0,30 X 0,13 metros . 50 2 MOLA. 84 e.DE LA 51 - 1 ’l/ , ¡ /1 I - - ~ o 7 & _ JT 52 ~;~ 7 Y’’-v,-... ( {, ~~ C-DE LA MO LA ·84 V. 4. Cruz. Grabado de gruesa incisión. Sobre un sillar situado en la puerta, Sudeste, de entrada a la fortaleza en contramos una cruz sobre peana sin otro elemento ornamental. Dimensiones: altura, 17,5 centímetros, con peana 21,6 centímetros. Crucero, 11,5 centímetros. FRAGMENTOS DE PARAMENTO CON INCISIONES: CAMPAÑA 1984. (C.A./S.7./III.). VI. VI. l. Elementos epigráficos y geométricos. Líneas en forma de reticulado. Inscripción: VI 0,85 x 0,5 metros. VI. 2. 4. 6. Líneas formando reticulado. 0,6 x 0,7 metros. 0,5 x 0,5 metros. 0,65 x 0,35 metros. VI. 3. Conjunto de líneas incisas, que forman como un reticulado, que se so brepone a un conjunto de tres líneas paralelas en vertical, que podrá ser un elemento de cuenta. 0,13 x 0,9 metros. VI. 5. Conjunto de líneas incisas formando reticulado. 0,25 x 0,6 metros. VI. 7. Líneas incisas indefinidas, o elementos de cuenta. 0,24 x 0,11 centímetros. VI. 8. Conjunto de líneas formando un reticulado, cuatro líneas paralelas en horizontal, como posible elemento de cuenta. 0,85 x 0,75 metros. CAMPAÑA 1985.(C.A./S.7./III.). VII. VII. l. Líneas incisas. 0,6 X 0,5 m. VII. 2. Líneas incisas. 0,6 X 0,5 m. 53 / 2 10 C-DE LA MOLA -85 54 12 L t e.DE LA MOLA -85 55 56 ’’ ., .. g .. ..J w ~ o [ VII. 3. Líneas incisas formando reticulado. 0,4 x 0,35 metros. VII. 4. Posible inscripción y líneas paralelas. Incisión. En cursiva, aparece una gran ’C ’ que envuelve una ’V’ . 0,10 x 0,8 metros. VII. 5. Conjunto de líneas y dos pequeñas cruces aspadas . Incisión. 0,6 x 0,10 metros. VII. 6. Líneas formando reticulado. Incisión. 0,6 x 0,4 metros. VII. 7. Líneas paralelas. Incisión. 0,6 x 0,4 metros. VII. 8. Línea horizontal, cortada por líneas verticales en paralelo. Posible calendario. 0,6 x 0,6 metros . VII. 9. Líneas incisas. 0,7 x 0,65 metros. VII. 10. Líneas incisas. 0,9 x 0,7 metros. VII. 11. Líneas formando reticulados y triángulos. Incisión. 0,65 X 0,6 metros . VII.12. Líneas aspadas formando un reticulado . Incisión. 0,105 X 0,95 metros. 57 I o ,3 e.DE LA MOLA ·86 58 2 ~ C .DE LA NIOLA · 86 o 59 60 10 a:, (’) ...J o :E ...J w o (.) VII. 13. Líneas incisas. 0,6 x 0,10 metros. VII.14. Líneas incisas . 0,75 x 0,75 metros. VII. 15. Líneas formando una especie de cenefa e inscripción. V(+)(+) X 0,7 x 0,8 metros . VII. 16. Conjunto de líneas incisas. 0,10 x 0,12 metros. VII. 17. Posible inscripción, incisa . . X(+)B(+)(+) 0,8 X 0,6 metros. VII. 18. Restos de figura humana. Un pie aparece por debajo del faldellín ajedrezado. Incisión . 0,85 x 0,8 metros. VII. 19. Conjunto de líneas y motivos geométricos incisos. Entre ellos líneas pintadas en rojo. 0,75 x 0,6 metros. CAMPAÑA 1986. (C.B./S.6./IIl.).VIII. VIII. l. Elementos de cuenta, líneas y figura humana. Incisión. En la parte superior tenemos un calendario formado por una línea horizontal cortada por unas veinte líneas paralelas en vertical. La figura humana, sin facciones en el rostro, presenta sus cortos brazos le vantados en cruz. Su cuerpo se cubre con una túnica de forma acampana da. 0,30 x 0,21 metros. VIII. 2. Conjunto de líneas con superposiciones. Incisión. 61 Figura ajedrezada, con líneas de trazo irregular, cortada en parte por líneas paralelas en vertical, de trazo también irregular. 0,25 X 0,19 metros. VIII. 3. Conjunto de líneas. Incisión . Fragmento de paramento, en el que aparecen líneas aspadas y cortadas por una línea horizontal. 0,12 x 0,10 metros. VIII. 4. Conjunto de líneas . Incisión . Al tratarse de un pequeño fragmento de paramento, no es fácil definir los motivos representados, podría tratarse de elementos de cuenta, al tener una raya longitudinal cortada por otras líneas paralelas. 0,105 x 0,5 metros. 111. 3. LOCALIZACIÓN DE LOS SIGNOS LAPIDARIOS. Como hemos indicado, los signos lapidarios en el Castillo de La Mola se lo calizan en la torre triangular, de fábrica de mampostería, con sillería en las es quinas, aspilleras, puertas y escaleras; y en los sillares de la puerta, Sudeste, de entrada a la fortaleza. Si damos un repaso a la bibliografía existente, relacionada con el Castillo de La Mola, en todos encontramos reseñada la importancia de la torre trian gular, siendo J. Mateo Box (1974), el que afirma que dicha torre es única y que pudo haber sido construida por un maestro cantero llamado Ibrahin de Tuner, hacia el año 1356, copiando estructuras similares construidas en Túnez y que hoy han desaparecido. Sin embargo, por esas fechas existía también en el Castillo de Aledo (Mur cia), según J. Báquena (1900), una torre triangular de unos 18 metros de altura por 8 metros de base, destinada probablemente a la defensa de un pozo (To rres Fontes, 1980). No obstante, tras visitar el castillo no hemos podido detectar ningún resto arquitectónico que evidenciase la existencia de esa torre, por lo tanto creemos que de haber existido tendría mucha menor entidad de la que tiene la torre del Castillo de La Mola. Todo ello nos hace pensar, teniendo en cuenta que la torre triangular de La Mola se concibe a partir de un triángulo equilátero perfecto, figura geométrica arquitectónica y simbólicamente muy importante en el mundo musulmán, 62 según se desprende de los estudios realizados por Ch. Ewert (1987) y los más recientes de A. Vallejo (1990), para Medina-Azahara, que el arquitecto que concibió esta magnífica torre, tenía que tener grandes conocimientos mate máticos, desarrollados y defendidos en esa época del medievo por científicos musulmanes, o por alguna persona formada o vinculada a su cultura. Sin que sepamos hasta ahora, a ciencia cierta, qué personaje sería. Volviendo a sus elementos constructivos, mampostería y sillería en las es quinas, será en este último en el que fijaremos nuestro estudio, al encontrar en los sillares una serie de signos incisos conocidos como marcas de cantero. Estas marcas, dejadas por los trabajadores de la piedra, de trazos geomé tricos, sencillos y a la vez simbólicos, pueden ser considerados como un ele mento más de información que nos aproxima a determinar el momento de su construcción. Como se puede observar a través de los gráficos adjuntos, el número de mar cas es considerable, pero creemos que ello no debe interpretarse como signo de un gran número de obreros, sino más bien debemos considerar que se de ben a variantes de un mismo tipo, por lo tanto podría tratarse de diferentes miembros de una familia o de una misma logia. 3. l. Gráficos de distribución y frecuencia. Tras una minuciosa prospección de los sillares, hemos registrado en las fi chas de inventario gran cantidad de marcas de cantero. No obstante, tene mos que decir que originalmente su número sería más elevado, ya que la ero sión ha borrado la marca de algunos sillares; por otro lado, la zona más ele vada de la torre (17 m.), no ha podido ser minuciosamente prospectada debido como es lógico a su altura. En el interior de la torre triangular, el ennegreci miento de muchos sillares ha dificultado enormemente la localización de las marcas; no obstante, con los datos obtenidos hemos realizado siete gráficas. Las tres primeras corresponden a los flancos de la torre triangular, una a las aspilleras exteriores y puerta de entrada a la torre, otra corresponde a las es caleras e interior de la puerta, se ha hecho otra de las aspilleras interiores y una séptima que corresponde a la puerta, Sudeste, de entrada al recinto murado. En todas ellas se han registrado las dimensiones de las marcas y la frecuencia con que aparecen. Las gráficas 1, 2, 3 y 4, corresponden a los flancos de la torre triangular, de nominados de derecha a izquierda: A ,B, C, D, E, F. En total se han registrado 243 sillares con marcas, de ellas hemos individualizado 67; algunas creemos que pueden ser variantes de una marca tipo, o también que los sillares se han colocado por el maestro albañil sin tener en cuenta la correcta posición del sig- 63 LUGAR: CASTILLO DE LA MOLA MUNICIPIO: NOVELDA (ALICANTE) LOCALIZACIÓN: TORRE TRIANGULAR, FLANCOS: A, B, C, D, E, E AÑO: 1989 FRECUENCIA MARCAS DIMENSIÓN F.A F.B F.C F.D F.E F.F TOTAL ~ 9cm. 3 2 2 4 4 2 17 ~ 9cm. 3 2 1 1 1 3 11 L 7cm. 2 4 4 3 1 2 16 _J 7cm. 1 1 3 2 2 2 11 ~ 7cm. - 1 - - - - 1 V 7cm. - 2 - - -- 2 111 6 cm. - 1 -- - 1 11 6cm. - 1 - - -- 1 E 8 cm. - 3 -- - - 3 3 8 cm. 2 1 1 - 1 - 5 TT 7cm. 3 2 - - - - 5 y 7cm. - 2 1 1 - - 4 X 7cm. 5 18 14 15 19 2 73 ::::: 7cm. 2 1 1 - - - 4 * 7cm. 2 4 3 4 - - 13 á_ 7cm. - 3 1 - - 4 v._ 7cm. 3 1 3 - 2 - 9 * 8 cm . 4 3 2 4 3 7 23 GRÁFICA-1 Sigue ._---1 ►► 64 FRECUENCIA MARCAS DIMENSIÓN F .A F.B F .C F .D F.E F.F TOTAL ~ 8 cm. - 2 1 - - - 3 ~ 8 cm. - 1 - 1 1 - 3 ~ 9 cm. - 1 - 1 1 - 3 // 7cm. - 2 1 1 -- 4 JT 7cm. - 2 2 3 1 - 8 1T 8 cm. - 2 - 1 -- 3 ...LL 8cm. 2 1 - 1 1 - 5 9 cm. 5 1 2 - 2 - 10 7 7cm. 2 1 2 4 2 - 11 ~ 7cm. 2 7 2 - 1 - 12 + 6 cm. 1 2 3 1 1 1 9 - 6 cm. 1 1 - - -- 2 ~ 6 cm. 3 2 3 2 - - 10 T 9 cm. - 2 1 - - - 3 ~ 7cm. 3 2 -- - 5 ~ 7cm. - 1 - - - - 1 X 8 cm. 3 1 1 - - - 5 .J_ 8cm. - 1 - 1 - - 2 /::._ 8 cm. - 1 -- -- 1 * 9 cm. 2 - 2 1 - - 5 ~ 7cm. 1 -- - -- 1 _L 7cm. 1 -- - -- 1 GRÁFICA- 2 Sigue _ ___, ►- 65 FRECUENCIA MARCAS DIMENSIÓN F.A F. B F.C F.D F.E F.F TOTAL / 7cm. - - 1 1 - - 2 ~ 8 cm . 1 - - - - 1 9cm. 1 - - - - - 1 .r 6 cm. - - 2 2 2 3 9 ’- 6 cm . - - 1 - - 1 3 7cm. -- 1 - - - 1 ~ 7cm. - - 1 - 1 2 1 7 cm. 1 - 1 - 1 - 3 -t- 7cm. -- 1 - - - 1 t::s: 9 cm. - - - 1 - - 1 z 6cm. -- - 3 - 1 4 (x 9cm. - - - 1 - 1 2 ==t 7cm. - - 1 - - 1 6 9 cm. - - - 2 - 1 3 Jf 9 cm. 2 - - 1 - - 3 -- 6 cm. - - - 1 - - 1 -- 6cm. - - -- 1 - 1 ~ 8cm. - - - - 1 - 1 6cm. - - - - 1 - 1 T 8 cm. 3 -- - - 3 /J 6 cm. 2 - - - - 2 T 8cm. 1 - --- - 1 GRÁFICA- 3 Sigue._--1 ►► 66 FRECUENCIA MARCAS DIMENSIÓN F. A F.B F.C F.D F.E F.F ~ 7cm . 1 - - - - 4 9 cm. 1 -- - - -- 6 cm. 1 - - - - - 6 cm. 1 1 -- - ~- o::::: 9 cm. 1 3 1 2 - GRÁFICA- 4 LOCALIZACIÓN: INTERIOR DE LA PUERTA Y ESCALERAS DE LA TORRE TRIANGULAR. AÑO : 1989 MARCAS DIMENSIÓN FRECUENCIA * 8 cm. 1 7cm. 1 ~ 9 cm. 1 ~ 9cm. 1 T 9 cm. 2 ~’ 9cm. 1 77 9 cm. 1 n 8 cm. 1 -- 8 cm. 1 ~ 9 cm. 1 GRÁFICA- 5 67 - TOTAL 1 1 1 2 7 LOCALIZACIÓN: ASPILLERAS EXTERIORES DE LA TORRE TRIANGULAR Y PUERTA. AÑO : 1989 MARCAS DIMENSIÓN FRECUENCIA X 7cm. 10 1 7cm. 1 7cm. 2 7cm. 2 / 7cm. 1 7cm . 2 ~ 7cm. 1 TT 8cm. 2 .iL 8 cm. 1 l.L 8 cm. 1 TT 8cm. 1 _J 7cm . 1 v 7cm. 1 ~ 9cm. 1 T 9cm. 1 GRÁFICA- 6 68 LOC ALIZ ACIÓ N: ASPILLERAS INTERIORES DE LA TORRE TRIANGULAR. AÑ O: 1989 MARCAS DIMENSIÓN FRECUENCIA --r¡ 9cm. 1 * 7 cm. 5 ,’. 