Brotes verdes para lo español en los conciertos de Navidad, Año Nuevo y Reyes
Con una monumental gala de zarzuela a beneficio de Cáritas (tomo el término monumental del titular de la crónica de Gonzalo Alonso en beckmesser.com) celebrada el sábado 8 actual, en el Auditorio Nacional de Música de Madrid, puede decirse que se puso el broche de oro a la programación musical de Navidad, Año Nuevo y Reyes en España.
Una gala, dicho sea de paso, que aun contando con un buen número de nuestros más grandes cantantes (1) se celebró a mayor gloria de Plácido Domingo, cuya presencia y la de la reina emérita, Doña Sofía, ha motivado una mayor atención de todo tipo de medios informativos. Promovida por la Fundación Sinfolírica, siguiendo el camino marcado por la desaparecida emisora madrileña Radio Sol XXI, a ninguna de las veinte ediciones anteriores de la gala se le ha prestado tanta atención mediática. Y eso que en todas ellas el lleno en el auditorio ha sido absoluto. No solo esta vez, por la reaparición de Plácido Domingo.
La aceptación que tiene cada año este concierto, o gala, dedicado por completo a la zarzuela, y que por lo general ofrece más de 20 fragmentos, propinas aparte (por ello cabe considerarla monumental o maratoniana) quizá debería hacer reflexionar a más de un programador y director musical, a la hora de confeccionar sus programas para estas fechas.
Y ¿por qué no? a algún medio televisivo a ofrecerla en directo, o diferido, dado que resulta evidente su aceptación por parte del público.
Aunque el camino es largo y queda mucho por andar, algunos brotes verdes florecen de un tiempo a esta parte, y en los conciertos de Navidad, Año Nuevo o Reyes, de las orquestas y coros españoles cada vez observamos una mayor, aunque a veces pacata, presencia de música nuestra, con predominio de zarzuela.
Se hace casi imposible conocer, ni aproximadamente, en cuantos conciertos, de entre los centenares que se han ofrecido, o suspendido por culpa de la COVID-19, habrá sido así.
Cierto es que en los dedicados a la Navidad, la presencia en los programas de obras de Bach, Haendel y otros autores de los siglos XVI y XVII, o anteriores, sigue siendo masiva, entre otras cosas porque muchas de las composiciones que se interpretan no precisan de grandes formaciones orquestales o corales.
De un tiempo a esta parte, incluso se ha extendido como una mancha de aceite el oratorio El Mesías, de Haendel, en su faceta de "concierto participativo", donde se suelen reunir varios centenares de coralistas aficionados.
Este oratorio, ahora tan navideño, se estrenó, sin embargo, en Dublín en fecha cercana a la Pascua de Resurrección.
Y si la Novena Sinfonía de Beethoven no ha adquirido dimensión idéntica a El Mesías, obedece a su gran envergadura vocal y orquestal.
Pero poco a poco vemos como aparecen esos brotes verdes, cuyo germen puede radicar en la importancia que en nuestro país va adquiriendo la musicología. Algo que tiempo atrás resultaba tabú, y que gracias al tesón del profesor Emilio Casares, y sus alumnos de la Universidad de Oviedo, fue posible, ya bien avanzado el siglo XX. En la actualidad son ya muchos los directores orquestales y corales que le van prestando algo de atención a lo nuestro. Y eso se deja ver en los programas de algunas formaciones o auditorios.
Ya desde hace algunos años el concierto navideño más masivo de cuantos se celebran en España, el de los Puertos de Tenerife, suele ofrecer gran variedad de estilos y géneros musicales, con notable presencia de música y canciones hispanoamericanas, y en el aspecto vocal el concurso habitual de los mejores cantantes líricos de las islas, Celso Albelo, Jorge de León, Airam González, Nanci Fabiola Herrera, Yolanda Auyanet, así como el popular conjunto canario Los Sabandeños, siempre con la Orquesta Sinfónica de Tenerife como convocante principal.
Este concierto, además, cuenta con una gran audiencia al ofrecerse por televisión a un buen número de países iberoamericanos.
Por su parte, el del Teatro de la Zarzuela de Madrid, que comenzó a instituirse en 2011, cuando su director artístico era el italiano Paolo Pinamonti, se consolidó desde el primer momento, y todos los años las localidades se agotan nada más salir a la venta.
El de 2021, programado para el 30 de diciembre, no se celebró por coincidir ese día, y en su hora, con uno de los paros periódicos programados, por una huelga de trabajadores de las secciones de técnicos de teatros y auditorios del INAEM (Instituto de las Artes Escénicas y la Música).
