Un eldense, director general de la Guardia Civil
Su nombre figura en letras de oro en la historia de la Guardia Civil, por haber desempeñado el más alto cargo de la benemérita institución durante 5 años, como colofón a una prestigiosa carrera militar iniciada con 18 años. Sin embargo en Elda, su nombre pronto debió caer en el olvido, si bien quizás nunca nadie fue consciente de tan ilustre y distinguido paisano.
Joaquín Sánchez Gómez, nacido un 3 de marzo de 1841, fue bautizado en la iglesia parroquial de Santa Ana, de Elda. Era hijo de Joaquín Sánchez Romero, militar y natural de Elda, y de Vicenta Gómez Setién, natural de San Roque de Riomiera, en Cantabria. Fue el mayor de dos hermanos: Joaquín y José. Ambos se decantaron por la carrera militar paterna.
En 1860 participó en el ejército expedicionario de África, en diversas acciones en Tetuán, lo que le valió el ascenso al grado de teniente. Tras la guerra de África, y hasta 1869 estuvo destinado en Mahón, Valencia, Santa Cruz de Tenerife y Guadalajara.
Participó en la sublevación contra la reina Isabel II, en septiembre de 1868, lo que le valió el ascenso al empleo de capitán. Ya como capitán y desde Zaragoza participó en diversas operaciones por el País Vasco contra los carlistas y contra los republicanos en Cataluña. Acciones que le permitieron el ascenso a comandante.
Durante el reinado de Amadeo de Saboya y la I República, Joaquín Sánchez Gómez combatió a carlistas y cantonalistas en el Norte y Cartagena, respectivamente, por las que obtuvo el ascenso a coronel del Ejército.
En 1886, promovido como brigadier, ocupó el cargo de gobernador militar de Lérida. En 1893 ascendió a general de división, haciéndose cargo del gobierno militar de Navarra.
En 1902 fue destinado a Madrid, como gobernador militar de dicha provincia, siendo promovido al empleo de teniente general.
Con 64 años de edad, el 28 de enero de 1905, aceptó el cargo de Director General de la Guardia Civil. Máximo mando del benemérito cuerpo que ostentó durante 5 años, hasta el 25 de agosto de 1910, cuando con 69 años fue sucedido por Vicente Martíegui y Pérez de Santa María. El hecho de ser un declarado apolítico, le permitió permanecer durante más de cinco años y a través de nueve gobiernos de distinta ideología, hasta ser nombrado comandante general de Alabarderos, al pasar a la primera reserva en agosto de 1910.
Durante su mandato tuvieron lugar importantes modificaciones de tipo orgánico y se consiguieron mejoras económicas, entre las que destaca la subida de sueldos, la primera desde la fundación en 1844.
Le correspondió asumir el mando y dirigir el Cuerpo durante años difíciles en los que se produjeron acontecimientos relevantes, como “la semana trágica de Barcelona” y el auge del bandolerismo en la comarca andaluza de Estepa.
Su cese obedeció a su nombramiento como Comandante General del Real Cuerpo de Alabarderos (act. Guardia Real), cumpliendo servicio como Jefe de la Casa Militar del rey Alfonso XIII, al que acompañó en los viajes del rey por España. Permaneció en el cargo hasta su fallecimiento el 28 de agosto de 1914, con 73 años de edad.