9cm. 2 .==I 9cm. 1 ? 8 cm. 1 X 8 cm. 1 rr 9 cm. 1 y 8 cm. 1 v 8 cm. 1 li 8 cm. 1 =t 8 cm. 2 J.J... 8cm. 3 ’’ 9cm. 1 TT 8 cm. 1 TT 8 cm. 1 GRÁFICA- 7 69 LOCALIZACIÓN: PUERTA (SUDESTE) DE ENTRADA A LA FORTALEZA. AÑO : 1989 MARCAS DIMENSIÓN FRECUENCIA _j 8cm. 11 -t- 9cm. 3 L 8cm. 10 + 6cm. 2 r 8 cm. 5 + 6 cm. 2 - /J 6cm. 1 1 9 cm. 4 --!- 9cm. 3 -’- 9cm. 2 X 8cm. 1 7 8cm. 5 X] 9cm. 1 ’}{ 9 cm. 1 GRÁFICA- 8 70 Foto 7. Torre triangular del Castillo de La Mola. Foto 8. Marcas de cantero en los sillares de las aspilleras de la torre triangular. Castillo de La Mola . 71 no lapidario. La marca que más aparece es la cruz aspada, X , 73 veces, localizada sobre todo en el flanco Este y Sur . Le sigue, aunque con menor porcentaje, la cruz estrellada,*, 23 sillares, localizada sobre todo en el flanco Norte . Luego te nemos la flecha -- ➔ , 17 veces, con una frecuencia parecida en todos los flancos; 16 veces aparece la L. Con menores porcentajes tenemos la cruz aspada rematada con pomos X ; otra cruz aspada % , aparece 13 veces, no re gistrándose en los flancos E, ni F. Con poca frecuencia, pero que creemos in teresante de reseñar, es el signo del sello de Salomón X:X ; sólo aparece en dos ocasiones, pero como veremos con posterioridad, es una marca que encierra en sí misma un gran simbolismo. En cuanto a las dimensiones de los signos, éstas suelen oscilar entre 6, 7 y 9 cms., siendo más numerosas las que miden 7 y 9 cms., números, también, muy simbólicos. Las marcas son incisiones no excesivamente profundas . La gráfica 6, corresponde a las aspilleras externas de la torre triangular. Aquí nuevamente el signo más representado es la cruz aspada X, 10 veces de un total de 26 signos, con 13 variantes; otros signos son la uve, V, en diferentes posiciones y la a, T’’’ , también con variantes. La puerta de acceso a la torre ha sido restaurada, perdiendo las dovelas su característico signo lapidario; sólo hemos localizado dos signos: la te, T, y la flecha, El gráfico 5, corresponde al interior de la puerta y escaleras de la torre triangular. Tenemos inventariados 14 signos, de ellos 13 diferentes. Es el área donde más variedad se observa . La gráfica 7, corresponde a los sillares de las aspilleras del interior de la torre. De 23 sillares signados, hemos individualizado 15 marcas, siendo la más numerosa la cruz estrellada, * ; los demás signos sólo aparecen una sola vez. Finalmente, la gráfica número 8 corresponde a la puerta Sudeste, de entrada a la fortaleza. De 51 sillar con marca de cantero, hemos individualizado 14, sien do la ele, L, con pomos en sus ángulos, el signo más representado, ya que apa rece 11 veces abierto hacia la izquierda, L ,y 10 veces abierto hacia la derecha, signo de 8 cms. de longitud . Otra marca representada con frecuencia es la cruz latina, T, bien en posición normal o invertida . 3. 2. Clasificación de los signos. Sin entrar en un análisis exhaustivo de los signos, sí queremos presentar una clasificación de las diferentes marcas inventariadas, aunque en este punto ca- 72 bría decir que son varias las clasificaciones que hemos consultado a través de la bibliografía, pero a pesar de que algunas se han basado en un registro de más de dos mil signos, creemos que los criterios seguidos para la clasificación son, o muy complejos, o simples clasificaciones a partir de monumentos catalo gados. Ante ello hemos optado por hacer una clasificación a partir de las mar cas inventariadas pues lo único que pretendemos es la catalogación de este ele mento patrimonial del hombre del medievo, en espera de la aparición de otros trabajos, tras lo cual se podrá acometer la realización de una sistemáti ca clasificación de los signos. De las marcas encontradas en el Castillo de La Mola, 358, más de medio cen tenar son diferentes, clas ificándolas en cruciformes, alfabéticas, flechiformes, signos diversos y signos geométrico-simbólicos. CRUCIFORMES: X~ K’ *, -L-J_++ X ~ ALFABÉTICOS: 1_J_JL17 TT ~iL // :j .U~~1::: TlZ~~ FLECHIFORMES: LINEALES: 111 11 73 Foto 9. Signos lapidarios en los sillares del flanco Norte de la torre triangular del Castillo de La Mola. Foto 10. Marca de cantero en un sillar de la puerta de entrada al recinto fortificado. 74 DIVERSOS: GEOMÉTRICO-SIMBÓLICOS: La clasificación de los signos en seis grupos nos muestra gráficamente una gran diversidad de marcas, pero nosotros creemos que algunos signos más que variantes habría que verlos como sillares colocados sin tener en cuenta la correcta posición de la marca, nos referimos a las que se pueden con siderar invertidas, como por ejemplo L , --, , V , /.. , T, _l_ , entre otras, ya que de no aceptar esta hipótesis tendríamos que pen sar que en la construcción de la torre, así como en la reforma del castillo, el nú mero de canteros sería muy elevado, cosa que no creemos muy probable, aunque la obra es importante. Por otro lado, tampoco sabemos si la piedra era tallada al pie de la obra o era transportada desde la cantera ya trabajada, can tera que probablemente no estaría muy alejada de la fortaleza, ya que la ex tracción de piedra en el valle medio del Vinalopó está documentada desde an tiguo . 3. 3. Consideración final. A tenor de cuanto venimos exponiendo, creemos que es interesante reseñar el valor simbólico de algunos de los signos localizados en la torre triangular, como es el signo del sello de Salomón, X:X, como signo apotropaico, contra el mal de ojo, o bien con atribuciones cosmológicas y alquímicas, siendo la plan ta y las dimensiones de la torre también muy simbólicas: 15 ms. de lado, lo que equivale a decir un triángulo equilátero perfecto, con 17 ms. de altura. Otros signos interesantes son: el triángulo, ..6, y la cruz latina, 1, no exenta tam bién de un gran simbolismo, con paralelos en la Catedral de Tarragona, Igle sia de Vinaixa, Iglesia de Fulleda en Lérida y Montearagón en Huesca, entre otros muchos. Del resto de las marcas, pueden encontrarse paralelos a través de toda la geografía peninsular, tanto en edificios religiosos como militares, construi dos entre los siglos XIII-XIV, por lo que sólo relativamente nos sirven sus cro nologías, al no tener para La Mola la relación de los maestros canteros, ni de los ayudantes ni de sus aprendices. Citando algunos ejemplos, encontramos 75 Foto 11. Grabado cruciforme, en un sillar de la puerta Sur, de entrada al Castillo de La Mola. Foto 12 . Grabado epigráfico y numérico en un sillar de la puerta Sur, de entrada al Castillo. 76 los mismos signos en la Iglesia de Santa María de Montblan (Tarragona) cons truida hacia 1350, en la Alcazaba de Almería, Castillo de Loarre (Huesca), Santa María de Alicante, Castillo de Petrer, Castillo de Monzón, Castillo de Co centaina, etc ... Pero si como decíamos, las marcas de cantero no son por sí mismas elemento suficiente de datación cronológica, quizá pueda aportarnos algo más de luz el estudio de los escasos y poco específicos datos documentales que nos reseñan las reparaciones efectuadas a lo largo del siglo XV en la fortaleza . Como ya hemos expuesto en otro apartado del trabajo, un buen número de castillos y fortalezas van a tener que ser reparadas ante el mal estado de sus torres y murallas en el siglo XIV. Así la reina Doña Blanca, esposa de Jaime II, ordena al baile de Elda y Novelda, que invierta 2.000 sueldos reales en la re paración del Castillo de Elda y de la fortaleza de La Mola. También le pide que del trigo que recibe entregue 60 cahices a Pedro de Montagut, alcaide de di chos lugares, para la obra de reparación de los dos castillos. Cantidad de dinero considerable para realizar una buena obra, siempre que el castillo no estuviera muy deteriorado . Indudablemente algunos de sus muros no estarían en muy buen estado a tenor de los datos obtenidos en el de sarrollo de las excavaciones. Años más tarde, en 1331, Guillermo de Seneste rra, tras inspeccionar el castillo, considera y así informa al monarca del mal es tado de la fortaleza, considerándola poco segura y mal obrada. Declarada la Guerra de los Dos Pedros y siendo alcaide Joan de Limenis y con tando con una guarnición aproximada de 20 hombres, se realizan obras en el cas tillo, ante el peligro de un posible ataque castellano, por valor de 439 sous y 4 dineros. Si un mudejar cobraba diariamente 10 dineros por hacer reparaciones en un castillo, la cantidad dada a La Mola no era muy elevada, pero teniendo en cuenta que la población también trabajaba sin ser renumerada ’derecho de sofra del señor’, o bien por estar en guerra, con la consiguiente pérdida de las cosechas, la cantidad gastada creemos que no refleja la obra real que se realizaría. También se tendría que tener en cuenta otro elemento importante: la proximi dad de la materia prima, es decir, las canteras para obtener la piedra. Otra hipótesis basada en un texto documental, es la defendida por E. Abad (1928), que atribuye la construcción de la torre al momento de dominio señorial de Doña Violan te de Bar, esposa de Juan II, entre 1388-1393. Época que noso tros, a tenor del registro de útiles cerámicos, obtenido a través de varias cam pañas de excavación, consideramos muy tardía, proponiendo por nuestra parte como fecha más tardía mediados del siglo XIV en función del ajuar ce rámico aparecido, fuente documental básica para este período bajomedieval en los valles del Vinalopó. 77 78 111. CASTILLO DE PETRER. 