sábado, 21 de diciembre de 2024

Además de Un globo, dos globos, tres globos… en el centenario de Gloria Fuertes

Rafael Carcelén
16 marzo 2017
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Además de Un globo, dos globos, tres globos… en el centenario de Gloria Fuertes
Gloria Fuertes en el programa infantil Un globo, dos globos, tres globos.

Coincidiendo con la llegada de la primavera, cada 21 de marzo, desde 1999, se celebra el Día Mundial de la Poesía. Un día para resaltar que, tal como se proclama en el manifiesto institucional de la ONU, “la poesía contribuye a la diversidad creativa al cuestionar de manera siempre renovada la forma en que usamos las palabras y las cosas, y nuestros modos de percibir e interpretar la realidad. Merced a sus asociaciones y metáforas y a su gramática singular, el lenguaje poético constituye, pues, otra faceta posible del diálogo entre las culturas.”

Por ello, como el año pasado, se celebrará en Elda en el vestíbulo del Teatro Castelar este Día de la Poesía el miércoles 22 de marzo, con dos actividades distintas: desde las siete de la tarde una Lectura plurilingüe de poesía a la que se podrá sumar quien lo desee simplemente asistiendo al acto y a partir de las nueve de la noche con un emotivo Homenaje a Gloria Fuertes, a cargo del narrador y cantautor Yoni Ramírez, conmemorando el centenario de su nacimiento.

Cartel del Día Mundial de la poesía en el vestíbulo del Teatro Castelar.

De la madrileña es archiconocida su obra de poesía y cuentos para niños. Quizás este centenario sea un momento idóneo para reivindicar a esa inmensa poeta para adultos que compartió espacio propio con los grandes poetas de su tiempo, sobre todo en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, antes de volcarse decisivamente en la literatura infantil. Su paso por el postismo de Carlos Edmundo de Ory o la poesía social, dejó en sus poemas una impronta donde la experimentación, el compromiso cívico y su defensa de los más débiles o un irrefrenable sentido del humor, son claramente reconocibles. Lo grave y lo ligero, lo lúdico y lo lúcido, lo real y lo imposible conviven en sus poemas con una asombrosa naturalidad. Libros como Isla ignorada (1950), …Que estás en la tierra (1962) o Poeta de guardia (1968), son emblemáticos de esa trayectoria.

Con motivo de este centenario se están publicando numerosos libros para recuperar una voz insustituible: desde luego, la antología recién publicada por Jorge de Cascante, El libro de Gloria Fuertes, editado en Blackie Books, es muy oportuna. Quien desee profundizar en su vida y su obra que entre en  la web de la Fundación Gloria Fuertes. Su directora hoy, Paloma Porpetta, hija del poeta eldense y de Luz María Jiménez Faro, albacea de su legado, destaca su aportación a la poesía para adultos, lejos de camarillas y cenáculos, aunque tampoco conviene olvidar su obra infantil porque volvió coloquial y sin cursiladas la literatura para niños y logró que de su mano miles de niños se acercaran a la poesía. Uno de ellos, el poeta granadino Luís Muñoz (1966), la recuerda bien: “Cuando la veía en televisión de niño, me cambiaba instantáneamente el humor. La combinación de su imagen, con algo de clown, el flequillo canoso, las corbatas, los chalecos, las camisas de colores, unidos a su voz, tan grave y tan arrastrada, suponía la entrada en otro mundo. El mundo de la imaginación, pero de una imaginación íntima y lúdica, conectada a lo común y corriente, a lo inmediato, y, además, un mundo sin prejuicios”.

Lápida de Gloria Fuertes.

Por su parte, la poeta y antóloga Ana Merino resalta que “fue revolucionaria en una época que no estaba preparada para entender todos sus códigos. Sin embargo, ella resistió e insistió, y se reinventó muchas veces, y nos dejó una mirada poética formidable y llena de energía”. Escurridiza como siempre, nunca quiso adjetivar su poesía, de la que dijo que no sabía si calificarla como rebelde, social, mística, triste o graciosa. En lo que sí fue tajante es en sus preocupaciones: “En mi poesía el tema que más me interesa es el dolor, en mí y en los demás, por este orden egoísta. Después, el amor. En tercer lugar, lo contrario del amor: las injusticias, las guerras y los bichos”.

No obstante, como muestra de su interés por los otros y su concepción de la poesía como conciencia vigilante, en su lápida dice: Gloria Fuertes. Poeta de Guardia (1917- 1998). Ya creo que lo he dicho todo. Y que ya todo lo amé. 

Tres poemas que hablan de ella misma y de las preocupaciones y la concepción de su escritura:

Gloria Fuertes junto a Rafael Alberti.

AUTOBIOGRAFÍA

Gloria Fuertes nació en Madrid

a los dos días de edad,

pues fue muy laborioso el parto de mi madre

que si se descuida muere por vivirme.

A los tres años ya sabía leer

y a los seis ya sabía mis labores.

Yo era buena y delgada,

alta y algo enferma.

A los nueve años me pilló un carro

y a los catorce me pilló la guerra;

A los quince se murió mi madre, se fue cuando más falta me hacía.

Aprendí a regatear en las tiendas

y a ir a los pueblos por zanahorias.

Por entonces empecé con los amores,

-no digo nombres-,

gracias a eso, pude sobrellevar

mi juventud de barrio.

Quise ir a la guerra, para pararla,

pero me detuvieron a mitad del camino.

Luego me salió una oficina,

donde trabajo como si fuera tonta,

-pero Dios y el botones saben que no lo soy-.

Escribo por las noches

y voy al campo mucho.

Todos los míos han muerto hace años

y estoy más sola que yo misma.

He publicado versos en todos los calendarios,

escribo en un periódico de niños,

y quiero comprarme a plazos una flor natural

como las que le dan a Pemán algunas veces.

POETA DE GUARDIA

…¡Otra noche más! ¡Qué aburrimiento!

¡Si al menos alguien llamase llamara o llamaría!

… ¡La portera! que si su nieta pare,

y recordase que soy puericultora…

O un borracho de amor con delirium tremendo…

o alguna señorita de aborto provocado

o alguna prostituta con navaja en la ingle

o algún quinqui fugado…

o cualquier conocido que por fin decidiera suicidarse…

o conferencia internacional…

(esto sería una bomba –pacifista–).

O que la radio dijera finamente:

«¡La guerra del Vietnam ha terminado!»

«El porqué de estar solo ya se sabe.»

O «el cáncer descubierto».

Y nadie suena, o quema, o hiela o llama

en esta noche

en la que

como en casi todas,

soy poeta de guardia.

ARTE POÉTICA

Escribo como escribo,

A veces deliberadamente mal,

Para que os llegue bien.

Rafael Carcelén
Rafael Carcelén
Acerca del autor

Además de disfrutar como maestro de escuela, me encanta escribir. Y leer. Y subir los montes alicantinos. Y jugar al ajedrez. Y… siempre me sigue apeteciendo aprender. Y segregar lo que aprendo -lo que vivo, lo que siento- en artículos, poemas y aforismos como éste: “¿Es imaginable la felicidad en un grano de pimienta?”

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