No obstante, el especialista en voces Arturo Reverter publicó en beckmesser.com una crítica del ensayo general.
No fue un concierto de navidad, expresamente así concebido, pues se le denominó El sueño de Federico Chueca, pero sí que podemos considerarlo como tal, ya que tuvo lugar el 21 de diciembre, en el Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid, promovido por la Fundación EME para las Artes y el Talento Joven.
Ese acercamiento a nuestra música y nuestros músicos, no ha llegado todavía a obras compuestas o basadas en aspectos navideños, como, por ejemplo, Maese Pérez el organista, de Julio Gómez, La nochebuena del diablo, de Oscar Esplá, El pessebre, de Pau Casals, y otras de Jesús Guridi, Conrado del Campo o Joaquín Rodrigo, entre otro muchos.
En Año Nuevo siguen mandando los Strauss
Tras los conciertos de navidad, llegan los de año nuevo, a imagen y semejanza del de Viena, de la mañana del día 1 de enero. Y ahí los valses y las polkas vieneses ganan por goleada. Las orquestas de bolos, algunas con denominaciones austriacas o rusas, aun estado formadas por músicos jóvenes españoles, estudiantes de conservatorio, florecen por toda la península e islas.
Pero aquí también están apareciendo brotes verdes, y podemos decir que los conciertos cuyos programas no son íntegros de composiciones straussianas gozan igualmente de éxito.
Y es que en realidad, ¿quién se puede resistir a una selección de preludios, intermedios, pasodobles, jotas, habaneras, mazurcas...? ¡Qué más da, si al final, en el capítulo de las propinas se cierra el concierto con la marcha de la zarzuela Cádiz, de Federico Chueca, pongamos por caso! Tan apta es para que el público la siga con su palmeo, como la de Johan Strauss padre, que se toca en todos lados.
Por ello, el que desde hace 21 años se celebra en el Auditorio Nacional de Música de Madrid, producido por Sinfolírica, agota sus casi 2.400 localidades con varias semanas de antelación, así como el del Teatro de la Zarzuela.
Pero esos brotes verdes los vemos en conciertos de otros lugares, dispersos de nuestra geografía. Avilés, Segovia, Zaragoza, Torrevieja, Cádiz...Y nadie se ruboriza por ello, ni tiene porqué hacerlo.
Seguro que habrá muchos más, que se nos escapan. Bien a cargo de las bandas de música locales, o simplemente de canto y piano.
Además de los conciertos habituales, los finales de año son muy propicios en los principales teatros operísticos de Europa y Estado Unidos, para programar opereta.
En España no se ha impuesto esta tradición. Emilio Sagi, en su etapa de director artístico del Teatro Real de Madrid, sí que intentó despedir el año programando una zarzuela divertida, a imagen y semejanza de las operetas centroeuropeas.
Y el año 2003 programó dos sesiones de El dúo de la africana, para los días 30 y 31 de enero. A la primera asistieron los reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía.
Hubo segunda edición en 2004, y se acabó.
Montar El dúo de la africana en el Teatro Real no debió suponer gasto muy elevado, ya que se echó mano de la producción del Teatro de la Zarzuela de Madrid, de 1987, aparte de que la escenografía de esta obra tampoco es muy complicada. Excepto su último cuadro se desarrolla sobre el mismo escenario de un teatro, durante un ensayo de La africana, de Meyerbeer, al ser sus protagonistas (en la ficción claro) una compañía de ópera italiana "barata", según la califica su propio empresario-director.
Al tratarse El dúo de la africana de una zarzuela corta, para prolongar su duración Sagi creó un cuadro musical, donde intervinieron voces destacadas, alguna de las cuales por aquellas fechas estaba ensayando o actuando en las óperas que en esos momentos tenía en cartel el Real. Incluso él mismo apareció en escena, en labores de regidor. La entonces gerente del teatro, Inés Argüelles, se sumó a la fiesta sobre el escenario, en calidad de limpiadora, con vestimenta adecuada, escoba y recogedor.
Este cuadro se planteó como una audición de nuevas voces para ser contratadas por el director de la compañía de ópera "barata". Ana María Sánchez, Isabel Rey, Carlos Alvarez, Jose Bros, e incluso Esperanza Roy, en su faceta de vedette, son algunos de los cantantes de primera fila que participaron en esta producción. La representación de 2004 se editó comercialmente en DVD.
