El ADDA se estrena en zarzuela con una obra cumbre: Doña Francisquita
El próximo viernes día 26 la zarzuela tendrá protagonismo sobre el escenario del Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA). En producción de su propia orquesta se representará una de las obras cumbres del género, Doña Francisquita, con música de Amadeo Vives Roig y libreto de Federico Romero Sarrachaga y Guillermo Fernández-Shaw Iturralde.
Tal y como adelantó Valle de Elda , en su sección de información general el pasado día 9, será el eldense Octavio J.Peidró Padilla quien asuma la responsabilidad de la dirección musical. Actuación que supone su debut con la formación orquestal alicantina, en esta su primera temporada de existencia. Estar al frente de Doña Francisquita es un reto máximo para todo director orquestal y musical que se precie. El maestro Peidró Padilla lo afronta con el aval de su experiencia zarzuelística, forjada en su dilatada y exitosa trayectoria con la Agrupación Lírica de Elda. Desde su debut en 1997 con La Dolorosa, en homenaje al tenor eldense Evelio Esteve, ha dirigido más de veinte títulos, entre género grande y chico.
Es esta la segunda producción de esta obra de Amadeo Vives programada en Alicante dentro de la temporada actual, después de más de 27 años de ausencia en los escenarios capitalinos.
En nuestro artículo de 1 de noviembre de 2018, referido a las dos representaciones de Doña Francisquita en el Teatro Principal de Alicante ya advertíamos que durante la presente temporada tendría nueva presencia en la capital
Cinco meses después de su "recuperación alicantina" en su versión escénica, llega en concierto al ADDA, en una producción que el Orfeón Crevillentino, formación que engloba a Coral Crevillentina y Voces Crevillentinas, ya ha presentado en otros escenarios.
Si para la producción del Principal de noviembre último la Compañía Lírica Alicantina tuvo que unirse al coro del propio teatro, en esta ocasión son dos formaciones de la ciudad de las alfombras las que se unen, para afrontar una de las obras más exigentes y bellas del repertorio zarzuelístico, donde el coro tiene una presencia esencial. Y tiene que ser así, o no se puede hacer. Las exigencias corales que Vives impone son máximas. "Canto a la juventud", el pasacalles final del primer acto "Soy madrileña", el carnaval inicial del segundo, o el nocturno del tercero con las parejas de románticos y su delicioso "Donde va, donde va la alegría. Donde va, donde va la hermosura..." precisan de una buena masa coral.
Voces de calidad
La aportación crevillentina no se limita a los coros unicamente. Las dos protagonistas femeninas, Luca Espinosa y Sandra Ferrández son fruto de la inagotable cantera de cantantes excelentes que sigue dando la ciudad de las alfombras. Luca Espinosa es una artista polivalente. A su incuestionable calidad como soprano lírico-ligera una las de pianista y bailarina, entre otras facetas art´siticas, así como profesora de canto. Ha pertenecido al centro de alto perfeccionamiento "Plácido Domingo", del Palau de les Arts de Valencia. Sandra Ferrández acaba de sumar un nuevo éxito a su brillante trayectoria como mezzosoprano. Ha sido en las representaciones de La malquerida del Palau de les Arts de Valencia, habiendo obtenido los mayores elogios de la prensa especializada. Lo mismo ocurrió esta misma temporada por su participación en El sueño de una noche de verano, la zarzuela estrenada en 1852 y que recuperó el Teatro de la Zarzuela de Madrid. Sus compromisos más cercanos la llevan hasta la ópera de Tenerife, con El gato montés, del valenciano Manuel Penella.
El tenor murciano David Baños acaba de actuar en la ópera de Massy, Francia, con Madame Butterfly, de Puccini, y en mayo estará en Polonia, con un plato fuerte: El trovador, de Verdi.
El cuarto protagonista principal esta Francisquita, será Francisco Javier Jiménez, quien ya encarnó el personaje de Cardona en las dos representaciones de la Compañía Lírica Alicantina. Sus actuaciones con esta agrupación y con la de Elda le avalan, tanto en el aspecto canoro como en el actoral. Y en este rol se precisan las dos condiciones por igual.
Es destacable, asimismo, la presencia del bajo crevillentino Manuel Adsuar. Su presencia en el personaje de Don Matías, es toda una garantía de sobriedad y eficacia. Y aunque sus partes cantadas son bien escasas, las resolverá con solvencia absoluta.
Que en esta primera temporada de la orquesta del ADDA Sinfónica se haya incluido una zarzuela en su programación, resulta muy esperanzador de cara al futuro. Sería un gran logro que dentro de la programación del auditorio de Alicante, cuya propiedad corresponde a la Diputaciòn Provincial, se diera cabida a un festival de lírica española, como se hace de otros géneros musicales que nada tienen que ver con el sinfonismo clásico. Sería una forma de recuperar aquellos que se celebraron durante algunos veranos en las ruinas de Lucentum, que solían registrar llenos absolutos, y que desaparecieron cuando llegó la crisis económica de 2008.
Mis recuerdos más remotos que me atrajeron a la zarzuela me trasladan a sesenta años atrás. Primero escuchando los fragmentos que sonaban con frecuencia en la radio. También gracias a las fantasías, preludios e intermedios que interpretaban las bandas de música en los conciertos de las fiestas de octubre de Petrer. El templete donde actuaban estaba justo ante la fachada de mi casa.
Lo que más me gustaba de la Semana Santa es que en la radio solo se emitía música clásica. El viernes y sábado santo las emisoras enmudecían.
Lo más intenso vino en la época dorada del tocadiscos. Lo compró mi abuelo materno en 1963. La primera zarzuela que entró en casa fue Doña Francisquita con Kraus y Olaria. Es una grabación incompleta, pero suficiente para que me la aprendiese de memoria. Mi abuelo estaba impedido y era yo quien la ponía todos los mediodías y noches durante dos semanas consecutivas. A los quince días compramos un segundo disco: La generala, de nuevo con Kraus y Olaria. Y ya fuimos alternando. Después vino Maruxa. Y yo con solo 13 años me entusiasmé con ella y también la aprendí. Sí, digo bien. ¡A mis 13 años ya me encantaba Maruxa!
Ahí comenzó todo y ya no he parado. Siempre como aficionado.
Como le dice un padre a su hijo al final del documental de TVE sobre zarzuela La romanza de Madrid, de 1988, “Te acompañarán toda tu vida, porque son inmortales”.