79 80 111.1. RESEÑA HISTÓRICA. La situación del Castillo de Petrer, sobre un pequeño montículo, a cuatro cientos sesenta metros de altitud, le permite dominar visualmente gran par te del valle medio del Vinalopó, con las poblaciones de Elda, Monóvar, Castillo de Sax y Castillo de La Mola (Novelda). Su ubicación, eminentemente estratégica, le ha permitido controlar el pa so por esta vía natural de comunicación, desde el litoral hacia la Meseta y va lles interiores de las comarcas linútrofes, desde época prehistórica, no en va no, ya al final del II milenio a. de C. este pequeño cabezo fue ocupado por el hombre, cuyos útiles materiales corresponden a la Edad del Bronce. La evolución y dispersión del hábitat durante el I milenio a. de C., nos es todavía poco conocida. Pero con la romanización de estos valles, Petrer vuel ve a tener una gran entidad como así parecen indicarlo los restos arqueológicos encontrados en su término. Tras un largo período de tiempo en que la ocupación de estas tierras me ridionales de la provincia alicantina sería poco densa, a tenor de la dispersión de sus huellas, vuelven estos valles a tener una gran importancia dentro de la reorganización territorial y administrativa éfectuada por el Califato de Córdoba. Ahora, un amplio territorio de la antigua Kora de Tudmir, que com prendía Petrer, Castillo de La Mola, Crevillente, Callosa, área de Agost y de la huerta de Alicante estaría ocupado por torres situadas en puntos eleva dos con un poblamiento rural disperso, dependiente administrativamente del gobernador musulmán de Alicante, de ahí que las fuentes árabes hablen de ’Laqant al-husun’, es decir, de Alicante y sus castillos. Si bien, en estos años del siglo X y primera mitad del XI dentro del desa rrollo del estado califal y primeros años de taifas, las laderas meridionales del cerro son ocupadas por campesinos, su cima es coronada por una peque ña torre vigía, de la que no han quedado restos visibles, pero sí encontrado sus 81 Foto 13. Vista general del Castillo de Petrer. 82 útiles de cocina a través de las excavaciones arqueológicas. Crisis económicas y políticas llevan a la desmembración de los Estados Taifales, favoreciendo la entrada, procedente del Norte de África, de Almo rávides y Almohades, al tiempo que se va produciendo el avance conquista dor de los reinos cristianos de Castilla y Aragón. La consolidación del Estado Almohade en Al-Ándalus detiene momentá neamente el avance cristiano, reorganizando el sistema administrativo a tra vés de los ’husum’, castillos cabezas de distrito del que dependían otros cas tillos y alquerías (Azuar, 1983). Dentro de este contexto se enmarca la nueva organización del área del Vinalopó. En 1172, el Califa Yusuf regresa a Murcia tras su fallida expedición a Hue te, al pasar por estos valles, considera que están poco protegidos por lo que licencia a parte de su ejército, para que, con sus familias, ocupen y defien dan estas tierras. Es así, que surge un rosario de castillos que jalonan el Vi nalopó, como Bañeres, Biar, Villena, Sax, Petrer, Elda, La Mola, etc ... Las for talezas, construidas a finales del siglo XII, tienen unos rasgos morfológicos co munes. Sus plantas son poligonales adaptadas al relieve, siendo sus lienzos, almenados, de tapial, sobre base de mampostería, con cubos cuadrangula res, macizos, en saliente. Al interior y generalmente exenta, se levanta una to rre de planta cuadrangular de tres pisos, toda ella de fábrica de tapial, técni ca constructiva característica de este momento . El Castillo de Petrer se levanta en esta época cle finales de siglo XII, cons trucción que borró las huellas de hábitat dejada en etapas históricas anterio res. Ahora, el ’Hisn Bitrir’ desempeña un papel importante en la organización fiscal administrativa de estos valles, dependiendo de él probablemente otros castillos y alquerías como la de Pussa. La conquista cristiana del reino musulmán de Murcia, conlleva la pérdida del poder político y administrativo de los gobernadores musulmanes, que pasan a depender de los alcaides o tenentes de los castillos, nombrados por el rey castellano Alfonso X el Sabio, en régimen de vasallaje. Petrer y su Castillo, es dado en tenencia a Jofre Loaysa en 1258, al tiempo que es nombrado alcalde del Castillo de Elda y de La Mola de Novelda, con amplias posesiones también en Bañeres y en Jumilla. El paso de estas tierras meridionales del País Valenciano a la corona ara gonesa en 1305, por el pacto de Elche, conlleva el cese momentáneo de las hostilidades entre Castilla y Aragón. El Rey Jaime II, consciente de la impor tancia de estos castillos del valle medio del Vinalopó, no olvidemos que Sax y Villena quedaba bajo la soberanía castellana, concede ayuda monetaria pa- 83 ,, Foto 14. Torre del interior del Castillo de Petrer donde se localizan los graffitis. Foto 15. Puerta de acceso a la sala inferior de la torr e, utilizada como recinto carcelario. 84 rala reconstrucción de las maltrechas fortalezas. Muros que volverán a re sentirse tras la guerra de los Dos Pedros, a mediados del siglo XIV. El azote de la peste negra (1348) junto con la pérdida de las cosechas y la fuerte alza del cereat influyen en el descenso de la población, quedando áreas despobladas como Pussa y la zona urbana del Castillo (estructuras hoy cubiertas tras haber sido excavadas, formando lo que es la exp lanada de la fortaleza). El Castillo adquirido por Ximén Pérez de Corella, en 1431, a la Reina Do ña Violante de Bar, formará parte del rico patrimonio del Conde de Cocen taina. En 1513, Petrer y su Castillo son comprados por Juan Coloma, a quien Felipe II le concede el título de Conde de Elda, condado al que perteneció Pe trer hasta la abolición de los señoríos en el siglo XIX. 111.2 LOCALIZACIÓN DE LOS GRAFFITIS. Como hemos indicado, los graffitis en el Castillo de Petrer se han localizado en el interior de la torre cuadrangular, del interior de la fortaleza. Originalmente la torre de fábrica de tapial, construida en época almohade, tendría tres altu ras con un sótano o aljibe. Tras la conquista cristiana, Petrer y su Castillo son dados en tenencia a la familia Loaysa, nobles que mantienen la posesión de la baronía hasta finales del siglo XIV en que es comprada por la corona. Siendo Doña Violante de Bar, mujer de Juan II, quien las vende a Ximén Pérez de Corella en 1431. Durante este período de tiempo, el recinto fortificado sufre a causa de su deterioro importantes reformas, modificándose las funciones de algunos de sus primitivos habitáculos para adecuarse a las necesidades de sus nuevos se ñores feudales. En la parte central del interior del Castillo se construye un gran aljibe, quedando inutilizado el primitivo situado en la torre cuadrada, sien do, entonces, reutilizado como recinto carcelario, abriéndose un vano o puer ta por su cara Este. Este recinto, al igual que la fortaleza, sufre un fuerte deterioro a partir de su abandono en el siglo XVIII . Siendo recuperado tras un largo y costoso pro ceso de restauración, que dejó nuevamente al descubierto esta sala inferior de la torre, o antiguo recinto carcelario, afortunadamente no restaurado, en cu yos paramentos se localiza un conjunto, hermosísimo, de figuras geométricas, antropomorfas y epigráficas, cargadas de un gran simbolismo, que constitu yen la base de nuestro estudio. Los graffitis, ciertamente muy deteriorados, se localizan en las paredes del 85 del piso inferior de la torre cuadrada, al que se accede por una pequeña puer ta abierta en el muro Sudeste. Esta habitación es abovedada y tiene 3,85 me tros de longitud por 2,95 m. de altura. La torre, muy restaurada, no deja ver la primitiva fábrica de sus muros, que son de tapial. En su origen tendría cuatro plantas, siendo la inferior utilizada como aljibe, elemento éste muy característico de las construcciones almoha des de finales del siglo XII. Tras la conquista cristiana de la fortaleza, a mediados del siglo XIII, se realizan una serie de reformas en la fortificación, tanto bajo la tenencia de la familia Loaysa, como con los Condes de Cocentaina en el si glo XV . Las obras de este momento modifican la estructura funcional de la to rre, abriéndose un hueco en la parte inferior del muro Sudeste . Tiene más de dos metros, que es el grosor del muro de la torre, dejando un vano para la puer ta de 0,54 metros de ancho por 0,90 m. de alto. La quicialera y los huecos in teriores para el travesaño nos indican que la puerta construida era muy con sistente y daba entrada a la sala inferior de la torre, que ahora haría las fun ciones de cárcel. Siendo recinto carcelario, sus ocupantes fueron los artífices de los grabados que, deteriorados, han llegado hasta nosotros. Las paredes de la sala enluci das con yeso, fueron el soporte de una serie de manifestaciones espontáneas, no exentas de simbolismo, pues no cabe duda que representaciones de cruces, estrellas, círculos y semicírculos, no sólo son representaciones figurativas o lú dicas, sino que tienen en sí mismas valores simbólicos que, a veces, nos es difícil explicar. Pero que indudablemente tenían un valor significativo im portante para los individuos que los realizaban, pues con ellos expresaban un sentimiento, podía ser también un entretenimiento, o un sinfín de cosas más, dependiendo del estado anímico de la persona. Los graffitos ocupan gran parte de las paredes, desde la zona inferior hasta una altura de más de dos metros, aunque los paneles más completos y con superposiciones se encuentran en el sector central. Como venimos in dicando, gran parte del enlucido ha caído y con él se han perdido parte de las representaciones, quedando algunas mutiladas, con lo que ello conlleva de pérdida de información. Pero, si ciertamente es éste un hecho lamenta ble, por otro lado nos ha permitido ver dos capas de enlucido inferiores, es decir, de épocas más antiguas, con algún grabado o motivos pintados en negro. Lo que nos indica sucesivas fases y reformas en esta sala inferior de la torre. REPRODUCCIÓN DE LOS GRAFFITOS. La metodología seguida para la reproducción de los grabados ha consisti do en calcar a tamaño natural, con papel celofán y rotuladores de tinta per- 86 Foto 16. Proceso de calco de los graffitis. Castillo de Petrer . Foto 17. Laberinto en la pared Sur del ’recinto carcelario’. Castillo de Petrer. 87 manente los graffitos, en línea continua las figuras incisas y con líneas dis continuas los desconchados. El inventario de los paneles, teniendo en cuenta posibles composiciones, se ha realizado diferenciando: l. Entrada a la sala inferior de la torre. II. Sala inferior de la torre. Il.l. Muro Nordeste. II.2. Muro Este. II.3. Muro Sur. 2.1. Tipología de los grabados. Aun siendo conscientes de la dificultad que entraña interpretar el significado de los graffitos realizados en las paredes de una habitación, que por su si tuación, en la planta inferior de la torre, por referencias documentales y por la interpretación de algunas de sus inscripciones, consideramos fue utilizada como recinto carcelario, hemos intentado sistematizar los grabados agru pándolos por tipologías, pero sin dejar por ello de tener en cuenta, dado el ca so, su unidad temática. Así tenemos: 1.- Inscripciones. 2.- Antropomorfos. 3.- Simbólicos. 4.- Calendarios. 5 .- Reticulados. 6.- Zoomorfos. 7.- Otros motivos. 1.