Pero, a pesar del éxito de público y artístico, y del no muy elevado presupuesto, en 2005 ya no hubo Dúo de la africana para acabar el año en el Real. Sagi dejó la dirección, y quien le sucedió no le interesó lo más mínimo la zarzuela o la música española.
Un último trimestre del año, esperanzador
Al margen de los conciertos y representaciones englobados en los programas de Navidad, Año Nuevo y Reyes, el último trimestre del año ha resultado cuanto menos esperanzador para la lírica española, a pesar de las restricciones de público y las cancelaciones o retrasos por la COVID-19.
Así hemos podido observar, gracias a la densa información que nos ofrecen los enlaces del blog online beckmesser.com la amplia serie de obras y conciertos que se han programado en lugares muy dispares de la península e islas. Tanto de los títulos habituales, y que no faltan cada temporada, como de otros olvidados, y que se han recuperado por conmemoraciones diversas.
Precisamente el año 2021 iba a concluir con la exhumación de la última zarzuela que compuso Emilio Arrieta, San Franco de Sena, en el Auditorio Baluarte de Pamplona, pero quedó aplazada debido a la COVID-19. Como también se aplazó tres días antes la gala lírica en memoria de Pilar Lorengar, que debió celebrarse en el Auditorio de Zaragoza, al haber dado positivo tres de las cinco sopranos que iban de homenajear a la cantante aragonesa, fallecida hace 25 años.
Por cierto, el bicentenario del nacimiento de Arrieta, motivo por el cual se programó su última zarzuela estrenada en 1883, no mereció ninguna atención por parte de Radio Clásica, como ya dije en este blog. Sin embargo, el programa Documentos de Radio 1 de Radio Nacional de España, del viernes 14 de enero, estuvo dedicado al compositor navarro. Muy bien que este espacio documental cultural, de los viernes por la noche en la emisora pública estatal, abarque temas diversos, entre ellos la música. Pero quizá programas de esta índole serían propios de Radio Clásica, y ¿por qué no? emitirlos también.
Dentro de las recuperaciones y puestas en escena de zarzuelas no muy habituales, fuera de Madrid, a lo largo del trimestre vimos que en Algeciras la asociación lírica local La bohemia recuperó la zarzuela El pájaro azul, preciosa su partitura, del compositor algecireño Rafael Millán, con motivo del centenario de su estreno. Muy cerca de allí, en Gibraltar, se dieron dos representaciones de obra tan poco habitual, a pesar de la gran calidad de su música y libreto como es La chulapona, a cargo de la compañía Teatro Lírico Andaluz.
Otra zarzuela, con una música bellísima, que cuenta con uno de los intermedios más interpretados pero que tampoco se suele representar mucho, La leyenda del beso, vivió dos sesiones en el Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián, en producción de la agrupación lírica donostiarra Sa Sibil.
Y la Agrupación Lírica de Elda, siguiendo su línea de ofrecer obras olvidadas puso en escena La gallina ciega, durante el mes de noviembre, en Elda y Petrer.
Otra zarzuela no olvidada, olvidadísima, como es Una vieja, del navarro Joaquín Gaztambide, se representó en la localidad tinerfeña de Arafo, a cargo de la Agrupación Musical La Candelaria.
Como es lógico los títulos habituales no han faltado. Y así en el Auditori de Torrent se vio una producción de La del manojo de rosas. En el Teatro Principal de Alicante La rosa del azafrán, por la Compañía Lírica Alicantina, y El dúo de la africana. Luisa Fernanda, en el Teatro Campos Elíseos de Bilbao, con tres representaciones. Y si nos vamos un poco hacia atrás, en la población leonesa de La Bañeza, se representó El huésped del sevillano, obra interpretada en la inauguración del Teatro Pérez Alonso, actualmente Municipal, en 1930.
La temporada de los Amigos Canarios de la Zarzuela programó La revoltosa y Luisa Fernanda, y el espectáculo Aires de Zarzuela.
En el apartado de festivales líricos o galas, es destacable el celebrado en la isla canaria de La Palma, justo una semana antes de que se iniciara la erupción del volcán que ha destrozado buena parte de su territorio. Un festival lírico, que cuenta ya siete ediciones, con su apartado Zarzuela estudio, una especie de curso de canto para jóvenes, que suele registrar una nutrida participación.
Otro festival, el Lírico de Ópera de la localidad castellonense de Benicásim, estuvo dedicado a la zarzuela y la música española, en su edición de 2021. Más brotes verdes.
