Cien años de Ernesto García Llobregat
Tal día como hoy, un lunes 21 de mayo pero de hace 100 años, nacía en Elda una persona cuya obra, trayectoria e implicación le convirtieron en una figura omnipresente en el panorama cultural durante toda la segunda mitad del siglo XX. A pesar de su profesión vinculada a la industria del calzado, Ernesto García Llobregat (1923-2016) estuvo, desde su juventud, estrechamente vinculado a la Cultura en nuestra ciudad a través de iniciativas como la revista Dahellos, el semanario Valle de Elda, el Casino Eldense y las revistas Alborada y Fiestas Mayores.
Integrante del Grupo Dahellos, junto a Alberto Navarro, Rodolfo Guarinos, Juan Madrona y Eduardo Gras participó en la fundación del semanario Valle de Elda, Ernesto García Llobregat fue colaborador infatigable de la revista Alborada desde el año 1961, en la que desempeñó la dirección de la misma de forma ininterrumpida desde 1967 hasta 1983; así como en la fundación en la revista Fiestas Mayores desde su fundación en el año 1984, siendo su codirector durante 18 años (1984-2001), en colaboración con su amigo José Miguel Bañón.
Pero, si su vena literaria la plasmó en sus colaboraciones en las diversas publicaciones locales ya mencionadas, su vena artística la reflejó en su extensa obra pictórica. Amante de los paisajes otoñales, su última exposición fue el Casino Eldense, con una exposición de óleos en conmemoración del IV Centenario del Quijote (2005), y cuyas ventas fueron a beneficio de la Asociación de Familiares y Amigos de Enfermos de Alzheimer de Elda y comarca.
Fue un gran amante de nuestro patrimonio histórico y artístico, y en especial de los castillos de España, lo que le llevó a ser presidente del grupo local de Amigos de los Castillos de Elda durante las décadas de los años 80 y 90.
A lo largo de su vida recibió varios reconocimientos públicos a su labor y trayectoria como el concedido en 2012 por el Casino Eldense y en 2015 por el Ayuntamiento de Elda.
Nieto e hijo (Felipe García Simón) de pioneros y fundadores de la industria del calzado eldense, casó con Julia Gómez Hernando, conocida popularmente como “doña Julita”, maestra, con la que tuvo dos hijos. Hombre culto y sensible, con su trabajo, implicación y meticulosidad consiguió que todos los proyectos en los que se implicó fueran cada vez de mayor calidad. Con una envidiable lucidez hasta el final de sus días, Ernesto falleció en Elda, a los 93 años, un 4 de junio de 2016.