En el Día Mundial de la Poesía: homenaje a Luzmaría Jiménez Faro
El Día Mundial de la Poesía fue implantado en 2001 por la Unesco, y se celebra cada 21 de marzo (cuando llega la primavera) con el propósito de consagrar la palabra esencial y la reflexión sobre nuestro tiempo. En 2011 la Dra. General de la UNESCO abría la celebración con estas palabras:
“El mensaje de los poetas, a menudo testigos de excepción de las profundas transformaciones políticas y sociales de la historia, es imperecedero. Sus textos nos invitan a forjar una paz duradera en las conciencias, a replantearnos la relación del hombre con la naturaleza y a fundar un humanismo que se nutra de la singularidad y a la vez de la diversidad de los pueblos. Es una empresa difícil, que exige la participación de todos en escuelas, bibliotecas e instituciones culturales”. Y concluía señalando que “la poesía está presente en todas partes y, sin embargo, es al mismo tiempo inasible. Su fragilidad aparente, ligada a su carácter inmaterial, hacen de ella un arte superior invulnerable, que no teme los asaltos del tiempo o de las intolerancias”.
Por todo esto, cada año en muchas ciudades se organizan encuentros, festivales, talleres, muestras y exposiciones de libros o fotografías, conferencias, recitales, etc. Y en casi todas ellos se acompaña de la lectura de poemas, propios o de otros, porque como remarcó Pedro Salinas, “la lectura de un poema nos saca de nosotros mismos, de nuestra realidad, nos hace perder el sentido de ser uno. Pero, simultáneamente, nos hace volver hacia el interior de nuestro ser: porque los protagonistas del poema leído somos nosotros mismos. Oímos el mismo canto del ruiseñor y sufrimos la misma pena del poeta: lo que a él le ocurrió, nos ocurre también a nosotros, aunque sea en menor escala. Es decir, la lectura del poema nos saca de nuestro limitado yo, para inmediatamente volvernos a él”. Un poema nos abre a un profundo diálogo, con nosotros mismos pero también con nuestro mundo circundante y nos ayuda a entendernos y a entender la compleja realidad que nos aturde o nos estresa.
En el café Le ore, venimos celebrando desde el año 2011 este día. Hasta ahora lo había coordinado el Grupo Pic- Nic. Nuevamente, y organizado por la Asociación de escritores Gramática Parda, el próximo martes 24 de marzo, de 21 a 23 horas, nos reuniremos a leer poemas -propios o de autores que nos encantan- disfrutando de compartir la palabra intensa y esencial de los poetas. Quien quiera leer puede hacerlo apuntándose al asistir al acto. Y si sólo te apetece merodear a las musas, escuchando a otros recitar los versos, no te pierdas esta acogedora velada. No te defraudará.
Este año el acto servirá de homenaje a una mujer emblemática de la poesía española, fallecida el pasado 12 de marzo a los 78 años: Luz María Jiménez Faro. Esposa del poeta eldense Antonio Porpetta, fue albacea y heredera universal de la obra de Gloria Fuertes, cuya Fundación presidió. Fundó en 1982 la editorial Torremozas, especializada en literatura escrita por mujeres, cuyo catálogo supera ya los 600 títulos publicados bajo su dirección. Además de varios ensayos, entre sus libros de poemas destacan Por un cálido sendero (1978); Cuarto de estar (1980); Sé que vivo (1984); Letanía doméstica para mujeres enamoradas. Prólogo de Carmen Conde (1986); Bolero (1993); Amados ángeles (1997); Mujer sin alcuza (2005) y Corimbo (2011).
Además de disfrutar como maestro de escuela, me encanta escribir. Y leer. Y subir los montes alicantinos. Y jugar al ajedrez. Y… siempre me sigue apeteciendo aprender. Y segregar lo que aprendo -lo que vivo, lo que siento- en artículos, poemas y aforismos como éste: “¿Es imaginable la felicidad en un grano de pimienta?”