Pero el hecho sin duda más llamativo, al menos para quien esto firma, es la representación de El barberillo de Lavapiés semiescenificada, llevada a cabo en la pequeña localidad leonesa de Palacios de Sil. Municipio que con su núcleo central y aldeas o parroquias no llega a 1.000 habitantes.
Fruto de las buenas amistades que el párroco de la iglesia local, Carlos Martínez, mantiene con varios componentes del coro del Teatro de la Zarzuela de Madrid, un buen número de ellos, con pianista incluido, desde hace algunos años se desplaza a Palacios, protagonizando una representación, cuyo beneficio económico, de haberlo, se destina a la restauración del magnífico retablo de la Iglesia Parroquial de San Roque.
Y digo "de haberlo" porque aun cuando los cantantes y pianista actúan de forma gratuita, y se hospedan en viviendas particulares de los vecinos, el salón donde se ofrece la actuación tiene un aforo de 200 personas, por lo que se tardará algunos años en poder recaudar la suma necesaria para ejecutar la obra, según me comentó el mismo párroco de San Roque, quien destacó que sin la colaboración vecinal, el proyecto de llevar zarzuela a Palacios de Sil no sería posible.
Con todo, que en una localidad tan pequeña como esta, conformada por un núcleo central y varias aldeas dispersadas, se vea una zarzuela o concierto lírico cada año, y por cantantes de calidad, tiene su mérito.
Dentro de las antologías o galas, que también las ha habido, es destacable la de la Agrupación Lírica El Trabajo de Alcoy, dedicada toda ella a zarzuelas de Federico Chueca. Una producción que nada tuvo que ver con la de Valladolid, aunque ambas coincidieron al interpretar los números musicales teatralizados.
La más que consolidada Semana Nacional de la Zarzuela, de la localidad ciudadrealeña de La Solana, la programación del Teatro de la Zarzuela de Madrid, y el cupo zarzuelístico del Palau de les Arts de Valencia, completan un trimestre final de 2021, más que esperanzador, pues con toda seguridad se nos escapa un buen número de conciertos y antologías.
La continuidad, incluso mejorando su oferta sobre años recientes, del Festival de Teatro Lírico de Asturias, en el regio coliseo del Campoamor de Oviedo, y el anuncio de la vuelta de la ópera y la zarzuela a la programación del Palacio de Festivales de Santander, así como la convocatoria de la segunda edición del Festival de Música Española, de la Universidad de León, suman nuevos brotes verdes a la cada vez más floreciente recuperación de nuestra lírica.
Otro apartado interesante, gracias a la musicología, a la que nos hemos referido antes, es el de las ediciones biográficas. Y recientemente se han publicado dos dedicadas a ilustres cantantes españoles. Una sobre la soprano Elvira de Hidalgo, (2) nacida en la preciosa localidad turolense de Valderrobres, y otra sobre el tenor madrileño Enrique del Portal, una de las primeras víctimas de la COVID-19, pues falleció por dicha afección el 20 de marzo de 2020.
Y todo ello, a la espera de que vean la luz algunas grabaciones discográficas, ya registradas, de zarzuelas olvidadas.
Para principios de este año están anunciadas Farruca y El fantasma de la Tercia, del compositor nacido en Jumilla (Murcia) Julián Santos Carrión. Así lo manifestó su nieto Eugenio María Santos, cuando fue entrevistado en el programa La Zarzuela, de Radio Clásica, del pasado 23 de noviembre. Por lo que ambas grabaciones deben de estar al caer.
Cabe decir, al respecto, que de Julián Santos ya se editó en Cd, en 2002, su zarzuela La niña del boticario, estrenada en 1988, tres años después de la muerte de su autor, y en el concierto del pasado día 8 del Auditorio Nacional de Música de Madrid, se interpretó una romanza de bajo de su zarzuela Los gerifaltes.
También se anunció en su día, octubre de 2020, la aparición en 2022 de la grabación registrada por la Orquesta de Córdoba con motivo de su 30 aniversario, que se cumple este año, de las zarzuelas de género chico ¡Viva Córdoba ! con música de Quinito Valverde, toda una novedad, y El puñao de rosas, de Ruperto Chapí, cuya trama se desarrolla en la sierra cordobesa.
Tiene mérito, y es de agradecer, que en los tiempos que corren, donde la era del disco compacto ya pasó a la historia, todavía haya productores y formaciones que se atrevan a lanzar nuevas grabaciones, y que en estos casos citados sea, además, con obras desconocidas.
Contenido de las ilustraciones videográficas.
- Los gavilanes. Salida de Juan. Música de Jacinto Guerrero y libreto de José Ramos Martín.