- Inscripciones. En los paneles inventariados en el Castillo de Petrer aparecen dos tipos de inscripciones: un grupo que está formado por inscripciones árabes, paneles de la pared Nordeste y Sur, algunas de difícil traducción por estar incompletas y encontrarse en un paramento inferior al que ahora se ve. Estos signos inferio res están pintados en negro. Dentro de este mismo grupo tenemos un conjun to de inscripciones incisas, que tampoco son fáciles de traducir, según informe de la arabista Carolina Doménech, que adjuntamos para su más correcta lectura. 88 GRAFITOS DEL CASTILLO DE PETRER Entre los grafitis hallados en el castillo de Petrer encontramos una serie de inscripciones en grafía árabe de las que damos nota a continuación . Podemos comprobar la existencia de varias letras unidas formando una secuencia epigráfica así como letras aisladas (kaf) y otras que, aun estan do solas, conservan un trazo de enlace que bien pudiera unirlas al resto de una palabra que no se ha conservado (ha, ta). Entre las inscripciones más claras encontramos la expresión ’al-ham duli-lah’ a la que falta el alif inicial. Va seguida de unos trazos que bien pu dieran ser el comienzo de ’bijair’. ’Al-hamduli-lah’ significa ’gracias a Dios’ y es una expresión muy corriente que se utiliza con mucha frecuen cia en el mundo islámico. Seguida de ’bi-jair’ se usa para responder a la pregunta ¿cómo estás? En el mismo panel, en una posición inferior, encontramos las letras ’s’ y ’lm’ . Podría ser que faltara el trazo que las une y entonces podría leerse ’salam’ que tiene entre otros el significado de cautivo. Otra posibilidad es que se trate de una grafía incorrecta de ’salam’ que es el saludo normal en tre los árabes. Otro conjunto identificable es el formado por la grafía ’qt’ que puede le erse como ’qita’ (gata) o bien como el adjetivo ’so lo’ seguido del número 5. Además de otra serie de trazos de dudosa interpretación, llama la aten ción la aparición de unas secuencias semejantes que se repiten y que no he mos identificado . Son las siguientes: /~/ Otro rasgo a destacar es la frecuencia de aparición de algunas letras: ta (6 veces), ha (5), wau (4). Las letras suelen tener un tamaño uniforme en to dos los paneles , pero encontramos algunas de gran tamaño: un ain medial así como dos ’ta’ que figuran una junto a la otra . Finalmente diremos que no hemos localizado ningún nombre propio ni nada que aluda a ninguna persona o lugar, tampoco ninguna fecha ni refe rencia temporal y tan sólo una de las secuencias epigráficas nos transmite un mensaje completo , la mencionada expresión de ’gracias a Dios’ a la que ya hemos aludido . C. DOMÉNECH El segundo grupo lo componen inscripciones realizadas en las primeras dé cadas del siglo XX, junto con otras realizadas recientemente. Todo ello como consecuencia de una vieja costumbre que tenían los petrerenses de subir al Cas tillo el día 4 de diciembre , fiesta de Santa Bárbara, a poner en sus paredes el nombre como testimonio de su visita. Estas inscripciones se encuentran lo calizadas en varios paneles y suelen ser representaciones de nombres pro pios o fechas. 89 Foto 18. Figuras geométricas y cuadrúpedos grabados. Castillo de Petrer. Foto 19. Supuesto guardián con espada al cinto . Cuadrúpedos y calendarios. Castillo de Petrer. 90 2.- Antropomorfos. Dentro de este grupo tenemos un importante conjunto de figuras que tam bién podemos tipificar de diferente forma. Por un lado, tenemos representa das figuras antropomorfas con trazados muy simples y esquemáticos: son las representaciones en doble ’Y’ (pared Sur, II .3.4.) que aparecen entre las es trellas y la cometa voladora. Otras representaciones humanas tenemos en la pared Nordeste, II.1.2., con sencillas líneas se ha grabado el perfil aguileño de un individuo. Mientras que otro grupo estaría formado, fundamentalmente, por la re presentación de guerreros agrupados formando una escena (pared Sur, II.3.5.,3.3), o bien aislados (pared Este, II.2.1.), personajes ataviados con gre güescas, coraza, espada al cinto, lanza o ballesta y cimera . Indumentaria ca racterística del siglo XVI. 3.- Simbólico. Como elemento simbólico, podemos considerar la representación de este liformes. La estrella de cinco puntas ha sido una figura que encierra en sí misma una gran simbología. La encontramos representada desde la Anti güedad y es de gran complejidad interpretativa. La Cruz de Caravaca también tiene un doble significado, como símbolo religioso y como elemento apotropaico, contra el fuego y la rabia. Muy interesante es la representación del laberinto, formado por círculos con céntricos (panel II .3.2.), elemento simbólico muy u tilizado y característico de la Edad Media . En el panel (II.1.3.) vemos representadas medias lunas en cuarto creciente, elemento simbólico muy representativo del mundo musulmán. Las representaciones de círculos enmarcando flores de seis pétalos es también muy característico en el medievo. Se puede encontrar su represen tación en muchos capiteles de iglesias y catedrales góticas de los siglos XIII y XIV. 4.- Calendarios. Representación muy frecuente y sencilla, consiste en una línea horizon tal cortada por líneas paralelas en vertical, pero teniendo en cuenta la función o utilidad de la sala en donde aparecen, puede interpretarse como e lemento de cuenta de trabajos realizados, de productos almacenados, o bien ser signos utilizados para el cómputo del tiempo, lo que desconocemos es si se contaban horas, días o semanas. Aparecen prácticamente en todos los paneles. 91 Foto 20. Cruz de Caravaca, grabada y superpuesta a círculos concéntricos. Castillo de Petrer. 92 Foto 21. Calendarios superpuestos a figuras zoo morfas y antropomorfas. Sala inferior de la torre del Castillo de Petrer. 5.-Reticulado. Dentro de este grupo, vamos a considerar la representación de las tablas re ticulada s (pared Sur . II.3.4 .). Son tablas de juego de damas, ajedrez u otros en tretenimientos. El hecho de que aparezca dividida en cuadrados pequeños, unos pintados en negro y otros incisos, puede estar relacionado con un tipo determinado de juego que no es fácil conocer. (II.2.2., 2.3., 3.1., 3.2.). 6.-Zoomorfos. En casi todos los paneles inventariados nos encontramos con representa ciones animalísticas. Aunque en conjunto los grabados de cuadrúpedos co mo perros, cabras y ciervos son bastante numerosos, pudiendo relacionarse con escenas de caza, propias de zonas boscosas no muy alejadas de estas co marcas del Medio y Alto Vinalopó. También encontramos escenas narrativas de hechos vividos en el interior de la fortaleza como sería por ejemplo la re presentación del panel II .2.1. Se trata de una escena formada por un guardián con dos perros cogidos por sendas correas. La figura del guardián con perros, en los recintos fortificados queda recogida en documentación del siglo XIV (Torro, 1990). En el panel (pared Nordeste, II.1) se representa un conjunto de pájaros, muy esquematizados, pero no exentos de gracia. Con trazos algo más complejos se han trazado los dos bonitos animales, uno de ellos jadeante, situados en la (pared Este, II.2.1.); puede tratarse de la representación de dos perros en acti tud de movimiento, si tenemos en cuenta la situación de sus patas delanteras, conducidos por su guardián. En todos lo paneles observamos una misma concepción de los cuadrúpe dos, cuerpos muy estilizados y trazos esquemáticos. 7.- Otros motivos. En el panel (II.1.4.), tenemos unos ramiformes. Motivos que encontramos representados en la pintura rupestre desde el Neolítico Medio en toda el área mediterránea y que continúa apareciendo en todas las etapas históricas pos teriores. Su simbolismo es complejo y nada fácil de explicar. Curiosa es también la representación de una cometa. (Panel II.3.4.). 2.2. Consideración final. Como hemos podido observar a través de los 14 paneles inventariados, que podrían ser muchos más de no estar la pared tan desconchada, las represen - 93 taciones realizadas en época bajomedieval en el Castillo de Petrer son, indu dablemente, de una gran riqueza expresiva. Sus figuraciones sencillas se vuelven complejas por sus superposiciones y por el simbolismo que encierran, aunque pueden ser consideradas como ma nifestaciones populares del hombre de la época bajomedieval y moderna, que como miembro de una comunidad estaría inmerso dentro de una estructura social, con sus estamentos sociales, políticos y religiosos . Siendo el grafismo un medio de expresión de sus manifestaciones lúdicas, sentimientos y cre encias. En ocasiones son representaciones de difícil interpretación, pero no por ello dejan de ser importantes como elementos propios de un período cul tural. Las representaciones del Castillo de Petrer, en ocasiones complejas y de difícil interpretación, son muy interesantes por sus figuras zoomorfas y an tropomorfas. Los grabados animalísticos nos indican la proximidad a zonas de caza o de mantenimiento de rebaños, propios de áreas de secano con relieves relativamente elevados y con vegetación, a diferencia de las zonas costeras en donde predominan las representaciones de naves, como ocurre en Denia (Gis bert, 93), Tabarca y Mallorca (Bernat, 82, 85) o Alicante. Sólo por nombrar al gunos ejemplos . O bien pueden ser, unidos a personajes, característicamente ataviados con cimeras, gregüescas y espadas, representaciones de guardianes, haciendo re ferencia a la función de la sala como recinto carcelario. Los calendarios o elementos de cuenta son grabados que aparecen con profusión en iglesias, recintos carcelarios, castillos obradores, etc ... Recorde mos aquí lo frecuente que era anotar en la pared de las alfarerías las docenas de botijos o piezas determinadas que se hacían o pintaban en un día de trabajo. Esta serie de líneas paralelas, verticales y horizontales, tendrán un valor de cuenta de misas, rosarios u oraciones, de días o de trabajos realizados, según la función de la estancia donde fueron realizados. Encontramos paralelos en el Castillo de Denia (Gisbert, 83), en los castillos catalanes (Carbonell, 81, 87), en el campanar de la Catedral de Palma de Mallorca (Bernat et alii, 82, 86, 87), Castillo de Jubera (Ibáñez, 87), Torre dels Enagistes (Manacor) (Alberti, 86), Castillo de Gestalgar (Sebastián, 9), etc ... Muy interesante, como hemos dicho, es la representación de personajes o guerreros con sus lanzas, espadas y ballestas, cuyo atuendo de coraza y gre güescas son un claro exponente de la indumentaria de los hombres de armas. Baste ver el mural pictórico del Monasterio del Escorial, en donde se representa, entre otras, la batalla de Gravelines (1558), para tener una clara referencia cronológica, siglo XVI, para los grabados del Castillo de Petrer. Sin olvidar que 94 I o ºº / O 5 10 ~ - --- 1 95 CASTILLO DE PETRER PUERTA. PARED SUR C RAFICO .1 !; CASTILLO DIE PETRER o ’ GRAFICO- 2 96 ------- -.... -..,.r··,,,.