Un cineasta ruso en las pesquisas de un noveldense
Posiblemente Andréi Tarkovski sea el cineasta del este europeo más importante de la segunda mitad del siglo XX. Crecido en un país, la Unión Soviética, que no se lo puso nunca nada fácil, su trayectoria como director abarca ocho películas inolvidables. Muerto en 1986, a los 54 años, su última película, Sacrificio , obtuvo cuatro premios en Cannes pero no pudo ir a recogerlos: el cáncer lo deshacía, hasta morir el 29 de diciembre de ese mismo año. Intimismo, intensidad, belleza, lirismo… son algunos de los términos que describen la obra fílmica de este auténtico poeta del cine .
¿Qué hace este director de cine, sus películas, en un libro de poemas del noveldense Joaquín Juan Penalva? Cronología de Tarkovski , que así se titula el conjunto de diez poemas recientemente editados por Huerga &Fierro, es mucho más que un homenaje al ruso ; bastante más que un mero recorrido por su filmografía; y, en todo caso, no solo el tributo o la fuente de inspiración de un poemario breve pero tan intenso como el referente cinematográfico del que parte. Y al que trasciende.
A mi modo de ver, Cronología de Tarkovski , puede leerse en esa doble clave : como homenaje a toda la filmografía del director ruso , incidiendo en los rasgos más característicos y esenciales de sus paisajes, personajes, miradas… con esa perspectiva donde el mundo exterior y el interior se entrecruzan generando evocaciones, símbolos e imágenes que van trenzando un relato absolutamente vital. Y es esto último lo que, más allá o más acá de la obra del cineasta, nos va dejando un poso potente e intenso, muy valioso, en el que ir reconociendo nuestra propia fortaleza, nuestra más menesterosa fragilidad. Entonces se hace evidente la correlación entre los poemas y las películas del director ruso pero, también, el itinerario meditativo de los poemas permite disfrutarlos plenamente, adentrarse por su intensa espesura, sin siquiera saber quién es Tarkovski . Aunque haber visto sus películas enriquece sin duda ese poso que van dejando los poemas en el lector.
Que Joaquín Juan Penalva es un apasionado del cine ya lo sabíamos . Además de estar presente en muchos de sus poemas de libros anteriores, el noveldense tiene publicados dos libros de auténtico cinéfilo con su amigo Luís Bagué (Premio Nacional de la Crítica en Poesía, este 2018, con Clima mediterráneo ): en 2005, Babilonia, mon amour y la plaquette Día del espectador , en 2009. En solitario, ha publicado tres libros con anterioridad a este: La tristeza de los sabios , en 2006; hiberna, hibernorum , en 2013 y Anfitriones de una derrota infinita , en 2016; este último, Premio de la Crítica Literaria Valenciana ese mismo año.
Como en su obra anterior, culturalismo y experiencia, vitalismo y fabulación, siguen presentes en este breve conjunto . Pero en varios de sus poemas se aprecia una veta reflexiva y de indagación que los acerca más a una intensa catarata de aforismos encadenados que al lirismo más previsible y convencional. Con un resultado contundente, donde la fragmentación, los versos muy cortos y en encabalgamiento abrupto juegan un papel fundamental .
El juego mantenido con la obra de Tarkovski y los poemas de Penalva, hace que el Glosario de imágenes (para una cartografía de A. T.) con el que abre el libro Luís Bagué , resulte tan sugerente como a veces desconcertante. Pero muy recomendable. Como la cita que abre propiamente el poemario, del padre del cineasta, el poeta Arseni A. Tarkovski, donde ya nos advierte de ese “camino en sueños de fiebre” por el que irá discurriendo todo proceso creativo. También el de su hijo, el cineasta Andréi.
Basada en la novela homónima de Stanislaw Lem, Solaris es una película de ciencia ficción, pero profundamente meditativa, filosófica, del año 1972, en la que Tarkovski indaga en el interior inequívocamente humano y en el intento siempre inacabado por trascender nuestro mundo conocido e inmediato. El siguiente poema del libro de Penalva habla de ello. De un modo nada usual. Pero más que interesante.
EL VIEJO MIMOIDE
No tenemos necesidad
de otros mundos.
Lo que necesitamos
son espejos .
Stanislaw Lem
En algún rincón
de la galaxia,
en los confines
del espacio
infinito,
existe un lugar
que conoce
tus secretos,
vigila
tus pesadillas
y se apodera
de tus recuerdos.
Quien busca otros mundos
la vida busca:
quien se aventura
en el vacío
a sí mismo encuentra.
Hay un lugar
en que la soledad
es presagio,
la muerte,
retorno,
y la huida…
principio.
Algunos lo llaman
Solaris;
otros,
simplemente Dios.
Además de disfrutar como maestro de escuela, me encanta escribir. Y leer. Y subir los montes alicantinos. Y jugar al ajedrez. Y… siempre me sigue apeteciendo aprender. Y segregar lo que aprendo -lo que vivo, lo que siento- en artículos, poemas y aforismos como éste: “¿Es imaginable la felicidad en un grano de pimienta?”