Plácido Domingo y Orquesta Sinfónica de la UCAM (Universidad Católica de Murcia)
Borja Quintas. Director.
Auditorio Nacional de Música de Madrid. 8 de enero de 2022.
- Maitexu mía. Música de Francisco Alonso. Texto de Guillermo Fernández-Shaw y Federico Romero.
Simón Orfila. Orquesta de la UCAM. Borja Quintas. Director.
Agrupación Coral de Coslada (Madrid). Felipe Bel. Director.
Auditorio Nacional de Música de Madrid. 8 de enero de 2022.
- Cádiz. Marcha. Música de Federico Chueca y Joaquín Valverde. Libreto de Javier de Burgos.
Compañía Sevillana de Zarzuela. Francisco Guerrero Díaz. Director.
Teatro Joaquín Turina de Sevilla 19 de febrero de 2016.
- El dúo de la africana. Dúo y jota. Música de Manuel Fernández Caballero. Libreto de Miguel Echegaray.
Josefina Meneses y Pedro Lavirgen. Orquesta Sinfónica de Madrid. Miguel Roa, director.
Teatro de la Zarzuela de Madrid. Noviembre de 1987.
- Granada. Música y letra Agustín Lara.
Jorge de León y Orquesta Sinfónica de Tenerife. Director Víctor Pablo Pérez.
Concierto de Navidad de los Puertos de Tenerife. 25 de diciembre de 2012.
- La chulapona. Chotis. Música de Federico Moreno Torroba. Libreto de Federico Romero y
Guillermo Fernández-Shaw.
Coro del Teatro de la Zarzuela de Madrid. Orquesta Sinfónica de Madrid. Miguel Roa, director.
Teatro de la Zarzuela de Madrid. Octubre de 1988.
- El barberillo de Lavapiés. Dúo de Paloma y Lamparilla.Música de Francisco Asenjo Barbieri, libreto de Luis Mariano de Larra.
Cristina Faus y Borja Quiza.
Orquesta de la Comunidad de Madrid. José Miguel Pérez Sierra, director.
Teatro de la Zarzuela de Madrid. 2019.
- Los gerifaltes. Música de Julián Santos Carrión. Libreto de Lorenzo Guardiola.
Rubén Amoretti y Orquesta Sinfónica de la UCAM. Borja Quintas, director.
Auditorio Nacional de Música de Madrid. 8 de enero de 2022.
(1)* En la Gala de Año Nuevo de Sinfolírica, del 8 de enero de 2022 en el Auditorio Nacional de Música de Madrid, acompañaron a Plácido Domingo:
Carmen Solís, Cristina Faus, Marina Monzó, Nanci Fabiola Herrera, Antonio Vázquez, Celso Albelo, Jorge de León, Rubén Amoretti, Simón Orfila, Santos Ariños y la Agrupación Coral de Coslada.
(2)* Elvira de Hidalgo fue una de las sopranos españolas más reconocidas internacionalmente. Sin embargo, su nombre ha adquirido más popularidad por haber sido maestra de Maria Callas, que por su propia y exitosa carrera artística.
Mis recuerdos más remotos que me atrajeron a la zarzuela me trasladan a sesenta años atrás. Primero escuchando los fragmentos que sonaban con frecuencia en la radio. También gracias a las fantasías, preludios e intermedios que interpretaban las bandas de música en los conciertos de las fiestas de octubre de Petrer. El templete donde actuaban estaba justo ante la fachada de mi casa.
Lo que más me gustaba de la Semana Santa es que en la radio solo se emitía música clásica. El viernes y sábado santo las emisoras enmudecían.
Lo más intenso vino en la época dorada del tocadiscos. Lo compró mi abuelo materno en 1963. La primera zarzuela que entró en casa fue Doña Francisquita con Kraus y Olaria. Es una grabación incompleta, pero suficiente para que me la aprendiese de memoria. Mi abuelo estaba impedido y era yo quien la ponía todos los mediodías y noches durante dos semanas consecutivas. A los quince días compramos un segundo disco: La generala, de nuevo con Kraus y Olaria. Y ya fuimos alternando. Después vino Maruxa. Y yo con solo 13 años me entusiasmé con ella y también la aprendí. Sí, digo bien. ¡A mis 13 años ya me encantaba Maruxa!
Ahí comenzó todo y ya no he parado. Siempre como aficionado.
Como le dice un padre a su hijo al final del documental de TVE sobre zarzuela La romanza de Madrid, de 1988, “Te acompañarán toda tu vida, porque son inmortales”.