--.._·_~ ·, ’ ’·-.._ ___ __ CASTILLO DE PETAER GRAFIC0-3 L 5 97 hay superposiciones que son más modernas, pero también hay varias capas de enlucidos que son más antiguas. Representaciones con escenas de personajes, con atuendos característicos de la época, armamento o escenas de guerra, son frecuentes en los castillos ba jomedievales franceses (D. Archimbeaud, 80), o catalanes, estudiados por Carbonen y su equipo (1987), como por ejemplo el Castillo de Riubregos; Castillo D’Oroners (Lérida), (Beltrán, 86); Torre dels Enagistes (Manacor), (Al berti, 86); grabados medievales del Racó Molero (Castellón), (Viñas, et alii, 81); Campanar de San Miguel (Mallorca), (Bernat, et alii, 82), etc .. . Todo ello confiere a los graffitis del Castillo de Petrer un importante inte rés histórico, por lo que deben ser conservados, al ser un elemento más de nues tro patrimonio histórico-cultural. 2.3. Inventario I. Entrada a la sala inferior de la torre. II. Interior sala inferior de la torre. l.- Pared Nordeste. 2.- Pared Este. 3.- Pared Sur. l. ENTRADA A LA SALA INFERIOR DE LA TORRE. 1.1. Conjunto formado por figuras geométricas. Incisión profunda. En la parte central se representa un círculo, de cuyo centro sale una cruz as pada. A su izquierda, en la parte inferior, un cuadrado es dividido en dos rectángulos mediante una línea vertical, con pequeños círculos y flechas en tre ellos. Se completa el panel con líneas perpendiculares. Pared Sur. 0,50 x 0,43 metros. Gráfica l. II. INTERIOR SALA INFERIOR DE LA TORRE. II.1. Pared Nordeste. II.1.1. Conjunto formado por figuras zoomorfas, antropomorfas y lineales. Incisión. Panel formado por un conjunto de pájaros, muy esquematizado . En la par- 98 J e.DE PETRER P.HOAESTE GRAFICO . 4 99 ) / ~ CASTILLO OE PETRER GRAFIC 0-5 100 101 ’’ ’ o u ¡¡: ’ ’’ (!) te superior izquierda, aparece como un medallón romboidal, incompleto, enmarcando dos pájaros encarados. En la parte superior izquierda se re presenta un rostro de perfil, de nariz aguileña y fina barba. La figura pa rece no estar terminada, aunque la pared se encuentra desconchada. Las lí neas que se representan a su lado son de difícil interpretación. Es interesante reseñar la superposición de motivos: En el interior del me dallón una pequeña cruz se superpone al pájaro . En la parte inferior un con junto de líneas parece representar una torre, asentada sobre un montículo, de la que ondea una bandera, cuyo pendón queda superpuesto a la patita derecha del pájaro. 0,48 x 0,38 metros. Gráfica 2. 11.1.2. Conjunto formado por líneas paralelas, motivos epigráficos y an tropomorfos. Incisión. En la parte superior del panel se recoge una inscripción muy reciente ’MA RIANO’, a su lado una escalera y lo que podría ser un calendario. En la par te central aparecen signos árabes, que al encontrarse aislados son difíciles de interpretar. En la parte inferior aparece la cabeza y el cuello de un in dividuo muy esquematizado, al que se le superponen una serie de líneas paralelas. 0,31 x 0,20 metros. Gráfica 3. 11.1.3. Conjunto formado por calendarios, reticulados, zoomorfos, antro pomorfos, soliformes e inscripciones. Incisión, con áreas desconchadas. Panel formado por una gran diversidad de motivos, algunos parcialmen te representados al estar la pared desconchada. La parte central del panel la ocupa una figura cuadriculada, ornamentada en sus ángulos superiores y zona central, con tres círculos superpuestos. Cír culos que se repiten por el panel, aunque de forma incompleta por el des conchado de la pared, que nos impide también ver tres figuras humanas de las que sólo vemos los pies y parte de las piernas, cubiertas con pantalones abombados, parte de un brazo y mano que sostiene una ballesta. Esparci dos por el panel aparecen varios calendarios. En su parte inferior derecha se representa un cuadrúpedo que podría ser un perro con collarín de cascabeles al cuello y una larga correa. En el pa nel se observan superposiciones y un conjunto de inscripciones árabes de 102 r--) ’¡/ GRAFIC07 f ,o 103 .... o ~ ¡ ¡-------~r--1---t--~-+-- -- 1---- l=-----+- 4 _1-...---+-----t, I _) ( ) ,_r ( / / ’ /f( I /(..) ·’ j’ ~ f ,-- ,/ I / ,/ ,,,--’......, / / / / ’’ / / / // v i /L::- / / / 1 1 !’- ---== ’-..... O 5 1 1 1 - - -- - - - ~ - 1 -1 =====i ----- - CASTILLO DE PETAER GRAFIC0-8 difícil lectura, según la arabista C. Doménech. 0,90 x 0,75 metros. Gráfica 4. 11.1.4. Conjunto formado por zoomorfos, escaleras, calendarios, tableros, flo res de seis pétalos, círculos, cruces aspadas y ramiformes. Incisión. Algunas figuras con incisiones profundas . Panel con dos zoomorfos en la parte inferior, uno puede ser un perro con un collar en el cuello con dos cascabeles, el otro puede ser un ciervo por la longitud de su cornamenta, atravesado el cuello por una flecha. Superpuestos tenemos dos grandes tableros cuadriculados. Se registran también varios conjuntos de calendarios y varios círculos con flores de seis pétalos. En la parte central del panel aparecen dos cruces aspadas adornadas con pomos, de las que salen haces luminosos. 1 x 0,80 metros. Gráfica 5. 11.1.5. Conjunto formado por inscripciones, calendarios, esteliformes y fi guras humanas muy esquematizadas. Incisión. Panel situado a 2,50 metros de altura. La altura total de la sala abovedada es de 2,95 metros. El hecho de que la bóveda estuviera hundida permitía que desde el piso superior de la torre quedara visible un espacio de unos 50 centímetros de la sala inferior. Ello explica la inscripción de la parte su perior derecha del panel, relativamente reciente en relación a las otras fi guras. Es perfectamente legible. José Reig Rico y Juan Colomina visitaron este Castillo de (Petrel) Noviembre de 1934 En la parte inferior del panel se representan tres estrellas de cinco puntas, una de ellas incompleta por estar desconchado el paramento. Entre ellas, una figura humana muy esquematizada. 0,85 x 0,55 metros. Gráfico 6. 105 c.oe: Pl!:TI!E lil GRAFICO - g 106 107 II.2. Pared Este. 11.2.1. Panel formado por un conjunto de figuras zoomorfas, humanas, geométricas y ramiformes . Incisión. Figuras superpuestas . En la parte superior, ocupando la zona central del panel, tenemos la re presentación de dos perros en posición de movimiento, pues uno de ellos está como jadeando, con la lengua fuera. Los dos llevan un collar por el cue llo, del que penden dos cascabeles . Los perros son conducidos por un hom bre que coge con su mano derecha las correas que salen de los collares. El personaje en cuestión va ataviado con trusas y pectoral al cinto, lleva una espada con empuñadura de florete y la cabeza cubierta con una celada con plumas. En la parte inferior del panel, que se encuentra muy desconchado, apare ce la figura de un animal, esquematizado, con dos cuernos, al que se le superpone una figura de casetones incompleta al estar la pared desconchada. Otra superposición son los tres ramiformes, los dos más alargados se su perponen a una figura geométrica incompleta. En un plano inferior se re gistran dos números pintados en negro. 0,80 x 0,56 metros. Gráfico 7. 11.2.2. Panel formado por dos figuras reticuladas. Incisión. Al encontrarse la pared bastante desconchada, las dos figuras reticuladas a modo de tablero aparecen incompletas. Observándose también líneas superpuestas. 0,75 x 0,40 metros. Gráfico 8 . II.3. Pared Sur . 11.3.1. Panel formado por un conjunto de líneas superpuestas, calendarios, damero e inscripciones. Incisión. Algunos trazos con incisión profunda. De los cuatro calendarios, dos presentan las líneas verticales unidas por la parte superior con una línea horizontal y dos con más de veinte líneas pa ralelas en horizontal unidas por una larga línea vertical. En la parte central aparece un damero completamente desfigurado por una gran cantidad de líneas superpuestas. En este panel es interesante reseñar las inscripciones 108 C,DEPETRER P .SUR GRAFI ca -11 109 ’ ~----’-- -~-------/_)__,___ ___ ____ _’ln,__ __ ____,_ ___ _/ l 110 en letra árabe, algunas de muy difícil lectura; las más completas han sido traducidas por la arabista C. Doménech, como sigue: Al-hamduli-lah -’Gracias a Dios’ Salam -’Cautivo’ 1,10 x 0,55 metros . Gráfico 9. 11.3.2. Conjunto formado por una figura de círculos concéntricos, calen darios, figuras humanas e inscripciones. Incisión. Algunas profundas. Destaca de este panel la representación de una figura laberíntica formada por círculos concéntricos, a la que se le superponen una serie de líneas y ca lendarios formados por líneas paralelas en vertical. En el extremo inferior derecho, unas simples líneas forman una figura hu mana completamente esquematizada. También aparecen dos inscripciones perfectamente legibles: Enero Y en el laberinto una fecha: 1930 0,90 x 0,55 metros. Gráfico 10. 11.3.3. Conjunto formado por figuras humanas, zoomorfos, calendarios, cruces e inscripciones . Incisión . La cruz con una incisión de unos 5 milímetros. En la parte superior del panel aparecen unas inscripciones árabes de difí cil transcripción. En la parte inferior tenemos una escena formada por un conjunto de guerreros superpuestos a calendarios y figuras circulares . Los guerreros cubiertos con la celada o cimera van ataviados con el típico brial. Las dos figuras inferiores aparecen con espada al cinto, una de ellas con empuñadura de florete y ballesta. De las dos figuras superiores, una lle va una lanza en la mano izquierda. La otra sujeta la correa que sale del collar con cascabeles que lleva el perro. En la parte central, tenemos la representación de la Cruz de Caravaca con peana, junto a ella dos cuadrúpedos enfrentados. 1,10 x 0,50 metros. Gráfico 11. 111 112 e.DE PETRER p .SUR GRAFIC0-13 V 11.3.4. Conjunto formado por calendarios, tablero de juego, antropomorfos, muy esquematizados, y estrellas. Incisión, profunda en el tablero . En la parte superior izquierda tenemos un tablero dividido en cu adros, unos aparecen pintados en negro y otros, la mayoría de ellos, están incisos . A su lado un gran calendario con 19 líneas paralelas en vertical cortad as por una línea horizontal. El resto del panel se completa con una cometa volando al viento y dos es trellas de cinco puntas. Entre las estrellas y la cometa aparecen unos an tropomorfos esquematizados, del tipo de doble Y. 0,80 x 0,50 metros. Altura del suelo 2,05 metros. Gráfico 12. 