La efímera flor del tiempo
Parecería un lema propicio para cerrar el año. También. Pero es el título del último libro de mi buen amigo, el belga de Flandes Germain Droogenbroodt, que como los anteriores también he traducido, escribiendo igualmente la introducción, donde señalo que “el lector, acabado el libro, reconoce la voz del poeta y ese mundo donde naturaleza, lirismo y pensamiento conforman un territorio personal y característico en el que conviven tantos de sus breves poemas memorables. Pero también percibe algunos movimientos significativos que ya se anunciaban en su libro anterior: por un lado, un lenguaje que va ganando en capacidad afectiva y emotiva y, por otro, una preponderancia de la fugacidad y la muerte como ejes transversales del conjunto”. Sus tres secciones, la que le da título al libro, Viajar y Reflexiones, combinan el tono meditativo, el emotivo y el más reflexivo de un modo admirable.
El volumen se presentó el pasado mes de octubre en la Feria del Libro de Amberes y tuvo una más que buena acogida. Como estupenda fue la presentación el pasado 9 de diciembre en Kioto (Japón) de sus 100 haikus que, bajo el título de Gotas de rocío, van acompañados de los minuciosos y sugerentes dibujos de Satish Gupta, quien además ha creado 5 excelentes esculturas inspiradas en uno de los haikus, expuestas en Mumbai desde diciembre. Publicado en cuatro idiomas (japonés, neerlandés, inglés y español), la traducción de algunos de ellos me resultó especialmente compleja, dada la brevedad y la condensación de los textos.
Porque traducir poesía es un ejercicio complicado de ambivalentes sensaciones: reconfortante a veces y desesperante muchas otras. El poema de la semana que venimos publicando Germain y yo es un claro ejemplo de lo que intento decir. Pero, más allá del resultado, el proceso seguido para traducirlo te exige indagar más en tu propia lengua o en el trasfondo psicológico, histórico, estético, etc. en que escribe el autor y en las estructuras estilísticas que utiliza para transmitirnos su visión de la realidad y las emociones que conlleva.
La presentación de ambos libros, en los que he participado activamente, cierra uno de los años más intensos para mí en el terreno de la escritura y la literatura. Además de mis artículos semanales en el semanario Valle de Elda y en este blog, he publicado diez artículos sobre ajedrez con motivo del 75 aniversario del club Ruy López, donde he compartido también un ejercicio poético- ajedrecístico con el amigo Pedro Pérez mucho más que emocionante. Colaboraciones también en Alborada, Festa de Petrer o el libro coral ABCDElda… un recital de sonetos de Quevedo con la Orquesta Sinfónica del Castelar que me dejó también una tarde inolvidable con su director, Octavio J. Peidró. Como inolvidable será el día que pasé con Leontxo García cuando vino a Elda a clausurar el aniversario del Ruy López, impartiendo una conferencia y contándonos tantas anécdotas impagables. Varias lecturas de cuentos y poemas. Y…
Apenas si he escrito un par de poemas y no demasiados aforismos entre los más de 150 que llevo recogidos y agrupados bajo el título de A vista de jíbaro, y que van apareciendo en una de las secciones de este blog. Concluyo señalando que no me entusiasman los balances, pero este año ha sido excepcional para mí. Y quiero compartir esta impresión con los lectores, agradeciéndoles además la creciente acogida que va teniendo este blog.
Deseándoles lo mejor para el año que ya asoma en el horizonte, les dejo con algunos poemas del libro La efímera flor del tiempo y varios de los haikus de Gotas de rocío, todos ellos traducidos por mí. ¡Feliz año nuevo! Y que venga lleno de entusiastas y nutritivas lecturas para todos y todas.
VÍVERES
En el refugio
del espíritu guarda
palabras no expresadas
ramaje para el corazón
- o quién sabe
si delicados víveres
para el último viaje.
BLANCA VELA
Como una señal, la blanca vela
va lentamente más allá
sobre el horizonte gris
más allá
como si a alguna parte
como si a ninguna parte se deslizase
el ala.
POESÍA
De todas las lenguas
la lengua materna
de todas las lenguas maternas
la lengua
(De La efímera flor del tiempo)
Implacablemente
golpeando en el tímpano
el coro de cigarras
*****
Bailan sobre el agua
antes de fundirse en ella
gotas de lluvia
*****
Inmóvil la pluma
el sol escribe en la hoja
un poema sin palabras
*****
Tan cerca
de la espina que hiere
la rosa
*****
Luna al alba
vano intento por parir
como sol el día
*****
Déjame en mi mundo
este pequeño mundo mío
tan sensible, tan frágil.
(De Gotas de rocío)
Además de disfrutar como maestro de escuela, me encanta escribir. Y leer. Y subir los montes alicantinos. Y jugar al ajedrez. Y… siempre me sigue apeteciendo aprender. Y segregar lo que aprendo -lo que vivo, lo que siento- en artículos, poemas y aforismos como éste: “¿Es imaginable la felicidad en un grano de pimienta?”