La edición de libros en España
De tener que sintetizar en una idea la situación del sector editorial en España, habría que señalar que nacen 5 editoriales por semana de media, con un elevado número de libros publicados pero con tiradas de ejemplares mayoritariamente cortas o muy cortas y con un ciclo de vida en los mercados cada día más breve. Es decir, que se producen más títulos, con menos copias y poco tiempo en los escaparates.
En 2015 se contabilizaron casi 3.000 editoriales, 134 menos que el año anterior, pero el 70% de ellas edita menos de 10 libros al año. En total se publicaron, ese mismo año, 79.397 títulos, con un peso creciente en el sector de los libros de texto, mientras que las obras traducidas siguen descendiendo, en 2015, un 16,2%. Dos de cada tres libros se publican en Madrid y Cataluña, y más del 90% de las ediciones proceden de editoriales privadas, retrocediendo cada año las ediciones ofertadas por organismos e instituciones públicas, en este caso más de un 10%.
Un retrato que se completa señalando que el peso del libro en papel crece por segundo año consecutivo tras varios de franco retroceso, representando un 72% del total de publicados, en tanto que el digital alcanza más de un 26%. Además de los libros de texto, en primer lugar, los subsectores de Ciencia y Tecnología y de Literatura infantil y juvenil son los únicos que crecen en el sector. Predominando en la oferta las primeras ediciones, con apenas un 2,4% el total de reediciones.
Somos pues una potencia editorial, muy por encima de la media europea y el lugar hispanohablante que más títulos produce al año, en un país con niveles de lectura inferiores a esa misma media europea, y con un perfil editorial poco consistente y estable a tenor de los datos expuestos. Así, predominan las novedades frente a las reediciones, con tiradas en general muy cortas y una mínima permanencia en el mercado.
Además de disfrutar como maestro de escuela, me encanta escribir. Y leer. Y subir los montes alicantinos. Y jugar al ajedrez. Y… siempre me sigue apeteciendo aprender. Y segregar lo que aprendo -lo que vivo, lo que siento- en artículos, poemas y aforismos como éste: “¿Es imaginable la felicidad en un grano de pimienta?”