11.3.5. Conjunto formado por antropomorfos, zoomorfos, estrellas, calen darios y círculos. Incisión profunda, 3 milímetros . En la parte central del panel aparecen una serie de líneas superpuest as, dos esteliformes y tres círculos concéntricos a los que se les ha superpu es to en fechas recientes una inscripción, es un nombre propio en letras ma yúsculas: MARÍA JOSÉ A la izquierda, en la parte superior, se representa una figura zigzagueante, un calendario formado por 13 líneas verticales, entre otras figuras de di fícil interpretación. Dentro del panel hay que destacar una escena que podríamos interpretar como de caza . En la parte central aparece la fi gu ra humana con el rostro poco definido, llevando en la mano una lanza. Es tá rodeada de cuadrúpedos que por su cornamenta algunos podrían ser ciervos o cabras montesas, mientras que otros, más pequeños, podrían ser perros. Apuntando hacia ellos un arco con la punta de dardo preparada para ser disparada. El desconchado de la pared nos impide ve r al ar quero, así como parte de otro cuadrúpedo, que aparece atravesado por una flecha. 1,05 x 0,90 metros . Gráfico 13. 11.3.6. Conjunto de cuadrúpedos, figuras geométricas y calendario s. Incisión. Escena formada por una manada de cabras montesas, a tenor de su co r namenta, ciertamente muy esquematizada. Las figuras, todas ell as bas- 114 Foto 23. Marca de cantero en un sillar del cubo de la muralla, situada al mediodía, en el Castillo de Petrer. Foto 24. Sillar con marca de cantero del ángulo Sur de la fortaleza. Castillo de Petrer. 115 tante esquematizadas, tienen superpuestas una serie de líneas verticales que muy bien pueden ser interpretadas como calendarios. En la parte supe rior derecha aparece un triángulo invertido. Este panel se encuentra a muy pocos centímetros del suelo. 1,10 x 0,54 metros. Gráfico 14. 111. 3. LOCALIZACIÓN DE LOS SIGNOS LAPIDARIOS. Como ya hemos indicado, el Castillo de Petrer sufre una importante reforma en la primera mitad del siglo XIV al encontrarse sus lienzos, originalmente de tapial, muy erosionados, como consecuencia de los enfrentamientos habidos en estas tierras meridionales del País Valenciano, entre los reyes catalanoara goneses y castellanos. Con las obras, se consolida y refuerza el cubo cuadrangular, en saliente, de la muralla, con sillarejo y sillares en las esquinas. Siendo sus dimensiones 5,4 metros de longitud por 4,10 metros de ancho, con una altura total de unos 13 metros, de los cuales 5 corresponden a la fábrica de sillarejo y sillares y los 8 restantes son de tapial. Al mismo tiempo se reforma la fortaleza propiamente dicha, su planta es poligonal adaptándose al relieve montañoso, de fábrica de mampostería y si llería en sus vértices. Tras una minuciosa prospección y observación de los sillares a diferentes horas del día, pudimos localizar una serie de signos en los sillares colocados en los distintos ángulos de la fortaleza, aspilleras y puertas, así como en los si llares de la parte inferior del cubo del lienzo Sur de la muralla. La erosión por un lado y la reciente restauración por otro, ha motivado que muchos de los sillares hayan perdido la antigua marca del cantero, de ahí que éstas no sean muy numerosas, pero han quedado las suficientes para po der realizar esta catalogación que presentamos a través de dos gráficas. 3. l. Gráficas y distribución de frecuencia. El número de marcas encontradas en los vértices, aspilleras y puertas ha sido de 34, de ellas se han podido individualizar 17. La longitud de tres de ellas nos hace pensar que puede tratarse de marcas de posición, es decir, que indican la posición en que se debe de colocar el sillar. Los signos se localizan generalmente en la parte central del sillar, que sue- 116 le medir entre 60, 50 ó 45 centímetros de longitud por 25 centímetros de an cho, estando las marcas realizadas con un buril o cincel metálico, con trazo lim pio y no muy profundo. Sus dimensiones oscilan entre 5-9 centímetros, aunque como hemos indicado hay tres marcas que tienen 27 y 29 centímetros de longitud. Se trata de una línea longitudinal en la parte central del sillar----- y una línea longitudinal con un pequeño apéndice en el extremo hacia arriba, -----, o bien hacia abajo,--=- ----, los tres sillares están situados muy próximos uno del otro y se localizan en la vertiente Sur de la fachada prin cipal de la fortaleza y en la vertiente Norte, cerca de la poterna. La longih1d de dichas marcas nos aconsejan catalogarlas como signos de po sición, por lo que su función sería servir de referencia para su correcta colo cación en el edificio. Paralelos a estos tipos de sillares con idéntica función a la que aquí proponemos, las encontramos en el Castillo de Sadaba (Zaragoza), (Martínez, 1983), aunque allí hay más diversidad de trazos. En cuanto a la distribución, no observamos concentración en un punto de ninguna de ellas, siendo el signo más representado la cruz aspada, X, siete ve ces; tres veces tenemos la flecha hacia la derecha, con dos en su variante ha cia la izquierda. En cuanto al resto de los signos, como se puede ver en la gráfica adjunta, su frecuencia oscila entre dos y uno. Entre los signos que hemos definido como referencia guía para la cons trucción del paramento, tenemos que la simple línea longitudinal se repite cuatro veces, localizada en diferentes vertientes de la fortaleza. En conjunto tenemos registrados 27 sillares con marcas de cantero, no des cartando que hayan algunas más, que por la reconstrucción del Castillo hayan quedado poco visibles, o bien, en concreto en la vertiente Este, donde por la dificultad de acceso, ante la escarpada vertiente, ha sido parcialmente pros pectada. Los signos clasificados como guía de construcción son en total siete. En la gráfica 10, recogemos las marcas de cantero localizadas en los silla res que refuerzan la parte inferior de la torre cuadrangular de la muralla de la fortaleza. En la ficha registro hemos tenido en cuenta los dos ángulos de la torre, que a su vez han sido clasificados en cuatro flancos, de derecha a iz quierda tenemos flanco A, A1, flanco B, B1. B Al 117 LUGAR: CASTILLO DE PETRER MUNICIPIO: PETRER (ALICANTE) LOCALIZACIÓN: PUERTA Y FLANCOS DE LA FORTALEZA. AÑO: 1989 MARCAS DIMENSIÓN FRECUENC IA -=: :::.. 9 cm. 1 ~ 9 cm. 2 L 7cm. 1 27 cm. 4 ¿_ 29 cm. 2 x::::? 6cm. 1 :;,.. 7cm. 3 ~ 7cm. 2 ’C3 7cm. 1 T 6 cm . 2 ’ )K 5 cm. 2 ’ 29 cm. 1 ~ 9 cm. 1 7 7cm. 2 /1 7cm. 1 6 7cm. 1 X 5cm. 7 GRÁFICA- 9 118 LUGA R: CASTILLO DE PETRER MUNICI PIO : PETRER (ALICANTE) LOC ALIZACIÓN: PARTE INFERIOR DEL CUBO CUADRANGULAR, EN SALIENTE, DEL LIENZO DE LA MURALLA. AÑO : 1989 FRECUENCIA MARCAS DIMENSIÓN FLANCO A FLANCO A FLANCO B FLANCO B TOTAL X 5cm. 6 1 6 4 17 X 5cm. 1 - 1 1 3 7 7cm. 1 - - 1 V 7cm. 3 1 1 - 5 / 7cm. 2 - - - 2 7cm. 6 6 4 6 22 + 5cm. 11 11 16 9 47 T 6cm. 5 2 6 2 15 _L 6cm. 2 1 2 3 8 T 6cm. 2 3 1 - 6 ’1 7cm. 2 - - - 2 7cm. 5 3 7 6 21 ~ 7cm. 4 3 - 2 9 // 7cm. 1 - - - 1 v 7cm. - 1 2 - 3 / 7cm. - - - 1 1 GRÁFICA- 10 119 Cuantitativamente, las marcas de cantero registradas en el cubo son mucho más representativas, al ser los sillares originales de la obra y conservar la ma yor parte de ellos, visible, la marca de cantero, aunque la erosión, aquí tam bién, ha dejado su huella . En total se han registrado 163 sillares con signos lapidarios, siendo 16 los individualizados; de ellos hemos identificado siete como tipos . De uno de los tipos que sería la uve, V, se han registrado seis variantes, en función de que la abertura se encuentre hacia abajo, / , a la derecha, , izquierda, . Otras variantes son de la letra T, que puede presentarse invertida, J... , o sin adorno de pomo en el ángulo. De la cruz aspada también hemos clasificado una variante que aparece con adorno de pomo en sus extremos, X. De los 16 signos, la cruz, + , aparece con mayor frecuencia, 47 veces, lo que viene a re presentar un 28 por ciento, seguida de la uve, , abierta hacia la izquierda 22 veces y viene a representar un 13 por ciento. Un 12 por ciento lo registra la uve abierta hacia la derecha. Con menor frecuencia aparece la cruz aspada, X, 17 veces, 15 la T que viene a ser la más representativa, pues los otros son va riantes y se han registrado con menor frecuencia. Los signos que aparecen en la parte central del sillar, son incisiones poco profundas y suelen tener de cinco a siete centímetros de longitud. A la vista de los dos gráficos, observamos que solamente tres signos se re piten en las dos áreas construidas, la fortaleza y el cubo de la muralla, siendo la cruz aspada, X, la que con más frecuencia aparece, 17 veces, en el cubo cuadrangular de la muralla y siete veces en los sillares de la fortaleza. Le sigue la t, T, con 15 sillares en el cubo y 2 en el castillo y finalmente la uve, abier ta hacia la izquierda, que sólo aparece una vez en cada uno de los paramen tos mencionados . Todo ello nos induce a pensar que la obra se realiza al mismo tiempo, aun que no con la misma gente, es decir, de los presumibles 18 canteros que in tervienen en las reformas del castillo y del cubo cuadrangular, sólo tres trabajan en las dos áreas mencionadas. De ser así, el número de trabajadores sería grande, quizás debido a la rapidez con que debían realizarse las obras al en contrarse el Castillo en una zona de frontera entre los Reinos de Castilla y Aragón . 3. 2. Clasificación de los signos. El criterio seguido en la clasificación que aquí presentamos, como ya explicamos en otro apartado del presente trabajo, se ha realizado teniendo en cuenta so lamente los rasgos característicos de los signos inventariados. Por ello han sido clasificados en cinco grupos, teniendo en cuenta todas sus variantes . 120 Tenemos el grupo de los cruciformes, con cuatro variantes. Alfabéticos, en donde se observa que la ’uve’ es la que más variantes presenta. Otro grupo está formado por los flechiformes. Dentro del grupo de signos diversos, predominan los lineales. Un último grupo es el formado por los signos geométricos, con un único signo triangular, figura como sabemos algo simbólica, al igual que su di mensión, 7 centímetros, número relacionado con la alquimia. En cuanto a los signos de posición, su clasificación entraría dentro de los lineales. CRUCIFORMES: X IX+ ALFABÉTICOS : L 7 7 T 1- T V/ /)//L~ FLECHIFORMES: DIVERSOS: GEOMÉTRICOS: SIGNOS DE POSICIÓN: 121 Foto 22. Lienzo de tapial con un cubo cuadran gular en saliente, con refuerzo de sillería en su parte media inferior. Castillo de Petrer. 