¿Cuál es tu parte de la pólvora en estos versos?
Tengo derecho/ a un día como este,/ a una luz así.// Quiero mi parte de la pólvora. Este breve poema, dedicado al poeta y buen amigo Juan de Dios García, que abre la segunda parte del nuevo poemario del monovero Natxo Vidal, Mi parte de la pólvora, bien podría reflejar ese deseo alborotador y jaranero que cada año llega entre desfiles y trabucazos de la mano de la fiesta de Moros y Cristianos.
Nada más lejos de la realidad. La pólvora de estos poemas prenderá el próximo jueves 17 de mayo, a las 20:30 horas en el vestíbulo del Teatro Castelar. Una lectura que vendrá acompañada con la interpretación a la guitarra de varias piezas musicales.
Este nuevo libro de poemas es el quinto de Natxo Vidal. Los anteriores son Atrás no es ningún sitio, del año 2006, accésit del VI Premio de Poesía Dionisia García; Sal en los ojos, de 2012, candidato al Premio de la Crítica Valenciana ese mismo año; La niña que jugaba a la pelota con los dinosaurios, de 2013; e Ícaros desorientados, del año 2015. Ha colaborado asiduamente en las revistas de arte y literatura El coloquio de los perros y La Galla Ciencia y apareció publicado en 2009 en la antología de relatos breves Semana de pruebas. Ha recitado sus poemas en innumerables ciudades de nuestra geografía, casi siempre por la noche y acompañado a la guitarra por el cantautor José María Ramón. Profesor de Música en la especialidad de trombón, Natxo Vidal trabaja actualmente en el conservatorio de Elda.
Mi parte de la pólvora se divide en dos partes de 24 poemas cada una, más un texto que atraviesa como mecha transversal por todo el poemario, hasta estallar en un imprevisto e impactante final. Como en sus entregas anteriores, prevalece en este poemario el gusto por los poemas breves, el verso corto y una fina ironía, alguna porción de desenfado y esa ternura sutil sin estridencia alguna con la que finalmente nos alcanzan sus poemas. En ellos, siguen teniendo una fuerte presencia los amigos, las lecturas, el cine, las canciones, la noche y la cerveza. Para hablar del amor, de su final, de la vida o de la propia poesía.
En el prólogo al poemario de 2012 Sal en los ojos, el poeta Luís Alberto de Cuenca le dedicaba a Natxo Vidal estas palabras también hoy vigentes: “He circulado por tus versos con emoción y con complicidad estética, y me parece que construyes muy requetebién y que dices cosas que nos llegan a todos y que tu poesía nos sirve, nos es útil por dentro, lo que ya significa mucho en los tiempos que corren”.
Con permiso de su autor, les dejo con un par de pequeñas cargas explosivas del libro:
Igual que un niño ciego
manoteando tan
inútilmente bajo la piñata,
tratando de coger los caramelos.
Así me siento yo
cuando te busco.
Para José Alcaraz
Un poema, de pronto,
igual que una manzana
cayendo sobre
mi cabeza.
Como una prueba irrefutable
de lo desconocido.
Además de disfrutar como maestro de escuela, me encanta escribir. Y leer. Y subir los montes alicantinos. Y jugar al ajedrez. Y… siempre me sigue apeteciendo aprender. Y segregar lo que aprendo -lo que vivo, lo que siento- en artículos, poemas y aforismos como éste: “¿Es imaginable la felicidad en un grano de pimienta?”