La escuadra, núcleo esencial de la fiesta
La palabra escuadra tiene un origen claramente militar: es un grupo de soldados al mando de un cabo que forma parte de la organización militar. Es comprensible la certeza de este origen debido al carácter netamente militar que nuestra fiesta tuvo en sus orígenes. La Fiesta de Moros y Cristianos, al menos en nuestras latitudes, nació como tantas veces hemos dicho de la soldadesca o milicia local que participaba con sus disparos de salvas en honor al patrón o patrona en las fiestas de cada población. De ahí que la Fiesta tuviera -y todavía los tiene- cargos como el de capitán o alférez, que se estructurara en escuadras al mando de un cabo, o que existan en ella actos como la Retreta y la Diana. Todo esto todavía se puede ver en la actualidad en una Fiesta como la de Yecla, en honor a la Purísima, en la que existe la rudimentaria soldadesca al estilo del siglo XIX, que dispara sus salvas en honor a la Patrona y que curiosamente su ejército o milicia está dividido en diferentes escuadras que adoptan nombres diversos.
Al margen de este sentido esencialmente de corte militar, también hay otras acepciones de escuadra como la de cuadrillas que participan en cualquier concurso o agrupación de gentes, como encontramos en alguna cita del inmortal Cervantes. De cualquier modo, hoy en día, en nuestra Fiesta de Moros y Cristianos que celebramos en multitud de pueblos y ciudades de nuestro entorno existe la escuadra como primer núcleo de participación festera. Hay excepciones que la han dado en llamar fila quizá por corrupción del vocablo filá originario de la Fiesta alcoyana, donde la escuadra es la forma de desfilar y el otro es sinónimo de comparsa- pero en la mayor parte de las poblaciones la escuadra es un conjunto de festeros que visten el mismo traje, que desfilan juntos enlazados o no por sus brazos, y que están al mando de un llamado cabo de escuadra que con sus evoluciones al son de la música la dirige y llama la atención sobre su presencia en las calles por donde discurre el desfile.
En nuestra Fiesta eldense así es la escuadra que todos conocemos y que arropadas en las diferentes comparsas que componen nuestro multicolor abanico festero, configuran los Moros y Cristianos que Elda celebra cada año, en honor a San Antón, en los albores del mes de junio.
En los primeros años, tras la recuperación de estos festejos en nuestra ciudad, la escuadra también tenía -como en la fiesta alcoyana- sentido de “modo de desfilar” dentro de la comparsa. Las comparsas eran pequeñas en cuanto al número de festeros y éstos se agrupaban para desfilar en dos, tres o cuatro escuadras a la manera que se hacía en otras poblaciones. Sin embargo muy pronto la Fiesta comenzará a masificarse, crece el número de festeros en las distintas comparsas y la escuadra pasa ya a ser un núcleo con identidad propia y cierta autonomía con respecto a la asociación a la que pertenecía: la comparsa. Desde los años 60 pero especialmente -y de una manera más evidente- en los años 70 del pasado siglo la escuadra adquiere una personalidad de la que carecía y se configura como un grupo de festeros que no sólo desfilan juntos, codo con codo, sino que además se reúnen en locales donde conviven, comen, beben y pasan la mayor parte del tiempo de la Fiesta en que no desfilan y, cada vez con mayor asiduidad visten trajes especiales distintos del atuendo oficial de su comparsa. Son grupos de amigos que con independencia del resto de la comparsa forman su particular núcleo de participación festera: nacen así los cuartelillos, como lugar de reunión, frente a los locales o cuarteles generales de las comparsas que siguen, sin embargo, siendo lugar de encuentro de la mayoría de los festeros en determinados momentos de la Fiesta.
Todo esto viene a colación para demostrar la importancia de la escuadra dentro la formación básica de nuestra Fiesta, que es la comparsa. Verdaderamente no hay comparsas sin escuadras, pero tampoco, a la inversa, puede haber escuadras sin estar configuradas en comparsas. La escuadra es lícito que tenga cierta autonomía a la hora de presentar sus trajes y abalorios en los actos festeros -siempre dentro de unos cánones establecidos por la comunidad festera, en este caso la comparsa-, a la hora de montar sus cuartelillos, de celebrar todo tipo de actos propios que tengan que ver con la Fiesta, pero irremediablemente forman parte de una comparsa y ésta ha de marcar las normas que deben de regir la organización y celebración festera. Por ello hemos de considerar que la escuadra es una parte de la comparsa, con sus derechos y obligaciones ante ella, que no puede de ningún modo suplantar o querer estar por encima de la comparsa. Si fuera así la escuadra pasaría a tener un peso paralelo a la comparsa, lo cual no es en absoluto bueno para nuestra Fiesta.
Festero de la comparsa de Moros Musulmanes desde hace 50 años. He sido secretario, cronista y presidente de esta comparsa, presidente de la Comisión de Embajadas y Alardo y, finalmente, presidente de Junta Central desde 1995 a 2006. Actualmente ejerzo el cargo de cronista oficial de la Fiesta de Moros y Cristiano de Elda. Mi trayectoria, como puede verse, ha sido larga y yo diría que fructífera en los entresijos de la Fiesta y, además de trabajar por ella, he dedicado gran parte de mi vida a estudiar, investigar y opinar sobre los diversos aspectos de los Moros y Cristianos en infinidad de publicaciones especializadas, en diversos congresos sobre temas festeros y a participar en charlas, mesas redondas e incluso pregones en algunas poblaciones festeras de nuestro entorno. Por todo ello, pretendo compartir en este blog todas mis experiencias y estudios en este campo tan atractivo de la Fiesta con las personas que tengan alguna inquietud en este sentido y con los festeros en general, intentando inculcarles ese virus tan intenso que nos hace sentir y disfrutar esa gran representación festiva que es la Fiesta de Moros y Cristianos.