La COVID-19 no nos puede superar
No podemos evitar que el rastro del coronavirus nos acompañe diariamente. Su influencia sobre la salud de los humanos y de la economía mundial es evidente, las consecuencias se dejan ver sobre el mercado laboral y aún se notarán sus efectos de forma más clara durante el transcurso de los próximos meses, donde la caída del empleo continuará pese al esfuerzo de todos por evitarlo.
El COVID-19 llegó en el momento clave para el mercado laboral de nuestro país, pues el mes de marzo es la base donde sectores como la construcción o el turismo cogen carrera y se preparan con fuerza para la temporada alta. Este golpe, sin esperar, al mercado laboral español, los meses de confinamiento a los que nos hemos visto sometidos ha cambiado todos los planes que se tenían preparados para afrontar los meses de verano del 2020 y del cual nos quedan unos pocos días.
Ante la presión a la que todos nos hemos visto sometidos y el estrés por el que estamos pasando ante la incertidumbre que sufrimos, además del desconocimiento de lo que está por venir nos lleva a una caída sin precedentes en las ventas, de la cual el mundo del vino no se encuentra exenta.
Muchas consultas he estado realizando, llegando a la conclusión de que el mundo del vino sufrirá una importante revolución a todos los niveles si todos quieren subsistir. Una de ellas serán los precios, la merma del poder adquisitivo implica que los pedidos se vean afectados. La hostelería es el gran motor del sector vinícola y en la actualidad esta se encuentra muy por debajo de lo que todos deseamos. Este problema implica que las bodegas cuenten con stocks y su liquidez se vea resentida.
Pese a las exportaciones y las ventas en grandes superficies y online la incertidumbre se muestra imparable en este sector, nadie lo dice pero se palpa en el ambiente de que la cosa no marcha bien.
Mientras no se consiga una vacuna y se vaya recuperando la normalidad en la vida cotidiana de todos, se continuará con el miedo a lo desconocido por parte de los consumidores, las familias tratarán de aumentar sus ahorros para evitar situaciones como las vividas en los meses de confinamiento y ese miedo implica más recesión.
Pese a lo complicado que se observa para el sector hostelero y vinícola, con los negros nubarrones que se divisan en nuestro horizonte particular, debemos de continuar siendo optimistas, no bajar la guardia y tratar de ser positivos, estos sectores deberán de ir remontando poco a poco, aunque reconozco que el esfuerzo será enorme y que muchos quedarán por el camino.
El placer de disfrutar de una copa de vino no se interrumpe en nuestro país ni siquiera con muchas semanas de confinamiento. Todos debemos de ser conscientes que debemos de afianzarnos en el consumo del mercado nacional, buscar vinos de excelente calidad a buenos precios y si el acceso a los locales continúan restringidos en su aforo hasta un número determinado de personas habrá que buscar otras alternativas como catas semanales o quincenales con aforo reducido. El consumo no podemos ni debemos de pararlo, cada uno dentro de sus posibilidades, debemos de pensar que gran parte de nuestro PIB depende del consumo. Todos tenemos que reinventarnos y buscar las mejores soluciones para evitar que la depresión y la desazón nos invada.
Ánimo y a brindar, que ninguna pandemia nos detenga, pero siempre cumpliendo todas las normas que nos aconsejen.
Entre todos lograremos superarlo.
Bienvenidos a mi blog sobre enología y hostelería. Llevo 23 años desarrollando la profesión de hostelería y me gustaría que este blog fuese un punto de encuentro para los lectores del Valle de Elda y de cualquier persona que quiera seguirnos. Para cualquier sugerencia podéis escribir al correo electrónico de esta redacción.