122 3. 3. Consideración final. Tras la catalogación de las marcas de cantero localizadas en el Castillo de Petrer, observamos que hay 25 variantes, de un total de 189 sillares con signos lapidarios. Si la valoración cuantitativa de los canteros se mide por sus mar cas , la obra del cubo de la muralla tendría que haberse realizado por un nú mero importante de obreros, s iendo un grupo distinto al que trabajaba en la reconstrucción de la fortaleza propiamente dicha. LLegados a est e punto habría que reflexionar y preguntarnos si los sillares se labraban a pie de obra, o si eran traídos, ya tallados, desde la cantera, por que de darse este segundo supuesto, el número de obreros podría ser más o menos reducido, al ser su función simplemente la de construir . Pero aquí tam bién habrán de tenerse en cuenta otros factores, que en estos momentos nos es difícil aclarar, por la reducida información que tenemos, pues tendríamos qu e conocer el grado de organización y desarrollo del trabajo en las canteras, junto a la distribución de los sillares ya signados. Cuestiones que se nos que dan un tanto en el aire, pero que no queremos dejar de plantear, para que puedan ser tenidos en cuenta en futuros trabajos y completar así nuestro co nocimiento de la sociedad y del hombre del medievo. En conjunto, los signos lapidarios del Castillo de Petrer son marcas con paralelos en toda el área peninsular, por lo que sólo relativamente pueden servirnos como elemento de datación, ya que algunas marcas como por ejem plo la cruz, + , o la cruz aspada, X, la ele, L , la uve, V, aparecen en edificios civiles, castillos, iglesias o catedrales, con cien años de diferencia en su cons trucción. O bien los edificios en los que se registran los mismos signos lapi darios, con similar cronología, se encuentran separados por una distancia de más de 400 kilómetros, por lo tanto no puede ser la misma persona la que trabaja en dos o tres lugares al mismo tiempo, cabría pensar que se trata de una misma logia cuyos miembros utilizan la misma marca. Las variantes podían ser marcas relacionadas con los hijos del cantero, dis cípulos o aprendices. Sirvan como ejemplo los signos del Castillo de La Mo la (Novelda), Torre del homenaje de la Alcazaba de Almería (Alba, 83), Cas tillo de Denia (Gisbert, 83), Iglesia de Santa María de Montblanc, Catedral de Tarragona (Liaño, 83), La Paheria (Lérida) (Sarrate, 83), con cronologías entre mediados del siglo XIII-XIV; Castillo de Sabada (Zaragoza), fechado en el si glo XIII (Martínez, 83); y con los mismos signos encontramos paralelos en la Iglesia de San Miguel de Ribas, encuadrada cronológicamente en el siglo XV (Jiménez, 83). Nosotros, las reformas efectuadas en el Castillo de Petrer las encuadra mos en el primer tercio del siglo XIV, estando estas tierras bajo la soberanía de 123 la corona aragonesa, a tenor tanto de los signos lapidarios, como de los datos obtenidos a través de las sucesivas campañas de excavación arqueológica, así como de unas reducidas notas documentales que refieren el mal estado de la fortaleza y cómo Jaime II ordena que se repare para poder ser bien defen dida la línea de frontera con el Reino de Castilla, no olvidemos que Sax y Vi llena pertenecían a la corona castellana . 124 IV. CONCLUSIÓN GENERAL. 125 126 En conclusión a todo lo expuesto, la realización de la catalogación, tanto de los graffiti como de los signos lapidarios del Castillo de Petrer y del Castillo de La Mola (Novelda), vienen a mostrarnos una manifestación del hombre del me dievo. Manifestaciones poco conocidas hasta fechas recientes debido a la fal ta de esh1dios. Aunque desde antiguo eran conocidos los signos lapidarios, és tos no habían merecido la atención de los investigadores. Sólo a partir de fe chas recientes han sido dados a conocer, aunque en ocasiones desde un pun to de vista anecdótico o incluso bajo una óptica misteriosa y esotérica, como fueron en su día presentadas las marcas de cantero del Castillo de La Mola (Amoros, 1971). Sin embargo, en las últimas décadas el estudio sistematizado de los signos lapidarios ha venido a mostrar la importancia del gremio de canteros en la Edad Media, así como su incidencia social. En cuanto a los graffiti, a pesar de que el grafismo ha merecido la atención de los investigadores desde hace más de una centuria, sus trabajos se centra ban en épocas prehistóricas o antiguas, estudiando los grabados realizados por el hombre en cuevas, en abrigos o al aire libre, sobre un soporte de piedra, o bien los signos realizados sobre cerámica en áreas de influencia de la cultura griega y romana. No valorándose las representaciones de la época medieval, e incluso en algunos casos llegando a ser catalogados como prehistóricos. Afortunadamente, en los últimos años el concepto del valor del graffito se ha modificado, y no sólo se inventarían y catalogan representaciones me dievales sino también modernas, puesto que son manifestaciones realizadas por el hombre y que vienen a expresar su estado anímico, ya que el grafismo es un medio popular de comunicación que ha utilizado el individuo desde épo ca antigua y que todavía hoy continúa utilizando. Los graffitos del Castillo de Petrer, de reciente aparición al haber estado la sala donde se localizan rellena de tierra desde hacía más de una centuria, vie ron la luz a través del proceso de restauración, al ser vaciada la sala. Como he mos podido ver a través de su catalogación, son de una gran riqueza expre - 127 siva, pues los paneles de la pared de la sala, algunos muy erosionados, nos muestran desde figuras antropomorfas, con atuendo característico y alusivo a la época en que fueron realizados, figuras zoomorfas, leyendas epigráficas o figuras geométricas de gran complejidad interpretativa . Todas ellas sin du da relacionadas con la función última que tendría esta sala, que no fue otra que la de recinto carcelario. Así, frente a una serie de representaciones comunes a otros recintos con iguales funciones, en edificios militares, civiles o religiosos, como son calen darios, escaleras, motivos esteliformes, etc ., nos encontramos con un conjun to de representaciones antropomorfas y zoomorfas muy peculiares y de gran riqueza expresiva, lo que le confiere una gran importancia al mostrarnos una manifestación cultural del hombre del medievo, hasta ahora prácticamente des conocida en estos valles del Vinalopó. Manifestaciones que podemos empezar a creer habituales entre la comu nidad medieval, si tenemos en cuenta no sólo los graffiti aparecidos en el Castillo de La Mola, presentados en este mismo trabajo, sino también los que todavía se encuentran inéditos, como los de l Castillo de Villena, Elda , Forna, entre otros muchos más , diseminados por la Comunidad Valenciana . La realización de esta catalogación, en definitiva, lo único que ha preten dido es dar a conocer una serie de manifestaciones del hombre, como ser so cial, condicionado por un medio sociopolítico muy determinado, en el caso con creto de los graffiti. Mientras que la catalogación de los signos lapidarios ha venido a ponernos de manifiesto la importancia de los trabajadores de la pie dra, personajes vinculados a la creación y desarrollo de las logias masónicas en el medievo . Asimismo, el estudio de los paralelos de estos signos lapidarios, junto al va ciado de la documentación existente para el período bajomedieval, nos ha aportado datos cronológicos de gran importancia histórica, al permitirnos acercarnos a la fecha de construcción de estos edificios, sobre todo en el caso de la torre triangular del Castillo de La Mola. Torre ciertamente muy peculiar, por ser su planta prácticamente casi única, convirtiéndose en una dificultad a la hora de buscar relaciones o paralelos al no contar tampoco con docu mentos escritos que hagan referencia a su concreta construcción. No obstan te, el estudio de sus signos lapidarios, junto a los trabajos de excavación ar queológica realizados en el interior del Castillo, nos han permitido poder de terminar la construcción de la torre en el primer tercio del siglo XIV. En definitiva, la catalogación no hace sino acercarnos un poco más al hom bre del medievo, un período histórico que día a día deja de ser considerado poco significativo, ya que la continua aparición de estudios relacionados con 128 aspectos socioeconómicos y políticos están considerando y valorando al hom bre del medievo en su justa medida, enriqueciendo con ello nuestro conoci miento de la época bajomedieval. Por último, no queremos dar por concluido este trabajo sin agradecer la co laboración y ayuda recibida de una serie de compañeros y amigos que han con tribuido a la realización de este estudio. Así, queremos expresar nuestro agradecimiento a José Ramón Ortega, Ana Abad, Cristina Rodríguez, M ª Dolores Sánchez y Carolina Doménech, por su ayuda en los trabajos de calco y reproducción de los graffitos y de la tra ducción de la epigrafía árabe. A Miguel Melul y Antonia Payá por su ayuda en las tareas mecanográficas, sin olvidar a Amparo Montesinos por su cola boración en la realización de las fotografías, a Rafael Azuar y Mauro Her nández por sus orientaciones y por la deferencia de prologar este libro. También expresar nuestro reconocimiento al Excmo. Ayuntamiento de Novelda por su interés y apoyo en la realización y publicación de este trabajo. Por último, cómo no, expresar mi más sincero agradecimiento al Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, por haberme concedido una ayuda, para la rea lización de este estudio, dentro de su programa de Ayudas a la Investigación, y que ahora también, con su patrocinio ha hecho posible la publicación de es te trabajo . 129 130 BIBLIOGRAFÍA 131 132 ABAD NAVARRO, E. 1928 : Historia del Castillo de La Mola de la ciudad de Novelda. Murcia. AMORÓS ARNAU, F. 1971: Ta-awad refugio. Signos tumularios en el castillo de la ciudad de Novelda . Novelda AZKARATE GORAI-OLAUN, A. 1988: Arqueología cristiana de la Antigüedad Tardía en Álava, Guipúzcoa y Vizcaya. Vitoria . AZUAR RUIZ, R. 1981: Cast ellología medieval alicantina . Área meridional. Alicante. AZUAR RUIZ, R.; NAVARRO POVEDA, C.; BENITO !BORRA, M. 1985 : Excavaciones medievales en el Castillo de La Mola. (Novelda-Alicante). I. Cerámicas finas (S.XII-XV). Novelda. AA. VV. 1984: Los graffiti medievales del Castell de Denia. Catálogo. Denia. AA. VV . 