La opinión de un confinado segunda parte. El desafio

En mi anterior artículo hacía mención a un desafío al que nunca nos habíamos expuesto. Tenemos un país destrozado por una pandemia, y por qué negarlo, también destrozado productivamente. Si estamos parados la mayoría de todos los sectores destrozamos nuestra economía. Corremos el riesgo de que miles de empresas cierren, acarreando a su vez que miles de trabajadores y otros tantos autónomos con pequeños negocios que a su vez dependen de esos trabajadores vayan a la ruina.

¿Qué hacemos? Organizativamente lo tenemos muy complicado debido a los escasos apoyos que nos dan nuestros políticos. Ha quedado claro que han ido tomando decisiones dando bandazos y eso demuestra la poca preparación con la que cuentan para resolver retos como el actual. Cuando han querido buscar soluciones ya estaban desbordados.

Un país como España, donde cada Comunidad busca su propia solución, donde cada uno da su opinión y que lógicamente trata de que esta le favorezca y donde un  órgano central, en este caso el gobierno, no cuenta con un equipo debidamente estructurado, capacitado y conocedor de todos los problemas de cada región solamente consigue una cosa, el caos en cada una de ellas, las quejas por la falta de material y recursos, y por encima de todo el improvisar soluciones. La evidencia más clara ha sido con esta pandemia, donde cada partido quería hacer suya las soluciones, tratando de resaltar unos sobre otros y no poniéndose de acuerdo entre ellos para llegar a una decisión que favorezca a los ciudadanos y a cuantos se desvelan para que esto se solucione.

La imagen dada ha sido patética aunque ahora traten de minimizar errores. Falta de comunicación, decisiones tardías y cuando se ejecutaban ya era demasiado tarde. Un ejemplo ha sido y sigue siendo el de sanidad. Es un departamento “vacío”, apenas cuenta con competencias nacionales, cada autonomía la gestiona y de esa manera no se puede desarrollar una estrategia a nivel nacional, pese a que el problema se veía venir desde hacía semanas. Nadie, de ningún partido dio un paso adelante y lo advirtió, dejando que esto se transformara en un caos del cual vamos a tardar en recuperarnos, nadie a nivel sanitario fue capaz de ver las necesidades que podían tener, que dotaciones hacían falta ante una contingencia como esta, que peculiaridades cuentan en su zona, que número de profesionales se tendrían que movilizar. Nada, no hicieron absolutamente nada, fueron incapaces de ver el problema que se les venía encima, ni las comunidades, ni el Gobierno Central. Todos son culpables, en mayor o menor medida, su incompetencia nos obliga que todos los ciudadanos tengamos que buscar el desafío de ser los que tengamos que sacar este país hacia adelante con los escasos medios que posiblemente nos vaya a quedar, y luego ya se ajustaran cuentas con los incompetentes que no le dieron la suficiente importancia a un problema ya ha costado miles de vidas y una perdidas millonarias a todos los sectores productivos de nuestro país.