1983: Actes du Colloque International de Glyptographie de Saragosse. Zaragoza (Julio, 1982) . BELTRÁN I ROIGE, P .; FITE I LLEVOT, F. 1986: ’Primera aproximació a la cerámica grisa i als graffiti del Castell D’Oroners. (Ager, LLeida)’. Medievalia, 6-7, 387-418. Barcelona. ABELLÁN PÉREZ, J. 1982: ’El graffiti medieval de la Iglesia parroquial del Divino Salvador de Vejer de la Fron tera’ . Estudios de Historia y de Arqueología Medieval, II, U. de Cádiz, 137140. BERNAT I ROCA, M .; GONZÁLEZ GOZOLO, E.; SERRA BARCELÓ, J. 1982: ’La presó del Campanar de San Miquel’, Estudis Balearics, Any II/ 7, 95-131. - 1985 : ’Els graffiti de L’illa de Tabarca (Alacant). Primeres aportacions’, Canalo bre, Alicante, 112-114 . BERNAT I ROCA, M.; SERRA I BARCELÓ, J. 1987: ’ Metodología para el estudio de los graffiti medievales y postmedievales: El caso de Ma llorca’ . II. CAME, T. II, 25-33, Madrid . 133 ALBERT!, A. ET ALII. 1986: ’Estudis sobre la Torre dels Enagistes (Manacor)’. Quaderns de Ca La Gran Cris tiana 7. Palma de Mallorca. BÁGUENA, J. 1980: Aleda. Su descripción y su historia. Murcia. BERNAT I ROCA, M. ET ALII. 1986: ’Els graffiti del Campanar de la Seu de Mallorca’, Institut d’Estudis Balearics, Any IV/ 23, 7-46 . Palma de Mallorca. BERRAONDO, M.J. 1983: ’Signos lapidarios localizados en Agüero (Huesca), Obon y Segura (Teruel) y Tule bras (Navarra)’, en Actes du Colloque International de Glyptographie de Sa ragosse, Zaragoza, 81-89 BOTTIN, M. 1980: ’Les galeres de Savoire au 16 S’. Archeologia, 145, 28-33. Dijon . CABEZUELO PLIEGO, J.V. 1991: Documentos para la Historia del valle de Elda 1356-1370. Elda. CAPDEVILA RAMOS, J. 1983: ’Catalogación de los signos de picapedrero de la fachada principal de la Iglesia del Mo nasterio de Santes Creus (Tarragona)’, en Actes du Colloque International de Glyptographie de Saragosse, Zaragoza, 319-331. CARBONELL, E.; CASANOVAS, H.; LLORAS, C. 1987: ’Problemática de la interpretación de los graffiti medievales catalanes’, l. CAME, (Huesca-1985), Zaragoza. CASANOVAS, A. ET ALII. 1983: ’Els grafits de la Torre del Verdu’, en Actes du Colloque International de Glyp tographie de Saragosse, Zaragoza, 359-365 . CERDÁN, F.; ALMAGRO, A.; ALMAGRO-GORBEA, M. 1978: ’Las marcas de cantero del Castillo de Mora de Rubielos: Interpretación y resultados de un tratamiento matemático’. Teruel, 49-68. DEL ESTAL, J.M. 1981: Conquista y anexión de las tierras de Alicante, Elche, Orihuela y Guardamar al Rei no de Valencia por Jaime II de Aragón (1296-1308). Alicante. EWERT, CHRISTIAM. 1987: ’Tipología de la mezquita en occidente: De los Omeyas a los Almohades’. II. CAME. Madrid, T . I, 179-220. 134 CRESSIER, P. 1987: ’Graffitis cristianos sobre monumentos musulmanes de la Andalucía Oriental: Una forma de exorcismo popular’. I. CAME. (Huesca-1985), Zaragoza, T. I, 273-291. FERRAZ I GÓMEZ, D . ET ALU. 1987: ’El grafit medieval. Metode arqueologic. La seva aportació a la historia’, I. CAME. (Huesca-1985), Zaragoza, T. I, 223-237. FERNÁNDEZ IBÁÑEZ, C. ET ALII. 1987: ’Informe preliminar acerca de los grabados bajomedievales del Castillo de Jubera (La Rioja) y su entorno histórico-arqueológico’. U. CAME, T. III, 405-413 . GONZÁLEZ SIMANCAS, H. 1911: ’El Castillo de la Muela, en el término de Novelda’, en La Ilustración Española y Americana, X, 131 sp. CARBONELL I ESTELLES, E. ET ALU. 1981: ’Els grafits de Castellfollit de Riubregos. Primeres aportacions’. Quaderns d’Estudis Medievals, 5, 278-311, Barcelona. LEOPOLD. 1971: ’Los signos lapidarios’. R. Fiestas Moros y Cristianos de Cocentaina. LIAÑO MARTÍNEZ, E. 1983: ’Signos lapidarios en las construcciones de la diócesis de Tarragona’, en Actes du Colloque International de Glyptographie de Saragosse, Zaragoza, 347-358. MARTÍNEZ BUENAGA, I. ET ALU. 1983: ’Marcas de cantero en el Castillo de Sadaba’, en Actes du Colloque Internatio nal de Glyptographie de Saragosse, Zaragoza, 89-99. MARTÍNEZ MORELLA, V. 1964: Signos lapidarios en los edificios medievales de la ciudad de Alicante, Alicante. MATEO BOX, J. 1974: ’Novelda y su torre triangular’. RIEA, 11, 107-116, Alicante. NAVARRO PASTOR, A. 1967: ’Los signos de cantería en el Castillo de Petrer’. R. Fiestas Hispano-Árabes, Pe trer. NAVARRO POVEDA, C.1985: ’Excavaciones en el Castillo de La Mola’, Betania, 33. Novelda. -1986: ’Castillo de La Mola’, Arqueología en Alicante 1976-1986, 115-118. Ali cante. -1986 b: ’Cerámicas valencianas bajomedievales aparecidas en el Castillo de La Mo la. Novelda (Alicante)’. I. CAME, (Huesca-1985), Zaragoza, vol.V., 571-587. 135 -1987 a: ’Los niveles islámicos del Castillo de La Mola. Novelda. (Alicante)’. II. CA ME, Madrid, T. III, 63-71. -1987 b: ’Monedas aparecidas en las excavaciones del Castillo de La Mola’, Betania, 35. Novelda. -1989 a: Petrer islámico, Petrer . -1989 b: Guía del Castillo de Petrer, Petrer . -1990 a: Excavaciones arqueolóqicas en el Castillo de La Mola. (Novelda-Alicante) II. Las cerámicas comunes (S. XIV-XV). Novelda. -1990 b: ’Análisis arqueológico del poblamiento’ , en Historia de la Ciudad de Alicante . Edad Media, T. II. 41-56. -1991 a: ’Los graffiti medievales del Castillo de La Mola ’. Betania, 39, 35-43. No velda. -1991 b: ’Notas para el estudio de los graffitis medievales del Castillo de Petrer’ . R. Festa, Petrer. -1991 e: ’Castillos del Vinalopó’, en Fortificaciones y Castillos de Alicante, 6185. Alicante . NAVARRO POVEDA, C. ; AZUAR RUIZ, R. ; BENITO IBORRA, M. 1985: Excavaciones medievales en el Castillo de La Mola. (Novelda-Alicante). I. Cerámi cas finas (S. XII-XV). Novelda. NAVARRO POVEDA, C. ET ALII. 1989: Guía del Castillo de La Mola y del Santuario de Santa María Magdalena, Novelda. SARRATE FOGA, J . 1983 : ’Signos lapidarios y de prision eros en el Palacio Municipal d e la Paheria de Lérida ’, en Actes du Colloque International de Glyptographie de Saragosse, Zarago za, 375-392. VENTURA VILLANUEVA, A. ET ALII. 1987: ’Pintura y graffiti medievales de la cueva-sima de Chalanes (Zagrilla. Priego de Cór doba)’, l. CAME, (Huesca-1985), Zaragoza, T.I, 239-255 . VIÑAS, R.; SARRIÁ, E. 1981: ’Los grabados medievales del Racó Molero (Ares del Ma estre . Castellón)’, Cuader nos de Prehistoria y Arqueología Castellonenses, 8, 287-298. SALA CAÑELLAS, V. 1977: Crónica de la Villa de Novelda, Novelda . -1979: Novelda en el Ayer, Novelda. SEBASTlÁN FABULL, V. 1989: ’Los graffiti del Castillo de Gestalgar. Un ensayo de interpretación’, Quaderns d’Historia i Societat, 4, 303-315 . 136 TORRES FONTES, J. 1988: ’El Castillo de Aleda’. Murcia reino de frontera. Castillos y torreones de la re gión . Murcia, 143-149. TORRO, JOSEP. 1990: ’ El problema del hábitat fortificado en el Sur del Reino de Valencia después de la Se gunda Revuelta Mudejar (1276-1304)’, Anales de la Universidad de Alicante, His toria Medieval, 7, p. 53-81. VALLEJO, A. 1990 : ’Medina-Azahara: Arqueología y restauración’, en I Coloquio Hispano-Italiano de Arqueología Medieval (Granada, del 18-21 de abril). 137 138 ÍNDICE 139 140 Página Prólogo.... ......... ....... .............. .. ..... ........................ ... .. .. . ... .. ................. ....... ..... ..... 7 I. Introducción . ... .. .. ... .... ... ..... ... .. .. ..... ........................ ... .. .. .. .. .. .. .. ........ .. .. ..... .. ... . 13 II. Castillo de La Mola .... .. .. ............................. ... .. .. .. .... .................. .. .. ... .. ......... 21 1. Reseña histórica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23 2. Localización de los graffitis .............. .. .... ........ .. ................. .. ... .... ...... . 25 2.1. Tipología de los grabados....... ............... ... .. .. .... ............. ... .. . 27 2.2. Consideraciones finales. ............. ... ..... .. .. .. .. .... ... ............. .. . .. . 31 2 .3. Inventario .. .. .. ... . . . .. .. .. .. .... .. .. .. .... .. .. .. .. .. . .. .. .. .. ... .. .. .. .. . . .. .. ... .. .. . . 35 3. Localización de los signos lapidarios. ............. ..... ... .. ... ............. .. ..... 62 3 .1. Gráficos y distribución de frecue ncia .. .. .. .. .. ... ... ............ .... . 63 3.2. Clasificación de los signos........ .. ............... .. .. ... .. ... .......... .. . .. 72 3.3. Consideración final . ... .. ... .. .. ... .. ... .. .. ... .. .. .. .... ... .. .. . .. .. ...... .. . .. .. 75 III. Castillo de Petrer. .. ... . .. .. .. . . .... .. .. .. . . . .. . .. .. ... .. . .. .. .. ........ .. .. .. .. ... .. . .. .. .. .... .. .. ... .. . 79 l. Reseña histórica........ ... ......... ... ..... ... .............. ...... ... ... .. .................. .... . 81 2. Localización de los graffitis. ... .. ... .. .. . .. .. ... .. .. ... .. .. .. .. .. ... .. .. .. . .. ... .. . .. .. . .. 85 2.1. Tipología de los grabados.................. ... .. .. . ... .. ............. .. . .. .. . 88 2.2. Consideración final . ... ... ...... ... ...... ........................... ... .. ... . .. .. . 93 2.3 . Inventario . .. .. . .. . .. .. .. . .. .. . .. .. . . . .. .. . ...... ... ... .. .. .. .. ..... ..... .. ... . .. .. .. .. . . 98 3. Localización de los signos lapidarios............................. .. .. ...... ........ 116 3.1. Gráficos y distribución de los signos lapidarios ............... 116 3.2 . Clasificación de los signos...................... ........ ........... ..... ... ... 120 3 .3. Consideración final . . .. .. .. .. .. . ... .. .. .. . .. ... .. .. .. .. .. ... .. .. . .. . . .. . . .. .. .. . .. 123 IV. Conclusión general. ................................................ ......... ... .. ............ ..... ...... 125 V Bibliografía .... ................. ................................. ......... ...... ............... .. . ... .... . .. .. .. 131 141 142 143 INSTITUTO DE CULTURA JUAN GIL-ALBERT 144

Graffitis y signos lapidarios del Castillo de La Mola (Novelda) y del Castillo de Petrer

Más documentos

Cuadernos Didácticos 06La llengua dels petrerins

Recetario de cocina de la madre de Azorín. 1898.

Alma y otros poemas

El Poblet de Petrer

1779. Las calles perdidas de Petrer

Mi poético sentir

Un siglo de música

La 30 Brigada mixta

Bloqueador de anuncios detectado